¡Feliz Domingo! Termina el mes de agosto (y casi el verano) con la vuelta al trabajo y a las rutinas de la vuelta al cole. Hoy recupero el formato de Reflexiones de Domingo para hablar de mi afición comiquera y el estado en que se encuentra mi relación con Marvel Comics.
TU HOBBY NO ES UN CONTRATO DE POR VIDA
Leer es mi principal hobby. Y me gustan los comics de superhéroes. Llevo leyéndolos más de 40 años. Incluso antes de aprender a leer ya me alucinaban sus imágenes icónicas, sus personajes coloridos y su acción más grande que la vida. Los comics de superhéroes forman parte de mi vida y tengo claro que de una manera u otra seguiré leyendo hasta que me muera. Dentro de mi amor por los personajes de Marvel, DC, etc… cada cierto tiempo tengo que recordarme que los comics son ENTRETENIMIENTO, NO UNA RELIGIÓN OBLIGATORIA. En el momento que un comic no conecta contigo por el motivo que sea, lo mejor es dejar de comprarlo.
Tengo un respeto absoluto por los coleccionistas que compran todo lo que se publica de un personaje o grupo de personajes, independientemente de si el comic es bueno, malo, muy bueno o muy malo. Me parece genial que cada cual viva sus aficiones de la forma que quiera. Pero yo no soy ese tipo de fan. El factor «lector» es la parte fundamental de mi ecuación del entretenimiento. Si el guion de un comic no me gusta o su dibujo no alcanza el mínimo exigible de calidad, lo que toca es no perder tiempo y dinero con algo que no cumple su parte para que merezca la pena la compra. Sobre todo cuando en el ámbito indy se están publicando muchísimos comics muy buenos para los que no me llega el presupuesto. No puedo comprar todo lo que me gustaría leer, así que ¿Por qué seguir comprando lo que no apasiona?
En mi opinión, comprar algo por una obligación mal entendida hacia unos personajes o una editorial es un error. Sobre todo porque en todo caso sería al revés. La obligación, de existir, es de la editorial hacia sus clientes, los lectores, teniendo que publicar comics que queramos comprar y leer. La culpa y la responsabilidad por la caída de ventas es única y exclusiva de la editorial, no de los lectores. Cada vez que Marvel desmerece a sus clientes actuales buscando un posible lector «diverso» futuro que no existe en el canal actual de distribución, es nuestra obligación hacerles saber con nuestra cartera que esos comics no nos interesan. Es la única forma que Marvel y el resto de grandes corporaciones entiendan que no queremos esos comic. Comprar algo que sabes que no te gusta para quejarte no hace más que alimentar al monstruo del consumismo en que se han convertido las grandes editoriales. El único mensaje que entienden es NO comprar sus comics si no te gustan. La idea de que una editorial sepa que tiene compradores «cautivos» que van a comprar sus productos sin importan lo malos que sean es una de las peores situaciones posibles. Así es muy difícil imaginar que nada vaya a provocar un cambio que haga que quieran aumentar la calidad de sus comics.
Por ejemplo, volví a comprar Thor a finales de 2012 con la llegada de Jason Aaron a la colección. Y estuve más de 10 años super feliz comprando este comic, hasta que Al Ewing me echó de la colección. Me supo mal por los años seguidos en que compré las aventuras del Dios del Trueno, pero claramente la actual etapa no es un comic para mi. Ya volveré cuando la cosa mejore. O no, vete tu a saber. A todo esto, Ewing tiene el dudoso honor de haberme echado de dos colecciones que llevaba tiempo comprando, Thor y también Veneno. Buff, qué lamentable.
A pesar de todo, mi corazón marvelita no me deja desengancharme del todo, y sigo probando nuevas colecciones con la esperanza que me enganchen. Lamentablemente, las nuevas etapas de Iron Man y Vengadores Costa Oeste han sido decepcionantes y no las he seguido comprando más allá de su primer número. Compré Fénix pero también estoy viendo el momento de dejar de comprarla. Excepto por la alegría que ha supuesto la llegada de Jed MacKay a Marvel, con comics increíbles como Doctor Extraño o Caballero Luna, nada parece engancharme. Debido a guiones bastante flojos en general, pero también por unos dibujos carentes de personalidad.
