La Furia del Cursor, de Jim Butcher (Codex Alera III)

La tercera novela de la saga Codex Alera de Jim Butcher, La Furia del Cursor, consigue ampliar el mundo de Carna de forma inesperada y novedosa, ofreciendo una aventura super entretenida que rompe los moldes de las dos novelas anteriores.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Los habitantes del mundo de Carna pueden respirar tranquilos. La amenaza de los vord ha sido conjurada gracias a Tavi y sus amigos Maximus Antillar y Kitai. Gaius Sextus, Primer Señor de Alera, ha salvado la vida. Mientras, Bernard y Amara también han vencido a los vord en el valle de Calderón.

Tavi se ha convertido en cursor del Primer Señor, que lo destina a Appia, donde lo aguarda una legión recién creada. Allí completará su formación como soldado y suplirá su carencia de furias con sus habilidades como espía. Pero lo que iba a ser una misión rutinaria en la periferia del reino se convierte en una trampa mortal.

Tres novelas de Codex Alera. Ya estoy en la mitad de la saga creada por Jim Butcher, ambientada en un mundo inspirado en la antigua Roma habitado por seres sobrenaturales. Tres novelas que han sido muy diferentes entre si y que han servido para que conozcamos más sobre este mundo y sus protagonistas.

En La Furia del Cursor cambiamos las intrigas palaciegas vistas en la anterior novela, La Furia del Aprendiz, a una historia netamente bélica que nos mete de lleno en el día a día de las legiones del reino. Aprenderemos que una Legión es solo tan fuerte como su eslabón más débil, pero que si todos dan lo máximo, el resultado es mayor que la suma de las habilidades de sus miembros. Aunque, claro, esto queda muy bonito sobre el papel, pero cuando la Legion de Tavi tenga que enfrentarse a una fuerza mucho más poderosa, más que una batalla parece que se están dirigiendo hacia el matadero.

Es importante destacar también que en esta tercera novela vamos a conocer por fin las respuestas a varias de las incógnitas que nos han acompañado desde el inicio de esta serie, respuestas que son super satisfactorias y que abren muchas y muy interesantes posibilidades para las próximas novelas. Novelas que tendré que comprar en inglés, ya que lamentablemente RBA cerró la publicación en nuestro pais de esta serie de novelas.

La saga de Codex Alera mantiene un ritmo in-crescendo que lo está convirtiendo en uno de mis mundos de fantasía favoritos, gracias a unos personajes carismáticos que prometen muchos días de gloria. Una saga imprescindible para los amantes de las novelas fantasía, que os recomiendo totalmente.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Crítica de Coco, de Disney-Pixar

Coco es el nuevo triunfo del estudio Pixar, una película para todas las edades que significa una celebración de la vida, la familia y las cosas por las que merece la pena vivir, además de todo un homenaje a la cultura mexicana.

PUNTUACIÓN: 8/10

El estudio de animación Pixar nos ha mal acostumbrado con películas espectaculares como Toy Story, Los Increíbles, Up, Wall-E o Del revés. Películas que gustan muchísimo a los niños pequeños por su animación y colorido pero con temas adultos que se dirigen a los padres y consiguen atraparnos. En las últimas fechas, sus películas habían decepcionado al ser «solo» películas infantiles que podían entenderse como fuente de contenidos para la maquinaria de merchandising de Disney: Cars 3, Buscando a Dory o El viaje de Arlo son algunos de estos ejemplos.

Coco consigue elevarse de la media de los últimos tiempos con una historia llena de corazón que es un canto a la belleza de la cultura mexicana y la importancia de la familia, y consiguió que me saltaran las lágrimas en varias ocasiones.  Si el precio para que Pixar pueda hacer este tipo de películas es que tenga que hacer una secuela de Cars cada año para vender merchandising, es un precio pequeño, muy pequeño a pagar.

Sin embargo, el camino de Coco para llegar a la gran pantalla no ha sido fácil. En 2010 Lee Unkrich, veterano director de la casa que había trabajado también en Monstruos, S.A. y Buscando a Nemo, propuso la idea a Pixar tras haber trabajado en Toy Story 3. Unkrich,  estaba deslumbrado por El día de los Muertos de México y su iconografía en la que la muerte representada por esqueletos se combina con colores vivos, siendo una festividad que une a familias enteras. Sin duda, estos conceptos tan alejados del standard terroríco del Halloween americano podían ser perfectos para construir una película diferente y con personalidad que atrapara a las audiencias de todo el mundo.

