Crítica de Spiderman: Cruzando el multiverso de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson

Venía con el hype por las nubes y Spiderman Cruzando el multiverso nos ha gustado aún más. La nueva película de Sony Animation dirigida por Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson se va directa a mi top de mejores películas del año.

PUNTUACIÓN: 9/10

Tras reencontrarse con Gwen Stacy, el amigable vecindario de Spider-Man de Brooklyn al completo es catapultado a través del Multiverso, donde se encuentra con un equipo de Spidermans encargados de proteger su propia existencia. Pero cuando los héroes se enfrentan sobre cómo manejar una nueva amenaza, Miles se encuentra enfrentado a las otras Arañas y debe redefinir lo que significa ser un héroe para poder salvar a la gente que más quiere. Secuela del film de 2018 «Spider-Man: Un nuevo universo».

Spiderman: Cruzando el multiverso es el nuevo éxito creativo de Sony Animation, creadores de la revolucionaria animación de Spiderman: Un nuevo universo. Curiosamente, ninguno de los directores de esa película repiten, contando esta secuela con la dirección de Joaquim Dos Santos (director de las series Avatar: The last airbender y Justice League Unlimited), Kemp Powers (Soul) y Justin K. Thompson (diseñador de producción de la anterior película).

David Callaham escribe esta secuela de la brillante película de 2018 a partir de una historia suya y de Phil Lord y Christopher Miller, productores de ambas películas y de la tercera parte que se estrenará en 2023: Spiderman: Más allá del multiverso. La película de 140 minutos de duración ha contado con un presupuesto estimado de 100 millones de dólares, que por los primeros trackings de taquilla van a quedar amortizados en una semana.

En el reparto de voces encontramos a Shameik Moore como Miles Morales / Spider-Man, Hailee Steinfeld como Gwen Stacy / Spider-Gwen, Jake Johnson como Peter B. Parker / Spider-Man, Oscar Isaac como Miguel O’Hara / Spider-Man 2099, Lauren Vélez como Rio Morales, la madre de Miles, Brian Tyree Henry como Jefferson Morales, su padre, Jason Schwartzman como Jonathan Ohnn / la Mancha, Issa Rae como Jessica Drew / Spider-Woman y Karan Soni como Pavitr Prabhakar / Spider-Man India, entre otros actores.

Spiderman: Cruzando el multiverso me ha parecido una pasada. Luego entraré a la alucinante animación, pero si la película, cualquier película en realidad, triunfa es por la construcción de los protagonistas y la forma en que consigue que nos enamoremos de Miles Morales y Gwen Stacy. Y el primer sorpresón es comprobar que Gwen roba la película en varios momentos cuando conocemos su origen y entendemos el drama que vive, un drama compartido con Miles dado que sus padres son los dos policías. Gwen fue uno de los hallazgos de la primera película y ahora se convierte por méritos propios en uno de mis personajes favoritos de la Marvel cinematográfica. Y eso es fruto de una buena escritura y de poner a los personajes por encima de la acción. Acción que por otro lado es alucinante.

Otra cosa que me ha gustado mucho es la construcción emocional de Gwen y Miles. En estos tiempos que parece que se exigen explosiones y acción a raudales, me ha flipado que la película se atreva a pararse para que conozcamos a Gwen primero y a Miles después, para que recordemos las apuestas a las que se enfrentan y sobre todo, porqué merecen ser nuestros héroes. Había leído comentar que a la película le cuesta arrancar, pero no estoy de acuerdo, ya que la construcción del mundo de Miles y su relación con sus padres me parece una pasada, es el núcleo que va a hacer que el drama posterior nos importe y nos interese.

Otro punto a favor de la película son los padres de Miles, Rio y Jeff. Si Gwen y Miles van a enamorar a los niños y mayores, los padres de Miles representan el miedo que todos los padres tenemos ante el paso del tiempo y comprobar que nuestros hijos se hacen mayores y llegará un día que no nos van a necesitar. Su amor incondicional consiguió emocionarme y hace que entiendas que Miles hará cualquier cosa por ellos. Volviendo a la parte de lo bien escrita que está la película, me encanta ver cómo la película da elementos a niños y mayores para que quedemos rendidos ante ella.

La animación de Un nuevo universo fue revolucionaria, y esta Cruzando el multiverso la puede mirar de tu a tu. Pensando en la cuenta de Twitter A perfect shot, con esta película tendría material de sobra para todo el año, porque todo es un despliegue alucinante que provoca una sobrecarga sensorial alucinante. Los balanceos de Miles y Gwen son increíbles, a lo que hay que sumar el resto de personajes arácnidos, que nos dan momentos para reír y que nos dejan con la boca abierta.

Por quitármelo de encima ya, tengo que reconocer que NO le he puesto un 10 a esta película porque en general la película se recrea demasiado con los paseos, las persecuciones y los combates. Si hubieran quitado 10 minutos sólo de estos elementos sin tocar nada de la trama, la película hubiera sido la misma y me hubiera parecido más compacta y satisfactoria. Dicho esto, es que hay que reconocer que esos planos ampliados de más son una pasada. La construcción de los diferentes mundos, ese Manhattan hindú, el mundo de Miguel O´Hara o la Tierra 42 me han volado la cabeza con cada plano, cada cambio de animación. Qué maravillosa locura.

La película vuelve a sacar todo el partido a las posibilidades expresivas de la animación, enfatizando las emociones y creando momentos super potentes. Las escenas de Gwen con su padre y cómo en función del momento y la emoción el color cambia me ha vuelto loco. Por no hablar de la humanidad de Miles y Gwen, que son unos diamantes que han explotado en esta película. La forma en que son personas reales porque olvidas que han sido creados con animación es alucinante. Gwen roba la película en varios momentos y la película lo agradece, pero el dolor de Miles cuando siente que sus amigos le han traicionado al no contarle la verdad es uno de los momentos más dolorosos de la película. Se habla de animadores, pero deberiamos decir «artistas», porque aquí tenemos una obra con vocación de trabajo artístico que además entretiene y además emociona

Aparte de por los personajes, me he quedado con unas ganas tremendas de volver a ver la película porque la sobrecarga sensorial y de información es tan grande que siento que me he perdido multitud de detalles de la película. El Spider-Punk me parece una locura, y quiero volver a verle porque diría que no me he dado cuenta toda la animación que se ha traido consigo. Y lo mismo para los momentos en que Miles es perseguido por cientos de Spidermans de diferentes dimensiones, que nos ofrece una sobrecarga de easter-eggs mientras identificamos a cada uno de los personajes. O qué decir de La Mancha, y lo que pasa cada vez que algo traspasa uno de sus portales espaciales.

Llega el momento de hablar de los villanos. La Mancha la verdad es que es más el plot-point necesario para que la historia avance que un personaje con presencia en la película. Porque creo que aparece muy pocos minutos de esta larga película. Sin embargo, tiene una cualidad interesante de opuesto de Miles que al final está buscando lo mismo que él, que le vean y que alguien se preocupe por él. Su cuerpo está cubierto por portales interdimensionales que le permiten viajar por el espacio, y cuando aprende a usarlos para viajar por el multiverso se convierte en una amenaza para todas las realidades. La forma en que ve a Miles como el responsable de su transformación y quiera hacérselo pagar quitándole lo que más ama, y su conexión con el origen de Miles y el sorprendente drama subyacente, forman una guinda perfecta que da lo que la historia necesita de él.

