Crítica de Los Vengadores: Guerra a través del tiempo de Paul Levitz y Alan Davis (Marvel Comics – Panini)

Descubrir que Panini publicaba el último comic de Alan Davis en Marvel, Los Vengadores: Guerra a través del tiempo junto al veterano guionista de DC Comics Paul Levitz convirtió este comic en compra obligada.

PUNTUACIÓN:7/10

¡Regresa a los primeros días de Los Vengadores! Paul Levitz, la leyenda que puso en pie uno de los grandes títulos clásicos de DC Comics que no pueden faltar en tu biblioteca, irrumpe en La Casa de las Ideas junto a Alan Davis para escribir una carta de amor a la historia de Los Vengadores. Kang el Conquistador ha señalado al equipo original en un enfrentamiento que durará siglos. Pero ¿Qué aprenderán Thor, Iron Man, el Capitán América, El Hombre Gigante y La Avispa sobre el futuro que les aguarda?

Este tomo 100% Marvel en tapa blanda recopila la miniserie The Avengers: War Across Time 1-5, publicada este 2023 en USA.

Me ha resultado super curioso leer recientemente el Biblioteca Marvel Los Vengadores 2 y tener ahora esta historia situada cronológicamente justo después del The Avengers 11 USA publicado en dicho volumen. En relación a la historia de Paul Levitz, en positivo diré que ha trasladado perfectamente el espíritu de los comics de 1964 en esta miniserie. Janet van Dyne es una caprichosa más pendiente de flirtear con quien tenga delante que en actuar de heroína, Thor es un engreído desagradable y hay unos diálogos cortantes que muestran a unos personajes muy poco agradables unos con otros. En ese sentido, Levitz se nota que se ha empapado de estos comics clásicos y recrea esta etapa de maravilla, arreglando elemento raros de las historias de Stan Lee, cuando mostraba al Capitán América desequilibrado mentalmente casi con Síndrome de Stress Post-Traumático.

Curiosamente, el personaje más razonable de Los Vengadores de esos años resulta ser Hank Pym, lo cual resalta la injusticia que se hizo al personaje años más tarde a partir del infame bofetón que pegó a Janet en los 80, un pecado cometido en un momento de desequilibrio mental del que no dejaron que se recuperara a partir del siglo XXI. En esta miniserie se muestran elementos habituales de la época, como que Thor perdiera cada dos por tres su martillo y se convirtiera en Donald Blake pasados 60 segundos sin que el resto de Vengadores lo descubriera. O que Tony Stark ocultara su identidad secreta a sus compañeros haciéndose pasar por su guardaespaldas. Por cierto, ¡qué decir de las míticas ruedas de patines incorporadas a su armadura! También resulta curiosa la visita / intento de robo de Los Vengadores en el Edificio Baxter, hogar de Los 4 Fantásticos, lo que resalta también los cameos e invitados especiales que poblaban los comics Marvel de los 60. Incluso cuando los 4F no aparecen al estar ausentes.

En realidad la historia para mi era un excusa para poder disfrutar del dibujo de Alan Davis. Y Davis con el color de Rachelle Rosenberg realiza un trabajo soberbio. Davis tiene en la actualidad 67 años, y es una pasada comprobar cómo mantiene su fuerza y personalidad como el primer día. Por decir algo menos bueno, hay alguna cara de algún héroe en alguna viñeta puntual que se ve rara, pero esto es un pero muy muy pequeño en un comic que es un prodigio de narrativa. Y es que este comic plantea números con combates casi en su totalidad, creando Davis unas coreografías alucinantes sacando todo el partido a los poderes de cada uno de los protagonistas. No recuerdo cuando compré el anterior comic de Davis, pero esta Guerra a través del tiempo me ha mostrado a un maestro que sigue conservando su habilidad como el primer día. Ojalá se mantenga con esta habilidad durante muchos años, y yo esté aquí para disfrutarlo.

Dentro que como comentaba sólo el dibujo de Davis ya me justificaba la compra y en ese sentido me siento totalmente satisfecho, tengo que decir que la historia en si de Levitz me parece casi una estafa. En USA esta miniserie salió en Marzo coincidiendo de alguna manera con el estreno de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, y entiendo que la decisión de mostrar a Kang como villano principal partía del interés de rentabilizar el estreno del MCU. Sin embargo, cuando ves la historia en realidad el villano principal de esta miniserie no es tanto Kang, sino Sindri, el rey de los enanos de Nidavellir en la juventud de Thor, que une sus fuerzas con los hombres de lava tras ser transportado a la Tierra por un error de Los Vengadores mientras intentan llevar la guerra a casa de Kang. De hecho, Sindri es el villano al que se enfrentan los héroes en 3 de los 5 números de la miniserie y NO tiene nada que ver con Kang. Narrativamente me deja la sensación que Marvel nos ha dado gato por liebre en esta miniserie. Aunque luego David o dibuje todo como los ángeles.