El equipo estudió la cultura mexicana y trabajó durante años en perfilar la historia original escrita por Unkrich, Molina, Matthew Aldrich y Jason Katzun. Finalmente, Alfred Molina firmó el guión en colaboración con Matthew Aldrich. Molina fue además confirmado como directo junto a Unkrich y en 2016 se anunció el inicio de los trabajos de animación, para su estreno este año.

Miguel es un joven con el sueño de convertirse en leyenda de la música a pesar de la prohibición de su familia. Su pasión le llevará a adentrarse en la «Tierra de los Muertos» para conocer su verdadero legado familiar.

Coco acierta en múltiples niveles. Ante todo, la historia de Miguel se eleva por encima del típico argumento de «niño quiere cumplir sus sueños (en este caso la música), a pesar de la oposición de su familia que le dice que es imposible», que tantas y tantas veces hemos visto en películas de animación. En parte es eso, si, pero es mucho más, añadiendo capas de profundidad que hacen que la película sea mucho más redonda.

Además, Coco hace una importante labor pedagógica para explicarnos a los espectadores de forma sencilla y atractiva el significado de El Día de los Muertos y qué hay detrás de los colores, la fiesta y los altares que las familias mexicanas preparan con sus series queridos. La muerte suele ser un tema tabú para los niños en la cultura occidental, pero Coco consigue que niños y mayores entendamos su significado en la cultura mexicana y por qué es un momento de celebración que no hay que temer. Es normal apenarse por la pérdida de un ser querido, pero mientras le recordemos, siempre permanecerá en nuestros corazones. Y puedo asegurar que varios niños pequeños que vieron la película conmigo lo entendieron perfectamente. Es normal por tanto que historia hable también de la familia y de los vínculos que nos unen y que hacen que podamos ser felices.

Coco es buen cine, no solo una buena película de animación, pero también es música. La música es otro elemento intrínseco de la cultura mexicana, y para que la cinta triunfara, la música y la selección de canciones debía dar en la diana. Por suerte, la elección de Michael Giacchino fue todo un acierto, y las canciones de Germaine Franco, Adrian Molina, Robert Lopez, y Kristen Anderson-Lopez consiguen emocionar y transmitir la alegría de vivir.

Y además, visualmente, Coco es un espectáculo visual de gran magnitud. La animación de Pixar vuelve a marcar un nuevo standard de calidad, consiguiendo niveles de realismo espectacular en el mundo de los vivos, y el mundo de los muertos es colorido y repleto de seres increíbles que me ha alucinado a niveles máximos. Niños y mayores nos hemos quedado con la boca abierta.

Si tuviera que ponerle un pero a Coco, diría que la película sufre un poco por la necesidad del cine comercial americano de crear a un villano al que derrotar. Esto provoca un giro que se ve venir a la legua, que aunque es coherente lleva la historia por sendas demasiado conocidas, sobre todo en una película Disney/Pixar. Por suerte, el corazón de Coco hace que nos olvidemos de este pequeño elemento menos buenos.

Tenía otro pequeño motivo de preocupación antes de ver la película, al enterarme que Coco iba a tener las voces originales mexicanas, siendo la primera película Disney/Pixar que no se doblaba en España. Sin embargo, la historia está tan unida a la cultura mexicana que no se hubiera entendido si se hubiera adaptado al castellano de España, y este doblaje original consigue transmitir la autenticidad que se merecía la historia.

Comparto a continuación el trailer de la película:

Coco supone un gran broche de oro a un buen año cinematográfico, con una película que es todo corazón. Una película que gustará a niños y mayores y que es de obligado visionado estas navidades.

PUNTUACIÓN: 8/10

Marvel Legacy, ¿la vuelta a los orígenes?

