Crítica de Flow, un mundo por salvar de Gints Zilbalodis

Tenía ganas de ver Flow, un mundo por salvar del director letonio Gints Zilbalodis, película nominada al Oscar a Mejor Película de Animación de este año, y también a Mejor Película Internacional.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Un gato se despierta en un mundo cubierto de agua, donde la raza humana parece haber desaparecido. Busca refugio en un barco con un grupo de otros animales. Pero llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. Todos tendrán que aprender a superar sus diferencias y adaptarse a este nuevo mundo en el que se encuentran. (FILMAFFINITY)

Gints Zilbalodis (1994) es un cineasta letón. Su primer largometraje de animación fue Away (2019. Flow (2024) es su segunda película, y es la primera película letona en obtener varias nominaciones a los Oscars, al estar nominada a Mejor Película de Animación y a Mejor Película Internacional. La película de apenas 85 minutos de duración Flow está escrita por Zilbalodis y Matīss Kaža. Además de dirigir y producir, Zilbalodis ha realizado la música y el montaje. La película destaca por estar completamente renderizada con el software libre Blender y no tener diálogos, al estar protagonizada por animales.

La película ha recibido un montaña de premios en los últimos meses: Ganadora del Globo de Oro a Mejor Película de Animación, 2 nominaciones al Oscar por Mejor Película de Animación y Mejor Película Internacional. Ganadora de Mejor Película de Animación en los Premios del Cine Europeo, Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, Los Angeles Film Critics Awards, Boston Society of Film Critics, National Board of Review. Gran triunfadora del Festival de Sevilla: Gran Premio del Jurado, Premio Puerta América, Mejor Montaje.

Flow es una película con muchísimas cosas destacables una vez aceptas los dos condicionantes necesarios para poder disfrutarla. Por un lado, el hecho de ser una película SIN diálogos, al ser los protagonistas animales que se comportan como tales, sin rasgos antropomórficos ni humor blanco para todos los públicos, como podría esperarse de una historia de animación para todos los públicos. Y en segundo lugar, tener una animación totalmente diferente a la clásica de Disney. En ambos casos, las decisiones que toma el creador, el director Gints Zilbalodis, me parecen acertadas.

En lo relativo a la historia sin diálogos, Flow es una película curiosa, dado que los animales se encuentran con una situación sobrevenida que no entienden y sobre la que no tienen control. La inundación del mundo por motivos nunca aclarados es el tapiz en el que sucede la película, y los animales no tienen más preocupación que la de intentar sobrevivir. El primer grupo del gato y el castor se amplía con un perro y un lémur, además de un pájaro gigante que supone el elemento fantástico de la historia.

La animación ha sido otra de las sorpresas positivas de la película. El tipo de animación construye las figuras a partir de grandes manchas de color que crean la sensación de profundidad y los contrastes entre figuras animadas e inanimadas. Además, los animales tienen una fluidez de movimientos sorprendente, hasta el punto que puede dar la sensación de haber escaneado animales reales para que sirvieran de esquema para todos los movimientos.

Aparte de la propia función narrativa, este tipo de animación permite añadir una sensibilidad tremenda a las imágenes. Empezando por los sueños del gato, pero también con los diferentes espacios que van visitando los animales, que son espacios de gran belleza. En algunos momentos me he quejado de la animación «utilitaria» que simplemente plantea contar la historia. En el caso de Flow, por supuesto también la cuenta de forma maravillosa, pero añade una poesía y un lirismo que es de lo mejor de la película.

En Flow los animales parece que tiene que realizar una misión nunca aclarada del todo para revertir la inundación. Está misión queda un poco desdibujada, porque en realidad los animales van viajando por el mundo inundado hasta que llegan a donde tenian que ir. Está parte es quizá lo menos bueno y queda un poco gratuito. Pero globalmente ayuda a que la historia tenga una correcta sensación de cierre con un principio y un final satisfactorio.

Dentro que me ha gustado Flow, me cuesta trabajo imaginar que esta película pueda ganar el Óscar a Mejor Película Extranjera. Un premio que diría está teledirigido para Emilia Pérez. Sin embargo, si veo factible que en el intercambio de cromos, Flow pueda ganar el Óscar a Mejor Película de Animación. En todo caso, también es verdad que ser una pequeña película europea, letona aunque con financiación europea, y no tiene la potencia económica de las películas americanas, que tienen detrás a Disney / Puxar, y DreamWorks, entre otros. En todo caso, sería bonito que Flow se llevara el gato al agua. Nunca mejor dicho.

