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Crítica de Void Rivals 19-24 de Robert Kirkman y Conor Hughes (Image Comics)

Void Rivals de Robert Kirkman ha estrenado nuevo dibujante en el cuarto volumen que comprende los números 19-24, Conor Hughes. Un dibujante brillante que nos ha hecho olvidar a Lorenzo de Felici.

PUNTUACIÓN: 8/10

¿COMPLETARÁN SOLILA Y DARAK SUS MISIONES?

Después de todo lo que han hecho juntos, ahora Solila y Darak están solos. ¿Podrán encontrar el camino de vuelta el uno al otro? Mientras tanto, los secretos de Skuxxoid se revelan… justo a tiempo para que el infame Wreck-Gar y los Junkions lleguen al Anillo Sagrado. El revolucionario equipo formado por Robert Kirkman (The Walking Dead, Invincible) y Conor Hughes (White Ash) continúa su aclamada serie explorando los rincones más inesperados del universo Energon.

Una de las cosas que más me gustan de Robert Kirkman es la forma que tiene de romper las expectativas manteniendo a la vez la lógica de las dinámicas que ha planteado. Un ejemplo perfecto es el número 19 con el que se inicia este cuarto volumen en el que conocemos la sorprendente historia de Skuxxoid, el secundario de esta serie que durante muchos números no estaba claro por qué Kirkman estaba dando tanta importancia en la serie. Aparte que ¿No estaba muerto? La historia de Skuxxoid y la forma en que Kirkman ha conseguido convertirle en uno de los personajes favoritos de esta serie es un ejemplo maravilloso de la magia que Kirkman ofrece en cada grapa. Aparte de servir para que los lectores descubramos que la galaxia está poblada por muchos más que los humanos y los robots de Cybertron.

En la parte principal, el final del tercer arco de Void Rivals nos dejó con el cliffhanger del posible enfrentamiento entre Darak y Solila, aparentemente situados de nuevo en bandos opuestos. Sin embargo, cuando llega el momento de combatir, lo que plantea Kirkman es lógico y coherente, con personajes que creen que tienen razón, pero pueden estar equivocados. La forma en que Kirkman ha llevado la trama de Goliant, el ser atrapado en el agujero negro que rodea el anillo donde viven los Zertonios y los Agorrianos, y como el objetivo de Zerta Trion es despertarle ahora para poder matarle mientras está débil, me parece super acertado.

Este arco vuelve a tener un montón de acción pero también sucesos que alteran el mundo para siempre. Empezando por el descubrimiento de los Quintessons del anillo donde está prisionero Goliant, lo que nos llevará al siguiente arco, «The Quintesson War», cuyo título no deja lugar a la duda. La forma en que Kirkman empezó una historia que parecía pequeña inspirada en la película Enemigo mío, y ha ido ampliando el universo y las amenazas a las que Darak y Solila tendrán que enfrentarse, me parece brillante.

Cuando un comic pierde al creador que le dio la personalidad gráfica, siempre sufre. Sin embargo Kirkman en su faceta editor ha encontrado oro con Conor Hughes, el nuevo dibujante de la serie. Hughes añade una expresividad a los protagonistas que me gusta mucho, y su fluidez narrativa en las escenas de acción son también un acierto total. Junto al color de Patricio Delpeche, me parece que es la primera vez en muchos años que un artista de reemplazo me gusta casi más que el creador de la serie. Esto dice mucho y todo muy bueno de la calidad que Hughes ha traído a la colección. Aunque Hughes no va a dibujar The Quintesson War, me gusta que Kirkman ya haya anunciado que Hughes volverá a dibujar a partir del número 31, lo que significa que va a dar margen de sobra para que pueda ofrecer su mejor trabajo mientras esté trabajando en Void Rivals. Esta forma de proceder me parece perfecta, ya me gustaría que Marvel planteara algo así para sus colecciones regulares.