Kang el conquistador sólo tiene relevancia en el primer número al crear un nuevo robot para que se enfrente a los Vengadores, un Hulk-robot en lugar del Spiderman-robot que vimos en el número 11 USA. De forma que Levitz copia el argumento de esta grapa clásica, aumentando el nivel de amenaza al emplear a Hulk, lo que permite, todo sea dicho, que Davis se luzca. Sin embargo, luego Kang prácticamente desaparece del comic y no es hasta el quinto número en que vuelve a tener importancia con un enfrentamiento contra Los Vengadores que resulta super anticlimático. La denominación de la miniserie como «Guerra a través del tiempo» no se justifica en absoluto al estar 4 de los 5 números en la Nueva York de 1964, dejando el viaje temporal para el final. De hecho, de nuevo Davis se luce en unas páginas finales en las que vemos a los Vengadores pasar por otras épocas mientras viajan del futuro a su pasado, mostrando a diferentes alineaciones de héroes, pero aunque si viajan «a través del tiempo», en ningún caso hay «guerra». Por recordar lo de la «estafa» en el título del comic.

Esto me lleva al problema general que han sufrido las numerosas miniseries «nostalgia» que Marvel ha publicado en los últimos años. Hay una parte positiva que hay que destacar y es que Marvel usa estas series para dar trabajo a autores / escritores de la vieja escuela que no tienen cabida en la editorial moderna. (Algo decidido por otros editores super diversos y comprometidos socialmente de Marvel). Pero desde el momento en que estas miniseries se ambientan en el pasado en lugar de en el presente Marvel ya indica que es una serie de segundo o tercer nivel que no tiene más valor que el propio nostálgico. Empezando porque NO puede cambiar la continuidad ya existente, de forma que el comic puede ser más o menos entretenido pero no puede crear nada que contradiga los hechos del pasado o los amplíe de forma relevante. En el caso de esta miniserie es un placer disfrutar de Alan Davis, pero en la infinidad de miniseries de todo tipo que se han publicado, tener a dibujantes y escritores sólo correctos no es suficiente para vender el comic.

La forma en que Levitz plantea esta historia no hace más que resaltar los problemas de base de Marvel a la hora de plantear estas miniseries nostálgicas. Si realmente quiere que estos trabajos se sientan «importantes» debería ambientarlas en el presente, dando la opción que hubiera una ligera incertidumbre por lo que puede pasar. Marvel transmite tan claramente que estos trabajos son un trámite que tienen que hacer pero que no les interesa que ¿por qué deberían interesarme a mi como lector? Precisamente es por esto que no he comprado comics como por ejemplo el Maestro de Peter David. En el caso de este comic de los Vengadores, Alan Davis me ha dado el salto de calidad e interés suficiente para hacerme cambiar de idea, pero es más mérito de Davis que del comic en si o del formato de miniseries de Marvel.

A pesar de todo, Los Vengadores: Guerra a través del tiempo me ha permitido disfrutar de uno de mis artistas favoritos de toda la historia, así que no puedo más que darme por satisfecho. De hecho, aparte de una etapa corta de Alan Davis con Kurt Busiek tras abandonar George Pérez la colección, o la miniserie Avengers: Prime con Brian Michael Bendis o Ultron Forever con Al Ewing, no recuerdo a Davis en otros comics anteriores de Los Vengadores, por lo que me alegra haber podido disfrutar de sus arte en esta miniserie.

Comparto las primeras páginas del comic:

Los Vengadores: Guerra a través del tiempo me ha valido la pena por el dibujo de Alan Davis, pero reconozco que la historia ha sido un jarro de agua fría que no estuvo el nivel del dibujo.

PUNTUACIÓN: 7/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Crítica de Ahsoka episodio 7 (Disney+)

El séptimo episodio de Ahsoka estrenado en Disney+ es otro buen episodio que deja todo listo para el climax final de la semana que viene.

PUNTUACIÓN: 7/10

Episodio 7. Sueños y locura. Hera debe responder ante la Nueva República mientras una reunión tiene lugar en un sitio muy lejano.

El séptimo episodio de Ahsoka ha sido dirigido por Geeta Vasant Patel y cuenta como siempre con guiones de Dave Filloni, en showrunner y creador del personaje. El capítulo tiene una duración 46 minutos (40 sin los títulos de crédito) y quiero aprovechar para recordar el estupendo trabajo de Kevin Kiner con la música de esta serie.