Comparto el trailer de esta película:

Me parece que tiene mucho mérito todo lo que plantea Gints Zilbalodis en esta película sin diálogos. Super recomendable para todos los amantes del cine de animación.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Aquaman 1 de Jeremy Adams y John Timms (DC Comics)

Jeremy Adams está on-fire en Green Lantern. Es por eso que nos hemos animado a comprar su nueva etapa en Aquaman, en la que viene acompañado del dibujo de John Timms.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Tras Poder Absoluto, los poderes de Arthur Curry han evolucionado hasta alcanzar nuevas y poderosas cotas, y este es un rey dispuesto a usarlos para patear traseros. De cada uno de los siete mares han surgido Kaijus, gigantescos constructores de agua, y sólo las habilidades de Aquaman para retorcer el agua pueden detenerlos… ¡pero no si matan al buen rey en el proceso! Entra Dagon, el guía de Arthur en la búsqueda para desvelar los secretos del «azul». Pero, ¿qué secreto mortal aguarda a Arthur en su viaje? Una nueva era para Aquaman de la mano de los aclamados creadores Jeremy Adams (The Flash, Green Lantern) y John Timms (Action Comics) que te hará vibrar.

El inicio de esta nueva etapa de Aquaman de Jeremy Adams resulta muy prometedor. Una de las repercusiones del evento Absolute Power fue el cambio de poderes en algunos personajes. En el caso de Aquaman, ha sufrido un importante upgrade, pensando que su poder de hablar con los animales acuáticos se ha incrementado con las habilidades hidroquineticas de su mujer Mera, lo que supone un importante poder ofensivo y defensivo. El comic hace un gran trabajo estableciendo estas nuevas habilidades y el papel de Arthur como Rey de Atlantis. La sorpresa que provoca el cliffhanger de este número de momento deja más misterios que certezas en lo relativo a la identidad del villano al que tendrá que enfrentarse Aquaman, pero todo está contado de forma notable para generar interés y curiosidad, consiguiendo engancharme.

En el dibujo tenemos a John Timms con color de Rex Lokus. Conocí a Timms hace unos meses en el arco de Superman Yo, Bizarro escrito por Jason Aaron. Me pareció un dibujante muy adecuado para el comic de superhéroes, destacando sobre todo en los momentos más espectaculares y con acción más-grande-que-la-vida. Y en Aquaman le he encontrado muy acertado en esta faceta, asegurando que vamos a tener un comic llamativo a la vista que apetece leer. Porque me gusta la representación que hace de Arthur, su familia y el mundo de Atlanis. Timms es un poco más acartonado a la hora de que sus personajes transmitan emociones, pero entiendo que el dibujante tiene mucho margen de mejora que se irá viendo con el paso de los números. A pesar de este comentario, tengo que reconocer que el dibujo me ha gustado y ha contribuido a la sensación positiva con que te deja el comic. Y por supuesto, con las ganas de leer el siguiente número lo antes posible.

En resumen, buen arranque para la nueva etapa de Aquaman de Adams y Timms. Y viendo el cliffhanger con el que nos deja el número, todo apunta a que el futuro pinta ilusionante para el personaje. Yo estaré aquí disfrutándolo. Cuando un escritor está on-fire, hay que aprovecharle para disfrutar de la afición comiquera. Y de momento Jeremy Adams no está decepcionando.

Comparto las primeras paginas del comic:

El nuevo arranque de Aquaman de Adams y Timms me parece interesante y con un buen dibujo. Me ha dejado con ganas de leer más. Objetivo cumplido.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Slow Horses temporada 4 (Apple TV)

He aprovechado el estreno de la segunda temporada de Severance para suscribirme a Apple TV un par de meses. Y la primera serie que he visto ha sido la cuarta temporada de Slow Horses, la estupenda serie de espionaje británica protagonizada por Gary Oldman.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Slough House es un purgatorio administrativo para los rechazados del servicio MI5 que han fallado gravemente en una tarea, pero no lo suficiente como para ser despedidos. Un equipo disfuncional de agentes dirigidos por su odioso jefe, el tristemente célebre Jackson Lamb, navegan entre el humo y los espejos del mundo del espionaje para defender Inglaterra de fuerzas siniestras.

