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Crítica de Cazafantasmas: Más allá, de Jason Reitman

Cuando una película se nota que está hecha desde el corazón, es imposible no sentir una conexión con ella y que te conquiste. Es justo lo que me ha pasado con Cazafantasmas: Más allá, continuación de Cazafantasmas 1 y 2 escrita y dirigida por Jason Reitman, hijo de Ivan, el director de las originales, y que sirve además de maravilloso homenaje a Harold Ramis, fallecido en 2014.

PUNTUACIÓN: 8/10

Una madre soltera y sus dos hijos llegan a una pequeña ciudad, descubriendo su conexión con los cazafantasmas originales y el legado secreto que dejó su abuelo tras de sí. Secuela directa de «Cazafantasmas 2». (FILMAFFINITY).

Jason Reitman (Montreal, 1977) tenía tan sólo 7 años cuando su padre Ivan estrenó la mítica Cazafantasmas protagonizada por Bill Murray, Dan Aykroyd, Sigourney Weaver, Harold Ramis, Rick Moranis, Annie Potts y Ernie Hudson. Ya de joven le picó el mismo gusanillo y empezó a trabajar en producciones de su padre, de hecho tuvo una pequeña aparición en Cazafantasmas II (1989), hasta que pudo lanzarse a escribir y dirigir sus propias películas. Gracias por fumar (2005), Juno (2007), Up in the Air (2009), Young Adult (2011), Labor Day (2013), Men, Women & Children (2014) y Tully (2018) conforman una interesante filmografía como director y guionista antes de concentrarse en este homenaje a una de las películas míticas de los años 80.

Reitman escribió el guión de esta película junto a Gil Kenan, y cuenta además con su padre Ivan Reitman como productor, lo que asegura que el espíritu clásico va a estar en pantalla en todo momento. La película cuenta con fotografía de Eric Steelberg, montaje de Dana E. Glauberman y música de Dana E. Glauberman, incluyendo el mítico tema de los Cazafantasmas y la canción de Ray Parker Jr. La película de 125 minutos de duración ha contado con un presupuesto de 75 millones de dólares, que se muestran como suficientes para contar correctamente la historia.

La película está protagonizada por Mckenna Grace como Phoebe Spengler, hija de Callie y nieta de Egon Spengler (Harold Ramis en la película original). Finn Wolfhard (uno de los niños de Stranger Things) es Trevor, el hermano mayor de Phoebe, mientras que Carrie Coon es Callie Spengler, madre de ambos e hija del fallecido Dr. Egon Spengler.

Completan el reparto el genial Paul Rudd como el Profesor Grooberson, Logan Kim como Podcast, el compañero de clase de Phoebe, mientras que Celeste O’Connor es Lucky, una amiga de Trevor que también les ayudará en su misión.

«Siempre me ha gustado pensar en mí mismo como el primer fan de Los Cazafantasmas, cuando visitaba el set de rodaje con 6 años», decía Jason Reitman. «Quería hacer una película para el resto de fans. Este es el siguiente capítulo en la franquicia original. No es un reinicio. Lo que pasó en los 80 pasó en los 80 y esto estará ambientado en el presente». Cuando escuchas estas declaraciones de Jason Reitman y descubres que su padre Ivan forma parte de una producción que plantea un altísimo componente de homenaje y reivindicación de la figura de Harold Ramis, fallecido en 2014, es imposible que la película no fuera a estar bien.

Y lo cierto es que la película en su tercio final tiene un montón de momentos super emocionantes que me pusieron la carne de gallina y que consiguieron que el visionado de estos nuevos Cazafantasmas: Más allá fuera un triunfo total. Aquí podriamos entrar en si hay un excesivo fan-service en la segunda hora o si la película peca de ser en lo fundamental un remake encubierto a la historia original, elementos que sin duda están ahí, pero cuando todo transmite amor y respeto hacia los personajes originales, la valoración en mi caso no puede ser más que positiva.