En el reparto, seguimos disfrutando de Rosario Dawson como Ahsoka Tano, Natasha Liu Bordizzo como Sabine Wren y David Tennant como la voz de Huang, el droide que acompaña a Ahsoka. En este episodio tenemos ya a todo el reparto de la serie, empezando por Mary Elizabeth Winstead como Hera Syndulla. Genevieve O’Reilly como Mon Mothma, Nelson Lee como el Senador Hamato Xiono, Paul Sun-Hyung Lee como el Capitán Carson Teva y la aparición sorpresa de Anthony Daniels como C-3PO en la trama de la Nueva República en Coruscant. Hayden Christensen como Anakin Skywalker, y por el lado de los villanos, Ray Stevenson es Baylan Skoll, Ivanna Sakhno como Shin Hati, Diana Lee Inosanto como la Bruja de Dathomir Morgan Elsbeth, Lars Mikkelsen como el Gran Almirante Thrawn y Eman Esfandi como Ezra Bridger, completan el reparto en el planeta Peridea.

Llegados al séptimo episodio de una serie de ocho uno ya debe saber si la serie en cuestión te está funcionando o no. Y tengo claro que Ahsoka me está gustando y me parece un buen añadido al lore de Star Wars en el momento temporal post Retorno del Jedi que tanto me gusta, gracias a la existencia de esa joya que es The Mandalorian. Sin embargo, tengo que reconocer que me falta la conexión emocional para que esta serie me flipe.

En este episodio tenemos la continuación de varias tramas por terrenos más o menos esperables. Hera se enfrenta a una posible sanción al desobedecer la orden de no intervenir, pero esto queda anulado gracias a un cameo de C3PO que lleva a los senadores un mensaje de Leia Organa. Si este cameo tenía que emocionar, al menos conmigo no lo consiguió. Aparte de la suposición que el Senador Hamato Xiono sea un agente imperial durmiente, resulta un tanto absurdo que recién salidos de la guerra contra el Imperio la Nueva República no se mueva por la filosofía de «esperar lo mejor, prepararse para lo peor» expresada por Hera a Mon Mothma tras ser exonerada de todos los cargos. Veremos qué papel tiene Hera y la Nueva República en su oposición contra Thrawn, pero diría que eso va a ser algo que NO veremos en esta temporada.

Tras la emocionante presentación de Ezra la semana pasada, en este episodio asistiremos a la reunión de Ahsoka con Sabine y Ezra, que nos da otro momento muy chulo. Que Ahsoka no recrimine a Sabine su traición alegre como está de ver que Ezra está vivo es un detalle muy chulo del episodio, mostrando que Ahsoka es más comprensiva y menos dura de lo que parecía viendo los primeros episodios. Por cierto, Ahosoka vuelve a tener una nueva escena junto a Anakin Skywalker en la que su maestro le da un último consejo antes de convertirse en Darth Vader. Esta escena, como antes la de C3Po, veo clarísimo que en parte está planteada para hacer flipar a los fans, pero a mi me dejó frío.

Aunque es un elemento que se ha obviado, no puedo dejar de acordarme lo absurdo que es que Ezra haya vivido en libertad todos estos años sin que las fuerzas imperiales le detuvieran en algún momento. Esto diría que es una de tantas conveniencias planteadas por Filloni para hacer avanzar la trama sobre las que mejor no pensemos demasiado en ellas. Dicho esto, he aceptado rapidísimamente a Eman Esfandi como Ezra Bridger, creo que va a darnos a un estupendo Ezra en carne y hueso. Esto contrasta con lo flojita que veo interpretativamente hablando a Natasha Liu Bordizzo como Sabine Wren, siendo también una perfecta Sabine en lo superficial.

El Gran Admirante Thrawn confirma toda su inteligencia y falta de escrúpulos en este episodio, apoyado en unas Brujas de Dathomir que muestran de forma super guapa sus poderes para intentar localizar a Ahsoka en su escondite del cementerio de purgills en la órbita del planeta Peridea. Thrawn promete ser un villano importante para la franquicia de Star Wars, y me gusta la interpretación de Lars Mikkelsen que transmite la sensación de amenaza que este Gran Admirante debe transmitir no por su fuerza física sino por su mente analítica. Dicho esto, de alguna manera en este episodio se ha limitado a justificar su fracaso al no conseguir que sus hombres maten a los jedis.

Tras el buen episodio anterior, en este no me ha acabado de funcionar que Baylan Skoll decida no luchar contra los héroes para seguir su propio camino, cosa que sin embargo no le impide tener un nuevo enfrentamiento contra Ahsoka que queda en tablas y resulta un tanto gratuito. Lo lógico hubiera sido matar a los jedi Sabine y Ezra junto a su aprendiz y DESPUÉS decidir quedarse en el planeta para buscar los poderes de las brujas de Dathomir. Que deje tirada a Shin Hati es un poco absurdo y super rastrero, la verdad. Entre esto y que la pelea de los jedis contra Hati y dos pelotones imperiales me ha parecido super cutre, no he podido disfrutar como me hubiera gustado del episodio.

