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Crítica de 1923 temporada 2 (SkyShowtime)

Taylor Sheridan termina en su segunda temporada la historia de 1923, el segundo proyecto destinado a contar el pasado de Yellowstone y la familia Dutton con Harrison Ford y Helen Mirren de protagonistas.

PUNTUACIÓN: 7/10

Serie de TV (2022-2025). 2 temporadas. 15 episodios. Sin piedad. La codicia puede acabar con cualquiera. 1923, Montana. Sigue a la familia Dutton en su lucha por defender sus preciadas tierras durante la dura época de la Gran Depresión y la Ley Seca. Cuando la codicia y la violencia se adueñan de todo, hay que estar dispuesto a llegar hasta el final. Precuela de ‘Yellowstone’.

La segunda temporada de Yellowstone empieza la acción justo donde se quedó en el final de la temporada. La serie creada y escrita por Taylor Sheridan ha contado en esta segunda temporada con 7 episodios, que en realidad son ocho aunque finalmente Sheridan optó por unificar los dos últimos episodios en un último episodio de 111 minutos de duración. Ben Richardson, colaborador habitual de Sheridan desde Wind River en el que realizó la función de director de fotografía, ha dirigido todos los episodios de esta temporada

Helen Mirren y Harrison Ford interpretan a Cara y Jacob Dutton, los patriarcas de la familia Dutton y grandes protagonistas de la serie. Jacob Dutton es el hermano mayor de James Dutton (interpretado por Tim McGraw en 1883), y al no poder tener hijos propios Cara, toman como suyos a John (James Badge Dale) y Spencer Dutton (Brandon Sklenar), los hijos de James y Margaret, tras el fallecimiento de ambos. John es el sobrino mayor y la mano derecha de Jacob Dutton en el rancho. Spencer, el hijo menor, luchó en la Primera Guerra Mundial y viaja por África como cazador. Julia Schlaepfer interpreta a Alexandra, una mujer británica librepensadora que se encuentra con Spencer en África.

El resto del reparto en sus papeles principales son Jerome Flynn (recordado entre otros por su papel de Juego de Tronos) como Banner Creighton, un pastor escocés de ovejas adversario de los Dutton. El siempre genial Timothy Dalton es Donald Whitfield, un poderoso y rico magnate de los negocios acostumbrado a conseguir lo que quiere. Además, Darren Mann es Jack Dutton, hijo único de John Dutton, nieto de James Dutton y sobrino nieto de Jacob Dutton. Es un dedicado ranchero profundamente leal a su familia. Michelle Randolph interpreta a Elizabeth «Liz» Strafford, una joven luchadora y capaz, prometida de Jack Dutton. Por último, Aminah Nieves es Teonna Rainwater, una joven india americana rebelde que fue separada de su familia e internada en un internado indio para niñas dirigido por la Iglesia Católica. Como curiosidad, Isabel May (Elsa Dutton en 1883) repite como la narradora de la historia.

La segunda temporada de 1923 empieza justo donde se quedó la primera, planteando 5 tramas en paralelo con los diferentes protagonistas. Lejos de Montana tenemos a Spencer Dutton y su mujer Alexandra intentando llegar cada uno por su lado a los Estados Unidos. Spencer tendrá que trabajar duro en un barco, luego se encontrará con la mafia italiana que comercia con alcohol de contrabando y tendrá que cruzar a pie y en tren los Estados Unidos. De alguna manera, toda la trama de Spencer es la más aventurera y en cierto sentido anecdótica de la serie.

La parte más dramática de 1923 la protagonizan dos mujeres. La esposa de Spencer Alexandra (Julia Schlaepfer) viajará sola y casi sin recursos a los Estados Unidos para reunirse con su marido, sufriendo el horrible machismo de la sociedad. El episodio en el que Alexandra llega a Nueva York y sufre el triaje en Ellis Island, que trata a las mujeres como ganado, me pareció un episodio super doloroso de ver por lo dramático y seguro real que es todo lo que nos cuentan. Porque Estados Unidos rechazaba a las mujeres embarazadas bajo la idea que eran gente sin recursos que venían a aprovecharse de los recursos del Estado. (Algo de rabiosa actualidad, por cierto). Luego sufrirá un robo violento y un intento de violación en el tren, tras lo cual será ella la detenida cuando se defiende de su agresor. La parte de Alexandra me ha parecido super dramática casi bordeando el porno emocional, resaltando que la pobre consigue seguir su camino pero sufriendo siempre el peor golpe posible. Esta parte realza la idea de folletín dramático que tiene la serie, algo que queda claramente de manifiesto con el final de la historia de Alexandra. Y no tengo duda que lo retratado por Sheridan sería exacto a como se trataría a las mujeres en la época, siempre subordinada a su marido. Pero la concatenación de hechos dramáticos uno detrás de otro ha acabado siendo demasiado.

Por otro lado tenemos a Teonna Rainwater (Aminah Nieves), la joven nativa americana Crow que escapó de la escuela que la torturaba y buscaba arrebatarle su herencia cultural, y que sigue intentando escapar del cura y los agentes de la ley que la persiguen. Esta persecución tendrá momentos emotivos y otros super dramáticos, y resalta que la cultura blanca siguió asesinando indios con total impunidad durante años. Hay mucha oscuridad, pero al menos quiero pensar que el final nos deja un halo de esperanza hacia el futuro de Teonna.

Ya volviendo a Montana, el invierno está golpeando duro en el estado. En especial a la familia Dutton en su rancho. Cara y Jacob Dutton (Helen Mirren y Harrison Ford), intentan mantener a la familia con vida y llevar una especie de vida normal, disfrutando del embarazo de Liz, la mujer de Jack Dutton. Cuando Jacob tiene que ir a la ciudad, son las mujeres las que se quedaban casi solas en el rancho y tenían que enfrentarse a todo tipo de amenazas, desde la enfermedad a los lobos.

Por su parte, el malvado Donald Whitfield (Timothy Dalton), planea masacrar a los Dutton para quedarse sus tierras. Su plan es crear el primer resort de esquí para entretener a los ricos aburridos de Nueva York, Boston y California, que buscan emociones fuertes. Todo lo relativo a Whitfield se plantea para mostrar que es el demonio hecho carne, repitiendo varias de las constantes de la obra de Sheridan en Yellowstone. Y es que el enemigo del mundo natural son los ricos que vienen de fuera que buscan arrebatar las tierras a los que las trabajan, para transformarla en un parque de atracciones que robarán su esencia al medio natural. Por si fuera poco, sus depravados gustos sexuales, hasta el punto de raptar jóvenes con su novia para torturarlas hasta la muerte, sirven para resaltar esta parte de escoria que merece morir.

Hasta tal punto es escoria Whitfield, que su ayudante el antiguo pastor de ovejas reconvertido a asesino Banner Creighton, rival de Harrison Ford en la primera temporada, no puede aceptar sus depravaciones y como mata a mujeres indefensas. Luchar por la tierra y que el más fuerte se la quede es una cosa que este hombre entiende y hasta respeta, pero querer hacer daño y disfrutar con ello es otro nivel de maldad. Hasta en eso, la serie distingue dos niveles, poniendo siempre en lo peor al rico industrial que viene de fuera.

Mi principal problema con la primera temporada de 1923 fue esperar ver una serie protagoniza por Harrison Ford y Helen Mirren, que era como Paramount / SkyShowtime la promocionaron, y encontrarme con una serie con tres líneas narrativas que limitaban el protagonismo de Ford y Mirren a un tercio. Y encima con Ford herido más de la mitad de la temporada. Con unas tramas derivadas que a mi no me resultaban igual de interesantes. En esta segunda temporada ya sabía lo que había, pero eso no quita con que acabo de ver la serie y dentro de ser entretenida, lamento profundamente que justo la parte de Ford y Mirren se sienta en muchos momentos como secundaria frente a otras tramas a las que Sheridan claramente otorga un papel más dramático.

Hay una parte de Sheridan como cronista de una época que me deja sensación agridulce, al sentir que ha querido abarcar más de lo necesario. Tengo claro que Sheridan ha titulado la serie «1923», no «familia Dutton». Y se hace muy evidente la denuncia que Sheridan quiere hacer ante la situación de la mujer en la sociedad machista de la época, sumado por supuesto a la reivindicación de los nativos americanos y cómo sobrevivieron al genocidio cometido por los anglosajones. Quizá el problema es que aunque los hechos relatados puedan ser fidelignos, la unión de todos estos elementos no acaba de casar. Desde luego, la trama de Teonna Rainwater no pega con nada de lo que se cuenta en paralelo. Y la pornografía emocional que Sheridan plantea en la historia de Alexandra bordea peligrosamente el drama over-the-top de telenovela turca.

