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Crítica de Wanted de Mark Millar y J.G. Jones (Millarworld – Icon – Image)

Resulta obligatorio recuperar la primera miniserie de Wanted de 2004 de Mark Millar y J.G. Jones antes de la publicación del comic-evento Big Game de Millar con Pepe Larraz, que se estrenará este próximo mes de julio.

PUNTUACIÓN: 8/10

¿Y si todo en tu vida estuviera fuera de tus manos y los que te rodean impulsaran tu destino? Tu novia te dejó por tu mejor amigo; tu jefe dio tu trabajo a alguien mejor. ¿Y si, después de todo esto, alguien te devolviera el control total? ¿Y si te revelara que eres el siguiente en la fila para unirte a una sociedad secreta de supervillanos que controla todo el planeta?

Mark Millar y J.G. Jones presentan a un hombre que pasa de ser el mayor perdedor del mundo al asesino más mortífero que existe. La vida de Wesley Gibson nunca volverá a ser la misma.

Esta miniserie de seis número que tuvo además un Wanted Dossier de fichas de personajes, sirvió de inspiración para la película de 2008 protagonizada por Angelina Jolie, James McAvoy y Morgan Freeman, y dirigida por Timur Bekmambetov.

El escritor escocés Mark Millar entró en el mainstream americano de la mano de DC Comics en la década de 1990, donde realizó estre otros una estupenda etapa en el comic Super: The animated series, a lo que habría que sumar su Superman: Red Son. Sin embargo, la polémica que se generó en su etapa en The Authority junto a Frank Quitely, comic editado por Wildstorm que en ese momento ya era propiedad de DC y que fue censurado, le llevó a cambiar de aires y convertirse en uno de los escritores de mayor éxito de Marvel en los primeros años 2000. Tras trabajar en varios comics de universo Ultimate (Ultimate X-Men y Ultimate Fantastic Four), en 2002 pegó uno de los pelotazos más grandes de su carrera con The Ultimates junto a Bryan Hitch, uno de los comics más influyentes del medio que sirvió de inspiración para la película de los Vengadores de Marvel Studios. The Ultimates, Lobezno: Enemigo del Estado (2003-04), Civil War (2006-07) o su Old Man Logan en 2008-09 fueron algunos de sus comics más populares de Millar durante unos años en los que se convirtió en uno de los principales arquitectos de Marvel.

Además de su faceta de escritor, Millar siempre ha triunfado desde el punto de vista de hombre de negocios y perfecto conocedor de la industria del comic, viendo las oportunidades y el beneficio que podría conseguir creando comics de creación propia que se alternaran con los trabajos de encargo en editoriales como Marvel o DC.  Millar creó su sello Millarworld en 2004 para publicar comics de creación propia de los que conservaba los derechos, algo que se ha demostrado la decisión más inteligente que pudo tomar en toda su vida. En esos años iniciales decidió no cerrarse ninguna puerta y optó por publicar con diferentes editoriales. De esta forma, Wanted con J.G. Jones se publicó en Image a través del sello Top Cow de Marc Silvestri, Chosen con Peter Gross se publicó en Dark Horse y The Unfunnies con Anthony Williams en Avatar.

Wanted es el primer comic del sello Milarworld, publicado desde finales de 2003 a 2005, y su primer pelotazo. Al éxito de ventas del comic hay que sumar que fue el primer comic de Millar que tuvo una adaptación cinematográfica estrenada en 2008 protagonizada por Angelina Jolie, James McAvoy y Morgan Freeman. Lo que podría considerarse un éxito puntual o una casualidad se convirtió en tendencia tras vender Kick-Ass, su comic con John Romita Jr., a Matthew Vaughn, que estrenó su divertidísima adaptación cinematográfica en 2010. Tras Kick-Ass, la pareja Vaughn + Millar repitieron en 2014 con Kingsman: The secret Service. Estos éxitos pusieron encima de la mesa a otros creadores del mundo del comic (y a las propias editoriales) que el dinero no estaba tanto en los comics sino en la opción de expandir las propiedades a otros ámbitos. Tras varios años creando contenidos propios, Netflix le compró a Millar el sello Millarworld en 2017, manteniéndole como presidente y creador de contenidos de cara a su adaptación televisiva o cinematográfica.

Jeffrey Glen Jones es un dibujante de cómics estadounidense conocido principalmente por Wanted y por su trabajo como portadista de series como 52 o Y: The Last Man. Debutó en la industria del cómic en 1994 dibujando Dark Dominion para Defiant Comics. En 1999, Jones y el escritor Devin K. Grayson crearon al personaje de Yelena Belova en la serie limitada Black Widow para Marvel. Al año siguiente, Jones trabajó con el escritor Grant Morrison en la serie limitada Marvel Boy. Antes de Wanted, realizó también Wonder Woman: The Hiketeia con Greg Rucka. En 2008 no consiguió terminar de dibujar Final Crisis junto a Grant Morrison, requiriendo DC de varios dibujantes para finalizar el comic. A partir de ahí, se ha prodigado poco como artista interior, centrándose en su trabajo como portadista.

Wanted fue el primer comic del Millarworld y 20 años después se mantiene con un estupendo entretenimiento con un montón de sorpresas y momentazos increíbles. Y ahora con el plus de interés que los últimos acontecimientos vistos en Nemesis Reloaded han dotado a esta historia de super villanos, y que va a cobrar nueva vida gracias a Big Game.

Un primer elemento super interesante fue la decisión de crear al protagonista Wesley Gibson con la cara de Eminem, mientras que The Fox se inspiraba claramente en Halle Berry. Esto repetía la jugada de The Ultimates donde Millar y Hitch convirtieron al Nick Fury del universo Ultimate en Samuel L. Jackson. La idea de colocar caras conocidas que de alguna manera vendieran el comic y llamaran la atención de los productores de Hollywood hay que reconocer que funcionó, porque Wanted acabó teniendo su adaptación al cine, aunque con James McAvoy y Angelina Jolie, por lo que no creo que saliéramos perdiendo en absoluto.

Millar plantea lo que sería una historia de origen comiquero bastante standard a priori y la retuerce al plantearla como la historia de un villano. Y es muy listo, porque desde siempre había visto que existía un nicho de historias que nadie más estaba haciendo en el ámbito mainstream de superhéroes, lanzándose a aprovecharlo al máximo. Junto a la narración de Wesley Gibson contándonos en primera persona su historia a los lectores, el otro hecho diferencial de Wanted es el propio mundo en el que se desarrolla la historia. La idea que en 1986 (año en que por ejemplo terminó Crisis en Tierras Infinitas o se publicó Batman TDKR de Frank Miller) los super villanos del mundo se unieron y derrotaron a los superhéroes, borrando la memoria a toda la humanidad para que olvidáramos que existieron y pasando a dominar desde las sombras el planeta, hay que reconocer que es una idea genial por parte de Millar.

Este hecho sirve a Millar de dos maneras muy claras. El primer lugar, para enfatizar el elemento metatextual, sugiriendo que esto mismo podría haber pasado en nuestro mundo real donde vivimos los lectores, de forma que se explicaría los motivos por los que nuestro planeta parece que se ha ido a la mierda en los últimos años. La punkarrada de la última página, o la forma en que se ríe de Batman y Robin, a los que convierte en Adam West y Burt Ward, los actores de la serie de televisión de los 60 que durante años malvivieron gracias a sus apariciones en convenciones, nos muestran al Millar más provocador que busca no dejar nunca indiferente al lector.

La segunda derivada de este argumento es que tener a unos supervillanos en la sombra que destruyeron a los héroes permite a Millar y a Jones realizar versiones de villanos clásicos que los lectores más veteranos podamos identificar. El Parásito, Bizarro, el Juguetero, Clayface o Mr. Mxyzptlk son algunos de los personajes «homenajeados» por Wanted, villanos que como podéis ver son mayoritariamente de DC.

Estas sorpresas son parte de una historia con un ritmo perfecto que dosifica las sorpresas y los puntazos a lo largo de los seis números de la serie, al que habría que añadir el especial con las fichas de los personajes. En este sentido, dentro que es un comic que se sigue leyendo como un tiro hoy en día, hay que reconocer que quizá el último número en el que conocemos la historia de Wesley y de su padre, es posiblemente el más flojo de la miniserie, al plantearlo todo para generar el punkarrada final en la que Wesley afirma que nos está dando por el culo a los lectores, dado que nosotros tampoco recordamos, ni querriamos hacerlo en realidad, que vivimos en un mundo dominado por villanos.

El dibujo de J.G. Jones con color de Paul Mounts me parece que es magnífico. Wanted creo que probablemente sea el mejor trabajo de la carrera de Jones. La narrativa cinematográfica tan de moda en esos años es perfecta, y el diseño de personajes haciéndoles diferentes pero reconocibles me parece una pasada. Es curioso que fruto de la influencia de Matrix y el año 2000, quizá justo el traje de Wesley de cuero negro totalmente tapado con gafas y máscara sea uno de los elementos menos icónicos que peor han envejecido. En este sentido, me viene también a la cabeza el epic-fail del diseño del traje de Nemesis creado unos años más tarde por Steve McNiven. Los comics de Millar tienen muchas virtudes, pero justo el traje de los protagonistas no es una de ellas.