Luego tenemos a Miguel O´Hara, el mítico Spiderman 2099 creado por Peter David y Rick Leonardi. La película realmente no sigue los comics Marvel de la línea 2099 y nos trae a un O´Hara obsesionado por la protección del continuo espacio-temporal a partir de un drama de su pasado causado por él sin pretenderlo. El único Spiderman sin sentido del humor es una persona bastante amargada que no cree que el futuro pueda cambiarse, y en caso de hacerlo, las consecuencias serían aún peores. La película juega con el mito de Spiderman y como todos los héroes arácnidos tienen que sufrir una pérdida familiar que defina su carácter. Que Miles busque romper ese círculo vicioso y que Miguel se enfrente a él por ello ofrece un drama personal que eleva aún más apuestas, porque no hablamos del multiverso sino de la familia más cercana. Y en esto todos somos Miles.

Justo antes de ver la película me enteré (o me recordaron) que la película no terminaba, con una tercera parte ya en proceso de rodaje de cara a su estreno el año que viene. Y menos mal, porque podría entender que haya espectadores a los que el final con el monumental cliffhanger no les haya sentado bien, al pensar que estábamos ante una película con comienzo y final. Reconozco que no es mi caso, y mi hijo y mi sobrino a los que llevé al cine han salido flipados con ganas de más. De hecho, mi sobrino Alex me ha comentado que si hubiera durado una hora más para él hubiera sido mejor. Y ojo que menudo gliffhanger y menudo giro tan potente con el que nos han dejado jugando con las posibilidades de las realidades alternativas.

Por cierto, que el final de la película se cierre con la reunión del grupo de personajes de Un nuevo universo quizá no me gusta demasiado, al volver a un concepto que esta película había superado que puede restar protagonismo a Miles, Gwen y Peter B. Parker y la super genial May. Sin embargo, esto de momento no es ni mucho menos un problema, dado que ha quedado como un easter-egg más a falta de ver cómo lo desarrollan en la siguiente película.

Pensando en el enorme éxito creativo, expresivo y emocional de la película, entiendo que Miles Morales pueda ser el SPIDERMAN de toda una generación para los que no es necesario que hayan leído comics. Miles y Gwen han sido maravillosos en todos los aspectos, toda una generación de niños y niñas tienen aquí a sus héroes favoritos para mucho tiemo. A mi hijo esta película le ha volado la cabeza. Miles se ha convertido en su Spiderman favorito por encima del Peter Parker de Tom Holland. Y no me extraña, porque la animación añade un carisma, una personalidad y un flow a Miles que Peter nunca tuvo en pantalla. De hecho, en cierto sentido dándole la razón entiendo que esto es un poco injusto porque el Peter del MCU realmente aún no ha sido el Spiderman que amamos al separarse las películas de los elementos más icónicos para no parecer más de lo mismo frente a las películas anteriores. El último balanceo en No way home nos prometía que eso era precisamente lo que tendriamos en la siguiente película, pero realmente no lo hemos tenido con la escala y maravillosa locura que acabamos de disfrutar en Cruzando el multiverso.

Las únicas dudas que me quedan es cuando volveré a verla, esta vez en versión original, y cuando saldrá el Blu-Ray para comprarlo. Porque no quiero depender de si la película está en una plataforma u otra, quiero tener en casa la película, y la quiero ya.

Comparto el trailer de la película:

Spiderman: Cruzando el multiverso es una pasada. Lo que acabamos de vivir ha sido histórico. Y aún nos queda una tercera película. Es un buen momento para ser fan de Spiderman, en todas sus encarnaciones.

PUNTUACIÓN: 9/10

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Crítica de Nemesis Reloaded 1-5 de Mark Millar y Jorge Jiménez (Millarworld – Image Comics)

La primera serie de Nemesis puede ser uno de los comics que menos me gustan de Mark Millar. Sin embargo, traerse al dibujante estrella de DC Comics Jorge Jiménez para dibujar Nemesis Reloaded, reboot del concepto original, me animó a leerlo. Y hay un montón de cosas a comentar.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡Vuelve el personaje de cómic más malvado del mundo! ¿Quién es Némesis y por qué este excéntrico multimillonario que se viste con máscara y capa quiere aterrorizar a la gente en lugar de ayudarla? ¿No es así como se supone que debe ser? Advertencia: ¡Demasiado violento y demasiado guay para algunos! No digas que no te avisamos.

Esta segunda miniserie de Némesis consta de cinco números, uno más que la primera miniserie. Y la clave del comic nos la da el propio Millar en la primera página, cuando nos informa que estamos ante un reboot del concepto de «Batman jokerizado en una frenesí criminal de muerte y destrucción», desechando los sucesos de la primera miniserie y empezando de cero. Millar comenta que el Superman de los años 50 no tenía nada que ver con la actualización que DC hizo en los años 70, que a su vez era diferente a la versión de John Byrne de 1986. No sólo es un tema de Superman, DC ha reiniciado a Shazam al menos tres veces en los últimos 40 años, cuatro si contamos la nueva serie de Mark Waid y Dan Mora recién iniciada. Si DC puede relanzar y/o reiniciar a sus personajes cada pocos años volviendo a contar sus orígenes y motivaciones, ¿Por qué no lo va a poder hacer él?

Sobre esto tengo sentimientos encontrados. Por un lado, Millar tiene razón sobre Superman y cómo DC lo ha ido adaptando al paso de los tiempos y a los cambios en la sociedad americana. Dado que Nemesis es suyo (o de Netflix, por ser más exactos), Millar puede hacer lo que quiera con él, y hace bien en no descartar nada a la hora de crear la mejor historia posible en cada momento. La idea que los reboots dejen de alguna manera de ser patrimonio de las grandes editoriales mainstream y haya autores que se atrevan a barajar este concepto con sus personajes resulta interesante. No se si para bien o para mal, porque no veo a Kirkman volviendo a contar The Walking Dead con otro viaje vital diferente para Rick Grimes, pero es interesante.

No me voy a poner exquisito es en el hecho que Millar reinicia Nemesis porque cree que con esta nueva aproximación venderá más que continuando la historia de la miniserie de 2010. Porque es exactamente el mismo motivo por el que DC reinicia sus colecciones, busca vender más de lo que lo estaba haciendo, por mucho que se venda como «un retorno a la esencia del personaje». Si los comics anteriores se vendieran lo que se espera de ellos, no se haría el reinicio. Luego en el fondo no se debería criticar que el Millar más comercial emplee las herramientas habituales del sector para vender más comics y generar hype hacia las siguientes colecciones que publicará en los próximos meses.

Sin embargo, al mismo tiempo que veo el vaso lleno desde ese punto de vista, veo que Millar de alguna manera tiene la cara muy dura al comparar un personaje con una única miniserie previa que está despreciando al empezar de cero el nuevo comic, con un personaje como Superman que es cierto que es reiniciado/relanzado cada pocos años, pero lo hace tras publicarse centenares de comics en ese periodo. Es que la diferencia es abismal.

