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Crítica de Overlord de Julius Avery (Netflix)

Overlord, dirigida por Julius Avery y producida por J.J. Abrams a través de Bad Robot, es una curiosa serie B que mezcla el ciné bélico con el género de terror, y que ofrece un buen entretenimiento para los fans del género, sobre todo aprovechando su estreno en Netflix.

PUNTUACIÓN: 7/10

II Guerra Mundial. Justo antes del Día D, un grupo de paracaidistas estadounidenses cae tras las líneas enemigas para realizar una misión crucial en un pequeño pueblo francés. Pero, a medida que se acercan a su objetivo, empiezan a darse cuenta de que algo más que una simple operación militar está sucediendo en esa aldea ocupada por los nazis. (FILMAFFINITY)

Overlord es una película que mezcla el género bélico con el terror y el gore estrenada en 2018 que fue dirigida por Julius Avery. A partir de una idea inicial de J.J. Abrams y Billy Ray planteada como «soldados en la 2ª Guerra Mundial contra zombies nazis», El propio Ray junto a Mark L. Smith se encargaron de realizar el guión definitivo. J. J. Abrams, a través de su productora Bad Robot, produce la película junto a Lindsey Weber, que fue distribuida por Paramount, y cuenta con fotografía de Laurie Rose, Fabian Wagner, música de Jed Kurzel y montaje de Matt Evans.

La película está interpretada por Jovan Adepo como el soldado de primera clase Edward Boyce, un paracaidista que descubre unos experimentos nazis debajo de una torre de comunicaciones que debe ser destruida para que el Día D tenga éxito. Wyatt Russell interpreta al cabo Lewis Ford, un paracaidista y experto en explosivos que dirige la misión de destruir la torre de radio. Pilou Asbæk es el Captain Wafner de las SS. Mathilde Ollivier es Chloe Laurent, una joven francesa que vive en el pueblo donde los alemanes están realizando sus experimentos. Por último, John Magaro es el soldado Lyle Tibbet, paracaidista y tirador experto.

Lo primero que merece la pena destacar de Overlord es que a pesar de algún elemento menos bueno que luego comentaré, la película es muy entretenida, y cumple de sobra para los fans del cine de acción / terror. De hecho, teniendo en cuenta que fue rodada con un presupuesto de menos de 40 millones, luce bastante bien en pantalla sobre todo en las localizaciones exteriores rodadas en Reino Unido.

Además de un estupendo diseño de producción que nos traslada hasta la Francia ocupada de 1944, hay que destacar el excelente maquillaje y efectos especiales que consiguen crea un par de momentos gores super chulos e impactantes.

Al tratarse de una serie B, los personajes no tienen demasiada personalidad y no pasan de ser arquetipos necesarios para que la historia suceda: El pardillo soldado protagonista de buen corazón, el cabo duro para el que la misión lo es todo y sacrificará a todos sus hombres para llevarla a cabo, el bully chulito que se mete con el protagonista por su buen corazón, y la chica francesa que les ayudará. No es que el reparto lo haga mal, sino más bien que sus papeles son meramente funcionales, de forma que cumplen razonablemente bien teniendo en cuenta las herramientas de las que disponen.

La película se publicitó como «Soldados americanos contra zombies nazis en la 2ª Guerra Mundial». Y la verdad es que este pitch funciona de maravilla y al menos a mi me vendió completamente la película e hizo que quisiera verla. Dicho esto, el guión juega a construir un giro que sorprenda al espectador cuando pasamos de una cinta bélica pura a una historia de terror con toques gores.

Creo que el giro está bien construido narrativamente, aunque realmente la sorpresa no funciona porque los espectadores empezamos a ver la película precisamente porque sabemos que ese giro va a tener lugar. Esto no es bueno ni malo, entiendo que es algo inevitable, teniendo en cuenta que el primer objetivo de los productores es hacer que el espectador quiera ver la película en primer lugar.

Dicho esto, aparte la novedad del argumento y del giro, el guión no se esfuerza por ser demasiado original y se mueve en todo momento por un montón de elementos familiares para el espectador, desde un viaje por los sótanos de una iglesia repletos de sustos como si estuviéramos jugando un video juego, un villano oficial de las SS super over-the-top y una chica con lanzallamas. Para ser una película con una premisa original, el desarrollo de la misma no lo es tanto, aunque, como digo, globalmente la película es muy entretenida.

Sin embargo, a pesar de su aparente falta de pretensiones y que como comentaba antes cumple de sobra con el objetivo de entretenimiento, debo comentar que Overlord para mi se queda a mitad en todo. Ni es una buena cinta bélica, su bajo presupuesto realmente no lo permite, ni me funciona el climax una vez la película se ha transformado en una película de zombies en su  variante de científico loco. De hecho, una vez se produce el giro, se construye una tensión anticipando un ataque zombie que jamás llega a producirse, lo cual para mi fue un bajón.

