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Leyendo Batman de Tom King números 28-43 ECC Ediciones (54-85 USA)

Hoy voy a probar algo distinto en el blog. En lugar de realizar la típica reseña al uso, quiero compartir mis impresiones a nivel general del final de la etapa de Tom King en Batman, que finalizó hace unos meses en el número 85 USA (nº 43 ECC Ediciones).

PUNTUACIÓN: 5/10

ARTÍCULO CON SPOILERS.

Hace dos años y medio de mi última entrada sobre el Batman de Tom King. En ese momento, me quedé justo a continuación de su polémica boda con Catwoman, con el maravilloso arco Días Fríos con Lee Weeks publicado en el número 27 de ECC Ediciones (nos. 51-53 USA). Y en ese artículo ya comentaba que King nos había dado lo mejor y lo peor en esos números, con números sueltos brillantes pero una gran historia río que aunque se notaba de gran ambición, empezaba a flaquear.

Gracias a mi amigo Félix he podido leer las 16 grapas de ECC que completan la etapa de King en Batman, a falta de la miniserie Batman & Catwoman que aún se está publicando, correspondientes a los números 28 a 43 españoles, en los que se incluyen los números 54 a 85 USA y varios especiales. Un primer elemento a resaltar es este precisamente, que teniendo un amigo que me podría dejar las grapas de Batman en cualquier momento, yo dejé de comprar Batman tras el final de la decepcionante etapa de Snyder y Capullo, durante todos estos meses no sentí la necesidad o la curiosidad de leer estos comics, dado que cada vez conecto menos con el estilo y la narrativa de King.

Ahora que encontré la tranquilidad mental para afrontar esta larga etapa, me he decidido a leer de un tirón estas 32 grapas USA, en el convencimiento que la experiencia mejoraría frente a la lectura mensual fraccionada.

En estos 35 números hemos tenido varios arcos narrativos. Tras un número unitario centrado en la relación de Bruce Wayne y Dick Grayson dibujado por el genial Matt Wagner (número 54 USA), King nos plantea Bestias de carga (55-57 USA), un arco dibujado por Tony Daniel en el que KGBestia hiere gravemente a Nightwing y Batman empieza a entrever que SI hay una mente maestra que ha estado manejando los hilos de sus últimas desgracias. Estos cuatro números son ilustrativos de la inteligencia de Tom King y su dominio del ritmo narrativo y el drama, al presentar un número centrado en Dick para que recordemos (por si hiciera falta) lo mucho que nos gusta el personaje previo a que le pegue un tiro en la cabeza y le haga perder la memoria, quitándole de en medio para lo que estaba por venir.

Tras este shock para Batman, Alas de tiranía se desarrolla en los números 58 a 60, con dibujos de los maravillosos Mikel Janin y Jorge Fornés. Un arco en el que King analiza la relación de Batman y el Pingüino, mientras éste intenta compartir la información clave clave que posee sobre el dominio de Bane de Arkham y como ha puesto un plan para destruir a Batman, como ya vimos en el epílogo del número 50 de la boda.

Hasta este momento, estos 4 comics españoles me estaban gustando, dentro del ritmo pausado de King y los enormes monólogos que acompañan las páginas que empezaban a hacérseme bola. El primer gran problema de esta etapa viene del siguiente arco: Pesadillas (61-63, 66-69 USA), publicados en los números 32, 34 y 35 de ECC. Y es que en medio de este arco, y como ejemplo de una cuestionable planificación de DC, se publicó en los números 64-65 USA de Batman y Flash en crossover El Precio, que continúa la reunión de estos personajes que inauguró “La chapa”, unos números con guiones de Joshua Williamson.

Volviendo a Pesadillas, tras el anticlimático final de Alas de tiranía, Bane y el Batman de Flashpoint Thomas Wayne de una realidad alternativa han vencido a Batman ¡fuera de plano! y le mantienen en Arkham sedado. Durante los larguísimos 7 números de este arco, Batman tendrá que darse cuenta que está durmiendo y viviendo situaciones que no son reales, pero a la vez le permitirán enfrentarse con sus demonios internos, como lo que provocó que Selina Kyle le abandonara antes de la boda. Estos siete números están maravillosamente dibujados por Travis Moore, Mitch Gerads, Mikel Janin, Jorge Fornés, Lee Weeks, Amanda Conner y varios artista y Yanick Paquette. Pero se me hicieron eternos con una verborrea que hacía que los comics se hicieran antipáticos de leer, con una trama que claramente King había alargado en demasía.

