Crítica de Dune Prophecy temporada 1 (Max)

Tenía ganas de ver la serie Dune Prophecy emitida en Max a pesar de no ser un entusiasta de las películas de Dune de Denis Villeneuve. Y no me ha entusiasmado.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

Ambientada 10.000 años antes de los acontecimientos de la novela Dune de 1965, la serie sigue a las hermanas Valya y Tula Harkonnen en su lucha contra las fuerzas que amenazan el futuro de la humanidad y en la creación de la legendaria secta conocida como las Bene Gesserit.

Dune prophecy es una precuela de las dos película de Dune de Denis Villeneuve, aunque la historia se traslada 1000 años en el pasado de este universo. A su vez, la serie se inspira en la trilogía de novelas Las grandes escuelas de Dune (2012-2016), de Brian Herbert (hijo de Frank Herbert) y Kevin J. Anderson (conocido para mi gracias a sus estupendas novelas del universo expandido de Star Wars), pero está ambientada después de estas novelas. Estamos por tanto ante una historia completamente nueva, desarrollado por Diane Ademu-John y Alison Schapker, las showrunners de esta serie.

Esta primera temporada de Dune Prophecy ha contado con tan solo 6 episodios, que han sido dirigidos por Anna Foerster (3 episodios), Richard J. Lewis (2 episodios) y John Cameron. En los guiones encontramos a la showrunner Diane Ademu-John junto a Elizabeth Padden y Kor Adana, Monica Owusu-Breen y Jordan Goldberg, Kevin Lau y Suzanne Wrubel, Carlito Rodríguez y Leah Benavides Rodríguez, y Elizabeth Padden y Suzanne Wrubel. Muchos escritores para tan pocos episodios.

En el reparto encontramos a Emily Watson como la Madre Superiora Valya Harkonnen, líder de la Hermandad, con Jessica Barden como la joven Valya. Olivia Williams es la Reverenda Madre Tula Harkonnen, hermana biológica de Valya y su mano derecha en la Hermandad, con Emma Canning haciendo de la joven Tula. Travis Fimmel como Desmond Hart, un soldado de la casa Corrino superviviente de una campaña en Arrakis que se convertirá en la mano derecha del Emperador Padishah Javicco Corrino, interpretado por Mark Strong. Jodhi May es la Emperatriz Natalya, esposa del Emperador. Sarah-Sofie Boussnina es la Princesa Ynez, Chris Mason como Keiran Atreides, Maestro de Espadas de la Casa Corrino y amante de Ynez, Josh Heuston como Constantine Corrino, el otro hijo del Emperador, y Chloe Lea como la Hermana Lila, una de las más jóvenes acólitas de la Hermandad con un gran poder en su interior.

Leyendo la sinopsis de la serie tal y como está indicada en Filmaffinity, entiendo que ahí empieza uno de los problemas de la serie. Porque literalmente dice «la serie sigue a las hermanas Valya y Tula Harkonnen en su lucha contra las fuerzas que amenazan el futuro de la humanidad y en la creación de la legendaria secta conocida como las Bene Gesserit.» Y lo que pasa realmente en la serie no tiene nada que ver con esto. Empezando porque la Hermandad ya había sido creada, lo que pasa es su objetivo iniciar era aconsejar a los emperadores para que llevaran a la humanidad a su edad dorada, mientras que Valya quiere dirigir los destinos de la humanidad y que los hombres sean unos muñecos que hagan su voluntad. Y para conseguirlo Valya está dispuesta a destruir a quien se ponga en su camino, incluso aunque sea una hermana de la Hermandad.

El segundo error es que Valya no quiere luchar contra las fuerzas que amenazan a la humanidad, es una niñata despechada que quiere vengarse de los Atreides por extender la mentira que su familia Harkonnen fueron unos cobardes durante la Yihad Butleriana, la guerra contra las máquinas que fue narrada por las novelas del hijo de Frank Herbert y por Kevin J. Anderson. Una mentira, según ella, que ha condenado a los Harkonnen a ser una casa pobre en un planeta helado, en lugar de tener un papel primordial en dirigir la galaxia, que es lo que ella cree que merecen. El relativismo moral que impregna el entretenimiento americano provoca que una serie de televisión convierta a la que sería la villana del 99% de historias en la protagonista de esta. Y es una villana extremista radical que no cree serlo, usando las showrunners el planteamiento de convertirla en la heroína de su propia historia.

Como entretenimiento de encefalograma plano, ese tipo de serie que tienes puesta mientras haces otras cosas o porque no te apetece ver otra cosa, Dune Prophecy serviría. Obviamente, calificar así una historia de DUNE no es suficiente.

Dune Prophecy comete casi todos los errores narrativos posibles. En primer lugar, no explicar realmente bien la geopolítica de la galaxia gobernada por la Casa Corrino. Y tampoco explica bien el aspecto clave que motiva todo en la serie, el odio de Valya Harkonnen hacia la Casa Atreides que motivasus acciones. Yo no leí las novelas precuela del hijo de Frank Herbert y Kevin J. Anderson, por lo que no se si esta demanda es cierta y los Atreides convirtieron a los Harkonnen en unos cobardes al negarse a luchar cuando realmente los Harkonnen buscaban proteger a lo que quedaba de la humanidad durante la guerra contra las máquinas. No se qué pasó al no leer las novelas, pero tampoco los espectadores lo sabemos, porque no está bien contado en la serie, quedando todo a lanzar una moneda al aire para ver a quien quieres creer. En una serie de Dune la importancia de Arrakis es nula, con un plano repetido de un gusano de arena como único nexo de unión con las novelas originales y las películas. Pero como digo, tampoco la guerra contra las máquinas que si tiene relevancia en esta serie está bien contada en la serie.

1000 años antes de Dune las Bene Gesserit ya tienen (aparentemente) a una hermana en todas las casas importantes del Landsraad y controlan la geopolítica de la galaxia. El único problema del Emperador Padishah Javicco Corrino es que es un pusilánime que se deja influenciar por el que tiene al lado. Y esto no es un problema mientras sea la Hermandad la que le controla. Pero la llegada del soldado Desmond Hart con unas nuevas habilidades hará que este control se desmorone, y pondrá en marcha el conflicto de la serie. Un conflicto que lo tenía todo para ser apasionante, pero se convierte en funcional y aburrido por un guion deficiente pero también una puesta en escena y una dirección mediocre.

Aunque Dune Prophecy intenta engañar al espectador con un par de planos generales que intenta copiar la sensación arquitectónica de las películas de Denis Villeneuve, la realidad es que tenemos una serie rodada en cinco sets principales interiores donde se sucede el 90% de la acción, resultando una serie muy poco atractiva visualmente. Esto ya es malo, pero la serie podría ser un éxito si la historia consiguiera atrapar al espectador, cosa que tampoco sucede. Y es que el guion se empeña en contar la historia de la forma menor atractiva posible, provocando que en episodios de una hora de duración apenas haya hitos narrativos o momentos realmente espectaculares o trascendentes. Todo se mueve por el mismo ritmo cansino-aburrido-gris con el que las showrunners deciden contar la serie.

Y puedo aceptar que estemos ante una serie de intrigas palaciegas y no ante una epopeya de ciencia ficción con grandes ideas y mejor puesta en escena. Pero los tres momentos de acción deberían estar medio bien rodados, y la sensación es que ni lo intentan, como si no les importaran ni a las showrunners ni a los directores.

El reparto creo que cumple como puede, teniendo en cuenta el material deficiente con el que tienen que trabajar. Emily Watson y Olivia Williams son grandes actrices, pero es complicado salvar una serie tan mal escrita que no las da diálogos emocionantes o escenas en las que puedan mostrar su buen hacer. No diré que nadie está mal, pero tampoco especialmente bien.

