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Crítica de Tierra de mafiosos temporada 1 (SkyShowtime)

Tener a Tom Hardy, Pierce Brosnan y Helen Mirren en una serie de mafiosos británicos es algo demasiado bueno como para dejarlo pasar. Hoy analizo la primera temporada de Tierra de mafiosos (Mob Land) disponible en SkyShowtime.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El poder está en juego cuando los Harrigans y los Stevensons, dos familias del crimen londinense enfrentadas, chocan en una batalla a vida o muerte que amenaza con derribar imperios y arruinar vidas. Atrapado en el fuego cruzado se encuentra Harry Da Souza, un «arreglador» callejero tan peligroso como apuesto, que sabe muy bien dónde están las lealtades cuando chocan fuerzas opuestas. Cuando el reino se enfrenta al reino, las líneas se cruzan y la única salvación es una garantía de vida o muerte: la familia por encima de todo.

MobLand ha sido creada por Ronald Bennet, un novelista y guionista irlandés. Guy Ritchie es productor ejecutivo de la serie y ha dirigido los dos primeros episodios de esta temporada de 10 capítulos. El resto de directores de la serie han sido Anthony Byrne (4 episodios), Daniel Syrkin (2) y Lawrence Gough (2).  Bennett ha escrito toda la temporada junto a Jez Butterworth. Destacar que la serie ha sido confirmada para una segunda temporada.

En el reparto encontramos a Tom Hardy como Harry Da Souza, un intermediario de la infame familia criminal Harrigan, Pierce Brosnan como Conrad Harrigan, patriarca de la familia Harrigan. Helen Mirren como Maeve Harrigan, matriarca de la familia Harrigan, Paddy Considine como Kevin Harrigan, el segundo hijo de Conrad y Maeve. Joanne Froggatt como Jan Da Souza, la esposa de Harry y madre de Gina, Lara Pulver como Isabella «Bella» Harrigan, la esposa de Kevin y madre de Eddie, Anson Boon como Eddie Harrigan, el hijo rebelde de Kevin e Isabella.

Mandeep Dhillon como Seraphina Harrigan, hija de Conrad, hijastra de Maeve y hermanastra de Kevin y Brendan, Daniel Betts como Brendan Harrigan, hijo mayor de Conrad y Maeve, Geoff Bell como Richie Stevenson, el líder de la banda Stevenson del sur de Londres, Janet McTeer como Kat McAllister, una agente de un cártel internacional relacionada con Harry, Jasmine Jobson como Zosia, una amiga y estrecha colaboradora de Harry, Jordi Mollà como Jaime López, el líder de un cártel mexicano implicado en la producción de fentanilo, Toby Jones como Colin Tattersall, un detective retirado encargado de acabar con los Harrigan, completan el reparto.

El concepto de Mob Land no es especialmente original, al seguir los pasos de un arreglador de una familia criminal (Tom Hardy) que tiene que enfrentarse a los problemas habituales y otros imprevistos provocados por sus cada vez más irracionales jefes, el patriarca Conrad Harrigan (Brosnan) y sobre todo la loca de su mujer, Maeve (Mirren).

La familia Harrigan es una familia rota por los manejos y excesos de Conrad y Maeve, que llevan décadas dejando marcados a todos a su alrededor, empezando por sus hijos y por supuesto sus nueras y nietos. Puestos en la balanza de personajes ostiables que merecen la muerte, Conrad y Maeve se llevan la palma. Y junto a ellos tenemos a Harry de Souza (Hardy) que es el remanso de lógica unido a una actitud de mirar de cara a los problemas para poder solucionarlos. Al mundo criminal de los Harrigan se une su difícil relación con su mujer Jan, que lleva décadas beneficiándose de los negocios criminales de su marido pero la molesta estar en segundo plano, al tener las prioridad las necesidades de los Harrigan.

Creo que todos los actores realizan un trabajo estupendo, empezando con los protagonistas Hardy, Brosnan y Mirren. Creo que los dos últimos se lo han tenido que pasar cañón con unos personajes que son super over-the-top. En realidad, si tengo que comentar algo menos bueno de una series que sabes lo que es desde el minuto uno, sería que en muchos momentos estamos ante el clásico «gente tonta haciendo tonterías» para justificar los numerosos giros de la temporada.