Tras despertarse del sueño, Batman inicia el que hubiera sido el contraataque contra Bane y Thomas Wayne, de no ser porque es barrido del mapa de forma humillante, lo que nos lleva a La caída y los caídos (70-74 USA, 36-38 ECC), un arco centrado en la relación entre Bruce y Thomas Wayne, en el que el Batman Flashpoint intenta modelar a Bruce a su imagen y semejanza, mientras veremos la diferencia entre las vidas que vivieron estos Waynes tan diferentes y a la vez, tan parecidos. Con los estupendos dibujos de Mikel Janin y Jorge Fornés, a pesar del enfrentamiento final entre ambos, al final de este arco tenemos a un Bruce Wayne roto que no representa una amenaza para Bane.

Esto nos lleva a Ciudad de Bane, el larguísimo arco final de Tom King en Batman, desarrollado en 11 largos números (números 75-85 USA, 38-43 ECC). Con dibujos de Tony Daniel (2), Mitch Gerads, John Romita Jr (2), Mikel Janin (2), Clay Mann (2) y Jorge Fornés, a pesar de la calidad individual de cada dibujante, el resultado final es un batiburrillo a la que le falta la más mínima consistencia.

Mientras Thomas Wayne se llevó al desierto a Bruce, Bane se ha hecho con el control de Gotham gracias a un ejército de supervillanos que han derrotado a todas las fuerzas del orden y a los miembros de la Bat-Familia. Y para que Bruce pueda volver, antes tendrá que recomponerse física y emocionalmente. La llegada de Selina en el momento justo permitirá a la pareja recomponer su relación, pasar página del dolor que provocó su ruptura recordando que son almas gemelas destinadas a compartir un amor eterno mientras sigan con vida, y poner en marcha una jugada maestra preparada por Bruce antes incluso de su caída que derrote a Bane. Sin embargo, la victoria final de Batman frente a Bane y Thomas Wayne quedará empañada por la muerte de Alfred, uno de los personajes más queridos por los fans de Batman, lo que hace que se abra una nueva situación inédita en los 40 años que llevo leyendo las aventuras del Caballero Oscuro en continuidad.

En lo positivo, hay que agradecer las ganas de King de contar una historia diferente de Batman, y la ambición ante su idea de hacer una gran historia río de 100 números, que finalmente fueron recortados y se quedaron en 85. Toda la etapa de King está planteada para desmontar la frase clave que Joker le dijo a Catwoman y que provocó que le abandonara en el altar: “Él no puede ser feliz. Y seguir siendo Batman.” Tras un calvario a manos de Bane y Thomas Wayne, Bruce aceptará que SI puede ser feliz con Selina y seguir siendo Batman y defendiendo a los ciudadanos de Gotham. Esta clave, permitir que Bruce sea feliz, rompe una dinámica de ¿40 años? en el que DC impuso el Batman oscuro y afligido probablemente a partir de The Dark Returns y Batman: Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli, cosa que por ejemplo no pasaba en los 70 durante las etapas de Denny O Neil y Marshall Rogers.

La relación de Bruce y Selina es un amor maduro y sereno que me parece una de las grandes historias de DC de los últimos años. Una relación que ha estado tan bien contada y en la que hemos conocido tan bien la psicología de Bruce y Selina que hace que recuerde con vergüenza ajena anteriores representaciones de esta relación como el penoso Catwoman 1 de 2011, en el reinicio de los Nuevos 52, en el que convirtieron a Selina en un pedazo de carne sexualizada que visto ahora da mucha grima. Pensando en las estúpidas normas que la DC de Dan Didio impuso durante el reinicio de 2011 de los Nuevos 52 con restricciones a que los héroes se casaran o tuvieran hijos porque eso les haría parecer mayores ante las nuevas generaciones de lectores, me alegra que DC se haya atrevido a quitarse complejos y permitiera a King contar esta historia. Demostrándose una vez más que no hay malas historias (o personajes), sino autores y editores mediocres que no saben qué hacer con ellos.

La historia de King se siente como una única historia río en la que todo parece previsto de antemano y todos los secundarios tienen su importancia. Un ejemplo de esto es el detalle de la kriptonita metálica presentada en unas páginas de complemento en un Batman: Secret Files que muchos meses después va a ser el mcguffin que solucione el problema de Gotham Girl con sus poderes. Como ese ejemplo los hay a montones, con escenas sueltas que parece no pintan nada cuando se publicaron inicialmente que luego conectan y sirven para construir y dar un nuevo significado más adelante. Debido a la extensión, creo que no me equivoco si digo que esta etapa de Batman va a ser el trabajo más complejo que King ha realizado como escritor.