Empezando a valorar el comic en si, la verdad es que la mejora de Nemesis reloaded en el apartado artístico frente a la primera miniserie de McNiven resulta notable. ¡Qué listo es Millar! El español Jorge Jiménez con el color de Giovanna Niro resulta super espectacular, hasta el punto que sólo por el dibujo ya merece la pena la compra. El mundo de los superhéroes NO es uno realista, nunca lo ha sido. Y aunque es una opinión subjetiva, el hiper realismo de McNiven no ayudaba a conseguir la suspensión de credulidad imprescindible para disfrutar de un comic super over-the-top que no podía ser más irreal. Un McNiven que por otro lado nos ofrecía unas escenas de acción alucinantes, sangrientas y llenas de brutalidad, demostrando porqué en 2010 era el artista más popular del mainstream americano.

Esa disfunción entre el estilo del artista y el contenido en si no lo tenemos en Nemesis reloaded, o al menos yo no lo percibo, en el dibujo de Jiménez, que abraza el over-the-top de Millar con unas páginas super dinámicas que transmiten que se lo ha pasado genial dibujando unas salvajadas que nunca le permitirían en DC. Otro de los pecados originales de Nemesis era su traje de supervillano, blanco sin ningún elemento icónico más allá de la capa, que provocaba que el personaje no tuviera nada memorable que mereciera la pena recordar. Jiménez consigue sacar el máximo partido a esta indumentaria con unas estupendas coreografías de acción y unos planos super cinematográficos que ofrecen momentazos visuales alucinantes en cada grapa. Pero además, la expresividad de los personajes es perfecta y el color ayuda no sólo a establecer el tono over-the-top sino a marcar la narración del presente con el flashback con el origen del protagonista.

Nemesis Reloaded es un comic super entretenido. Por supuesto hay una primera barrera de entrada que puede hacer que este comic NO conecte con algunos lectores, y es que se trata de la historia de un super villano asesino de masas imparable que mata inocentes. (Y culpables, luego iré con eso). Si la amoralidad no es un problema, el comic da elementos de sobra para que los lectores lo disfruten de principio a fin. En este sentido, aparte de los lectores comiqueros que busquen versiones más violentas de los comics tradicionales, creo que este comic puede funcionar con fans de los slashers y en general del género de terror. Aunque ojo, porque Millar ha rebajado el nivel de violencia, ofreciendo muchas muertes pero sin los momentos gores super sangrientos de la miniserie de McNiven. En este comic no tenemos nada ni remotamente parecido al atropello al comisario de policía de Tokio por el tren bala, con trozos de cuerpo humano (esa trozo de cara con un ojo es imborrable), o el mega violento combate de Nemesis contra los guardias de la prisión. Jiménez muestra a Nemesis cortando cabezas, tenéis una muestra abajo, pero todo resulta mucho más limpio e higiénico, creo que no hay la intención de impactar al lector como sí sucedió con la primera serie. Y esto creo que es una concesión evidente de Millar hacia la comercialidad y poder conseguir una mayor base de lectores.

En lo relativo al guion de Millar, y de momento sin entrar en spoilers, se nota como ha planteado una historia muy pensada que transmite una sensación redonda en la que todo cuadra a la perfección. Alejado de los tics habituales de su narrativa (como la típica traición del tercer/cuarto número), tenemos al mejor Millar constructor de mundos. Millar evita los aspectos más macarras que si encontrábamos en comics previos en aras de crear una historia que siendo para adultos por la violencia, resulta de lo más mainstream. Y que genera un hype increíble ante lo que está por venir.

En este Nemesis reloaded asistimos a una historia de origen de Matt Anderson mediante flashbacks que construye su motivación para atacar Los Ángeles en el presente, y que conecta con un misterio de ese mundo cuyo significado resultará super impactante. La experiencia de la lectura de las grapas mensuales ha resultado muy chula, ofreciendo cada grapa buenas sorpresas, mejor acción y un cliffhanger que te dejaba con ganas de más. NO se le puede pedir más a un comic mainstream que sólo aspira a entretener.

Creo que lo mejor de este comic es descubrir precisamente la inesperada sorpresa final. De hecho, diría que Millar también sabe que lo mejor del comic es el giro final, consiguiendo un impacto similar al que el final de El sexto sentido o Múltiple de M. Night Shyamalan regaló a los espectadores. Hace meses que Millar anunció que BIG GAME, su próximo comic con dibujo del super estrella Pepe Larraz, iba a ser el gran EVENTO que uniera todas las colecciones del Millarworld. O al menos, un montón de ellas. Un sello que hasta este momento se había caracterizado por publicar historias comerciales con un dibujo top que no mantenían ningún tipo de continuidad entre si iban a empezar a tenerla. Y si Big Game es el crossover, Nemesis reloaded es el comienzo de esta nueva etapa interconectada en el Millarworld que nos muestra la punta del iceberg. Con eso creo que este comic está más que vendido. En serio, las últimas páginas de este comic son el WTF?! más grande, dicho en positivo, que probablemente leamos en 2023.

A partir de ahora voy a tratar CON SPOILERS varios elementos que me han gustado menos de este comic, y por supuesto, este giro final. Seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad.

OJO CON LOS SPOILERS……..

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La gran sorpresa que me ha volado la cabeza ha sido conocer que este Nemesis Reloaded tiene lugar en el mismo que Wanted, uno de los primeros comics del Millarworld junto al dibujante J.G. Jones publicado en 2004. Recordar que Wanted tenía lugar en un mundo en el que los supervillanos se unieron en 1986 y asesinaron a todos los superhéroes, cambiando la realidad para que nadie recordara que estos héroes habían existido y pasando a gobernar el planeta desde las sombras.

Tiene sentido que en ese mundo over-the-top un chaval busque venganza ante la muerte de sus padres y esto sea captado por Wesley Gibson, el protagonista de la miniserie Wanted. Y que en este mundo, las fuerzas del orden se muestren incapaces de detener a Nemesis al ser unos policías tan corruptos como el mundo en el que viven. En Wanted descubrimos que los supervillanos podían saltar a diferentes dimensiones alternativas para saquear y divertirse a costa de esos mundos. Entiendo que esta tecnología va a ser lo que permita la interacción de personajes de mundos diferentes, lo que puede dar mucho juego en Big Game. Aparte que visto lo visto, no me cabe duda que Millar puede plantear retroactivamente que comics como Super Crooks y más también tienen lugar en este mundo controlado por supervillanos en la sombra.

Las opciones están todas abiertas ahora mismo para Millar, y el hype que se ha generado con el final de Nemesis Reloaded seguro va a provocar que Big Game sea uno de los comics más vendidos de 2023. Desde el punto de vista de negocio, este comic nos ha traído al mejor Millar hombre de negocios creador de entretenimiento de primer nivel. Hay que estar contento por ello. Me flipa que en un momento en el que nada de lo que publica actualmente Marvel o DC (excepto quizá conocer el final del Castigador de Aaron, Saiz y Azaceta) me despierta demasiado interés, haya tenido que venir Mark Millar para ponerme el hype por las nubes.

Por cierto, que dentro que este final me ha gustado, también tengo que hablar de lo que NO me ha gustado del guion de Nemesis reloaded, algo para lo que deberé volver al comic original de Millar con McNiven.