Y en esta cuarta temporada, un atentado en Londres pone a Taverner bajo presión mientras que River empieza a preocuparse por su abuelo, el antiguo director de MI5 David Cartwright.

La cuarta temporada de Slow Horses adapta el libro Spook Street de su autor y creador Mick Herron. La serie de 6 episodios ha sido dirigida por Adam Randall, con el showrunner Will Smith, Morwenna Banks, Mark Denton y Jonny Stockwood escriendo los guiones. Para mi alegría, he descubierto que Apple TV ha confirmado el estreno de al menos 2 nuevas temporadas, estándose rodando en la actualidad la sexta temporada.

Gary Oldman es Jackson Lamb, el jefe de Slough House, desaliñado, flatulento, maleducado y de agrio ingenio; todo ello oculta una agudeza táctica y una firme lealtad a «sus» Caballos Lentos. Jack Lowden interpreta a River Cartwright, un prometedor agente del MI5 que fue enviado a Slough House tras un error muy público en un ejercicio de entrenamiento. Kristin Scott Thomas aparece en el papel de Diana Taverner, Directora General Adjunta del MI5, jefa de operaciones y designada como «Second Desk». Jonathan Pryce es David Cartwright, el abuelo de River Cartwright, un alto oficial retirado del MI5. Hugo Weaving interpreta al villano de esta temporada Frank Harkness, un antiguo agente de la CIA convertido en mercenario.

Los miembros de Slough House con Saskia Reeves como Catherine Standish, administradora de la oficina, alcohólica en recuperación, Rosalind Eleazar como Louisa Guy, asignada a Slough House después de que una operación de seguimiento saliera mal. Christopher Chung como Roddy Ho, un odioso informático y antiguo hacktivista, Kadiff Kirwan es Marcus Longridge, un agente con problemas de ludopatía, Joanna Scanlan como Moira Tregorian, una de las Reinas de la Base de Datos, desterrada a Slough House por Claude Whelan. Finalmente, Tom Brooke como J.K. Coe, es el nuevo «Caballo Lento» que se une al equipo esta temporada.

Completando el reparto tenemos a Sean Gilder como «Bad» Sam Chapman, antiguo Jefe de los Perros y guardaespaldas de David Cartwright convertido en detective privado. Ruth Bradley como Emma Flyte, la glamurosa nueva Jefa de los Perros, James Callis como Claude Whelan, el sobrepromocionado nuevo Director General del MI5, Kiran Sonia Sawar como Giti Rahman, una agente del MI5 en Regent’s Park, Tom Wozniczka como Patrice, un mercenario que trabaja a las órdenes de Harkness y Anna Wilson-Jones como Isobel Cartwright, madre de River e hija de David.

Slow Horses me parece una seriaza. El toque cínico que tiene la televisión británica hacia el mundo del espionaje, despojado de todo el glamour de James Bond, me parece el principal valor distintivo de esta serie. No he leído los libros de Mick Herron, pero me gusta mucho la visión a nivel de calle, y en concreto de los agentes pertenecientes al peor equipo del MI5.

Una de las claves de Slow Horses es la forma que en los jefes del MI5 hacen todo lo que está en su mano, legal o ilegal, para que no se vean involucrados en los problemas que surgen en Londres. Incluso a pesar que gran parte de las situaciones a las que se enfrentan son consecuencia de decisiones y actos inmorales y/o ilegales cometidos en el pasado. Ese es precisamente el núcleo de esta temporada, aunque en este caso no sea nada que hiciera Diana Taverner, la actual Directora General Adjunta del MI5, sino David Cartwright, el abuelo de River,

Gary Oldman está en su salsa interpretando a Jackson Lamb, aunque me gusta que la serie se centre más en otros miembros de Slough House. En especial River Cartwright, que en otro mundo sería un agente estrella y que sin embargo sigue desterrado en el pazo de los Caballos Lentos. Aunque al menos aquí sabe que tiene amigos que le apoyarán en caso de necesidad. Me gusta también el papel de Catherine Standish, la antigua secretaria de Lamb que no acaba de conseguir apartarse de este mundo. Se me hace muy difícil destacar a un miembro concreto del reparto, porque creo que todos ellos lo hacen super bien. Por ejemplo, además de los personajes principales, la serie tiene momentos muy divertidos dentro de Slough House, por ejemplo con el hacker Roddy Ho o la última incorporación, el loquísimo J.K. Coe.