Aunque llevo varios años leyendo los comics Marvel a ritmo español, no pude resistirme y compré en inglés Marvel Legacy, el comic publicado tras la conclusión de Imperio Secreto que sirve de presentación de la nueva etapa de La Casa de las Ideas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Marvel está viviendo una etapa convulsa en los últimos años que ha culminado justo hace unos pocos días con el relevo de Axel Alonso de su puesto de Editor en Jefe, siendo sustituido por C.B. Cebulski, un editor veterano de la casa que ha realizado funciones de captación de nuevos talentos, y que dirigía la filial en China que lleva años consolidando la marca Marvel dentro del gigante asiático.

Alonso, un veterano editor curtido en el sello Vertigo de DC Comics responsable de éxitos como Preacher, Doom Patrol, Animal Man o 100 Bullets, empezó a trabajar en Marvel en 2000, alcanzando el puesto de Editor en Jefe en 2011. Frente a la revolución que supuso para el mercado americano el reinicio del Universo DC en Septiembre de 2011, Marvel optó con éxito por el camino contrario en lo que significó su iniciativa «Marvel Now».

Frente a las 52 series de DC, Marvel redujo su catálogo presentando a sus principales personajes con equipos creativos de gran calidad. En estos primeros años, las principales series publicaron 18 números al año, acercándolas al ritmo quincenal de Spider-man, el principal personaje de la editorial. El resultado fue claro, Marvel vendía mucho más que DC publicando muchos menos tebeos al mes, consiguiendo buenas críticas y una mayor rentabilidad.

En una segunda fase, Alonso marcó como prioridad editorial el presentar nuevos personajes protagonistas con mayor variedad en género, raza o inclinación sexual, que sirvieran para conectar con un público más diverso, de forma que pudieran sentirse identificados con los comics Marvel y se realizara el tan necesario relevo generacional. Durante esta etapa, los principales héroes de la editorial fueron sustituidos por nuevas versiones de forma casi simultánea. El primer y polémico cambio se produjo en Spider-Man, que durante 2013 y 2014 vio como la mente de Otto Octavius controlaba el cuerpo de Peter Parker, decidiendo convertirse en un Spider-Man Superior para demostrar que era mejor que él. Estaba claro que tarde o temprano el verdadero Peter Parker volvería, y lo cierto es que este arco del personaje fue super entretenido y totalmente diferente a cualquier historia previa del personaje.

Junto a esto, empezó a imponerse el concepto de temporadas que intentaba trasladar la realidad televisiva al mundo del comic. Un equipo creativo tendría libertad para contar su historia, y cuando finalizara, la serie se relanzaría con un nuevo número 1 que daría la bienvenida al nuevo equipo. Aunque la idea en si no es mala, Marvel se ha excedido con esta práctica, llegando a situaciones ridículas en 2015, coincidiendo con las Secret Wars, en las que varias series tuvieron dos y tres números unos en un mismo año manteniendo los mismos equipos creativos. Este hecho ha significado un primer síntoma de los problemas que estaban por llegar.

El otro gran problema que Marvel ha sufrido en esta Fase-2, haciendo el símil con el universo cinematográfico, ha sido que estos cambios de los protagonistas se produjeron casi simultáneamente. Aunque Spider-Man volvió a la normalidad, en estos últimos años hemos visto cambios en Thor (Jane Foster), Capitán América (Sam Wilson), Iron Man (Riri Williams) o Hulk (Amadeus Cho), además de la muerte de Logan (sustituido por Old Man Logan y Lobezna), o el cierre de la serie de los 4 Fantásticos tras las Secret Wars.

Personalmente, los comics de Thor de Jason Aaron y Russell Dauterman y Capitán América de Nick Spencer y varios autores, me parecen de lo mejor que ha publicado la editorial en los últimos años. Y creo que es algo habitual y cíclico que Marvel sustituya a sus protagonistas durante un periodo de tiempo más o menos largo. Ben Reilly, Eric Masterson, James Rhodes, la etapa de Hulka en los 4 Fantásticos en lugar de Ben Grimm, John Walker (U.S. agent) o Bucky han sido Capitán América en algún momento, Steve Rogers convertido en Nómada,… son solo algunos ejemplos de los cambios que los lectores hemos visto en el pasado. Por tanto, la actual etapa no cambia tanto respecto a épocas pasadas, y los lectores siempre hemos sabido que estos cambios eran temporales, y que tarde o temprano Marvel volvería al statu-quo.