Para Kirkman no existen los fill-ins. Todos los números son importantes. Da gusto leer un comic a ritmo mensual cuando el escritor tiene muy claro la obligación de ofrecer un entretenimiento satisfactorio TODOS los meses que te hagan querer volver a por más el mes siguiente. Y Void Rivals es eso y mucho más. El final de este arco nos sitúa en el comienzo de la Quintesson War en el número 25, que será el quinto y apasionante arco de la serie. Una serie que no deja de reinventarse y crecer con cada arco. Y creo a Kirkman cuando comenta en las páginas finales que por él estaría escribiendo Void Rivals durante muchos años, sin un final a la vista a corto plazo. Cuando lees un comic tan bueno, esa noticia me parece una pasada.

Comparto las primeras páginas del número 20 USA:

Void Rivals está siendo uno de los comics más sorprendentes y entretenidos que estoy leyendo en la actualidad. ¡Y el futuro pinta aún mejor!

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Ice Cream Man vol. 11 de W. Maxwell Prince y Martín Morazzo (Image Comics)

Ya tenemos cuatro nuevas historias en Ice Cream Man, el indescriptible comic del escritor W. Maxwell Prince, el artista Martín Morazzo y Chris O´Halloran en el color. Como siempre, una experiencia única en el mainstream americano.

PUNTUACIÓN: 8/10

¿Qué es exactamente el «terror»? Me temo que aquí no encontrarás las respuestas. (Espera… ¿ME TEMO? ¡No, qué va! Aunque… hay cuatro historias más del Ice Cream Man en este undécimo volumen… y esas cosas siempre me dejan un poco ATORMENTADO, por así decirlo. Quizás SÍ que tengo miedo. Quiero decir, hay una historia de espías de Graham Greene con un espantoso monstruo bovino; una historia de una casa encantada llena de microfichas; una entrada especial con estrellas que incluye historias de una página de escritores como GRANT MORRISON, PATTON OSWALT, MATT FRACTION, KELLY SUE DECONNICK y muchos más. Ah, y no me olvido: ¡la evaluación del rendimiento de Craig! ¡Uf! ¿Sabes qué? Retiro lo dicho: estoy totalmente, inequívocamente horrorizado. Y sí, tal vez no sé exactamente lo que eso significa, pero mira los pelos de mis brazos… ¡están erizados! ¡Disfrútalo!

Este volumen 11 recopila ICE CREAM MAN #40-44 USA.

W. Maxwell Prince escribe en Brooklyn y vive con su esposa, su hija y dos gatos llamados Mischief y Mayhem. Es autor de ONE WEEK IN THE LIBRARY (Image), The Electric Sublime (IDW) y Judas: The Last Days (ibíd.). Cuando no está escribiendo, intenta plasmar toda la experiencia humana en forma de gráficos.

El artista argentino Martín Morazzo hizo su gran debut en los cómics estadounidenses con la saga de ciencia ficción ambiental de 2012, Great Pacific, la primera serie de Image Comics que co-creó con Joe Harris. Desde entonces, Martín ha co-creado Snowfall, una epopeya de ciencia ficción, nuevamente con Joe Harris e Image Comics, y la elegante serie de aventuras criminales, The Electric Sublime, con el escritor W. Maxwell Prince en IDW Publishing. Ice Cream Man, su nueva colaboración con W. Maxwell Prince, está siendo publicada por Image Comics. She Could Fly, una miniserie con el escritor Christopher Cantwell, co-creador y showrunner de Halt and Catch Fire de AMC, y la editora Karen Berger, también está siendo publicada por Berger Books, una editorial de Dark Horse Comics.

Ice Cream Man es un tortazo de nihilismo y desesperanza para los lectores que estamos enganchados a esta antología de historias indescriptibles que nos muestran lo peor de la sociedad y las pesadillas que acosan a la gente corriente. Uno de las mejores cosas que tiene este comic es su capacidad de sorprender con cada historia. Aunque el tono y el drama existencial predomina en las historias de W. Maxwell Prince, en realidad cada historia es super diferente entre si.