Lo cierto es que para llegar al emocionante climax final, la película tiene que acertar a la hora de presentar a los nuevos protagonistas de la generación actual, y la verdad es que el acierto en el casting es total, sobre todo en lo referido a la joven Mckenna Grace como Phoebe, la nieta de Egon Spengler, con el que comparte el elemento friki de la historia, el amor por la ciencia y unas escasas dotes sociales. El personaje de Phoebe es espectacular y ella sola hace que conectes y te enganches con la película. También me gustó mucho la química en pantalla entre Carrie Coon y el siempre efectivo Paul Rudd, con esa cualidad suya de «tío normal en una situación anormal». Finn Wolfhard y el resto de niños están bien pero reconociendo que tienen una menor importancia en la trama.

Quizá por ponerle un pero, los 75 millones son suficientes para contar la historia, pero en algunos momentos hay decorados que parecen de cartón piedra y algunos CGIs fueron más bien flojetes. Sin embargo, teniendo el cuenta el fracaso de la película de LAS Cazafantasmas (Paul Feig, 2016), es normal que hayan tenido que trabajar con un presupuestos super ajustado que ayude que la película sea rentable, cosa que parece que la película va a conseguir. Además, al acertar con el elemento emocional, se perdonan estos elementos un poco menos buenos.

He intentado hacer mi valoración totalmente libre de spoilers porque me gustaría que pudierais llegar a ver la película sin saber ninguna de las numerosísimas sorpresas, homenajes y detalles que harán que si eres un fan de la película original, no tengo duda que vayas a disfrutar un montón de esta. En mi caso, debo decir que no fue sólo a mi, sino que la película le gustó un montón a mi hijo y a mi mujer, con el añadido de haberla visto en versión original, pudiendo disfrutar de las voces originales.

Además, comentaros que tenéis que quedaros hasta el final porque hay ¡dos escenas post-crédito!, y ambas fueron geniales. En especial la segunda que sirve de reivindicación de un personaje clave de la película original.

Comparto el trailer de la película:

Cazafantasmas: Más allá se nota que dentro de ser cine comercial está hecha desde el corazón. Más películas como esta, por favor.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de IT Capítulo 1, de Andrés Muschietti

Con dos años de retraso y como previa al visionado de It Capítulo 2, me animé a ver la primera parte, dirigida por Andrés Muschietti, y me ha parecido una adaptación modélica de la novela de Stephen King con un gran reparto de niños y algunos momentos realmente aterradores.

PUNTUCIÓN: 8/10

Cuando empiezan a desaparecer niños en el pueblo de Derry (Maine), una pandilla de amigos lidia con sus mayores miedos al enfrentarse a un malvado payaso llamado Pennywise, cuya historia de asesinatos y violencia data de siglos. Primera parte de la adaptación cinematográfica de la conocida novela de Stephen King publicada en 1986.

La película ha sido dirigida por el director argentino Andrés Muschietti, a partir de un guión de Chase Palmer, Cary Fukunaga y Gary Dauberman adaptando la icónica novela de Stephen King.

El director de fotografía es Chung-hoon Chung, colaborador habitual de Park Chan-wook en Old-Boy, The Handmaiden, Stoker y Simpathy for Lady Vengeance, lo que indica que es un fuera de serie. IT cuenta además con música de Benjamin Wallfisch (Blade Runner 2049, A cure for wellness, Hidden figures).