El high-concept de Nemesis era presentar a un Batman psicópata jokerizado en un frenesí criminal. La historia de Millar sugería una historia de origen similar a la de Batman, al plantear que Matt Anderson era un niño hijo de una pareja de asesinos en serie que jura venganza contra los policías que detuvieron a sus padres y les llevaron a la cámara de gas. En la primera miniserie Miller realizó uno de sus giros más macarras al mostrar que Nemesis NO es Anderson. De hecho, él mató a Anderson en un antro en mitad de la nada siendo niño, usando esa historia de origen como disfraz con el que ocultar su verdadera motivación, que se aburre y busca emociones fuertes. La sensación que me da es que en su momento Millar prefirió mostrar su vena más punkie y provocadora al preferir reirse del absurdo origen de Batman y resaltar que, en el mundo real, un niño que se fuera sólo al desierto a entrenarse como detective y luchador simplemente moriría sin que nadie lo supiera ni importara.

Hacemos un salto de una década y Millar se ha dado cuenta que perdió una gran ocasión al obviar la historia del origen de Nemesis en el comic original. Aparte que el giro final mostrando que el verdadero Nemesis era un rico industrial mente maestra que otorgaba las habilidad de Nemesis al mejor postor, era una ridiculez. Puesto a plantear una nueva historia que conectara con Wanted y Big Game, lo lógico era hacer que este nuevo Némesis si tuviera carisma y transmitiera ser alguien único, que es justo en lo que el primer comic falló.

De esta forma, volvemos ahora si a la historia de origen de un niño traumatizado por la muerte de sus padres, unos traficantes de droga acusados de varios asesinatos, que buscará vengarse de los policías que realizaron la detención. En especial, del líder del grupo que acaba de ser nombrado alcalde de Los Ángeles. El comic plantea de esta manera dos líneas temporales, mostrando mediante flashbacks el origen de Anderson y su camino hasta convertirse en su yo adulto, de forma que de alguna manera nos ponemos en su piel mientras vemos esta versión oscura del entrenamiento de Bruce Wayne y la creación de Batman. Y aquí viene mi gran pero. Porque el primer Nemesis estaba super influenciado por The Dark Knight de Christopher Nolan, y su historia nos mostraba que Nemesis buscaba asesinar a Blake Morrow, un policía íntegro de Washington cuyo principal defecto es que pone su trabajo por delante de su familia. En este primer comic no hay duda quien es el villano y quien el héroe que le combate e intenta sobrevivir. Nemesis es el malo.

Saltamos a 2020, y ahora la inspiración le ha venido de Joker de Todd Phillips y del surgimiento de movimientos sociales como el Black Lives Matter. Y fruto de subirse a la moda de lo políticamente correcto bajo la perspectiva de los activistas sociales, en la primera escena del comic Nemesis NO asesina a un inocente sino a los líderes de las bandas callejeras de Los Ángeles para hacerse con su control. En el gran giro final de la historia (sin tener en cuenta la conexión con Wanted) descubriremos que los policías eran corruptos y falsificaron las pruebas que inculparon a los padres de Anderson en los asesinatos, siendo inocentes de esos crímenes. No de otros crímenes como el tráfico de drogas, pero si de esos en concreto. Nemesis es un psicópata y un asesino de masas, por ejemplo el recuerdo del avión en la autopista me flipa ante la locura máxima que plantea. Pero de la misma forma que en la película de Joker, de alguna manera sus crímenes quedan explicados (y casi justificados ) por el ansia de venganza ante la injusticia que sufrió de niño. De forma que estos policías corruptos merecen morir y acaban recibiendo lo que merecían.

Y qué queréis que os diga, me da pena que esta sea la primera vez que haya sentido de forma tan clara a un Millar vendido ante las modas dominantes y las narrativas de los SJW super presentes en la narrativa mainstream de Hollywood. La parte en que Nemesis da una recompensa para que gente normal mate a policías, sin importar si son corruptos o no, provocando que las fuerzas del orden pierdan las calles asustados ante los múltiples asesinatos estoy seguro que habrá gustado a más de un activista radical americano. Nemesis puede ser un asesino múltiple, pero el alcalde y ex-policía representa la corrupción del sistema, y hay muchísimos extremistas que sólo quieren ver el mundo arder. Y Millar como antes Todd Phillips parece que les han dado la historia super punki over-the-top que conectará con esta sensibilidad. Y por si fuera poco, si todo esto pensamos que sucede en el mundo de Wanted, un mundo dominado por supervillanos en la sombra que controlan todos los elementos de la sociedad, igual resulta que que Nemesis es el héroe de la historia. Obviamente yo no lo pienso, pero hay tanto iluminado que vete tú a saber.

Decía al comienzo lo entretenido que me ha parecido el comic, sobre todo si no lo lees pensando en su conexión con el activismo del mundo real. En mi caso, dentro de lo bien dibujado que está y que sabía lo que me esperaba y no tenía problemas con las macarradas y el over-the-top, no dejaba de pensar qué era lo que no me estaba funcionando de la historia de Millar. Ahora que lo escribí, todo se ve más evidente.

Dicho esto, tengo clarísimo que voy a comprar el Big Game de Millar y Larraz, porque tampoco exijo que un producto de entretenimiento sea 100% perfecto según mis gustos particulares, dado que nada lo es.

Comparto algunas páginas del primer número:

Nemesis reloaded me ha mostrado al Millar hombre de negocios más listo que recuerdo, un maestro en generar hype para sus diferentes propiedades dentro del sello Millarworld. Y todo ello con un dibujo top del español Jorge Jiménez.

PUNTUACIÓN: 7/10

Y ahora, a esperar que llegue pronto Julio y podamos leer el primer número de Big Game. Hell yeah!!

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Crítica de Ted Lasso temporada 3 (Apple TV)

Ted Lasso ha terminado con una tercera temporada llena de emoción pero también algún elemento menos bueno. Quiero analizar los pros y contras del final de la serie estrella de Apple TV.

PUNTUACIÓN: 8/10

Tras jugar la temporada anterior en la segunda división inglesa, el recién ascendido AFC Richmond se enfrenta a las burlas de los expertos, que predicen que el club acabará último esta temporada. Mientras tanto, Nate (Nick Mohammed), aclamado ahora como el «chico maravilla», se ha ido a trabajar para Rupert (Anthony Head) en el West Ham United. Tras la polémica marcha de Nate del Richmond, Roy Kent (Brett Goldstein) asume el cargo de segundo entrenador, junto a Beard (Brendan Hunt). Mientras tanto, Ted (Jason Sudeikis) lidia con las presiones en el trabajo y sigue luchando con sus propios problemas personales en casa, Rebecca (Hannah Waddingham) se centra en derrotar a Rupert, y Keeley (Juno Temple) navega siendo la jefa de su propia agencia de relaciones públicas. Las cosas parecen desmoronarse tanto dentro como fuera del campo, pero el equipo Lasso está dispuesto a dar lo mejor de sí de todos modos.

Ted Lasso es una comedia desarrollada por Bill Lawrence, Jason Sudeikis, Brendan Hunt y Joe Kelly (escritor de comics durante muchos años y creador de la exitosa serie de animación Ben 10) para Apple TV basada en un personaje del mismo nombre que Sudeikis realizó en una serie de promos para NBC Sports para la cobertura de la Premier League. Esta tercera temporada ha contado con 12 episodios, muchos de ellos cercanos a una hora de duración.