Por ejemplo, en el número 41 tenemos la versión de W.M. Prince de las historias de espías tipo James Bond. Y en muchos aspectos, es como si David Cronenberg hiciera una película de Bond, porque la historia no tiene demasiado sentido. Por cierto, no me ha resultado inesperado que en medio de un nuevo drama existencial Prince presenta una visión idealizada de La Habana. Para sorpresa de nadie, la capital de la Cuba comunista es un lugar maravilloso que lucha por la malvada influencia de los Estados Unidos. Con todo, la locura de este comic me ha resultado super entretenida. Dentro del elemento hililista del conjunto, claro.

El número 42 es otra declaración de intenciones por parte de de W.M. Prince. Horror House plantea «quizá deberiamos hablar de lo que DE VERDAD asusta». Prince plantea una historia que realmente no deje lugar a la duda sobre su posicionamiento político. Y el caso es que creo que no había ninguna duda que el escritor se encuentra a la izquierda del partido demócrata. Algo que no me supone ningún problema, dado que lo importante es la calidad de su trabajo artístico, que me gusta mucho. Pero resulta llamativo que haya leído una historia que plantea que lo que cuente un comic como este nuna puede ser aterrador cuando en el mundo real el cambio climático va a destruir el planeta y Trump es presidente de los Estados Unidos. Planteamientos apoyados por recortes de periódicos reales con noticias publicadas en los USA.

Y digo que es llamativo porque hace apenas unos días salió la noticia que Bill Gates rechaza la visión apocalíptica del Cambio Climático que se ha extendido (en gran parte gracias a él) durante la última década de forma errónea. El mundo NO se va a destruir en este siglo, y sería bueno que el foco cambiara a mejorar la vida de la gente que vivimos ahora. En lugar de buscar convertirnos a todos más pobres para de alguna manera «proteger el planeta». Y conectando esta noticia con Ice Cream Man, tenía claro que W.M. Prince es uno de esos activistas de izquierda que viven asustados por todo pensando que su vida va a acabar porque la civilización occidental está condenada a desaparecer.

Con todo, este número 42 me parece una historia bien planteada y resuelta, con múltiples sorpresas a lo largo de sus 20 páginas. Me ha gustado bastante, la verdad.

El número 43 USA es otro de los regalos narrativos que Ice Cream Man ofrece a sus lectores cada poco tiempo. En el volumen 10 tuvimos la histórica «Descompresión de un accidente» en dos partes. Este número se titula «Historias de terror de una página» y deja claro lo que vamos a encontrarnos. Aparte de W. Maxwell Prince en el guion de algunas páginas y que Martín Morazzo dibuja la mayoría de páginas, Ice Cream Man ha invitado a GRANT MORRISON, PATTON OSWALT, GEOFF JOHNS, KELLY SUE DeCONNICK, JEFF LEMIRE, MATT FRACTION, ZOE THOROGOOD, DENIZ CAMP Y CARLO BARBIERI para que plantean pequeñas historias de terror. Incluso el rotulista Good Old Neon escribe una página de la historia que no necesita dibujos.

Y lo cierto es que estos guionistas invitados ayudan a que el comic tenga historias muy llamativa que ayudan a añadir un sabor especial para un comic que no deja de ofrecer historias sorprendentes y super llamativas.

Por último, el número 44 nos muestra una «Evaluación del rendimiento» en una gran empresa. Otro comic excelente que resalta el sinsentido que existe en las grandes empresas, con normas absurdas y una burocracia que anula al ser humano. Esta comic es un ejemplo perfecto del tipo de historias deprimentes, nihilistas y sin esperanza en los que los personajes muestran lo peor de la condición humana en medio de una sociedad que solo busca su autodestrucción. A pesar de lo que acabo de decir, en realidad tengo que decir que este número me ha gustado mucho.

El dibujo de Martín Morazzo y Chris O´Halloran me parece que está tan acertados como siempre. Nadie como ellos transmiten el drama existencial de estas historias y a unos personajes perdidos, sin esperanza y desamparados ante unos elementos que parece que juegan con ellos. Las expresiones faciales y corporales adquieren una cualidad casi kafkianas en estas páginas, complementando perfectamente a las historias de Prince. Y por si fuera poco, Morazzo se sale en cada uno de los desafíos narrativos que le sugiera el guionista, o tal vez es él el que le sugiere ideas visuales que luego desarrollan hasta tener clara la historia, lo veo como una posibilidad. Pero ya sea una u otra opción, la verdad es que acaban formando una dupla perfecta para el tipo de historias que se plantean en esta antología.

