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Crítica de JLA: El Clavo, de Alan Davis

Hoy quiero destacar a uno de los mejores creadores del mundo del comic de superhéroes, el dibujante y guionista británico Alan Davis, y una de sus obras más recordadas, el Elseworlds JLA: El Clavo, publicado en 1998.

PUNTUACIÓN: 8/10

En una fascinante historia ambientada en una realidad alternativa en el que un pequeño accidente acaba provocando catastróficas repercusiones, el escritor y artista Alan Davis crea un mundo que nunca conoció a un Superman, y una Liga de la Justicia que está a punto de enfrentarse a su mayor desafío, que pondrá a prueba todo en lo que creen. Todo por algo tan simple como un clavo.

Por falta de un clavo se perdió la herradura,

por falta de una herradura se perdió el caballo,

por falta de un caballo se perdió al caballero,

por falta de un caballero se perdió la batalla,

por falta de una batalla, el reino se perdió.

Por tanto, un reino se perdió, todo por falta de un clavo.

A partir del proverbio tradicional «Por falta de un clavo», Alan Davis consigue sacar todo el partido del formato Elseworlds de DC Comics para crear una excelente historia destinada a recordarnos lo grandes que son los miembros de la Liga de la Justicia.

La línea Elseworlds de DC, al igual que la serie What If de Marvel Comics, saca a los superhéroes de su continuidad normal para presentarles en nuevos mundos, periodos temporales o situaciones que permiten a los escritores y artistas de estos cómics una extraordinaria libertad para crear historias que jamás hubieran podido realizarse en la continuidad tradicional.

Este formato nació a partir de Batman: Luz de Gas de Brian Augustin y Mike Mignola, que en 1989 situaba a Batman en la Inglaterra victoriana y le enfrentaba a Jack el Destripador. El éxito de este comic, y las posibilidades que daba a los autores de crear nuevas historias popularizó el formato en los años 90 y primeros años 2000, siendo Batman: Holy Terror de Alan Brennert y Norm Breyfogle el primer comic con el logo “Elseworlds” en su portada.

Aunque comparativamente una gran cantidad de estos especiales tuvieron a Batman como protagonista, bajo el abrigo del sello Elseworlds se han publicado algunos comics maravillosos super recordados como The Golden Age (James Robinson y Paul Smith, 1993), Superman & Batman: Generations (John Byrne, 1998), Superman: Red Son (Mark Millar, Dave Johnson, Killian Plunkett y otros autores, 2003). Incluso el monumental y super incónico Kingdom Come (Mark Waid, Alex Ross, 1996) es un Elseworlds.

Por desgracia, a partir de 2003 DC comic disminuyó hasta practicamente abandonar este concepto de “Otros Mundos”, aunque en la actualidad DC está publicando una gran cantidad de obras dentro de su sello “Black Label” en las que dan libertad a los autores para crear la historia que quieran sin las limitaciones de la continuidad que de hecho son Elseworlds de libro. Entre estas obras, encontramos recientemente la hasta ahora excelente Wonder Woman: Dead Earth de Daniel Warren Johnson.

Alan Davis es uno de los grandes dibujantes del medio. Nacido en 1956, empezó a trabajar en editoriales inglesas y coincidió con Alan Moore en Captain Britain para el subsello Marvek UK. Junto a Moore también dibujó algunos números de Marvelman para la editorial Warrior, antes de saltar a DC en 1985 para dibujar algunos comics super recordados como Batman y los Outsiders, sustituyendo al icónico Jim Aparo que había dibujado la serie desde su creación, saltando en 1986 a dibujar una de las series estrella de DC, Detective Comics, en ambos casos colaborando con el escritor Mike W. Barr.

Tras unos problemas con los editores de DC, entró a trabajar en Marvel por la puerta grande, colaborando con Chris Claremont en la franquicia mutante. Tras unos anuales de New Mutantes y algunos números de Uncanny X-Men. En 1987 creó junto a Claremont Excalibur, una de sus series más recordadas, aprovechando el interés de ambos de crear un comic ambientado en Inglaterra y los conocimientos de ambos, dado que Claremont también escribió al Capitán Britania. En las páginas de Excalibur, los “fan-favourite” Kitty Pryde, Rondador Nocturno y Rachel Summers se unían a Brian Braddock (Capitán Britania) y a su novia multiforme Meggan para vivir aventuras por el multiverso, en un comic planteado con un importante toque de humor. En esta serie, Davis empezó a colaborar con Mark Farmer, que ha sido su principal entintador durante los años siguientes.