Por otro lado, otro elemento que no me funcionó es que el guión utiliza el viejo «gente tonta haciendo tonterías» en varias ocasiones para hacer que el guión avance. Algo que vemos personificado en el protagonista, el inocente soldado Edward Boyce (Jovan Adepo), y que me puso muy nervioso en varios momentos.

A partir de un presupuesto de 38 millones de dólares, la película sólo recaudó 41 millones en su paso por las salas cinematográficas. A pesar de este fracaso de recaudación, ha ido adquiriendo la categoría de película de culto entre los fans de la serie B, y con su estreno en Netflix, la película está ahora disponible para millones de espectadores de todo el mundo.

Comparto el trailer de la película:

Overlord es una entretenida serie B que gustara sobre todo a los fans del terror en su vertiente zombie.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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¡Saludos a todos!

Crítica de Star Wars IX El ascenso de Skywalker de J.J. Abrams (Sin Spoilers)

Se acabó el sueño. Es hora de asumir la tristeza realidad: Star Wars ya no es algo especial, es una película más de las muchas que se estrenan cada año. Y en este 2019 J.J. Abrams ha arruinado con El Ascenso de Skywalker las esperanzas de ver un final satisfactorio a esta tercera trilogía.

PUNTUACIÓN: TERRIBLE

Novena y última entrega de la saga ‘Star Wars’, y cierre de la nueva trilogía iniciada con «El despertar de la Fuerza». Rey, Finn, Poe y el resto de los héroes tendrán que encarar nuevos retos al tiempo que se enfrentan a una nueva amenaza. (FILMAFFINITY)

Buscando elementos positivos por los que comenzar, lo único salvable de El Ascenso de Skywalker es su excelente reparto. J.J. Abrams se ha confirmado como un director mediocre, pero su casting de jóvenes estrellas para El Despertar de la fuerza (2015) dió en el clavo.

Frente a Los Últimos Jedi (Rian Johnson, 2017) en la que los tres héroes Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega) y Poe Dameron (Oscar Isaac) estuvieron separados literalmente hasta el plano final, Abrams hace que compartan una gran parte de la película. Y lo cierto es que mola verles juntos, los tres actores derrochan carisma y química en pantalla y ofrecen posiblemente los mejores momentos de la película.

Junto a ellos, Adam Driver como Kylo Ren vuelve a demostrar lo buen actor que es, incluso a pesar de volver a tener la cara tapada la mitad de la película. Con muy poco con lo que trabajar ofrece interesantes matices con la inflexión de su voz y la mirada que para mí indican que se encuentra un peldaño por encima de los demás. Además, de nuevo su química con Daisy Ridley es genial en pantalla y mola verles juntos.

Obviamente ver a personajes clásicos como Lando (Billy Dee Williams), Chewbacca, C3PO, R2D2  así como el Halcón Milenario siempre hace que mi corazón se ilumine un poco, a pesar de que como luego comentaré, el sueño haya acabado. Y lo mismo con la música de John Williams, maestro entre los maestros.

Todo esto es referido a los actores y sus interpretaciones, que son geniales. Otra cosa es lo que el guión les hace decir y hacer, en lo que luego entraré, y que no es tan positivo.

El Ascenso de Skywalker ofrece un mensaje positivo que también me gustó y me pareció inesperado y casi lo único original de la película, y es que aunque las personas a veces podamos pensar que estamos solos en el universo, hay otra gente como nosotros que comparte nuestra lucha. Esto se refleja en el diálogo entre Finn y Jannah en Endor, lo único genuinamente emocionante y original, cuando Finn descubre que él no fue el único desertor de la Primera Orden, más gente se reveló frente al mal, y si todos nos unimos, el mal puede ser derrotado. Este mensaje hacia la «mayoría silenciosa» mostrando que aunque el mal nos quiere asustados y solos somos más y juntos somos fuertes, me pareció muy chulo e interesante.

Y hasta aquí llega lo bueno a partir de ahora voy a empezar por todo lo malo que no me gustó, también libre de spoilers. Toca repetir que esto es una crítica a la película a partir de mis gustos, en ningún caso quiero que parezca que los que no opinéis como yo estáis equivocados. Para gustos colores, y este es el mío.

J.J. Abrams junto al guionista Chris Terrio (Batman v Superman) ejemplifican a la perfección el mal cine comercial. El mal cine en general. Creen que haciendo que pasen muchas cosas y haciendo saltar a los personajes de una localización a otra, de una sorpresa a otra sin un momento de respiro, los espectadores nos veremos arrastrados en esta vorágine y olvidaremos (o nos dará igual) si lo que estamos viendo tiene sentido o es una tontería tras otra ridícula. Y obviamente no es el caso.

