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Crítica de Viuda Negra de Cate Shortland (Marvel Studios)

Tras más de un año de espera, por fin hemos podido disfrutar de Viuda Negra (Black Widow), el retorno de Scarlett Johansson al personaje de Natasha Romanoff que la lanzó a la fama en su primera película como protagonista en solitario. La película está dirigida por Cate Shortland y promete una montaña rusa de acción y emoción cuando conozcamos el origen secreto de Natasha.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Natasha Romanoff, alias Viuda Negra, se enfrenta a los capítulos más oscuros de su historia cuando surge una peligrosa conspiración relacionada con su pasado. Perseguida por una fuerza que no se detendrá ante nada para acabar con ella, Natasha debe lidiar con su historia como espía y con la estela de relaciones destruidas que dejó atrás mucho antes de convertirse en Vengadora.

Viuda Negra está dirigida por Cate Shortland, guionista y directora de cine y televisión australiana, conocida por sus películas Somersault, Lore y Berlin Syndrome. La película cuenta con un guión del jovencísimo Eric Pearson, a partir de un argumento de Jac Schaeffer (creadora de Wandavision) y Ned Benson. Pearson es un guionista estadounidense de tan sólo 36 años que ha trabajado con Marvel Studios en el guión de Thor Ragnarok (Taika Waititi, 2017), además de escribir varios cortometrajes para su serie de películas Marvel One-Shots. Además de Black Widow, este 2021 se ha estrenado Godzilla vs. Kong que también tiene guión suyo.

La película de 134 minutos cuenta con fotografía de Gabriel Beristain, montaje de Leigh Folsom Boyd y Matthew Schmidt, y música de Lorne Balfe. Viuda Negra va a ser uno de los grandes blockbusters palomiteros de este verano y cuenta con un presupuesto de más de 200 millones de dólares. Debido a su estreno simultáneo en cines y en Disney+ en su apartado Premium de pago, está por ver qué recepción tiene la película en la taquilla, aunque las previsiones previas teniendo en cuenta las preventas indican que va a ser uno de los taquillazos del año.

Junto a Scarlett Johansson como Natasha, tenemos un reparto de autentico lujo en el que encontramos a la estrella en alza Florence Pugh (Midsommar, Mujercitas) como Yelena Belova, una «hermana pequeña» y rival de Romanoff, entrenada en la Habitación Roja de la Rusia Soviética para ser una de sus asesinas, conocidas como las Viudas Negras.​ David Harbour (Stranger things, Hellboy) es Alexei Shostakov / Red Guardian: la contraparte del súper soldado ruso al Capitán América, que es una figura paterna para Yelena y Natasha. Rachel Weisz (La Momia, Constantine) es Melina Vostokoff, una espía experimentada entrenada en la Habitación Roja como Black Widow y una figura materna para Yelena y Natasha. Junto a ellos, William Hurt repite en su papel de General Ross, Ray Winstone como el General Dreykov, jefe de la Sala Roja, y O.T. Fagbene como Rick Mason, el proveedor de suministros de Natasha.

Entrando a valorar la película, creo que Viuda Negra es un entretenimiento de primer nivel más que digno, que intenta combinar unas espectaculares escenas de acción con el elemento emocional, al descubrir una faceta de Natasha que hasta ahora estaba oculta. La película está acertada (y previsiblemente) ambientada justo después de Capitán América: Civil War, cuando Natasha está escapando del gobierno americano y es una fugitiva, pero arranca con una primera escena en 1995 en la que conocemos a la familia formada por Natasha, Yelena, Alexei y Melina, antes de entrar a formar parte las dos niñas en la Sala Roja. De esta forma, el elemento emocional conecta inmediatamente con los espectadores.

El guión me ha parecido correcto en todo y aunque luego en el apartado de spoilers comentaré alguna cosa que me funciona menos, en general creo que está bien trabajado y justifica todos los elementos de forma razonablemente bien. En este sentido, creo que todo el equipo de Marvel Studios se ha empleado a fondo para que todo encaje perfectamente con el resto de películas del estudio y no se genere ningún glitch en el sistema. De hecho, hay un montón de detalles que nos recuerdan a todas las películas previas del MCU que están super bien. Que utilicen el viejo argumento de «El mejor truco que el diablo fue convencer al mundo de que no existía» para justificar que Natasha no buscara la Sala Roja me parece simple pero efectivo.

Scarlett Johansson está muy bien en su papel de Natasha Romanov, aunque eso era algo completamente esperable. Johansson es también productora de la película, por lo que entiendo ha tenido posibilidad de decisión para hacer que la historia para su personaje no fuera sólo acción, sino que el elemento emocional y de expiación de culpas pasadas tuviera un papel central en la trama y en la evolución de su personaje. Viuda Negra merecía una película en solitario, y el resultado final creo que es más que digno. Me gusta mucho que recuperen a la Natasha «conseguidora» de información incluso cuando parece que está siendo torturada, algo que nos devuelve a la primera película de Vengadores de Joss Whedon. Por ponerle un pero al arco del personaje, Natasha está siempre sufriendo en la película, emocionalmente pero también físicamente, y creo que no tiene casi momentos en los que se nos muestre feliz con su recién recuperada (ya veremos por cuanto tiempo) familia.