Aunque este combate en Peridea no me ha gustado, y creo que tiene algunas de las coreografías más flojas de los últimos tiempos, no se puede negar que esta serie de Ahsoka es puro Star Wars. En este episodio hemos tenido combates (persecución más bien) de naves espaciales, a una heroína escondida en un campo de asteroides, varios duelos de sables laser y a unos pelotones de tropas de asalto con una puntería lamentable en situaciones en que apriori lo tenían todo a favor. Como digo, puro Star Wars.

Queda un último episodio para que esta primera temporada de Ahsoka termine, y la gran duda ahora mismo es saber si la serie va a dejar las principales tramas abiertas o no, simplemente viajando los protagonistas de nuevo a la galaxia de Star Wars y confirmando a Thrawn como el gran villano a batir en las próximas series de Star Wars ambientadas en este momento temporal. Ahora mismo hay demasiadas cosas completamente abiertas para pensar que Dave Filloni va a querer cerrarlas en 45/50 minutos. De hecho, toda la serie estaba teledirigida a plantear (presentar) a Thrawn como gran enemigo de Star Wars de los próximos años. Que de alguna manera el final de la semana que viene haga que Thrawn quede varado de nuevo en Peridea me parecería absurdo. No va a ocurrir. Thrawn tiene que volver a la galaxia y de alguna manera las protagonistas lo harán también.

Ahsoka se planteaba como una secuela emocional de Star Wars The Clone Wars y de Star Wars Rebels. La forma en que han trasladado a estos personaje de animación a la imagen real me parece que sido exitosa, incluso reconociendo que de momento la serie no ha conseguido que forme un vínculo emocional con ellos. Pero no son sólo Hera, Sabine y Ezra, Filloni se ha traído tramas como los purgill o las brujas de Dathomir que hasta ahora sólo habiamos visto en animación ampliando el lore de Star Wars de forma brutal para el gran público. Un público que seguro NO ha visto las series de animación.

La resolución del arco de Baylan Skoll me parece que es lo que más en el aire está, y es donde más dudas me surgen de si Filloni conseguirá que resulte satisfactorio. Dicho esto, Filloni tiene mi total confianza, no creo que vaya a fallar ahora cuando nos ha dado siete buenos episodios hasta la fecha. Sin embargo, reconozco que me hubiera gustado que la serie me hubiera gustado más, cosa que no ha sucedido por la inexistente conexión emocional, algo que Filloni si podría haber asentado a lo largo de la serie.

En todo caso, creo que Ahsoka es una buena serie que seguro está haciendo las delicias a todos los fans de Star Wars entre los que me incluyo.

Comparto el trailer de esta serie:

Ahsoka está resultando una buena serie a la que ya sólo se le puede pedir que acierte con el final.

PUNTUACIÓN: 7/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Crítica de DCsos: La guerra de los dioses no muertos de Tom Taylor y Trevor Hairsine (DC Comics – ECC Ediciones)

Tom Taylor termina su saga DCsos junto al artista Trevor Hairsine con un final épico a escala galáctica en la miniserie DCsos: La guerra de los dioses no muertos que ECC Ediciones acaba de terminar de editar en España y que hoy quiero recomendar.

PUNTUACIÓN: 7/10

¡El capítulo final de la franquicia DCsos! Lo que empezó como una batalla por la Tierra se ha convertido en una guerra por la galaxia. La aparición de un Darkseid renacido y no muerto en DCsos: Planeta muerto prepara el escenario para el conflicto más devastador para Batman, Superman y Wonder Woman. A medida que la Ecuación Antivida se extiende por el cosmos, los supervivientes de la Tierra se preparan para el apocalipsis que se avecina y se dan cuenta de que su única esperanza podría residir en el héroe superviviente más poderoso de la primera serie DCsos… ¡El exitoso equipo creativo formado por Tom Taylor y Trevor Hairsine regresa para su tercera y última entrega en La guerra de los dioses no muertos!

Es curioso que la primera miniserie de DCsos tuviera 6 números, DCsos: Planeta muerto tuviera 7 y esta última miniserie sean 8 ejemplares. Esto no es un dato importante, pero si destaca que el aumento de escala de la amenaza de la Ecuación de la Antivida exige más espacio para ser enfrentada como se merece. Algo que Tom Taylor aprovecha para plantear la historia más grande hasta la fecha, siempre con el corazón de los héroes protagonistas en el centro de todo.

DCsos ha sido un regalo para los fans de DC gracias al enorme trabajo de Tom Taylor. No es nada fácil hacer una serie basada en su origen en las muertes dramáticas y la zombificación de iconos de DC que la historia consiga que cada muerte nos importe e impacte a los lectores, y que temamos por el futuro de los que permanecen con vida. Y eso es todo acierto de Taylor, que plantea a los personajes en su versión más reconocible y atemporal. En esta última serie La guerra de los dioses no muertos los que eran los hijos de los héroes se han convertido en los iconos de pleno derecho gracias a años de luchas y de defender la vida por todos los medios, mostrando de forma brillante la idea de legado siempre tan presente en los comics de DC.