MARVEL COMICS ESTÁ EN SU PEOR MOMENTO CREATIVO DE SU HISTORIA
Es un hecho incuestionable. Además de la ínfima calidad media de sus colecciones, la Marvel de C.B. Cebulski está en una huida hacia delante utilizando las peores tácticas comerciales imaginables. Desde hace años se ha lanzado a la sobreexplotación de las portadas alternativas en TODOS sus comics, buscando engañar al comprador coleccionista y dejando claro que la calidad de sus historias es secundario con tal de vender a costa de lo que sea. En los últimos meses, Marvel (y creo que DC también) han anunciado lo que es una estafa en toda regla con el lanzamiento de comics con portadas secretas. Comics en los que no ves la portada y que te invitan a comprar por la posibilidad de que te salga una portada extra rara que supuestamente es muy valiosa por su escasez. NO LO SON. Las prácticas de los «sobres sorpresas» han sido siempre una estafa, pero que las grandes editoriales se lancen a utilizar este reclamo sólo demuestra lo desesperados que están.
Además, Marvel lleva años solapando eventos «importantes» que acaban no siéndolo tanto y a los que han hinchado con montones de tie-ins de calidad más que cuestionable. Cuando Marvel intenta venderte que todo es importante, acaba generando el efecto contrario, que los lectores entendamos que en realidad nada lo es.
La idea de evento sacacuartos va a adquirir una nueva dimensión con la inminente Age of Revelation, una nueva línea narrativa nacida en la franquicia mutante. El relanzamiento de toda la línea editorial mutante tras la fallida Era de Krakoa ha sido un fracaso. La mayoría de las series nacidas bajo la marca From the ashes acabaron canceladas en menos de un año. Cada vez sus comics venden menos, y la sensación que ni Jed MacKay ni Gail simone han acabado de acertar en las colecciones centrales Patrulla-X e Imposible Patrulla-X es una evidencia entre el fandom. Y en vista de este fracaso editorial, ¿Qué hace Marvel? Con la excusa de que se cumplen 30 años de la publicación de la primera Era de Apocalipsis, Marvel se ha lanzado a una locura editorial en la que va a parar la actual continuidad en muchas de sus colecciones para publicar ¡16 nuevas colecciones! situadas en un futuro dentro de 10 años que ve renacer al nuevo heredero de Apocalipsis: Doug Ramsey.
Volver a leerlo. Como los lectores (compradores no coleccionistas) NO compramos 4/5 grapas mensuales mutantes, la opción de Marvel para enganchar de nuevo a sus antiguos clientes es intentar «obligarnos» a que compremos 16 grapas durante 4 meses que dura el evento. Es tan absurdo y ridículo escribir estas líneas que no entiendo que nadie del staff editorial no está abochornado de proponerlo siquiera. Por supuesto, Marvel nos quiere hacer creer que este What if? ambientado en el futuro del universo Marvel va a ser super importante. Lo que debería ser un punto de entrada de nuevos lectores se va a convertir en un punto de salida masiva. Y no es que no quiera pagar por esos comics, es que no me apetece leerlos ni gratis. Mi tiempo es demasiado valioso como para perderlo en esa purria.
Volviendo al elemento de entretenimiento al que aludía al principio, yo tengo claro que me bajo del carro de los mutantes en cuando reinicien la realidad y pasen a este continuo alternativo. A mi que no me busquen. Pero este anuncio ha provocado un efecto en cascada que no esperaba. Y es que ¿Para qué comprar Patrulla-X e Imposible Patrulla-X durante estos próximos meses si se que las colecciones van a quedar cortadas a mitad? Reconozco que compro estas dos grapas más por familiaridad con los personajes que porque estén realmente bien. No son malos comics, pero tampoco son espectaculares. Para mi Jed MacKay está más acertado que Gail Simone, y en general ambos cumplen con el mínimo de entretenimiento que exijo a un comic para comprarlo. Al punto de salida que es Age of Revelation se une ahora un ansia creciente para dejar de comprarlo lo antes posible, meses antes que llegue este reinicio. Por que no hay nada menos apetecible que leer algo que sabes que va a quedar a medias. Y es justo lo que se está dando ahora mismo en Marvel. Una tormenta perfecta que puede terminar conmigo comprando apenas una o dos grapas mensuales.