Luego está la polémica sobre si la película «llega tarde» y eso resta puntos ante la perspectiva conocida que Natasha falleció en Vengadores Endgame, algo en lo que no estoy de acuerdo. Es cierto que el retraso de más de un año provocado por el COVID nos ha roto los esquemas a todos, pero creo que la película llega en el momento perfecto para que aparte de ser un buen entretenimiento, pueda ser planteado como un homenaje a la primera Vengadora de este MCU. El problema no debería ser si la fecha de estreno es buena, mala, pronto o tarde, sino si la película cumple con sus objetivos y entretiene, y la respuesta es si en ambos aspectos.

Si Natasha está en modo «doliente» en casi toda la película, la que sin duda SI está disfrutando es Florence Pugh, cuyo carisma llega a los niveles de Scarlett y hace suyo el personaje de Yelena Belova de forma excelente. Además, teniendo en cuenta que Pugh sólo tiene 25 años, creo que tenemos nueva Viuda Negra para rato con su incorporación al MCU. Volviendo a la película, creo que Pugh y Johansson tienen buena química en pantalla y comparten unos momentos muy chulos durante el metraje. Aparte de todo en general, hay un momento en que Yelena recuerda que todas las Viudas Negras han sido esterilizadas y son incapaces de tener niños que refuerza la condición de víctimas de las niñas expuestas a la Sala Roja y nos devolvió de forma excelente a uno de los momentos más polémicos de Vengadores: La era de Ultron, una polémica absurda, en mi opinión.

David Harbour es el alivio cómico de la película, y no siempre funciona en pantalla, lamentablemente. Y Rachel Weisz tiene un papel pequeño, algo esperado por otro lado, pero se nota lo buen actriz que es porque con muy poco consigue que empaticemos con ella y con su dolor ante su «familia» perdida y de nuevo encontrada. Aunque los personajes tienen suerte dispar en la película, Harbour y Weizs transmiten las tablas que tienen y tienen el carisma justo que deben transmitir en pantalla. En todo caso, tengo que reconocer que al ver la película el jueves en el pre-estreno, no tuve opción de verla en V.O., y estoy convencido que escucharles a todos con acento ruso hubiera hacho que la experiencia seguro hubiera sido mejor.

Viuda Negra cuenta con unas estupendas escenas de acción, y casi sólo por ellas ya merecería la pena ver la película en pantalla grande. El combate entre Natasha y Yelena, la persecución por Budapest o el climax final con el combate / persecución entre Taskmaster y Natasha en el aire son super espectaculares y están super bien rodadas. En el combate cuerpo a cuerpo veo conexiones de Viuda Negra con Capitán América: Soldado de Invierno o la saga de Bourne, con momentos de gran intensidad con la cámara colocada justo en medio de la acción. Y la huida de la prisión rusa o el climax final sirven para recordarnos que estamos ante un blockbuster palomitero de primer nivel, con un gran nivel de espectáculo y acción más grande que la vida. ¡Ah! Y por si quedaba alguna duda, quedaros hasta el final, porque SI hay escena post-créditos, y las implicaciones de lo que ahí nos muestran pinta muy, muy bien.

Bueno, hasta el momento todo bien, ¿no? Lo cierto es que la primera mitad me ha resultado modélica. Sin embargo, encuentro que hay un problema muy importante de ritmo en la segunda mitad, justo cuando toda la familia vuelve a reunirse, con 10 minutos largos en los que la trama se para porque, a pesar de lo que comentaba antes, no terminas de creerte todo el elemento de familia feliz, ni es lógico que algunas acciones pasadas no tengan repercusiones ni castigo en el presente. Por no hablar de unos intentos de humor que no funcionan porque no están bien integrados y en ese momento que se supone es dramático te rompen completamente el feeling de la escena.

De igual forma, no me parece mal que la historia sea sencilla si está bien planteada y ejecutada, pero en Viuda Negra quizá todo el climax es demasiado fácil, incluso aceptando y reconociendo que la preparación previa nos ofrece un giro muy chulo que, de nuevo, nos devuelve a un elemento de las anteriores películas de MCU que está super bien.

Otro problema de Viuda Negra es, ¡sorpresa! el villano. Porque Taskmaster mola los pocos momentos en los que está en pantalla, ofreciendo una creíble sensación de amenaza, que hace que lamentes lo desaprovechado que está el personaje. Junto a Taskmaster, el General Dreykov es un villano de Bond (no de los buenos, de los chungos), que por un lado no aparece en pantalla hasta prácticamente el final, por lo que no hay amenaza en su persona, y cuando lo hace es para ser un villano de opereta que verbaliza su plan malvado para así poder ser detenido. Esto en parte también me ha parecido un problema grave de la segunda mitad de la película.

Por todo lo expuesto, creo que es compatible decir que me ha gustado Viuda Negra y recomiendo su visionado a ser posible en pantalla grande, y a la vez que dentro del MCU se encuentra en la mitad inferior de la lista, muy alejada de las históricas 4 películas de Vengadores, las 3 de Capitán América, Iron Man 1 y 3, Guardianes de la Galaxia 1 y 2 o Doctor Strange. En todo caso, creo que no pasa nada porque una película esté «simplemente bien», en estos tiempos de polarización en las redes sociales y a que algo o es una obra maestra o una basura, creo que se puede y se debe reivindicar una película correcta que cumple de sobra con su función de entretenimiento. No necesito ni pido que todo sea de sobresaliente, un bien 7 también puede estar bien para lo que le pides a una película, y al ejemplo de F9 de hace unos días me remito.