Jason Sudeikis es Ted Lasso, el entrenador de fútbol americano que dirigió al AFC Richmond la temporada anterior. Aunque jovial y positivo, este año tendrá varios problemas personales que resolver. Hannah Waddingham es Rebecca Welton, la dueña del AFC Richmond que le fue otorgado en el divorcio de su marido, el anterior propietario, y que aspira a conseguir ascender al equipo a la Premier League sea como sea. Jeremy Swift es Leslie Higgins, el director de operaciones del equipo segundo al mando de Rebecca.

Phil Dunster es Jamie Tartt, una joven estrella del Richmond. Brett Goldstein es Roy Kent, el veterano centrocampista siempre enfadado que después de retirarse entrará a formar parte del cuerpo técnico del Richmond. Brendan Hunt, es Coach Beard, el ayudante de Ted que lleva trabajando mucho tiempo con Ted. Nick Mohammed como Nathan Shelley, el antiguo utillero del equipo que se ha convertido en entrenador estrella del West Ham. Completa el reparto Juno Temple como Keeley Jones, una ex-modelo novia de Jamie y Roy que trabaja para el Richmond y tiene su propia agencia de representación.

Empezando por lo positivo, Ted Lasso es un chute de positivismo alucinante. Todos los miembros del Richmond son unas personas asombrosas que mejoran cuando trabajan en equipo y se ayudan mutuamente. Y con ellos tenemos a un Ted que en su simplicidad como ve el mundo, siempre pensando lo mejor de las personas a su alrededor, actúa como el mejor pegamento que mantiene a todos unidos.

En esta tercera temporada, hay un hecho que puede ser divisivo, y es que la importancia de Ted disminuye muchísimo, quedando eclipsada en muchos momentos por los problemas de las vidas del resto de personajes, que forman un crisol de líneas argumentales que se van entremezclando en los episodios. Mi familia y yo hemos visto los episodios en su formato semanal y la verdad es que globalmente nos han gustado mucho. Los jugadores del equipo casi se han convertido en miembros de la familia, a cual mejor, aunque visto en su conjunto algunas de estas subtramas me han parecido un poco chof. Dicho esto, entiendo que Ted Lasso no ha sido una serie de trama, sino de personajes. Lo cual no me supone ningún problema.

Aunque como digo Ted queda eclipsado en muchos momentos, la clave de todo nos lo da el perfecto final, que aparte de super emocionante y de ser el único final posible para Ted, nos enfatiza que esto nunca fue la historia de Ted, sino de todas las personas que forman el Richmond. Cuando un final es tan acertado consigue que el sabor de boca sea super bueno incluso cuando alguno de los elementos no haya sido tan acertado. Y encima, con una canción sacada de la banda sonora de James Gunn que me puso las emociones a flor de piel.

Por entrar en el barro, todo el arco de Keekey, su ruptura con Ken y su relación con la rica heredera que financia su empresa, es de largo lo más flojo de la temporada. Sobre todo teniendo en cuenta que al final no parece que haya aprendido nada. El otro elemento problemático de la serie es el viaje de Nathan de villano entrenador del West Ham. La verdad es que el episodio centrado en él tiene momentos super emocionantes cuando se enfrenta a su padre y consigue ponerse en paz consigo mismo, pero globalmente nos han ofrecido, como en el caso de Keeley, una historia circular sin mucho mucho interés cuyo final se veía venir.

Hay además otro elemento, y es que los primeros episodios me parecen super divertidos, todo lo relativo a Zava, un jugador inspirado en Slatan Ibrahimovich, me parece buenísimo. Sin embargo, dentro que la serie está llena de momentos emocionantes, a medida que avanza la temporada es cada vez menos divertida en el sentido de reir a mandíbula batiente. Dicho esto, los miembros del equipo son todos buenísimos: Sam Obisanya, Dani Rojas, Isaac McAdoo, Colin Hughes,… hay momentos chulos en todos los episodios cuando vemos como viven su compañerismo.

Aunque igual no es tan divertida, esta temporada tiene emoción a flor de piel en todo momento. La historia de Sam cuando sufre el boycott del millonario que controla la selección de su país, la salida del armario de un jugador y el miedo al rechazo que siente, la forma en que Roy y Jamie se hacen amigos mientras entrenan, el viaje a Amsterdam, la fiesta en Liverpool. Los momentos buenísimos se amontonan a lo largo de los doce episodios de una temporada que no se me han hecho largos en ningún momento.

Aparte de los jugadores del Richmond, la serie teje un ecosistema de gente buenísima, como los 3 aficionados que ven el fútbol en el pub. Al final, como comentaba antes, cuando entiendes que esta es una historia de personajes que no necesitan cambiar en lo fundamental para ser felices y hacernos felices, el disfrute es total. Y luego además están las sorpresas deportivas que viviremos a lo largo de la temporada, que añade otra capa a una serie que me parece super redonda.

Igual no es tan brillante como las primeras temporadas, pero el feel-good se siente de principio a fin. Y si añadimos el perfecto final, en el que entre otras cosas Ted muestra que SI ha aprendido algo de fútbol después de todo, forman un cocktail que nos ha divertido a toda la familia y nos ha dejado con la mejor de las sensaciones.

Por cierto, parece ser que Jason Sudeikis estaba cansado del personaje y quería pasar páginas de Ted Lasso. Sin embargo, está por ver si este va a ser el final de la historia del Richmond. Si por casualidad se confirmara el Spin-of, seguro que lo vería. Por soñar que no quede.

Intelectualmente puede entender que esta tercera temporada de Ted Lasso ha sido la peor de las tres. Pero emocionalmente estos personajes me han dado tanto que no puedo más que dar gracias por haber podido disfrutar de Ted Lasso.

Comparto el trailer de este tercera temporada:

Ted Lasso ha tenido un final perfecto lleno de emoción que nos recuerda que lo importante es el viaje y que si el corazón está en el sitio correcto la cosa no puede acabar mal.

PUNTUACIÓN: 8/10

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La industria del comic americano necesita series largas de autores TOP (Reflexiones 15/2023)

Empiezo el mes de junio con un nuevo artículo de opinión sobre algo que llevo pensando desde hace algún tiempo en relación a los problemas de ventas que la industria del comic mainstream viene sufriendo en los últimos meses y años. Y el titular lo resume perfectamente, necesitamos el siguiente The Walking Dead, la siguiente Saga creada por equipos creativos de primer nivel que atraiga lectores de forma regular a las librerías para comprar grapas y/o tomos.

En los últimos días me han pasado varias cosas en relación a mi afición comiquera. En primer lugar, leí Nemesis Reloaded de Mark Millar y Jorge Jiménez, y el final de comic con la sorpresa final me voló la cabeza. El sábado publicaré la reseña completa, pero sólo adelantaré que un giro marca de la casa Millar muestra la punta del iceberg de una inesperada interconexión de todo el universo Millarworld comiquero de cara al comic / evento Big Game, comic que Millar publicará en julio con dibujo del super estrella de Marvel Pepe Larraz. Y reconozco que incluso aunque el protagonista Nemesis no me gusta en absoluto, el hype que me ha producido esta miniserie de cara a Big Game me parece tremendo. De hecho, hace mucho tiempo que nada de Marvel o DC me ha producido esta sensación de anticipación y ganas de leer un nuevo comic.