Y a todo esto tenemos la historia de los Dutton en Montana, en la que Helen Mirren sale ganando completamente puesta en la balanza con Harrison Ford. Dentro que antes están mayores, que Mirren sea la maestra de su nuera para explicarle las verdades de la dura vida del campo en el invierno de Montana la ofrece mejores oportunidades dramáticas que el exiguo papel que Sheridan guarda para Ford en esta temporada. Y en general en toda la serie.

Creo que me está quedando una reseña bastante negativa, cuando en realidad la serie me ha resultado muy entretenida y con multitud de momentos emocionantes y dramáticos. Además, como siempre dentro de la franquicia televisiva de Sheridan, la producción de 1923 resalta el mundo natural, con escenas de gran belleza que de alguna manera sólo pueden verse dentro del Sheridanverso.

En el climax de la serie se plantean varios tiroteos que están chulos, en especial el ataque al rancho Dutton mientras Harrison Ford ha ido a esperar a Spencer al tren temiendo una emboscada de los asesinos de Whitfield, cosa que efectivamente sucede. La idea de Sheridan de juntar los dos últimos episodios para estrenar casi una película como final de serie me funciona y ayuda a que este climax sea más épico y dramático.

Además, aunque me da pena la sensación de que Harrison Ford ha estado infrautilizado, en realidad él y todo el reparto están super bien dentro de los papeles que tienen que interpretar. Por ejemplo, el pastor irlandés Banner Creighton que era el malo al principio de la serie al final es un hombre desesperado que hace lo que debe para alimentar a su familia y asegurarles un futuro mejor que el que él ha tenido. Algo no tan diferente a lo que históricamente ha hecho la familia Dutton.

Sabiendo lo que es, a pesar de algún pero que le pongo a la serie, creo que 1923 es un entretenimiento estupendo y un gran añadido a la filmoteca que Taylor Sheridan está creando para Paramount+ / SkyShowtime. Si te gustan los cowboys y en general los tipos duros que defienden lo suyo y no se detendrán ante nada ni nadie para conseguir lo que persiguen, esta es tu serie.

Comparto el trailer de esta temporada:

A pesar de recrearse en el sufrimiento de sus personajes femeninos, o quizá en parte por eso, 1923 ha resultado una serie super dramática y entretenida, mientras repite los tropos de mucha parte de la obra de Sheridan.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de Capitán América: Brave New World de Julius Onah

Tras el retraso provocado por la huelga de guionistas, llega por fin a las carteleras Capitán América: Brave New World, la cuarta película de Capitán América del MCU y la primera protagonizada en exclusiva por Anthony Mackey. Una película dirigida por Julius Onah.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Tras reunirse con el recién elegido presidente de Estados Unidos Thaddeus Ross (Harrison Ford), Sam se encuentra en medio de un incidente internacional. Debe descubrir la razón detrás de un nefasto complot global antes de que la verdadera mente maestra tenga al mundo entero viendo rojo. Cuarta película de la franquicia del Capitán América. (FILMAFFINITY)

Julius Onah (Nigeria, 1983) es un cineasta nigeriano-estadounidense. Ha dirigido las películas La chica está en apuros (2015), The Cloverfield Paradox (2018) y Luce (2019).

Tras la emisión en 2021 de la decepcionante serie de Disney+ Falcon y el Soldado de Invierno, Marvel Studios confirmó que Marcus Spellman, el escritor de esa serie, había sido contratado para escribir el guion de esta película junto a Dalan Musson, otro de los escritores de la serie. En 2022 se contrató a Onah como director y en julio de ese año se anunció el título de Capitán América: New World Order (que posteriormente se cambió a Brave New World), confirmando que esta película formaría parte de la Fase 5 del MCU. La película empezó a rodarse en Marzo de 2023 de cara a un estreno inicialmente previsto para el 3 de mayo de 2024. Los problemas empezaron cuando a poco de empezar el rodaje empezó la huelga de guionistas de Hollywood. Una huelga que se alargó casi 6 meses y que finalmente justificó la decisión de retrasar el estreno de la película a Febrero de 2025.

La historia original de la película es de Spellman, Musson y Rob Edwards, pero en el guion final aparecen además acreditados Julius Onah y Peter Glanz. Además, se dio a conocer durante la post-producción que Marvel también había contratado a Matthew Orton (guionista de Moon Knight) para que realizara los numerosos cambios que se realizaron durante las varias tandas de reshoots que se rodaron. Un Orton que también aparece acreditado como guionista.

La película de 118 minutos de duración cuenta con fotografía de Kramer Morgenthau, montaje de Matthew Schmidt y Madeleine Gavin, y música de Laura Karpman. Las cifras que se han publicado sugieren un presupuesto cercano a los 200 millones de dólares. Una cifra bastante extraña si pensamos en los extensos reshoots que se han realizado, en los que por ejemplo se introdujo el personaje interpretado por Giancarlo Esposito, que no estaba en el primer guion que se rodó y que fue modificado ampliamente.

En el reparto tenemos un montón de caras conocidas del MCU, empezando con Anthony Mackie como Sam Wilson / Capitán América, el gran protagonista que no tiene dudas de ser digno del escudo que le dio Steve Rogers en Vengadores Endgame. Danny Ramírez es Joaquín Torres, compañero de Sam que fue presentado en la serie de televisión. Harrison Ford interpreta a Thaddeus «Thunderbolt» Ross / Red Hulk, el recién elegido presidente de los Estados Unidos que quiere trabajar con el Capitán América. Shira Haas es Ruth Bat-Serap, una ex Viuda Negra israelí y alta funcionaria del gobierno de EE.UU. que es una estrecha aliada del presidente Thaddeus Ross. Carl Lumbly como Isaiah Bradley, Giancarlo Esposito como Seth Voelker / Sidewinder, Liv Tyler como Betty Ross, y Tim Blake Nelson como Samuel Sterns, completan el reparto.

Empezando por los elementos positivos de la película, Capitán América: Brave New World es una película que se siente como un comic de los de toda la vida con un team-up inesperado que provoca una serie de situaciones en cascada que avanzan hasta tener el destino del mundo en juego. Esta historia no sería como los arcos más importantes y recordados de los personajes de los comics, sino más bien como esos arcos de dos-tres números que cubrían una aventura de transición entre arcos más importantes. Si te planteas ver la película con encefalograma plano, la verdad es que están pasando cosas todo el rato y puedes decir que la película es entretenida.

Me gusta mucho ver a Anthony Mackey como Capitán América. En la serie de televisión Sam ya tuvo sus dudas sobre si merecía llevar el nombre y el escudo de Steve Rogers, así que me parece perfecto que en la película esa cuestión esté solucionada y tengamos a un héroe super capaz que sabe en todo momento que merece ser el Capitán América. Me gusta mucho que Bucky recuerde que la elección de Steve Rogers pasándole el testigo a Sam fue la correcta. No porque Wilson sea el héroe más poderoso, sino porque es el mejor hombre y la persona idónea para ese trabajo. Creo que Mackey lo hace muy bien y muestra su carisma en pantalla, a pesar que el guion en realidad no le da oportunidades reales de lucimiento. Luego entraré más a fondo en el guion. Visto lo visto en esta película, me parece super correcto que de cara a la nueva formación de Los Vengadores, que la película nos indica que es más necesaria que nunca, sea Sam el líder del grupo. Sin duda se lo ha ganado.

Harrison Ford está incluso mejor que Mackey en su papel del recién elegido presidente Thaddeus «Thunderbolt» Ross. Ford está mayor, pero al menos no lo intentan disimular como en Indiana Jones y demuestra que su carisma lo tiene intacto. Hay una situación que no se si es buena o mala, pero Ford se come la pantalla en las escenas que aparece, y llega a dejar en mal lugar, o al menos uno secundario, al teórico protagonista Sam Wilson.