LA FALTA DE INTERÉS EN LOS COMICS MODERNOS HACE QUE NOS FIJEMOS EN LOS CLÁSICOS
Una derivada inesperada de la falta de calidad de los comics actuales de Marvel ha sido que a falta de buenos comics que leer, he empezado a fijarme y a comprar comics clásicos que en su momento no compré. Empezando con los Omnibus de Panini de Conan El Bárbaro, con la etapa original de Marvel de Roy Thomas, Barry Windsord Smith y John Buscema entre otros. Una etapa que compré hasta el número 100, para llegar a tener la muerte de Belit.
Panini dió un pelotazo en diciembre de 2022 con el lanzamiento de su Biblioteca Marvel. No había nacido cuando Vertice empezó a publicar Marvel en España con sus recordados comics en blanco y negro, así que obviamente fue imposible comprarlos. Aunque si leí la gran mayoría, dado que mis primos de Madrid si los tenían y aprovechaba mis visitas para devorarlos. La primera Bliblioteca Marvel de Comics Forum no me interesó por el blanco y negro, que para mi desmerecía a las grapas originales de Marvel. Y la edición de los Omnibus son tochales demasiado tochos para mi (valga la redundancia). Es por esto que la actual Biblioteca Marvel en color ha sido un sueño hecho realidad para mi, y me está permitiendo comprar por primera vez las primeras aventuras de Los Cuatro Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby, de Los Vengadores o de La Patrulla-X. En un formato que para mi es el mejor para poder leer estas aventuras.
El problema de los comics clásicos es que a pesar de saber lo que me esperaba, hay que reconocer que muchos de estos comics han envejecido tremendamente mal. Y ojo que tengo claro su interés histórico. En parte los compro por eso y por un interés en este caso si de completismo. Pero son comics complicados. Y no es un tema sólo de los comics de los años 60, hace poco compré el Omnibus de Micronautas, unos comics publicados entre 1979 y 1981, y aunque los guiones de Bill Mantlo fueron una sorpresa positiva, me llevé un chasco con el dibujo de un primerizo Michael Golden. Incluso sabiendo lo que compro, la verdad es que incluso comics míticos de los años 80, empezando por La Patrulla-X de Claremont, son comics duros de leer en 2025. Si ya hablamos de comics que ya en su momento eran normales o simplemente estaban «bien», hay que tener mucho cuidado con según que comics clásicos se compran debido al «mono» de buenos comics Marvel.
Dicho esto, aunque no lo calificaría de «clásico», disfruté muchísimo del Omnibus del Castigador de Rick Remender, con la etapa completa publicada originalmente entre 2009 y 2011. Tampoco tengo presupuesto para hacer desembolsos demasiado grandes, pero la realidad es que hay que mirar mucho y tener claro lo que vas a comprar antes de invertir el pastón que cuenta uno de estos tochales. Pero está claro que si los comics Marvel actuales no funcionan, hay otras opciones para seguir comprando y leyendo Marvel. Aparte por supuesto de releer los comics de nuestra comiteca.
EL MUNDO DEL COMIC ES CÍCLICO
En 2015 dejé de comprar grapas de DC Comics en continuidad aprovechando la mudanza de DC a California que provocó el ¿evento? Convergencia. La caída de calidad de DC con Dan Didio tras el reboot de los Nuevos 52 fue tan acusado que no salía rentable comprarles nada. (Bueno, alguna cosa suelta si compraba). Me supo muy mal, pero llegué a entender que podía pasar sin comprar grapas de DC, seguía teniendo grapas y libros de sobra para saciar mi hambre de nuevas lecturas. Años más tarde, DC ha revertido esta situación y se encuentra en un estupendo momento creativo que hace que cada vez les compre más colecciones. Quizá uno de los motivos por los que estoy disfrutando tanto los comics de DC ahora sea por los años en que dejé de comprarlos y las ganas que tenía de leer buenas historias con estos personajes.
El entretenimiento es cíclico, como vemos en cine y televisión. También en el mundo editorial. Si hace 10 años dejé de comprar DC y no me pasó nada, veo cada vez más factible dejar de comprar Marvel. Hace unos años era imposible incluso imaginarlo, ahora es una realidad cada vez más cercana. Y lo mejor para mi, que es malo para Marvel, es mi convencimiento que mi afición lectora no se resentirá por ello. Al contrario, me abrirá la posibilidad de descubrir otros comics, autores y editoriales que con el tiempo puedan convertirse en mis favoritos.