Como entretenimiento criminal creo que Tierra de mafiosos cumple más que de sobra lo que se espera de ella. Son 10 episodios llenos de giros, sorpresas, macarradas y traiciones. Desde ese punto de vista todo bien. En realidad, tras ver Gangs of London y ahora Mob Land, creo que me estoy cansando un poco de ver estas historias de gente mala haciendo cosas terribles. Algo en lo que Mob Land no tiene ninguna culpa, dado que es super honesta en el tipo de entretenimiento que va a ofrecer. En este caso soy yo al 100%. Pero tengo que cambiar de temática. Por suerte, tengo Poker face, Alien: Planeta Tierra y en breve una temporada de Sólo asesinatos en el edificio. a ve si así me voy limpiando la cabeza.

Volviendo a Mob Land, en realidad ver a Tom Hardy tomar el control de la serie y convertirse (una vez más) en el puto amo me encanta. Su conexión con Harry, el segundo hijo de Conrad y Maeve interpretado por Paddy Considine me parece genial, así como la complicada relación con Jan y su hija Gina, que añaden la dimensión humana que le sienta genial a la serie.

Si a eso unimos la aparición de la policía, que no está claro que quiera acabar con los mafiosos, y de la familia Steve son, la otra familia criminal de Londres, que sufre las locuras de la familia Harrigan, tenemos un cocktail explosivo que nos lleva de forma perfecta hasta el explosivo clímax final. Un final que rompe el status-quo y nos deja en un momento apasionante de cara a la segunda temporada.

Estoy empezando a cansarme de este tipo de series criminales, pero en realidad no es un problema de Mob Land, porque la serie tiene claro qué tipo de entretenimiento quiere ofrecer y lo hace de forma modélica.

Comparto el trailer de esta serie:

Tierra de mafiosos es una buena serie criminal, pero me estoy empezando a cansar de ver a gente mala haciendo cosas malas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Havoc de Gareth Evans (Netflix)

La nueva película del director de The raid debería ser reclamo más que suficiente para que todo fan del cine de acción se lanzara a ver Havoc, la película de Gareth Evans protagonizada por Tom Hardy, que acaba de estrenarse en Netflix.

PUNTUACIÓN: 8/10

Tras un robo de drogas, un policía lucha contra el submundo criminal de una ciudad corrupta para intentar localizar al hijo de un político.

Gareth Evans (Gales, 1980) es uno de los grandes nombres del cine de acción del siglo XXI gracias a The raid (2011) y The raid 2 (2014). También es conocido por haber co-creado, co-escrito, co-dirigido y producido la serie de televisión Gangs of London. Havoc ha tenido un nacimiento algo traumático, porque Evans llegó a un acuerdo con Netflix para que le produjera esta película a comienzos de 2021, rodándose durante ese año. Los retrasos debidos a problemas de agenda de algunos de los protagonistas para rodar unos reshoots , la huelga de guionistas y actores y otros problemas provocaron que la película no se haya estrenado hasta abril de 2025. Pero ya es una realidad.

Evans es guionista de Havoc además de productor y director. Aunque Evans está acreditado como único guionista, Scott Frank y John Lee Hancock recibieron créditos por material literario adicional. La película tiene una ajustadísima duración de 95 minutos y fue rodada en Gales, donde actualmente reside Evans. La película cuenta con fotografía de Matt Flannery, montaje de Sara Jones y Matt Platts-Mills, y música de Aria Prayogi. Aunque no está confirmado, he leído que la película ha costado 90 millones de dólares, una cantidad enorme si pensamos en los presupuestos minúsculos con los que Evans tuvo que trabajar en sus películas rodadas en Indonesia.