Que en este momento la amenaza se convierta en cósmica consigue que las apuestas nunca estuvieran tan altas debido a la amenaza de villanos como Darkseid o héroes cósmicos zombificados como Los Nuevos Dioses o Supergirl, entre otros muchos. La aparición de los Guardianes en el planeta OA y su decisión sobre la implicación de los Green Lanterns en esta guerra me recordó al mejor Geoff Johns en Green Lantern, con la diferencia que en DCsos realmente nadie está a salvo y todos pueden morir.

Taylor ofrece una tensión creciente a medida que los combates se recrudecen y conocemos al creador de la Ecuación de la Antivida, Erebos, personificación de la oscuridad y una de las deidades primordiales de la mitología griega, que supone una amenaza mayor que nada a lo que se hayan enfrentado. Y que en medio de todo encuentre el momento que secundarios como Alfred Pennyworth tengan su momento de gloria me parece tremendo. De hecho, que Taylor recuerde en el climax de esta serie un diálogo aparentemente intrascendente del primer volumen nos muestra lo buen escritor que es y cómo posiblemente todo lo tuviera planificado desde el comienzo.

La capacidad de síntesis que Taylor ha mostrado en DCsos me parece otra de sus virtudes. Y es que este concepto resulta super goloso y DC podría haber planteado innumerables miniseries con héroes y villanos de todo tipo enfrentándose a la Ecuación de la Antivida. Sin embargo, además de las tres miniseries principales, Taylor sólo ha escrito DCsos: Inmortales, miniserie de 3 números con dibujo de Karl Mostert con una aventura de personajes de “segunda fila” como Red Hood, la antigua Batgirl Cassandra Cain, el Comisario Gordon o Deathstroke. En total, DCsos ha sido contada en 24 números, ofreciendo un final cerrado y super satisfactorio. Y es todo éxito de Taylor.

El elemento en el que DCsos flaquea es en el dibujo. En reseñas anteriores ya he comentado que Trevor Hairsine no es santo de mi devoción en prácticamente nada. Si tengo que alabarle por algo sería por su forma en que dibuja el gore y los momentos más sangrientos. Sin embargo, dentro de todo, me había acostumbrado a su estilo y tenía claro que Hairsine era la imagen gráfica de DCsos, al haberlo dibujado todo excepto la miniserie DCsos: Inmortales que la dibujó Karl Mostert.

Lo que encuentro incomprensible por parte de DC es que Hairsine NO dibuje toda esta miniserie, ya que entiendo que por los plazos de entrega. Neil Edwards primero en los números 4 y 5 y luego Lucas Meyer en los números 7 y 8 han realizado labores de fill-in en estas grapas. Y ya no es que Edwards y Meyer sean mejores o peores que Hairsine (son peores), es que su estilo es totalmente diferente y sus páginas cantan en la comparación. Esto es una enorme cagada por parte de DC Comics, no hay excusa o justificación posible.

Porque incluso sin ser aceptable, podría entender que los editores contrataran a un artista fill-in para dibujar algunas páginas si el dibujante no llega en una miniserie de un evento que tiene que terminar obligatoriamente en un fecha porque justo a continuación empiezan varias series con nuevos números 1 que van a generar importantes ingresos a DC. Pero DCsos no es nada de eso, es justo lo contrario. Hablamos de una miniserie fuera de continuidad que no afecta a nada fuera de la propia serie. Por tanto, por un lado DC podría haber dado más tiempo a Hairsine para que dibujara la serie, de forma que no tendrían que haber empezado a publicarla hasta que prácticamente estuviera dibujada en su totalidad. Porque daba igual que el número uno saliera un mes o el siguiente o el siguiente. Y esto no es tan difícil, Mark Millar y Robert Kirkman SI lo aplican en sus comics del Millarworld y Skybound desde hace tiempo, puede hacerse sin problemas si hay voluntad. E incluso sin hacer esto, no hubiera pasado nada si se hubiera retrasado la salida de un número o de varios un mes o dos durante la publicación para que Hairsine se hubiera puesto al día. No se los motivos exactos que provocaron la decisión de que Hairsine no dibujara toda la colección, pero el resultado es una historia modélica que se ve empeñada con unas páginas que no tienen nada que ver con las de Hairsine y que desentonan un montón del conjunto.

Es una pena que la sensación que me debería haber dejado el comic no es lo buena que debería por este cambio absurdo de dibujo con dos dibujantes fill-ineros diferentes. Y cuando se habla de la caída de ventas y del auge del manga nadie parece darse cuenta que una de las máximas del comic japonés es que mantienen una coherencia gráfica a lo largo de toda la obra. Que los comics americanos alternen buenos artistas con otros mediocres simplemente por obligación de sacar el comic explica que a mucha gente la afición no le salga a cuenta y prefiera centrarse en otros entretenimientos.

