¡Feliz Domingo! Si una noticia ha marcado la actualidad de las redes sociales de la pasada semana, esa fue la confirmación de que Disney+ había decidido cancelar de la serie de Star Wars The Acolyte apenas un mes después de emitirse su primera temporada. Hoy quiero comentar mis impresiones sobre la noticia, y sobre todo sobre los problemas que Lucasfilm está sufriendo bajo el liderazgo de Kathleen Kennedy.
The Acolyte es una serie de televisión de Star Wars desarrollada por Leslye Headland para Disney+. Además de ser la ayudante de Harvey Weistein en sus tiempos en Miramax, Headland fue la co-creadora de la estupenda serie de Netflix Russian Doll junto a Natasha Lyonne y Amy Poehler. Headland escribió, produjo y dirigió la serie, que tiene lugar un siglo antes de los acontecimientos de Star Wars: Episodio I La amenaza fantasma, y se centra en la aparición de los poderes del lado oscuro en los últimos días de la Era de la Alta República.
Deadline dió la exclusiva el pasado lunes 19 de Agosto. Disney había decidido NO continuar produciendo la costosa serie The Acolyte, que se estima contó con un destacadísimo presupuesto superior a los 180 millones de dólares. Teniendo en cuenta que su creadora pudiendo hacer una historia con inicio y final,aunque dejando elementos abiertos, eligió hacer una temporada que dejaba abiertas la mayoría de cuestiones, esta cancelación (o igual el término más correcto seria «no renovación») significa que los fans de esta serie se quedarían sin saber como termina la historia.
En la noticia de Deadline se indica que «La noticia no es del todo sorprendente. The Acolyte fue bien recibida por la crítica, con un 78% en Rotten Tomatoes (tampoco es que ese dato sea especialmente bueno), pero dividió a los fans de Star Wars, lo que se reflejó en su audiencia general. Impulsada por el interés en la franquicia espacial, The Acolyte tuvo un buen comienzo cuando se estrenó el 4 de junio con dos episodios, generando 4,8 millones de visitas en su primer día en el streamer para situarse como el mayor estreno de series en Disney+ este año. La cifra ascendió a 11,1 millones de visitas en todo el mundo tras cinco días de emisión. Corroborando los datos de Disney, la serie debutó en el Top 10 de originales de Nielsen en su semana de estreno en el nº 7 (488 millones de minutos vistos), subiendo al nº 6 la semana siguiente. Pero El Acólito no pudo mantener el impulso, cayendo del Top 10 en la Semana 3 y manteniéndose fuera antes de volver al Nº 10 tras el estreno del final (335M minutos, se cree que es el más bajo para un final de serie de Star Wars).»
Deadline hace una pequeña trampa, porque aunque el dato de que The Acolyte tuvo el mejor arranque de una serie en Disney+ puede ser cierto, 2024 ha sido un año muy flojo en lo que a estrenos se refiere. The Acolyte fue la única serie de Star Wars en imagen real estrenada este año. A esto hay que sumar que Marvel Studios únicamente ha estrenado la flojísima Echo. Si The Acolyte consiguió ese dato fue más por falta de oponentes en la parrilla de Disney+ que por la calidad de la serie en si, más allá del reclamo de la marca Star Wars. Por cierto, comentar que en USA, Shōgun se estrenó en HULU, por lo que no entra en las cifras de Disney+.
Hace unos días comentaba en mi artículo aniversario de los 11 años que llevo escribiendo este blog que en lo relativo a televisión, 2024 será el año que dejé de ser público cautivo de Disney al no renovar mi suscripción a Disney+. La última mala racha de Marvel Studios en televisión y la falta de estrenos interesantes provocó que me diera de baja. Cuando llegó el momento del estreno de The Acolyte, no me daba buenas sensaciones, por lo que decidí no suscribirme para verla como sí hice para ver Shōgun. Preferí esperarme a leer críticas no fanatizadas para plantearme si verla o no. Y menos mal.