Esta filosofía narrativa de «todo vale» alcanza nuevas cotas de ridiculez y absurdez en El Ascenso de Skywalker, y creo que indica que Abrams y Terrio no respetan al espectador, creen que somos tontos y nos vamos a tragar cualquier cosa si el envoltorio es bonito. Quizá hace 10 o 15 años esto fuera cierto (yo realmente no lo creo, pero bueno), pero lo que sí que está claro es que el espectador de 2019 es mucho más sofisticado e inteligente de lo que ellos creen.

Terrio ganó el Óscar al Mejor Guión Adaptado por Argo. Y tras este premio por una película «sería» se pasó al género de superhéroes primero y la ciencia ficción después en Star Wars. Y sinceramente parece que cree que son géneros menores en los que todo vale y da igual lo que muestren. Y es al revés, justo porque es ciencia ficción, debes respetar las reglas que tú mismo plantees o todo se cae en pedazos.

Por ejemplo, el guión de Abrams y Terrio establece una cuenta atrás de ¡16 horas! para crear una mal entendida sensación de urgencia, para a continuación lanzar a los héroes a una búsqueda de un tesoro por la galaxia imposible que se salta esto. Podían haber dicho 5 días, ¿por qué no? Y existiría la misma sensación de urgencia, pero no, debe ser algo inminente para ser más peligroso, más grande… Pero desde luego, no mejor y creíble. Y por esa obsesión del «más grande, más peligro, más amenaza», se provocan momentos ridículos sobre todo en el tramo final.

Y como eso todo. Cada salto de escena, cada transición está construida a partir de una tontería o una locura, da igual como hacer que los personajes vayan de A a B y luego a C. Hasta el punto que Abrams consiguió que desconectara y nada me llegara. Hay en este sentido numerosos momentos emocionales con varios personajes destinados a tocarnos la fibra sensible que fracasan al estar construidos a partir de ridiculeces, como por ejemplo el clímax emocional de Kylo, que si escribiera lo que pasa en pantalla no saldríais de vuestro asombro y bochorno, al estar nivel del vergonzoso «Martha» de BvS. Y mejor no comentar la identidad de espía infiltrado en la Primera Orden que proporciona información a los rebeldes, porque si entro en ello absurdo y tomadura de pelo será lo más bonito que se ocurriría.

Pero ya no es solo que para Abrams y Terrio todo vale, es que su guión está malísimamente escrito, plagado de diálogos expositivos tontos y repetitivos como si los espectadores fuéramos bebés que necesitamos que nos expliquen lo mismo dos o tres veces porque no lo captamos a la primera. Además, cuando tienen incluso que verbalizar lo que debemos sentir en cada escena en lugar de confiar que la escena nos lo muestre, eso significa que ni ellos mismos confían en su propia capacidad narrativa.

Comentaba que las interacciones de los protagonista molan, pero también es cierto que Abrams hace que Rey esté sola en numerosas escenas claves. Y esto resta, no suma, teniendo en cuenta que Daisy Ridley es buena actriz, pero no tan buena.

Junto a esto, no puedo evitar comentar que la inesperada muerte de Carrie Fisher alteró sin duda la historia. Abrams trabajó para insertar las pocas frases sin usar de Los Últimos Jedi para colocar al personaje con calzador en unas pocas escenas que se ven forzadas y postizas. Y la forma que plantean se despedida es también un WTF! de libro que, a esas alturas de película, ya no consigue el impacto emocional que buscaban conseguir.

Además, hubo dos momentos en que no me pude creer que Abrams haya vuelto a copiar escenas icónicas de la Star Wars original, mostrando una vez más si cabe que Abrams es un «reciclador» no un creador de nuevas historias. Qué mal.

Para empeorarlo todo, El Ascenso de Skywalker es una moción de censura a todo lo que construyó Rian Johnson en Los Últimos días. Aunque no me gustó nada el Episodio VIII, Johnson planteaba elementos interesantes, aunque muy mal ejecutados, para que Star Wars dejara de ser la historia de la familia Skywalker. En ese sentido, la sorpresa de que Rey «no era nadie» podía mover a la franquicia galáctica por nuevos caminos inexplorados, al igual que la filosofía de Kylo de matar lo viejo para que los jóvenes creen su propio camino. Ya no. J.J. Abrams desmonta todo lo construido por Johnson, que a su vez desmontó tonterías de Abrams como el personaje de Snoke, de forma que esta última trilogía pierde todo sentido de cohesión, al ser cada película una enmienda a la totalidad de la anterior.