Sí que considero un error por parte de Marvel el que durante varios años dos personajes diferentes estén compartiendo nombre, lo que creo que va totalmente en contra de la esencia de ese personaje. Ahora mismo, Peter Parker y Miles Morales son Spiderman a la vez. De igual forma, Sam Wilson y Steve Rogers (en su versión de agente de Hydra) han compartido título de Capitán América. Y hemos tenido 2 Iron Mans (Tony Stark y Riri Williams, a la que se unió posteriormente Victor Von Muerte), Ojo de Halcón (Clint Burton y Kate Bishop), Lobezno (Old Man Logan y Laura Kinney X-23), o incluso Thor (Jane Foster y Odinson).

Los héroes Marvel siempre han sido especiales entre otras cosas por su propia individualidad y diferencia respecto a otros personajes de la casa. Desde el momento en que la propia Marvel dice que varios personajes pueden compartir nombre y habilidades, en parte está diciendo que eso que les hace únicos no es tan importante después de todo.

DC Comics sí ha jugado durante años con la idea del legado. Hemos visto como la JSA de la 2ª Guerra Mundial era sustituida por la Liga de la Justicia. El manto de Flash pasaba de Jay Garrick a Barry Allen y de éste a Wally West tras Crisis en Tierras Infinitas, que mantuvo el protagonismo durante décadas hasta el retorno de Barry Allen hace unos pocos años. De igual manera, Dick Grayson fue Robin en su adolescencia, convirtiéndose en Nighwing al crecer e independizarse. Su hueco fue ocupado por Jason Todd, Tim Drake y en los últimos años, por Damian Wayne.

En Marvel, los personajes crecían y evolucionaban, pero no hasta el punto que se retiraran y fueran sustituidos por otros personajes. Tony Stark dejó paso a James Rhodes como Iron Man mientras se enfrentaba a su adicción al alcohol, volviendo a la primera línea cuando logró sobreponerse a su enfermedad. Bucky fue Capitán América durante el periodo en que se pensaba que Steve Rogers había muerto, para devolverle el puesto tras su renacimiento. Y tras Superior Spiderman, Peter Parker volvió a controlar su cuerpo y fue de nuevo nuestro «amigo y vecino». Nunca se había llegado, que yo recuerde, a la situación de que un héroe abandonara su identidad, por ejemplo por motivos de edad,  y tuviera que ser sustituido por otro personaje. En todos estos arcos, disfrutábamos de un único protagonista con una historia que contar, que culminaba con el retorno a la situación previa.

Me temo que esta decisión de duplicar héroes se tomó por motivos económicos más que creativos. Es más fácil para Marvel vender una serie de protagonizada por Kate Bishop si la llamamos Hawkeye que si tienen que empezar de cero presentando a un nuevo personaje. Y justo Hawkeye está justificado, ya que Kate Bishop tomó el nombre en un periodo de tiempo en que Clint Burton había muerto, tras el Avengers Disassembled. Y unido a esto, me resula curioso que el éxito de Ms. Marvel (Kamala Khan) no provocó una nueva hornada de nuevos héroes con poderes y personalidades propias, sino que hemos visto versiones juveniles de héroes como Nova (Sam Alexander) o Ghost Rider (Jaime Reyes), entre otros.

Aunque en estos últimos años sin duda han surgido historias estupendas, Marvel como marca, creo que ha estado tirando piedras contra su propio tejado.

Y esta situación ha provocado que poco a poco una parte de los compradores veteranos de Marvel han dejado de comprar estos comics al sentir que la editorial les estaba quitando a «sus» héroes. Se buscaba captar a un nuevo tipo de lector que no existe de momento en el canal de las librerías especializadas, pero debería haberse hecho sin que sus consumidores actuales se sintieran abandonados. Todo ello provocó que aunque Marvel siga siendo la principal editorial en los Estados Unidos, sí ha sufrido una bajada de ventas que se hizo evidente en octubre y noviembre de 2016. En ese momento, la caída en los ingresos provocó las quejas de los libreros, quejas que parece que  Marvel ha escuchado y ha tenido en cuenta. Independientemente de que no tengo duda que en el plan editorial ya tuviera previsto la vuelta de muchos de estos personajes al final de los actuales arcos.