Lo que no puedo evitar comentar es que estoy un poco cansado del panfleto político in-your-face de malos narradores y peores escritores. Lo digo porque me aburre ver a la última princesa independiente con sus propias ideas que se rebela porque ella sabe lo que está bien y lo que esta mal. Y que por supuesto sabe lo que quiere y lo toma, en la parte referida a su amante el espadachín Atreides. Mientras, su hermano príncipe del reino igual que ella es un indolente que en el fondo sólo quiere agradara sus padres y no sabe qué hacer con su vida mientras la malgasta en sexo y fiestas. Lo mismo que su hermana, si lo piensas un poco, pero una es puesta con una mirada positiva mientras el otro no. Y así todo. Esto en realidad es una anécdota que tampoco sería un problema si la historia globalmente me hubiera gustado, cosa que no ha pasado. Lamentablemente. Y mira que el concepto de una Hermandad de mujeres super inteligentes y capaces que controlan a hombres inferiores es el sueño húmedo para las activistas progresistas del mundo del entretenimiento mainstream americano, pero podía haberse hecho una historia interesante para todo tipo de públicos. Y no se ha hecho.

Otro tema que me ha fastidiado bastante, mucho en realidad, el la duración de la serie, con apenas 6 episodios en esta supuesta temporada, y lo que nos han contado, que ha sido realmente poco. De hecho, he terminado de ver esta temporada y me he quedado un poco con la misma sensación de estafa al no haberme contado casi nada y haber terminado la historia a mitad como hizo Denis Villeneuve en la primera película de Dune. Ya es malo que una película me dejara esta sensación, pero que repitan el pecado en la serie hermana me parece una tomadura de pelo. En estos episodios sólo se resuelve la trama del Emperador Padishah Javicco Corrino, y lo hace de la peor forma posible.

(Pequeño spoiler. Porque la Hermandad quiere que el Emperador muera y manda allí a su amante para que le mate, pero al final él decide suicidarse para «controlar él su destino y cómo termina», cuando en realidad está cumpliendo con los designios de Valya Harkonnen. Algo que resalta su naturaleza de hombre pusilánime frente a su mujer la Emperatriz Natalya, que si se muestra decisiva y sabiendo cómo actuar. Hombre – cualidad negativa // mujer – siempre rasgos positivos)

Todo lo demás ha quedado completamente abierto. Pero no abierto en el sentido de «una parte de la historia termina, ahora empieza el siguiente capítulo» que debería tener toda buena narrativa televisiva. Sino con la sensación de que Dune Prophecy debería haber tenido 10 episodios para contar la historia correctamente, y quien sabe si por motivos presupuestarios han cortado a la mitad, cortando la historia en dos en un momento que no cuadra. Y no es sólo yo, cuando le dije a mi hijo que la serie había terminado aquí, no se lo podía creer, al dejarlo todo abierto de la peor forma posible.

Dune Prophecy me ha decepcionado mucho. Creo que estamos ante un ejemplo perfecto de un concepto interesante arrasado por unos escritores mediocres que muestran que no entienden las claves de la narrativa periódica.

En todo caso, creo que tengo asumido que no todas las series de televisión pueden ser notables. Dentro de la decepción general es posible que me animara a ver la segunda temporada si es que realmente cerrara la historia. Desde luego, no vería los episodios semanalmente, pero no me molestaría verla a lo largo de un fin de semana en el que no tenga nada mejor que ver.

Comparto el trailer de la serie:

Dune Prophecy me ha resultado anodina. Lo peor que puede pasarle a una serie que debe ser ante todo entretenimiento.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

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Crítica de Pro de David Galán Galindo y Manuel M. Vidal (Panini)

Uno de mis auto-regalos navideños ha sido Pro, el comic de David Galán Galindo y Manuel M. Vidal publicado por Panini con la historia del primer superhéroe español surgido durante el franquismo. Y me hubiera gustado poder decir que me ha gustado. Voy a explicar los motivos por los que no lo ha hecho.

Hace 50 años España tenía un superhéroe: El Español de Pro. Algunos nostálgicos lo echan de menos y otros desean borrarlo de la historia, como si nunca hubiera existido. Galilea Gil, veinteañera de pelo rosa recién salida de la facultad de periodismo, tiene clara su postura al respecto: le importa una mierda ese señor. Pero si quiere cobrar su beca, tendrá que hacer su tesis sobre el héroe del escudo. Lo que Galilea no sabe es que esa investigación cambiará su mundo para siempre.

Este volumen de lujo incluye la obra completa y numerosos extras del director y guionista David Galán Galindo (Orígenes Secretos, Matusalén, Sargento Resines) y del dibujante Manuel M. Vidal (La leyenda del dragón, Maestro del Terror). Un cómic de superhéroes que te hará ver la historia de España de otra manera. Promesa de Pro.

Durante más de dos décadas, el artista almeriense Manuel M. Vidal exploró el mundo del dibujo y el diseño en campos tan variados como el cómic, el cine y la animación, la publicidad y la enseñanza. Su trayectoria abarca de todo, desde sus iniciales portadas para revistas de rol y fanzines, a talleres de cómic e ilustración, e, incluso, novelas gráficas históricas para los Ayuntamientos de Serón (Serón, justicia y honor) y Berja (Don Antonio de Berrío)… Firmó cómics con compañeros muy variados, como  Iván Sarnago en su primer título, Invasores en la escalera, el británico Jamie Delano en su adaptación de la serie de animación de TVE La leyenda del dragón, o Josep Busquet, en historias de humor para la revista satírica El clímaco, policíacas en el diario argentino Clarín o, uno de sus últimos trabajos, Maestro del terror (Grafito Editorial, 2021), del que dijo haber sentido puro orgullo y gozo. Fuera del papel, vimos su arte en los cómics vistos en Orígenes Secretos, el film de David Galán Galindo, a quien conoció ilustrando secuencias de animación para su corto GrasMan y en la animación inicial de sus segmentos para los largometrajes colectivos Al final todos mueren y Pixel TheoryDavid le recuerda como “un ejemplo de superación que nos dio una lección a todos cuando se recuperó de un ictus en 2017 que le obligó a volver a aprender a dibujar”. 

Manuel nos dejó el 3 de marzo de 2024. Pro es una última muestra ejemplar de su colosal arte.

David Galán Galindo ajustó su rumbo a la creación de guiones y en 2006 comenzó a escribir en programas de televisión como Sé lo que hicisteis… o En el Aire de Andreu Buenafuente. No pudo evitar que su evidente pasión por los cómics se colara en el ADN de proyectos personales como su cortometraje The King & The Worst, protagonizado por Jack Kirby y Ed Wood, o su primera novela, Orígenes SecretosVería sus guiones volcados en viñetas en Sargento Resines, ilustrado por Salva Espín, y ahora Pro, con arte de su compañero Manuel M. Vidal. Del papel a la pantalla, en 2020 aterrizó en Netflix su ópera prima, Orígenes secretos, basada en su novela y protagonizada por Javier ReyVerónica EcheguiBrays Efe, Antonio Resines y Ernesto Alterio. Fue tildada como “la mejor película de superhéroes del año” y nominada a tres Premios Goya: mejor guión adaptado, efectos especiales, maquillaje y peluquería. También su aventura animada de 2021 Gora automatikoa fue nominada al Goya a mejor película de animación. Con su segundo largometraje en solitario, Matusalén, lleva a las salas de cine un mix de comedia universitaria de toda la vida y hip hop, su otra pasión, a través del rapero cuarentón que la protagoniza, interpretado por Julián López, y arropado por Miren Ibarguren, Antonio Resines, Raúl CimasCarlos ArecesMaría Barranco… En teatro ha escrito para lo mejorcito del humor español en shows como En su cabeza era espectacular y Hecho a mano, de Pantomima Full, y Mucha tontería, de Berto Romero.

Estuve a punto de no escribir esta reseña con mi crítica de Pro. En cierto sentido pensé que para no decir nada bueno, exageradamente hablando, igual era mejor no decir nada. Aparte del hecho importante de que el artista Manuel M. Vidal falleció nada más terminar este comic. Hacer cualquier tipo de comentario negativo hacia su trabajo me parecía irrespetuoso, fuera de lugar. Sin embargo, creo que es importante intentar ser lo más respetuoso posible en mis opiniones pero al mismo tiempo ser lo más claro en las cosas que me han gustado y también en todo con lo que no he conectado. Que ha sido bastante, sobre todo a medida que avanzaba el comic.