Otro de los elementos que más me gustan de Slow Horses es que no se plantean finales perfectos y positivos, sino que como la vida, casa caso es el aperitivo del siguiente caso al que tendrán que enfrentarse al día siguiente. Frank Harkness, el villano de esta temporada interpretado por Hugo Weaving, es un gran ejemplo de la complejidad de este mundo de grises en los que no acaba de estar claro quien es el bueno, porque todos actúan egoístamente. Harkness si es un ejemplo claro de persona terrible, y la relación personal con River sugiere que se va a convertir en un personaje recurrente, al menos en la próxima quinta temporada. Y aunque Harkness es claramente el malo, en realidad creo que casi al mismo nivel están los jefes del MI5 más interesados en borrar sus conexiones con hechos incriminatorios del pasado ante que buscar la seguridad de su país.

La visión british del espionaje está dándonos unas temporadas super entretenidas con historias diferentes que siempre consiguen sorprenderme y con las que nunca acabo de saber por donde van a salir. Con el nivel actual, y pensando en que aún tienen más novelas de Mick Herron por adaptar, yo estaré encantado si Slow Horse se alargara más de la sexta temporada que ya está programada. Y en caso que esa temporada fuera la última, creo que quedará como una serie de televisión maravillosa.

Comparto el trailer de esta cuarta temporada:

Me encanta Slow Horses, y mientras Apple TV vaya sacando temporadas yo las veré encantado.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de El Inmortal Thor 14 de Al Ewing y Brian Level (Marvel Comics – Panini)

Marvel Comics suele colarnos de vez en cuando números especiales sacacuartos que no aportan nada a la serie principal, como lamentablemente acabamos de ver en el número de Enero de El Inmortal Thor, realizado por Al Ewing, Brian Level y Guru-eFX.

PUNTACIÓN: 5/10

Thor y Hércules han unido fuerzas en muchas ocasiones, pero ninguna como ésta. En los confines del espacio, este dúo de dioses se enfrenta a la máquina de guerra más grande y aterradora jamás creada… y tiene el rostro del Tronador. Esta es la historia… ¡del Thor Gigante!

Esta grapa de Panini contiene el material nuevo publicado en Giant-Size Thor 1 USA. La parte del reprint no ha sido publicada con buen criterio por parte de Panini.

El mes pasado terminó un arco de dos números en que Hércules acompañó a Thor. Aunque este comic se ha publicado después por un desfase de Marvel en USA, en realidad cronológicamente iría antes, lo cual es un pequeño fallo que en realidad no tiene influencia en el que comic esté bien o mal. Y lamentablemente, muy bien no está.

Parece mentira que la etapa de Ewing en Inmortal Thor sólo lleve 14 números en España y ya esté completamente quemada. Comentaba hace unos días que estaba desencantado con Veneno, pero llevamos 30 números en la edición de Panini. Este comic es un buen ejemplo de los problemas de Ewing y su incapacidad de crear historias que me resulten interesantes. No digo que no sean buenas, pero sin duda no me llaman y no conectan con mis gustos. En la grapa que nos ocupa, empezamos con una enoooorme trampa narrativa que habrá quien piense que es una genialidad, y que yo encuentro super tramposa: Como la vida de los Dioses se expande a lo largo de milenios, casi cualquier cosa implica una historia que empieza y acaba en medio de su vida. De ahí el título de «In media res». Pero Ewing sólo plantea esto para mostrar una situación absurda en la que Thor fue hecho prisionero no se sabe cómo y provoca todo lo que veremos a continuación. El comic apenas tiene 20 páginas de historia, por lo que en realidad no hay demasiado espacio para contar casi nada relevante, aunque se nota que este formato de grapa autoconclusiva no es lo que mejor se le da a Ewing. Aparte del arranque tramposo, Ewing plantea otra locura muy gorda con la excusa que Thor puede hacer cualquier cosa al tener el poder de Odín. Lo que provoca el otro problema del comic, porque si da igual como llegan ahí los personajes y la resolución es también un «porque si», al comic le falta interés por todas partes.