Otro elemento que recuerda que estamos ante un comic de inicios de los 2000 es que Millar y Jones plantean unas páginas sin efectos de sonido creados con rotulación, volviendo con la idea de narrativa cinematográfica. Por ejemplo, cuando hay un disparo, vemos el fogonazo en el cañón, pero no el ruido. Tampoco se oye nada cuando se rompe un cristal, como podéis ver en las páginas de muestra que añado al final de la entrada. Esto no es algo que sea bueno o malo por si mismo, pero si merece la pena resaltar que esta moda ha sido superada hace muchos años, y tenemos multitud de ejemplos en los que una buena rotulación refuerza la sensación épica de los comics, como sucede en los comics creados por Daniel Warren Johnson.

Volviendo al dibujo de Jones, disfrutando de esta relectura me he acordado que Jones prácticamente ya no dibuja comics secuenciales, limitándose al dibujo de portadas y entiendo que de commissions. Y es una pena, porque en Wanted teníamos a un artistazo que iba para super estrella. Entiendo que el stress de los plazos de entrega pudo con él, y prefirió una vida más cómoda únicamente haciendo las portadas. Y quien sabe si también mejor pagada.

Wanted es un comic repleto de buenas ideas que resulta super entretenido, al que hay que sumar las sorpresas y punkarradas del Millar más polémico y necesitado que el público mainstream conociera y comprara su primer comic de creación propia. Por este motivo, el comic tiene motivos polémicos más que de sobra que hiciera que págins como CBR o Newsarama se hiciera eco de él y lo recomendara. Y la jugada no cabe duda que le salió bien, porque a partir de ahí los comics del sello Millarworld empezaron a crecer.

En es punto, aparte de lo mucho que me ha gustado volver a leer Wanted, hay que reconocerle a Millar su inteligencia y su buen hacer en los últimos años. El hype que ha provocado Nemesis Reloaded ha tenido una doble derivada, porque además de querer comprar cuanto antes Big Time con Pepe Larraz, me dejó con ganas de releer otros comics del Millarverso como Night Club, Magic Order, etc… como previa al evento y para estar al día con estos personajes antes que los veamos cruzarse. Y por supuesto, tengo claro que Wanted se va a volver a vender como churros en estas próximas semanas y meses, al darle un protagonismo super inesperado a un comic publicado hace casi 20 años que miles de lectores probablemente no supieran ni que existía. ¡Qué listo eres, Millar!

En un momento en que muy pocas cosas de Marvel o DC me interesan, me resulta una pasada el hype que Mark Millar ha generado en mi gracias sus últimos comics. Últimamente estoy hasta el gorro de universos comiqueros mal llevados como la franquicia mutante de Krakoa. Y eso de los comics que compro, porque la continuidad DC no me puede resultar menos interesante ahora mismo. Sin embargo, cuando vemos una interconexión bien planteada en unos comics autoconclusivos entretenidos e interesantes, es imposible no sentirse interesado por ellos.

Comparto las primeras páginas del comic:

Wanted fue el primer comic del Millarworld y 20 años después se mantiene con un estupendo entretenimiento, con el plus de interés que los últimos acontecimientos han añadido a esta historia de super villanos que ha cobrado nueva vida gracias a Big Game.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Nemesis de Mark Millar y Steve McNiven (Millarworld)

Mark Millar está publicando en Image Comics Nemesis: Reloaded junto al artista super estrella español Jorge Jiménez. Es por esto que me he animado a recuperar la primera miniserie del personaje con dibujo de Steve McNiven (co-creador del comic) y color de Dave McCaig, y que fue publicada originalmente dentro del sello Icon de Marvel Comics en 2010-11.

PUNTUACIÓN: 6/10

¿CIVIL WAR? Nada. ¿KICK-ASS? Un calentamiento. ¿Qué pasaría si el hombre más inteligente y duro del mundo fuera totalmente malvado? Conoce a Nemesis. Ha estado destruyendo sistemáticamente las vidas de todos los jefes de policía de Asia, y ahora ha puesto sus ojos en Washington, DC. Entre tú y yo, la policía no tiene ninguna posibilidad. No te pierdas el libro del que TODO el mundo hablará.

Nemesis fue una miniserie de 4 números publicada en 2010-11 en el sello Icon de Marvel Comics. Icon fue creado en 2004 por Marvel para ofrecer a sus principales arquitectos de la época un espacio donde pudieran publicar comics de creación propia conservando los derechos, de forma que no tuvieran necesidad de irse a otra editorial a hacerlo. Powers de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming y Kabuki de David Mack cambiaron Image por Icon, y en este sello se publicaron también comics de J. Michael Straczynski como Dream Police y The book of lost souls, o el ahora mítico Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips. Dentro de la comodidad para los autores de publicar «en casa», lo cierto es que Icon era un espacio un tanto tacaño, dado que Marvel no invertía nada en publicidad para estos comics, siendo algo que tenían que hacer y pagar los autores de su bolsillo, al igual que los gastos de imprenta. Además, en su momento se dijo, antes de la explosión de la venta de tomos, que estas grapas sólo se imprimirían una vez aunque se agotaran y fueran un gran éxito. La idea que subyace era que Icon era un caramelo de Marvel para sus autores estrella, pero no invertían ni un céntimo más de lo necesario.

Desde que entramos en el siglo XXI Mark Millar ha sido uno de los escritores mainstream más popular y super ventas. Pero además, siempre ha tenido un gran ojo para captar las necesidades y oportunidades del sector, demostrándose un hábil profesional pensando desde una perspectiva de negocio. Tras el pelotazo de la primera serie The Ultimates, que fue publicada entre 2002 a 2004, Millar creó su sello Millarworld en 2004 para publicar comics de creación propia de los que conservaba los derechos, algo que se ha demostrado la decisión más inteligente que pudo tomar en esos años. En esos años iniciales decidió no cerrarse ninguna puerta y optó por publicar con diferentes editoriales. De esta forma, Wanted (que tuvo adaptación cinematográfica) con J.G. Jones se publicó en Image a través de Top Cow, Chosen con Peter Gross en Dark Horse y The Unfunnies con Anthony Williams en Avatar. En 2008, un Millar super asentado en Marvel tras el pelotazo de Civil War publica su primera colección creator-owned en Icon, Kick-Ass, con dibujo del super estrella John Romita Jr., comic superventas que también tuvo adaptación cinematográfica.

Steven McNiven es un dibujante de cómics canadiense. Se dio a conocer en la editorial CrossGen con Meridian antes de pasar a Marvel Comics para trabajar en cómics como Ultimate Secret, Marvel Knights 4 y New Avengers, firmando un contrato en exclusiva con la editorial. Entre 2006-07 McNiven fue el dibujante de la miniserie de Marvel Civil War junto a Millar, comic que Millar no deja de comentar que es el tomo más vendido de Marvel del siglo XXI. A continuación, Millar y McNiven volvieron a colaborar en la megapopular la historia de Lobezno Old Man Logan entre 2008 y 2009.

Tras estos dos pelotazos en Marvel y estando considerado McNiven el mejor dibujante de Marvel, o al menos el más mediático, Millar consiguió convencer a McNiven para que su siguiente trabajo juntos no fuera otra serie de Marvel, sino NEMESIS, un comic que se vendió con la premisa de ver qué pasaría si Batman fuera un psicópata como Joker. Algo que se dice provocó una llamada de DC para limar asperezas y asegurar que no sería necesaria una denuncia por uso indebido de su personaje estrella. El comic fue una miniserie de apenas 4 números y 96 páginas en total y salió con una periodicidad trimestral en mayo, agosto y noviembre de 2010 y febrero de 2011, entiendo que para que su publicación no afectara los posibles comics o portadas que Marvel encargara a McNiven en esas misma fechas.

Entrando a valorar el comic en si, Nemesis es uno de los comics que menos me gustan de Millar, y mi relectura no ha hecho más que recordarme los motivos. En comics previos como The Authority Millar ya se había ganado la fama de crear historias que son una macarrada super punki capaz de todo para provocar un shock al lector. Nemesis lleva esta valoración a un nivel superior. En Authority la punkarrada tenía un sentido, por ejemplo al realizar una parodia super over-the-top de los Vengadores en uno de sus arcos. Pero en Nemesis Millar se lía a un frenesí mega gore sin más intención narrativa que mostrar que lo hace porque puede, y que sus comics incluyen escenas en lo referido a ultra-violencia y gore que ningún otro escritor / editor se atrevería a publicar en un comic mainstream. Como elemento publicitario, estoy seguro que consiguió su objetivo, pero no es algo que yo como lector disfrute especialmente.

A la hora de plantear la muerte del jefe de policía de Tokio en la escena inicial, Millar no se limita a hacer que Nemesis le mate para dejar claro que este personaje es un villano, sino que muestra un sadismo extremo destruyendo un edificio lleno de gente como adelanto de que un tren bala aplaste al policía. Y la punkarrada no se detiene ahí, hay más. El comic sugiere un trauma infantil como el de Batman/Bruce Wayne como motivación de Nemesis, algo que se demuestra más adelante como una pista falsa, una punkarrada más. Que una de las sorpresas detrás de este asesino de masas es que su motivación para hacer lo que hace sea que «se aburre» es uno de los argumentos más macarras, nihilistas y, por qué no decirlo, tontos, que se pueden leen en un comic. Aunque es cierto sentido, eso es precisamente la motivación de Joker. Pero hay un montón de elementos super over-the-top en cada grapa, como el ataque al Air Force One cuando Nemesis no puede volar, o que deje embarazada a la hija del Jefe de Policía de Washington Blake Morrow, su siguiente víctima, con los espermatozoides de su hermano (el otro hijo de Morrow), colocando un explosivo que hace imposible que aborte. Whaaaaat?!!!!