Para ello había que cerrar las principales historias abiertas, que han culminado en Impero Secreto, saga que reseñaré en enero cuando Panini termine se publicación en España. La historia de Nick Spencer en la que el Capitán América de siempre ha sido sustituido por un servidor de Hydra que se ha hecho con el control de los Estados Unidos ha sido también super polémica. En mi opinión, a falta de leer el final de la historia, me está pareciendo un arco bastante interesante, y creo que la mayoría de gente que la critica ni siquiera la ha leído.

El mundo del comic de super-héroes es cíclico y (casi) siempre acaba por volverse al statu-quo inicial. Por esto en muchas ocasiones lo importante no es el final de la historia, sino el camino que ha recorrido el personaje y las sensaciones que ha transmitido a sus lectores durante ese periodo.

Bueno, y tras este extenso, igual te estás preguntando… ¿de que va este Marvel Legacy? ¿Merece la pena?

En Marvel Legacy veremos como todo empieza en el amanecer de la raza humana, y cómo terminará con la oración de un niño. Y entre medias, imperios caerán, se alzarán misterios, se revelarán secretos, se iniciarán búsquedas y las leyendas se forjarán. Lo que nos conducirá al retorno más esperado, y ¡uno que temeremos!

Marvel Legacy sirve de inicio de la llamada Fase 3 de la editorial, en la que los héroes clásicos volverán a brillar pero sin dejar de lado las series protagonizadas por personajes jóvenes. Es por esto que la idea de «legado» está muy presente en esta historia realizada por Jason Aaron, Esad Ribic (con Steve McNiven y numerosos autores invitados), y colores de Matthew Wilson.

Empezando por la presentación de los Vengadores de hace 1.000.000 de años, entre los que veremos a Odin, Fénix, Doctor Extraño, Puño de Hierro, Black Panther, Ghost Rider o Starbrand, y la existencia de una amenaza que permanecía dormida desde entonces, pero que sin duda despertará en 2018.

Aaron y Ribic es un equipo de total garantía y ofrecen un buen tebeo. En manos menos expertas, Legacy sería un .Point One con aspiraciones, pero Aaron consigue crear una historia entretenida que no busca romper moldes, sino dejar a los lectores con ganas de más presentando los nuevas líneas argumentales de 2018. Y creo que en ese aspecto, el éxito es monumental.

Ribic mantiene su calidad habitual, aunque quizá sus páginas tienen menos fondos de lo habitual, síntoma que debió ir al límite con los plazos de entrega. Junto a Ribic, Steve McNiven dibuja algunas páginas que forman una historia autocontenida dentro del tebeo. Es una pena lo desaprovechado que ha quedado el dibujante de Civil War, porque cada vez que le veo dibujando una historia peor le veo, como si simplemente se preocupara en cumplir el trabajo, pero se olvidara de transmitir nada al lector.  A ellos se les unen un grupo de los mejores dibujantes de Marvel, que dibujan una página cada uno de los personajes en los que ellos están trabajando en la actualidad, y que sirven de presentación de argumentos que serán desarrollados posteriormente en dichas series.

Decidí comprar este tebeo en inglés debido a los spoilers, ya que si me hubiera esperado hasta enero para leerlo, me hubieran chafado varias de las numerosas sorpresas de este tomo. Y lo cierto es que me alegro haberlo comprado en inglés, ya que pude llegar a leer este tebeo sin saber qué me iba a encontrar. ¡Menos mal! Sobre todo, teniendo en cuenta que a los pocos días de leerlo, internet explotó con una noticia sobre uno de los personajes que han retornado a la primera fila en este comic, y que hubiera sido el spoiler del año si me llego a enterar antes de leer Marvel Legacy.

Comparto las primeras páginas de este tomo en el que conoceremos a estos Vengadores de hace 1.000.000 de años:

Marvel Legacy es un buen tebeo que consigue su objetivo de contar el comienzo de la principal historia que veremos en el Universo Marvel en 2018, dejándonos con ganas de más. Además de tener uno de los retornos más esperados por los aficionados, que consiguió sorprenderme y que hizo que volviera a gritar el clásico, «Make Mine Marvel».