Buscando las razones que han provocado mi insatisfacción, voy a plantear este artículo desde dos puntos de vista. En primer lugar, voy a analizar PRO únicamente en su faceta de comic de superhéroes con una historia ligera y sin pretensiones. Luego entraré en una segunda parte en los aspectos ideológicos y el mensaje político subyacente que transmite esta obra.

Empezando por las cosas que me han gustado de Pro, hay que valorar cuando un escritor tiene clara su historia, y consigue ejecutarla cuando se trata de una historia compleja con múltiples saltos temporales y una narrativa fragmentada que puede hacer complicada la lectura para un lector poco habituado con los convencionalismos del género de superhéroes. Algo que no es mi caso, todo hay que decirlo. A pesar de los reparos que tengo con la historia de Galán, que todo cuadre al final me parece algo que hay que reconocer.

Me gusta la caracterización de la protagonista Galilea Gil. Me hacen mucha gracia sus diálogos con su amigo y compañero de piso Rikar. Creo que el punto fuerte de Galán son los diálogos, cosa que se puede ver también en todo lo relacionado a Zorra Roja, la ladrona amante y luego compañera de Pro que se convertirá en una suerte de mentora de Galilea en su tesis. Los personajes femeninos me gustan y están muy bien, siendo lo mejor del comic. Aunque de alguna manera sienta que el teórico co-protagonista Pro queda como un inútil en comparación.

Otro comentario que quiero intentar que sea positivo, aunque que cada uno lo interprete como quiera, es que hay que ser muy osado para plantear una deconstrucción de un superhéroe español, y para su ejecución plantees copiar la narrativa de Alan Moore y Dave Gibbons en Watchmen, sobre todo en el primer episodio que marca el tono del comic. Desde luego, si Galán quería que un lector veterano entendiera que estaba planteando un comic «importante», el autor no ha sido nada sutil. Supongo que tiene mérito pensar que puestos a fallar, más vale hacerlo espectacularmente y llamando la atención. Porque la comparación de este comic con Watchmen la hace el propio David Galán Galindo, y es una comparación en la que debería saber que va a salir perdiendo siempre. «El que no arriesga no gana» puesto en acción.

En realidad tampoco creo que Galindo falle espectacularmente. Lo que quería contar lo hace, aunque globalmente la sensación sea de ocasión perdida. Digo esto porque la historia de Galindo va de más a menos, con un primer episodio estupendo que se va diluyendo a medida que avanza la serie. El comic usa la historia de este superhéroe, el Español de Pro, como excusa narrativa para plantear una mezcla de historia de España apócrifa aderezada con detalles de la historia del mundo del comic español durante el franquismo, unido a una parte de acción superheróica. Lo que promete ser una historia compleja con múltiples facetas a lo largo de varias décadas acaba convertida en un comic de brocha gorda con un villano que resulta un poco ridículo. Un villano, por cierto, que parece sacado de otra de las obras míticas de Moore, Miracleman. Y en concreto, la mítica masacre de Londres realizada por Kid Miracleman. Las comparaciones que Galán plantea entre su comic y la obra de Moore son demasiadas y demasiado evidentes como para que sea algo casual. Pero una comparación en lo superficial, porque Galán pierde con su brocha gorda toda la complejidad, lirismo, potencia y profundidad intelectual que tiene cualquier obra de Moore. Y que no tiene Pro.

Y si el caso es que Pro «es un homenaje a Moore porque es mi escritor favorito» no creo que funcione cuando estas copiando toda la estructura de Watchmen pero sin la complejidad. Empezando por la rejilla de 9 viñetas, con herramientas de voz en off y varias narraciones superpuestas. Además del propio texto de prosa al final de cada capítulo, que da más información del mundo de Pro. Justo como Watchmen. Hay que decir que esto es sobre todo evidente en el primer número de siete que tiene Pro, quedando diluido en los siguientes números. Pero globalmente, más que osado, Galán me ha parecido un kamikaze.

Empezando por las cosas que no me han gustado, tengo un problema muy importante con el dibujo de Manuel M. Vidal, que también colorea el comic junto a Déborah I. Villahoz. El comic es ante todo un medio visual que cuenta con imágenes la historia. Y si el dibujo falla, el conjunto se derrumba. Que es precisamente lo que pasa con este comic, según mi opinión completamente subjetiva.

Por no decirlo todo negativo, me gusta el diseño de personajes de Manuel M. Vidal, empezando por el Protagonista Pro, la versión femenina que veremos a lo largo del comic, Zorra Roja, etc. Que incluso una persona normal como Galilea tenga una imagen reconocible me parece muy chulo. También me gusta la expresión facial de los personajes cuando hablan, y cómo los diálogos de Galán funcionan gracias a su dibujo. Aunque no creo que sea nada especialmente reseñable, Vidal cambia algunas páginas del comic para adaptar su estilo de dibujo al de los comics de los años 50 y 60, españoles y americanos, y en otro momento al estilo manga más actual. He leído a varias personas comentar lo genial que es esto, pero parece lo mínimo exigible en un comic que plantea una historia de esta naturaleza.

Comentaba al principio que el comic va de más a menos, y por supuesto eso es debido a la historia de Galán, pero también por un dibujo que deja de estar igual de detallado a medida que avanza el comic. Y en este momento quiero pensar que fue su enfermedad y la necesidad de terminar como fuera el comic lo que provoca que sobre todo los dos últimos números tengan un dibujo muchísimo más flojo que no está al mismo nivel que los números anteriores. Lo cual es una pena, porque si el nivel de calidad los primeros números se hubiera mantenido a lo largo de toda la obra, mi valoración de Pro sería muy diferente. Mi principal queja hacia el dibujo de Vidal es la falta de fluidez narrativa, con unas viñetas super estáticas que nunca consigue que sean espectaculares o emocionantes. Algo que se hace dolorosamente claro en el fallido climax final con el combate contra el supervillano. La única imagen que realmente me parece chula es la del primer número cuando Galilea entra en la biblioteca de Irineo y ve por primera vez el museo de Pro. Imagen que puedes ver abajo en las páginas de muestra que conseguí a través de la web de Panini. Pero en el resto de imágenes el comic de Pro destaca negativamente por un exceso de imágenes poco detalladas, a lo que hay que añadir la falta de fondos a medida que avanza la historia. Y en las páginas finales, una falta de expresiones faciales convincentes. Cuando a esto le sumamos la incapacidad de dibujar escenas de acción de forma interesante, ni siquiera espectacular, tenemos una parte del porqué no he conectado con el comic de Pro. Y me sabe mal, porque cuando compro un comic y mi gasto mi dinero, es pensando que me va a gustar.

Otra cosa que me ha sacado completamente de la historia han sido los «homenajes» con que Vidal y Galán riegan esta comic. Se supone que los hacen (o quiero pensar que es así) para que los lectores veteranos nos riamos con ellos y entendamos la referencia. Porque todos somos fan frikis que hemos leído los mismos comics. Si el objetivo era generar ese colegueo, el resultado en mi caso no sólo no ha salido bien, sino que ayuda a la sensación de comic falido.

Porque una cosa es un colegueo entre amigos que hacen un fanzine con fotocopias y la gente que compra obras amateurs, y otra crear un comic mainstream para Panini, la principal editorial de superhéroes en España, con una distribución masiva y pretensiones de importancia, y copiar viñetas literales del Daredevil Born Again de Frank Miller y David Mazzucchelli. En concreto las dos viñetas en las que Kingpin practica kung-fu contra unos esbirros. La primera viñeta está copiada literalmente. Algo que además provoca algo que narrativamente no tiene sentido, porque Kingpin pelea contra 4 personas y pega a dos a la vez con cada puño. Pero en Pro el villano Jose Antonio Vaca ES MANCO. ¿A quién está pegando con el brazo derecho? Es una imagen que no tiene sentido aparte de la idea de homenaje. La segunda imagen con Kingpin de pie a punto de recibir una toalla con el grupo de oponentes caídos a su alrededor no es exactamente igual en el dibujo de Vidal, pero la idea de donde encontró la inspiración es demasiado evidente para que la escena en Pro pueda funcionar.