En positivo, hay que decir que el mundo del comic americano debe ser uno de los pocos medios en entretenimiento en que apenas hay contenidos protagonizados por villanos. Millar vio este nicho hace mucho, porque Wanted es una historia de villanos, al igual que este Nemesis o Super Crooks junto a Leinil Francis Yu. Se le puede decir muchas cosas al escritor escocés, pero me gusta que sus high-concept sean siempre potentes y bastante diferentes entre si. También debo reconocer que incluso sin conectar con la historia de Millar, el comic se lee como un tiro y funciona sin duda como una historia de acción super over-the-top con giros constantes. El público que disfruta de películas como Posesión infernal o Destino final, por decir dos series que me vinieron a la cabeza inmediatamente, se lo pasarán genial leyendo este comic. A los que habría que sumar aquellos lectores post-adolescentes que pienses que los superhéroes con cosas «para críos».

A lo largo de los años, además de por sus argumentos hiper molones pensados para una adaptación cinematográfica, Millar se ha ganado fama de «trabajar con plantilla», planteando siempre en sus historias una traición en su número 4 que lo cambia todo y una macarrada o giro final en el climax de sus comics. En Nemesis creo que también tenemos esto, aunque limitado al formato de cuatro números de esta miniserie.

Hay un elemento que me llamó la atención de esta relectura. En 2008 Christopher Nolan hizo historia del cine mainstream con The Dark Knight. La parte del joker dejándose atrapar como parte de su plan fue un giro de guion super influyente que fue copiado en los años siguientes por muchísimos blockbusters palomiteros, desde Star Trek Into Darkness, Skyfall de 007 o incluso Los Vengadores de Joss Whedon. Millar también usa esta idea en Nemesis, y al ser un comic publicado dos años depués no tengo duda que no es casualidad, vio la película de Nolan y aprovechó esta idea que se ajustaba como anillo al dedo en su historia de un sádico asesino super inteligente. Unido a esto, este super criminal que planea sus golpes con años de antelación tiene mucho que ver con el Joker de Heath Leadger, que fue convertido en un avatar del Caos capaz de los planes más complejos y rocambolescos. Millar, eso si, hace un «sujétame el cubata» haciendo que sus planes de alarguen con años de antelación, llegando hasta situaciones tan ridículas como el giro final del comic (que no rebelaré por si alguien no leyó este comic).

El comic tiene el problema que Nemesis es un psicópata y por supuesto es imposible conectar con las masacres que va cometiendo, algo acrecentado por la motivación del aburrimiento. Pero a la vez, Millar tampoco hace demasiado para que empaticemos con el Comisario Blake Morrow, un policía íntegro que se tendrá que enfrentar a Nemesis (más bien sufrirlo) y que pone su trabajo por encima de su familia, hasta el punto que sus hijos le ocultan cosas porque le tienen miedo. Puestos a presentar a un Comisario Gordon en este comic, parece que Millar tampoco busca que sea un protagonista 100% positivo, supongo que porque estimaba que así lucía más cool.

Entrando a valorar el apartado artístico, Steve McNiven mantiene su estilo hiper realista que le encumbró en Civil War y Old Man Logan, pero no estamos ante uno de sus mejores trabajos. Hay un primer elemento que afecta a la lectura y es el propio Nemesis. El comic se vendía con la premisa del «Batman psicópata», y supongo que para transmitir la idea de opuesto al Caballero Oscuro, Millar y McNiven presentan a un villano vestido con un traje de spandex blanco absoluto. Y lo que podría ser una buena idea a nivel conceptual resulta fallida para el lector al ser una figura sin ningún elemento icónico ni nada que haga que merezca la pena recordarle. Por no tener, no tiene un logo o imagen icónica en el pecho. Por cierto, como el comic se plantea desde un punto de vista «malote», Millar no desaprovecha la ocasión para lanzar una pullita sobre lo absurdo que es el origen de Batman en la parte del viaje de un joven Bruce Wayne para entrenarse para ser el mejor en lo que hace.

Unido a esta falta de elementos icónicos, no se si por el hecho de entintarse a si mismo o por el exceso de hiper violencia, pero las páginas de McNiven con color de Dave McCaig lucen «sucias», por calificarlo de alguna manera. Y ojo que la ultraviolencia en las escenas de acción es genial y me encanta, no tengo problema con que un comic incluya elementos gores. Pero la lectura de este comic me deja la sensación que no por intentar ser super realista y dibujar hasta el último músculo del cuerpo tu dibujo es mejor. De hecho, este empeño choca con la tontería y el gore de la historia, por lo que hay cierta disonancia en el conjunto.

A ver, siendo McNiven, no es que el dibujo esté mal. Para nada. Nemesis es un «pasa-páginas» que cuando lo empiezas no puedes dejar de leerlo, y eso es mérito de su dibujo. La acción está super bien narrada y consigue impactar con los numerosos puntazos con que Millar riega la historias. Y los detalles de arquitectura cuando los dibuja están muy guay también. Quizá el problema es que el listón lo había puesto muy muy alto en sus comics previos, de forma que entregar un comic que no es sobresaliente se ve como una pequeña decepción. Creo que los tiros pueden ir por ahí.

Voy a hacer un último comentario sobre el giro final CON SPOILERS, pero lo voy a colocar detrás de esta imagen promocional por si no leísteis este comic y preferís que os chafe la sorpresa:

El high-concept de Nemesis era presentar a un Batman psicópata jokerizado en un frenesí criminal. La historia sugiere una historia de origen similar a la de Batman, al plantear que Matt Anderson era un niño hijo de una pareja de asesinos en serie que jura venganza hacia los policías que detuvieron a sus padres y les llevaron a la cámara de gas. Sin embargo, Millar con su aproximación macarra cambia la narrativa al mostrar en uno de sus giros marca de la casa que realmente Nemesis NO es Anderson, ya que Anderson murió cuando era un joven en un antro en mitad de la nada donde fuera que fuese para entrenarse para su venganza. Asesinado por quien sea que es Nemesis en la actualidad. Este elemento es una ostia en toda la boca del origen del héroe de DC, reforzando que un niño sólo por los lugares más peligrosos del mundo en el mundo real no se convierte en un experto luchador mente maestra, sería asesinado (o algo peor) a las primeras de cambio.

El problema principal viene con la sorpresa de las últimas páginas del comic. De forma sorprendente, Morrow mata a Nemesis en el climax final en la Casa Blanca y de alguna manera parece que va a haber un final feliz. Sin embargo, Millar la vuelva a liar al mostrar que el Nemesis muerto no era el verdadero Nemesis, que es un rico empresario que se dedica a dar habilidades mejoradas a personas aburridas para que desaten el caos. Personas se entiende super ricas que pueden pagar el costoso tratamiento. Entiendo que esta fue la forma que Millar entendió mejor para dejar la puerta abierta a nuevas historias en caso que este Nemesis tuviera éxito.

Sin embargo, este último giro es una idea completamente fallida más allá del shock-value, porque si cualquiera puede ser Nemesis, en el fondo no hay nada especial en él. Y a la vez, la idea que un maestro del caos y el crimen puede ser fabricado sin problemas rompe lo que acabamos de ver, que eran acciones excepcionales de alguien muy loco. El detalle final de una mente maestra que 10 años antes sabía que Morrow sobreviviría a Nemesis y estaría un día concreto en un sitio determinado para poder recibir su felicitación es una ridiculez más de un final que no me funciona en absoluto.

En todo caso y a modo resumen, incluso no conectando con la historia de Nemesis, es un comic resultón que tiene claro qué tipo de entretenimiento ofrece y al público que lo dirige. Si entras en el rollo no tengo duda que es un comic super entretenido.

Comparto las primeras páginas del comic:

Volver a leer Nemesis me ha recordado porqué es uno de los comics que menos me gustan de Millar, unido a que tampoco es el mejor trabajo de McNiven. Un Millar hiper macarra y over-the-top que ponía el shock-value por encima de la historia.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Incognito Vols. 1 y 2 de Ed Brubaker y Sean Phillips

Diciembre es el mes de Ed Brubaker y Sean Phillips en mi blog, y hoy quiero hacer una parada en el camino de Criminal para analizar su otro comic de creación de propia dentro del sello Icon de Marvel Comics que suele pasar más inadvertido: Incognito, comic que combinaba el género de superhéroes con la paranoia del género de espías, todo ello aderezado con espíritu pulp.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Desde 2006, Ed Brubaker y Sean Phillips crearon un standard de calidad dentro del género negro gracias a Criminal. Si quieres, puedes leer mis dos primeros artículos en los que analizo en profundidad el volumen 1 con los arcos Coward y Lawless, y el volumen 2 de The dead and the Dying y Bad Night. Durante estos años, ambos autores seguían compaginando su producción de comics de creación propia con otros encargos de “work-for-hire”. De hecho, Brubaker era uno de los arquitectos de Marvel tras crear uno de los mejores comics Marvel del siglo XXI, el volumen 6 de Capitán América, y trabajar en comics como Daredevil, Iron Fist o X-Men.