El fallo del dibujo es una pena. Y digo esto reconociendo que Hairsine tampoco es que me guste demasiado. Prefiero no pensar lo que hubiera podido ser DCsos si esta serie la hubiera dibujado Jorge Jiménez, por decir un autor de DC con contrato en exclusiva. Y a todo esto, tengo que destacar en este caso también para mal las terribles portadas de Howard Porter (con color de Rain Beredo), al que desde el accidente que tuvo hace unos años parece que se le ha olvidado dibujar, con unas proporciones super exageradas y una sensación casi abocetada confiando en que el color disimule o embellezca un trabajo a años luz de sus mejores trabajos, empezando por la Justice League con Grant Morrison.

Dicho esto, tengo que quitarme el sombrero con el emocionante y satisfactorio viaje que Tom Taylor nos ha dado a lo largo de estos meses, consiguiendo que lo que parecía una historia macarra de zombies se convierta en una historia de esperanza ante la posibilidad de un futuro mejor conseguido con el esfuerzo de los mejores héroes de la galaxia. ¡Qué bueno eres, Taylor!

Comparto las primeras páginas del comic:

DCsos termina por todo lo alto, ofreciendo Tom Taylor un final super satisfactorio a la altura de esta historia a escala cósmica. ¡Qué bueno es Taylor en estas historias en universos alternativos!

PUNTUACIÓN: 7/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Crítica de Winning time temporada 2 (HBO Max)

Tenía ganas de ver la segunda temporada de Winning time. La dinastía de los Lakers en HBO Max. Y aunque he disfrutado mucho de estos episodios, la experiencia ha quedado lastrada por la decisión de la cadena de cancelarla y sobre todo, de reducir la extensión de la temporada.

PUNTUACIÓN: 8/10

Crónica de las vidas personales y profesionales de los jugadores de Los Ángeles Lakers en los años ochenta, una de las dinastías más veneradas del deporte y un equipo que definió una era dentro y fuera de la pista. Tras ganar el primer anillo de campeones de la NBA, en esta segunda temporada los jugadores tendrán que buscar mantener el hambre de títulos frente al empuje de los poderosos Boston Celtics capitaneados por el mítico Larry Bird.

Winning Time: The Rise of the Lakers Dynasty es una serie creada por Max Borenstein y Jim Hecht para HBO, basada en el libro Showtime: Magic, Kareem, Riley y la dinastía de los Lakers de Los Ángeles en la década de 1980, de Jeff Pearlman. La serie cuenta con Adam McKay como productor ejecutivo y con Borenstein de showrunner para esta segunda temporada que ha contado con tan sólo 7 episodios. Borenstein escribe todos los guiones junto a Rodney Barnes, Jim Hecht y Rebecca Bertuch. Los directores son Salli Richardson-Whitfield (3 episodios), Tanya Hamilton (2), Todd Banhazl y Trey Edward Shults.

La serie está protagonizada por John C. Reilly como Jerry Buss, el dueño de los Lakers que compró el equipo en el verano de 1979. Quincy Isaiah es Magic Johnson, Jason Clarke es Jerry West, Adrien Brody interpreta a Pat Riley, Gaby Hoffmann es Claire Rothman, Tracy Letts es Jack McKinney, Hadley Robinson es Jeanie Buss, hija de Jerry Buss que le ayuda en el club, DeVaughn Nixon es Norm Nixon, Solomon Hughes es Kareem Abdul-Jabbar y Delante Desouza interpreta a Michael Cooper.

La primera temporada de Winning time me pareció un milagro. Soy de una quinta que tras los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1982 empecé a seguir la NBA, cuando se podía. Poder conocer el origen de los Lakers del Showtime de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar me pareció una maravilla, y disfruté muchísimo la primera temporada. La primera temporada de Winning Time narró en sus 10 episodios la tormentosa temporada 1979-80 en que Magic Johnson llegó a los Lakers como rookie y consiguieron ganar el título, dando comienzo a lo que luego se llamó el Showtime.

En esta segunda temporada tenemos más de lo mismo, aunque la decisión de HBO de cancelar la serie tras una temporada reducida de 7 episodios en lugar de los 10 habituales ha provocado que la trama se acelere más de lo deseable. Por este motivo, veremos de forma reducida los hechos principales de ¡4 temporadas! entre 1980 y 1984, en las que los Lakers de Magic y Kareem ganaron un segundo anillo en 1982 pero perdieron las finales de 1983 frente a los Filadelfia 76ers y de 1984 contra los Celtics de Larry Bird. Demasiadas cosas interesantes para tan sólo 7 episodios.