Y hablando de Los últimos Jedi, aunque como digo no me gustó, visualmente es de largo la mejor película de toda la serie, con momentazos increíbles que todos recordamos como la destrucción del Destructor espacial, la pelea de sables laser en la sala roja o el batalla final en el desierto de sal. Abrams no es Johnson, es un director mediocre en lo visual que vuelve a ofrecer una película plana sin momentos memorables, obcecado con sus tics como las luces estroboscópicas que nos deslumbran una y otra vez sin ningún sentido narrativo más allá de ¿qué parezca todo más dinámico? No, lo que consigues es confusión. Visualmente, El Ascenso de Skywalker es también una decepción, más si cabe teniendo en cuenta la obra previa.

Disney y Lucasfilm han vendido que este Episodio IX es el final de la historia, pero incluso en esto no da un final satisfactorio, porque de hecho deja una cantidad tan grande de elementos abiertos que se demuestra que ha sido una estrategia de marketing vacía que no se corresponde con la realidad. Claramente, Lucasfilm ha intentado copiar el final de Vengadores Endgame, modélico a la hora de cerrar un capítulo dejando un mundo abierto para nuevas historias, pero hasta en eso fracasan.

Me da mucha pena que no me haya gustado esta película. A pesar de la decepción de Los Últimos Jedi, fui deseando pasar un buen rato y ni eso consiguió hacer J.J. Abrams. Y más pena me da pensar que El Ascenso de Skywalker va a ser un taquillazo porque la gente vamos a ir en masa a ver la nueva película de Star Wars precisamente por ser Star Wars, de forma que el mensaje que todo vale se va a ver reflejado en la taquilla, el dato que realmente cuenta para los estudios.

No me extraña que tras este episodio IX Lucasfilm haya paralizado nuevas películas, porque primero y principal deben conseguir que Star Wars vuelva a ser especial, cosa que ahora mismo ha dejado de ser y que no creo que vayan a recuperar. Si Disney fuera coherente, debería despedir a Kathleen Kennedy de su puesto de jefa de Lucasfilm por su decepcionante apartado cinematográfico. Obviamente eso no va a pasar, ya que Star Wars realmente es una de las franquicias más rentables económicamente no solo en cine, sino además en los parques de atracciones, las series de televisión, el merchandising, etc…

En mi caso, hace ya tiempo que me perdieron como fan que compraba, veía o consumía todo lo que me ofrecían, ya fuera libros, cómics, merchandising, etc. Tras este decepcionante El Ascenso de Skywalker probablemente me hayan perdido incluso como consumidor ocasional en el cine.

Comparto el trailer de la película:

Star Wars El ascenso de Skywalker es un triste final a este mundo que iluminó durante años mis sueños y construyó mi yo fan de la ciencia ficción. Star Wars ya no son películas de visionado obligado. Unas las veré, otras no, y no pasará nada. Qué pena.

PUNTUACIÓN TERRIBLE

 

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¡Saludos a todos!

 

 

Crítica de Westworld temporada 2 (HBO)

Westworld , la serie de la HBO creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy a partir de la película de Michael Crichton de 1973,  fue una de las mejores series de 2016. Tenía muchísimas ganas volver a disfrutar de esta serie, pero lamento decir que esta segunda temporada no ha estado al mismo nivel.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

La web de HBO España describe Westworld como una ambiciosa serie de ficción repleta de imaginación que eleva el concepto de las aventuras y las emociones fuertes a un nuevo nivel de peligrosidad. En el futurista parque temático conocido como Westworld, un grupo de androides-servidores se desvían de las secuencias programadas meticulosamente por los informáticos y adoptan un comportamiento anormal. Con un reparto espectacular encabezado por Anthony Hopkins, Ed Harris, Evan Rachel Wood, James Marsden, Thandie Newton y Jeffrey Wright, Westworld está basada en la película de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton (Parque jurásico), y ha sido creada para la televisión por los productores ejecutivos Jonathan Nolan (Interstellar, El caballero oscuro) y Lisa Joy (Criando malvas, Último aviso).

Tras la revuelta de los androides al final de la primera temporada, en esta segunda el Caos toma el control. Dolores (Evan Rachel Wood) prosigue su revolución contra los humanos, mientras Maeve (Thandie Newton) intenta recuperar a su hija de una vida anterior. Mientras, William (Ed Harris) el único humano dentro del parque que parece saber lo que el parque es en realidad, intentará desentrañar los secretos del doctor Robert Ford (Anthony Hopkins), el diseñador de Westworld.

Y en medio de todo este conflico, ¿qué le pasa a Bernard (Jeffrey Wright )? ¿Porqué parece estar viviendo dos vidas diferentes a la vez? Tal vez es que su mente está sufriendo un deterioro y no puede controlarla. O quizá es que sucesos ocultos hasta ahora estén luchando por salir a la luz.