Mientras luchaban por consolidarse como una de las parejas creativas más reconocidas y reconocibles del mercado, Brubaker y Phillips veían como sus miniseries de Criminal obtenían una aclamación unánime por parte de la crítica, con numerosos premios incluidos, pero las ventas no acababan de explotar. Entiendo que en parte por esto y en parte por probar cosas diferentes que les sacara de su zona de confort, tras Bad Night decidieron realizar un parón en Críminal para cambiar de género con Incognito.

Incognito es en muchos aspectos una obra heredera de Sleeper, uno de sus mejores comics publicado dentro del sello Wildstorm de DC Comics. Sleeper es un comic maravilloso con un final perfecto que sigue siendo una de mis obras favoritas de Brubaker y Phillips al utilizar a los superhéroes de Wildstorm en una histoira que es más géreno de espionaje y conspiranoico que otra cosa. Lamentablemente para ellos, al ser un trabajo de encargo, no son los propietarios de la obra ni tienen opinión en la forma en que DC editó los tomos recopilatorios, que incluyen varios errores nunca arreglados por DC que le molestan tanto a Brubaker que incluso lo hizo público en las páginas de Criminal.

En mi opinión, dado que Sleeper nunca será de su propiedad, cosa que por otro lado sabían cuando firmaron el contrato con Wildstorm, creo que Brubaker y Phillips decidieron crear su alguna manera su propio “Sleeper” usando los elementos más exitosos de dicha obra. Además, teniendo en cuenta que el noir es un género minoritario en el mundo del comic, creo que esperaban que al poder vender Incognito como SU comic de superhéroes, las ventas iban a ser mucho mejores que las de Criminal. Y el caso es que su apuesta les salió bien, dado que durante los años siguientes mientras publicaron a través de Icon, Incognito fueron sus grapas y tomos más vendidos.

Incognito se compone de dos miniseries (hasta la fecha): Incognito e Incognito: Bad Influences, que voy a pasar a analizar por separado:

INCOGNITO

Los creadores de Criminal y Sleeper te ofrecen la más alocada y diabólica visión que jamás hayas leído de los supervillanos de cómic. Imagina que eres uno de ellos. Imagina que te has acogido al programa de protección de testigos. Imagina que eres incapaz de olvidar los días en los que no tenías que seguir las leyes que acatan todos los demás. ¿Podrías llevar una vida aburrida después de años y años de diversión y destrucción? Ed Brubaker y Sean Phillips vuelven al tajo con una obra imprescindible.

En diciembre de 2008, recién finalizada Bad Night, la cuarta miniserie de Criminal, Brubaker y Phillips publicaron el primer número de Incognito, que fue una miniserie de 6 números que terminó en agosto de 2009. Tras esta miniserie, Criminal volvió con el comienzo de The Sinners, la siguiente miniseries de Criminal, que reseñaré dentro de unos días.

El concepto básico de Brubaker era recuperar el espíritu de los antiguos magazines pulp con personajes como Shadow o Doc Savage, anteriores al nacimiento en 1938 de la Edad Dorada de los superhéroes con el Action Comics 1 de Jerry Siegel y Joe Shuster, para crear un mundo de seres super poderosos con unas raíces más urbanas, más oscuras que los universos superheroicos existentes en ese momento. Además, otro concepto básico de Incognito era crear una historia contada desde el punto de vista de un villano, no del héroe puro tradicional, como forma de construir una historia diferente a lo que se estaba publicando en ese momento en Estados Unidos.

De esta forma, si en Sleeper Holden Carver era un agente “bueno” infiltrado en la organización criminal de Tao que tenía que sobrevivir tanto frente a las rencillas con sus compañeros criminales como frente a las fuerzas de I.O. Que intentan detenerle vivo o muerto al no saber que es un agente infliltrado, en Incógnito tenemos a un villano, Zack Overkill, que trata de acostumbrarse a la vida civil dentro de un programa de protección de testigos mientras intenta evitar que los soldados de The Black Death, el supervillano inmortal al que ayudó a encerrar al testificar contra él, le encuentren y acaben con él.

Como véis, el concepto inicial de ambas series sería el mismo, aunque con Incognito dándole la vuelta a Sleeper. Además, también hay que resaltar que a partir de este high-concept inicial, las aventuras de Zack Overkill van a dar un montón de giros, al tratarse de un personaje que no sabe quien es realmente y se ve obligado a vivir una vida que es una mentira para sobrevivir en este mundo hostil.

El mundo de Incognito se nutre de las historias pulp y sus héroes científicos y justicieros, y tiene como punto de partida la llegada a la Tierra de un meteorito del que surgieron tres seres inmortales: el villano Black Death antes mencionado, y el Doctor Zeppelin y Lazarus, los héroes que se le opondrán. A partir de estos 3 personajes surgieron a lo largo de los siglos el resto de los seres super poderosos que pueblan este mundo, con el interesante elemento que el Special Operations Service liderado por el Profesor Zeppelin mantiene a raya a los villanos manteniendo oculta la existencia de estos villanos, creando cortinas de humo como huracanes repentinos o explosiones de gas para justificar la destrucción ocasionada por los combates entre héroes y villanos.

En este mundo, los personajes tienen nombres rimbombantes nada realistas pero muy comiqueros como pueden ser el propio protagonista Zack Overkill, en el lado de los buenos el Professor Zeppelin, su hija Zoe Zeppelin o el Colonel Von Chance (una especie de Cable tecnificado). Por el lado del mal, tenemos al también mencionado Black Death (¿puede un villano tener un nombre más malévolo?), Ava Destruction, el Doctor Lester, Ajax o Firethunder.

Otro elemento importante a destacar del mundo creado por Brubaker, que entiendo que conecta con las historias pulp, es que aunque el Profesor Zeppelin y S.O.S. son los «buenos», en modo alguno puede decirse que sean seres de luz pura como Superman o el Capitán América. Muy al contrario, muestran unas actitudes un tanto fascistas, realizando lobotomías a villanos detenidos, encerrando sin juicio a Black Death, o mintiendo a la sociedad americana a la que le ocultan la realidad de la existencia de seres super poderosos, teniendo con un poder casi absoluto que les permite hacer casi lo que quieran sin tener que rendir cuentas ante nadie. O al menos por lo mostrado en esta primera miniserie.

Veo cómodo a Sean Phillips dibujando Incógnito, que contó con su colaborador habitual Val Staples en el color, aunque su estilo realista no me acaba de casar bien con la demostración de habilidades super humanas o los personajes excesivamente musculados de esta serie, que se me hacen un pelín irreales. Reconozco que esto es quizá por estar acostumbrado al mundo realista y oscuro de Criminal, pero no puedo dejar de mencionarlo.

Como en otros comics de Brubaker y Phillips, el sexo está mostrado explícitamente y sirve para presentar a unas mujeres desequilibradas que buscan consuelo ante unos traumas previos. Y a la hora de presentar mujeres sexis con un toque peligroso y desequilibrado, no hay quien le gane.

Comentaba al principio que parte del high-concept de Brubaker era contar una historia desde el punto de vista de un villano. Sin embargo, esto es sólo la idea inicial, ya que a medida que Zack va conociendo detalles de un pasado que le fue ocultado por los que creía sus amigos y mentores, como el Doctor Lester, Zack va a realizar un viaje de la oscuridad hacia la luz.

Los 6 números de Incógnitos son super entretenidos, se leen en un suspiro y aunque parece que no pasa gran cosa en cada grapa, hay cambios en el status-quo de Zack en cada número, además de unos estupendos cliffhangers al final de cada número que hacía que la compra del siguiente comic fuera obligatoria.

Sin embargo, este comic en la comparación con Sleeper se me queda por debajo. Quizá al ser un arco de 6 números mientras que Sleeper estuvo planteada como temporadas de 12 números, la historia no tiene el mismo carisma ni los personajes transmiten la personalidad de la obra previa. Es un comic muy entretenido que ofreció un soplo de aire fresco y que merece ser leído, pero que no calificaría como una obra top de esta pareja.

Como extras de estos comics, la escritora Jess Nevins escribió unos artículos centrados en la historia de los personajes pulp en los que se inspiraron (en espíritu, no en algo concreto) Brubaker y Phillips para crear Incognito: The Shadow, Doc Savage, The Spider, Operator, Fu-Manchu y The Zeppelin pulps. Unos artículos interesantísismo que son además un detalle muy chulo y el perfecto complemento para el comic.