El «homenaje» a Frank Miller y David Mazzucchelli es el más evidente, pero mientras leía el comic hubieron montones de viñetas que me sugerían imágenes de otros comics de toda la vida. Lista de imágenes demasiado larga como para detallarla en este reseña. Y esto es un error garrafal, porque lo que me transmitía no era colegueo, sino leer un comic con unos autores que habían optado por la solución fácil cuando a lo mejor había una opción más complicada pero a la larga mejor, que implicaría crear de cero sus propias imágenes icónicas. Y esto también es lo peor que creo que puede pasar cuando estas leyendo un comic con pretensiones de importancia dentro de la escena española. Porque en muchos momentos en lugar de disfrutar del comic me tenían pensando qué viñeta de qué autor había «inspirado» cada escena de este comic. Y de nuevo quiero pensar que la enfermedad de Vidal provocó que se tomaran estos atajos para intentar que el comic se publicara cuanto antes. Pero sea por el motivo que sea, el resultado no es satisfactorio.

Siguiendo con el colegueo y el homenaje mal entendido, Galán hace que todos los nombres de personajes inventados sean juegos de palabras con los nombres de autores de comics famosos. Por ejemplo Nick Brubaker, Ron Waid, Mike Gruenwald y hasta Goscinny. Incluso Jack Kirby tiene su homenaje en la figura de un genio de la lámpara cuyo nombre es el de Kirby invertido y tiene su imagen. Esto es un detalle «chorra» si se quiere, que busca fomentar esa conexión con lectores veteranos como es mi caso. En algunos momentos me dio la sensación que se buscaba crear esta conexión de forma artificial. Resaltando elementos superfluos cuando la historia es lo que debería provocar la conexión con el lector, lo que debería engancharme. En ese sentido, estos homenajes también me sonaron a gimmicks vacíos que en realidad me distraían de lo que se supone era lo más importante, la historia.

Hay otro elemento derivado de crear este Pro pensando en un target de lectores veteranos. (Que por otra parte somos los que podemos pagar el precio del tomaco en tapa dura de Panini. Una edición que todo sea dicho creo que está muy bien, una vez la opción lógica que hubiera sido publicar esta colección en siete grapas se descartó por el motivo que fuera). Y es que a poco que el lector de este comic haya leído comics de superhéroes se produce el efecto que no hay ninguna sorpresa en la historia porque todo está telegrafiado. Aunque las historias son muy diferentes, el núcleo de esta historia es como la de Soldado desconocido de Garth Ennis y Killian Plunkett, en la que un héroe envejecido hace un recorrido histórico para que el que espera sea su reemplazo conozca su historia real. Como digo en realidad son comics muy diferentes, y en mi caso me quedo con la descarnada actualización de Garth Ennis del comic bélico, pero hago esta comparación para que quede claro cómo dirigir este comic para lectores «resabidos» hace complicado que los diferentes giros que plantea Pro puedan sorprender o impactar. El giro de la identidad y el propósito que Pro y Zorra Roja tienen para Galilea se ve venir desde casi la primera página, lo que no se sabe es la forma en que va a llevarse a cabo.

Estaba pensando si es posible que esta falta de sorpresa en realidad no sea un problema del guion de Galán, sino que los lectores ya hemos leído mucho y conocemos las convenciones del género. Pero en realidad si existen montones de autores que jugando con estas convenciones y usando estos mismos clichés hacen cosas sorprendentes y emocionantes con personajes bien caracterizados. Pro no es uno de esos comics. Que en lo fundamental todo esté telegrafiado y no haya sorpresas es un problema del exceso de elementos y fórmulas referenciales, sin saber innovar más allá de la propia premisa de historia ambientada en España. La familiaridad a la que aludía antes es claramente un problema. Y no creo que sea problema mío como lector, sino de un guión mucho menos interesante de lo que las primeras páginas hacían suponer.

Hablando de la historia de Galán hay varias cosas con las que no he conectado, sobre todo con la propia idea de base que subyace de este comic. Y es que por definición, un posible superhéroe que surgiera durante el franquismo no podía ser un héroe ni por supuesto hacer cosas heroicas, sólo servir a la propaganda del régimen. Porque está secuestrado y controlado por un régimen dictatorial. Aunque Pro sea un héroe del franquismo, la conclusión es que de haber existido, él también fue una víctima de la dictadura. La idea en si no tiene ningún problema, la clave estará en la ejecución, Y ahí es donde Pro falla. Porque un Capitán América españolizado de fuertes convicciones morales como tiene Pro debería haber encontrado la forma de hacer el bien incluso a pesar del chantaje que sufre por el Franquismo. Y es algo que no llega a suceder nunca.

Dentro de la idea de «superhéroe español» me disgusta esta idea de crear una especie de Capitán América y hacer que sea un inútil pusilánime. Una persona de buen corazón que queda ridículo en su idea de no matar a nadie sin importar el contexto. Porque la moral del mundo del comic de superhéroes no funciona y queda ridícula cuando se contrapone con el mundo real, como parece que hace Galán todo el tiempo. Además, la parte de la historia de Pro contada a modo de flashback utiliza el recurso Forrest Gump, haciendo que Pro conozca a personajes históricos como Ortega y Gasset, Frank Sinatra, Hemingway o Adolfo Suárez, entre otros muchos. Aparte del propio Franco, claro. Algo que ayuda a crear la ficción de pseudo-realidad. Sin embargo, en esos momentos en que conocemos su historia, los únicos momentos en los que él actúa heroicamente de motu propio, no dirigido por la voluntad de otros, es cuando decide no detener a Zorra Roja y llevarla ante las autoridades, y luego cuando libera al duende para que viva su vida libre de ataduras. Algo que en realidad alude y es el mismo final de Aladdin, hablando de elementos familiares.

Unido a esto tenemos otro elemento clave con el que no conecto, que es que Pro es un inútil sobre todo en la comparación con los personajes femeninos fuertes a su alrededor, que son siempre más listas e inteligentes que él, más resolutivas cuando tienen que serlo, y en general son las que provocan la evolución y los giros de la historia. Como por ejemplo cuando después de treinta y tantos años, sea Zorra Roja la que encuentre al hermano de Pro, al que los franquistas han mantenido como rehén para asegurar la docilidad de Pro hacia el régimen. Mientras Pro en realidad no es mostrado haciendo nada más que jugar a la propaganda franquista luchando con villanos de cartón piedra irreales. Otro ejemplo es que cuando lleva ayuda y comida a las montañas a los maquis ni siquiera es idea suya, sino de Zorra Roja, mostrándole siempre como un ser débil supeditado a la voluntad de personas más fuertes que él (en carácter) que le marcan lo que tiene que hacer. Normal que Pro sea un co-protagonista tan decepcionante.

Por cierto, durante el franquismo lo que ahora es Marruecos era una provincia española y Franco tenía múltiples conexiones con la sociedad marroquí. Un aspecto como este hubiera podido tener mucha miga pero queda en segundo plano, limitando su presencia a que sirve para presentar la existencia de duendes buenos y también de elementos mágicos malignos. Que el plan del villano sea conseguir estos objetos mágicos para conseguir su venganza es uno de los factores que explican la pérdida de interés del comic a medida que avanza la narración.

Y hablando de un villano de brocha gorda, Jose Antonio Vaca, el antiguo ayudante de Pro convertido en un ultraderechista magnate de los negocios, no puede caer más en el cliché y el personaje unidimensional. Este para mi es el elemento más flojo del comic que provoca que una narración correcta se venga abajo ante un villano de folletín que sólo quiere volver a los tiempos mejores de la dictadura. Esta parte es la que nos da la parte superhéroica del comic, y es en la que más falla este comic. Porque la historio de Galán niega a Pro la posibilidad de mostrarse como el héroe que debería haber sido, fallando durante toda su vida e incluso en el momento clave del comic. Incluso aunque la historia pueda decir que lo justifica al haber visto en el futuro la estatua donde aparece la fecha de su muerte. Hablando del climax final, este falla por el problema del dibujo de Vidal al que he hecho mención antes, pero también por la propia premisa de hacer de Pro una víctima toda su vida que no consigue salvar a nadie, teniendo que dejar paso a la verdadera heroína del comic, una nacida en democracia.