En 1994, Davis creó para Marvel su primera serie con personajes de nueva creación: ClanDestine, una familia de inmortales superpoderosos residentes en Reino Unido. Lamentablemente, debido al crach de los 90, la serie fue cancelada tras su número 12, auqnue Davis ya había abandonado la serie en su número 8. Dos años más tarde David escribió y dibujó el crossover X-Men and the ClanDestine, y años más tarde, ya en 2008, Davis volvió a estos personajes con una segunda miniserie.

Como dibujante, Davis conecta con los dibujantes de la vieja escuela como George Pérez o Jose Luis García López, dibujantes de línea clara que son ante todo excelentes narradores de historias pero que saben dotar a sus personajes de una personalidad diferenciada. Sus páginas son siempre perfectas y siempre sabemos lo que está pasando porque lo principal es la historia, creando además unas coreografías chulísimas en las que todo fluye de forma maravillosa. Sus personajes son maravillosos siempre, En Excalibur, un Brian Braddock grande como una casa contrastaba con el delgado y atlético Rondador Nocturno, mientras que las mujeres de Davis son siempre mostradas en la cumbre de su belleza, con unas grandes sonrisas que transmitían una personalidad y un optimismo poco habitual en el “grim-n-gritty” de finales de los años 80. Tener a Davis como dibujante de cualquier comic es siempre un seguro de vida y garantía de que docho comic va a lucir espectacular.

Como guionista, Davis destaca por su falta de pretensiones artísticas. Ha creado algunos comics excelentes durante todos estos años, pero nunca ha pretendido otra cosa que entretener gracias a una buena historia de aventuras con buenos personajes. Nada más y nada menos. Sin embargo, creo que como guionista Davis siempre ha cumplido con nota los encargos que ha tenido. De hecho, quizá por este sentido “old-school”, al igual que hizo John Byrne durante varios años, Davis aprovechó su etapa como autor completo en X-Men en los años 90 para arreglar problemas de continuidad creados por autores previos, demostrando un gran conocimiento de los personajes y lo que necesitaban para que volvieran a brillar.

Por estos motivos, y quizá por no haber tenido más allá de Excalibur ninguna etapa larga en ninguna serie, aunque todos los lectores veteranos tenemos a Davis en un altar, en los listados de grandes autores mainstream, muchas veces el nombre de Davis queda en segundo lado. Es por este motivo, además de la propia calidad de este JLA: El Clavo, lo que me ha provocado el querer escribir esta reseña.

Entrando en materia, aprovechando el clásico proverbio «Por falta de un clavo», Davis idea su historia a partir de un concepto de gran simplicidad: Por culpa de una rueda pinchada por un clavo, los Kent nunca llegan a salir de su granja el día que Kal-El cayó a la Tierra procedente de Krypton. Sin la guía de los Kent y con la incertidumbre de donde está, Davis crea un mundo en el que la Liga de la Justicia se fundó sin Superman. Un mundo que, sin la guía moral de Superman, se conviere en un lugar cada vez más oscuro y peligroso en el que los héroes enmascarados se enfrentan a una sociedad que les empieza a ver como una amenaza y no como sus protectores.

JLA: EL clavo fue una miniserie prestigio de tres números que contó con Mark Farmer como entintador y Patricia Mulvihill en el color. A pesar del tono oscuro de muchas situaciones que vivirán los héroes en estas páginas, la narrativa de Davis es siempre perfecta y el color de Mulvihill parece indicar que este mundo siempre es una versión idealizada de nuestro mundo, con unas grandes explosiones de color.