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Fuente previews: CBR

Crítica de Punisher de Netflix

Tras las decepciones de Luke Cage, Iron Fist e incluso Defenders, habían muchas dudas de la solvencia de las series de Netflix y Marvel. Me alegra poder decir que Punisher ha renovado mi fe en las posibilidades de los personajes Marvel en la pequeña pantalla.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Una de las sorpresas más positivas de la segunda temporada de Daredevil fue la presentación en sociedad de Punisher -Castigador- interpretado por Jon Bernthal.

El famoso antihéroe Marvel, fue creado en 1974 por Jerry Conway y los artistas John Romita Sr. y Ross Andru, debutando como villano de Spider-Man. Frank Castle, es un veterano de Vietnam cuya familia es asesinada por el fuego cruzado de un enfrentamiento entre grupos mafiosos mientras celebraban un picnic familiar en Central Park.

Tras años como secundario, obtuvo su serie regular y alcanzó una enorme popularidad en la segunda mitad de los años 80 y principios de los 90, llegando a publicarse tres series mensuales y actuando de secundario en muchñisimos comics Marvel de la época. Sin embargo, su popularidad fue perdiendo fuelle hasta el punto que en 1995 Marvel había cancelado todas sus colecciones.

Es bien sabido que algunas de las mejores etapas de Marvel han surgido en series al borde de la cancelación, o canceladas, cuando los editores decidían arriesgar con autores que consiguieron sacar oro de estos personajes. Ejemplos de esto los tenemos en el Darevil de Frank Miller, el Thor de Walter Simonson o incluso los X-Men de Chris Claremont y John Byrne.

El trauma de la cancelación de las series regulares de Punisher sirvió para unir al personaje al escritor que ha creado la que muchos opinamos que es la versión definitiva del personaje: Garth Ennis. Su etapa para el sello MAX de comics para adultos de Marvel no creo que pueda superarse, y ha servido en parte de inspiración de esta serie de televisión.

Gracias a esta serie de televisión recién estrenada en Netflix se ha roto con la mala racha del personaje con sus apariciones en la gran pantalla.  Y es que pocos personajes pueden presumir de haber estrenado 3 películas, que a decir verdad no dejaron satisfecho a casi nadie, interpretadas por Dolph Lundgren (1989), Thomas Jane (2004) y Ray Stevenson (2008).

El Punisher presentado en Daredevil es ante todo un personaje complejo. Un soldado que sufre por la pérdida de su familia y que no dudará en tomarse la venganza de la forma más brutal posible. Frank Castle comparte con el Punisher de Ennis sus fuertes valores que defenderá cueste lo que cueste, pero no es la fuerza de la naturaleza su versión MAX, y es herido de gravedad en varias ocasiones. Castle es el compañero de armas, amigo y hermano que todos querríamos tener a nuestro lado cuando hay un problema grave, y protagonizaba algunos de los momentos más gores de Daredevil, haciéndose merecedor de una serie en solitario. Pero la violencia extrema queda en segundo plano ante el drama que sufre con la pérdida de su familia.

Marvel eligió como showrunner a Steve Lightfoot, un veterano de series como Fargo y Hannibal que no había leído ningún comic Marvel pero al que le encantó el personaje interpretado por Jon Bernthal y su química con Karen Page (Deborah Ann Woll), que le hizo pensar que existían los mimbres para una gran serie.

Personalmente, creo que el principal éxito de Punisher es consecuencia de su separación respecto al personaje que conocemos en los comics. Y es que Lightfoot, que también es el escritor de la serie, plantea la serie como un alegato sobre la situación de los veteranos de guerra que sufren Síndrome de Stress Post-Traumático (PTSS). Aunque físicamente han retornado a sus casas, mentalmente su guerra nunca termina, y en su mayoría han sido abandonados por su gobierno.

Este planteamiento me sorprendió e hizo que empatizara con todos los veteranos que vamos viendo en la serie, que sufren cada uno de forma diferente. Y Frank Castle no es menos, sufriendo en todo momento el dolor por la pérdida de su familia, que vimos en Daredevil y cuyas repercusiones se siguen sintiendo en esta temporada.