El hype de Nemesis tuvo una doble derivada, porque además de querer comprar / leer cuanto antes Big Time, me dejó con ganas de releer otros comics del Millarverso como Night Club, Magic Order, etc… como previa y para estar al día con estos personajes antes del evento, dado que es posible que los veamos cruzarse. De forma que Millar consiguió generar retroactivamente ventas de otras colecciones de su universo comiquero. En esto tengo claro que mi faceta de fan de los universos superheroicos ha jugado una factor fundamental, porque si durante años y años compraba 20-25 grapas mensuales de Marvel o DC, ¿Cómo no comprar dos, tres o cuatro miniseries ahora?

Por cierto, hay mucho odio a Millar, pero aparte de punkarradas puntuales, sus comics son siempre blockbusters super entretenidos que cumplen de sobra su objetivo de comic mainstream. Comics que además están siempre estupendamente dibujados, con un nivel artístico superior a la media que encontramos en Marvel o DC.

Junto a esto, el pasado martes la web Panel Syndicate anunció la publicación del nuevo número de Friday de Ed Brubaker, Marcos Martín y Muntsa Vicente. Como siempre, este séptimo número se ha publicado online en la modalidad de «paga lo que quieras». Y aunque Friday es un comicazo super chulo que sin duda recomiendo, este séptimo número llega 6 meses después de publicarse el sexto número que cerraba el segundo arco. Esto me hizo recordar que cuando dentro de un año y pico salga el último volumen que cierra la serie seré el primero que hará cola para comprarlo en la librería, pero es imposible de leer y comprar en su versión online de Panel Syndicate debido a las larguísimas esperas entre número y número.

Volviendo al tema del artículo, una vez que el COVID ha desaparecido y con él el aumento de ventas que provocaron los confinamientos, desde hace meses las webs americanas publican noticias sobre cierres de librerías especializadas por todos los Estados Unidos y Canadá. De hecho, la cifra sería aún más grande si no fuera porque el auge del manga ha parado el golpe que supone para los libreros las bajadas de ventas en las editoriales mainstream como Marvel y DC.

Que las ventas de Marvel y DC están bajo mínimos es algo que poca gente duda. Empezando por un Tom Brevoort que afirmó hace unas semanas en su blog que Marvel ha cambiado su política editorial, y frente a las series regulares abiertas de toda la vida, ahora Marvel prefiere publicar miniseries sucesivas. La política de Marvel ahora es publicar dos miniseries con dos números uno antes que una serie abierta de 10 números (o más) porque el segundo número uno de la nueva miniserie siempre venderá más que el número 6 de esa misma colección. Asistir además a la cancelación sucesiva de casi todas las colecciones abiertas en cuanto supera los 20 ejemplares (o antes) es otra evidencia clarísima.

Y esto hablando de Marvel que se supone que sigue siendo la editorial número uno en ventas de Estados Unidos, porque si hablamos de DC la cosa es mucho peor en sus comics en continuidad. Fuera de éxitos puntuales como el Batman / Spawn, el universo DC sigue renovándose cada pocos años para intentar levantar las ventas de un universo que parece que interesa cada vez a menos lectores. Incluso reconociendo lo mucho que he disfrutado por ejemplo las últimas colaboraciones de Mark Waid y Dan Mora en Batman y Superman y en el relanzamiento de Shazam!

Esta política de series cortas pensadas para ser recopiladas en tomo no es exclusiva de las dos grandes. Editoriales como AWA están especializadas en publicar series de un único tomo, centrados como están en intentar vender conceptos para cine o televisión. Además, teniendo en cuenta que me da la sensación que los artistas cada vez son menos propensos a «hipotecar» su carrera muchos años en un único comic, la tendencia que parece se está imponiendo es que las series indys cada vez son más cortas. Los últimos comics de Rick Remender Una sed de venganza justificada con André Lima Araujo y Death or Glory con Bengal sólo se han extendido el equivalente de dos tomos, por ejemplo. Da la sensación que puestos a vender los derechos de un comic para una serie o película, realmente da igual si el comic es corto o largo. Por lo tanto, ¿para qué extenderse? Series como Deadly Class con Wes Craig con una duración de 56 números son cada vez más escasas, y es justo la tendencia que creo fundamental que se rompa.

Y precisamente, la mayoría de mis comics favoritos de siempre en el ámbito independiente o de creación propia fueron colecciones de larga o media duración que parecen impensables hoy en día. Aparte de The Walking Dead (193 números) o Invencible (144 números) de Kirkman, Adlard y Ottley, Scaped duró 60 números, Preacher 66 más varios especiales y miniseries, Sandman 75. Y el doble Fábulas, 150. Incluso Locke & Key, cuya primera serie duró 37 números , sería vista como una anomalía en el panorama comiquero actual. Estas series aparte de todo exigían una fidelidad en el lector, obligándonos a ir todos los meses a nuestras librería, y años después de finalizar sus tomos recopilatorios se siguen vendiendo como churros. Ofreciendo una experiencia de construcción de mundos y evolución de los personajes inigualable que los comics actuales de duración corta nunca van a poder igualar.

Hace unos meses publiqué un artículo similar argumentando que el comic americano necesitaba un revulsivo, sobre todo personalizándolo con comics EVENTOS que se sintieran importantes y trajeran público a las librerías. Pensando en qué cosas podría detener la sangría de pérdida de ventas de los comics mainstream en el canal de las librarías especializadas americanas, más que un comic evento puntual de cinco o seis números, lo que de verdad necesita la industria son más series regulares de larga duración que resulten populares. Necesita el nuevo The Walking Dead o el nuevo Saga. De hecho, no necesita una única colección popular, necesita cuantas más posible que atraigan a las librerías a clientes a comprar su dosis regularmente. Clientes que una vez allí a lo mejor piquen otra cosa y ayuden a revitalizar las ventas de todas las editoriales.

Por eso comics estupendos como Friday no sirven, al estar hablando de una serie que publica una grapa cada seis meses, un tomo cada año y medio. De hecho, aún teniendo a autores super populares en España como son Ed Brubaker y Marcos Martín y con dos tomos publicados, esta misma semana hable con un amigo tuitero que no sabía ni que esta serie existía. Necesitamos de comic que mantengan la regularidad y que sean consistentes en su salida, de forma que los lectores tengamos tranquilidad a la hora de saber que antes o después vamos a poder leer.

El problema que tiene la brevedad en las colecciones de Marvel (por ejemplo) es que muchos lectores no se animan a comprar las grapas y prefieren esperarse a comprar los tomos una vez se sepa si el comic es bueno o no. Pero claro, si una colección como Extraño de Jed MacKay y Marcelo Ferreira termina en el número 10 USA, dando inmediatamente comienzo otra «nueva» etapa que te venden que va a ser aún mejor, estoy convencido que hay mucha gente que piensa «¿Para qué empezarla si ya ha terminado y lo siguiente va a ir por otro lado?» Esta es la mentalidad del lector veterano de toda la vida, como es mi caso, que estamos acostumbrados a las historias río de los comics de los años 70 y 80. Pero estoy convencido que no soy un caso único, mucha gente que no compró un comic cuando salió al final no llega a hacerlo debido a la acumulación de oferta que tenemos todos los meses en las librerías. Y en este caso, no es que no compro Extraño porque compro otra cosa en su lugar, al final no compro Extraño y punto.