Sin Superman, la Liga de la Justicia de América está formada por Batman, Wonder Woman, Green Lantern, Flash, Hawkwoman, Atom, Aquaman y el Detective Marciano, Y aunque esta es sin duda una historia de la Liga, por estas páginas pasarán prácticamente todos los héroes de DC Comics: los green Lantern Corps, los Metal Men, la Doom Patrol, los Outsiders, Robin o Catwoman, así como villanos como Joker, Amazo, Ra´s Al Ghul o Lex Luthor. Estamos sin duda ante un “quién es quién” del Universo DC, y a pesar de la gran cantidad de personajes y situaciones, incluso un lector no habitual de DC puede disfrutar completamente de la historia.

En el apartado artístico, comentaba antes que Alan Davis ha sido toda su vida un seguro de vida y en este comic es una gozada de principio a fin. De hecho, diría que se nota las ganas de Davis de dibujar a cuantos más personajes mejor pero presentándoles de forma orgánica para que aporten a la historia y no sean un pin-up vacío. Y hablando de pin-up, otro elemento super chulo de esta miniserie es que adorna cada número con unas increíbles splash-pages para cada uno de los miembros de la Liga de la Justicia, mostrándoles en momentos super icónicos.

Si tengo que comentar algo menos buenos, agradezco que Davis opte por plantear una historia original con un villano de nueva creación. De hecho, durante muchos momentos juega con nuestras expectativas para plantear la identidad del villano en la sombra. Lo malo es que aunque todo está contado de forma lógica, al final me quedó la sensación de que este villano no llega a ser lo potente que hubiera podido ser si hubiera utilizado a algún villano de toda la vida.

Además, aunque narrativamente todo encaja a la perfección, pasan tantas cosas y hay tantos personajes icónicos, también me quedé con la sensación que este El Clavo hubiera podido ser aún mejor si en lugar de tres números hubiera tenido un cuarto, de forma que la amenaza del villano en la sombra hubiera podido tener una mayor entidad y sensación de peligro. Dicho esto, esto son mis expectativas particulares y mis ganas de más, en ningún caso creo que el comic esté mal escrito, sino más bien todo lo contrario.

JLA: El Clavo fue un gran éxito de ventas, lo que “obligó” a DC a firmar con Davis una secuela “JLA: Otro clavo”, que fue publicado en 2004, y cuya reseña dejaré para dentro de unas semanas.

A pesar de ser un Elseworlds, JLA: El Clavo condensa toda la iconidad y personalidad de los personajes de DC Comics, y es un excelente comic que recomendar a un lector que busque una historia completa de la Liga de la Justicia.

PUNTUACIÓN: 8/10

 

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¡Saludos a todos!

JLA – Vengadores de Kurt Busiek y George Pérez, un sueño hecho realidad

Tras muchos años de espera, 2003 fue un gran año para los fans de los comics de superhéroes, al publicarse el maravilloso JLA – Vengadores de Kurt Busiek y George Pérez, un comic que destila el amor por el género y por estos personajes que se han convertido en la nueva mitología del siglo XX y XXI. Hoy aprovecho para compartir mis impresiones sobre esta histórica miniserie y los problemas que se vivieron hasta que finalmente el comic vió la luz.

PUNTUACIÓN: INSUPERABLE.

La historia de los cruces de personajes de Marvel y DC tiene una larga tradición inaugurada por el icónico Superman – Amazing Spiderman de 1976 realizado por Gerry Conway, Ross Andru y Dick Giordano. El enorme éxito de ventas de este especial y su gran acogida entre los fans propició nuevos cruces como el Batman – Hulk de 1981 realizado por Len Wein, Jose Luis García López y Dick Giordano, y el que para mi es el mejor cruce jamás realizado, el maravilloso X-Men – The New Teen Titans de 1982 firmado por Chris Claremont, Walter Simonson y Terry Austin.

En esa época, la publicación de estos especiales eran considerados un acontecimiento comiquero, y desde el comienzo ambas editoriales empezaron a trabajar en el que se pensaba que sería el cruce definitivo que juntaría a los dos grupos más importantes de ambos mundos: La Liga de la Justicia y los Vengadores. Desde el comienzo, George Pérez fue el dibujante asignado para esta historia que tuvo a Gerry Conway y a Roy Thomas como guionistas. Lamentablemente, la llegada de Jim Shooter al puesto de editor en jefe de Marvel Comics canceló en 1983 este número especial a pesar de que Pérez ya había dibujado completamente 21 páginas, dejándonos a los fans con la miel en los labios.