En resumen, Incognico fue un comic interesante con alguna idea interesante, pero que no llegó, en mi opinión, al nivel de sus comics de Criminal o Sleeper:

PUNTUACIÓN: 7.5/10

INCOGNITO: MALAS INFLUENCIAS

¡El regreso de la más aclamada obra de Ed Brubaker, nominada a tres premios Eisner! Ha pasado un año desde que Zack Overkill comenzó a construir una nueva vida bajo el programa de protección de testigos. Pero trabajar para el gobierno no es lo mismo que ser controlado por él, y la nueva identidad de Zack se está volviendo cada vez más problemática. Su siguiente misión le llevará de vuelta a uno de los rincones oscuros de un mundo al que antes pertenecía y que pensó que nunca volvería a ver…

Brubaker y Phillips publicaron Criminal: The Sinner tras terminar la primera serie de Incógnito, y justo a continuación volvieron para esta segunda, y de momento, última serie. Bad Influences fue una serie de 5 números publicada en tre octubre de 2010 y abril de 2011. Tras ella, inmediatamente empezó la publicación de Criminal: Last of the Innocent, una de sus mejores obras y con la que este Incognito comparte un elemento metalingüistico que ofrece un giro super novedoso a esta historia.

Si la primera miniserie contó la transformación de un villano en un héroe, ofreciendo un final feliz, esta segunda serie plantea realizar el viaje opuesto, devolviendo a Zack Overkill al mundo de la oscuridad, y rompiendo la narrativa clásica de redención de los personajes.

La historia, de nuevo con conexiones con Sleeper, plantea que Zoe Zeppelin obliga a Zack a volver al mundo criminal en el que nació para intentar encontrar a Simon Slaughter, un operativo de S.O.S. que se infiltró en la organización criminal Level Nine y con el que se perdió toda comunicación hace meses o años. La misión de Zack es sencilla, extraerle si es posible, acabar con él si se ha vuelto malo antes que se haga con el control de Level Nine.

En paralelo, alguien ha encontrado la ropa y armamento de Lazarus, el tercer inmortal de este mundo que fue asesinado hace décadas por Black Death, y busca venganza contra Zack y contra toda persona perteneciente a los bajos fondos criminales de la ciudad.

Todos los personajes se mueven por los grises, incluso Zoe Zeppelin que en la primera miniserie parece una heroina «pura» ahora se aprovecha de Zack. Por un lado, con unos encuentros sexuales en los que ella no quiere nada más con Zack que sexo, y luego en su función de jefa de S.O.S., forzando su retorno a un mundo que le quiere ver muerto. Y su evolución hace que acabe volviéndose igual de cínica que Von Chance.

Un tema recurrente de esta miniserie es que para S.O.S., las personas no son capaces de redimirse con sus acciones, de forma que aunque Zack lleva meses trabajando con ellos y derrotando a muchos super villanos, para el Coronel Von Chance, «una vez villano, siempre villano» y cuenta los días en que Zack les va a traicionar, incluso a pesar que Zack no ha hecho nada para que duden de él y acepta la misión aún a sabiendas que es casi suicida.

A pesar de ser entretenido y como siempre contar con bastantes giros interesantes, el comic se mueve por terrenos muy funcionales casi como si Brubaker estuviera escribiendo con el piloto automático. Sin embargo, todo esto salta por los aires en el quinto número en el que por fin asistimos a la reunión de Zack con Simon Slaughter, el agente infiltrado al que tiene que rescatar.

Y el giro viene porque Slaughter por un segundo rompió la cuarta pared del comic y nos vio a nosotros, los lectores, buscando entretenimiento a su costa, por lo que le dice a Zack:

-«¿No te preguntas por qué siempre terminas en el peor sitio?

-No importa lo que hagas, la vida siempre parece algún tipo de trampa.

-No existe el bien ni el mal, solo hay giros y sorpresas.»

Este elemento me recordó al mítico comic de Animal Man en el que Buddy le habla a Morrison y le acusa de hacerle la vida imposible solo para el disfrute de los lectores. Además, esto creo que le sirve a Brubaker para «denunciar» que los lectores tampoco debemos tomarnos tan es serio estas historias, ya que al final se crean sobre la marcha para entretener y no tienen por que ser perfectamente coherentes ni tener un sentido perfecto. No pasa nada si en ocasiones las cosas no encajan o parecen una locura, ya que probablemente lo sean. Sin embargo, esto al final lo sufren unos personajes que son forzados a vivir de mala manera y «sufren» las consecuencias de nuestro entretenimiento.

Quizá Malas Influencias vuelve a sufrir por ser una miniserie demasiado corta en la que por el propio elemento metatextual Brubaker no quiere que empaticemos con los personajes al no ser personas de carne y hueso sino elementos de papel que sirven para contar la historia, construyendo toda la narración para rompernos las expectativas con el giro total del Slaughter que prácticamente no tenía nada que ver con lo visto hasta ese momento. Este detalle la verdad es que es interesante, pero al final es lo único que sobresale de un comic que encuentro correcto en todo.

Jess Nevins vuelve a escribir los 5 artículos de esta miniserie basados en otros personajes pulps: The hero nobody remembers, G-8, Captain Future, Nick Carter y Pulp Villains, siendo de nuevo el perfecto complemento de esta serie.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El domingo vuelvo al mundo de Criminal analizando las miniseries The Sinners y The last of the Innocent realizadas en paralelo a este Incógnito. ¡Te espero!

Espero tus comentarios sobre la serie. Y como siempre, si os gustó el artículo sobre Incógnito, os agradezco los me gustas y que lo compartáis en redes sociales.

¡Saludos a todos!

Crítica de Criminal vol. 2 de Ed Brubaker y Sean Phillips

Ed Brubaker y Sean Phillips son uno de los equipos creativos más sólidos del mundo del comic mainstream americano, y Criminal fue la obra con la que asentaron su standard de calidad dentro del género noir. En el artículo de hoy voy a analizar el volumen 2 de esta serie publicado en 2008.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO ATEMPORAL

El segundo volumen de Criminal se publicó en febrero de 2008, tan sólo 4 meses después del último número de Lawless que marcó el final del volumen uno. El comienzo de este volumen muestra a un Brubaker y Phillips interesados en experimentar tanto en la narrativa como en el formato de su serie, buscando afinar la fórmula que les permitiera consolidar un éxito de crítica arrollador que convirtió a Criminal en ganadora en 2007 de los premios Eisner a la mejor serie nueva y mejor escritor, y el Harvey al mejor escritor, galardones estos últimos que en parte hay que reconocer que fueron también por la producción de Brubaker en Marvel.

Este éxito de crítica sin embargo no se había traducido en un éxito de ventas, dado que en ese momento las cifras eran más que modestas. Hay que recordar que el sello Icon de Marvel Comics en el que se publicaba Criminal les permitía conservar los derechos de su obra pero no realizaba casi ninguna promoción de las series de este sello ni reimprimían en caso de que los comics se agotaran. Dado que para Marvel Icon era poco menos que una herramienta para tener contentos a sus autores top como Bendis, Millar, Mack o el propio Brubaker, la instrucción parecía clara, les publicamos lo que quieran, pero que nos cueste lo menos posible.

En el caso de Brubaker y Phillips, esto les permitió controlar el diseño del comic o las páginas y contenidos de cada número, pero con el trabajo añadido de unas tareas que en condiciones normales estaría realizando un editor. Además, Brubaker apostó desde el principio por unas cuidadas ediciones de tomos de tapa blanda y tapa dura que empezaban a ser para muchas series independientes mucho más comerciales que las propias grapas.

Para este volumen 2 optaron por aumentar el número de páginas del comic para trasmitir la idea que contar con mayor contenido y de más calidad. Los tres primeros números que posteriormente fueron recopilados en el 3er volumen de Criminal “The Dead and the Dying”, contaban con 30 páginas de historia, además de los contenidos extras y artículos sobre el género negro de los escritores Duane Swierczynski, Jason Aaron y Michael Stradford. Este aumento provocó que el precio del comic se incrementara de los 2,99$ del Lawless nº 10 al nuevo precio de portada de 3,50$. En mi opinión, el paquete completo bien merecía este aumento.

Criminal Volumen 3: The Dead and the Dying (Los muertos y los moribundos)

¡Ganadora del premio Eisner a la mejor serie nueva y ganador de los premios Harvey y Eisner al mejor escritor! La tercera colección de la serie negra aclamada por la crítica de Ed Brubaker y Sean Phillips sigue un giro diferente: cuenta tres historias entrelazadas que tienen lugar a principios de la década de 1970 y giran en torno al destino de una Femme Fatale con mala suerte, un boxeador y un ladrón y asesino recién llegado de Vietnam. Cada historia se cuenta desde un punto de vista diferente, por lo que podemos ver los variados secretos y deseos ocultos que finalmente conducen a muchos asesinatos y caos. Recopila Criminal Volume 2 # 1-3

¡Nuevo formato! ¡Más páginas! Brubaker y Phillips ya indicaban desde la portada que Criminal había cambiado. Era más grande y mejor, o eso esperaban ellos (y nosotros los lectores). Y como indica en la sinopsis sacada de la sinopsis, en cambio era mucho más que estético, al plantear una historia ambientada en 1972 en la que descubriremos a varios personajes que tendrán su importancia dentro del mundo de Criminal. Unos más que otros, claro.

En primer lugar, en “Second Chance in Hell”, publicado en febrero de 2008, conoceremos la historia de Gnarly, el barman del Undertow, el bar donde se reúnen los criminales de la ciudad. En realidad, su nombre es Jake Brown y fue boxeador y amigo de infancia del que acabó siendo el jefe mafioso de la ciudad en el presente, Sebastian Hyde. El padre de Jake, Clevon fue el hitman que ayudó al padre de Sebastian, Walter Hyde, levantarse en 1954 y tomar el control de la ciudad a sangre y fuego. La amistad entre ambos y la vida entera de Jake se romperán a causa de una joven afroamerica, Danica, que en su momento sentía atracción por Jake pero acabó en brazos de Sebastian, y que acabó pagando un precio muy cruel por su inocencia e ingenuidad.

