Tenía muchas ganas de ver la última película de Brad Pitt, Fury (Corazones de acero), un drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial escrito y dirigido por David Ayer. ¿El veredicto? Una muy buena película.
La película sigue los pasos de un tanque Sherman durante los últimos meses de la WWII, durante la invasión a la Alemania nazi. Los protagonistas son los tripulantes del tanque Fury, Brad Pitt (Sargento Don «Wardaddy» Collier), Shia LaBeouf (Cabo Técnico 5º grado, Boyd «Biblia» Swan), Logan Lerman (el soldado novato Norman «Máquina» Ellison), Jon Bernthal (Soldado 1ª clase Grady «Coon-Ass» Travis) y Michael Peña (cabo Trini «Gordo» García) conductor del tanque.
Al director y escritor David Ayer le conociamos como director en películas de género noir y policial ambientadas (principalmente) en las calles de Los Angeles, como Vidas al límite (2005), Dueños de la calle (2008), Sin tregua (2012) y Sabotage (2014). Como escritor, sobre todo por su guión para Training Day, película con la que Denzel Washington consiguió el Oscar a mejor actor en 2001. Además, ha escrito también los guiones de U-571 (2000), A todo gas (2001), Dark Blue (2002) y S.W.A.T. (2003). Su filmografía siempre ha destacado por una dirección muy sólida que sabe sacar el máximo partido a historias y personajes al límite. Y aunque sus guiones podrían parecer argumentos muy trillados y ya vistos (p.ej. la ronda de policias en South Central de Sin Tregua), siempre crea sorpresas y giros inesperados que consiguen elevar el nivel.
Con Fury realiza un duro drama bélico con el que intentaba trasmitir la el drama real y el sufrimiento a los que se enfrentaron los soldados americanos en combate durante la WWII, y en eso acierta completamente. Además, visualmente los combates son impactantes, imprime un buen ritmo y una tensión constante a todas las escenas, y sabe sacar el máximo a todos los actores. En fín, todo lo que hay que pedir a un buen director, ¿no?
En esta película vemos uno de esos argumentos que (aparentemente) hemos visto miles de veces. Debido a la muerte de un componente de la tripulación del tanque, el soldado novato Norman Ellison (Logan Lerman) es asignado al equipo del veterano Sargento Wardaddy (Pitt). Norman nos servirá de ojos durante la historia, y su inocencia engancha emocionamente a la vez que sirve de contraste con la dura realidad del frente en el que todo se reduce a matar o morir, mejor tú que yo. «No te pediré que hagas nada que yo no haya hecho» le dice Wardaddy a Norman, y pondrá a prueba esa afirmación.
Mucho se ha hablado de las similitudes entre esta película y Salvar al soldado Ryan en lo relativo a la forma de rodar los combates y la crudeza de las muertes siempre en primer plano y presente en casi todas las escenas. Y aunque en lo relativo a la forma ambas películas sí son muy similares, es en el fondo donde se encuentran las principales e importantes diferencias. En la obra de Spielberg los soldados morían delante de las cámaras, pero ambos bandos se comportaban «honorablemente» defendiendo, eso sí, lo suyo y matando al enemigo. Sin embargo, en Fury vemos a los soldados americanos cometiendo actos despreciables e inmorales, matando soldados desarmados, robando y emborrachándose en cuanto tienen cualquier oportunidad. Una cosa es matar o morir, y otra matar por rabia y venganza. Y también muestra como los nazis trataban a los civiles que se negaban a combatir…
Lo cierto es que mirando la película con ojos del siglo XXI, esta historia no deja en buen lugar la actuación de los soldados americanos. Incluso escenas a priori «optimistas» como son la liberación un pueblo alemán por parte del batallón americano se convierte en uno de los momentos de mayor tensión cuando los soldados se encuentran a los habitantes del pueblo… aunque mejor no destripo la escena.
La película se aguanta gracias a las actuaciones de toda la tripulación del Sherman. Aunque Brad Pitt es el centro de la historia junto al novato interpretado por Logan Lerman, los demás actores Shia LaBeouf, Michael Peña y Jon Bernthal realizan un buen trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de personajes arquetípicos poco desarrollados. Esta película demuestra de nuevo la inteligencia de Pitt, que sabe involucrarse en proyectos interesantes que le exigen como actor y le permiten lucir sus mejores dotes.
Interesante también es el final, que pone un lógico punto y final a la historia y sirve de colofón a una de las mejores frases del personaje de Brad Pitt: «La guerra acabará pronto, pero antes de eso aún tiene que morir mucha más gente». El drama y la muerte de una batalla terminan, pero mañana habrá que volver a combatir, y el ciclo comienza de nuevo.
En resumen, un drama bélico super recomendable, que aunque no descubre nada que no supiéramos, es honesto con los caminos y situaciones que plantea y con la dura realidad de la guerra, que nos trasmite perfectamente a los espectadores.
Comparto con vosotros el trailer de la película, que muestra perfectamente el tono de la película:
Saludos a todos!
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