Justo por esto me parece fundamental que todas las editoriales y autores rompan esa tendencia negativa y autodestructiva. Pensando en Robert Kirkman o Mark Millar, dos autores modélicos es su idea de negocio y su conocimiento de la industria que dirigen Skybound y Millarword, hablamos de empresas super saneadas y rentables que no tienen problemas económicos, deberían atreverse a publicar el próximo Star Wars, la próxima Canción de Hielo y Fuego confirmando desde el comienzo que son grandes historias que se desarrollarán a lo largo de años y que llegarán a su perfecto final en algún momento del futuro, creando un viaje que merezca la pena vivirlo. Millar en su canal de Youtube ha afirmado en varias ocasiones que si consigue fichar a los mejores autores del medio para unos comics que son propiedad de Netflix y por tanto son trabajos de encargo, es porque les paga más que Marvel o DC. Directamente. Y estoy seguro que tras el pelotazo de The Walking Dead, Kirkman también podría hacerlo, aparte que comparta los derechos de la obra con sus colaboradores, por ejemplo Chris Samnee en Fire Power o Lorenzo de Felipe en la inminente Void Rivals, que se estrena este mismo mes de junio en USA.

De hecho, incluso aunque las ventas de grapas fueran flojas, Millarworld o Skybound se deberían comprometer a continuar su publicación dado que todos sabemos que luego con las diferentes recopilaciones en tapa blanda, tapa dura u omnibus estos comics resultan siempre rentables. Y claro, podréis pensar que es muy bonito pedir a otro que arriesgue su dinero en algo que no está funcionando, pero el buen empresario no es el que piensa a corto plazo, sino el que se atreve a poner su mirada en el medio y largo plazo. Recordando el ejemplo de Invencible vemos un comic que sus grapas realmente nunca se vendieron demasiado bien. Sin embargo, 5 años después de terminar, sus tomos siguen vendiéndose de maravilla. Y apuesto que dentro de 10 seguirán habiendo ediciones disponibles para los lectores. Y volviendo a los años de publicación, Invencible fue un comic en el que el boca a boca entre lectores y críticos funcionó durante años, y eran recomendaciones que invitaban a leer la colección desde el principio con los tomos, pero también ofreciendo buenos puntos de entrada a las grapas. Este debería ser el ejemplo a seguir.

Hay una realidad, y es que los comics de éxito se retroalimentan con el paso de los años. Ed Brubaker comenta que las ventas de sus novelas gráficas de la serie Reckless no han dejado de crecer. Pero no es solo que la nueva vende más que la anterior, cosa que sucede, es que junto a la novedad las obras antiguas aumentan sus ventas coincidiendo con los nuevos lanzamientos, al haber lectores que descubren la obra en ese momento. La conexión entre las ventas de la novedad y del fondo editorial funciona si los editores mantienen disponibles los comics para los libreros. Este debería ser el camino, algo lógico, ¿no? Y sin embargo, todos los años descubrimos que ante un estreno por ejemplo de cine, determinados comics clave de ese personaje están agotados y son imposibles de conseguir. El mundo al revés.

Pero no es un tema de personalizar únicamente en los autores, porque es una vergüenza que Marvel o DC realmente no se atrevan a plantear una serie de 50 números aunque no venda inicialmente. No, el decepcionante y soporífero Batman de Tom King o la floja etapa de Snyder y Capullo no cuentan, porque eran comic que SI se vendían al ser Batman. (E incluso así, DC cortó por lo sano a Tom King ante una etapa que se estaba convirtiendo en ilegible). A lo que me refiero es que deberían atreverse a buscar el próximo Starman, el siguiente Miles Morales, pero dando un margen amplio a los autores para que desarrollaran una historia río rica en worldbuilding y relaciones personales que viéramos crecer a lo largo de los meses y años.

En este sentido, la franquicia mutante de Krakoa en los términos en que está planteada no va a formar parte de la solución, porque yo hablo de series abiertas de larga duración pero lo más autocontenidas posible que sean sencillas de seguir para un lector no experto. Sin embargo, aunque como decía yo me acostumbré a comprar múltiples comics de un universo para sentir la interconectividad, la realidad es que Krakoa que se convertido en un saca cuartos con historias mediocres que no terminan o que saltan de serie en serie, haciendo que esta franquicia sea ahora mismo lo menos «reader-friendly» que podemos encontrar en la actualidad comiquera. De hecho, a veces parece que te obligan a leer estos comics con la enciclopedia al lado para recordar quien es tal o cual personaje, o para darte que cuenta que el personaje X no se parece en nada a aquel del que te enamoraste cuando empezaste la afición.

Comentaba que necesitamos el próximo TWD o Saga. Pero justo pensando en Saga nos damos cuenta de la importancia de la PERIODICIDAD, de mantener tu presencia en las librerías. Porque Saga fue un comic superventas durante su publicación, pero tras 3 años y medio de parón para que Fiona Staples recargara las pilas, las ventas no han vuelto a los niveles de 2018. Tras un parón tan grande, los lectores parece que han pasado página, o al menos parece que se van a esperar hasta estar seguros que cuando retomen el comic, este se publicará ahora si hasta su final. Porque el miedo a que una obra quede colgada está super presente en el entretenimiento mainstream. Que se lo digan a los suscriptores de Netflix o a los fans de George R.R. Martin.

Por eso estos comics deben mantener una periodicidad estable que haga que seguir estas colecciones sea una tarea confiable que no va a generar quebraderos de cabeza en el lector. En este sentido, los comics de Kirkman y en general de Image resultan el camino a seguir, publicando un arco completo mensualmente, para dejar un mes o dos de descanso al dibujante que es aprovechado para la publicación del tomo. Es normal que un dibujante no se quiera alargar en exceso en un comic, sobre todo si no genera suficientes ingresos, como parece es el caso en cada vez más comics de creación propia. Pero si la tarifa por página realmente si les sale rentable, estoy convencido que muchos problemas desaparecerían.

Tener un comic como Oblivion Song dibujado en su totalidad por Lorenzo de Felipe, o Gideon Falls por Andrea Sorrentino y Dave Stewart ofrece un plus de personalidad, calidad y consistencia artística al lector que ningún comic de Marvel o DC con cuarenta dibujantes diferentes puede igualar. Este es también el camino en mi opinión. Mientras Marvel transmita que el dibujo es secundario y que da igual si un comic lo dibuja Stuart Immonem o C.F. Villa, más y más lectores irán abandonando sus colecciones cansados de artistas mediocres y nula consistencia en un medio que plantea contar historias mediante imágenes.

El mundo del comic siempre ha sido cíclico. No espero tener razón con esta reflexión, pero si me gustaría pensar que las modas cambiarán y en poco tiempo podamos ver la inversión de la tendencia actual, con unas editoriales planteando historias más ambiciosas no limitadas a la espada de Damocles que son las ventas actuales de las grapas. Seguro que si eso pasa, saldremos todos ganando.