Me gustaría que Marvel revirtiera la lamentable situación en la que se encuentra, pero la veo cuesta abajo y sin frenos. Da la sensación que el cambio es imposible hasta que no se estrellen o echen a Cebulski, lo que suceda primero. Igual no es mala idea descansar una temporada de una editorial que dejó hace mucho de ser la Casa de las Ideas. De esta manera, cuando vuelvan los buenos comics, los cogeré con más ganas.
¿QUÉ SOLUCIONES PROPONGO?
Releyendo este post antes de publicarlo me he dado cuenta que me estaba quedando un post bastante negativo. Aunque refleja al 100% mi estado de ánimo. No quiero terminarlo de esta manera, así que voy a comentar qué opciones veo para mejorar esta situación.
En realidad la idea no es mía, Mark Millar ya la propuso hace tiempo. Y es una idea muy simple: Hay que contratar a los mejores, pagándoles un sueldo a la altura de su caché.
Como Marvel y DC no tienen dinero para grandes desembolsos de dinero por adelantado a creadores, la idea de Millar pasaba por aumentar exponencialmente el pago de royalties a partir de que el comic alcance una cifra determinada de ventas. Por ejemplo, royalties del 50% para ventas superiores a 60.000 ejemplares. Una cifra de ventas que muy muy pocos comics tienen en la actualidad, y que significarían un win-win para todos. Para Marvel porque conseguiría un aumento automático y significativo de ventas en toda su línea editorial, y desde luego para los autores que cobrarían lo que merecen. Y con ese dinero encima de la mesa sería factible que autores como Grant Morrison, Ed Brubaker, Bryan K. Vaughan, Greg Rucka, Rick Remender o Sean Murphy se animaran a trabajar de nuevo para Marvel. No sólo ellos, ¿Podría plantearse que un Brandon Sanderson o un Joe Abercrombie, por pensar en una idea muy loca, escribieran un comic para Marvel? Con mucho dinero encima de la mesa y tiempo para trabajar a su aire, seguro que si. Por supuesto, la clave de la idea de Millar no es tanto en el % de royalties que tienen que cobrar, que sería opinable y en lo que Millar tiene un interés claro en caso de volver a Marvel, sino el hecho que los autores super estrella merecen sueldos acordes a su calidad.
Marvel tiene que contratar a los mejores autores actuales que sepan captar las modas y el interés de los lectores. Y en ese sentido, más allá de mi corazoncito de fan, también soy realista. Porque amo el trabajo de Walter Simonson o John Byrne, pero ellos son demasiado mayores para esta idea de relanzar los comics Marvel. Tampoco Frank Miller. Dicho esto, el posible retorno de Warren Ellis o del propio Millar a Marvel sería un acontecimiento. O la posibilidad de volver a leer un comic de Daniel Warren Johnson o Robert Kirkman para Marvel.
Esta idea va en contra de la política que Marvel (y DC) llevan realizando en los últimos años, que se resume en que cada vez pagan menos a sus trabajadores, sobre todo a los freelancers. Millar afirmó que en la cúspide de su popularidad llegó a cobrar en Marvel 1000$ por página más royalties, y en la actualidad sabe que hay escritores que cobran apenas 90$ por página, a lo que hay que sumar que no cobran royalties debido a las bajas ventas de esos comics. Unos royalties que son un 2% a partir de 50.000 ejemplares, cifra que casi nadie supera hoy en día. Nada que ver con los ingresos de Millar en 2000 y lo que propone para el futuro.
En los años 90 y 2000 un escritor o dibujante se hacía un nombre gracias a trabajar en comics independientes en Image o en otras editoriales. Gracias a estos trabajos llamaban la atención de las Majors y conseguían trabajar para ellas, ganando mucho más en Marvel o DC de lo que ingresaban en sus primeros comics de creación propia. Pasados los años, cuando estos autores ya eran super estrellas para el fandom, abandonaban Marvel y DC para trabajar de nuevo en sus propias historias, que aparte de venderse muy bien podían venderse a los estudios de Hollywood. En ese aspecto, Millar fue un pionero que abrió muchas puertas. Y sobre todo, la confirmación que Hollywood existía y estaba interesada en el mundo del comic.