Volviendo al feeling comiquero que me gusta, agradezco que la película recupere a los personajes y tramas que quedaron colgadas desde la película de El increíble Hulk de 2008. Una película que a mi me gusta mucho porque era una aventura con un ADN 100% Hulk, que es lo que se pedía. Pero que creo que es la que menor recaudación generó en los cines cuando se estrenó de todo el MCU. Tener a Ross, a su hija Betty en un cameo, y sobre todo a Samuel Stern, ofrece la buena sensación de universo interconectado que tiene que tener el MCU. Esta elección de historia provoca que el arco dramático principal sea de Ross, no de Sam Wilson, que queda relegado a ser el «James Bond / Ethan Hunt» que tiene que realizar la misión que afecta de forma personal al presidente de los Estados Unidos. Que Ross tenga un arco dramático que NO tiene el Capitán América no es algo bueno o malo en si mismo, es la elección narrativa que toman, y su ejecución es lo que marcará que la película sea buena o mala.

Siguiendo con los elementos positivos, la pelea entre Capitán América y el Hulk Rojo es super espectacular y para mi lo mejor de la película. La progresión que lleva a la aparición del Hulk Rojo tiene sentido, y en esto la interpretación de Ford mejora la película. Me gusta mucho la captura de movimientos que han realizado para que este Hulk Rojo tenga las facciones de Ford, siendo un Hulk reconocible que mola un montón. En este combate parece que Marvel ha puesto toda la carne en el asador, con combos estupendos aprovechando las nuevas habilidades del traje de Capitán América y momentos super espectaculares. De alguna manera los trailers habían anticipado este combate, aunque no sabiamos el contexto que lo provocaba, y nos da una pelea de las que casi justifican pagar la entrada para verla.

Como decía más arriba, si planeas ver Capitán América: Brave New World sin ninguna expectativa, se puede decir que la película resulta bastante entretenida, consiguiendo que las dos horas de duración pasen en un suspiro. A partir de aquí empezarían los elementos negativos.

Hay dos grandísimos problemas en la película. El primero y principal es un montaje demencial que provoca que todas las escenas se sientan entidades separadas y casi sin conexión con el resto de la película. Hay montones de situaciones que se nota que buscan recordar Capitán América: Soldado de invierno, posiblemente la mejor película del MCU, pero realizadas por gente mucho menos capaz, casi diría que mediocre. Esto provoca que esas escenas estén rodadas de forma rutinaria y montonera, no consiguiendo que nada hasta el climax final de Sam vs Hulk Rojo provoque un «whoa» mientras veía la película.

Volviendo al tema del montaje, la película sufre claramente de haber tenido que rehacer la película entiendo que en aspectos fundamentales de la trama durante los reshoots. El fichaje de Giancarlo Esposito, añadido en estos reshoots, parece planteado para tener a un buen actor recitando los pegotes de información que le película suelta en varios momentos para contarnos lo que está pasando y hacer avanzar la acción. Un Esposito que por otro lado creo que cumple por ese lado, pero fracasa completamente en la parte de tener a una persona de 66 años intentando ser un rival físico que pueda amenazar al Capitán América. Y aunque sea el menor de los problemas de la película, me fastidia un poco que tomen a villanos de la Sociedad Serpiente de los comics como Sidewinder (Esposito) y Copperhead, y les conviertan en mercenarios random con cero carisma o personalidad, como si se avergonzaran de sus trajes icónicos de super villanos. Volviendo a la comparación, la pelea de Steve y Batroc en Winter Soldier mola un montón y aparte de de ser una coreografia brillante servía para recordar a la audiencia que Steve era un tío duro que molaba. La pelea de Sam y Coppehead está mal rodada y no cumple ninguna función dramática, como tampoco lo hace la de Sam contra Sidewinder más allá del volcado de información que realiza el personaje de Esposito. Las comparaciones son odiosas, y Brave New World sale perdiendo siempre.

Pero el problema de Brave New World no es la mala representación de la Sociedad Serpiente. Volviendo al montaje, tenemos unos productores intentando que narrativamente la historia tenga sentido, utilizando pegotes expositivos en numerosos momentos, que provoca que EMOCIONALMENTE la película se sienta hueca, sobre todo en lo referido al Capitán América. En ese sentido, comentaba al principio que me parece genial que Sam sea un Capitán América seguro de si mismo y capaz de realizar la misión. Pero es justo por eso que la escena en la que duda de si mismo al final de la película sea un pegote que no pinta nada con el resto de la película. Un pegote que parece una nota de alguien tras ver la película en un pase de prueba, que comentó que a Sam Wilson le faltaba una escena de este tipo y la han puesto como han podido en la película, aunque el momento elegido no tenga sentido.

El montaje es un gran problema, pero también lo es la decepcionante dirección de Julius Onah, que me parece un enorme paso atrás si pensamos que las películas previas estuvieron dirigidas por los Hermanos Russo. E incluso si pensamos en dirección «funcional», dicho esto con el mayor de los respetos, Joe Johnston director de Capitán América: El Primer Vengador, deja en muy mal lugar a Onah. Y quiero resaltar de nuevo que me encanta que Sam Wilson sea Capitán América, pero creo que Marvel Studios no le ha dado una historia y una película a la altura del personaje y de Anthony Mackey.

El otro gran problema de la película es el villano en la sombra. Si has visto el casting, no es spoiler decir que es Samuel Stern, el científico presentado en El Increíble Hulk que recibía una dosis gamma directamente en el cerebro, es la mente maestra detrás de todo. Comentaba al principio que me gusta que el MCU retome a personajes y tramas que quedaron colgadas desde 2008, pero plantear que el villano sea alguien listo que calcula probabilidades (y otras cosas) provoca que el climax final sea super decepcionante. De hecho, si su plan era desenmascarar a Thaddeus Ross por sus actos pasados, en realidad podía haberse ahorrado toda la película y su complicado plan, ya que consigue su objetivo simplemente filtrando a la prensa la historia, que es lo que acaba haciendo al final. El villano es otro de los grandes problemas. E igual que comentaba antes que no me molesta el downgrade de la Sociedad Serpiente, si me molesta que después de todo lo que vemos Stern no se autodenomine EL LÍDER, su nombre de super villano de los comics, como si de alguna manera los productores se sintieran avergonzados por este nombre. Que no lo verbalice es un problema. Cada uno decide si es grande o pequeño, y para mi es un error gravísimo de los productores.

Emocionalmente la película de Capitán América se siente más una película de Hulk / Ross que de Sam Wilson. Y comentaba que eso no es bueno ni malo a priori, depende de la ejecución. De alguna manera, sin saber exactamente qué cosas se han cambiado con los reshoots, diría que convertir a un Ross super villano en el primer guion para darle al presidente Ross un arco de redención, seguro ha sido un aspecto fundamental de estos cambios. Que a pesar de haber cometido pecados (y delitos) en su pasado Ross intente hacer lo correcto ahora como presidente me parece que es de lo poco salvable de la película. La conexión con el MCU me gusta, y en esto coloco el arco dramático del personaje de Harrison Ford, pero todo lo demás me parece torpe.

En ese sentido, los acuerdos por el adamantium y la explotación de Tiamat, el Celestial que quedó congelado en Eternals, me parece el mcguffin de la película. Y la verdad es que estos acuerdos y el conflicto que casi provoca una guerra en el Índico me parece que es un momento muy mal rodado que no tiene la fuerza que debería haber tenido. Pensar que tienes el cuerpo de un Celestial congelado y no le aproveches para plantear momentazos visuales me parece una de las muchas ocasiones perdidas de esta película. De hecho, aunque es un tema que entra dentro de lo opinable, no me ha gustado que Sam Wilson apenas aparezca volando con su traje, reduciéndose todo casi a la escena en el Índico que me parece super montonera.

Hablando del traje del Capitán América, los guionistas y productores han planteado nuevas habilidades al ser un traje wakandiano hecho con vibranium. Pero aunque molan estas nuevas habilidades, como tirar plumas metálicas como si fuera Arcángel de los X-Men, resulta una tremenda decepción por un CGI lamentable que no está a la altura de una película del Capitán América. Dentro que los dos trajes que lleva Sam en general me gustan, el casco digital me parece terrible, y hay varios momentos en los que también cantan las alas digitales. Decía antes que Marvel Studios lo ha apostado todo a acertar con el Hulk Rojo, cosa que hacen, pero la película tiene momentos cutrillos en lo referido a los efectos especiales de otros momentos de la película.