Reconozco que con todos los intentos de crear una historia compleja, por ejemplo con los textos de apoyo al final de cada capítulo (si, como los de Watchmen) se viene un poco al traste por este final tan mal narrado visualmente, y tan poco interesante y tan obvio en lo referido a la historia.

Tras comentar los aspectos comiqueros de Pro que han provocado que no conectara con este comic, a continuación voy a entrar a analizar los aspectos ideológicos y el mensaje político subyacente que transmite esta obra, que han provocado que la experiencia fuera aún peor.

Ahora voy a salirme un poco de la tangente.

Hace tiempo leí a alguien expresar que las personas de derecha en general están más predispuestos a escuchar opiniones diferentes que las personas de izquierda. Y esto viene porque el entretenimiento, el ocio y la literatura están abrumadoramente realizadas por gente de izquierda. Durante toda mi vida he visto películas, leído comics y libros que me han encantado, aprendiendo historias que desconocía, puntos de vista interesantes sobre la vida y la sociedad que me han aportado cosas buenas. También ha pasado que he discrepado y no estuve de acuerdo con lo que una obra me ha contado. Pero si estas estaban bien documentadas y tenían una voz con un punto de vista valioso, me han ayudado a formar mi carácter y mi punto de vista. Mi propio espíritu crítico.

Sin embargo, haciendo una generalización muy grande, el lector de izquierdas sólo escucha o lee a gente de su cuerda que suelen confirmar su punto de vista, con lo que la posibilidad de confrontar puntos de vista diferentes lo tienen mucho más limitado, rechazando en muchos casos la misma posibilidad de discrepar de la versión oficial marcada desde el progresismo político y social que domina todo el entretenimiento. Y ya con lo de las cámaras de eco de las redes sociales se ha creado un bucle de distorsión de la realidad que es difícil de arreglar. Off-topic, este aspecto es el que provoca por ejemplo que mucha gente de opiniones progresistas rechace las películas y series creadas por Clint Eastwood o Taylor Sheridan porque son vistos como «fachas». No dejo de ver en redes sociales a gente no solo negándose a ver sus trabajos, en lugar de atreverse a ver una visión de la vida diferente que desafíe sus ideas preconcebidas, sino incluso molestas porque estos creadores tengan éxito y sus obras sean vistas por mucha gente.

Lo digo porque leo este comic y pienso que Galán ha debido leer mucho sobre las 13 rosas, pero creo no ha leído a Andrés Trapiello ni a nadie que pueda dar una versión alternativa, y también real, de la historia de España. Partiendo de una idea en la que todos estamos de acuerdo, el franquismo fue una dictadura y coartó las libertades en España durante más de 30 años, la memoria de cada uno viene marcada por nuestras vivencias y las de nuestra familia. Y las memorias de cada uno cuentan una historia distinta, y todas ellas son reales y ciertas. Todas las que cuentan las salvajadas y las represalias que sufrieron los republicanos al terminar la guerra son terribles y reales. Pero no son las únicas historias sobre lo que pasó durante esos años. Las atrocidades cometidas por el bando republicano en los años previos a la Guerra Civil y durante la guerra también sucedieron. Pensar en el periodo histórico español de 1930-1939 en términos de blanco y negro, buenos y malos absolutos, es un error. Lo mismo para el periodo reciente de democracia. Y creo que quien lo hace no entiende las complejidades del mundo real, aunque en muchas ocasiones sean los propios partidos políticos los que buscan reducir el debate político a estos términos de «bien (yo) contra mal (ellos)». Pensando que con la polarización van a salir ganando ellos.

Digo esto porque no tengo ningún problema en que un comic diga que el franquismo fue malo. Yo también lo creo. Con lo que no estoy de acuerdo y me produce un rechazo absoluto es cuando leo un comic en el que una de las ideas claves sea señalar que la derecha política en España es mala y causante de todos los problemas del país, cuando la realidad objetiva de la historia de España no es esa. Un mensaje que para sorpresa de nadie coincide con el del 99% de todas las películas y series españolas que se estrenan en nuestro país. Hacer un comic con este mensaje no es rompedor ni revolucionario, si hablamos del ámbito cultural español es totalmente mainstream.

El comic está regado de pequeñas cosas que plantean una realidad de trazo grueso dirigida a crear una narrativa muy clara. Todo lo malo que ha pasado en España es culpa de la derecha política que son siempre los malos. Y la clave es que no se limitan al periodo franquista, algo con lo que ya digo que estamos todos de acuerdo, sino empezando por el más complejo periodo antes y durante la Guera Civil, unos años en los que ambos bandos cometieron muchas salvajadas. Y también durante el periodo ya democrático. Y son detalles de la historia que vistos individualmente igual son todas pequeñas «chorradas» sin mayor importancia, pero que cuando se ven en su conjunto queda muy clara esta narrativa y el mensaje subyacente. Voy a comentar algunos de estos elementos.

Al principio del comic, mientras el franquismo rueda una película protagonizada por Pro, su ayudante adolescente dice una frase marcada por el régimen mientras están atados en una hoguera rodeados por enemigos rojos: «Nos han debido confundir con una iglesia». Es posible que esta escena aluda a algo que se estrenó o se publicó durante el franquismo, un periodo en el que hubo muchísimos panfletos ideológicos. No lo se. Esta frase provoca la queja de Pro diciendo que es un diálogo ridículo, lo que como decía puede ser un gag humorístico sin más. El problema es que el bando republicano SI quemó iglesias y asesinó centenares de monjas y curas indefensos en los meses previos al inicio de la Guerra Civil, y también durante la guerra. Para alguien de izquierdas esto es un chiste, pero es una parte de la realidad de la Guerra Civil que ahora se pretenda que se olvide. O peor, que se crea que no sucedió.

Hablando de la brocha gorda y de momentos sesgados de la historia en los que me perdieron completamente mientras leía este comic, en un momento del comic Pro pide al duende kcaJ ybriK (si, Jack Kirby) que le lleve al pasado para evitar la Guerra Civil española. La solución del duende es llevar a Pro a mayo de 1936 para asesinar al General Mola y evitar así el alzamiento militar. La escena tiene truco porque esta muerte causa una realidad alternativa, un concepto comiquero como pocos, con lo que Pro no consigue cambiar nada en su realidad. Pero aunque una opción era asumir el elemento de historia ligera de este comic, mientras leía esto no podía dejar de pensar que para evitar la Guerra Civil, si sabes algo de historia de España, el duende debería haber llevado a Pro al 13 de julio de 1936 para evitar el asesinato de José Calvo Sotelo, el líder de la oposición de derechas asesinado por simpatizantes del Partido Socialista, tras haber sido amenazado de muerte en la tribuna del Congreso por el líder socialista Indalecio Prieto días antes. Una muerte que horrorizó a la sociedad española de la época y que provocó que la mayoría del ejército, que hasta ese momento no se había alineado, se uniera a la insurrección de Franco y Mola. Si un suceso fue clave en el inicio de la Guerra Civil, fue este asesinato político realizado por gente de ideología socialista. La mayoría de historiadores fechan en el 17 de Julio, 4 días después de este asesinato, el inicio de la Guerra Civil. Evitar una muerte entraría en la naturaleza compasiva de Pro mucho más que matar a alguien por algo que aún no había realizado. Pero eso significaría mostrar que no todo lo malo que pasó en España fue cometido por la derecha, sino que en los años previos a la Guerra Civil la izquierda cometió atrocidades iguales o peores. Y claro, eso sería mostrar una versión más compleja de la realidad que el evidente «la derecha es mala», que es uno de los ejes con los que Galán ha escrito este comic.