A partir de ahora, entro en territorio SPOILERS, no sigas leyendo a menos que ya hayas visto la película.

El principal problema para mi es que no te acabas de creer el elemento de la familia, algo que es clave en la historia. En 1995 vivieron juntos 3 años en Ohio mientras Alexei y Melina realizan una misión de espionaje para conseguir robar unos secretos que más adelante utilizarán en la Sala Roja. Sí es lógico que Yelena recuerde esos años como los mejores de su vida porque los vivió siendo muy niña y realmente para ella lo fueron. Pero incluso siendo feliz durante esos años, Natasha sabe que están viviendo una mentira, no acaba de justificarse sus ganas de recuperar esa mentira ni a los adultos que la construyeron y luego las abandonaron. Si lo sería en lo relativo a su relación como hermana mayor de Yelena, a la que quiere proteger, pero luego ella reconoce que no intentó buscarla para sacarla de la Sala Roja, lo cual no la deja en buen lugar y queda un poco absurdo.

Y si el elemento familiar resulta increíble para Natasha, lo es aún más para Alexei, aunque en su caso podría tener la justificación que los años en la cárcel podrían haber provocado una visión idealizada de esos momentos, los últimos que disfrutó en libertad antes de ser encarcelado. No, el problema no es tampoco él, sino todo lo relativo a Melina, la «madre» de Natasha y Yelena, ya que conocemos que en los 15 años transcurridos desde que se separaron ha sido la científica que ha creado el mecanismo de control mental que utiliza el General Dreykov para controlar a las Viudas Negras. La justificación de «soy un ratón en el laberinto» es totalmente insuficiente y no cuela, como también lo es su repentino cambio de bando tras años en los que parece que no le importó esclavizar a cientos de jóvenes mujeres para convertirlas en «drones» al servicio de Dreykov.

La sensación que Melina se libra del castigo justo que merecería por sus actos que ayudaron a asentar el control de la Sala Roja hacia las Viudas Negras porque es mujer es una idea terriblemente chunga. Pero sin embargo, se confirma cuando vemos que el climax de la película es ver que un grupo de mujeres se liberan de la opresión de un hombre malo que las esclavizaba. Mira que intento no fijarme en estos detalles cuando veo cine palomitero, pero es que es demasiado obvio y hasta burdo.

Esto conecta con la sorpresa de Taskmaster, y la revelación que NO es un hombre, sino la hija de Dreykov herida hace años por Natasha cuando escapó del control de la Sala Roja. Este era uno de los «pecados» que Natasha llevaba en su consciencia, haber matado a una niña inocente cuando ya estaba libre del control mental, y el hecho que no muriera sirve para que Natasha se quite ese peso de su consciencia, dado que el resto de muertes previas las cometió estando controlada por la Sala Roja. En lo relativo a Natasha, sirve para cerrar su arco argumental, sobre todo porque vuelve a buscarla cuando la Sala Roja está a punto de estallar porque quiere salvarla aunque le cueste la vida. Pero en lo relativo al villano, aparte de lo extraño que resulta que una mujer lleve una armadura masculina, convertirla en otra víctima de su padre, que utilizó su cuerpo herido para experimentar y crear a un luchador con memoria fotográfica, hace que se pierda toda la intensidad en el climax final, lo cual es una pena. ¿Tan difícil era crear a una mujer «villana» que actúa por venganza? Una venganza justa por otro lado, porque Natasha realmente intentó matarla siendo niña, es normal que busque ajustar cuentas. Convertir a Taskmaster en otra víctima de Dreykov impuesto quizá por el ideario políticamente correcto imperante ahora mismo en USA le hace un flaco favor a la película, porque hasta ese momento estaba siendo un gran villano y nos venía bien que hubiera uno, aunque fuera una mujer, ya que si al final el único villano es Dreykov, realmente la película cojea por todos lados.

Esto me conecta a lo que decía antes sobre el guión. Porque si, todo está suficientemente justificado, no puedes decir que haya trampas o fallos en la historia. Pero a la vez, esas explicaciones quedan en estos momentos como demasiado pocas y un tanto endebles. Además que varias situaciones pasan en varios momentos porque si. En ambos casos, no es nada grave, como decía también antes, pero si son pequeñas cosas que hacen que la cosa no cuadre como debería y el disfrute no sea máximo.

A destacar por último la escena post-créditos en la que Yelena en el presente parece estar trabajando, aunque sea en modo freelance, para la Condesa Valentina Allegra de Fontaine, el personaje interpretado por Julia Louis-Dreyfus que ya apareció al final de Falcon y el Soldado de Invierno, y que parece confirmarse que  su organización ¿Hammer? va a trabajar CONTRA los héroes del MCU. Que Valentina ponga a Yelena contra Clint Burton puede provocar un momento chulísimo en el futuro inmediato, quien sabe si incluso en su serie de televisión que Disney+ estrenará antes de final de año. ¿Tenemos a unos Thunderbolts en el horizonte? Estaría chulo, la verdad.

En resumen, Viuda Negra es un estupendo entretenimiento que merece ser vista en pantalla grande. Incluso reconociendo que no es una de las mejores película de MCU, creo que es un digno final al viaje de Scarlett Johansson y su Natasha Romanov.