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Crítica de Fast X de Louis Leterrier

Décima entrega de la serie Fast & Furious, dirigida por Louis Leterrier (Transporter, El Increíble Hulk, Ahora me ves). Una película que a pesar de su factor de entretenimiento muestra que la franquicia no da más de si en cuanto se centra en el personaje de Vin Diesel.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

Durante numerosas misiones más que imposibles, Dom Toretto y su familia han sido capaces de ser más listos, de tener más valor y de ir más rápido que cualquier enemigo que se cruzara con ellos. Pero ahora tendrán que enfrentarse al oponente más letal que jamás hayan conocido: Un terrible peligro que resurge del pasado, que se mueve por una sangrienta sed de venganza y que está dispuesto a destrozar a la familia y destruir para siempre todo lo que a Dom le importa. (FILMAFFINITY)

Fast X es una película de acción de 2023 dirigida por Louis Leterrier a partir de un guión escrito por Dan Mazeau y Justin Lin, que también coescribió la historia con Zach Dean. Letterier es un correcto director sin demasiada personalidad que se amolda a lo que los productores necesitan que ha dirigido de todo, desde El Increíble Hulk para Marvel Studios, Ahora me ves, el remake de Furia de Titanes o la franquicia Transporter con Jonathan Statham. Juntin Lin, director de cinco películas de la franquicia, la tercera, cuarta, quinta, sexta y novena, actúa como guionista y productor de esta película.

La película de 141 minutos de duración cuenta con fotografía de Stephen F. Windon, montaje de Dylan Highsmith, Kelly Matsumoto, Laura Yanovich y Corbin Mehl y música de Brian Tyler. Si los datos de wikipedia son correctos, el presupuesto de Fast X se eleva por encima de los 300 millones de dólares, una cantidad loquísima que hace muy difícil que la película pueda resultar rentable.

El reparto original repite en esa décima película de la franquicia, con Vin Diesel como Dominic Toretto, Michelle Rodriguez como Letty Ortiz, Tyrese Gibson como Roman Pearce, Chris «Ludacris» Bridges como Tej Parker, John Cena como Jakob Toretto, Nathalie Emmanuel como Ramsey, Jordana Brewster como Mia Toretto, Sung Kang como Han Lue, Helen Mirren como Magdalene «Queenie» Ellmanson-Shaw, Jason Statham como Deckard Shaw, Charlize Theron como Cipher y Rita Moreno como Abuelita Toretto.

Las nuevas incorporaciones a la franquicia son Jason Momoa como Dante Reyes, el hijo del narcotraficante Hernán Reyes, que busca venganza contra Dom y su equipo por la muerte de su padre y la pérdida de la fortuna de su familia durante los acontecimientos de Fast Five. Brie Larson es Tess, la hija de Mr. Nobody y representante de su agencia. Alan Ritchson (Reacher) es Aimes, el nuevo líder de la agencia de Mr. Nobody. Por último, Daniela Melchior es Isabel Neves, una corredora callejera brasileña que se revela como la hermana de la antigua novia de Dom y madre de su hijo, Elena Neves.

Tras el hito que supuso Fast 7 gracias al homenaje al recién fallecido Paul Walker, la octava y novena películas de la serie dirigidas por F. Gary Grey y Justin Lin mostraban una peligrosa sensación de agotamiento de la franquicia, reconociendo que Justin Lin mejoraba a su precedesor. Esta novena película mantiene esa sensación ampliándola debido al planteamiento centrado en Dominic Toretto, que sólo consigue recordarnos lo mayor que está Vin Diesel y que su falta de carisma es brutal a pesar de sus poses de malote.

El hecho diferencial de esta franquicia de Fast & Furious es que los productores y directores saben que todo es una flipada increíble e imposible, pero nos lo muestran igual porque confían en la complicidad del espectador y nuestras ganas de disfrutar. Cuantas más leyes de la física se saltan en la película, mayor es el disfrute de los espectadores. Y en ese sentido, el set de acción en Roma y la locura absurda del climax final en la autopista en Portugal finalizado en una presa a punto de estallar son de largo lo mejor de una película que en esos momentos nos hizo aplaudir con las orejas.

Sin embargo, la película se hace muy larga cada vez que Toretto nos recuerda que para él lo principal es la familia. O, por qué no decirlo, todo lo relativo a la trama que implica al resto de miembros de la familia, Roman Pearce, Tej Parker, Ramsey y Han Lue. Una trama secundaria no, lo siguiente, que si se eliminara completamente de la película no perderiamos nada importante. Roman siempre ha sido el recurso cómico, pero hace ya tiempo que él perdió la gracia. Y sus amigos, el motivo de estar en estar en estas películas. En contraste, a pesar de lo chorra de su personaje, la parte de John Cena con su sobrino (el hijo de Toretto) están geniales y transmiten el carisma y la vis cómica de Cena.

Ver a un Jason Momoa fondón y con papada como gran villano de la película me genera sentimientos encontrados. Su villano Dante Reyes es un over-the-top imposible que canta ópera se pinta las uñas y se dirige a una matanza bailando. Como villano con sensación de peligro la verdad es que es penoso, posiblemente lo peor de la pelícual. Sin embargo, pensando en ello no tengo claro si Momoa está penoso en pantalla o ha entendido el espíritu de la franquicia y crea una genialidad super exagerada que ayuda a que no nos tomemos en serio nada de lo que pasa.

Fuera de las escenas de coches, es sintomático que las mejores escenas sean justo los casi cameos de Jason Statham y la primera aparición de John Cena, que dejan claro el carisma que tienen muy superior al del resto del reparto que a priori está por encima de ellos en cuanto a historia en la franquicia. En este sentido, tener a Alan Ritchson (Reacher) en la película y desaprovecharlo de la forma en que lo hacen me parece una pena, entendiendo que no hay minutos para todos.

Otro elemento que me molesta es lo flojo que es el guion. Las películas no son la vida real, obviamente. Y Fast & Furious aún menos. Sin embargo, hay varios momentos que tras una escena la película sigue en una localización y tú te quedas como ¿así termina? Pero si Dante está ahí al lado, ¡ve y acaba con él!!! La sensación de escenas puente sin más interés que llevarnos a la siguiente escena de acción es super palpable viendo la película, y provoca que en conjunto no sea lo compacto que debería.

En ese sentido, una clave de la película es separar al grupo haciendo que cada uno tenga sus aventuras en solitario. Toretto por un lado, John Cena por otro, los 4 mediocres por otro y una Michelle Rodriguez compartiendo prisión con Charlize Theron mientras intentan escapar. La sensación de que esta no es una película sino la primera parte del final de la franquicia que se suponía iban a ser dos películas es otro problema, al no resolver ninguna de las tramas tras más de dos horas de visionado. Leer que los productores se están planteando hacer dos películas más me deja anonadado, dado que la historia realmente no da para tanto. Y hacer que dos películas seguidas colgadas sin finalizar me parecería una temeridad. De hecho, ni siquiera las dos sorpresas finales consiguen revitalizar una franquicia en caida.

Otro dato a tener en cuenta es que Fast X parece haber costado la salvajada de 340 millones de dólares. Me da la sensación que la franquicia tiene demasiados productores que exigen su parte del pastel, porque es una barbaridad. Tras 10 días en cartel la película ha superado los 500 millones de recaudación en todo el mundo. Y aunque la cifra es alta, aún están lejos de conseguir recuperar la inversión. Que con estas cifras menguantes de taquilla realmente planteen dos películas más en lugar de uno me parece un error. Cierra bien la historia, no lo alargues más de la cuenta. Dentro que ya lo han alargado más de le cuenta. Vin Diesel tiene 55 años y ya se ve mal en la película. Pensar que pueda continuar en el papel de Toretto hasta los 60 años me parece una locura.

Comparto el trailer de la película:

Fast X es super loca y entretenida en cuanto se suben a los coches, pero muestra que la fórmula se está agotando a marchas forzadas en cuanto los personajes intentan tener algo interesante que contar.

PUNTUACIÓN: 5.5/10

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