En el reparto encontramos a Tom Hardy como Patrick Walker, un policía corrupto que está cansado de no hacer lo correcto. Jessie Mei Li como Ellie, una policía novata asignada a Walker, Justin Cornwell como Charlie y Quelin Sepulveda como Mia, unos jóvenes a los que se les ha acusado de cometer una matanza por error, Luis Guzmán como Raul, el tío de Mia, Michelle Waterson como la asesina, Sunny Pang como Ching, Jim Caesar como Wes, Xelia Mendes-Jones como Johnny, Yeo Yann Yann como la madre de Tsui (Jeremy Ang Jones). Junto a Hardy, las caras conocidas de la película son Timothy Olyphant como Vincent, el jefe de los policías corruptos de la ciudad, y Forest Whitaker como Lawrence Beaumont, candidato a alcalde que está tan podrido como todos los demás.

Lo malo de hacer The raid es que todo en comparación va a ser peor. Dicho esto, me lo he pasado genial viendo Havoc, me ha dado el tipo de película de acción super bestia que lamentablemente ya no se puede ver en las salas comerciales. Sólo por eso tengo que agradecer a Netflix porque apueste por el cine de acción y por creadores como Evans que sin duda merecerían mejor suerte comercial.

Gareth Evans ha creado una sinfonía de destrucción alucinante en una película cuyo guion intenta complicar lo que por otra parte es un argumento bastante trillado. Tras robar un alijo de droga escapando de la policía, el hijo de un político corrupto y su novia son acusados falsamente de cometer una masacre. Estos jóvenes se convierten en los más buscados por la triada japonesa que cree que han matado a su jefe, por los verdaderos asesinos que no quieren ninguna sorpresa, y la policía, contando aquí los buenos y los corruptos. Sin ayuda, lo más probable es que su vida acabe violentamente en unas horas. El político corrupto interpretado por Forrest Whitaker pide ayuda a Walker (Tom Hardy), que se meterá en medio de una situación explosiva en la que varios bandos buscan a los jóvenes para matarles. Y Walker tendrá que luchar contra todos ellos.

Walker es el típico héroe que empieza como un corrupto que lo ha perdido todo, que decide que por una vez va a intentar hacer lo correcto. Tener a Hardy como productor de la película provoca que la primera parte se alargue un poco más de la cuenta al tener que conocer el pasado de Walker, lo que le permite a Hardy tener minutos para lucirse actoralmente. Del resto del reparto destaco a los conocidos Timothy Olyphant y al ya mencionado Forrest Whitaker, a la joven policía interpretada por Jessie Mei Li, y a la luchadora sin nombre interpretada por Michelle Waterson que le pega una paliza alucinante a Hardy en uno de los mejores momentos de la película. El resto de actores, casi especialistas, creo que cumplen perfectamente con lo que la película pedía de ellos.

La película tiene una cosa polémica que es el uso de fondos y efectos digitales para la creación de los vehículos y las persecuciones, entre otras situaciones. Esto provoca una sensación de irrealidad, al tener todo una velocidad y unos movimientos imposibles. Pero no se si es porque entré en la película, pero esta irrealidad me recordó mucho Sin City (Frank Miller y Robert Rodríguez, 2005), siendo películas muy diferentes. Pero por un motivo u otro, lo cierto es que esta decisión creativa me parece un plus que plantea una personalidad a la película nada habitual de ver, lo que ayudó a que disfrutara de estos momentos.

Y cuando empieza la acción… ¡MADRE MÍA! Havoc no tiene las salvajadas de artes marciales de The raid que en su momento me volaron la cabeza, pero los combates y los tiroteos son super bestias. Del tipo de matar a alguien de un tiro y seguir descargando el cargador en su cuerpo destrozado mientras la sangra salta a borbotones. Estamos ante una violencia muy estilizada y salvaje, acentuada por la moda actual en el cine de acción de amplificar cualquier situación con litros de sangre digital. Tom Hardy es una bestia en la película, y a la vez me flipa la escena en la que la asesina le pega una paliza acojonante pegándole ostias de todos los colores. Para llegar a las situaciones de acción hay alguna conveniencia un poco loca, pero se perdonan porque esta acción es una barbaridad.

Entiendo que cuando te pones a ver Havoc, los espectadores ya saben a lo que vienen. Digo esto porque entiendo que habrá espectadores que puedan pensar que la película es demasiado violenta y exagerada. Yo no soy de ese tipo de espectador, cuando más violento y exagerado, más me ha gustado. Claramente, yo soy el público objetivo para Evans y la he disfrutado de principio a fin. Ahora sólo me queda esperar que la próxima película de Evans no tarde lo mismo que esta.