Otra cosa que me ha llamado la atención para mal es que la película no tenga la entradilla clásica de Marvel Studios. No es algo importante, pero desde luego no es algo que suma. Como tampoco suma, mas bien resta, el intencionado feeling a lo Winter Soldier, por no hablar del intento de copiar la estructura incluso en lo referido a los momentos de giro de la trama en laboratorios subterráneos, en los que la película fracasa espectacularmente. Que la película cambie a Sabra, la super heroína de Israel, y la convierta en una agente del gobierno random ex-Viuda de la Sala Roja no es un problema para mi en la película. Mira que la película tiene un porrón de problemas, pero ese no es uno de ellos. Tampoco lo es la absoluta falta de carisma de Danny Ramírez como Joaquín Torres, compañero de Sam y nuevo Halcón. Aunque de nuevo, en la comparación con las películas previas, Brave New World salga perdiendo de forma estrepitosa.

Intenté no leer críticas previamente a ver la película. Pero un comentario sí me chocó, y es leer al crítico Scott Mendelson de Forbes quejarse de que la película no es lo bastante reivindicativa en el aspecto racial y que la película intentaba agradar a todo el mundo, dicho esto como si fuera un problema. Y como veis yo mismo le he encontrado un montón de problemas a esta película que la sitúan en el lado decepcionante de la balanza. Pero dentro de eso, también entiendo que los críticos activistas están haciendo un daño terrible al entretenimiento, al juzgar lo que ellos querrían ver y no lo que la historia te cuenta. Que una película mainstream intente agradar al gran público lo bastante como para que paguen el ticket para ver la película no entiendo que pueda ser calificado como un problema. Y me parece penoso que a estos activistas no les guste ver a un Capitán América negro hablando de «curar heridas de la sociedad» y trabajar junto a un Presidente blanco. Aunque sea el mismo que metió en prisión a Sam Wilson en Capitán América Civil War. Por cierto, que la película se acuerde de esto para generar tensión entre los protagonistas también me parece un buen uso de la continuidad.

Aunque igual que la izquierda radical se queja porque no sea lo bastante reivindicativa y racial, Brave New World tiene el problema de tener a la derecha radical también en contra al tener a un afroamericano como Capitán América. Y lo cierto es que la película no es muy buena, pero tiene demasiados enemigos expulsando odio en las redes sociales. El clima que se ha generado en redes sociales resulta super tóxico.

Está por ver si esto va a afectar a la recaudación de la película, cosa que creo que si va a suceder, aunque lo cierto es que Brave New World no va a tener competencia en las próximas semanas. Pero la gran damnificada puede ser Thunderbolts, la siguiente película del MCU que se estrena en apenas dos meses y medio. Si los espectadores no sales satisfechos de esta película, puede que no quieran ver la siguiente. Y pensando en lo que acabo de ver, creo que esa es una posibilidad muy real.

Incluso yendo a ver la película sin expectativas y reconociendo que me ha entretenido, me sabe mal que Marvel Studios esté demostrando proyecto tras proyecto una tremenda falta de talento en las personas que contrata para sus grandes apuestas televisivas y cinematográficas. Que la película no sea muy buen no es tanto problema del director Julius Onah, que según se mire igual hizo lo que pudo pensando en los reshoots y que la historia se cambió completamente, sino de la persona que le contrató a él y a unos deficientes guionistas en primer lugar. Que cada uno opine hasta donde de alto en el organigrama de Marvel Studios llega esta responsabilidad.

Comparto el trailer de la película:

Incluso intentando ver Capitán América: Brave New World sin expectativas, la película ha sido una decepción. Sam Wilson merecía mucho más. Y los espectadores también.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Indiana Jones y el Dial del Destino de James Mangold

Quinta película de Indiana Jones con el mítico Harrison Ford, dirigido por James Mangold sustituyendo a Steven Spielberg en la dirección.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

El arqueólogo Indiana Jones deberá emprender otra aventura contra el tiempo para intentar recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la historia. Acompañado por su ahijada, Jones pronto se encuentra enfrentándose a Jürgen Voller, un ex nazi que trabaja para la NASA.

15 años han pasado desde el estreno de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (Steven Spielberg, 2008). En esta quinta entrega Lucasfilm se encuentra dentro del paraguas de Disney, al vender George Lucas la compañía en 2012. En estos años, muchas cosas han cambiado, empezando porque los propios Lucas y Spielberg se han desvinculado del proyecto, aunque mantienen funciones de productor y entiendo que habrá cobrado un jugoso cheque para contar con su bendición.

James Mangold es un veterano director de cine comercial que nos ha dado una de cal y otra de arena. Debutó como director de cine con Heavy (1995), y es conocido por películas como Cop Land (1997), Girl, Interrupted (1999), Identity (2003), Walk the Line (2005), 3:10 to Yuma (2007) y Ford contra Ferrari (2019). Dentro de ser un director cumplidor y funcional, fue también el director de los dos desastres que fueron The Wolverine (2013) y Logan (2017).

Aparte de su correcta habilidad como director, lo que me molesta de Mangold es su hipocresía y lo acomplejado que transmite sentirse haciendo lo que hace. Y es que a pesar de su participación en las dos películas de Lobezno dentro de la franquicia de X-Men (en Fox), y ahora en la quinta entrega de Indiana Jones, Mangold se muestra contrario a las gigantescas franquicias cinematográficas comerciales. Las franquicias son malas, excepto cuando él trabaja en ellas, claro. Y por eso no ha tenido problema en aceptar dirigir una de las próximas películas de la franquicia de Star Wars dentro de Lucasfilm, y la futura película de Swamp Thing para DC Studios. En una reciente entrevista con Variety, Mangold habló de la absoluta falta de creatividad de Hollywood y de cómo los gigantescos estrenos ultracomerciales están arruinando el panorama cinematográfico, personificando por supuesto todos los males del cine en Marvel Studios. Ofreciendo la falacia que a él le gusta crear historias con un principio y un final, como si no fuera eso lo que tenemos en todas las películas de Marvel.

La sensación que me ha dado Mangold en los últimos años es que una persona acomplejada que le sabe mal ser un director de cine comercial. Porque eso es a lo que se dedica. Querría estar haciendo cine de arte y ensayo que le granjeara el beneplácito de la progresía cultural a la que gustaría pertenecer, pero eso no paga sus facturas, así que intenta justificar que «lo suyo» no es tan malo. Siendo por supuesto lo mismo que critica, convirtiéndose en un «Todd Phillips 2» de libro. Hecho este comentario no muy positivo no tanto hacia su valía como director sino a sus motivaciones, mis ganas de ver a Indiana Jones superan mi rechazo a las actitudes expresadas por Mangold en lo relativo al cine comercial que él también hace.

Cuando Disney compró Lucasfilm en 2012, sus esfuerzos se centraron en relanzar la franquicia de Star Wars, pero pronto miraron también a Indiana Jones, expresando su interés en producir una nueva película que ofreciera el gran final a Indy que la Calavera de Cristal no dio al personaje en 2008 según los nuevos responsables de Disney y Lucasfilm, claro. Que para mi si era más que satisfactorio. Tras múltiples revisiones y cambios en el proyecto, Spielberg abandonó su intención inicial de dirigir la película. Harrison Ford conocía a Mangold desde hacía algún tiempo, al ofrecerle Mangold a Ford un papel en su película Ford contra Ferrari y por trabajar en La llamada de lo salvaje (2020), que Mangold produjo. A raíz de esta relación, fue Ford quien sugirió a Spielberg y a Kathleen Kennedy (presidenta de Lucasfilm) que contrataran a Mangold como director, lo que sucedió en mayo de 2020. Mangold escribió el nuevo guion con Jez y John-Henry Butterworth, que trabajaron con él anteriormente en Ford contra Ferrari, al querer empezar prácticamente de cero con una historia con la que se sintiera satisfecho. A pesar de ello, David Koepp aparece acreditado también como guionista junto a Mangold y los Butterworth.

La película de 154 minutos de duración se dice que ha tenido un gigantesco presupuesto de casi 300 millones de dólares, cosa entendible si se computan todos los gastos desde que se anunció el proyecto en 2016, pero que no deja de ser una barbaridad absurda que va a ser imposible de recuperar durante su paso por los cines. Además del mítico John Williams, la película cuenta con fotografía de Phedon Papamichael y montaje de Michael McCusker, Andrew Buckland y Dirk Westervelt. Parte del coste de la película es debido a las múltiples localizaciones de la película, que ha sido rodada en Reino Unido, Escocia, Italia y Marruecos.

En el reparto además de a Harrison Ford como Henry Jones Jr. / Indiana Jones y John Rhys-Davies como Sallah, el viejo amigo de Jones que ayudó a encontrar el Arca de la Alianza en 1936 y el Santo Grial en 1938, encontramos a Phoebe Waller-Bridge como Helena Shaw, la ahijada de Jones, Mads Mikkelsen como Jürgen Voller, un antiguo nazi durante la Segunda Guerra Mundial que ha sido contratado por la NASA en el presente de 1969 en que tiene lugar la historia.