Hay que ir con cuidado con Ice Cream Man y dejar varios meses entre un volumen y el siguiente. O de lo contrario, la sobredosis de desesperanza puede provocarnos una crisis nerviosa o algo peor. Hecha la broma, la verdad es que este comic me da algo que no leo en ningún otro sitio, justificando de sobra su compra. Si buscas comics con historias diferentes, Ice Cream Man sin duda lo es. Eso si, prepárate a leer este comic con el estado mental adecuado.

PUNTUACIÓN:8/10

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Crítica de Invincible Universe: Battle Beast 1-6 de Robert Kirkman y Ryan Ottley (Image Comics)

El primer arco de Invincible Universe: Battle Beast de Robert Kirkman, Ryan Ottley y Annalisa Leoni me ha parecido fantástico. ¡Qué alegría volver en los comics al mundo de Invencible!

PUNTUACIÓN: 8.5/10

ESTRENO DE LA SERIE ¡LA MEJOR NUEVA SERIE (NO DEL TODO) DE SUPERHÉROES DEL UNIVERSO!

Maldito con una sed insaciable de violencia, BATTLE BEAST busca por todo el universo al único guerrero más poderoso que él… y una muerte gloriosa, su única recompensa. Pero incluso en un universo de poderosos Viltrumitas como Invencible y Omni-Man, parece que nadie podrá detener al guerrero más mortífero de la galaxia… a menos que haga lo impensable.

Las superestrellas ROBERT KIRKMAN y RYAN OTTLEY presentan la historia de INVINCIBLE más demandada de todos los tiempos, revelando la historia secreta de Battle Beast, que es perfecta tanto para los fans de toda la vida (¡sin spoilers!) como para los nuevos lectores.

Hace unos meses reseñé el primer número de esta nueva colección Invincible Universe: Battle Beast de Robert Kirkman, Ryan Ottley y Annalisa Leoni. Ahora que ya he podido leer el primer arco completo de la colección, las sensaciones no pueden ser más positivas.

Amo a Robert Kirkman y a Ryan Ottley por lo que me regalaron con el comic de Invincible, como ellos decían «el mejor comic de superhéroes de la Galaxia». Y ver su regreso a este universo me ha parecido una pasada. Si, tengo claro que en parte seguro que esta colección ha nacido a partir del éxito de la serie de animación de Invincible estrenada en Prime Video. Pero eso no creo que sea algo negativo en absoluto, dado que Kirkman y Ottley se están dando a si mismo de más historias que utilizar en la serie de animación, si así lo deciden.

Lo que está claro es que la jugada les ha salido bien, porque Kirkman ha comentado en la página del correo que este comic es el más exitoso de toda su carrera. Desde un punto de vista comercial, me parece flipante la forma en que el sello Skybound de Kirkman está acumulando éxito tras éxito de ventas en sus últimos lanzamientos. Me alegro un montón, porque flipo por la capacidad de Kirkman (y Skybound) de publicar comics que me interesen y me flipen, siendo siempre un dinero bien empleado.

Dentro que Battle Beast no es ciencia nuclear compleja, me ha sorprendido la forma en que Kirkman plantea esta historia protagonizada por uno de los personajes secundarios más atípicos del comic de Invencible.

Battle Beast en realidad es Thokk, un guerrero del planeta Dornn consumido por la ira, que abandonó su planeta antes de destruirlo y busca enemigos lo bastante fuertes para enfrentarse a ellos. Y con suerte, capaces de matarle, dado que está cansado y sólo concibe la muerte como la única forma de acabar con la maldición que sufre. Y es una maldición, dado que vive cada momento de su vida intentando frenar esa ira que le lleva a desear destruir a cualquier ser vivo que se cruce en su camino. Lo que parecía un Super-Sayan ha adquirido una nueva dimensión cuando descubrimos el drama que sufre.