Comparto el trailer de esta película:

Havoc es una película de acción super bestia con una sensibilidad asiática que hará las delicias de los fans del género.

PUNTUACIÓN: 8/10



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Crítica de Peaky Blinders temporada 4 (Netflix)

Vendetta. Las decisiones del pasado tienen consecuencias, como van a aprender la familia Shelby, con el carismático Tommy (Cillian Murphy) a la cabeza en la cuarta temporada de Peaky Blinders, el drama histórico de temática criminal de la BBC disponible en Netflix.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

1925. La familia Shelby se encuentra rota tras los sucesos de la pasada temporada. Y en el momento de mayor debilidad, van a tener que enfrentarse a la mayor amenaza hasta la fecha, al llegar a Birmingham Luca Changretta (Adrien Brody), miembro de la familia Changretta que ha declarado Vendetta contra la familia y no descansará hasta que todos, hombres, mujeres y niños paguen por la muerte de su padre y su hermano.

Stephen Knight, creador de la serie, vuelve a escribir los seis episodios de esta cuarta temporada, que han sido todos dirigidos por David Caffrey. La serie fue emitida originalmente en el canal BBC2 entre noviembre y diciembre de 2017. Al final de esta temporada, Knight confirmó que su intención es que Peaky Blinders tenga en total 7 temporadas, de las cuales la quinta ya se estrenó en 2019, lo que significa que, crucemos los dedos, si el COVID no lo impide, la sexta temporada se estrenará el año que viene, en 2021.

En esta cuarta temporada, volvemos a encontrarnos con los miembros de la familia Shelby, encabezados por un espectacular Cillian Murphy como Tommy. Junto a él, tenemos a Helen McCrory como la tía de Tommy, Elizabeth “Polly” Gray, Paul Anderson como Arthur Shelby, Jr., el hermano mayor de Tommy, Sophie Rundle como Ada Thorne (antes Shelby), la única hermana de la familia, Joe Cole como John Shelby, el hermano pequeño de Tommy, y Finn Cole como Michael Gray, el hijo perdido de Polly encontrado en la temporada anterior forman el núcleo duro de la familia. Junto a ellos encontramos al gran Tom Hardy como Alfred “Alfie” Solomons, el lider de una banda mafiosa judía de Camdem Town, que vuelve a mostrar todo su carisma en esta temporada

Junto a los miembros de la familia Shelby, esta cuarta temporada nos presenta al enorme Adrien Brody como Luca Changretta, miembro de la mafia siciliana que ha viajado desde Nueva york buscando venganza. Aidan Gillen (Juego de Tronos, Bohemian Rhapsofy) es Aberama Gold, jefe de un clan gitano extremadamente violento al que Tommy pedirá ayuda para enfrentarse a los Changretta. Y junto a ambos la serie presenta a Charlie Murphy como Jessie Eden, una líder sindicalista miembro del partido comunista que cree que el momento de la revolución es ahora y que ha declarado una huelga en las empresas Shelby en el peor momento.

Si tengo que decir cual es para mi el ideal de serie de televisión, Peaky Blinders se encuentra muy cerca de la perfección, al estar planteada en temporadas cortas de seis temporadas que obligan a ir directos al grano aunque sin olvidarse del desarrollo de personajes. Viendo esta serie no tengo nunca la sensación de estar viendo “minutos de la basura” tan habituales en otras serie, sin ir más lejos de Netflix, y la historia de Steven Knight siempre avanza un montón cambiando el statu-quo de los personajes respecto a cómo se encontraban al principio.

Aparte de la extraordinaria recreación histórica del Brimingham de la década de 1920, la serie cuenta con un reparto espectacular, destacando sobre todos el impresionante Cillian Murphy, que cada temporada le veo mejor y con más carisma. Tom Hardy vuelve a ofrecer varios momentos gloriosos esta temporada, en la que también sobresale un enorme Adrien Brody, que transmite un carisma y una sensación de peligro espectaculares cada vez que aparece en pantalla. Unido a esto, veo Peaky Blinders en Netflix porque me permite verla en versión original, algo que inexplicablemente no permite Prime Video, y me ha alucinado también el acento italiano que Brody imprime a su personaje.