Resulta interesante comprobar que si este JLA – Vengadores llegó finalmente a publicarse 20 años después en parte fue debido al crack que el sector sufrió en la década de los 90. Tras unos años 80 super exitosos en ventas y en calidad, el sector del comics en los años 90 implosionó llevándose por delante editoriales, autores y tiendas de comics. Los motivos que llevaron a esta situación fueron múltiples, empezando por el aumento exponencial de los comics publicados por todas las editoriales, no solo las clásicas Marvel y DC sino de otras muchas creadas durante esos años. A ello se sumó el auge de los comics “para coleccionistas” con múltiples portadas que fomentaban la compra de múltiples copias bajo la errónea creencia que su valor crecería con el tiempo. Además, el auge de los autores de Image que llegaron a ser considerados auténticas “Rock-Stars” provocó el aumento de comics con su nombre en portada de dudosa calidad, en un momento en que parecía que lo importante era poner comics en las librerías sin importar su calidad.

Cuando los coleccionista abandonaron el medio al darse cuenta que se habían impreso tantos ejemplares de estos comics «de coleccionistas», que ninguno de esos comics superventas iba a tener nunca un valor importante, nada que ver con los valores que alcanzaron los super escasos Action Comics 1 o Detective Comics 27,  y los lectores se hartaron de la baja calidad de los comics que se estaban publicando, el crash fue inevitable. Esto dejó una industria herida de muerte, hasta el punto que en 1996 solo quedaban 4000 librerías especializadas abiertas en todos los Estados Unidos. Ese mismo año, Marvel firmó su declaración de bancarrota (suspensión de pagos) al no poder hacer frente a los pagos tras unos años en los que había comprado una distribuidora para hacerle la competencia al Previews, además de una compañía de cromos, intentando abarcar más de lo que podía en el peor momento.

Fruto de esta crisis, las editoriales se centraron en publicar los mejores comics posibles que apelaran a un público amplio para poder sobrevivir. Y una de las opciones más evidentes fue la realización de nuevos especiales cruzando personajes de DC y Marvel. En este sentido, merece la pena indicar que fue Marvel la que volvió a subirse al corra, ya que DC no dejó de publicar cruces con otras editoriales y durante los años previos disfrutamos de los míticos Batman vs Predator (1991), Batman / Juez Dredd (1991) o Batman / Grendel (1993).

Esta nueva etapa de entendimiento entre Marvel y DC fue inaugurada en 1994 con los dos especiales Batman – Punisher, publicados uno por editorial. Tras esto, en 1996 la super popular miniserie Marvel vs DC de Ron Marz, Peter David, Dan Jurgens y Claudio Castellini lanzó a su vez 12 especiales ”Amalgam” en el que fusionaban personajes de ambos universos creando comics divertidísimos como Spiderboy o Super Soldier. El éxito de estos comics provocó una segunda tanda de comics Amalgam en 1997, y mostró que había un clima de mayor entendimiento entre ambas editoriales, que invitaba a la esperanza. La posibilidad de que un JLA – Vengadores pudiera acabar sucediendo fue un sueño recurrente durante años, hasta que por fin fue confirmado en 2002.

No había duda que el comic tenía que dibujarlo George Pérez, el artista original y uno de los mejores dibujantes de comics de superhéroes de toda la historia, especializado en comics grupales con decenas de personajes en cada viñeta. Aunque en ese momento Pérez estaba trabajando en exclusiva para la editorial CrossGen, se había guardado una cláusula en su contrato que le permitiría dibujar este comic en caso de que llegara a suceder, lo que muestra que para Pérez, este JLA Vengadores era una espina en su carrera profesional que necesitaba eliminar. Para guionizar esta historia se eligió a Kurt Busiek, guionista en ese momento de la serie de Vengadores. Mark Waid, que en años previos había sido el guionista de Justice League y colaboró con Busiek en un primer borrador de historia, no pudo participar en esta miniserie por estar también trabajando en exclusiva para CrossGen (y no tener ninguna cláusula al respecto como Pérez).