Los diálogos de Thokk con la I.A. de la nave de la que se ha apropiado para sus viajes, y que quiere ver muerto a Battle Beast por matar a sus anteriores dueños, me parecen geniales. También me gustan los secundarios que está presentando, empezando con el Príncipe Salaka, heredero del Imperio Fantanian, que pedirá a Thokk que no le coma (importante, primera prioridad), y si eso luego le ayude a destruir a Juggernaut, una monstruo super poderosa que se ha apoderado del planeta de Salaka y se está a punto de extinguir su raza.

Dicho esto, que quede claro que esto no es un comic que analiza las complejidades del trauma o de la enfermedad mental, es un comic que plantea una excusa que permita a Ryan Ottley dibujar ostias como panes mientras seres más grandes que la vida se enfrentan en combates super gores y sangrientos. Y en eso, Ottley es el mejor.

Battle Beast es un despliegue visual alucinante. Ottley dibuja como nunca, y se nota que Kirkman le ha dado lo que a él más le apetecia dibujar. El factor de entretenimiento de Battle Beast se sale sale de la escala, y creo que Ottley tiene claro lo que sus fans queremos ver en un comic dibujado por él. El comic tiene varios momentos hiper violentos, para los que el color de Annalisa Leoni ayuda a plantear el tono perfecto que necesitaba este tipo de historia.

Colossus y su hermana Juggernaut de Emsiu sin duda son enemigos a la altura de Thokk (se me hace raro llamarle así y no Battle Beast). La fluidez narrativa que Ottley plantea en este comic es otro de sus puntos fuertes. Y que hace que el comic se lea en un suspiro. La historia de Kirkman es correcta, pero se agradece ver a un guionista que sabe cuando echarse a un lado para que su socio dibujante se luzca. Ya lo hico con Skinbreaker junto a David Finch y ahora vuelve a hacerlo con Ottley.

Desde luego, debe ser genial ser Kirkman ahora mismo y ver el grupo de artistas super estrella con los que está trabajando ahora mismo. Pero eso es éxito y mérito propio al 100%. Y es algo que nace del convencimiento que lo más importante de un comic siembre es el dibujo, que es lo que tiene que plasmar la historia en la página impresa. Llevamos tanto tiempo a dibujantes sin personalidad, secundarios e intercambiables en Marvel, que es un placer leer comics como este Battle Beast que demuestra ser todo lo contrario.

Fruto de este compromiso por ofrecer el mejor comic posible, Kirkman ha anunciado que el comic se toma un descanso con el final de este primer volumen. Un primer volumen sólo desde el punto de vista de su recopilación en tomo, porque la historia ha quedado completamente abierta. Ottley necesitaba un descanso, o tenía otros encargos, de forma que Invincible Universe: Battle Beast no volverá hasta marzo de 2026. Y me parece perfecto que se tomen el descanso que necesiten para seguir ofreciendo el nivel de calidad que han mostrado hasta ahora. Un descanso que en todo caso es de unos pocos meses, no hablamos de los años que Brian K. Vaughan y Fiona Staples se tomaron en Saga. 5 meses no son nada.

Por cierto, si el comic arrancó con la continuación de una escena que leímos hace años en Invincible, la guinda del pastel ha estado con el final del sexto número, en el que el imperio Viltrumita se ha fijado en el planeta Fantanian donde actualmente se encuentra Battle Beast peleando contra Juggernaut. Lo que anticipa la posible aparición de los villanos de Invencible deja el comic en un momento apasionante.

Aunque ya lo he dicho, me flipa la forma en que Kirkman y sus colaboradores crean comics que parecen escritos para mi y que me flipan en todos los aspectos. No se si es por tener una edad similar, aunque comparto la edad con muchos guionistas y no escriben sobre cosas que me interesen. Sea por el motivo que sea, lo importante es que Kirkman se encuentra en un momento de plenitud creativo alucinante. Y encima, va y se rodea de Ottley, David Finch o Dan Mora, entre otros. Manteniendo este nivel, Skybound tiene en mi a un comprador encantado de gastarme mi dinero en sus productos.