Comparto el trailer de la película:

Viuda Negra en una buena película de acción con mucho corazón, y aunque no va a estar en mi lista de favoritas del MCU, creo que cumple sobradamente su objetivo y merece ser vista en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Hellboy de Neil Marshall (Prime Video)

No vi en su día Hellboy de Neil Marshall. Aprovechando su estreno en Prime Video me ha quitado la espinita que tenía clavada y me he encontrado con un correcto entretenimiento que aunque no sea ninguna maravilla probablemente no mereciera el vapuleo mediático y el boycott que sufrió de una parte del fandom.

PUNTUACIÓN: 6/10

La Agencia para la Investigación y Defensa Paranormal (AIDP) encomienda a Hellboy (David Harbour) la tarea de derrotar a un espíritu ancestral: Nimue, conocida como «La Reina de la Sangre». Nimue fue la amante del mismísimo Merlín durante el reinado del Rey Arturo, de él aprendió los hechizos que la llevaron a ser una de las brujas más poderosas… Pero la locura se apoderó de ella y aprisionó al mago para toda la eternidad. Hace siglos consiguieron acabar con esta villana, enterrándola profundamente, pero ha vuelto de entre los muertos con la intención de destruir a la humanidad con su magia negra.

Hellboy fue creado por Mike Mignola en 1993 como una curiosidad en el San Diego Comic-Con Comic nº2, y su popularidad ha ido creciendo hasta el punto de ser probablemente el personaje de creación propia más conocido surgido de la editorial Dark Horse. Es curioso resaltar que su primera miniserie Seeds of Destruction de 1994 estuvo co-guionizada por John Byrne, ya que Mignola en ese momento no tenía la confianza suficiente en sus dotes cómo escritor. Sin embargo, su popularidad fue creciendo de forma exponencial con el paso de los años, habiendo protagonizado además de sus comics, varios video-juegos, películas de animación y tres películas en imagen real. Lo cierto es que para ser un personaje indy los fans del personaje y el propio Mignola deberían estar más que satisfechos.

Hellboy fue descubierto por el gran público gracias a Guillermo del Toro y sus dos películas estrenadas en 2004 y 2008. Las películas de Del Toro cimentaron la reputación del director mexicano como un estupendo autor de género fantástico con un sello distintivo como era su capacidad para construir de mundos. Sin embargo, hay que reconocer que aunque rentables, no fueron grandes éxitos de taquilla, y diría que Mignola no debió acabar del todo contento con el resultado final, al buscar de cara a esta tercera película un cambio que la acercara más a su visión del personaje.

Del Toro quería escribir y dirigir la tercera película que cerrara de alguna manera “su” trilogía. Al serle ofrecida únicamente labores de productor, abandonó el proyecto llevándose a Ron Perlman con él, por lo que se optó por empezar de cero con una nueva historia que sin embargo no contara una historia de origen. Mignola escribió un tratamiento junto a Andrew Cosby, que aparece acreditado como guionista juntoa a Christopher Golden.

Los anuncios de la contratación del veterano director Neil Marshall (Dog Doldiers, The Descent) y una apuesta por el terror frente a la sensibilidad fantástica de Del Toro, con la intención de estrenar una película R (para adultos) que garantizara altas dosis de sangre y (posiblemente) violencia enviaban señales que la película podía ir en la buena dirección.

La película se rodó en 2017 en localizaciones de Gran Bretaña y Bulgaria. Hellboy contó con fotografía de Lorenzo Senatore, tras sustituir al colaborador de Marshall Sam McCurdy, montaje de Martin Bernfeld y música de Benjamin Wallfisch.

Además de la fidelidad al material original, el casting de la película a priori apuntaba que podía ser otro de sus puntos fuertes. El veterano David Harbour (Stranger Things) fue elegido como Hellboy (Anung Un Rama ) el demonio criado entre humanos que trabaja para la organización gubernamental llamada Oficina de Investigación y Defensa Paranormal (BPRD en inglés). Ian McShane (Deadwood, John Wick, American Gods) es Trevor Bruttenholm, el padre adoptivo de Hellboy y fundador del BPRD mientras que Milla Jovovich interpretaría a Nimue, la Reina de Sangre que busca destruir a la humanidad. Sasha Lane interpreta a Alice Monaghan, una medium que fue salvada por Hellboy de niña y que ahora le devolverá el favor.

La polémica surgió al tener que abandonar Ed Skrein la producción al ser acusados los productores de whitewashing, al darle el papel de Ben Daimio, un multiforme miembro del BPRD de ascendencia japonés-estadounidense. Finalmente, el papel fue interpretado por Daniel Dae Kim, pero esta controversia se unía a que los fans de Guillermo del Toro habían llamado a boycotear la película al no dirigirla él, obviando el pequeño detalle que el creador del personaje es Mike Mignola, y él tenía todo el derecho de querer ver una versión más fiel de SU personaje en pantalla.

La película contó con un presupuesto de 50 millones y recaudó tan sólo 55 millones en todo el mundo. A las anteriores polémicas y unas críticas desastrosas que hundieron a la película a los pocos días del estreno, se unieron dos controversias que también perjudicaron a la película. En primer lugar, en España se hizo público que la copia que se estrenaría en cine NO era la versión “sin censura” de la película que los fans esperábamos dado su calificativo “R” inicial, al haberse eliminado del montaje alrededor de 30/45 segundos de escenas gores, casi en cada escena de acción, que sí podrían verse en una versión “un-rated” en Blu-ray. Esto fue un bajonazo importante.