Si no viste la primera temporada de Westworld, te recomiendo que dejes de leer ahora mismo, ya que aunque voy a intentar no spoilear nada importante, es inevitable hablar de lo sucedido al final de la temporada anterior. ¡Estáis advertidos!!

Empezando con lo que me ha gustado de esta temporada, Westworld vuelve a destacar en todo lo relativo a los aspectos técnicos: la fotografía, el diseño de producción y los efectos especiales tienen una calidad cinematográfica. Además, el casting al completo está entre los más acertados del panorama televisivo, así como la música. Y diría que la temporada va de más a menos, siendo los últimos tres o cuatro episodios los mejores de esta tanda.

Sin embargo, Westworld ha perdido en esta segunda temporada el equilibrio entre historia y estilo, apostándolo todo a atraparnos con su elegante estética y lo intrincado de su puesta en escena. Y lamento decir que en mi caso solo han conseguido provocar confusión e incluso aburrimiento mientras visionaba la parte central de la serie. Cuando te quedas dormido viendo un capítulo, es que no ha conseguido captar tu atención adecuadamente. Un día puede ser que sea culpa mía. Si pasa dos días seguidos, el problema probablemente sea que la serie no ha conseguido hacer click.

La narración fragmentada de la primera temporada para mí estuvo muy bien y fue parte de lo positivo y sorprendente de la serie. Además de conocer paso a paso cómo Dolores y Maeve consiguen despertar y adquieren consciencia, descubrimos el papel de los personajes humanos en la historia, en especial el Doctor Ford, su ayudante Bernard y el Hombre de Negro. Globalmente, la complejidad de la narración creaba un puzzle que deseabas que se completara. Y aunque no tenías todos los detalles, fue genial la sorpresa de conocer que William Delos (Jimmi Simpson) y El hombre de negro (Ed Harris) son la misma persona, sí estaba claro que estábamos viendo sucesos que ocurrían en el parque en dos momentos temporales diferentes. Con el añadido que la violencia y sexo explícitos eran un puñetazo al espectador para que  se entendiera la tortura que los humanos causaban a los robots y como su levantamiento estaba más que justificado.

Sin embargo, en la segunda temporada la complejidad narrativa y la fragmentación temporal no consiguen enganchar, más bien al contrario, causa confusión y desconexión. Por un lado, en esta segunda temporada seguimos desde el principio a Bernard en dos momentos temporales: Justo a continuación del final de la primera temporada en la que la muerte del Doctor Ford a manos de Dolores inicia la revolución, y en otro momento posterior en que despierta en una playa a la que llegan las fuerzas de seguridad de Westworld para intentar acabar con la rebelión de los robots. La gran duda es ¿cuánto tiempo ha pasado entre una acción y la otra? ¿Estamos hablando de horas, días o meses?

Una de las principales sorpresas de la primera temporada fue que además del despertar de Dolores y Maeve, descubrimos como Bernard era también un robot creado a partir de los recuerdos del Doctor Arnold Weber, socio del Doctor Ford, que pensaba que era humano y que era tan complejo que nadie le había detectado.

La sorpresa de esta segunda temporada, que voy a evitar spoilear, queda sepultada en medio de un montón de idas y venidas de todos los personajes por Westworld y por los laboratorios humanos, sumado todo ello a la propia narración fragmentada hacen que no entiendas por qué un personaje ha pasado de un sitio a otro, y más importante, sin hacer que la trama avance.

Un ejemplo de esto es el personaje de Maeve. Al final de la primera temporada decide quedarse en Westworld para encontrar a su hija. Pues la resolución a su arco queda totalmente anticlimática y decepcionante, con el añadido que durante varios episodios la vemos en otra parte del parque ambientado en el Japón feudal. Visualmente, esta parte está super chula, pero mientras la veía me quedaba la sensación de que esto es puro relleno que no aporta nada al arco del personaje, más allá de ver que en Japón un robot igual que ella luchaba como ella por mantener a su hija a su lado. Algo muy bonito pero vacío de contenido.

Igual que Dolores, que tras iniciar una revolución en Westworld al final de la primera temporada, en esta segunda sigue buscando venganza contra los humanos con todos los medios a su disposición. Fin. Es cierto que conocemos más detalles de su pasado y su futuro, pero ella como personaje no la vi evolucionar para nada.