Toby Jones como Basil Shaw, un profesor de Oxford amigo de Indy de sus días en la Segunda Guerra Mundial y padre de Helena, que estaba obsesionado con el Reloj del Destino, Antonio Banderas como Renaldo, un viejo amigo de Indy experto submarinista y capitán de barco, Boyd Holbrook como Klaber, la mano derecha de Voller en 1969, Ethann Isidore como Teddy Kumar, el joven amigo y compañero de aventuras de Helena y Thomas Kretschmann como el Coronel Weber, un nazi que trabaja con Voller en 1944, completarían el reparto.

Me ha gustado Indiana Jones y el Dial del Destino. Dentro de los aspectos positivos, creo que James Mangold ha conseguido que la película tenga el feeling correcto que debe tener una aventura de Indiana Jones. Algo que NO consiguió tener El reino de la calavera de cristal en muchas partes y que al final es la principal pega que tuvo la anterior película de la saga. Aunque luego le voy a poner alguna pega, Mangold tenía un encargo imposible, dado que la comparación con películas que son clásicos absolutos del cine es inevitable, y creo que salva los muebles razonablemente bien. El sentido de la aventura y el espectáculo mientras Indy, Helena y Teddy viajan por el Mediterráneo y encuentran objetos misteriosos en ruinas antiguas que les llevan a la siguiente misión está bastante bien conseguido a lo largo del metraje. Para ser una película de dos horas y media de duración, no se me hizo larga en ningún momento, lo cual se mire cómo se mire es otro aspecto positivo de la película.

Ver a Harrison Ford como Indiana Jones una última vez es una pasada. Me parece una locura que Ford se conserve tan bien teniendo en cuenta sus 80 años. (Bueno, cuando rodó la película tenía 78, pero para el caso es lo mismo). Aunque en el presente de 1969 tenemos a un Indy deprimido por sucesos de su pasado reciente, tener que embarcarse en una última aventura nos devuelve al investigador carismático, inteligente y demasiado seguro de si mismo cuya bocaza le mete en situaciones peligrosas de las que ya veremos como saldrá. El carisma de Ford se sale de la escala y la historia le permite expresar el rango interpretativo que mejor controla Ford, siendo todo un acierto. Además de la acción en 1969, la película arranca con una aventura de Indy y su amigo Shaw en 1944, y me ha flipado lo bien que funciona la tecnología de rejuvenecimiento que Disney empezó a usar en Iron Man 3 y Rogue One, y que tan buenos resultados les ha dado en The Mandalorian. En esta escena Ford vuelve a ser joven y entiendo que gracias a su doble realiza acrobacias increíbles. Y además, siempre está genial ver a Indy apalizando nazis.

El casting en general creo que está muy bien escogido. Los castings de Phoebe Waller-Bridge como la ahijadad de Indy y Mads Mikkelsen como el villano Jürgen Voller me han gustado, aunque tengo que reconocer que el guion desaprovecha completamente a Mikkelsen, negándonos la posibilidad de tener a un villano carismático y peligroso, al optar por destacar su naturaleza fría al ser un científico físico y matemático. Volver a ver a John Rhys-Davies como Sallah es una alegría tremenda, aunque flipo al comprobar que ¡Rhys-Davies es un año más joven que Ford! La sorpresa final me parece que está muy bien y nos da un momento super emocionante que me ha gustado mucho. Y aunque breve, que nuestro Antonio Banderas tenga un papel como un aliado de Indy también es genial. No le pongo ningún pero al casting, si a algunas cosas que el guion hace hacer a los personajes.

Como no puede ser de otra forma, el diseño de producción es una pasada. Ver las diferentes localizaciones reales es genial y los sets tienen el tamaño enorme que se espera de una aventura de Indiana Jones. Siempre es un placer escuchar la música de John Williams, pero diría que no estamos ante una de sus mejores composiciones. Algo normal por otra parte pensando que Williams tiene ¡91 años! En el arranque de la película los temas me parecía que estaban directamente sacados de la música de La última Cruzada. Jamás dirá nada malo de Williams, que ha creado la banda sonora de mi pasión por el cine, pero esta partitura me parece continuista y funcional.

A nivel general ya digo que me ha gustado Indiana Jones y el Dial del Destino y me ha dado la aventura y el entretenimiento que me pedía el cuerpo. Sin embargo, puestos a comentar los aspectos negativos o menos buenos de la película, en general la labor de James Mangold me ha parecido un quiero y no puedo. Aunque es super entretenida y cuenta con todos los elementos esperables en una aventura de Indy, le falta el intangible de la MAGIA que tenían las 3 primeras películas. En cierto sentido, correcto NO es suficiente, no debería serlo nunca pero para un personaje tan icónico como Indiana Jones menos aún. Mi principal problema me lo generan las escenas de acción, con un exceso de CGI que no acaba de funcionarme. En el prólogo hay unos momentos de Indy subiendo al techo del tren que parecen sacados de un juego de PS3, en la persecución a caballo por Nueva York se nota que Mangold no domina la pantalla verde empleada para los fondos, y en la persecución en Tánger Mangold acelera la imagen en la mayoría de planos, quedando cutre. Y esos son tres ejemplos, luego entraré con el climax final. Ya no es que Mangold no sea Spielberg, nadie lo es, pero sus escenas son confusas y no tienen la brillantez visual de antaño. Siendo todo correcto, ninguna escena de toda la película me ofreció un momento WHOA!!, y la historia hubiera dado para ello con otro director visualmente mejor.

Aparte del correcto aspecto visual, me he encontrado con una película que avanza a trompicones con un ritmo no del todo acertado. Tras el prólogo en 1944, la parte en la Nueva York de 1969 no acaba de funcionar y para la película hasta que vuelve a arrancar de alguna manera en Tánger. Esto no es malo en si mismo, pero de nuevo no llega a ser especialmente bueno.

Pero peor que todo lo anterior es el guion de Mangold con Jez y John-Henry Butterworth. Hay un problema enorme de inconsistencias y situaciones extrañas a lo largo de la película que no son grandes problemas pero si situaciones en las que notas que algo no cuadra. Pequeñas chinas en el camino del visionado que hacen que la historia no sea lo fluida que debería. El prólogo de 1944 termina con una situación en la que Jürgen Voller aparentemente muere, y sin embargo luego está vivo como si tal cosa. Esa escena resulta confusa y parece que él tiene el Dial cuando no es así. En Nueva York los esbirros de Voller con supervisión del gobierno hacen locuras que no son admisibles y rompen la suspensión de credulidad. No me molesta que se inventen a los mafiosos de Tánger para que sean un segundo grupo que dificulte la persecución y la haga más complicada, ni tampoco el pequeño papel que tiene Antonio Banderas. Pero si que por ejemplo se anticipe un enfrentamiento contra el esbirro gigantón que machaca a Indy en varios momentos y luego eso quede en nada y ni siquiera lleguen a enfrentarse.

Reconozco que no he visto Fleabag, así que no tenía vista a Phoebe Waller-Bridge. Y la verdad es que actoralmente y en lo referido al carisma que tiene, puede mirar de tu a tu a Harrison Ford. Lo que no está tan claro es lo que el guion plantea para Helena, la ahijada de Indy que empieza la película convertida en una ladrona que le roba el objeto que tiene Jones en su poder, a pesar que su padre creía en su capacidad potencial para cambiar el mundo, para venderlo en el mercado negro. Su personaje es en si mismo una locura camuflada en la frescura que tiene Waller-Bridge en pantalla, y su evolución es un «porque si» de libro. Ahora hago esto, ahora lo contrario. El intento de crear un «Tapón 2» con el personaje de Teddy, el chaval que acompaña a Helena en sus golpes, me parece que como tantas cosas en la película no está mal, pero a la vez no acaba de funcionar, al darle unas habilidades imposibles que son otro de los muchos «porque sí» de la película.

Aparte del macguffin que justifica toda la búsqueda, cuando descubrimos el plan del villano Jürgen Voller resulta ser también una locura máxima. De hecho, eso nos lleva a uno de los WTF?! más gordos que probablemente voy a encontrarme en una sala de cine este año, con un climax final que no me ha funcionado en absoluto. No me ha funcionado por el exceso cantoso de CGI en la escena, pero sobre todo por lo absurda de la situación y lo mal ejecutada que está.