Aparte de la estupenda portada de Bryan Hitch con color de Alex Sinclair, en este especial tenemos el dibujo del correctísimo Brian Level, con color guru-eFX. En positivo, al menos Level me parece un dibujante adecuado al nivel de espectáculo que se espera de THOR, cosa que no siempre ha pasado en la colección de El Inmortal Thor. Pero Level en realidad es cumplidor y poco más, al tener una historia de Ewing que tampoco le da muchas ocasiones para su lucimiento. Como la historia en general, el dibujo de Level no pasará a la historia de Marvel ni en realidad me deja con ganas de leer nuevos comics suyos. Y esto es una pena, porque preparando esta reseña me puse a buscar otros comics de Level, que ha trabajado para Marvel, DC, Image y más, y es un artista más que correcto capaz de crear imágenes impactantes.

Marvel vendió este comic como Giant-Size Thor 1. Pero en realidad es un sacacuartos bastante flojo que conecta con la política de la editorial de inundar a las librerías de contenidos de dudosa calidad que obliguen a los libreros a pedir menos de otras compañías. Un número de los que a los dos minutos de leerlo ya lo has olvidado.

Comparto las primeras páginas de este número:

Al Ewing me aburre. Las cosas como son. Mi interés por saber el final de la historia está empezando a ser menor que mi tedio ante cada una de las grapas que Panini está publicando, con lo que no me extrañaría que dejara la colección en cualquier momento. Y ya si eso, cuando sea que termine ya veo si me apetece leer estos comics o no.

PUNTUACIÓN: 5/10

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Crítica de The Brutalist de Brady Corbet

Tenía ganas de ver The Brutalist, la película de Brady Corbet que parece ser una de las favoritas para los Oscars de este año, gracias a la espectacular interpretación de Adrien Brody, que se va directo a su segundo Oscar.

PUNTUACIÓN: 8/10

Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio…

Brady James Monson Corbet (Arizona, 1988) es un actor y cineasta estadounidense. Corbet comenzó su carrera actuando en películas como Thirteen (2003), Mysterious Skin (2004), Funny Games (2007), Martha Marcy May Marlene (2011). Corbet debutó como director de largometrajes con La infancia de un líder (2015), y también dirigió el drama musical Vox Lux (2018). The brutalist ha ganado el León de Plata en la 81 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, y el premio al Mejor Director en la 82 edición de los Globos de Oro. Además, la película tiene 10 nominaciones a los Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Original.

La película de 215 minutos de duración y un presupuesto de apenas 10 millones de dólares ha sido rodada en localizaciones en Hungría y en Carrara (Italia). Corbet produce, dirige y escribe el guion junto a Mona Fastvold. La fotografía es de Lol Crawley y el montaje de Dávid Jancsó. La banda sonora de la película fue compuesta por Daniel Blumberg, que ya había trabajado con Corbet en el cortometraje Gyuto (2019), colaborando durante siete años hasta poder finalizar esta potente banda sonora.

Adrien Brody es László Tóth, un arquitecto judío-húngaro y superviviente del Holocausto del campo de concentración de Dachau que emigra a América. Felicity Jones es Erzsébet Tóth, la esposa de László. Guy Pearce interpreta a Harrison Lee Van Buren, un industrial rico, guapo y esnob que se convierte en el cliente más importante de László. Joe Alwyn es Harry Lee Van Buren, el pomposo hijo de Harrison, Raffey Cassidy como Zsófia, la sobrina adolescente huérfana de László, Stacy Martin como Maggie Van Buren, la hermana gemela de Harry, Alessandro Nivola como Attila, propietario de una tienda de muebles en Filadelfia y primo de László, Emma Laird como Audrey, la esposa católica de Attila, Isaach de Bankolé como Gordon, amigo de László y padre soltero, completan el reparto en sus papeles principales.