Comparto las primeras páginas del primer número:

Invincible Universe: Battle Beast ha sido una pasada. Ganazas de que llegue marzo para que Kirkman y Ottley continúen la historia.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de G.I. Joe 321 de Larry Hama y Chris Mooneyham (Image Comics)

¿Otro número silencioso? Aprovechando que se cumplen 300 números de la publicación del primer número silencioso de G.I. Joe, Skybound ha planteado un nuevo comic sin diálogos para el número 321 de la colección. Un comic creado por Larry Hama, Chris Mooneyham y Francesco Segala.

PUNTUACIÓN: 8/10

¡UN NÚMERO TOTALMENTE NUEVO Y SILENCIOSO!

Larry Hama y Chris Mooneyham presentan el número que ningún fan de G.I. Joe puede perderse, en el que Snake-Eyes y Dawn deben defender The Pit de un ataque inesperado.

Siguiendo los pasos del innovador «Silent Interlude» del número 21, esta entrega especial recupera el formato sin diálogos que cambió la historia del cómic. En esta ocasión, Snake Eyes y Dawn Moreno deben defender The Pit en solitario después de que un arma sónica haya inutilizado a sus compañeros de equipo.

Skybound igual se ha pasado un poco con la celebración del mítico G.I. Joe 21 de 1984. Hace nada publicaron 5 comics especiales a lo que sumaron la reimpresión del G.I. Joe 21, por lo que podría decirse con razón que publicar ahora otro comic de estas características es exprimir un poco de más el concepto. Pero en realidad Larry Hama, el guionista de ese comic mítico, no había escrito ninguno de esos especiales, por lo que tiene todo el sentido que le apeteciera repetir el experimento narrativo.

Dentro de ser una historia sencilla y directa, me gusta mucho que Hama se invente una idea que justifique la naturaleza silenciosa del comic, que es un ataque sónico contra los Joes del que sólo Ojos de Serpiente y Dawn Moreno están a salvo, al estar realizando prácticas de tiro y se habían puesto protecciones en los oídos. Este detalle puede parecer una chorrada, pero en realidad me gusta ya que plantea una situación que no vimos en los otros comics. Hama plantea una aventura rápida en la que Ojos de Serpiente y Dawn molan mil, contra unos enemigos que sorprenden a los Joes y podrían acabar con ellos. La sensación de tensión y amenaza me parece genial, como también la forma como Hama plantea el climax final.

El grueso del trabajo obviamente lo tiene el dibujante Chris Mooneyham, que vuelve a la colección para este arco. El dibujo me gusta mucho, a lo que sumamos el color de Francesco Segala, que transmite la amenaza del ataque sónico que sufren los Joes. A continuación tenéis las primeras páginas del comic, que destacan por su notable narrativa sin necesidad de bocadillos explicativos. Estamos ante un buen comic sin lugar a dudas.

Los comics de G.I. Joe no son comics sesudos, siempre han tenido presente su cualidad de entretenimiento ligero y escapista. Me gusta mucho que no se avergüence de ello mientras sabe el tipo de entretenimiento que buscamos sus lectores, ofreciendo siempre lo que necesitamos. Todo bien en este comic, no le puedo poner ni un pero.

Comparto las primeras páginas del comic:

Me ha gustado mucho este nuevo comic silencioso de G.I. Joe.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Bug Wars vol. 1 de Jason Aaron y Mahmud Asrar (Image Comics)

Bug Wars de Jason Aaron, Mahmud Asrar y el color de Matthew Wilson es un fantástico comic de aventuras que me ha devuelto a las historias un poco locas y maravillosas de los años 80.

PUNTUACIÓN: 9/10

Cariño he encogido a los niños se encuentra con Conan el Bárbaro en esta épica historia de un niño de Alabama que de repente se pierde en un mundo cruel más allá de su imaginación, un mundo de ejércitos de hormigas saqueadoras, brujas araña que lanzan hechizos y bárbaros que montan escarabajos.