Pero casi peor fue conocer los problemas que tuvo la producción, con peleas constantes de los productores Lawrence Gordon y Lloyd Levin con el director Neil Marshall en el set de rodaje, creando una atmósfera tensa para el equipo de producción y el reparto, que fue lo que precipitó la sustitución del director de fotografía, además de problemas con el montaje final que se iba a estrenar. Todos estos hechos ayudaron a crear una atmósfera negativa que claramente perjudicó a la película. De hecho, a pesar de ser lector de comics y fan del fantástico, yo decidí no verla en el cine. Y si yo que era público objetivo no la vi, ni que decir de la gran mayoría a los que las películas fantásticas no les gustan.

Hecha esta larga introducción, os estaréis preguntando qué me pareció la película, ¿no? Vamos a ello!!

Comentaba al inicio que Hellboy, no siendo ninguna maravilla, me había gustado. Más incluso de lo que esperaba teniendo en cuenta todo lo anterior. De lo que estoy seguro es que no mereció el vapuleo mediático y el boycott que sufrió, lo que me muestra a unos medios de comunicación sobre todo americanos ávidos de polémicas y controversias de las que sacar punta que parece que huelen la sangre cuando algo tiene problemas y no dudan a ir a degüello.

Empezando por los elementos positivos, ¡¡la nueva imagen de Hellboy me parece cojonuda!!! La versión de Del Toro me parecía super acartonada e irreal, nunca conecté con Ron Perlman y su caracterización con toques de humor. No hay duda que Marshall y los productores llegaron con la versión aprendida, porque empezando por el rojo de su piel, el pelo con la coleta y los detalles toscos de sus cuernos y vestuario, me lo creo todo y me parece la versión definitiva del personaje.

Unido a esto, alucino también con la interpretación de David Harbour. Aparte de tener la presencia física que requiere el personaje, Harbour opta por dar un tono macarra tanto a su voz como a su expresión corporal que le va como anillo al dedo al personaje. Y además le suma ansiedad por ser aceptado y formar parte de algo, un chaval que a pesar de su chulería le duele que la gente le vea como un monstruo, algo que él en parte sabe que es lo que es, dada su procedencia infernal. Harbour aporta unos matices super interesantes a Hellboy y veo totalmente justificado que el actor expresara que estaba super orgullosos de su trabajo en la película, a pesar que en todo trabajo colectivo hay elementos fuera de su control.

La película dura dos horas que son de puro entretenimiento. Todo el rato están pasando un montón de cosas y como en una buena peli de James Bond, hay un montón de localizaciones y situaciones diferentes. Este Hellboy acierta con el tono de aventura terrorífica con mucha acción y gore, frente a la historia fantástica con gotas de humor de la versión de Del Toro.

El guión parece una enciclopedia de Hellboy debido a la gran cantidad de personajes y situaciones inspiradas en el comic original. Casi parece que al no estar seguros si iban a poder hacer una cuarta película, los productores hubieran optado por no guardarse nada e intentan encajar todo el lore de Hellboy en un único contenedor. Esto y el claro intento de crear un tono más cercano al comic lo veo también como detalles a de agradecer. Aunque no todo funciona, luego comentaremos, al menos el intento iba bien encaminado.

El guión presenta también una idea interesante al hacer que Nimue realmente tenga motivos “justificados” para querer destruir a la humanidad, al mostrar en el prólogo que ella buscaba una paz del mundo sobrenatural con los humanos pero fue traicionada por Merlín y el Rey Arturo, debido a su egoísmo y afán de poder. Que los humanos con su actitud depredadora fueran igual de malos que los monstruos crea un dilema moral que justificaría la duda que muestra Hellboy sobre a qué bando debe lealtad.

En resumen, planteada como un entretenimiento sin pretensiones para un público fan del personaje o que busque una punkarrada de acción que se aleje del entretenimiento para todos los públicos de otras producciones basadas en personajes de comic, algo similar a lo que fue Deadpool en su día aunque sin el mismo humor, creo que Hellboy cumple con lo que planteaba.

Creo que en parte Harbour acertó cuando vió que muchas críticas fueron injustas con la película al compararla con las películas de Marvel, al plantear otra cosa. La metáfora del chocolate y que la gente se quejara que Hellboy no era un buen chocolate cuando ellos realmente ofrecían vainilla, es muy acertada.

Dicho esto, veo un montón de buenas intenciones en Hellboy, pero la ejecución en la mayoría de momentos no está a la altura. Empezando por los elementos negativos, voy a empezar con una pequeña maldad, ya que contratar a Milla Jovovich fue el pecado original que mató la película, porque todos sabemos que es imposible que una película de Jovovich del siglo XXI sea buena.

Bromas aparte, ella está correcta dada las limitaciones del personaje, comentaba que la película es entretenida y pasan muchas cosas, pero siendo cierto, la narrativa no consigue crear tensión en ningún momento, hasta el punto de parecer que estamos casi en un video-juego en el que todo es repetitivo: Hellboy llega a un sitio, hay un monstruo, lo mata y pasamos a la siguiente pantalla. Los secundarios están ahí, lo intentan pero tienen el carisma de una maceta entre otros motivos porque el guión toca muchos palos sin dar profundidad a nada. Sólo las tablas de McShane hacen que su personaje tenga cierto empaque, lo malo es que casi no aparece en pantalla.