La amenaza de la mafia italiana aporta un elemento novedoso que le sienta de maravilla a esta cuarte temporada. Ya en la pasada temporada los Shelby recordaron que no eran intocables y ahora sentirán el miedo y el dolor en sus propias carnes. Además de este tema principal, las luchas sociales que se viven en la ciudad y la amenaza del comunismo aportan un chulísimo extra que conecta con la realidad histórica que se vivía en esos momentos en Reino Unido y que hace que la vida de Tommy Shelby sea aún más interesante.

Además, visualmente la serie vuelve a contar con momentazos todos los episodios y unos giros y sorpresas que me dejaban muy loco al final de cada episodio. Como digo, he conectado espectacularmente con esta serie y no veo el momento de empezar la quinta temporada.

Comparto el trailer de esta cuarta temporada:

Peaky Blinders no deja de crecer y mantiene tras cuatro temporadas un nivel modélico que ya quisieran para si la mayoría de series de la parrilla televisiva.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

 

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Crítica de Peaky Blinders temporada 3 (Netflix)

¡Madre mía de mi vida, Peaky Blinders!! El drama histórica creado por Steven Knight para la BBC disponible en Netflix inspirado en la historia real de una familia de criminales británicos consigue en su tercera temporada ser aún más apasionante y adictiva.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

«En un futuro próximo, el Señor Churchill querrá hablar con usted en persona, señor Shelby. Tiene un trabajo para usted. Estaremos en contacto.»

Dos años más tarde, en 1924, durante la boda de Tommy Shelby y Grace Burgess, el trabajo solicitado por Churchill meterá a los Shelby en una red de intriga y peligro al encontrarse en el centro de un complot político internacional del que será muy difícil escapar con vida. Acorralado contra la pared, Tommy deberá decidir cual es el menor de dos males, al tener por un lado a la exclusiva Liga Económica que posee todo el poder económico, político y policial de Gran Bretaña por un lado, y la violencia y locura de unos exiliados rusos con un ejército de cosacos a su servicio.

Stephen Knight vuelve a escribir los seis episodios de esta tercera temporada, que han sido todos dirigidos por Tim Mielants, ampliando el foco con un argumento más grande e internacional respecto a las anteriores temporadas centradas en Birmingham primero y Londres después.

En esta tercera temporada, volvemos a encontrarnos con los miembros de la familia Shelby, encabezados por un espectacular Cillian Murphy como Tommy. Junto a él, tenemos a Helen McCrory como la tía de Tommy,  Elizabeth «Polly» Gray, Paul Anderson como Arthur Shelby, Jr., el hermano mayor de Tommy, Sophie Rundle como Ada Thorne (antes Shelby), la única hermana de la familia, Joe Cole como John Shelby, el hermano pequeño de Tommy, y Finn Cole como Michael Gray, el hijo perdido de Polly encontrado en la temporada anterior forman el núcleo duro de la familia.

Junto a ellos encontramos a Annabelle Wallis como Grace Burgess, la futura esposa de Tommy, así como el gran Tom Hardy como Alfred «Alfie» Solomons, el lider de una banda mafiosa judía de Camdem Town. Nuevas incorporaciones de esta tercera temporada son Paddy Considine como el Padre John Hughes, portavoz de la Sección D anticomunista de la Liga Económica, así como Gaite Jansen como la Gran Duquesa Tatiana Petrovna, una aristócrata que huyó de Rusia tras la revolución comunista con su familia y que aspira a crear una revolución en su pais con ayuda británica que les devuelva al poder.

Lo mejor de Peaky Blinders es lo entretenida y adictiva que es mientras realiza una maravillosa recreación del mundo criminal de la Inglaterra de la década de 1920. Y como en cada episodio la sensación de escalada del peligro y la tensión es palpable, dejándonos además con un climax monumental al final de la temporada.