Que Indy no tenga un enfrentamiento final contra los malos es decepcionante, pero también lo es el final que ha elegido Mangold para ellos. Y dada la situación de depresión que vive Indy al comienzo de la película, es entendible que desde el punto de vista emocional Indy necesite ser salvado. Pero la ejecución no me gusta, empezando porque Indy también acaba siendo físicamente rescatado de los malos. Durante toda la película hubo un buen equilibrio entre él y Helena, con ambos mostrando sus conocimientos arqueológicos en momentos claves, pero justo en el momento clave de la película la balanza cae a favor de Helena y no debería sea así en una película de Indiana Jones.

De hecho, pensando en algo que no me cuadraba de la película, en la segunda mitad de la película Helena salva a Indy de morir en tres ocasiones, mientras que Indy a ella sólo una EN TODA LA PELÍCULA. Hay también un tiroteo, pero esa no es una situación clara de salvar Indy a Helena de una muerte segura, ya que al tener él la pistola es normal que se enfrente a los malos. Aparte, recordando la escena del submarino de En busca del arca perdida, hay una escena similar pero invirtiendo los roles siendo Helena el que va a salvar a Indy. En estos momentos de corrección no me sorprende que sea la chica la que salve al héroe, pero en una película de INDIANA JONES, queda extraño. Y no dirá más al respecto.

Unido a esto, tras el tremendo WTF?!, llegamos al final de la película. Y había leído varios comentarios opinando que era el final perfecto para Harrison Ford e Indiana Jones que finalizaba la serie de la mejor manera posible. No creo que sea así. De hecho, incluso con todos los problemas que tuvo El reino de la calavera de cristal, su final con Indy y Marion casándose y disfrutando Indy de un hijo con el que conectaba me parece un final mucho más redondo que este. El final de El Dial del destino el final si me parece emocionante gracias a una aparición de última hora super chula, pero que deje algún elemento abierto que me ha producido perplejidad.

Mirando el vaso medio lleno, sin duda me he entretenido con Indiana Jones y el Dial del Destino. Como comentaba al comienzo, a pesar de los numerosos peros, creo que Mangold sale bastante airoso de un encargo imposible. Sin embargo, entrando en lo concreto veo demasiados elementos que podrían haberse mejorado, no siendo todo lo brillante que debería.

Comparto el trailer de la película:

Indiana Jones y el Dial del Destino es una buena película de aventuras con el feeling correcto a la que le falta la MAGIA de las primeras películas.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de 1923 temporada 1 (SkyShowtime)

Tras el éxito de 1883, Taylor Sheridan continúa ampliando el mundo de Yellowstone con 1923, serie en la que destaca la presencia de Harrison Ford y Helen Mirren y cuya primera temporada pude ver gracias a mi suscripción a SkyShowtime.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Sin piedad. La codicia puede acabar con cualquiera. 1923, Montana. Sigue a la familia Dutton en su lucha por defender sus preciadas tierras durante la dura época de la Gran Depresión y la Ley Seca. Cuando la codicia y la violencia se adueñan de todo, hay que estar dispuesto a llegar hasta el final. Precuela de «Yellowstone».

Tras el éxito de 1883, en febrero de 2022 se anunció que se había encargado una segunda serie precuela de Yellowstone, titulada 1932. En junio, el título pasó a llamarse 1923. La serie de 8 episodios es la primera mitad de una historia planteada para dos temporadas. Sheridan se mantiene como creador, productor y guionista de la serie, que ha contado con Ben Richardson como director de 6 episodios y Guy Ferland de los otros dos. Sheridan ha explicado que cuenta con una libertad creativa inédita en el mundo televisivo. Tras su estreno a final de 2022,, siendo el mejor estreno de una serie nueva para Paramount+, en febrero de 2023, Paramount renovó la serie por una segunda temporada.

Helen Mirren y Harrison Ford interpretan a Cara y Jacob Dutton, los patriarcas de la familia Dutton y grandes protagonistas de la serie. Ford y Mirren, Mirren y Ford, vuelven a reunirse 36 años después de protagonizar La costa de los mosquitos de Peter Weir. Sheridan comenta que convenció a ambos actores para que interpretaran la serie antes incluso de tener escrito el guion, tras invitarles a su rancho para charlar sobre el proyecto.

Jacob Dutton es el hermano mayor de James Dutton (interpretado por Tim McGraw en 1883), y al no poder tener hijos propios Cara, toman como suyos a John (James Badge Dale) y Spencer Dutton (Brandon Sklenar), los hijos de James y Margaret, tras el fallecimiento de ambos. John es el sobrino mayor y la mano derecha de Jacob Dutton en el rancho. Spencer, el hijo menor, luchó en la Primera Guerra Mundial y viaja por África como cazador. Julia Schlaepfer interpreta a Alexandra, una mujer británica librepensadora que se encuentra con Spencer en África.

El resto del reparto en sus papeles principales son Jerome Flynn (recordado entre otros por su papel de Juego de Tronos) como Banner Creighton, un pastor escocés de ovejas adversario de los Dutton. El siempre genial Timothy Dalton es Donald Whitfield, un poderoso y rico magnate de los negocios acostumbrado a conseguir lo que quiere. Además, Darren Mann es Jack Dutton, hijo único de John Dutton, nieto de James Dutton y sobrino nieto de Jacob Dutton. Es un dedicado ranchero profundamente leal a su familia. Michelle Randolph interpreta a Elizabeth «Liz» Strafford, una joven luchadora y capaz, prometida de Jack Dutton. Por último, Aminah Nieves es Teonna Rainwater, una joven india americana rebelde que fue separada de su familia e internada en un internado indio para niñas dirigido por la Iglesia Católica. Como curiosidad, Isabel May (Elsa Dutton en 1883) repite como la narradora de la historia.

No sorprenderá si digo que lo mejor de 1923 es poder disfrutar de Helen Mirren y Harrison Ford. Escucharles en versión original resulta un disfrute añadido, con una fuerza y una presencia en pantalla que me parece una pasada. Además, ver la química que comparten es otro de los alicientes de esta serie. A pesar de los peros que pondré a continuación, estamos ante una serie que sólo por ambos actores merece ser vista. Por cierto, que Helen Mirren se come a Ford, ¡qué actriz!!

1923 continúa una línea temática que ya hemos visto en Yellowstone y 1883 sobre que las acciones de los Dutton NO pueden ser valoradas en términos de bien o mal, dado que ellos harán lo que sea necesario para defender sus tierras, legalmente o no. Jacob (Ford) lo tiene igual de claro que John Dutton III (Kevin Costner) en su serie, no es un tema de si algo es legal o ilegal, sino de no dejar que nadie te quite lo tuyo. En un momento clave de esta serie Jacob reconoce que lo que ellos hacen ajustando las leyes a sus intereses realmente no es diferente a las acciones del rico empresario interpretado por el también genial Timothy Dalton, que ve algo que quiere y hará lo que sea necesario para poseerlo. (Por cierto, qué actorazo también Dalton, que carisma transmite en pantalla como el villano de la historia). Esta clave de los Dutton es el fundamento de la filosofía americana sobre el «Do it yourself» y del hombre hecho a si mismo que entiendo tanto gusta allí.

En la serie también se refleja el cambio fundamental que estaba viviendo la sociedad americana, empezando a extenderse los vehículos a motor y la electricidad, algo que cambió la forma en que se estructuraban las ciudades y la vida en ellas. Este momento en medio de la Ley Seca y previo al crack bursátil de 1929 fue un momento de cambios, pero una constante es que en los Estados Unidos el poderoso siempre se aprovecha del débil, y la necesidad de luchar por lo tuyo era igual de fundamental que siempre.

El hecho que 1883 contara una historia cerrada en 8 episodios me sugirió inicialmente que quizá 1923 fuera también autoconclusiva. Sin embargo, debido a las escritura de las diferentes reseñas de las series de Taylor Sheridan que he ido publicando en el blog, al poco de empezar el visionado supe que la segunda temporada 1923 estaba confirmada. Menos mal, porque de no haber sido así me hubiera llevado un chasco tremendo ante el hecho que la serie se queda completamente colgada al final del octavo episodio. Esto, por suerte, no fue un problema porque lo vi venir.

Sin embargo, lo que si me ha fastidiado es comprobar que una serie que se vende como un despliegue interpretativo entre Mirren y Ford resulta que es una historia dividida en tres tramas diferentes. El drama en el rancho Yellowstone es tan sólo un tercio de la serie, y esto resulta un problema porque las otras dos tramas no están al mismo nivel.