De nuevo, sé que no debería tomarme muy en serio el comic de Galán, pero no se ni cómo calificar que en la parte de los asesinatos de ETA durante el periodo de democracia en España, Galán se las apañe para decir en su comic que unos actos terribles realizados por organizaciones de ultra izquierda en realidad fueron culpa de la derecha. Una derecha económica que financiaba a los más violentos, malogrando los actos de los verdaderos luchadores por la libertad. Muy fuerte. Aunque se supone que este es un comic de entretenimiento ligero, me molesta los niveles a los que se están llevando los intentos de tergiversación de la historia de España. Y me entristece comprobar hasta qué extremos esta tergiversación de la historia ya ha calado en una parte de la sociedad. Para que conste de nuevo, por supuesto que creo que el franquismo fue una dictadura terrible y como tal la condeno y prefiero la democracia actual creada a partir de una monarquía parlamentaria. Creo que de todas las posibles opciones posibles, el mejor tipo de sistema político posible para España es el democrático.

En los últimos años de democracia, la principal violencia política y la mayoría de agresiones físicas las han realizado partidos y personas de izquierdas y las han sufrido partidos y personas de centro y derecha. Incluso obviando el terrorismo etarra al que mencionaba antes, fueron los simpatizantes de Ciudadanos los que fueron agredidos en Cataluña en varias campañas electorales. Unas agresiones ampliadas por los comentarios de medios de comunicación afines justificando las agresiones afirmando que «fueron a provocar». Ha pasado en Cataluña en la calle pero también en la universidad, agrediendo radicales de la izquierda independentista a estudiantes que piden recibir sus clases en castellano. También han habido agresiones en el País Vasco, siempre con la justificación de «vienen a provocar, en el fondo quieren que les agredan para victimizarse». A pesar de vivir en una democracia, en Vallecas radicales de izquierda se arrogaron la potestad de decidir quien podía hacer un mitin político en la localidad y quien no. Igual que digo esto, en la Comunidad Valenciana han habido actos de violencia realizada por grupos neonazis. Actos igualmente rechazables y condenables. La diferencia es que siendo todos actos de violencia asquerosa, hasta donde yo se esa violencia neonazi no la han cometido personas afines a partidos políticos con representación en los parlamentos nacional y autonómicos, como si pasó en los ejemplos que he mencionado previamente. Hago este comentario porque en los últimos años una parte de la izquierda versada en la propaganda está intentando reescribir la historia, pero se está encontrando con el problema que no nos pueden convencer que esos hechos no existieron a la gente que los vivimos. Y ya no es que no puedan convencerme de algo, es que veo la falsedad de su argumento y voy a decirte: «BULLSHIT». A partir de ahí no me voy a creer nada de lo que me intentes vender.

Por eso encuentro lamentable que fruto de este mensaje maniqueo de «la derecha es siempre mala y la causante de todos los problemas del país», Galán plantee en este comic una escena que puede considerarse menor, cuando el villano afirma que ha preparado el boycott a su propio acto para que la sociedad sienta pena por ellos y sean vistos como víctimas. Algo que ayuda a construir esta narrativa falsa y maniquea que permea el comic de principio a fin. Una narrativa que al final parece más importante que la trama de superhéroes en la que los buenos combaten y vencen al malo.

Y en este momento, igual estás pensando: «Ignacio, estás sacando las cosas de contexto, en realidad Pro es un comic ligero sin más«. Otra idea sería «El mundo de Pro no es el mundo real, es un mundo inventado por David Galán Galindo y por tanto puede hacerlo tan maniqueo y simplista como quiera«. Y en parte estoy de acuerdo con la segunda parte. Pero antes hablaba de la narrativa Forrest Gump, mediante la que en una historia de ficción se añaden personajes reales de la historia para darle una sensación de realidad. Aunque Pro es obviamente ficción, todo en el comic está pensando para dar SENSACIÓN DE VEROSIMILITUD. Con este maniqueismo y esta tergiversación no sólo de hechos sucedidos hace 80 años, sino de lo que está pasando en España en los últimos cinco.

Y al mismo tiempo que se podría intentar minimizar la repercusión de este comic, me doy cuenta que en realidad Galán no piensa que estemos ante un comic «menor», cuando con su comparación con la obra de Alan Moore busca que se traslade por asociación la idea que este comic también es «importante». Un comic importante que busca trasladar la idea que la derecha es mala. El argumento se desmonta sólo a poco que tengan el más mínimo espíritu crítico y no veas el mundo en términos de blanco y negro, buenos y malos. Que es justo lo que las redes sociales están incentivando.

Durante el franquismo se hizo muchísima propaganda ideológica para vender las bondades del régimen, disfrazándola de «entretenimiento». La solución contra los panfletos del pasado no es crear otro panfleto en las antípodas ideológicas para vender lo tuyo. Y sobre todo, para vender lo malos que son «los otros».

Cuando hablo con gente «normal» fuera del frikerío, en el trabajo durante la parada del café o en mi colla de amigos, se oye mucho «estoy cansado de panfletos políticos.» Y el problema de Pro es que esta ideología se hace tan evidente que acaba siendo el ejemplo perfecto de contenido politizado que me impide su disfrute. Y mira que he disfrutado mucho de comics que critican el franquismo, inmediatamente pienso en Jamás tendré 20 años de Jaime Martín, pero hay un montón. Un comic doloroso y emocionante a partes iguales. Algo que Pro nunca llega a ser. De nuevo, no tengo ningún problema con los montones de comics ya existentes en los que el franquismo es el villano. ERA UNA DICTADURA. Pero llega un momento en el que el maniqueismo y el trazo grueso traspasan todos los límites. Hablaba antes de que es bueno escuchar puntos de vista diferentes, pero la manipulación y el lavado de cerebro de la izquierda política y mediática en la mayoría del entretenimiento mainstream está llegando a cruzar todos los límites. Ya tenía asumido esta manipulación en el cine y la televisión española, pero verlo de forma tan burda y maniquea en este comic ha sido demasiado para mi. Reconozco que estoy agotado, no me quedan ganas de gastar mi tiempo con panfletos. No me cuentes otra historia que critica el «white-privilege», ni que diga que todos los hombres somos violadores en potencia. Estoy cansado de las historias de empoderamiento femenino donde todos los hombres son malos e incompetentes. Me aburren los techos de cristal y todo lo que tenga que ver con el patriarcado. Y por supuesto, no me quieras vender que la izquierda política española es la garante de la democracia. La misma izquierda que creó al GAL. No te lo compro.

Y aunque parezca mentira, en realidad compré este comic deseando que me gustara. No soy de los que se gastan su dinero en algo que saben de antemano que no me van a gustar. Bastante apretado estoy como para malgastar mi dinero. El problema del dibujo es una parte importante de la valoración negativa, pero la principal fuente de insatisfacción es el bajón que me produjo la historia de Galán.

Lo fácil sería hacer una cruz y no volver a comprar nada de Galán. Es lo que seguro pedirían las redes sociales del «nosotros contra ellos». Pero sigo pensando que es mejor leer obras que me hagan salir de mi zona de confort y rebatan posibles ideas que pueda tener preconcebidas. Leí Orígenes Secretos de Galán y la verdad es que la novela me gustó bastante más que la película. Así que estaré atento a sus próximas obras, aunque decidiré en cada caso si invierto mi dinero en ellas. Un comic de Galán no me ha gustado, confío que el próximo conecte con mis gustos y me guste más de lo que lo ha hecho este Pro.

Comparto las primeras páginas del comic:

Pro me ha decepcionado en la parte superheroica por la forma en que la historia y el dibujo va de más a menos. Pero lo que realmente no me ha gustado nada es la sensación de panfleto maniqueo. Me sabe mal expresarlo en estos términos, pero así me ha hecho sentir.

PUNTUACIÓN: SUSPENSO

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Crítica de Heretic de Scott Beck y Bryan Woods

Scott Beck y Bryan Woods, guionistas de Un lugar tranquilo y directores de 67 son los creadores de Heretic, la primera película de 2025 que vi en el cine. Una película que tiene el reclamo de ver a Hugh Grant haciendo de serial-killer.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Dos jóvenes misioneras se ven obligadas a demostrar su fe cuando llaman a la puerta equivocada y son recibidas por el diabólico Sr. Reed (Hugh Grant). Los tres se verán envueltos en un brutal juego del gato y el ratón durante una larga noche de tormenta.