Hay que decir que los 50 millones de presupuesto lucen geniales en pantalla y creo que la producción aprovecha bien los recursos a su disposición. Excepto por algún momento puntual que sí canta, el gore y el CGI están razonablemente bien conseguidos y creo que este Hellboy puede mirar de tú a tu a blockbusters como Wonder Woman 1984. Aunque claro, esto es más demérito de Patty Jenkins que acierto de Marshall.

El verdadero problema de Hellboy es un climax que es un despropósito en el que no hay ninguna tensión. Los personajes se juntan… y sin más, la película se terminó. Comentaba antes la idea interesante sobre que los humanos atacaron y engañaron primero y que Nimue tiene motivos de estas mosqueada al ser los humanos igual de malos que los monstruos o incluso peores. Lo malo es que esto no va a ningún lado y al final al ser “la mala” muere de la forma más tonta en un final que fue un anticlimax que me dejó muerto.

Por otro lado, la película insiste en mostrar a humanos intentando matar a Hellboy por ser un monstruo e incluso sus aliados de BPRD preparando planes de contingencia contra él debido a profecías que indican que él provocará el fin del mundo. Hellboy por su parte no deja de hacer el bien pero se pregunta porqué vivir con los humanos cuando su apariencia y origen es el infierno. Todo ello busca general una duda sobre si en el momento clave, Hellboy se unirá a Nimue, pero es una tensión que nunca es real porque a pesar de lo que los personajes dicen de él, Hellboy siempre hace lo correcto, lo que contradice la supuesta lucha interna que no llegamos a creernos en ningún momento.

En todo caso, no siendo gran cosa, la película no es el despropósito que se pintó previamente, no se si por gente que esperaba ver una comedia romántica o yo que se. Aunque ya digo que falta tensión en toda la narrativa, el guión hace que los personajes se comporten de forma lógica sin cometer locuras, e incluso fallando el climax por este motivo, todo sucede de forma lógica, lo cual ya es más de lo que puede decir un gran porcentaje de películas y series estrenadas que son un todo vale continua (si, te miro a ti, Álex de la Iglesia).

Comparto el trailer de la película:

Viendo la película sin prejuicios previos, Hellboy cumple y entretiene, aunque reconozco no me deja con ganas de volverla a ver. Teniendo en cuenta que está disponible en Prime Video, puede servir perfectamente para una noche entre semana en la que no sabes qué ver.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Stranger Things temporada 3 (Netflix)

Strangers Things ha vuelto con las pilas cargadas para la tercera temporada. La serie creada por los hermanos Duffer y recién estrenada en Netflix puede que sea más de lo mismo, pero es tan entretenida y los chavales molan tanto que su visionado se convierte en un suspiro.

PUNTUACIÓN: 7/10

Después de que durante los eventos ocurridos durante Halloween de 1984 en la dimensión alternativa, esta temporada tiene lugar un año después, justo al terminar las clases para las vacaciones de verano. Lejos de terminar la amenaza tras cerrar los portales en la anterior temporada, los seres del Upside Down evolucionan justo cuando el grupo de amigos está más distanciado que nunca.

Creada por los Hermanos Duffer, son también productores ejecutivos junto con Shawn Levy, Dan Cohen y Iain Paterson, y dirigen y escriben 4 de los 8 episodios de esta temporada.

Stranger things 3 ha cambiado del Halloween de la segunda temporada a un verano de 1985 que nos devuelve a tantas y tantas películas clásicas y situaciones de nuestra niñez y adolescencia.

Como comento en la presentación, realmente Stranger Things 3 vuelve a repetir la misma fórmula de separar a los personajes en varios grupos que investigan cada uno de ellos un misterio diferente que acaban siendo el mismo caso. Pero reconociendo esto, hay que decir también que las dinámicas de todos los niños son super chulas, que les echábamos de menos y que mola saber qué es de su vida más de un año y medio después de ver la segunda parte.

En este sentido, hay que decir que no me importaría que Netflix hiciera una cuarta y última temporada, sobre todo teniendo en cuenta el final de esta tercera parte. En caso de que se confirmara, los hermanos Duffer deberían darse prisa en rodarla, porque se nota ya que todos actores están creciendo y ya no son adolescentes. De la misma forma que Sony / Marvel están estrenando una película de Spiderman cada 2 años en lugar de los 3 habituales en este tipo de blockbusters, precisamente para acortar los plazos y evitar el excesivo envejecimiento de Peter Parker y los demás chavales, Netflix va a tener que ponerse las pilas si no quiere que se les pase el arroz a su casting de jóvenes estrellas televisivas.

Entrando en materia, los dos primeros episodios en los que se vuelve a situar a cada uno de los personajes se me hicieron un poco pesados por el exceso de canciones ochenteras cuya referencia, si es que la tienen más allá de ser de esa época, se me escapaba. Sin embargo, a medida que la serie nos sumerge en el doble misterio de esta temporada, el visionado fue mejorando hasta llegar a un climax tan loco como en las películas de Arnold Schwarzenegger de la época. Hay de hecho una referencia muy poco sutil al Arnold de Terminator en la figura del asesino ruso que persigue a los adultos, el Sheriff Hopper (David Harbour) y a Joyce Byers (Winona Rider), la madre de Will y Jonathan.