Cilliam Murphy es el gran protagonista, y borda su interpretación de Tommy Shelby, el jefe de la familia mafiosa de los Peaky Binders que se va a dar un baño de fría realidad en esta temporada. Murphy construye a un extraordinario Tommy y transmite de maravilla todo el rango de intensas emociones que sufrirá en esta temporada. Y es que, si algo queda claro en esta temporada es que nadie está a salvo, y cualquiera puede morir de la forma más cruel y despiadada posible.

Otro elemento brutal de Peaky Blinders es que la duración de seis episodios por temporada me parece perfecta. Además de que pasan un montón de cosas, este formato permite que todos los miembros de la familia tengan su importancia y crezcan dentro de la serie.  Y a la vez, al ser sólo seis episodios, Steven Knight tiene que ir siempre al grano sin desperdiciar ni un segundo, de forma que la sensación de «minutos de la basura» que lamentablemente se hace muy presente en otras series actuales nunca aparece durante el visionado de esta tercera temporada.

El aumento de la escala y del peligro nunca fue tan palpable como en esta termporada, así como la sensación de soledad de Tommy, al no tener a nadie que le pueda ayudar sin querer antes apuñalarle por la espalda. Esto se hace muy presente en la breve pero antológica aparición de Alfie Solomon, el genial personaje interpretado por Tom Hardy. Aparte su loquísimo acento en la versión original, Solomon es alguien super peligroso sin necesidad de portar él mismo ninguna arma. Y además articula una de las frases claves de esta temporada, al recordarle a Tommy que a pesar de sus intentos de convertirse en un hombre de negocios honrado, es y siempre será un hombre cruel y malvado que ha matado a cientos de inocentes sin motivo. Tommy es igual de malvado que Alfie, y cuando le llegue el final será más que merecido.

Otro elemento importante es que frente a la realidad que los Shelby son malas personas, no hay duda en este respecto, se alza contra ellos otra fuerza que a pesar de vestirse de respetabilidad, es igual de mala que ellos: La Liga Económica, la personificación de los poderes políticos y económicos que son los que realmente gobiernan en Inglaterra. Los Shelby son mafiosos y criminales, pero esta sociedad en la sombra de la que el Padre John Hughes es su portavoz es igual de malvada y merece caer, igual que los Shelby. Aunque dado que ellos tienen el «stablishment» de su parte, es poco probable que vaya a suceder.

Además, la parte de la trama rusa ayuda a transmitir la idea que hay personas incluso peores que los Shelby a quien temer. Además, los cosacos son aún más locos e impredecibles que los son la familia gitana de los Shelby.

Otro elemento importante que me ha gustado en la forma como el guión encuentra la forma de colocar en la historia elementos reales de la época como fue la lucha de las mujeres por conseguir mayores derechos en la machista sociedad británica, O las intrigas políticas derivadas de la caída del Zar en Rusia y el alzamiento del comunismo, visto como una amenaza real e inminente para los países democráticos.

En resumen, esta tercera temporada de Peaky Blinders ha sido un gran triunfo que convierte a esta serie en una de las imprescindibles del panorama televisivo.

Comparto el trailer de esta tercera temporada:

La tercera temporada de Peaky Blinders ha sido estupenda y encima nos ha dejado en todo lo alto. Teniendo en cuenta que de momento ya se han estrenado 5 de las 7 temporadas previstas, me queda diversión para rato.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

 

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Crítica de Dunkerque, de Christopher Nolan

Christopher Nolan, el afamado director de The Dark Knight, The prestige o Memento, aborda en Dunquerke uno de los momentos claves de la 2ª Guerra Mundial para el Reino Unido, la evacuación de sus soldados de las costas francesas ante el avance alemán, en la que significa su primera aproximación al género bélico.

PUNTUACIÓN: 7/10

Nolan produce, escribe y dirige esta película con la intención de trasladar a la pantalla del cine unos hechos reales acaecidos en la 2ª Guerra Mundial, sin que el espectador piense que está viendo una película bélica tradicional. Unos sucesos de gran transcendencia histórica, como dice el cartel para España de forma un tanto exagerada: «El acontecimiento que marcó nuestro mundo». Me gusta más otro de los slogans, utilizado para los países de habla inglesa, que creo es más apropiado: “Cuando 400.000 hombres no podían llegar a casa, su hogar fue a buscarles”. Este último creo que refleja mejor los hechos que vemos en la película.