Por un lado, conoceremos a Teonna Rainwater, entiendo que la abuela o bisabuela del jefe Thomas Rainwater (interpretado por Gil Birmingham en Yellowstone), una joven nativa americana que sufrirá en sus carnes la terrible política de asimilación realizada por las autoridades americanas, que dieron carta blanca para que organizaciones religiosas intentaran borrar la cultura americana bajo la excusa de enseñarles la cultura y religión anglosajona que les ayudaría a tener una vida de progreso. La tortura que sufre Teonna, ella y cualquier indio que se encuentre con un policía que representa a la autoridad del gobierno, ofrece algunos momentos terribles que ponen de relieve el drama que los nativos americanos sufrieron (y siguen sufriendo ) durante décadas. Y como la vida de los nativos americanos no valía nada en los Estados Unidos. Leí a Taylor Sheridan expresar que tiene un gran respeto hacia la sociedad nativa americana, y que había expresado a varios líderes su intención de contar su historia y el drama que vivieron de forma honesta, frente a las décadas de tergiversaciones que el mundo del espectáculo transmitió a varias generaciones de espectadores, poniendo a los indios como los malos de la función. En este sentido, conocer la historia de una Rainwater tal y como la plantea Sheridan en la serie resulta bastante interesante.

Lamentablemente, la tercera línea narrativa (segunda por minutos de emición) no es igual de interesante, al conocer en África a Spencer Dutton, un traumatizado ex-militar que vivió el horror de la Primera Guerra Mundial. Entre cacerías, Spencer conocerá a Elizabeth «Liz» Strafford, una bella e inteligente oven británica que luca contra las convenciones de la sociedad y tras conocer a Spencer lo abandonará todo para vivir la vida a tope. El romance primero y el intento de ambos de regresar a Montana tras conocer Spencer los problemas de su familia son los elementos fundamentales de su historia de esta temporada, y no pueden resultar más intrascendentes y chorras. Imagino que toda la parte del romance de Liz, y como aprende a disfrutar la aventura rechazando las convenciones sociales en mitad de África es una parte que gustará especialmente al público femenino, de forma que el objetivo de apelar a todo tipo de espectadores está conseguido con esta trama. Pero a mi no me interesa.

Esta decisión narrativa de presentar tres tramas simultáneas que de momento no están relacionadas más que por el año en que tienen lugar resulta super sorprendente. Por un lado, como comentaba antes al ser 1883 una historia lineal. Pero además porque en todos los trailers e imágenes promocionales el protagonismo era casi total de Mirren y Ford. Y entiendo que Sheridan busque no repetirse y escribir historias diferentes que le hagan salirse de alguna manera de su zona de confort en Yellowtone. Algo que entiendo que es la historia en África. Sin embargo, tras ver esta primera temporada siento que cada minuto de Spencer y Liz es un minuto intrascendente que me han robado de ver lo que sí hubiera sido más interesante, que es la historia de Mirren y Ford en Montana. Porque la pareja de enamorados en África se dedican a follar como conejos y a ser felices, no puede ser menos interesante de lo que lo ha sido.

Incluso reconociendo que el arco de Teonna al menos sí es interesante por lo que supone al poner de relevancia el drama y la persecución sufrida por la comunidad nativo americana, no evita tampoco la sensación de «minutos de segunda» que nos impide ver lo que realmente queriamos ver, que es a la pareja protagonista.

De hecho, Sheridan se muestra cada vez más como un escritor de folletín, porque incluso siendo de largo lo mejor de la serie, tampoco es que pasen muchas cosas en la trama de Ford y Mirren a lo largo de la temporada. Dejando aparte que verles a ellos siempre está bien, claro. De forma que como pasó en la 3ª temporada de Yellowstone, Sheridan nos deja con un cliffhanger final super impactante, pero que no puede estar más salido de la nada.

Me está quedando una reseña muy negativa porque la verdad es que lo de las tres tramas me ha fastidiado. Pero dicho esto, la verdad es que 1923 me ha parecido super entretenida vista a razón de un episodio al día. La fotografía y el diseño de producción me parecen una pasada, con escenas que casi parecen una pintura de un museo. Se nota un montón que Paramount ha invertido un presupuesto de primer nivel en rodar la serie, empezando por las tres localizaciones y trasladar una pare del rodaje a África. La verdad es que todo se siente real, además del elemento de fidelidad histórica, que creo que está también perfectamente conseguido. Como entretenimiento «sin más», creo que 1923 cumple de sobra su función.

Por cierto, no puedo dejar de comentar otra trampa narrativa de Taylor Sheridan que no es en concreto achacable a esta 1923 sino a su cronología de la familia Dutton. Y es que al final de 1883 dejamos a los Dutton llegando en un carromato a los terrenos donde construirán su vivienda y serán el centro de su rancho. 40 años después, al comienzo de 1923, los Dutton ya están establecidos y poseen uno de los ranchos de mayor extensión de Montana. ¿Cómo consiguió una pareja con un hijo pequeño sin apenas recursos con apenas un carromato apropiarse y, sobre todo, mantener el control de una superficie tan grande de terreno como tienen en 1923? Esa es la historia que me hubiera gustado conocer y que Sheridan evita, planteando unos hechos consumados. No es que esta decisión me parezca mal, pero supongo que el propio Sheridan entiende que justo es ahí donde la serie podía caer en agujeros de lógica, por lo que su solución es evitarlo completamente.

En todo caso, si eres un fan de Yellowstone, esta serie resulta un perfecto complemento, siendo casi un visionado obligado.

Comparto el trailer de esta serie:

Dentro del factor entretenimiento, me he llevado un chasco con 1923, tengo que reconocerlo. En todo caso, confirmo que veré la segunda temporada para ver como termina la historia.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Star Wars IX El ascenso de Skywalker de J.J. Abrams (Sin Spoilers)

Se acabó el sueño. Es hora de asumir la tristeza realidad: Star Wars ya no es algo especial, es una película más de las muchas que se estrenan cada año. Y en este 2019 J.J. Abrams ha arruinado con El Ascenso de Skywalker las esperanzas de ver un final satisfactorio a esta tercera trilogía.

PUNTUACIÓN: TERRIBLE

Novena y última entrega de la saga ‘Star Wars’, y cierre de la nueva trilogía iniciada con «El despertar de la Fuerza». Rey, Finn, Poe y el resto de los héroes tendrán que encarar nuevos retos al tiempo que se enfrentan a una nueva amenaza. (FILMAFFINITY)

Buscando elementos positivos por los que comenzar, lo único salvable de El Ascenso de Skywalker es su excelente reparto. J.J. Abrams se ha confirmado como un director mediocre, pero su casting de jóvenes estrellas para El Despertar de la fuerza (2015) dió en el clavo.

Frente a Los Últimos Jedi (Rian Johnson, 2017) en la que los tres héroes Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega) y Poe Dameron (Oscar Isaac) estuvieron separados literalmente hasta el plano final, Abrams hace que compartan una gran parte de la película. Y lo cierto es que mola verles juntos, los tres actores derrochan carisma y química en pantalla y ofrecen posiblemente los mejores momentos de la película.

Junto a ellos, Adam Driver como Kylo Ren vuelve a demostrar lo buen actor que es, incluso a pesar de volver a tener la cara tapada la mitad de la película. Con muy poco con lo que trabajar ofrece interesantes matices con la inflexión de su voz y la mirada que para mí indican que se encuentra un peldaño por encima de los demás. Además, de nuevo su química con Daisy Ridley es genial en pantalla y mola verles juntos.

Obviamente ver a personajes clásicos como Lando (Billy Dee Williams), Chewbacca, C3PO, R2D2  así como el Halcón Milenario siempre hace que mi corazón se ilumine un poco, a pesar de que como luego comentaré, el sueño haya acabado. Y lo mismo con la música de John Williams, maestro entre los maestros.

Todo esto es referido a los actores y sus interpretaciones, que son geniales. Otra cosa es lo que el guión les hace decir y hacer, en lo que luego entraré, y que no es tan positivo.

El Ascenso de Skywalker ofrece un mensaje positivo que también me gustó y me pareció inesperado y casi lo único original de la película, y es que aunque las personas a veces podamos pensar que estamos solos en el universo, hay otra gente como nosotros que comparte nuestra lucha. Esto se refleja en el diálogo entre Finn y Jannah en Endor, lo único genuinamente emocionante y original, cuando Finn descubre que él no fue el único desertor de la Primera Orden, más gente se reveló frente al mal, y si todos nos unimos, el mal puede ser derrotado. Este mensaje hacia la «mayoría silenciosa» mostrando que aunque el mal nos quiere asustados y solos somos más y juntos somos fuertes, me pareció muy chulo e interesante.