La película está protagonizada por Bill Skarsgard como el payaso Pennywise, cuya presencia es siempre aterradora gracias a su extraña voz e interpretación y al excelente trabajo de diseño de producción y efectos especiales. El otro gran acierto de IT Capítulo 1 es su excelente casting de los de niños protagonistas que se enfrentarán a Pennywise:

  • Bill Denbrough (Jaeden Martell) es el motor de la historia al perder a su hermano pequeño Georgie a principio de la película, y tendrá visiones suyas junto a Pennywise que le llaman a unirse a ellos.
  • Beverly Marsh (Sophia Lillis) cuenta con un padre abusivo que posiblemente abuse de ella, mientras sufre también acoso en el instituto por culpa de un rumor lanzado contra ella.
  • Ben Hanscom (Jeremy Ray Taylor), es el niño nuevo de la escuela y sufre abusos por su sobrepeso. Al no tener amigos, pasa los días en la biblioteca local, investigando el violento pasado de la localidad, donde será atacado por Pennywise.
  • Mike Hanlon (Chosen Jacobs) es un chaval de color huérfano que perdió a sus padres en un incendio provocado, trabaja en el matadero del pueblo y teme pasar allí toda su vida.
  • Eddie Kaspbrak (Jack Dylan Grazer) , un niño sobreprotegido por su madre que tiene miedo de coger una enfermedad y cuyo miedo se materializa en forma de un leproso.
  • Stanley Uris (Wyatt Oleff), un niño judío al que asusta una figura femenina pintada en un cuadro del despacho de su padre, el rabino local.
  • Richie Tozier (Finn Wolfhard, uno de los niños de Stranger Things) es el último miembro del grupo de “Losers” que admite que le tiene miedo a los payasos.

Tras la publicación de la novela en 1986, en 1990 se adaptó en una miniserie de televisión de la que King no quedó especialmente satisfecho. Tuvieron que pasar 25 años para que diera su bendición a esta nueva adaptación. Es curioso como en estos años han ido surgiendo un montón de obras que se inspiran en este concepto general de un grupo de niños que tienen que enfrentarse a algo aterrador (sin ir más lejos Stranger Things también homenajea a esta novela / historia), de forma que habrá gente que pueda pensar que IT es “como Stranger things” cuando es exactamente al revés. Está claro que probablemente Stephen King no es el primer escritor que usa a niños en historias de terror, pero no hay duda que es el autor que popularizó el terror entre el gran público.

Entrando en el análisis de la película en si, debo comentar que llevaba unos años un poco desenganchado del terror, y el saber que la segunda parte se iba a retrasar al menos dos años hizo que no viera IT en el cine. Pude sacarme la espinita en casa esta semana al estrenarse en HBO y en Netflix coincidiendo con el estreno de la segunda parte. Y lo cierto es que me ha gustado mucho y me ha dejado con ganas de más Pennywise.

IT es una gran película de terror que tiene un ritmo perfecto, sabiendo dosificar los sustos a los largo de sus 135 minutos y que tiene un climax bestial. Y más allá de los sustos, hay una sensación malrollera constante que provoca que estemos anticipando cada escena y que te mantiene en tensión, ayudado por un montaje y una música perfectas. No solo por el demonio Pennywise, sino también por la existencia de personas malas que hacen el mal sin necesidad de ser poseidos, como el padre de Beverly o los bullies que persiguen a los chavales.

IT costó tan sólo 35 millones de producir, una cifra que parece ridícula teniendo en cuenta lo bien que luce todo en la película. El ficticio pueblo de Derry (Maine) fue creado en la localidad canadiense de Port Hope (Ontario), rodándose también en localizaciones de Toronto, lo que abarató el montante total del proyecto sin restar verosimilitud a este típico pueblo americano de la década de los 80.

A pesar de su ajustado presupuesto, el payaso Pennywise es aterrador siempre que aparece en pantalla y cuenta, además de una interpretación bestial de Bill Skarsgard, de un excelente diseño y unos efectos especiales con CGI super bien conseguidos.

Además de estos sobresalientes elementos técnicos, la película triunfa porque consiguen que te preocupes por los niños, en especial Bill Denbrough, que perdió a su hermano, la única chica Beverly Marsh, con la que sufrimos cada vez que llega a casa, y el “gordito” Ben Hanscom que es el típico “nerd” que sufre abusos en el colegio y fuera de él. Ellos tres llevan el peso dramático de la historia, en mi opinión.