Dunquerke destaca principalmente por su apartado visual. Rodada con cámaras IMAX de 65mm, significa la segunda colaboración de Nolan con el director de fotografía Hoyte van Hoytema, con el que ya colaboró en Interestellar. Nolan planteó la película para ser vista en pantalla grande y lo cierto es que merece la pena. La película fue rodada en los escenarios reales de las playas francesas, utilizando aviones y barcos reales de la época y empleando a multitudes de extras que evitaran al máximo el uso de efectos visuales generados por ordenador. Y la verdad es que consigue algunas imágenes de gran belleza, unidos con interesantes escenas contadas mediante planos con perspectivas alejadas de los habitual, como por ejemplo la escena nocturna del hundimiento de un barco.

Nolan cuenta la historia con las imágenes y la dramática (y excelente) música de Hans Zimmer, que incluye un machacón tick-tack de un reloj que consigue crear en el espectador una creciente sensación de angustia ante la sensación de que el tiempo se les acaba a los soldados británicos. Por cierto, leí que la idea de insertar el reloj en la música fue también idea de Nolan, lo cual no me extraña en absoluto. Esta tensión se ve incrementada además por la narración fragmentada de Nolan, que salta de una situación a otra durante toda la película.

Y es que Dunquerke está contada desde tres puntos de vista, tierra, mar y aire, para ver este momento histórico desde las máximas perspectivas. Nolan forma un tapiz con acciones entrelazadas situadas en momentos temporales diferentes, que cobrarán un significado pleno cuando se conecten al final. Esta obsesión por crear una estructura narrativa compleja y contar la historia a través de los hechos, las imágenes y la música más que por los personajes son elementos característicos de la filmografía de Nolan, y en Dunquerke se elevan a la décima potencia.

En tierra, seguiremos durante una semana a Tommy (Fionn Whitehead), un joven soldado británico que intenta escapar de la playa, intentando cualquier estratagema a su alcance. Mientras, el Comandante Bolton (Kenneth Branagh) supervisa la evacuación desde el único malecón aún operativo para el atraque de barcos, aunque sabe que con los ataques de la aviación alemana y solo un muelle disponible, la evacuación es prácticamente imposible.

En el Mar, seguiremos el viaje de un día del barco del Sr. Dawson (Mark Rylance) hacia Dunquerke. Ante la imposibilidad de realizar una evacuación convencional, la Royal Navy movilizó a cientos (si no miles) de barcos de recreo para que ayudaran, dado que su poco calado les permitía a ellos sí acercarse hasta la costa. El viaje será corto pero muy duro, al ver de primera mano los efectos de los ataques de los submarinos y la aviación alemana a los indefensos barcos.

En el aire, Farrier (Tom Hardy) es uno de los pilotos de una escuadrilla de tres spitfires que intentan proteger a los convoyes de barcos del ataque de los aviones alemanes. No solo tiene que luchar contra fuerzas que les superan en número, sino también contra sus limitadas reservas de gasolina. La historia de Farrier transcurre en tan solo una hora.

Como es habitual en la filmografía de Nolan, los personajes son solo piezas que ayudan a formar el puzzle creado por su guión, pero en Dunkerque esto es llevado al extremo. Nolan no quiere que conozcamos quienes son los personajes ni qué sienten, solo que veamos las situaciones que tienen que sufrir. Por este motivo, los diálogos son mínimos ya que en palabras de Nolan, “…la empatía por los personajes no tiene nada que ver con su historia, por lo que no quería utilizar diálogo para contarla. El problema no está en quienes son, de donde vienes o qué sienten. La única pregunta que me interesaba de ellos era ¿van a sobrevivir? ¿o la próxima bomba les matará?…”.

Otro hecho unido a los personajes que demuestra como Nolan subvierte las estructuras del género bélico es que la película no muestra a ningún héroe, solo a personas anónimas que intentan sobrevivir frente a una situación límite sobre la que no tienen ningún control. De hecho, el único personaje cuyos actos le calificarían de héroe es el piloto interpretado por Tom Hardy, y no se le ve prácticamente la cara en toda la película. Los personaje por tanto no son personas, sino arquetipos. Y por si fuera poco, no es que no hayan héroes, es que tampoco vemos a los “villanos”, ya que en ningún momento se nos muestra a las tropas alemanas. Como mucho algún avión, pero sin verse su bandera. Una película bélica sin buenos ni malos y con personas que solo buscan sobrevirir. ¡Menudo cambio!