En todo caso, comentarios de Leslye Headland sobre que quería dar una nueva visión a los Jedi y los Sith, de forma que igual los Sith no eran tan malos e igual estuvieron oprimidos por los poderosos Jedi y los poderes de la República, me indicaron que esta serie probablemente no iba a ser para mi. Por tanto, no puedo opinar sobre la serie en si, dado que no la he visto. Sin embargo, si comentar que conceptos como este deberían hacer sido una red-flag clarísima que indicaba que igual Headland no era la persona indicada para hacer una serie de Star Wars. Y puedo aceptar la premisa de Andor (y en parte Rogue One) que nos muestra que no todos en la rebelión fueron seres de luz pura y se cometieron actos de sabotaje y asesinato contra el Imperio. Porque la premisa sigue teniendo a un mal claro (el imperio) y los buenos (la rebelión, con todos los matices que se le quiera poner). Pero lo que pretendía, como concepto, The Acolyte es otra cosa. Algo con lo que es muy difícil que yo pueda conectar.
Sobre la cancelación, lo primero que hay que comentar es que no es debido a que The Acolyte fuera «mala» (ni buena tampoco). Disney ha cancelado la serie porque muy poca gente terminó de verla y al tratarse de una serie de presupuesto alto, necesita audiencias millonarias que justifiquen su renovación. Y este es un matiz importante. Los fans de Star Wars SI probaron a ver esta serie, como refleja el dato de audiencia de Deadline. Lo que pasa es que a una gran mayoría de espectadores no les gustó lo que vieron y la dejaron a mitad. De alguna manera, este dato objetivo recuerda lo que pasó el año pasado con la terrible serie de Willow, una serie horripilante que no había por donde cogerla y que también fue cancelada tras una única temporada. De hecho, los desastres de Willow e Invasión Secreta provocaron que ya no vaya a ver ninguna serie de televisión simplemente por la marca del estudio que la produzca, ya sea Marvel Studios, Lucasfilm o quien sea. Si una serie pinta mala, no la veré, aún a costa de que alguien pueda pensar que soy un «mal fan». (Obviamente, esto me trae sin cuidado).
La (mala) experiencia de Willow provocó que durante la emisión de The Acolyte viera muchísimas similitudes con la reacción de los creadores y actores/actrices de la serie ante las críticas. A pesar de haber críticas razonadas que se centraban en aspectos de trama, diálogos, actuaciones y evolución de personajes, la showrunner Headland y algunas actrices metían todos los comentarios críticos en una campaña orquestada por «machistas, racistas y tóxicos». Como digo, esto ya lo viví en Willow y la serie era realmente mala bajo todos los puntos de vista «objetivos». Y claro que existen los fans tóxicos que vierten odio en las redes sociales. Odio que no comparto en absoluto. Pero esto no pueden servir de cortina de humo que oculte los numerosos problemas de una producción repleta de elementos cuestionables, a poco que te pones a leer opiniones no fanatizadas.
Decía antes que no puedo decir que The Acolyte sea una buena o mala serie. Pero si creo que es lógico pensar que todos los espectadores que la dejaron a mitad si creen que la serie es mala. Desde luego, no lo bastante buena como para seguir viéndola. Y me vuela la cabeza comprobar la forma lamentable en que Kathleen Kennedy ha quemado todo el crédito que tenía la mayor franquicia del entretenimiento como es Star Wars.
Leyendo entrevistas previas a Leslye Headland compruebo que su principal interés era reforzar lo feminista y «variada» que era su serie en lo relativo a su casting, premisa y elementos destacados. Olvidando que lo principal es si The Acolyte ¡es entretenida! Y obviando por supuesto todo intento de agradar a los fans de Star Wars. Como ha pasado en el mundo del comic mainstream americano, en el que llevamos años viendo cómo las editoriales, buscando captar a un nuevo lector «variado», se han dedicado a atacar a los clientes compradores que con su dinero mantuvieron vivas a Marvel Comics y DC. Simplemente por decir que los comics actuales no son buenos. Y el resultado no ha sido bueno para las cuentas de resultados de estas editoriales, sufriendo unas ventas lamentables en los últimos años.