El guión combina como siempre elementos de películas de terror y de aventuras juveniles ochenteras tipo Goonies con sus investigaciones y misterios, sumando en esta tercera parte el “homenaje” a las películas de acción y espionaje que utilizaban al enemigo ruso como villano recurrente, así como toques de crítica al machismo de la sociedad americana. Incluso tenemos una salida del armario de uno de los nuevos personajes, reforzando su medido aspecto social.

Hablando del Sheriff Hopper, la interpretación de David Harbour como un bebedor e irascible padre no me ha acabado de gustar por lo exagerado, y creo que es lo más flojo de toda la temporada en cuanto a un casting que creo realiza un buen papel. En todo caso, tampoco dudo que Harbour hizo la interpretación exagerada que los hermanos Duffer le pidieron, y se redime en un último episodio lleno de emoción.

Como comento, todos los chavales lo hacen genial, pero creo que Dustin (Gaten Matarazzo) vuelve a robar la serie en las pocas escenas en que está en pantalla, con una mención especial a su increíble escena en el último episodio que marca el preludio del climax final. Y aunque Eleven (Millie Bobby Brown) vuelve a ser la gran protagonista como en temporadas anteriores, creo que exageran el uso de sus habilidades mentales, llegando a convertirse en una muleta en la que apoyan la mayoría de situaciones, perdiendo parte de su encanto y desde luego mucha sensación de peligro o amenaza.

Del resto de chavales, Mike Wheeler (Finn Wolfhard) tiene que enfrentarse a los problemas adolescentes a tener a Eleven de novia, teniendo que evitar a un padre furioso y unos amigos que se sienten desplazados. Will Byers (Noah Schnapp), protagonista por su desaparición al comienzo de todo pierde protagonismo en esta tercera, teniendo que asumir que el tiempo pasa para todos y que ya nunca volverán a ser niños. Y el otro miembro del grupo original que está completamente desaprovechado es Lucas Sinclair (Caleb McLaughlin), hasta el punto que casi no hace gran cosa aparte de estar ahí plantado.

Maxine (Sadie Sink) la chica presentada en la segunda temporada que se hacía amiga de Lucas cobra protagonismo por su relación con Eleven y debido a que su hermano Billy (Dacre Montgomery) es uno de los villanos de la temporada.

De los chavales más mayores, Nancy Wheeler (Natalia Dyer) tendrá que enfrentarse al machismo imperante en la redacción del periódico local en la que trabaja de becaria, mientras que su novio fotógrafo Jonathan Byers (Charlie Heaton) hace más bien poco aparte de acompañar a Nancy durante sus pesquisas.

El que vuelve a salirse esta temporada es Steve Harrington (Joe Keery), no solo por su amistad con Dustin, uno de los grandes hallazgos de la segunda temporada, sino por su relación con Robin, un nuevo personaje interpretado por Maya Hawke, hija de Ethan y Uma Thurman a la que espera un brillante futuro, que es la jefa de Steve en su trabajo en la heladería del centro comercial en el que trabajan. A este trío se les unirá la hermana pequeña de Lucas, Erica (Priah Ferguson), que interpreta a la típica niña sabionda y cargante que acompaña a este grupo a descubrir qué esconde el nuevo centro comercial de Hawkins, Starcourt.

Si la segunda temporada nos trajo a Sean Astin como reclamo nostálgico, esta tercera nos ha traído a Cary Elwes y Jake Busey en pequeños papeles del alcalde de Hawkings y un redactor machista del periódico, respectivamente.

El diseño de producción y los efectos especiales están a buen nivel, consiguiendo momentos bastantes chulos utilizando a La Cosa (1982) de John Carpenter como inspiración, creando un monstruo multiforme asqueroso que marcará la principal amenaza para los habitantes de Hawkings.

La verdad es que la serie se ve en un suspiro y es super entretenida sobre todo apoyada en el carisma y la personalidad de todo el reparto. Sin embargo, hay que reconocer que la historia, sobre todo en lo referido a la amenaza rusa es una locura sin sentido. Está claro que lo aceptas porque estamos en el “todo vale” , que es una serie que busca ser un entretenimiento ligero sin más y que lo principal son los personajes por lo encima de la trama, pero la suspensión de credulidad está en el límite en muchos momentos. Además, la amenaza del Azotamentes y su ejército de poseídos al final acaba siendo también un bluff.

La “suerte” de Stranger Things y de los hermanos Duffer es que los personajes tapan estos elementos menos buenos y que la temporada tiene un final super emotivo que nos deja con un buen sabor de boca, aunque la serie no haya sido totalmente redonda.

El pasado martes 9 Netflix publicó que tras estrenarse Stranger Things el 4 de julio, 18 millones de suscriptores, entre los que me encuentro, ya habían visto entera esta tercera temporada, y 40 millones de personas habían visto algún episodio. Estos datos bestiales de audiencia creo que aseguran que a Stranger Things le queda cuerda para rato en el canal online.