El caso es que todo lo que nos cuentan me flipa, empezando por la disputa de Magic contra el entrenador Paul Westhead que terminó en el despido del entrenador en la temporada 1981/82, que llevó a Pat Riley al cargo de entrenador. Otro elemento que me gusta mucho es la forma en que nos muestran la historia de Larry Bird, interpretado de forma antológica por Sean Patrick Small, y cómo llegó a los Celtics, lo que sirve para contrastar las filosofías de los dos clubs. Los elementos principales creo que están muy bien llevados y consiguen que la serie sea una delicia para todos los amantes del baloncesto de la NBA. Sin embargo, esto va en detrimento del propio baloncesto, que queda reducido a la mínima expresión en esta temporada.

John C. Reilly como Jerry Buss me parece una pasada, al igual que otras interpretaciones como las de Adrien Brody como Pat Riley y Jason Clarke como Jerry West. El carisma que transmite Reilly es contagioso, pero a la vez ahora que vi la temporada me quedé con la sensación que me hubiera gustado tener menos de Jerry y su familia y más de baloncesto. De hecho, hay una parte importante de la temporada que gira en torno al noviazgo de Jerry con Honey Kaplan, una antigua novia con la que acabó casándose, cuya relación acabó en desastre al descubrirse que Jerry no se había divorciado legalmente de su primera esposa, por lo que la boda no tenía validez. La forma en que la serie termina sin saber la forma en que se resolvió el divorcio es otro de los elementos que resaltan los problemas narrativos que han tenido esta temporada.

Hay una realidad evidente y es que la HBO Max la cagó cuando decidió cancelar la serie tras dos temporadas. Es cierto que Winning time recibió muchas críticas por ejemplo de Magic o Kareem como que no han representado la realidad de los hechos. Pero diría que la primera temporada tuvo buena audiencia. Puestos a producir una segunda temporada, resulta incomprensible que la HBO redujera la duración de 10 a 7 episodios, lo que de facto reducía las opciones de contar algo con la mínima profundidad.

Dicho esto, la responsabilidad de terminar la serie dejando a los Lakers en su momento más bajo tras su derrota contra los Celtics en la final de la NBA de 1984 es responsabilidad totalmente de los productores y showrunners. Podían haber optado por ejemplo por contar sólo dos temporadas y dejarnos con la consecución de su segundo anillo, pero fueron a saco dirigiendo la serie al enfrentamiento entre los Lakers y los Celtics. Que tengo claro que es lo más jugoso. Imagino que en una temporada normal de 10 episodios ver esta derrota en el séptimo episodio hubiera llevado a su revancha el año siguiente, lo que hubiera significado un final de temporada perfecto con la victoria de los Lakers de 1985. Pero al ser sólo 7, la sensación es que no quisieron cambiar el guion y directamente optaron por dejar colgada la serie en este momento dramático para los Lakers. Casi parece que lo han hecho a propósito esperando que una ola de indignación inundara las redes sociales y provocaran que HBO reconsiderara la decisión de cancelar la serie. Cosa que por supuesto no se ha producido.

El epílogo final en el que cuentan utilizando imágenes reales de archivo que al final los Lakers si se convirtieron en dinastía ganando 5 anillos por 3 los Celtics (más todo lo que vino después) no consigue quitar el mal sabor de boca que ha producido el coitus-interruptus provocado por el final del séptimo episodio. Y es una pena, porque como digo Winning time me ha flipado de principio a fin y hubiera firmado encantado una sucripción a HBO Max todos los años para ver una nueva temporada. Parece claro que al final esta serie y en general el género deportivo es más nicho de lo que los productores pensaron en un principio. Una pena.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Winning time me parece un serión, pero a la vez me han matado con la forma en que han planteado esta segunda temporada dejándonos con este final amargo, a pesar del epílogo de última hora.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Crítica de Nadie te salvará de Brian Duffield (Disney+)

Tras leer buenas críticas de Nadie te salvará del guionista y director Brian Duffield, me he animado a verla aprovechando su estreno en Disney+. Y me he encontrado un ejercicio de estilo sumamente interesante que merece la pena su visionado.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Brynn es una joven brillante que vive aislada de un vecindario que la ha apartado. Solitaria pero optimista, encuentra consuelo en la casa donde creció, hasta que unos extraños ruidos la despiertan. Proceden de intrusos que parecen ser sobrenaturales. Brynn se enfrenta a extraterrestres que amenazan su futuro y la obligan a enfrentarse a su pasado. (FILMAFFINITY)

Brian Duffield (1987) dirigió la comedia negra Spontaneous (2020) antes de esta película escrita y dirigida por él que mezcla ciencia ficción y terror. Como guionista encontramos trabajos como Love and Monsters (2020), la entretenidísima Underwater (2020) y la pasada de rosca The Babysitter (2017).

Nadie te salvará es una película de 93 minutos de duración, 88 sin los títulos de créditos finales. Cuenta con fotografía de Aaron Morton, montaje de Gabriel Fleming y música de Joseph Trapanese. La película ha sido producida por 20th Century Studios, ahora propiedad de Disney, con un presupuesto de 22 millones de dólares. Aunque tuvo una premiere la semana pasada en Los Ángeles, en los Estados Unidos se ha estrenado en HULU, mientras que en España lo ha hecho dentro del catálogo de Disney+.