También debo reconocer que a veces es mejor apuntar al sol y quemarse como Icaro a pasar inadvertido. En este sentido, no dudo que King prefiere mantenerse en el escaparte mediático pudiendo escribir los comics que elija en cada momento a costa de generar polémica y división de opiniones entre los fans del Hombre Murciélago. Pero incluso a pesar de no conectar con la forma en que nos ha contado esta historia, no dudo que seguro King tiene un público fiel que agradece sus ticks y su narrativa super descomprimida.

También dentro de lo positivo, Batman es el comic más vendido de DC de largo de los últimos 20 años, así que no hay duda que los dibujantes van a ser unos fuera de serie. Y en este sentido, poder disfrutar de los españoles Mikel Janin y Jorge Fornés, o John Romita Jr y Lee Weeks, ha sido una pasada. Tony Daniel menos, las cosas como son. Aunque igual que digo esto, la falta de consistencia artística de esta etapa, publicada en Estados Unidos de forma quincenal, también acaba siendo un pero que hace que no disfrute de estos comics como me hubiera gustado.

Y hasta aquí, lo positivo. Realmente me gusta mucho la relación de Bruce y Selina, y reconozco la complejidad de la propuesta de King. Pero la ejecución me ha parecido lamentable. Empezando obviamente por la duración. 85 números para esta historia han sido demasiados, de hecho es quedarme muy corto. King simboliza actualmente lo peor del decompressing storytelling, contando en una grapa la nada y haciendo que arcos de 5 o 6 números te dejen siempre con la sensación que eso mismo podría haberse contado mejor con la mitad de páginas.

Que la historia tenía problemas narrativos queda claro desde el momento que DC cortó por lo sano y no dejó llegar a King hasta la mágica y soñada cifra de 100 comics como guionista de Batman, algo que King afirmaba que quería conseguir una y otra vez en las entrevistas de la época. Incluso Mikel Janin comentaba en un Salón del Comic de Barcelona que estaba seguro que King llegaría hasta el número 100 y le había contado sus planes para llegar hasta ahí. Incluso siendo Batman, el comic más vendido de DC Comics, entiendo que la editorial vio que el alargamiento excesivo estaba perjudicando las ventas de sus serie estrella por lo que optó por acortar los plazos y forzar el final anticipado.

Hay una corriente de opinión que dice que dado que los comics son un hobby caro (lo es), las grapas deben ser densas para que al menos nos cueste leer el comic un rato. Entiendo el sentido de esta opinión, porque es realmente frustrante leer un comic (¿he oído Bendis?) y comprobar que contiene dos escenas que se leen literalmente en tres minutos. Pero eso es una cosa y otra es el pomposo y sobrecargado estilo literario de King que convierte las páginas de los comics casi en historias ilustradas, empleando numerosas splash-pages para poner larguísimos diálogos en voz en off de personajes que no están en la escena y cuentan una historia diferente a lo que estamos viendo en imágenes. Algo que incluso sabiendo que al final todo adquiere sentido, convierte la experiencia de lectura en desagradable.

King estuvo tan concentrado con la complejidad general y en conseguir que todo cuadrara que se olvidó de lo principal que debe ser un comic de superhéroes: ENTRETENIDO. Y lamentablemente, un montón de grapas se convierten en un coñazo. Literalmente. Como digo, me gusta la relación de Bruce y Selina. Pero no son necesarios dos comics enteros de ellos hablando y dándole vueltas a los mismos temas redundantes para mostrarla a los lectores. Pensaba que la experiencia lectora mejoraría si leía todos estos comics de un tirón, pero es justo lo contrario. Esta sobrecarga de Tom King hizo que aún le viera más claramente todas sus costuras narrativas y todos los momentos alargados que alguien debería haberle hecho ver que se podrían haber contado mejor si fueran más cortos.

Pero más allá del continente o del estilo de King como escritor, el problema es que la historia en si, una vez la has leído de un tirón y piensas en ella, es ridícula hasta decir basta, haciendo que la suspensión de credulidad salte por los aires en numerosos momentos. El comic se caracteriza por estar repleto de personajes inteligentísimos que maquinan sus planes con meses de adelanto sin equivocarse nunca en nada. Empezando por un Bane que ¿se deja derrotar en «Yo soy Bane» para que Batman le encarcele en Arkham para así hacerse con el control de Gotham desde dentro? Ridículo. O qué decir de Batman, que descubrimos que empezó a planear su contra-ataque ya contando con ser derrotado en primer lugar y que esa derrota le permitiría aprender los conocimientos para derrotarles más adelante. En serio, es que este comic es así todo el rato con todos los personajes. Thomas Wayne también es así, lo que al final resulta cargante, redundante y muy poco entretenido.