Y hasta aquí llega lo bueno a partir de ahora voy a empezar por todo lo malo que no me gustó, también libre de spoilers. Toca repetir que esto es una crítica a la película a partir de mis gustos, en ningún caso quiero que parezca que los que no opinéis como yo estáis equivocados. Para gustos colores, y este es el mío.

J.J. Abrams junto al guionista Chris Terrio (Batman v Superman) ejemplifican a la perfección el mal cine comercial. El mal cine en general. Creen que haciendo que pasen muchas cosas y haciendo saltar a los personajes de una localización a otra, de una sorpresa a otra sin un momento de respiro, los espectadores nos veremos arrastrados en esta vorágine y olvidaremos (o nos dará igual) si lo que estamos viendo tiene sentido o es una tontería tras otra ridícula. Y obviamente no es el caso.

Esta filosofía narrativa de «todo vale» alcanza nuevas cotas de ridiculez y absurdez en El Ascenso de Skywalker, y creo que indica que Abrams y Terrio no respetan al espectador, creen que somos tontos y nos vamos a tragar cualquier cosa si el envoltorio es bonito. Quizá hace 10 o 15 años esto fuera cierto (yo realmente no lo creo, pero bueno), pero lo que sí que está claro es que el espectador de 2019 es mucho más sofisticado e inteligente de lo que ellos creen.

Terrio ganó el Óscar al Mejor Guión Adaptado por Argo. Y tras este premio por una película «sería» se pasó al género de superhéroes primero y la ciencia ficción después en Star Wars. Y sinceramente parece que cree que son géneros menores en los que todo vale y da igual lo que muestren. Y es al revés, justo porque es ciencia ficción, debes respetar las reglas que tú mismo plantees o todo se cae en pedazos.

Por ejemplo, el guión de Abrams y Terrio establece una cuenta atrás de ¡16 horas! para crear una mal entendida sensación de urgencia, para a continuación lanzar a los héroes a una búsqueda de un tesoro por la galaxia imposible que se salta esto. Podían haber dicho 5 días, ¿por qué no? Y existiría la misma sensación de urgencia, pero no, debe ser algo inminente para ser más peligroso, más grande… Pero desde luego, no mejor y creíble. Y por esa obsesión del «más grande, más peligro, más amenaza», se provocan momentos ridículos sobre todo en el tramo final.

Y como eso todo. Cada salto de escena, cada transición está construida a partir de una tontería o una locura, da igual como hacer que los personajes vayan de A a B y luego a C. Hasta el punto que Abrams consiguió que desconectara y nada me llegara. Hay en este sentido numerosos momentos emocionales con varios personajes destinados a tocarnos la fibra sensible que fracasan al estar construidos a partir de ridiculeces, como por ejemplo el clímax emocional de Kylo, que si escribiera lo que pasa en pantalla no saldríais de vuestro asombro y bochorno, al estar nivel del vergonzoso «Martha» de BvS. Y mejor no comentar la identidad de espía infiltrado en la Primera Orden que proporciona información a los rebeldes, porque si entro en ello absurdo y tomadura de pelo será lo más bonito que se ocurriría.

Pero ya no es solo que para Abrams y Terrio todo vale, es que su guión está malísimamente escrito, plagado de diálogos expositivos tontos y repetitivos como si los espectadores fuéramos bebés que necesitamos que nos expliquen lo mismo dos o tres veces porque no lo captamos a la primera. Además, cuando tienen incluso que verbalizar lo que debemos sentir en cada escena en lugar de confiar que la escena nos lo muestre, eso significa que ni ellos mismos confían en su propia capacidad narrativa.

Comentaba que las interacciones de los protagonista molan, pero también es cierto que Abrams hace que Rey esté sola en numerosas escenas claves. Y esto resta, no suma, teniendo en cuenta que Daisy Ridley es buena actriz, pero no tan buena.

Junto a esto, no puedo evitar comentar que la inesperada muerte de Carrie Fisher alteró sin duda la historia. Abrams trabajó para insertar las pocas frases sin usar de Los Últimos Jedi para colocar al personaje con calzador en unas pocas escenas que se ven forzadas y postizas. Y la forma que plantean se despedida es también un WTF! de libro que, a esas alturas de película, ya no consigue el impacto emocional que buscaban conseguir.

Además, hubo dos momentos en que no me pude creer que Abrams haya vuelto a copiar escenas icónicas de la Star Wars original, mostrando una vez más si cabe que Abrams es un «reciclador» no un creador de nuevas historias. Qué mal.

Para empeorarlo todo, El Ascenso de Skywalker es una moción de censura a todo lo que construyó Rian Johnson en Los Últimos días. Aunque no me gustó nada el Episodio VIII, Johnson planteaba elementos interesantes, aunque muy mal ejecutados, para que Star Wars dejara de ser la historia de la familia Skywalker. En ese sentido, la sorpresa de que Rey «no era nadie» podía mover a la franquicia galáctica por nuevos caminos inexplorados, al igual que la filosofía de Kylo de matar lo viejo para que los jóvenes creen su propio camino. Ya no. J.J. Abrams desmonta todo lo construido por Johnson, que a su vez desmontó tonterías de Abrams como el personaje de Snoke, de forma que esta última trilogía pierde todo sentido de cohesión, al ser cada película una enmienda a la totalidad de la anterior.

Y hablando de Los últimos Jedi, aunque como digo no me gustó, visualmente es de largo la mejor película de toda la serie, con momentazos increíbles que todos recordamos como la destrucción del Destructor espacial, la pelea de sables laser en la sala roja o el batalla final en el desierto de sal. Abrams no es Johnson, es un director mediocre en lo visual que vuelve a ofrecer una película plana sin momentos memorables, obcecado con sus tics como las luces estroboscópicas que nos deslumbran una y otra vez sin ningún sentido narrativo más allá de ¿qué parezca todo más dinámico? No, lo que consigues es confusión. Visualmente, El Ascenso de Skywalker es también una decepción, más si cabe teniendo en cuenta la obra previa.

Disney y Lucasfilm han vendido que este Episodio IX es el final de la historia, pero incluso en esto no da un final satisfactorio, porque de hecho deja una cantidad tan grande de elementos abiertos que se demuestra que ha sido una estrategia de marketing vacía que no se corresponde con la realidad. Claramente, Lucasfilm ha intentado copiar el final de Vengadores Endgame, modélico a la hora de cerrar un capítulo dejando un mundo abierto para nuevas historias, pero hasta en eso fracasan.

Me da mucha pena que no me haya gustado esta película. A pesar de la decepción de Los Últimos Jedi, fui deseando pasar un buen rato y ni eso consiguió hacer J.J. Abrams. Y más pena me da pensar que El Ascenso de Skywalker va a ser un taquillazo porque la gente vamos a ir en masa a ver la nueva película de Star Wars precisamente por ser Star Wars, de forma que el mensaje que todo vale se va a ver reflejado en la taquilla, el dato que realmente cuenta para los estudios.

No me extraña que tras este episodio IX Lucasfilm haya paralizado nuevas películas, porque primero y principal deben conseguir que Star Wars vuelva a ser especial, cosa que ahora mismo ha dejado de ser y que no creo que vayan a recuperar. Si Disney fuera coherente, debería despedir a Kathleen Kennedy de su puesto de jefa de Lucasfilm por su decepcionante apartado cinematográfico. Obviamente eso no va a pasar, ya que Star Wars realmente es una de las franquicias más rentables económicamente no solo en cine, sino además en los parques de atracciones, las series de televisión, el merchandising, etc…

En mi caso, hace ya tiempo que me perdieron como fan que compraba, veía o consumía todo lo que me ofrecían, ya fuera libros, cómics, merchandising, etc. Tras este decepcionante El Ascenso de Skywalker probablemente me hayan perdido incluso como consumidor ocasional en el cine.

Comparto el trailer de la película:

Star Wars El ascenso de Skywalker es un triste final a este mundo que iluminó durante años mis sueños y construyó mi yo fan de la ciencia ficción. Star Wars ya no son películas de visionado obligado. Unas las veré, otras no, y no pasará nada. Qué pena.

PUNTUACIÓN TERRIBLE

 

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