La primera temporada buscaba que el espectador empatizara con los robots y aceptara que pueden ser «humano» aunque tus recuerdos no sean reales. La orgía de violencia y sexo inicial estaba justificada para entender la tortura que los humanos infringen día a día a los robots en el parque. Sin embargo, toda la violencia de la segunda temporada es vacía porque no aporta nada a los temas principales de la serie, hasta el punto de convertir en risibles la segunda o tercera vez que los robots invaden los laboratorios matando a personal de seguridad. Y es que esta temporada nos muestra como el parque realmente era un banco de pruebas avanzado oculto para la mayoría de personal. Así, los robots buscan ser humanos, los humanos buscan cómo disfrutar de atributos de los robots como la inmortalidad.

Además, aunque los 4 últimos episodios son los mejores de la temporada, se pasan tres pueblos por el exceso de giros finales en el último episodio, algunos con muy poco sentido más allá del «shock-value» que busca provocar en el espectador. Agradezco la intención de que esta temporada sea un «game-changer» que lo cambie todo de cara a la tercera temporada, pero algunas inconsistencias han hecho que este final abierto me parezca un buen final para la historia del parque Westworld, ya que no me quedaron demasiadas ganas de continuar con esta serie.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Globalmente, esta segunda temporada me ha parecido bastante peor que la primera, más confusa y confiando en que los numerosos giros finales dejen a la audiencia con ganas de más. En mi caso creo que han pinchado en hueso, aunque sí creo que este es un buen final para la historia. Recomendable para fans de ciencia-ficción y de obras de narrativa enrevesada.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

 

Westworld, la rebelión de las máquinas

La primera temporada de Westworld ha sembrado las semillas de lo que puede convertirse en una de las mejores series de la televisión de los últimos años. Westworld es una serie de ciencia ficción de la HBO basada en la película de Michael Crichton de 1973 y que ha sido creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy.

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La cadena HBO siempre ha sido sinónimo de calidad. Pero ante el próximo final de Juego de Tronos y tras sufrir algunos reveses en algunas series estrenadas este año, empezaba a cundir la sensación de que la cadena estaba perdiendo empuje ante el auge de Netflix y otras cadenas. Gracias a Westworld, los fans de la HBO pueden estar tranquilos.

La serie cuenta como productores ejecutivos, además de los mencionados Jonathan Nolan y Lisa Joy, con J.J. Abrams y Bryan Burk. Y mi lado comiquero no puede evitar destacar el hecho que Ed Brubaker, el excelente creador de series como The Fade Out, Velvet o Criminal en Image Comics, ha formado parte del equipo de escritores de esta serie.

Westworld es el nombre de un parque temático ambientado en el Far-West creado en un futuro indeterminado al que va la gente para vivir experiencias únicas y sin limitaciones. En Westworld no hay nada prohibido para los visitantes en lo relativo al sexo o la violencia, y las únicas limitaciones las marca su imaginación.

El parque emplea robots con una increíble programación que hace que sea muy difícil distinguirlos de los seres humanos, a los que se les dota de personalidades a modo de personajes de una película, para que los visitantes humanos puedan embarcarse en diferentes aventuras. Estos robots tienen una directriz principal, no pueden dañar a ninguna persona, y son controlados por un equipo humano dirigido por el creador del parque, el doctor Robert Frost (el gran Anthony Hopkins), que se encargan de reparar a los robots dañados y a retirar a los que funcionen defectuosamente.

El conflicto surgirá cuando el ayudante del doctor Ford, el doctor Bernard Lowe (Jeffrey Wright), jefe de la División de Programación de Westworld, empiece a detectar que algunos robots están mostrando signos de una consciencia superior a la marcada por su programación. ¿Es un mal funcionamiento o el comienzo de algo mayor?

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El gran acierto de esta serie respecto a la película original es la forma en que le dan la vuelta completamente al concepto creado por Michael Crichton.

En la película de los años setenta los visitantes del parque (que por cierto tenía 3 zonas, Roma clásica, Edad Media y Far-West),  tienen que sufrir a unos robots asesinos descontrolados encarnados por Yul Brynner, que hace una perfecta interpretación de un Terminator una década antes de que se estrenara el clásico de James Cameron. Por tanto, los buenos son los humanos que intentan escapar del parque y los malos son los robots, no hay matices ni dudas a este respecto.

En la serie de televisión nada es tan sencillo. De hecho, hay un intento muy claro de situar a los robots como los «buenos» que son explotados, masacrados y violados continuamente por los visitantes humanos, y tienen que repetir esta tortura una y otra vez debido a la programación del doctor Ford. Aunque quizá las cosas no sean tan claras como podriamos pensar en un primer momento.

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La serie triunfa gracias al excelente reparto, que hacen creíbles a todos los personajes, en especial a los robots, y que consiguen que te preocupen más por ellos que por los «malvados» humanos.

Evan Rachel Wood es Dolores Abernathy, la típica hija del granjero que empieza a recordar elementos de una vida que no entiende.