Aunque Gnarly no va a pasar de ser un secundario recurrente, este comic sirve para que recordemos que no hay malos personajes, sino autores mediocres que no saben qué hacer con él. Gracias a esta historia, te das cuenta que Brubaker podría colarnos un comicazo alucinante de cualquiera que aparezca por estas páginas, además de rasaltar la idea que Criminal es el espacio perfecto apra contar todo tipo de historias dentro de la temática criminal.

A Wolf among wolfes”, el segundo número de la serie publicado en marzo, resultó una historia de gran importancia para el mundo de Criminal, al ser la primera aparición protagonista de Steeg Lawless, el famoso padre de Tracy y Ricky y cuya muerte a manos de Tommy Patterson se nos anticipó ya desde el primer número de la serie. Hasta la fecha habiamos leído historias de perdedores o antihéroes que en cierta medida son víctimas de un mundo injusto y cruel. Pero Steeg es sin embargo el primer protagonista “malo” de Criminal, un bad-to-the-bone de libro, como dirían los americanos.

Y aquí empezamos con su retorno de Vietnam en 1972, de donde volvió traumatizado, descubriendo que su deuda de juego seguía existiendo y se había multiplicado por los intereses. Ante la enorme deuda que debe afrontar, y entre juergas y excesos de drogas, alcohol y sexo se mete en un robo importante que le pondrá en contacto con los sucesos y personajes del número anterior de una forma sangrienta y brutal.

Female of the species” el tercer y último número de este arco publicado en abril cierra el arco con la historia de Danica desde que abandonó la ciudad en 1967 hasta su retorno en el 72. Aunque la sinopsis la califica de Femme Fatale, realmente estamos ante una historia terrible y cruel de una niña al que la dureza de este mundo sin compasión la pasó por encima, y tuvo que buscarse la vida para sobrevivir al haber sido traicionada por todos. Lo más terrorífico de todo es cómo alguien completamente inocente se ve a si mismo como culpable de algo que no fue culpa suya, lo que le impide incluso plantearse la posibilidad de ser feliz. Un gran número para una de las grandes historias de Criminal, de un Brubaker que durante toda su etapa se de nota muy a gusto con este formato de historias cortas secas y directas al meollo.

Sobre Brubaker, se nota su habilidad como escritor y sus ganas de probar cosas diferentes que le saquen de su zona de confort, consiguiendo un arco narrativamente perfecto y equilibrado en todos los aspectos. Incluso el orden de las historias, que podría pensarse aleatorio, es importante para dejar con el regusto amargo que la historia estaba buscando. Además, dentro que Steeg es un violento HdP, la escritura de Brubaker hace que lleguemos en empatizar con él, aunque esté cometiendo actos terribles y desatando una violencia extrema contra inocentes. E incluso si pensamos que realmente nadie es inocente en el mundo de Criminal, al menos sí compañeros y colegas.

En el apartado artístico, Sean Phillips ya se encuentra en su salsa, Quizá el primer arco de Coward fue el más floro artísticamente hablando con un Phillips que estaba buscando el tono y su voz artística para la serie, pero en este tercer arco está genial en todos los aspectos, jugando incluso con diferentes peinados y ropas en función del momento temporal en que se encuentren los personajes. Para este volumen, Phillips siguió contando con el color de Val Staples, que es el complemento perfecto para el arte de Phillips.

Otro detalle a destacar del arte de Phillips son sus estupendas portadas que reflejan un momento de potente iconicidad. De lo que me acabo de dar cuenta mientras insertaba las imágenes en el post dentro del admin de wordpress es que, en contraste con el volumen 1 en el que cada portada era un estallido de color diferente, para este volumen dos Phillips ya establece una homegeneidad a las portadas de cada arco para que puedan ser inmediatamente entendidas como una serie de imágenes pertenecientes a un mismo arco. En el caso de The Dead and the Dying con un fondo cromáticamente similar en tonos rojizos, con un rojo sangre para la portada de Danica, y para Bad Night dejando el fondo de la parte inferior de la portada en blanco, resaltando las figuras principales de cada número. Este detalle es otro detalle que resalta el interés por el diseño y por hacer el comic lo más atractivo posible destacando frente a otros tipos de portadas más normales (el 99.99% de todo el resto).

Criminal Volumen 4: Bad Night

Bad Night es la historia más extraña hasta ahora en la serie Criminal, ya que un dibujante insomne queda atrapado en una historia sinuosa de autodestrucción, sexo y engaños mortales. Aquí es donde Brubaker y Phillips mostraron hasta dónde podían sobrepasar los límites entre el arte, la experimentación y el pulp. Después de convertirse en el principal sospechoso de un crimen horrible, Jacob Kurtz se encuentra vagando por las calles de la ciudad por la noche para escapar de su insomnio y se encuentra con una posible respuesta al misterio que lo acosa.

Bad night es una historia en cuatro partes que fue publicada entre julio y noviembre de 2008. Está protagonizada por Jacob Kurtz, el falsificador amigo de la infancia de Ricky Lawless al que Tracy pidió ayuda en el arco de Lawless. Jacob está medio lisiado y necesita utilizar muletas tras ser torturado por la policía primero y por Sebastian Hyde después al creerle culpable del asesinato de su mujer, sobrina de Hyde y que desapareció sin dejar rastro. Cuando meses después apareció su cadáver por un accidente de tráfico en un lugar de difícil acceso, Jacob llevaba meses en el hospital.

A priori, Bad Night es una típica historia de un perdedor que se ve arrastrado a una situación peligrosa por culpa del deseo hacia una (esta vez si) femme fatale. Sin embargo, a lo largo de los cuatro números vamos a tener un montón de giros y sorpresas cuando vayamos conociendo que las cosas igual no eran como nosotros pensábamos en un principio. Otro robo en el que nadie es de fiar, la aparición de un policía corrupto del pasado de Jacob y un final perfecto que nos devuelve al principio de la historia son otras de las señas distintivas de este arco.

Otro detalle chulo es que Jacob es el autor de la tira Frank Kafka, P.I. del periódico, que ya hemos visto en comics anteriores. Ver cómo Frank, el personaje de su tira cómica le habla y se le aparece en la vida real, con la apariencia cartoon del periódico para que no quede duda de que es algo que Jacob está imaginando, nos sirve para intuir que algo dentro de Jacob no acaba de funcionar bien. Además, los monólogos en primera persona de Jacob y la posibilidad de que no sea un narrador “imparcial” también ofrecen detalles que indican que Brubaker sigue buscando contar historias de género negro pero desde vertientes diferenciadas que no puedan ser vistas como más de lo mismo.

También hay que comentar que Brubaker y Phillips abandonaron en Bad night el formato inicial de este segundo volumen, volviendo a un formato más cercana al comic mainstream de 25 páginas de historia por número, manteniendo los artículos sobre el género negro, que en este arco estuvieron realizados por Bob Calhoun, Steven Grant y Mark Andreyko (si, el número 5 tuvo dos artículos), Jay Faerber y Mark Rahner.

No se si debido a que los costes eran mayores de los esperados, que las ventas de grapas seguían sin despegar o que Phillips no llegaba al ritmo mensual teniendo que dibujar más páginas de las normales, pero el caso es que el coste del comic de mantuvo en los 3,50$ a pesar de contar con 5 páginas menos de historia. También es posible, especulando, que ante una subida de precios inevitable, Bru y Phillips quisieran “regalarnos” más páginas en los 3 primeros números para el choque de la subida no fuera tan grande. Quien sabe. En todo caso, en mi opinión, a pesar de todo el precio seguía siendo adecuado, aún reconociendo que fue una decisión un poco rara.

Al final de este arco, Criminal se tomó un descanso ya que Brubaker y Phillips publicaron el mes siguiente, en diciembre de 2008, el principio del primer arco de Incognito, su segunda serie dentro del sello Icon en el que mezclaba el tono de Sleeper y la temática de espionaje y conspiraciones con el género de superhéroes. En breve reseñaré este comic, pero ya anticipo que aunque entretenida, no llegó a igualar el carisma y perfección de Sleeper.

En todo caso, 2008 fue un buen año para Criminal al ofrecernos Brubaker y Phillips dos historias muy diferentes a las anteriores que nos mostraron que todo era posible en este mundo de crimen y finales inevitablemente turbios y oscuros.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO ATEMPORAL

Si te gustó este artículo, puedes enlazar ahora con el primer post centrado en el volumen 1 de esta serie con los arcos Coward y Lawless. Y la semana que viene, tendrás mi reseña de las miniseries The Sinners y The Last of the Innocent, las dos últimas antes de que Brubaker y Phillips trasladaran su obra a Image Comics. Espero que estos artículos consigan que quieras leer Criminal, si te gusta el género negro no hay nada mejor hoy en día.