Hay un debate sobre la duración de las películas «importantes» que se están estrenando en cine en los últimos tiempos. Pero la realidad es que cuando la película es buena, o mejor dicho, cuando me gusta a mi, la duración no es un problema. Y The Brutalist es un ejemplo estupendo de esto con sus tres horas y media de duración a lo que hay que sumar un intermedio de 15 minutos. Para ser una película con un drama de las características de The Brutalist, tiene mucho mérito que la película nunca se haga larga y siempre te esté mostrando cosas interesantes que me mantuvieron enganchado.

The brutalist está dividida en cuatro partes: Obertura, en la que asistimos a la llegada de László Tóth a Estados Unidos; Parte 1, «El enigma de la llegada», con la vida de László en Pennsilvania con su primo Attila y como conoce al rico industrial Harrison Lee Van Buren interpretado por Guy Pearce, que se convertirá en su empleador para la creación de su primera y a la postre única obra americana. El intermedio sirve para plantear una elipsis temporal para que en la Parte 2, «El núcleo duro de la belleza», asistamos a la llegada de Erzsébet Tóth, la mujer de László que está interpretada por Felicity Jones. En esta parte llega la construcción del edificio proyectado por László, con el drama y la tragedia con que terminará todo. Por último, en el epílogo «La Primera Bienal de Arquitectura» llegaremos a conocer la clave que le llevó a László a imaginar ese edificio de la forma en que lo higo, algo que resulta sorprendente y resignifica todo lo que hemos visto a lo largo de toda la película.

Creo que la primera parte resulta más redonda que la segunda, aunque al mismo tiempo la llegada de Felicity Jones en la segunda parte añade una complejidad dramática aún mayor, apoyado además en todos los problemas que tienen László para poder realizar su sueño en Estados Unidos. En Castellón la copia con que vimos la película era digital, por lo que el intermedio fue artificial, ya que no hay que cambiar las cintas de película, como entiendo que pasa en los cines en que se proyecta con su versión de 70mm. Pero creo que este intermedio tiene todo el sentido pensando en la historia que ha creado Corbet. Una historia que como digo es siempre interesante.

Me ha volado la cabeza descubrir que The Brutalist sólo ha costado 10 millones de dólares. Porque los valores de producción me parecen impresionantes. The Brutalist tiene muchas cosas muy buenas, empezando con la música de Daniel Blumberg, con una fanfarria (que sale en el trailer) que aporta la sensación épica y arquitectónica que igual la película igual no tiene en muchos momentos, dado que la historia no es la que igual yo esperaba. Junto a la música, el montaje de Dávid Jancsó me parece también increíble, creando momentos en los que la potencia de la imagen se amplifica y consigue momentos que quedarán para los Perfect shots de Twitter.

La fotografía de Lol Crawley creo que está muy bien, consiguiendo transmitir una fuerza tremenda en muchas imágenes. Sin embargo, también tengo que decir que al rodar con película real y no sea una grabación digital, algunas escenas resultan un poco oscuras y poco claras. Por ejemplo la llegada de László a los Estados Unidos (posiblemente provocado por la falta de medios y para que no se notara que no estaban en un barco de época. De hecho, lo más probable es que ni estuvieron en un barco). También sucede en la escena de la fiesta en Carrara, en la que la iluminación naturalista hace que se vea todo demasiado oscuro. Pero en realidad estos son momentos muy puntuales de una película que me ha gustado.

Dentro de este presupuesto limitado, parece claro que NO han construido nada, así que tengo duda si se ha roda con maquetas, con fondos mate o una combinación de ambas. U otra técnica, que igual es posible. Que no se note el truco me parece otro de los elementos destacadísimos de The Brutalist. Y me parece que han creado oro con muy poco.

The Brutalist me ha gustado mucho. Pero a la vez, no creo que estemos ante la obra maestra que Film Twitter ha establecido. Igual parte del problema es que yo esperaba una preminencia de la arquitectura y una narración de escala majestuosa, y eso es algo que en realidad no vemos salvo en un par de momentos concretos. Porque en realidad The Brutalist no es una historia de arquitectura sino un drama de los problemas que sufre un inmigrante judío en Estados Unidos donde emigra tras sobrevivir a un campo de exterminio.