Los otros chavales, Mike, Eddie, Stanley y Richie tienen un papel secundario, pero el guión distribuye correctamente el tiempo entre todos para que podamos empatizar mínimamente con todos. Y encima, a diferencia de otras películas con adolescentes, no resultan demasiado molestos.  Globalmente me parece un casting muy acertado.

No conocía al director argentino Andrés Muschietti antes de ver IT, pero me parece un descubrimiento sensacional. Muschietti crea momentos verdaderamente aterradores y malsanos, y construye este mundo con un terror primario oculto en el corazón de este pueblo americano, en el que no tienes que estar para sentir que algo no va bien.

Como he comentado, la película me ha gustado mucho, y si tengo que comentar algo negativo no sería sobre la película en si sino a la decisión de dividir la novela en dos, separando su estreno dos años, una barbaridad. Fue precisamente el saber que esta novela aún tenía que rodarse y que los dos años de espera estaban garantizados lo que hicieron que no viera la película en el cine en su momento. Los estrenos de otras trilogías cinematográficas siempre se han estrenado con un año de diferencia, (El Señor de los Anillos, Harry Potter y las reliquias de la muerte 1 y 2, Matrix Reloaded y Revolutions, Vengadores Infinity War y Endgame), por lo que me parece que estos dos años han sido demasiado tiempo.

Es cierto que esta película da un cierre correcto a la historia de los niños, conjurándose a volver a reunirse si dentro de 27 años Pennywise vuelve, pero todos sabemos que esta película es solo la mitad de la historia.

Comparto el trailer de esta primera película:

La primer parte de IT me ha parecido una película modélica con un terrorífico Pennywise que se convierte en un icono del terror, y que convierte en obligatorio el visionado de la segunda parte.

 

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¡Saludos a todos!

Crítica de Stranger Things temporada 3 (Netflix)

Strangers Things ha vuelto con las pilas cargadas para la tercera temporada. La serie creada por los hermanos Duffer y recién estrenada en Netflix puede que sea más de lo mismo, pero es tan entretenida y los chavales molan tanto que su visionado se convierte en un suspiro.

PUNTUACIÓN: 7/10

Después de que durante los eventos ocurridos durante Halloween de 1984 en la dimensión alternativa, esta temporada tiene lugar un año después, justo al terminar las clases para las vacaciones de verano. Lejos de terminar la amenaza tras cerrar los portales en la anterior temporada, los seres del Upside Down evolucionan justo cuando el grupo de amigos está más distanciado que nunca.

Creada por los Hermanos Duffer, son también productores ejecutivos junto con Shawn Levy, Dan Cohen y Iain Paterson, y dirigen y escriben 4 de los 8 episodios de esta temporada.

Stranger things 3 ha cambiado del Halloween de la segunda temporada a un verano de 1985 que nos devuelve a tantas y tantas películas clásicas y situaciones de nuestra niñez y adolescencia.

Como comento en la presentación, realmente Stranger Things 3 vuelve a repetir la misma fórmula de separar a los personajes en varios grupos que investigan cada uno de ellos un misterio diferente que acaban siendo el mismo caso. Pero reconociendo esto, hay que decir también que las dinámicas de todos los niños son super chulas, que les echábamos de menos y que mola saber qué es de su vida más de un año y medio después de ver la segunda parte.

En este sentido, hay que decir que no me importaría que Netflix hiciera una cuarta y última temporada, sobre todo teniendo en cuenta el final de esta tercera parte. En caso de que se confirmara, los hermanos Duffer deberían darse prisa en rodarla, porque se nota ya que todos actores están creciendo y ya no son adolescentes. De la misma forma que Sony / Marvel están estrenando una película de Spiderman cada 2 años en lugar de los 3 habituales en este tipo de blockbusters, precisamente para acortar los plazos y evitar el excesivo envejecimiento de Peter Parker y los demás chavales, Netflix va a tener que ponerse las pilas si no quiere que se les pase el arroz a su casting de jóvenes estrellas televisivas.