James Marsden es Teddy Flood, un pistolero de oscuro pasado que está enamorado de Dolores, pero que nunca consigue acabar con ella porque tiene una misión que cumplir.

Thandie Newton es Maeve Millay, la inteligente señora del burdel del pueblo, que empezará a sentir que algo no va bien en su mundo.

Rodrigo Santoro como Héctor Escato, un forajido líder de una banda que planea robar la caja fuerte del burdel del pueblo.

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Por el lado de los humanos, Anthony Hopkins lo borda como el doctor Ford. Cada frase suya, cada mirada y movimiento corporal te hipnotiza, incluso cuando tiene que recitar numerosos diálogos expositivos que nos permitan conocer los detalles del parque. Y sus misterios y sus planes ocultos son solo suyos.

Muy buena también la actuación de Jeffey Wright como el doctor Bernard Lowe, la mano derecha de Ford. Aunque lleva años trabajando con él, está empezando a ver situaciones que no comprende y que le hacen cuestionarse su lealtad.

Sidse Babett Knudsen es Theresa Cullen, la jefa de operaciones de Westworld que intenta que los intereses de los dueños y accionistas del parque estén seguros y no sean amenazados por las locas ideas de Ford. Un papel muy interesante, ya que pone de relieve la existencia de una lucha de poder y por el control del parque.

Luke Hemsworth es Ashley Stubbs, el jefe de la seguridad de Westworld, encargado de controlar que las interacciones entre los humanos y los robots sea totalmente segura,  y encargado de retirar los robots defectuosos.

En la parte de los visitantes al parque, tenemos a Ben Barnes como Logan, un huésped veterano que es un mujeriego y hedonista y que vuelve al parque a acompañar a su futuro cuñado William (Jimmi Simpson) en su primera visita al parque. William caerá prendado de la belleza de Dolores y la acompañará en una búsqueda sin un objetivo claro.

Y por supuesto, el gran Ed Harris interpreta al misterioso Hombre de Negro, un sádico huesped que ha visitado el parque en innumerables ocasiones y que busca el Laberinto, el corazón del parque, para descubrir los misterios que allí se ocultan.

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Westworld es una serie compleja que hace preguntas que hemos visto recientemente en películas como Ex Machina. ¿Qué es lo que nos convierte en seres humanos? Si los humanos aprendemos de nuestras vivencias y estas marcan nuestra personalidad, ¿no podría ser igual para los seres mecánicos?

Además, la forma como los visitantes tratan (y maltratan) a los robots sirve también de metáfora del estado actual de nuestra sociedad, obsesionada por el sexo y la violencia, con unos ciudadanos cada vez más alejados unos de otros, marcados por un individualismo que solo piensa en si mismo y en sus deseos.

Además, hay muchos misterios que irán saliendo a la luz a medida que avance la serie que nos harán replantearnos todo lo que hasta ese momento nos habían contado. En ese aspecto, esta primera temporada está planteada como una serie de misterio que hay que descubrir. Y aunque muchas tramas si quedan abiertas al final de la temporada, sí hay una correcta sensación de cierre de un capítulo de la historia.

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Técnicamente, la serie es impecable. La fotografía, efectos especiales, edición, etc… están perfectamente integrados y son un elemento más al servicio de la historia. Se nota que la HBO ha puesto toda la carne en el asador para que Westworld se convierta en la serie franquicia de la cadena, porque el feeling es 100% cinematográfico.

Destaco también el tema principal de la serie compuesto por Ramin Djawadi, que creo que se convertirá en un himno televisivo como el de Juego de Tronos. Una canción pegadiza pero que trasmite un feeling desasosegador y casi perturbado, como de que algo no funciona bien a pesar de su perfección técnica, que es como quizá deben sentirse los seres robóticos dentro del parque.

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Quizá el mayor problema de la serie es que requiere del espectador de cierta paciencia en los primeros episodios. Además de presentar el mundo de Westworld y sus personajes, humanos y robots, deja intuir que hay varios misterios ocultos, pero sin llegar a centrarse en ninguno de ellos en concreto. Por eso, tras ver los primeros 4-5 episodios puede crearse cierta sensación para el espectador de no tener muy claro qué nos están contando o hacia donde se dirige la serie. Aunque esto se remedia sin duda en la segunda mitad de la serie.

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Otra gran duda es el propio concepto de la serie. Los múltiples personajes y tramas hacen que la narración sea muy compleja y exigente para el espectador, con misterios dentro de enigmas y personajes a los que conocemos en diferentes momentos temporales. Esto hizo que el estreno de la serie se retrasó en varias ocasiones para ajustar y rehacer todo el storyline, de forma que todas las piezas encajaran satisfactoriamente.