La antigua casa Slaymaker; los vecinos susurran sobre ella. Los niños se retan entre sí a pisar su césped cubierto de maleza. Los exterminadores se niegan a visitarla y se estremecen al pensar en los monstruos de múltiples extremidades que pueden habitar en su tierra. Para Slade Slaymaker y su hermano Sydney, es el último vestigio de su padre, un entomólogo dedicado que fue devorado por las mismas criaturas a las que dedicó su vida a comprender. Slade, demasiado joven para recordar su muerte, continúa su legado con su propio amor por todo lo relacionado con los insectos. Sydney, lo suficientemente mayor como para recordar la espantosa escena, desprecia y busca aniquilar cualquier insecto que ve.

Cuando las obsesiones opuestas de estos dos hermanos chocan, Slade se ve reducido al tamaño de sus diminutos sujetos y se ve envuelto en una brutal guerra de insectos, una lucha devastadora que decidirá el destino de su familia y, tal vez, revelará los secretos que se esconden tras la espantosa muerte de su padre.

Del equipo superestrella formado por el guionista JASON AARON (Southern Bastards, Teenage Mutant Ninja Turtles, Absolute Superman) y el dibujante MAHMUD ASRAR (Conan el Bárbaro, X-Men, Batman VS Robin) llega BUG WARS: BOOK ONE, que recopila los números 1-6 de la nueva y extensa epopeya de fantasía oscura.

Bug Wars tiene un inequívoco sabor ochentero. La propia premisa de «Cariño, he encogido a los niños se encuentra con Conan el bárbaro» claramente ayuda a establecer este marco temporal, que luego el comic de Jason Aaron, Mahmud Asrar y Matthew Wilson se encarga de confirmar. Y aparte de lo guay que es el comic, este feeling es sin duda una parte importante del éxito de este comic.

Los comics y películas de los 80 con los que crecí estaban llenas de grandes aventuras que partían en muchos casos de premisas o situaciones muy locas que los creadores abrazaban sin ningún complejo para ofrecer al lector / espectador un entretenimiento de primer orden. Pienso en hacer una película de moñecos (Gremlins) que fuera a la vez un cuento navideño, una historia juvenil y una película de terror que marcó a una generación de niños.

En el entretenimiento reciente hay una tendencia muy creciente de productores avergonzados del material de base que adaptan, desmereciéndolo con comentarios sobre que «no es realista» como si la realidad tuviera algo que ver en la fantasía y en la ciencia ficción. Fruto de esos complejos, las películas de X-Men en Fox hicieron llevar a los héroes trajes de cuero negro que ahogaban la personalidad de los personajes. Y de igual forma, Zack Snyder planteó sus películas con personajes de DC desde un punto de vista «más adulto / más serio». Se entiende que porque lo que se había hecho hasta entonces no era lo bantantes adulto para Snyder.

Por suerte, Jason Aaron y Mahmud Asrar no tienen estos complejos ridículos y abrazan la locura de los años 80 (y en general de la fantasía épica) para crear un comic muy loco que es al mismo tiempo una aventura extraordinaria. Jason Aaron comenta que en su niñez vivía en una casa rural con un patio al lado de un bosque muy similar al de la familia Slaymaker, los protagonistas de este comics. Pensando en que Jason Aaron tiene casi la misma edad que yo, supongo que las aventuras que imaginó en ese patio se inspiraron más en el clásico de la ciencia ficción El increíble hombre menguante (Jack Arnold, 1957) que en Cariño, he encogido a los niños (Joe Johnston, 1989). Pero ya sea por una película o por otra, o por las dos, la aventura de Bug Wars me ha parecido increíble.

El guion de Jason Aaron me parece un éxito absoluto. Aaron plantea un mundo en el que la magia hace que el adolescente Slade Slaymaker vea su tamaño reducido al de una hormiga, descubriendo en su patio un ecosistema de reinos de insectos (y arácnidos) que luchan unos contra otros como si estuviéramos en medio de Juego de Tronos. Un mundo de reinos enfrentados que tuvo algo que ver con la muerte violenta de su padre, un entomólogo amante de los insectos. Una muerte que fue super traumática para la familia, sobre todo para el hermano mayor de Slade, Sydney, que descubrió el cuerpo descuartizado. Y que ahora odia a todos los insectos y aspira a exterminarlos.