Entrando en materia, los dos primeros episodios en los que se vuelve a situar a cada uno de los personajes se me hicieron un poco pesados por el exceso de canciones ochenteras cuya referencia, si es que la tienen más allá de ser de esa época, se me escapaba. Sin embargo, a medida que la serie nos sumerge en el doble misterio de esta temporada, el visionado fue mejorando hasta llegar a un climax tan loco como en las películas de Arnold Schwarzenegger de la época. Hay de hecho una referencia muy poco sutil al Arnold de Terminator en la figura del asesino ruso que persigue a los adultos, el Sheriff Hopper (David Harbour) y a Joyce Byers (Winona Rider), la madre de Will y Jonathan.

El guión combina como siempre elementos de películas de terror y de aventuras juveniles ochenteras tipo Goonies con sus investigaciones y misterios, sumando en esta tercera parte el “homenaje” a las películas de acción y espionaje que utilizaban al enemigo ruso como villano recurrente, así como toques de crítica al machismo de la sociedad americana. Incluso tenemos una salida del armario de uno de los nuevos personajes, reforzando su medido aspecto social.

Hablando del Sheriff Hopper, la interpretación de David Harbour como un bebedor e irascible padre no me ha acabado de gustar por lo exagerado, y creo que es lo más flojo de toda la temporada en cuanto a un casting que creo realiza un buen papel. En todo caso, tampoco dudo que Harbour hizo la interpretación exagerada que los hermanos Duffer le pidieron, y se redime en un último episodio lleno de emoción.

Como comento, todos los chavales lo hacen genial, pero creo que Dustin (Gaten Matarazzo) vuelve a robar la serie en las pocas escenas en que está en pantalla, con una mención especial a su increíble escena en el último episodio que marca el preludio del climax final. Y aunque Eleven (Millie Bobby Brown) vuelve a ser la gran protagonista como en temporadas anteriores, creo que exageran el uso de sus habilidades mentales, llegando a convertirse en una muleta en la que apoyan la mayoría de situaciones, perdiendo parte de su encanto y desde luego mucha sensación de peligro o amenaza.

Del resto de chavales, Mike Wheeler (Finn Wolfhard) tiene que enfrentarse a los problemas adolescentes a tener a Eleven de novia, teniendo que evitar a un padre furioso y unos amigos que se sienten desplazados. Will Byers (Noah Schnapp), protagonista por su desaparición al comienzo de todo pierde protagonismo en esta tercera, teniendo que asumir que el tiempo pasa para todos y que ya nunca volverán a ser niños. Y el otro miembro del grupo original que está completamente desaprovechado es Lucas Sinclair (Caleb McLaughlin), hasta el punto que casi no hace gran cosa aparte de estar ahí plantado.

Maxine (Sadie Sink) la chica presentada en la segunda temporada que se hacía amiga de Lucas cobra protagonismo por su relación con Eleven y debido a que su hermano Billy (Dacre Montgomery) es uno de los villanos de la temporada.

De los chavales más mayores, Nancy Wheeler (Natalia Dyer) tendrá que enfrentarse al machismo imperante en la redacción del periódico local en la que trabaja de becaria, mientras que su novio fotógrafo Jonathan Byers (Charlie Heaton) hace más bien poco aparte de acompañar a Nancy durante sus pesquisas.

El que vuelve a salirse esta temporada es Steve Harrington (Joe Keery), no solo por su amistad con Dustin, uno de los grandes hallazgos de la segunda temporada, sino por su relación con Robin, un nuevo personaje interpretado por Maya Hawke, hija de Ethan y Uma Thurman a la que espera un brillante futuro, que es la jefa de Steve en su trabajo en la heladería del centro comercial en el que trabajan. A este trío se les unirá la hermana pequeña de Lucas, Erica (Priah Ferguson), que interpreta a la típica niña sabionda y cargante que acompaña a este grupo a descubrir qué esconde el nuevo centro comercial de Hawkins, Starcourt.