Kaitlyn Dever, a la que descubrí en la maravillosa Booksmart (Super empollonas) y que también tuvo un interesante papel en Dopesick, Historia de una adicción, es la espectacular protagonista de esta historia en la que está presente en pantalla en el 95% del tiempo. Dever es Brynn, una joven que vive aislada acosada por un pecado de su pasado que enfrentará a una invasión de su domicilio diferente a todo lo visto hasta la fecha. Junto a Dever encontramos en el reparto a Elizabeth Kaluev como la joven Brynn, Zack Duhame como el cartero, Lauren L. Murray como la madre de Brynn, Geraldine Singer como la Sra. Collins, Dane Rhodes como el jefe de policía Collins, Daniel Rigamer como el Sr. McCreary, Dari Lynn Griffin como Maude, la amiga de Brynn fallecida hace 10 años, y Evangeline Rose como la joven Maude.

Nadie te salvará ha resultado toda una sorpresa y sobre todo, un interesante ejercicio de estilo. Porque el principal hecho distintivo es disfrutar de una película planteada prácticamente SIN DIÁLOGOS. Esto no quiere decir que no haya sonido, claro, lo cual genera un marco narrativo poco habitual que es lo que va a conseguir que se hable de esta película en las próximas semanas.

En muchos aspectos, la historia de Brian Duffield parece sacada de un episodio de Twilight Zone, porque la mezcla de ciencia ficción muy loca con una historia de terror en la que una joven huye de varios stalkers, con la peculiaridad que son alienígenas, permite a Duffield plantear una colección de escenas repletas de tensión. La mención a Twilight Zone viene también la puesta en escena y sus efectos especiales, que resultan ajustados pero con alguna escena un poco más cutrilla de lo esperable. Para resolver la problemática presupuestaria Duffield plantea en la mayoría de momentos que no se vea bien al alien, presentándolo en segundo plano desenfocado al centrarse la cámara en la protagonista. El sugerir más que mostrar sobre todo en la primera mitad creo que funciona mejor que cuando luego la película se lanza a un frenesí de aliens atrapa-humanos, pero creo que el conjunto queda bastante equilibrado, teniendo en cuenta que este aumento de escala se corresponde con lo esperado en un típico climax final.

Kaitlyn Dever es la omnipresente protagonista. A la sobre aparición en pantalla, prácticamente diría que está en el 95% de planos con una acción siempre gira a su alrededor, hay que sumar el problema añadido de no tener diálogos para construir a su personaje. Sin embargo, Dever está increíble, planteando una expresividad no verbal sobresaliente, por ejemplo cuando sufre para intentar no hacer ruido mientras el primer alien invade su casa y ella está hiperventilando. Dever consigue que te pongas en la piel de Brynn y que sufras ante un destino que parece inevitable debido a los poderes y número de los aliens que parece que han invadido la localidad. La película me parece un éxito total, pero justo por eso hay que destacar que con otra actriz menos capaz la película hubiera naufragado. Dever me gustó en sus trabajos previos, y tras verla en esta película se confirma que habrá que estar atento a sus próximos proyectos.

Brynn se encuentra atormentada por un pecado del pasado relacionado con su amiga fallecida Maude. Un hecho que la ha convertido en una apestada en su pueblo y la obliga a vivir casi en soledad. La resolución de la historia con un final feliz bizarro en el que algunos elementos quedan a la interpretación del espectador, con alguna cosa que según se mire no tiene sentido, es otro elemento que también me recordó a Twilight Zone, dicho en este caso con connotación positiva.

Otra cosa que me ha gustado es la duración de la película. Descontando los títulos de crédito iniciales y finales la historia no llega a los 90. Esto también lo hace parecer un episodio de televisión ampliado, pero me gusta que la historia es la que es y no se busque alargar artificialmente algo que por otro lado no da más de si. El ritmo es perfecto, así como la tensión que se va creando con cada nueva escena a medida que avanza la película, ofreciendo un final inesperado respecto a lo que es el entretenimiento más mainstream, pero que de nuevo es típicamente Twilight Zone.

Si a esto le sumamos la comodidad de poder verla en casa gracias a su estreno en Disney+, nos encontramos con una combinación ganadora. Y es que reconozco que hay muchas posibilidades que una película vendida por la peculiaridad de no tener diálogos NO me hubiera llamado suficientemente la atención como para pagar por verla en el cine. Pero al tenerla en casa la cosa cambia. Cambia completamente, porque me alegro de haberla visto. Y la recomiendo completamente.

Comparto el trailer de la película:

Nadie te salvará me ha resultado un interesante ejercicio de estilo resuelto con habilidad y calidad por el director Brian Duffield gracias entre otras cosas al espectacular trabajo de su protagonista Kaitlyn Dever.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!