Scott Beck (Iowa, 1984) y Bryan Woods (Denver, 1984) son un dúo de cineastas estadounidenses. Crearon la historia y coescribieron la película de terror postapocalíptico Un lugar tranquilo (2018), y escribieron y dirigieron el thriller sobrenatural Nightlight (2015), la película de slasher Haunt (2019), el thriller de acción de ciencia ficción 65 (2023).

Beck y Woods producen, escriben y dirigen esta película realizada en el sello especializado en terror A24. La película de 111 minutos de duración ha contado con un presupuesto de 10 millones de dólares, y cuenta con fotografía de Chung Chung-hoon, montaje de Justin Li y música de Chris Bacon.

Heretic tiene el enorme éxito de plantear una película en un espacio cerrado protagonizado por apenas tres personajes. Los protagonistas son Hugh Grant como el Sr. Reed, en apariencia un devoto rreligiosos que someterá a una tortura a dos jóvenes misioneras, Sophie Thatcher como la Hermana Barnes y Chloe East como la Hermana Paxton. Otros actores con papeles más pequeños son Topher Grace como Elder Kennedy y Elle Young como la Profeta.

Si una cosa queda clara viendo Heretic es que sus directores Beck y Woods son profesiones muy listos que saben crear high-concepts potentes que dan lugar a películas solventes que saben a lo que juegan. Lo vimos con Un lugar tranquilo y también con la entretenidísima 65. Una película que por cierto recibió muy malas críticas pero que a mi me gustó precisamente por su falta de pretensiones.

En Heretic hay que empezar valorando la capacidad de Beck y Woods a la hora de crear una película que implica únicamente a tres personajes en un espacio cerrado, y que sin despliegues violentos consigan mantener la tensión y el interés durante toda la película. Una duración de 110 minutos que me parece perfecta para lo que nos cuenta la película.

Los tres protagonistas me parece que están muy bien. Por un lado, Hugh Grant busca salirse de su zona de confort en comedias románticas y similares para convertirse en un serial killer fanático religioso que sin embargo no parece querer tocar un pelo a las dos jóvenes misioneras mormonas que visitan su casa. Sophie Thatcher como la Hermana Barnes y Chloe East como la Hermana Paxton me parece que están muy bien en su papeles de dos jóvenes que entienden desde el primer momento la amenaza física que supone una adulto que las dobla en peso y tamaño y que de un puñetazo puede tumbarlas. Las jóvenes tendrán que plantear un desafío intelectual además de religioso si esperan poder sobrevivir a esta noche de tormenta.

Heretic maneja muy bien la tensión de la película jugando a un combate de ideas mientras el Señor Reed plantea a las chicas su idea de las religiones y como en el fondo no cree que ninguna sea real, sino un medio de control social aplicado a todas las sociedades a lo largo de toda la historia. La película dosifica muy bien los giros y las sorpresas, aumentando la sensación claustrofóbica a medida que el plan de Reed se va desarrollando sin que las jóvenes puedan hacer nada para evitarlo. La película en realidad no es tanto una película de terror tal y como yo lo entiendo, sino un thriller de tensión bastante aseado que cumple su objetivo de principio a fin.

Creo que hay varios momentos visuales muy chulos, como la maqueta en el despacho de Reed que muestra el complejo subterráneo que ha cavado debajo de su casa, en el que vemos el movimiento de las jóvenes. Como ejercicio de estilo creo que Beck y Woods aciertan completamente y resultan un seguro de vida. Lo digo porque una película de 10 millones ya ha recaudado 40, resultando super rentable para sus productores. Y en realidad tengo que decir que Heretic me ha gustado, siendo lo que es. Aunque tampoco me ha flipado.

En realidad, dentro que Heretic me ha entretenido, también me llama la atención la falta de definición y lo tramposa que es en varios momentos. No es que me moleste en realidad, pero es curioso que esta película puede ser interpretada como una crítica a las religiones organizadas y la forma en que controlan a los crédulos creyentes. Y también como una película en la que una joven ve afianzada su fe en la peor de las situaciones, porque es reconfortante saberse parte de algo más grande que una misma. Ambas interpretaciones son antagónicas y a la vez válidas, lo que muestra a unos escritores planteando una indefinición muy pensada para quedarse a medio camino de todo.

Hay un montón de pseudo-cháchara religiosa que parece planteada para que el señor Reed parezca super inteligente, cuando en realidad no lo es tanto. De hecho, en un momento dado incluso las chicas gritan «bullshit» ante tanta chorrada pseudo profunda que en realidad no tiene sentido o está claramente sesgada. Esto me lleva a la interpretación de Hugh Grant, que en realidad es el principal reclamo de la película. Ver a Grant convertido en un serial-killer parecía que nos daría un cambio brutal respecto al que estamos acostumbrados. Pero aún siendo el villano, en realidad este papel tampoco es tan revolucionario ni tan over-the-top. De hecho, casi parece haber pedido explícitamente hacer de un villano que en realidad no comete en pantalla ningún acto de crueldad o tortura física a las chicas. De forma que es el malo, pero en realidad no tanto por lo que se ve en pantalla.

Luego hay algunos saltos de lógica e imposibilidades que hay que aceptar como parte de los clichés del género sin las cuales no hay película. Empezando por la regla que las chicas rompen para entrar en la casa, o luego con la trampa increíble de la Profeta dentro del foso. Hay momentos muy locos que tienes que aceptar porque como digo si no no hay película. Aparte que en realidad las motivaciones del villano no están claras, por un lado por la indefinición que comentaba antes, pero también porque el contenido es mucho menos inteligente o sesudo como parece en la superficie.

Dentro de la pseudo-cháchara, hay un momento muy meta cuando Reed afirma que si la religión judía fue la primera (algo falso en realidad), sólo supone el 2% de la población mundial porque no se publicitan. Y digo que es gracioso pensando que el mundo del cine mainstream americano está controlado completamente por dinero judío, productores, escritores y directores judíos. Que se diga en una película americana que el judaismo no se publicita cuando está presente de una manera u otra en la mayoría de producciones de Hollywood es sin duda un momento de humor no intencionado. Esto es en realidad una anécdota en el conjunto de la película, pero como me hizo mucha gracia durante el visionado, tengo que comentarlo aquí

Dicho esto, en realidad Heretic me parece una película que funciona muy bien porque tiene claro lo que es, que en realidad es un ejercicio de estilo de crear tensión creciente sin apenas violencia física ni momentos sangrientos. Esto mismo puede hacer que esta película sea muy mainstream, pudiendo ir a verla público fan de Hugh Grant pero a los que en realidad no les gusta el terror de gore, sangre y vísceras.

Comparto el trailer de Heretic:

Heretic es una buena película con un buen uso de la tensión una vez aceptas la naturaleza tramposa de toda la historia.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Star Wars Tripulación perdida episodio 6 (Disney+)

El sexto episodio de Star Wars Tripulación perdida en Disney+ pone las cartas sobre la mesa de cara al climax de los dos últimos episodios.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Episodio 6. Sin amigos otra vez.

Las relaciones se deterioran bajo presión en un viaje difícil.

Este sexto episodio de Star Wars Tripulación perdida tiene una duración de 34 minutos y ha sido dirigido por Bryce Dallas Howard, la actriz y directora cuyo buen hacer ya hemos disfrutado en varios episodios de The Mandalorian y The Book of Bobba Fett. Los showrunners Christopher Ford y Jon Watts encargan la escritura de este episodio a Myung Joh Wesner, guardándose para ellos la escritura de los dos últimos episodios.