Este ciclo creativo ha cambiado. Desde hace una década, Marvel y DC están contratando desconocidos sin apenas experiencia en el mundo del comic. Sin duda las tarifas menguantes actuales han provocado el éxodo de autores consagrados, teniendo que nutrirse de gente con ganas de hacerse un nombre, aunque sea a costa de trabajar con salarios de miseria (comparados con los de hace 20 años). La bajada de calidad de los comics de Marvel también se explica pensando en que Marvel está de alguna manera formando a profesionales que no están fogueados en otros trabajos previos, como pasaba antes. Normal que la calidad baje. Por ese motivo, antes que Netflix le cortara el grifo a Millar, durante muchos años Millarworld contrataba a los mejores dibujantes del medio pagándoles mucho más de lo que cobraban en Marvel o DC. Por eso hasta hace poco eran los comics con mejor dibujo del mainstream. Un honor que ahora ostenta el Energon Universe.
Aparte de ser autores que no se sabe si llegarán a ser buenos profesionales, hay que sumar otro elemento. Y es que además de las posibles injerencias editoriales y los plazos de entrega leoninos, estos autores no son tontos y evitan crear nuevos personajes o historias que por definición serán propiedad de Marvel, guardándose sus mejores ideas para cuando se marchen a hacer su comic de creación propia e intenten vender el concepto a Hollywood.
A esto hay que sumar la contratación de «paracaidistas» venidos de otros medios debido no a su calidad como autor sino para cubrir determinadas cuotas ideológicas, raciales, sexuales y de todo tipo. Autores que no conocen a los personajes ni casi como se hace un comic, y que sólo busca contar «su» historia identitaria, cosa que editores igual de ideologizados consienten. Y luego estos editores y «periodistas» igual de sectarios se sorprenden porque dicho comic no vende, señalando a los fans como los culpables del fracaso en lugar de mirarse a si mismos como responsables que son de publicar algo que nadie quería en primer lugar.
La calidad cuesta dinero y se tiene que pagar. No hay más. ¿Qué prefieres leer, el nuevo comic de Warren Ellis, o un comic de un autor desconocido que no ha trabajado en nada relevante? Es que no hay color. Y Marvel sólo mejorará la calidad media de su línea editorial contratando a mejores autores. Obviamente, la estrategia actual de Marvel de hacer rotar a equipos creativos mediocres de unas series que no venden a otras nuevas que tampoco van a vender no va a funcionar. Si quieres que Patrulla-X vuelva a vender como cuando Grant Morrison o Josh Whedon escribieron el comic, tienes contratar a estrellas al mismo nivel, todo lo que no sea eso no lo va a funcionar.
Además, para que un comic venda Marvel también debe transmitir que está pensado para unos clientes a los que los editores de Marvel han insultado en demasiadas ocasiones, calificándoles(nos) de racistas o machistas por no comprar el comic que ellos quieren. Cuando te olvidas de entretener para publicar tu panfleto ideológico infumable, señalando a todo el que no opine como ellos, resulta ridículo que luego se extrañen cuando no interesa a nadie y acaban cancelándolo por bajas ventas. Si creas un comic que claramente no es para mi, ¿por qué tengo yo nada que ver con su fracaso de ventas? Como mucho, la «culpa» sería de que su público objetivo no apareció para comprar esa colección. Y tampoco, porque si este público no sabe que existe ese comic es responsabilidad de la editorial, no del cliente.
Cambiar lo que lleva siendo la norma en los últimos ¿10 años? no va a ser fácil. Pero Marvel tiene que demostrar a los consumidores actuales y pasados que vuelven a estar en el centro de atención. Algo que sólo puede demostrarse con hechos que confirmen que la editorial dirige sus esfuerzos en entretenerles(nos) y no a ese unicornio que es el «cliente joven diverso» que no existe (o al menos no va a comprar superhéroes no importa lo que hagan). En ese caso, tendriamos el inicio del cambio imprescindible para que los comics de Marvel vuelvan a venderse. La nueva serie de Punisher Red Band para adultos sin duda es una buena noticia que va en la dirección correcta.
Si Marvel apuesta por grandes creadores pagándoles lo que merecen para que hagan comic entretenidos que apelen a los lectores compradores, que simplemente queremos leer buenas historias de nuestros personajes favoritos, sería un primer paso en la buena dirección. Y si se olvidan al menos durante un año de crossovers y eventos absurdos y dejan a estos autores crear sus historias sin interferencias con la extensión que necesiten, el éxito está asegurado.
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