Y qué decir de Alfred. Su muerte me ha dolido, porque es un personaje que me ha acompañado toda la vida. Pero peor es descubrir que él también planeaba por adelantado y se deja matar porque sabe que con su muerte Batman podrá salir victorioso frente a Bane y Thomas Wayne y si estuviera vivo sería un elemento de chantaje que provocaría la muerte de Bruce. Es emocionante la despedida en la que vemos una vez más que Alfred quiere a Bruce como si fuera su hijo. Porque lo es. Pero la forma en que nos cuentan su sacrificio me pareció patética. Y aparte del shock que esta muerte provoca, ¿realmente era necesario matar a Alfred? Sinceramente, me pareció algo de cara a la galería, como si King estuviera desesperado por intentar que se le recuerde por algo importante, la relación de Bruce y Selina no debe serlo, y para lograrlo acudiera al shock que la muerte de Alfred sabía que iba a provocar. Aunque obviamente algo así no puede hacerse sin el beneplácito de los editores, así que en este caso la responsabilidad es compartida, no sólo de King.

Inicié el artículo reconociendo que cada vez conecto menos con al forma de hacer historias de Tom King. Sin embargo, también es cierto que empecé a leer estos comic confiando que me gustaran. Cosa que no llegó a suceder. Pero si realmente hubiera pensado de antemano que no me iban a gustar os aseguro que no hubiera comenzado, desde luego tengo cosas mejores en emplear mi tiempo de ocio que leyendo 30 y tantas grapas que no me gustan. Dicho esto, una vez llegué hasta el comienzo de Ciudad de Bane, ahí si leía los comics por obligación, porque para entonces ya me habían perdido.

Porque esa es otra, Ciudad de Bane, el gran climax a 74 comics previos, al final es un bluf detrás de otro que se desinfla hasta niveles terribles, terminando la etapa de King en su momento más flojo. A pesar de los intentos de generar interés con cada una de las grapas y sus cliffhangers, el arco de 11 números se me hizo eterno y, a la vez, los finales a cada uno de los arcos, decepcionante.

Una vez acabada la etapa de King en Batman, y tras comprobar que su Mister Milagro me dejaba frío, comprenderéis que no tenga prisa en leer Rorschach o Strange Adventures. Aunque tampoco descarto hacerlo cuando tenga el estado mental adecuado.

En todo caso, no puedo más que exponer una vez más mi decepción ante esta larguísima y estirada etapa de Tom King en Batman. De hecho, esta larguísima extensión creo que a la larga también va a jugar en su contra y va a desanimar a muchos lectores a empezar a leerla en tomo. Aunque por supuesto puedo equivocarme, se me hace muy difícil imaginar un futuro en que alguien califique esta etapa como una de las ¿5/10 mejores? etapas del personaje.

PUNTUACIÓN: 5/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de Lobezno: blanco, negro y rojo (Marvel Comics – Panini)

Panini ha publicado un especial que es una autentica delicia para los amantes del buen arte en los comics de superhéroes: Lobezno: Blanco, Negro y Rojo, una colección de historias de un all-star de autores de Marvel.

PUNTUACIÓN: 8/10

Algunos de los mejores autores de Marvel se reúnen para un recopilatorio diferente de aventuras protagonizadas por Lobezno. Cada una de estas historias está creada en blanco y negro, pero incorpora un color: el rojo. Y el rojo es el color de la sangre.

Este volumen de 136 páginas en formato extra grande 23×33 cm contiene Wolverine: Black, White & Blood 1-4 USA.

En este especial encontramos 12 historias de 10 páginas cada una a cargo de algunos de los mejores autores de la editorial: Gerry Duggan y Adam Kubert, Matthew Rosemberg y Joshua Cassara, Declan Shalvey, Vita Ayala y Greg Land, Saladin Ahmed y Kev Walker, Chris Claremont y Salvador Larroca, John Ridley y Jorge Fornés, Donny Cates y Chris Bachalo, Jed MacKay y Jesús Saiz, Kelly Thompson y Khary Randolph, Ed Brisson y Leonard Kirk, y por último Steven S. DeKnight y Paulo Siqueira.