En el reparto tenemos como siempre a Jude Law como Jod Na Nawood, un prisionero con un pasado oculto que cree que su encanto le permitirá escapar de los problema que se va encontrando. Ravi Cabot-Conyers es Wim, un joven humano que tiene sueños de aventura lejos de su perfecto y aburrido planeta At Attin. El resto de jóvenes perdidos son Ryan Kiera Armstrong como Fern, una joven demasiado lista para su propio bien, Kyriana Kratter como KB, amiga de Fern que lleva un visor cibernético conectado a un implante conectado a su cabeza y Robert Timothy Smith como la voz de Neel, un joven alienígena no identificado con aspecto de elefante y amigo de Wim. Además, Nick Frost hace la voz de SM-33, el decrépito droide primer oficial de la Onyx Cinder, la nave perteneció al famoso pirata Tak Rennod. 

Tras la traición de Jod Na Nawood del episodio anterior en el que mostraba sus verdaderos colores piratas, en el corto episodio de hoy tenemos tres tramas en paralelo. Por un lado, Jod es aprisionado por los piratas, y sobrevive a su eliminación convenciéndoles para ir a At Attin para encontrar los tesoros del pirata Tak Rennod. Por otro lado, los chavales que escaparon por los pelos se separan tras una discursión, creándose dos grupos, uno con Wim y Neel, que buscarán escalar la montaña para llegar hasta su nave, y otro con Wim con KB que prefieren buscar otra ruta de acceso. El episodio sirve para mostrar las diferencias entre cada chaval, y como tienen que ayudarse unos a otros para poder salir adelante.

Dentro de ser un episodio corto, la historia contiene varios momentos muy emocionantes con los chavales, resaltando además la idea de aventura con «Los Goonies en el espacio». Además, por el lado de Jod, su papel afianza la idea de aventura pirata que también es uno de los pilares de la serie.

La dirección de Bryce Dallas Howard me parece modélica, con un uso imaginativo de droides y seres alienígenas nunca antes vistos que son los detalles que ayudan a que nos enamoramos de Star Wars. Está claro que en una serie de Star Wars controlada por unos showrunners como Watts y Ford, es difícil que una directora destaque en un episodio concreto. Pero también creo que merece destacarse cuando una directora da una solvencia absoluta dentro del universo de Star Wars.

En este episodio de transición que prepara el climax final en At Attin, resulta lógico que no hayamos visto lo que hacen los padres de los chavales para intentar que el gobierno planetario les ayude a encontrarles. En todo caso, sigo pensando que la identidad del pirata Tak Rennod y si está vivo o muerto en At Attin va a ser una parte importante de la posible sorpresa y la resolución de la historia. Pero para eso tendremos que esperar una semana.

A falta de dos episodios para el final, Star Wars Tripulación perdida me parece un éxito absoluto.

Comparto el trailer de esta serie:

El disfrute de Star Wars Tripulación perdida está siendo consistente semana a semana. Y tengo claro que nos esperan dos últimos episodios geniales que cerrarán la historia.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Biblioteca Marvel. Nick Furia, Agente de S.H.I.E.L.D. vol. 3 de Jim Steranko (Marvel Comics – Panini)

El tercer volumen de Nick Furia, Agente de S.H.I.E.L.D. nos permite disfrutar de la revolución que Jim Steranko supuso para los comics Marvel.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO ABSOLUTO

Es más que un cómic: es una máquina del tiempo. ¡Continúa la legendaria etapa de Jim Steranko, que se alza ahora también como guionista de la serie! El Hydra Supremo descubre su verdadero rostro, un rostro que lleva horadando la Tierra y enfrentándose a Nick Furia desde la Segunda Guerra Mundial. ¡Es el regreso del Barón Wolfgang von Strucker! Además, Nick entrena al Capitán América, Jimmy Woo irrumpe en la Edad de Plata de los cómics… ¡y también la amenaza conocida como Garra Amarilla! Contiene los correos de lectores de la edición original y la cronología que lo sitúa todo en contexto. ¡Biblioteca Marvel, como siempre y mejor que nunca! ¡No puedes perderte esta edición histórica!

Este volumen incluye Strange Tales 154-163, publicados en diciembre de 1966 y durante 1967.

En el segundo volumen de Nick Furia Agente de SHIELD asistimos a la llegada de Jim Steranko a la colección. Esas primeras 3 grapas fueron comics de prueba en los que Steranko dibujaba / entintaba a partir de los bocetos de Jack Kirby, que le sirvieron de guía de lo que es el estilo Marvel. En este volumen Steranko ya se ha soltado y plantea un dibujo revolucionario que ha pasado a la historia. Por un lado por el dinamismo y las composiciones que plantea, y por otro por la experimentación. En las páginas de preview que podéis disfrutar abajo por cortesía de Panini, puede verse un ataque del robot Temerario con Rayos Gamma, mostrado como si de una imagen de rayos X se tratara, viendo únicamente los huesos y la silueta de Nick. Más adelante, Steranko hará collages utilizando fotografías de Nueva York. Ya sea por un recurso u otro, lo cierto es que este comic tiene un dinamismo y una espectacularidad que he disfrutado muchísimo. Comentaba hace poco que algunos comics de la Biblioteca Marvel, en concreto los de Los Vengadores y La Patrulla-X se me están haciendo «durillos» de leer por una historia que ha envejecido mal y un dibujo mediocre. Sin embargo, me ha gustado mucho leer esta Biblioteca Marvel de Nick Furia.

Nick Furia, Agente de SHIELD se publicaba en Strange Tales, compartiendo cabecera con Doctor Extraño. Steranko seguía trabajando en publicidad cuando empezó en Marvel, por lo que las aventuras mensuales de 12 páginas de Strange Tales le resultaban perfectas para poder cumplir los plazos de entrega y seguir trabajando en su trabajo diario en una empresa de publicidad. Debido a la propia extensión de la colección, Steranko tiene que plantear historias que van al grano desde casi la primera página, para poder disfrutar de las estupendas coreografías de acción que tenemos en todos los números. De hecho, uno de los elementos más destacados de estos comics es el alucinante sentido del ritmo que tienen, planteando momentos super impactantes como fue la presentación de Barón Von Struker, que Steranko realizó con una espectacular y super icónica doble splash-page. Que en un comic de apenas 12 páginas el autor entienda que esta es la mejor y más espectacular forma de crear el comic es una de las ventajas de tener a un autor completo encargándose de todo.

El número 154 que abre este volumen es el único co-escrito por Roy Thomas. Ya en el número 155 Steranko tomará el control de la colección, planteando unas historias de acción y espionaje que conectaban con las modas de la época. En estas páginas veremos el coche invisible, un montón de gadgets que serán super necesarios más adelante, y la transformación de un Nick Furia con traje y corbata convertido en un hombre de acción con su icónico traje de cuero negro con bolsillos y armas por doquier. Otro de los elementos que refuerza la idea de estar ante unos comics históricos son los villanos. En las primeras 5 grapas el Barón Von Strucker de Hydra, y a continuación, Garra Amarilla, otro de los villanos clásicos de SHIELD que en su momento conectaba con la idea de «peligro amarillo». Además, el Capitán América también acompañará a Furia en la segunda mitad de este volumen, algo que era completamente lógico pensando en la idiosincracia de ambos personajes.

Estos números de Nick Furia Agente de SHIELD me han gustado mucho. Si tengo que decir algo menos bueno es la idea de ver a Nick Furia marchando sólo contra una horda de HYDRA teniendo a todos los recursos de SHIELD y todos sus hombres a su mando. Visto con ojos modernos esto bordea la suspensión de credulidad, pero en realidad no es tan distinto a lo que veíamos en las películas de James Bond de la época o en cualquiera de las series de televisión de temática de espionaje que se estaban estrenando en los años 60. Así que este elemento más naif no es un problema.

Cuando hablamos de comics HISTÓRICOS, sin duda Jim Steranko y su Nick Furia, agente de SHIELD entran en esta clasificación. Si yo he disfrutado una barbaridad con estos comics, no quiero ni imaginar la revolución que supondrían estos comics para un joven lector de 1967. Es alucinante.

Comparto las primeras páginas del comic:

La llegada de Jim Steranko como autor completo de Nick Furia, agente de S.H.I.E.L.D. convierte una colección que hasta ahora era hija de su tiempo, en uno de los mejores comics de estos años, junto a Los Cuatro Fantásticos. Disfrute total.

PUNTUACIÓN: CLASICO ABSOLUTO

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