La miniserie, que finalmente tuvo una extensión de cuatro números, fue publicada entre septiembre de 2003 y marzo de 2004, consiguiendo un gran éxito de crítica y público. Los cuatro números obtuvieron unas ventas de 191.000, 162.300, 147.900 y 143.500 ejemplares respectivamente, y su recopilación en edición Harcover de coleccionista incluyendo los lápices de Pérez de la primera miniserie de los años 80, fue también un éxito de ventas y una compra obligada para los aficionados de ambas editoriales.

Dicho todo esto, merece la pena indicar que debido a las crecientes diferencias existentes entre ambas editoriales, este comic de JLA – Vengadores fue el último crossover publicado por Marvel y DC hasta la fecha. Quien sabe si la situación de emergencia que estamos viviendo por culpa de la extensión del COVID-19 no provocará una nueva tanta de estos especiales para intentar revitalizar la industria en los próximos años. El mundo de comic ya se sabe que es cíclico y acaba repitiendo esquemas, por lo que no me supondría ninguna sorpresa.

Por separado, son los mayores héroes del mundo; nobles campeones entregados a la defensa del bien. Juntos, son La Liga de la Justicia de América… ¡Y no se rinden ante ningún enemigo ni mal!
Y llegó un día como jamás se vio, en el que los héroes más poderosos de La Tierra se unieron contra una amenaza común. Éste fue el día en que nacieron Los Vengadores… ¡para combatir a aquellos enemigos a los que ningún héroe en solitario podría hacer frente!

Durante los más de cuarenta años de existencia de la JLA y Los Vengadores, miles de acontecimientos y personajes se han ido añadiendo a la leyenda de ambos grupos. Kurt Busiek y George Pérez los han incorporado en esta obra con habilidad absoluta, tanta, que no hace falta conocerlos para disfrutar del cómic.

Entrando en materia en lo referido al comic en si, el guión de Busiek muestra un conocimiento enciclopédico de ambos universos y consigue que cada personaje transmita la personalidad perfecta que los fans esperamos.

El uso de Krona, el científico de Oa  cuya sed de conocimiento sobre el origen del Universo provocó en el Universo DC la creación del Multiverso e incluso la aparición del Monitor y el Anti-Monitor, por lo que es perfecto para ofrecer el nivel de amenaza cósmica que requiere una miniserie de este calibre, contando además  con la presencia de Metrón de los Nuevos Dioses (DC) y de Grandmaster de los Elders del Universo Marvel.

Los cuatro números están planteados de forma modélica. En el primero la amenaza al multiverso llega simultáneamente a ambos universos y ambos grupos, la Liga de la Justicia y los Vengadores descubrirá la existencia del otro universo, que presentan importantes diferencias.

El conflicto entre ambos grupos es inevitable y se desarrolla durante todo el segundo número, en el que deberán buscar además 12 objetos super poderosos en ambos mundos, en una carrera contra el reloj preparada por Grandmaster y Metrón que además puede provocar que el universo del equipo perdedor desaparezca. Esto en si mismo es un desarrollo muy habitual visto mil y una veces en centos de comics. Lo original viene de la mano de Batman y el Capitán América, que deciden colaborar en lugar entre ellos al tener claro que hay una amenaza en la sombra aún mayor.

En el tercer número guarda similitudes con el Universo Amalgam, al ver cómo los dos universos parece que se están solapando y la JLA y Vengadores comparten unas aventuras que nadie recuerda haber vivido realmente, lo que nos prepara para el clímax final en el cuarto número en el que todos los héroes de todas las épocas deberán unirse en la batalla definitiva por el destino del Multiverso.

Obviamente, ambos Universos siguen aquí, así que no es sorpresa decir que los buenos al final vencen. Lo novedoso es comprobar que esta aventura está en continuidad para ambos grupos, no es un What if?  De hecho, la Justice League continuó una de las tramas abiertas al final de esta miniserie en su propia colección, y los Vengadores recuerdan está aventura con héroes de otro Universo.

Como digo, lo destacable del guión de Busiek no es el argumento, que discurre por muchos lugares comunes del género, sino por el perfecto uso de muchísimos personajes de forma acorde a su personalidad, consiguiendo que héroes de diferentes épocas como los Flash (Barry Allen y Wally West) o Green Lantern (Hal Jordan y Kyle Rayner) tengan su momento de gloria ayudando a derrotar a Krona.