Comparto el trailer de este tercera temporada:

Stranger things vuelve apoyarse en su carismático reparto para ofrecer un buen entretenimiento con la nostalgia como base que no tiene problemas en repetir esquemas ya utilizados. Con todo, creo que es una buena serie que me ha hecho pasar un gran rato, y que lo hará con todos los espectadores, sobre todo si sois fan del género o viviste los 80 y todo su ocio friki en vuestra niñez o adolescencia.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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Crítica de Stranger Things Temporada 2

Stranger things fue una de las grandes sorpresas de la pasada temporada televisiva por méritos propios. Y con esta segunda temporada habían unas grandes expectativas, que me alegra poder decir que se han visto superadas.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

El argumento según Filmaffinity nos cuenta como la segunda temporada de ‘Stranger Things’ arranca un año después de la primera, durante Halloween, en Hawkins (Indiana). El joven Will Byers está otra vez con sus amigos tras lo sucedido un año atrás y su abducción por la dimensión paralela, pero en el colegio las cosas no le van del todo bien, y sigue teniendo pesadillas. Por su parte no se sabe nada de Once, aunque Mike intenta contactar con ella por radio todos los días. Extraños fenómenos además indican que algo tenebroso sigue acechando a Hawkins.

Las segundas temporadas suelen ser complicadas y peliagudas. Ya no existe la sorpresa inicial que llamó la atención a los espectadores, ni el misterio de la desaparición de Will y la dimensión oscura. Y el elemento nostálgico ochentero tampoco es especialmente novedoso, ya que lo vemos y sufrimos en innumerables películas y series.

En el caso de Stranger things, la verdad es que no solo me ha gustado mucho, es que esta segunda temporada creo que consigue superar en muchos sentidos a la temporada inicial. La temporada no se construye desde el misterio, sino sobre los personajes y las consecuencias de los sucesos previos, lo que por supuesto provoca nuevas aventuras.

Will (Noah Schnapp) escapó de la dimensión oscura, pero no salió indemne, sufre pesadillas y siente que algo no va bien. Las pruebas a las que le someten dicen que todo está en su cabeza, pero el cree que hay algo más, y su madre Joyce (Winone Rider) no sabe como ayudarle.

Mike (Finn Wolfhard) quedó destrozado por la desaparición de Eleven (Millie Bobby Brown), y la sigue llamando todos los días con su walkie-talkie. Por supuesto, Eleven está viva y en seguida conoceremos donde ha estado este tiempo. No vamos a renunciar a lo mejor de la temporada pasada. Pero es que, de nuevo, la historia no va del misterio, sino de como los personajes afrontan lo que les va pasando.

Además, el grupo de amigos compuesto por Mike, Will, Dustin (Gaten Matarazzo) y Lucas (Caleb McLaughlin) va a crecer con la incorporación de Max (Sadie Sink), una recién llegada al pueblo que sufre un hemanastro posesivo y violento.

Pero no son solo los niños los que se salen. Los adultos lo hacen genial, y destacaría especialmente a David Harbour, el policía Jim Harbour. Aunque parece enfadado y sufre ataques casi de ira, su mirada dice mucho y en realidad trasmite que todo nace fruto de su preocupación por la otra persona y por intentar protegerla y que no sufra más daño.

Si pensabas que el portal a la dimensión oscura quedó cerrada, obviamente no es el caso, y la tensión va creciendo a medida que avanza la serie, que diría que va de menos a más. Aunque ya en el primer episodio y en el trailer descubrimos a un gigante Demogorgon de clara inspiración Lovecraftiana, que marca que las apuestan van a ser más peligrosas que en la temporada inicial.

Hay quien dice que Stranger things es solo nostalgia y fanservice. Y hay miles de artículos sobre los innumerables homenajes que salpican casi todas las escenas. Yo reconozco que la mayoría no los pillé, porque no estaba pendiente de encontrarlos, sino en ver lo que les pasaba a los personajes. Dicho lo cual, ver a los chicos vestidos de Cazafantasmas o a un chaval disfrazado en una fiesta de los Kobra Kai de Karate Kid por supuesto me sacó una sonrisa.

Otra cosa que me gustó mucho de Stranger things fue su duración, 9 episodios, para mi algo perfecto. No 13 como hemos visto en las series de Marvel, que excepto Daredevil se las nota que han estirado el chicle en exceso, ni 8 de la primera temporada. 9 es la duración perfecta que permite a la historia fluir e irse construyendo al ritmo perfecto. Un ritmo que permite unos excelentes cliffhanger entre episodios y una tensión que te atrapa y no te deja hasta el final.

Si la primera temporada era una mezcla de Stand by me con las películas de Spielberg y En los límites de la realidad, con algunas escenas casi idénticas, en esta segunda temporada hay elementos de El Exorcista, Aliens o incluso los X-Men, lo que amplía el rango de homenajes y hace que la serie sea más interesante y sorprendente.

Me ha sorprendido ver que Andrew Stanton, director de Buscando a Nemo, Wall-e o John Carter, ha dirigido varios episodios, además de los hermanos Duffer. Este hecho es uno más que demuestra que estamos ante una producción de primer orden en los que todos los detalles están cuidados al máximo.

Sobre el final, creo también que es perfecto. De clara influencia de las películas de John Hughes, da un perfecto epílogo a todos los personajes y un merecido final feliz. Aunque por supuesto, hay suficientes elementos que permiten pensar que sus creadores, los hermanos Duffer van a continuarla.

Comparto el trailer de esta temporada:

Stranger things no es solo nostalgia de los años 80, es una serie carismática centrada con grandes personajes que se han convertido en parte de la familia. Una serie totalmente recomendable que tenga continuación lo antes posible.

PUNTUACIÓN: 8.5/10