La segunda temporada no se estrenará hasta 2018 para que Nolan y Joy tengan tiempo suficiente para escribir todos los episodios antes del inicio de la fase de rodaje. Esto contrasta con el sistema habitual de escritura para televisión, mediante el cual el Showrunner tiene la idea completa de la serie, lo que pasa en cada capítulo y hacia donde dirige, pero cada episodio se va escribiendo y rodando sobre la marcha, lo que permite que la historia pueda moverse a terrenos que a lo mejor no estaban inicialmente previstos. Esto no es posible en Westworld por motivos obvios.

Además, previo al estreno de la serie, leí una entrevista a Nolan en la que decía que la historia estaba planteada para que abarcara 4 ó 5 temporadas. Hay muchas opciones de expandir el mundo de Westorld, sin ir más lejos con la posibilidad de otros parques como en la película de Crichton, pero ¿el despertar de la consciencia robótica no podría contarse en menos episodios? ¿Sabrán mantener nuestra atención durante tanto tiempo? O tal vez la caída por el agujero de conejo abrirá paso a un nuevo statu-quo que ni imaginamos a estas alturas de la historia.

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Comparto a continuación el trailer de esta serie, aunque, como siempre, casi te sugeriría que no lo vieras para que la serie te sorprenda.

La primera temporada de Westworld ha terminado con un cliffhanger monumental que nos ha dejado con muchas ganas de más. La serie es perfecta para los amantes a la ciencia-ficción y a las historias de intriga y misterios ocultos, pero también para todos aquellos que sigan una serie de televisión por los personajes y su evolución. Sin duda, una serie totalmente recomendable.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

11.22.63 – Es peligroso jugar contra el tiempo

11.22.63 es una interesante serie de televisión basada en una novela de Stephen King en la que un profesor de instituto viajará al pasado para intentar evitar el asesinado de Kennedy, y que quiero recomendar esta semana.

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La serie de 9 episodios está disponible en el canal Fox y en Movistar Series y ha sido producida por el propio Stephen King y por J.J. Abrams, con desarrollo a cargo de Bridget Carpenter.

James Franco es el protagonista, interpretando al profesor de instituto de Maine Jake Epping, al que su amigo Al Templeton (Chris Cooper), dueño de un restaurante local le descubre que hay un agujero de gusano en el trastero de su bar que permite viajar en el tiempo hasta Octubre de 1960.

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Al ha atravesado varias veces el agujero de gusano viajando al pasado con la intención de evitar el asesinato de Kennedy en 1963. Pero el agujero de gusano tiene unas normas claras. El viaje en el tiempo siempre se realiza al mismo momento de 1960 en Maine, por lo que si realizas varios viajes, el último resetea cualquier cambio que hubieras realizado o cualquier suceso que hubieras vivido previamente en el pasado, al devolver todo al momento inicial antes de tu llegada al pasado.

Además, Al le reconoce a Jake que a pesar de haber viajado varias veces, nunca consiguió cambiar el pasado de forma significativa, ya que cuando intentaba hacerlo el Tiempo provocaba algún suceso aparentemente casual que se lo impedía.

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Y por si fuera poco, Al le encomienda esta misión a Jake porque se encuentra en una fase terminal de un cáncer que cree ha contraído como represalia a haber viajado repetidamente al pasado para intentar cambiarlo.

Jake acepta la misión, y para llevarla a cabo tendrá que vivir 3 años en el pasado y desplazarse de Maine a Dallas para intentar evitar el magnicidio. Para ello, tendrá que entrar en contacto con Lee Harvey Oswald para saber si él es realmente el asesino, y es su caso detenerle sea como sea.

Pero tres años son mucho tiempo, y la vida puede ponerse también en su contra, al conocer a Sadie Dunhill, interpretada por la actriz  Sarah Gadon, una bibliotecaria del instituto donde da clases con un oscuro pasado al que tendrá que enfrentarse.

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Se nota que esta serie está producida por Stephen King ya que transmite perfectamente su historia y el feeling de las películas de los 60 con un toque sobrenatural.

James Franco realiza una correcta interpretación, aunque su sonrisa profident se me hizo un poco pesada y creo que no llega a transmitir todo el carisma que debería. La que sí me ha sorprendido muy positivamente es Sarah Gadon, la actriz protagonista, que no solo hace un buen trabajo sino que su belleza atemporal me ha cautivado.

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La serie plantea además interesantes cuestiones morales como si realmente el protagonista debe cambiar el pasado aunque pueda y busque mejorar las vidas truncadas tras la muerte de Kennedy. Aunque por supuesto, el Tiempo no dejará que jueguen con él así como así.

Aprovecho para compartir con vosotros el trailer de esta serie:

22.11.3 es una serie que merece la pena que veas y que te recomiendo.

Puntuación: 7/10