La verdad es que nadie sufre en pantalla como lo hace Adrien Brody. Creo que Brody se va directo a su segundo Oscar. De hecho, sólo el odio que genera Israel actualmente y el antisemitismo creciente en los Estados Unidos sería lo único que explicaría que no lo ganara. Brody está inmenso en la película. Y al mismo tiempo, creo que el director Brady Corbet plantea todos los checks que se piden a un personaje torturado para que sea premiable. Sufriendo racismo, un trato despótico de su empleado, el rico hombre de negocios que actúa impulsivamente en varias ocasiones, siempre provocando el drama para László. Si a eso le sumamos los problemas con las drogas e incluso sufrir una violación que le traumatiza y le hace portarse mal con las personas a su alrededor, lo cierto es que el personaje lo tiene todo para ser premiado.

No vimos la película en versión original ya que llevamos a mi madre de 81 años a verla. (A mi madre le gustó mucho también The Brutalist y tampoco se le hico larga). Pero me hubiera gustado verla en V.O. para disfrutar el acento húngaro de Brody y de Felicity Jones. Porque Jones también está maravillosa en la película, y me gusta mucho la forma en que su personaje cambia toda la dinámica previa. Jones está sobresaliente, y me sabe muy mal que ella no haya sido nominada como su pareja en la película. Y aunque es un papel secundario, Guy Pearce me parece que está muy bien también, bordando este tipo de personajes cabrones que se creen superiores a sus semejantes y tiene actitudes racistas y violentas, acostumbrado a salirse siempre con la suya.

Cuando veía Heretic me hizo mucha gracia una escena que probablemente no estaba planteada como una broma. En ella, el personaje de Hugh Grant afirmaba que si las religiones cristiana y musulmana habían crecido muchísimo de fieles mientras que el judaismo se mantenía era porque el judaismo no se «publicitaba» como si hacen las otras dos. Y digo que me hace gracia porque qué mejor publicista puede desear una religión que tener a todo HOLLYWOOD mostrando los dramas, persecución y racismo que sufren los judíos de todas las formas imaginables. Y en cierto sentido, The Brutalist es justo eso también. Y tal y como está el tema de Israel, es posible que eso pueda perjudicar sus opciones de éxito. Pero volviendo a la película, de nuevo tenemos todos los ticks que se pueden esperar y alguno inesperado.

En cierto sentido, The Brutalist baja un poco en la segunda parte por la forma en que se amplifica el drama de László, que sufre de todas las formas posibles, empezando por su abuso de las drogas (que empezó a tomar en la guerra para aliviar sus problemas físicos). Pero tenemos al judío menospreciado por los protestantes, aparte de un artista cuya obra sin duda no iba a ser entendida ni valorada por el pueblo «normal». En segundo plano vemos también el drama de unos judíos que tuvieron que renunciar a su religión para poder encajar en la sociedad anglosajona protestante americana. Hasta el punto que los judíos tuvieran que emigran a Israel para poder desarrollar su profesión y su creatividad en libertad, sobre todo pensando en el despótico jefe de László, el empresario Harrison Lee Van Buren. Que es despótico pero también un agresor. Es todo tan dramático que adquiere tintes un poco de folletín, incluso pensando que la película me ha gustado mucho.

El epílogo que resignifica el sentido de la obra de László plantea un giro muy interesante que habla de la creación artística y como en muchas ocasiones no puede ser entendida por la gente normal. También me provocó una reflexión la idea que lo importante no es el camino, sino el destino que cada uno está destinado a hacer. Lo digo porque es una idea que va al contrario que el 99% del cine comercial actual en el que lo importante es precisamente el viaje y como esas vivencias cambian al protagonista. En The Brutalist, lo importante es la creación que estaba destinado a crear el artista.

En cierto sentido, el oficio de arquitecto tiene conexiones con la de cineasta. Sobre todo si pensamos que ambos crean cosas de la nada, que no existirían sin su impulso creativo. Esa analogía se me ha hecho muy evidente nada más terminó la película. Pero no es algo que surgiera durante el visionado, lo cual creo que es mérito de la propia capacidad de Corbet para tenerme enganchado durante la duración de la película. Es verdad que no creo que The Brutalist es una obra maestra, pero tengo claro que si creo que es notable. Y sin duda merece la pena verla en pantalla grande.

Comparto el trailer de la película:

The brutalist es una muy buena película, pero se me queda muy lejos de la obra maestra que parece que FilmTwitter ha acordado por adelantado.

PUNTUACIÓN: 8/10

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