Si la segunda temporada nos trajo a Sean Astin como reclamo nostálgico, esta tercera nos ha traído a Cary Elwes y Jake Busey en pequeños papeles del alcalde de Hawkings y un redactor machista del periódico, respectivamente.

El diseño de producción y los efectos especiales están a buen nivel, consiguiendo momentos bastantes chulos utilizando a La Cosa (1982) de John Carpenter como inspiración, creando un monstruo multiforme asqueroso que marcará la principal amenaza para los habitantes de Hawkings.

La verdad es que la serie se ve en un suspiro y es super entretenida sobre todo apoyada en el carisma y la personalidad de todo el reparto. Sin embargo, hay que reconocer que la historia, sobre todo en lo referido a la amenaza rusa es una locura sin sentido. Está claro que lo aceptas porque estamos en el “todo vale” , que es una serie que busca ser un entretenimiento ligero sin más y que lo principal son los personajes por lo encima de la trama, pero la suspensión de credulidad está en el límite en muchos momentos. Además, la amenaza del Azotamentes y su ejército de poseídos al final acaba siendo también un bluff.

La “suerte” de Stranger Things y de los hermanos Duffer es que los personajes tapan estos elementos menos buenos y que la temporada tiene un final super emotivo que nos deja con un buen sabor de boca, aunque la serie no haya sido totalmente redonda.

El pasado martes 9 Netflix publicó que tras estrenarse Stranger Things el 4 de julio, 18 millones de suscriptores, entre los que me encuentro, ya habían visto entera esta tercera temporada, y 40 millones de personas habían visto algún episodio. Estos datos bestiales de audiencia creo que aseguran que a Stranger Things le queda cuerda para rato en el canal online.

Comparto el trailer de este tercera temporada:

https://www.youtube.com/watch?v=HACb2JoeO1w

Stranger things vuelve apoyarse en su carismático reparto para ofrecer un buen entretenimiento con la nostalgia como base que no tiene problemas en repetir esquemas ya utilizados. Con todo, creo que es una buena serie que me ha hecho pasar un gran rato, y que lo hará con todos los espectadores, sobre todo si sois fan del género o viviste los 80 y todo su ocio friki en vuestra niñez o adolescencia.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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¡Saludos a todos!

Crítica de Stranger Things Temporada 2

Stranger things fue una de las grandes sorpresas de la pasada temporada televisiva por méritos propios. Y con esta segunda temporada habían unas grandes expectativas, que me alegra poder decir que se han visto superadas.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

El argumento según Filmaffinity nos cuenta como la segunda temporada de ‘Stranger Things’ arranca un año después de la primera, durante Halloween, en Hawkins (Indiana). El joven Will Byers está otra vez con sus amigos tras lo sucedido un año atrás y su abducción por la dimensión paralela, pero en el colegio las cosas no le van del todo bien, y sigue teniendo pesadillas. Por su parte no se sabe nada de Once, aunque Mike intenta contactar con ella por radio todos los días. Extraños fenómenos además indican que algo tenebroso sigue acechando a Hawkins.

Las segundas temporadas suelen ser complicadas y peliagudas. Ya no existe la sorpresa inicial que llamó la atención a los espectadores, ni el misterio de la desaparición de Will y la dimensión oscura. Y el elemento nostálgico ochentero tampoco es especialmente novedoso, ya que lo vemos y sufrimos en innumerables películas y series.

En el caso de Stranger things, la verdad es que no solo me ha gustado mucho, es que esta segunda temporada creo que consigue superar en muchos sentidos a la temporada inicial. La temporada no se construye desde el misterio, sino sobre los personajes y las consecuencias de los sucesos previos, lo que por supuesto provoca nuevas aventuras.