Bug Wars conecta de forma increíble el descubrimiento del mundo de los bichos con el mundo real de los gigantes humanos. Como siempre, Aaron hace un trabajo brillante en lo referido a la caracterización de los personajes, consiguiendo que conectemos con el protagonista y la carrera contra el reloj que tiene ante si para salvar a su familia. Este primer arco de Bug Wars es una historia completa cerrada que resulta super satisfactoria. Y a la vez plantea tantas situaciones que claramente ha estado pensada como worldbuilding de todo lo que está por venir. Pero ante todo, Aaron se centra en dar al lector el mejor entretenimiento AHORA, no plantear solo promesas de futuro, como por ejemplo le pasa a Jonathan Hickman.

Aunque hay muchos bichos con su forma real, el mundo de Bug Wars plantea la existencia de muchos insectos, escarabajos, arañas, hormigas, etc… antropomórficas, amplificando la idea de mundo mágico fantástico que tampoco hay que tomárselo demasiado en serio. Junto a una historia planteada desde la caracterización y unas excelentes escenas de acción, Aaron plantea una espectacularidad creciente que estalla en un climax final con una épica que mira de tu a tu a El Señor de los Anillos. Estamos ante un comic de 10.

Si la historia de Aaron es de 10, el apartado artístico formado por el dibujante Mahmud Asrar y el colorista Matthew Wilson no le van a la zaga. Asrar y Aaron coincidieron en los últimos comics de Conan The Barbarian de Marvel, y claramente su colaboración fue super satisfactoria para ambos, porque les ha llevado a este Bug Wars.

Si a Asrar le gusta la espada y brujería y la fantasía épica, con Bug Wars ha tenido la oportunidad de hacer su mejor obra, con el plus de ser una obra de creación propia. Aaron parte de una idea muy loca inspirada en su niñez, pero es Asrar el que crea este ecosistema de reinos enfrentados, y sus páginas son increíbles. Una parte del éxito está también en el fantástico trabajo de creación de los personajes, haciendo que sean super reconocibles e icónicos. Al final de la reseña tenéis varias páginas de preview, y en ella podéis alucinar con la increíble narrativa de Asrar y con su atractiva estructura de página que amplifica la escala y la emoción de la historia. Asrar y Wilson en el color me parece que están increíbles.

Aunque el concepto parte de una idea infantil, me gusta mucho que este mundo está realizado por adultos para adultos, de forma que hay muchísima violencia extrema que Asrar no se arruga a la hora de representar en la página. Además, el pudor no es algo que exista para los insectos, por lo que tiene sentido que veamos a seres sin ropa y en las celebraciones las copulaciones se realicen en medio del grupo. Si este comic fuera infantil podría provocarme algún reparo, pero al estar enfocado para lectores adultos me parece que son ideas lógicas que funcionan en el contexto en el que están.

En cada grapa USA Aaron añadía al cómic unas páginas sacadas del diario del padre entomólogo de Slade, en las que enumera y explica las principales características de los diferentes tipos de insectos que pueblan el mágico patio de su casa de campo. Estos textos me parecen una manera muy chula de ampliar la información para el lector, evitando que Aaron tuviera que colocar pegotes expositivos en su comic, que está centrado en la parte de la aventura.

Normalmente siempre pienso en cosas positivas y negativas de cada comic que reseño. Pero en realidad Bug Wars me ha parecido un comic cojonudo con un final super épico y satisfactorio. Menudo comicazo. El único pero que le puedo poner a este comic es que la premisa puede ser vista como una «chorrada infantil» por una parte del público, y provoque que no le quieran dar la oportunidad a un comic que me parece sobresaliente. Obviamente, para leer y disfrutar de este comic tienes que quitarte los complejos y los prejuicios, y abrazar la locura que Aaron y Asrar nos plantean. Si lo haces, te prometo que el disfrute va a ser absoluto.

Comparto las primeras páginas del comic:

Bug Wars es un comic fantástico. Ganazas de que Aaron y Asrar continúen la historia en 2026.

PUNTUACIÓN: 9/10

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