Hay una falacia que se ha extendido en las redes sociales, en muchos casos ayudada por la propia Disney, que quiere criminalizar a los fans de Star Wars como «tóxicos». Y por supuesto que habrán fans tóxicos dentro del fandom de Star Wars, claro que si. Como en cualquier afición. Pero el fan de Star Wars siempre aceptó las historias con personajes variados, de hecho si Star Wars es la franquicia multimillonaria que es, es precisamente a ese fandom que mantuvo viva a la franquicia comprando los libros, comics y muñecos incluso cuando no habían nuevas películas. Lo que esos fans de Star Wars queremos son historias heroicas del bien luchando contra el mal. No es tan complicado. En cuanto me quieren colar revisiones históricas que quieran vender la idea que igual los Jedis eran malos y los Sith son un pequeño grupo de personas variadas oprimidas por el stablishment, está claro que la historia que quieres contar no es de Star Wars, es otra cosa. Disney debería preguntarse qué han hecho mal para haber perdido a miles y miles de espectadores que tenían hasta hace unos pocos años, en lugar de criminalizar a sus consumidores cuando expresar una opinión crítica hacia algunos de sus productos.
El fan de Star Wars vería y compraría encantado una buena serie de Star Wars. Pero parece obvio que ya estamos escarmentados y no todo vale. Sin embargo, la estrategia de Disney tras esta debacle no es el «mea culpa» sino seguir insultando a sus consumidores potenciales. Apuesto que el plan les va a salir bien.
Dentro de la locura que envuelve esta cancelación, en las horas siguientes al anuncio surgieron las voces en twitter lamentándose que Disney debería haber dado luz verde a la segunda temporada de The Acolyte para que tuviera tiempo de «encontrar a su público». Si, has oído bien. Una serie de la principal franquicia del entretenimiento a nivel mundial necesita «tiempo» para encontrar a su público. Sería para echarse a reir si no fuera tan ridículo. Aunque en realidad queda claro que una parte del problema es que no buscan al fan de Star Wars, sino a otro tipo de público. Para sorpresa de nadie, ese público no existe y a tus clientes actuales les han echado a base de malas series. Recordando por ejemplo la penosa Obi-Wan Kenobi.
Y en realidad no es tan difícil. Bastaría con intentar una historia que primero y ante todo sea entretenida, justo el standard que planteó The Mandalorian, y que no aspire a tratar temas «importantes» que conecten con la actualidad política americana. Que no intente reescribir nada porque la lucha del bien contra el mal ya es una historia que merece ser contada, preferentemente protagonizada por nuevos personajes que brillen por ellos mismos y no por pertenecer sus actores, guionistas y directores a colectivos «oprimidos». Creadores que quieran hacer una buena historia de Star Wars y no un fan-fiction que les muestre a ellos como protagonistas de una historia que hable de sus «mi&#€s».
Sin embargo, parece que Disney y Lucasfilm han quemado todo el crédito que tenía Star Wars y se encuentra en un momento de pánico en el que no saben qué hacer. Solo bajo ese prisma de pánico se explica la decisión de transformar su serie más exitosa, The Mandalorian, en una película que exprima su popularidad en el cine. The Mandalorian & Grogu será la próxima película de la franquicia con una fecha de estreno de Mayo de 2026, 7 años después del desastroso Episodio IX estrenado en 2019. La sensación es que están lanzando ideas y a profesionales a voleo para ver si algo conecta con el público, cosa que parece que aún no han conseguido.
Y mientras Lucasfilm fracasa a lo grande, parece que lo que puede tener éxito son las pequeñas historias. Como en su momento planteó Jon Favreau en the Mandalorian, y justo lo que parece que es Skeleton Crew, la próxima serie de Star Wars creada por Jon Watts (director de la última Trilogía de Spider-Man) cuyo trailer transmitía el feeling perfecto de una aventura adolescente con reminiscencias a los Goonies. Algo que puede ser una idea genial. ¿Podría volver a pasar que mientras los jefes de Lucasfilm la cagan a lo grande llegue una serie «pequeña» a rescatar a la franquicia? Yo sería el primero en alegrarme.
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