El PTSS no solo lo sufren los veteranos, sino que este dolor es compartido por sus familias y amigos, encarnados en la familia de Micro (Ebon Moss-Bachrach), un analista de la NSA que tuvo que fingir su muerte tras encontrar una información que no debería conocer. O la agente Dinah Madani (Amber Rose Revah), que perdió a su compañero en Afganistán y vive para detener a los responsables, a pesar de que sus superiores intentan enterrar el asunto.

John Bernthal ES Frank Castle. Reconozco que físicamente no era mi elección a priori, pero me ha ganado con su enorme interpretación llena de matices. Castle es brutal y salvaje, pero también es alguien que se preocupa y busca ayudar poniendo la seguridad de los demás por encima de la suya.

Desde Daredevil, es la primera vez en una serie Netflix que no me ha parecido que 13 episodios alargaban artificialmente una historia que no daba para tanto. Punisher construye una historia a fuego lento, pero todos sus caminos son satisfactorios y las historias de los secundarios nos aportan algo importante que nos ayuda a rellenar una parte de un puzzle que merece la pena descubrir.

Los niveles de violencia posiblemente no sean para todos los estómagos, pero está muy bien dosificada, y cuando llega, está plenamente justificada y nos impacta. Globalmente, la serie consigue que suframos con el calvario por el que pasará Frank durante estos episodios.

Y encima, el final es enormemente satisfactorio y sirve de cierre para el personaje en caso de que la historia de Frank Castle finalizara aquí. A la vez que abre un buen montón de posibilidades de cara a una eventual continuación, que realmente espero que se produzca.

Si hubiera que poner un pero a Punisher, podría decir dos cosas que para mi no suponen ningún problema pero podría serlo para otros espectadores y sobre todo, para fans de los comics.

Por un lado, la historia es muy muy diferente de la de los comics, decidiendo tomar otro camino. A mi me ha sorprendido y me ha encantado, pero puedo entender que plantear una serie de Punisher centrada en el PTSS y el drama de los veteranos no es lo que se esperaba y haya gente que lo rechace.

Por otro, el trailer con su banda sonora de Metallica invitaba a pensar en una orgía de sangre y muerte parecido a lo que Ennis planteaba en sus historias. Sin embargo, como comentaba antes, la acción está muy dosificada hasta el punto que en episodio 6 no se dispara ni un solo tiro. Pero es que lo importante es el drama psicológico de los personajes más que las brutales escenas de acción. Esto entiendo que también puede ser un problema, pero para mi es un ejemplo de gran calidad narrativa que construye una tensión que cuando estalla, lo hace de forma brutal.

Además, la serie triunfa gracias a todas las interpretaciones, en especial la de los veteranos. Ben Barnes es Billy Russo, compañero de armas de Frank en Afganistán, que es como un hermano para él. Un veterano que supo salirse a tiempo y que ha triunfado profesionalmente con una empresa que ofrece contratos militares a las fuerzas de seguridad. Jason R. Moore es Curtis Hoyle, compañero de Frank y Billy que perdió una pierna y que dirige un grupo de terapia de ayuda a los veteranos. El reverso de la historia lo protagoniza Lewis Walcott (Daniel Webber), un joven que está perdiendo la cabeza debido al trauma sufrido en combate. Son solo tres ejemplos de un reparto bastante acertado que sabe sacar oro del guión que se les ofrece.

Guión que globalmente me pareció bastante bueno, llevando la acción por sendas lógicas que evita los giros sin sentido. Por esto, aunque en el tramo final hay alguna locura, se perdona y no le doy demasiado importancia.

Comparto el trailer de esta serie, que quizá no refleja la verdad de lo que vamos a ver:

https://www.youtube.com/watch?time_continue=64&v=Cr1Ri_zDV0Y

Punisher ha sido una sorprendente experiencia, que aunque no me ha ofrecido lo que esperaba, ha resultado ser tremendamente satisfactoria. Ojalá Netflix confirme en breve una segunda temporada de esta serie, que os recomiendo sin duda.

PUNTUACIÓN: 7.5/10