Will (Noah Schnapp) escapó de la dimensión oscura, pero no salió indemne, sufre pesadillas y siente que algo no va bien. Las pruebas a las que le someten dicen que todo está en su cabeza, pero el cree que hay algo más, y su madre Joyce (Winone Rider) no sabe como ayudarle.

Mike (Finn Wolfhard) quedó destrozado por la desaparición de Eleven (Millie Bobby Brown), y la sigue llamando todos los días con su walkie-talkie. Por supuesto, Eleven está viva y en seguida conoceremos donde ha estado este tiempo. No vamos a renunciar a lo mejor de la temporada pasada. Pero es que, de nuevo, la historia no va del misterio, sino de como los personajes afrontan lo que les va pasando.

Además, el grupo de amigos compuesto por Mike, Will, Dustin (Gaten Matarazzo) y Lucas (Caleb McLaughlin) va a crecer con la incorporación de Max (Sadie Sink), una recién llegada al pueblo que sufre un hemanastro posesivo y violento.

Pero no son solo los niños los que se salen. Los adultos lo hacen genial, y destacaría especialmente a David Harbour, el policía Jim Harbour. Aunque parece enfadado y sufre ataques casi de ira, su mirada dice mucho y en realidad trasmite que todo nace fruto de su preocupación por la otra persona y por intentar protegerla y que no sufra más daño.

Si pensabas que el portal a la dimensión oscura quedó cerrada, obviamente no es el caso, y la tensión va creciendo a medida que avanza la serie, que diría que va de menos a más. Aunque ya en el primer episodio y en el trailer descubrimos a un gigante Demogorgon de clara inspiración Lovecraftiana, que marca que las apuestan van a ser más peligrosas que en la temporada inicial.

Hay quien dice que Stranger things es solo nostalgia y fanservice. Y hay miles de artículos sobre los innumerables homenajes que salpican casi todas las escenas. Yo reconozco que la mayoría no los pillé, porque no estaba pendiente de encontrarlos, sino en ver lo que les pasaba a los personajes. Dicho lo cual, ver a los chicos vestidos de Cazafantasmas o a un chaval disfrazado en una fiesta de los Kobra Kai de Karate Kid por supuesto me sacó una sonrisa.

Otra cosa que me gustó mucho de Stranger things fue su duración, 9 episodios, para mi algo perfecto. No 13 como hemos visto en las series de Marvel, que excepto Daredevil se las nota que han estirado el chicle en exceso, ni 8 de la primera temporada. 9 es la duración perfecta que permite a la historia fluir e irse construyendo al ritmo perfecto. Un ritmo que permite unos excelentes cliffhanger entre episodios y una tensión que te atrapa y no te deja hasta el final.

Si la primera temporada era una mezcla de Stand by me con las películas de Spielberg y En los límites de la realidad, con algunas escenas casi idénticas, en esta segunda temporada hay elementos de El Exorcista, Aliens o incluso los X-Men, lo que amplía el rango de homenajes y hace que la serie sea más interesante y sorprendente.

Me ha sorprendido ver que Andrew Stanton, director de Buscando a Nemo, Wall-e o John Carter, ha dirigido varios episodios, además de los hermanos Duffer. Este hecho es uno más que demuestra que estamos ante una producción de primer orden en los que todos los detalles están cuidados al máximo.

Sobre el final, creo también que es perfecto. De clara influencia de las películas de John Hughes, da un perfecto epílogo a todos los personajes y un merecido final feliz. Aunque por supuesto, hay suficientes elementos que permiten pensar que sus creadores, los hermanos Duffer van a continuarla.

Comparto el trailer de esta temporada:

https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=knLy7MtfHHw

Stranger things no es solo nostalgia de los años 80, es una serie carismática centrada con grandes personajes que se han convertido en parte de la familia. Una serie totalmente recomendable que tenga continuación lo antes posible.

PUNTUACIÓN: 8.5/10