En este sentido, entendiendo las motivaciones de Nolan en lo relativo a historia y personajes solo puedo decir: ¡OBJETIVO CUMPLIDO!

Lo malo es que ahí radica el gran problema para mi de la película. Al no presentar personas sino engranajes de la historia, Nolan rompe mi conexión emocional hacia la historia. Dado que los personajes son intecambiables, me da igual lo que les pase, su vida o su muerte no tienen ningún impacto para mi, lo que convierte el drama en una sucesión de imágenes frías y sin alma. Unas imágenes muy bellas en muchos momentos, pero frías como el hielo. Más si cabe ante un hecho histórico conocido, que es que la evacuación tuvo éxito. Muchos murieron, si, pero más de 400,000 soldados británicos y franceses fueron salvados.

Lo cual me provoca la reflexión que el cine cerebral de Nolan cada vez encaja menos con mis gustos. No es un tema de si la película tiene errores de guión, que no los tiene, sino de las decisiones creativas que toma. Solo el personaje de Mark Rylance, el patrón del barco que acude al rescate me genera algún sentimiento, principalmente por la calidad interpretativa de Rylance, que saca oro de donde no lo había. En el lado opuesto, no es que Nolan tape la cara de Tom Hardy (el piloto), es que ¡en numerosas ocasiones no nos deja ver ni siquiera su mirada! Que es lo único con lo que Hardy cuenta para construir una personaje que se debate entre retornar a casa para repostar, abandonando a su suerte a sus compañeros, o quedarse a sabiendas que eso le condena a muerte.

Por otro lado, Nolan intenta realizar las imágenes de la forma más realista posible, lo que provoca que en la mayoría de situaciones, como por ejemplo los combates aéreos, rodadas en 70mm panorámico deberían ser la bomba y dejarnos a los espectadores sin habla. Cosa que no consigue. Esto ya le pasó a Nolan en Interstellar y en general en toda su filmografía, y reafirma una vez más su punto flaco como director son las escenas de acción.

Además, me llama la atención como algunos críticos que alaban como obra maestra a Dunkerque destacan el tono documental de Dunquerke y como Nolan evita conscientemente el crear sensaciones en el espectador mediante trucos “tramposos” como la conexión emocional con los personajes y una música sensiblera, poniendo el ejemplo de Spielberg con John Williams. Y lo cierto es que me parece que estas opiniones caen en la “trampa” tejida por Nolan, ya que el director británico SI busca provocar sensaciones en el espectador, solo que no con las herramientas de Spielberg. Las suyas son la música apabullante, la narración no lineal fragmentada o la tensión in-crescendo. Todo eso sí busca provocar una reacción de desasosiego y angustia en el espectador, no es para nada una fría narración documental.

Un hecho histórico que la película cuenta al final es que ante el hecho indudable de la humillante derrota que le supuso al ejército británico la retirada de tierras franceses, la sociedad inglesa supo convertir este suceso en una victoria, al entender que en esa situación, sobrevivir era ya un gran logro. Y como esta “victoria” de traer a los soldados a casa sirvió para que Churchill escribiera su histórico discurso de “lucharemos en las calles, lucharemos en las playas,…” que motivó a todo un pais. Pero Nolan no muestra ni a Churchill ni a ningún alto mando, ya que no quiere quitar el foco de las personas anónimas y lo que vivieron.

Comparto a continuación el trailer de la película:

Dunquerke es una buena película que merece ser vista en la pantalla más grande posible. Pero no es ni mucho menos la obra maestra que muchos dices que es, e incluso creo que puede decepcionar a los espectadores que vayan buscando una película bélica convencional. En mi caso, lo mejor que puedo decir de Chistopher Nolan es que se ha convertido en un género en si mismo, y que volveré al cine a ver su próxima película. No se me ocurre mejor elogio hoy en día.

PUNTUACIÓN: 7/10