Espero vuestros comentarios. Y si te gustó este artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales, y que te suscribas al blog para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Crítica de Criminal vol. 1 de Ed Brubaker y Sean Phillips

Ed Brubaker y Sean Phillips forman una de los equipos creativos de mayor longevidad y consistencia del mundo del comic mainstream americano. Y su leyenda dentro del mundo independiente y los comics de creación propia empezó con Criminal, la maravillosa antología de género negro que crearon en 2006 dentro del sello Icon de Marvel Comics. Hoy hablo del primer volumen de esta serie, que tuvo una duración de 10 episodios y dos arcos argumentales: Coward y Lawless.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO INSTANTÁNEO.

Criminal es un comic de género negro sobre las personas que viven en el lado equivocado de la ley. En Coward (Cobarde), la primera historia, el carterista Leo Patterson, un hombre que siempre se deja una salida, se ve arrastrado a un atraco peligroso en el que mantenerse fuera de peligro puede resultar imposible.

El segundo arco de la serie, Lawless (literalmente “que no obedece las leyes, ilegal”, pero también es el apellido del protagonista), es la historia de Tracy Lawless, un militar que regresa a casa tras años en diversos frentes para descubrir quién asesinó a su hermano menor y cuánto los ha condenado a ambos su historia familiar.

Ed Brubaker es uno de los principales guionistas del mundo del comic americano. Nacido en Maryland en 1966, los primeros años de su vida los pasó viajando por todo el país debido a los traslados que su padre, militar de profesión, tuvo durante varios años. Fue su padre el que le inculcó el amor por la lectura, los comics y el género negro y revistas pulp de los años 50, 60 y 70, así como la ilusión de dedicarse profesionalmente a la escritura, apoyado por el hecho que un tío suyo, John Paxton, fue guionista en la Edad de Oro de Hollywood.

Lowlife (1995), comic semi-autobiográfico escrito y dibujado por él y editado por Caliber Comics, es cronológicamente el primer comic suyo que poseo (aunque no fuera el primer comic suyo que comprara). Junto a este comic, en 2001 publicó The Fall junto a Jason Lutes en la editorial Drawn & Quarterly, una historia también interesante y ambientada dentro del género negro.

Ya en 1995 Brubaker fue fichado por DC Comics, empezando a escribir historias para el sello Vertigo. Prez, Smells like teen President (1995) fue su primera obra. Tras esta historia corta, una de sus obras más recordada e importante de cara al futuro es Scene of the Crime (1999), miniserie de 4 números dibujada por Michael Lark y entintada por Sean Phillips, que marcó la primera colaboración con estos autores.

Tras firmar en 2000 un contrato en exclusiva con DC escribe algunos comics de Batman, pero es su reimaginación de Catwoman junto a Darwyn Cooke en 2001, más cercana a las raíces noir que a la versión ochentera de Frank Miller, lo que le valió el éxito de crítica y público. En 2003, escribió junto a Greg Rucka uno de los mejores comics de DC del siglo XXI: Gotham Central, serie planteada desde el punto de vista de los policías de Gotham, hombres y mujeres normales que tenían que enfrentarse a amenazas muy por encima de sus posibilidades.

Otro momento importante llegó en 2003, cuando empezó a publicar Sleeper dentro del sello Wildstorm (que en ese momento ya era propiedad de DC Comics) ya junto a Sean Phillips, que marcó el inicio de una colaboración que continúa hasta nuestros días. Sleeper es la historia de Holden Carver un operativo super poderoso que se había infiltrado en el mundo criminal de este universo siguiendo órdenes de John Lynch, director de International Operations, el equivalente de SHIELD en este universo. Lynch sufre un atentado que le deja en coma en Point Blank, miniserie dibujada por Colin Wilson que servía de prólogo de este comic, lo que deja a Carver atrapado sin ningún aliado si posibilidad de salida.

Esta miniserie de encargo fue un éxito de crítica pero las ventas no funcionaron y fue cancelada en su número 12. Sin embargo, Wildstorm confió en la calidad del comic y les permitió publicar una segunda temporada de 12 episodios más en los que pudieron terminar su historia de forma super satisfactoria. La mezcla de super héroes, la paranoia del género de espías y el género negro con elevadas dosis de sexo convirtió a Sleeper en un comic diferente a todo lo que se estaba publicando en ese momento.

Tras terminarse su contrato en exclusiva con DC, Brubaker comienza a trabajar para Marvel Comics, creando el que posiblemente sea uno de los 5 mejores comics del siglo XXI de Marvel, el volumen 5 de Capitán América junto a Steve Epting, con unos primeros 25 números son el regreso de Bucky / Winter Soldier que son sencillamente perfectos. Aunque Brubaker firmó en exclusiva con Marvel en 2005, el acuerdo dejaba fuera los comics en los que ya estaba trabajando previamente en DC, Gotham Central y Sleeper.

Además, del Capi, Brubaker escribió una notable etapa de Daredevil en 2006 junto a Michael Lark justo después de la salida de Brian Michael Bendis de la serie, y una no tan buena etapa en Uncanny X-Men junto a Billy Tan. También en 2006 creó junto a Matt Fraction la estupenda, aunque corta, etapa de 16 números en The Inmortal Iron Fist.

El volumen 2 de Sleeper terminó en Mayo de 2005, tras lo cual Brubaker y Phillips empezaron a pensar en su siguiente colaboración. Su amor por el género negro les hizo decantarse por Criminal dentro del sello Icon de Marvel Comics. En este sello Marvel publicaba comics de sus autores estrella en los que los autores conservaban los derechos de la obra, como una forma de mantenerles contentos y que nos se fueran a Image. Para que veáis el nivel, dentro de Icon surgieron comics como Powers de Bendis y Oeming, Kabuki de David Mack, Dream Police de J. Michael Straczynski o Kick -Ass de Mark Millar y John Romita Jr., Empress de Millar y Stuart Immonem y Men of Wrath de Jason Aaron y Ron Garney entre otros. Brubaker y Phillips publicaron también en Icon las dos miniseries de Incognito, serie que buscaba recuperar las sensaciones de Sleeper con una historia en la que se mezclan los super poderes con tramas de espionaje y agentes dobles.

En Enero de 2012, Brubaker y Phillips empezaron a publicar en Image Comics Fatale y el resto de su producción a partir de ese momento, además de reimprimir sus obras previas Criminal e Incognito. En 2013, firmaron un acuerdo con Image que sigue vigente bajo el cual Image se compromete a publicar cualquier cosa que produzcan sin necesidad de tener que venderles primero el argumento, lo que les ha proporcionado la libertad creativa definitiva que durante tantos años estaban luchando por conseguir.

Su última novela gráfica Pulp ha sido la obra de la pareja que más rápido a agotado su primera tirada hasta la fecha, tanto que una tirada destinada a durar un año se agotó en aproximadamente dos meses. Y tengo muchísimas ganas de comprar Reckless, su nueva novela gráfica de 144 páginas que se publica este mes de diciembre y que inaugura un nuevo formato para la pareja, las novelas gráficas serializadas protagonizadas por un mismo personaje, imitando p.ej. las series de novelas de personajes tipo Parker. De hecho, en una iniciativa sin precedentes que yo recuerde, Brubaker anunció que la segunda novela gráfica de Reckless ya está también terminada con fecha de publicación marzo de 2021, tan sólo tres meses después de esta primera.

Sean Phillips es un artista británico nacido en 1965. Tras graduarse empezó a trabajar en 1988 con John Smith en New Statesmen en la editorial Crisis, además de ilustrar algunos números de Judge Dredd para 200AD.

Como parte de la “invasión británica” de DC Comics, empezó a trabajar en varias series desde 1990, realizando una larga etapa en Hellblazer junto a Paul Jenkins entre 1995 y 1997. Antes de ello coincidió con Brubaker en Scene of the Crime (1999), entintando a Michael Lark. También dibujó parte de la etapa de Joe Casey en Wild C.A.T.s, para Wildstorm, lo que posiblemente le abriera las puertas a dibujar Sleeper.

Con el traslado de Brubaker a Marvel ya en el siglo XXI, Phillips firmó junto a Robert Kirkman las dos primeras miniseries de Marvel Zombies, que significaron un enorme éxito de ventas para Marvel. La primera miniserie se publicó a finales de 2005 antes de la primera miniserie de Criminal. Marvel Zombies 2, publicada entre octubre de 2007 y febrero de 2008, fue publicada entre los volúmenes 1 y 2 de Criminal.

Un guionista tiene la ventaja de poder escribir varias series a la vez. Sin embargo, los artistas por regla general sólo pueden dibujar un único comic al mes, lo que hace imprescindible para ellos el elegir bien la opción que pudiera resultar más rentable no solo creativamente, sino económicamente. Es por esto que aunque Criminal empezó a publicarse en 2006, las diferentes miniseries fueron alternándose con otros trabajos de encargo para Marvel como fueron las miniseries de Marvel Zombies o en 2010 la miniserie The Dark Tower: The Gunslinger – The Journey Begins. A partir del traslado de su obra a Image en 2012, Phillips ya se ha centrado en la creación de obras 100% de creación propia junto a Ed Brubaker.

Phillips ha trabajado de forma estable con varios coloristas, empezando por Val Staples, colorista de los dos primeros volúmenes de Criminal y de Incognito, así como Elisabeth Breitweiser en los primeros números de Criminal en Image así como en las series The Fade-Out y Killed or be killed. En los últimos años, Jacob Phillips, el hijo de Sean, ha coloreado su obra desde la novela gráfica My Heroes have always been junkies de finales de 2018.