Además de crear unas personalidades perfectas, Busiek acierta a la hora de mostrar las diferencias entre las Tierras de cada Universo, y como estas diferencias sirven de gasolina que precipita los primeros desencuentros entre la JLA y los Vengadores. Es genial ver las pullas entre Mercurio y Flash, o Green Arrow y Ojo de Halcón, por no hablar de las diferencias más filosóficas entre Superman y el Capitán América, aunque sabemos que al final todos tendrán que aprender a dejar de lado sus diferencias para derrotar a una amenaza común.

Kurt Busiek tenía además otra importante función que jugar con su guión, que era darle herramientas a George Pérez para que pudiera lucirse, dándole aquello en lo que Pérez es mejor. Y madre mía de mi vida, estos cuatro volúmenes de Pérez con colores de Tom Smith son una auténtica barbaridad.

Empezando por lo más alucinante, los personajes de Pérez están vivos y son únicos, su facciones son diferentes de las de los demás y transmiten sus personalidades únicas: Mercurio con su cara delgada y sus aires de superioridad, Kyle Rayner como un joven en medio de dioses que sigue aprendiendo su oficio, Ojo de Halcón con su chulería innata, Wonder Woman con su aire regio en todo momento o Thor con facciones redondeadas y cuerpo enorme escandinavo. Y por encima de todos, Batman, Superman, Capitán América e Iron Man, ejemplificando las virtudes de ambos universos.

Las páginas de Pérez están sobrecargadas de un montón de viñetas porque hay muchos personajes y situaciones que mostrar y las 48 páginas de cada número parece que se quedan cortas. Por ello es normal encontrarse con un montón de páginas con nueve o más viñetas, algo totalmente imposible encontrar en los comics actuales. Sobre grandes viñetas de acción tenemos otras más pequeñas mostrando la reacción de cada personaje sobre lo que está sucediendo, o una gran escena de acción se desdobla en situaciones particulares para ver el enfrentamiento entre dos o más héroes. Sin embargo, a pesar de la compleja composición de algunas páginas, la narrativa es perfecta y en ningún momento sientes que algo no se entiende bien, ya que todo se muestra de forma clara y nítida.

Además, esta multitud de viñetas no provocan que el ritmo de la historia decaiga gracias a la inclusión de alucinantes splash-pages que muestran a nuestros héroes favoritos en toda su gloria, mostrando otro de los puntos fuertes de Pérez, sin duda el mejor dibujante de la historia para este tipo de historias. Gracias a la habilidad narrativa de Pérez y Busiek, las sorpresas están bien distribuidas durante la narración y los numerosos combates entre personajes a menudo están resueltos en unas pocas viñetas repletas de personalidad.

Durante toda la miniserie pero quizá especialmente en el último número con los preparativos y la pelea final hay viñetas increíbles que me hipnotizan e hicieron que pudiera estar horas y horas disfrutando de los detalles con que Pérez adorna cada situación, así como recordar a todos los héroes y villanos de distintas épocas que aparecen.

Este es otro elemento para mí muy destacable, y es que a pesar de la gran cantidad de personajes, en ningún momento te pierdes y Busiek y Pérez consiguen que todo lo que pasa se entienda sin problemas incluso aunque no seas un lector veterano que conoce a todos y cada uno de los personajes. Obviamente, los lectores veteranos seguro que disfrutamos más este cómic, pero las páginas son tan buenas que cualquier amente del género de superhéroes quedará atrapado por ellas.

Dicho esto, reconozco que este cómic es lo que es, y tiene claro a qué tipo de lector se dirige, que no es precisamente un lector novato. En todo caso, no creo que esto sea un demérito, dado que el cómic tiene claro el tipo de entretenimiento que quiere ofrecer y triunfa en todo lo que propone. Con permiso de X-Men  / New Teen Titans de Claremont y Simonson, este el el mejor crossover grupal inter-editorial de la historia, un cómic genial para releer de tanto en tanto que te deja siempre con la sonrisa en la cara gracias a su extraordinario apartado artístico.

PUNTUACIÓN: INSUPERABLE

 

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