Entrando en materia con este primer volumen de Criminal, la idea principal de Brubaker y Phillips era desarrollar una serie que sirviera de contenedor casi a modo de antología de todo tipo de historias que tuvieran el amor por el género negro como hilo conductor. Es por esto que el comic está planteada como miniseries que pueden leerse de forma independiente, aunque Brubaker siempre ha recomendado leerlas en el orden en que se publicaron porque hay numerosas conexiones entre los personajes.

El formato de miniseries independientes ofrecía además la suficiente flexibilidad para poder alternar otros encargos económicamente más interesantes en un momento en que Brubaker y Phillips no eran tan conocidos como lo son ahora. En este sentido, si las ventas de Criminal no hubieran funcionado, algo muy posible dado que los comic noir parecía que no tenían viabilidad comercial, hubieran podido cerrar la serie en cualquier momento, y volver a los trabajos de encargo para Marvel o DC. Por suerte, eso no llegó a pasar nunca, y Brubaker siempre cuenta que se sigue asombrando al comprobar que cada comic suyo vende más que el anterior. De hecho, tras estos dos primeros arcos de Criminal que forman el volumen 1 de la serie, su siguiente colaboración Incognito superó por mucho las ventas del comic noir.

El primer arco de cinco números, Coward, publicado entre octubre de 2006 y febrero de 2007, está protagonizado por Leo Patterson, un criminal de poca monta con su propio código de conducta, una gran inteligencia y un trauma del pasado, y marca el tono y lo que podemos esperar de este mundo noir de personajes rotos y vidas criminales sin esperanzas. El padre de Leo, Tommy, era un criminal muy conocido en su época que murió en la cárcel tras ser condenado por el asesinato de su socio y amigo Teeg Lawless, un suceso que dejó marcado a Leo. Es por esto que Leo siempre planea sus golpes pero prefiere retirarse ante la menor sensación de que exista un peligro.

Policías corruptos, un robo que sale mal, un amor condenado desde el principio y un protagonista que acaba rompiendo todas las reglas que le mantuvieron con vida hasta ese momento son algunas de las claves de un brillante primer arco que transmite noir de principio a fin. En este primer arco, aparte de detalles de la infancia de Leo, conoceremos a personajes recurrentes en la serie como es Gnarly, un fornido ex-boxeador que se encarga de la barra del Undertow, el antro donde se reúnen los criminales de la ciudad y que es una especie de territorio neutral. Su amiga de la infancia Jenny, ahora agente de Asuntos Internos de la policía, también volverá a aparecen en otras historias posteriores.

Criminal transmitía que era un comic muy especial desde el minuto uno. Además de la fantástica historia de Brubaker y las maravillosas portadas y el arte de Phillips con color de Van Staples, cada número venía con estupendos análisis de clásicos del noir a modo de extras, algo aún hoy único en el mundo del comic.

De hecho, un detalle muy chulo de estos extras es que sólo podían encontrarse (inicialmente) en la edición de grapa, a modo de premio para los lectores en este formato de cuyas ventas dependiera la supervivencia de esta serie. Este es un detalle super chulo que es lo que ha hecho que siempre que sea posible continúe comprando todo lo que publican en formato grapa.

El sexto número marca el comienzo del segundo arco de Criminal, Lawless, publicado entre mayo y octubre de 2007, en el que conoceremos a Tracy Lawless, uno de los dos hijos de Steeg (mencionado en el primer arco, que fue asesinado por Tommy Patterson). Tras años en el ejército intentando dejar atrás su pasado, vuelve a casa al descubrir que su hermano Ricky murió asesinado meses atrás. Tras robar un transporte de dinero ilegal para conseguirse financiación, algo que tendrá graves consecuencias posteriores, Tracy llega a la ciudad y consigue infiltrarse en la antigua banda de su hermano Ricky, para descubrir qué le pasó y quién le asesinó.

La banda tiene a la vista un golpe que puede ser muy beneficioso, si no se matan antes. Además, todos sabemos que el protagonista de una historia noir no debe liarse con la chica mala, pero que esto sea inevitable no lo hace menos interesante.

Esta historia nos sirve para conocer más detalles de la infancia de Tracy Lawless y su hermano Ricky con un padre tiránico que les maltrataba, mientras en el presente el cerco se estrecha mientras todos buscan su premio. Al final, como en las mejores historias noir, Tracy encuentra respuestas, per no son las que esperaba ni le sirven de consuelo, a la vez que descubre que la venganza nunca es la solución de nada y que, al final, se encuentra atrapado en la misma tela de araña de la intentó escapar hace tantos años al alistarse en el ejército. Volvió por la venganza, pero acaba descubriendo que no puede escapar de la familia ni los recuerdos.

En este arco conoceremos a Sebastian Hyde, el capo criminal que controla la ciudad, a su guada-espaldas Chester y a Jacob Kurtz, amigo de la infancia de los hermanos Lawless y de Leo Patterson, al que veremos también en varios arcos posteriores.

Tracy Lawless enlaza con los tipos duros de pocas palabras, de películas como Get Carter o Equalizer, que no conviene enfadar y que siempre hay que tener a tu lado en una pelea, y es uno de los grandes personajes de la serie, del que veremos en próximos volúmenes más aventuras en el presente y durante su niñez.

En este sentido, hay que destacar que a partir de un primer arco introductorio correcto en el que parece que Brubaker y Phillips juegan un poco sobre seguro, es en este segundo arco cuando la serie realmente despega y empezamos a ver las enormes posibilidades narrativas de Criminal.

Otro detalle fundamental de este primer volumen de Criminal es que aunque Tracy Lawless y Leo Patterson son criminales y cometen delitos, NO son malas personas y tienen un fuerte sentido moral de lo que es correcto e incorrecto, además de ser unas víctimas de sus infancias desgraciadas, que les dejaron marcados.

El noir de perdedores de Coward y la búsqueda de venganza de Lawless son fuente inagotable de historias del género, pero faltaría la pieza fundamental en la que Criminal se apoyó más adelante, que son las historias de criminales malas personas cuyos actos son totalmente amorales e injustificables.

El dibujo de Sean Phillips me parece una maravilla, convirtiéndose para mi en el artista NOIR por excelencia. Phillips se caracteriza por ser un maestro a la hora de crear la ambientación noir perfecta para estas historias, creando personajes que siempre se encuentras semi ocultos grandes manchas oscuras que les envuelven.

Sus personajes respirar realismo en cada una de sus expresiones faciales, y son siempre super reconocibles. Además, sabe añadir a sus dibujos una faceta arquetípica (el duro, el jefe criminal anciano, el loser delgado con gafas, la feme-fatale) que ayuda a situarte desde la primera viñeta en la historia. A destacar también su elegancia a la hora de mostrar las numerosas escenas sexuales, obligatorias también en toda historia noir que se precie, que transmite toda la sensualidad y el deseo ardiente del momento.

En este primer volumen de Criminal Phillips colabora con el colorista Val Staples, consiguiendo unos resultados estupendos. Su ciudad es gris como los crímenes que van a cometerse, con algunos estallidos puntuales de color que resaltan los principales momentos de la historia. Si Phillips es el perfecto dibujante noir, es sin duda también gracias a sus estupendos coloristas que ayudaron a amplificar sus virtudes y minimizar sus defectos.

Si tengo que comentar algo menos bueno de su arte, su viñetas siempre has sido un pelín más estáticas de lo que me gustaría con una fluidez entre viñetas sólo correcta. Esto lo compensa de sobra con su ambientación y el carisma de sus personajes, pero me veo en la obligación de comentarlo. De hecho, me parece espectacular como ilustrador que resume una escena en una única viñeta que congela el momento más icónico, como vimos en obras posteriores como en Kill or be killed o The Fade Out.

Aparte de su arte interior, destaco además las maravillosas portadas, que en mi opinión son verdaderas obras de artes que perfectamente podrían exponerse en un museo. Desde el primer número de la serie, el propio hecho de tener un comic con una portada doble “wraparound” también era un detalle que separaba a Criminal del 99% de comic que se publicaban en USA en ese momento, y transmitía un carisma personal e intransferible.

Además, otro detalle interesante de Criminal es que en los siguientes volúmenes de Criminal mejoraron el gramaje del papel y mejoraron considerablemente la producción del comic, lo que resalta el interés de Brubaker y Phillips de controlar y en la medida de lo posible mejorar el producto final que ofrecían a sus lectores, que al final es su tarjeta de presentación ante el mundo.

En resumen, este primer volumen de Criminal fue una perfecta aproximación al mundo noir de Brubaker y Phillips, que fueron refinando su fórmula en sus siguientes trabajos en común, hasta crearse una de las marcas de calidad más conocidas y destacadas del mundo del comic americano. Si te gusta el género negro, Criminal es una lectura obligada.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO INSTANTÁNEO.

¿Habéis leído este comic, qué os ha parecido? En serio, si te gusta el género negro no te lo puedes perder. Espero vuestros comentarios. Y como siempre, si os gustó el artículo, os agradezco los me gustas y que lo compartáis en redes sociales.

¡Saludos a todos!