Lo primero a destacar de este tomo, algo en lo que Panini ha acertado completamente, es en la elección de un formato extra-grande de 23×33 cm. Si los lectores compramos estos especiales por el dibujo, que menos que poder disfrutar el arte en un formato mayor del habitual. Reconozco además que a priori este tomo no entraba en mi listado de compras del mes, pero verlo en la librería con ese megaformato y comprobar que su precio era 19.95 €uros (menos el 5%), me pareció un precio cojonudo y no pude evitar traérmelo para casa.

Comentaba que no entraba a priori en mi listado de compras porque habitualmente estos especiales no suelen contar historias demasiado interesantes debido al propio formato de 10 páginas por aventura, lo cual da para lo que da. Sin embargo, una vez asumes esto, lo cierto es que me han sorprendido positivamente las historias de John Ridley, la mejor del volumen gracias también al dibujo de Jorge Fornés, Declan Shalvey, al que se le echa de menos en series regulares pero que se está convirtiendo en un auténtico especialista en historias cortas, y Jed MacKay con dibujo de Jesús Saiz. También es un placer volver a leer una historia corta de Chris Claremont en colaboración con Salvador Larroca.

Un detalle que me parece muy chulo es que las 12 historias están ambientadas en diferentes momentos temporales para cubrir diferentes aspectos o etapas de Logan, desde su época en Arma-X, su estancia en Madripur como Parche, la época tras su boda fallida con Mariko, etc… Algo que entiendo ha sido buscado por los editores y que para mi aporta un extra de atractivo a varias de estas historias.

Sin embargo, obviamente no compras este tipo de comics por las historias. Y los dibujantes de este tomo se salen, empezando por Adam Kubert, pero también Joshua Cassara, los ya mencionados Jorge Fornés, Declan Shalvey y Jesús Saiz, Kev Walker, Leonard Kirk y Paulo Siqueira. Incluso Greg Land y Salvador Larroca lucen geniales en este tomo, lo que ya es decir.

Valorar también muy positivamente el hecho que tres dibujantes españoles estén incluidos en estas 12 historias, Jorge Fornés, Salvador Larroca y Jesús Saiz. Esto pone de relevancia la importancia que el talento español tiene actualmente para la Casa de las Ideas, lo cual no deja a ser un elemento del que los fans españoles tenemos que estar muy orgullosos.

De hecho, la única decepción de es volumen es la historia de Donny Cates y Chris Bachalo, algo totalmente inesperado porque Bachalo me gusta mucho (casi) siempre. Y es que Bachalo no sabe sacarle partido ni al formato de página, creando unas páginas confusas en la que no acaba de verse bien lo que sucede, ni tampoco del color rojo, que aumenta la confusión e ilegibilidad de estas páginas. Esta historia es la única que no me gustó, pero 1 de 12 en todo caso me parece un buen porcentaje para un tomo que he disfrutado mucho.

Comparto las primeras páginas de la historia de Gerry Duggan y Adam Kubert , con un dibujo para enmarcar que demuestra la gran habilidad de Kubert como narrador, colocando dos páginas recargadas de 16 viñetas cada una de lectura horizantal para maximizar el impacto visual de la alucinante doble splash page:

Lobezno: Blanco, Negro y Rojo es un estupendo especial que hará las delicias de todos los fans de Logan y en general de los comics Marvel.

PUNTUACIÓN: 8/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de Hot Lunch Special, de Eliot Rahal y Jorge Fornés

Uno de los comics que mejores reseñas ha recibido en los últimos meses de confinamiento fue Hot Lunch Special, original mezcla de género negro con drama familiar creada por Eliot Rahal y el dibujante español Jorge Fornés, publicada en Estados Unidos en 2018 por Aftershock y que acabe de ser editada en España por Planeta Comic.

PUNTUACIÓN: 7/10

¿Les va bien la sangre a los sándwiches? La de los Khoury es la típica historia de éxito entre inmigrantes: una familia de libaneses que consigue su porción del sueño americano cuando se convierte en el mayor distribuidor de sándwiches para máquinas expendedoras de la zona norte del Medio Oeste.

Por desgracia, los Khoury han llegado adonde están con malas artes y una rama del crimen organizado irlandés de Chicago ha vuelto para recordárselo. Fidelidad, tiros… y los secretos que durante tanto tiempo había ocultado la familia salen a la luz. Ahora, Dorothy, nieta del primer Khoury que se estableció en los Estados Unidos, reunirá a su dividida estirpe para enfrentarse a los irlandeses.

Escrito por Eliot Rahal —Cult Classic, The Paybacks y Quantum & Woody—y dibujado por Jorge Fornés —Batman—.

En este volumen se incluye toda la saga de los Khoury, del número 1 al 5.

Hot Lunch Special es un drama familiar de una familia de libaneses-americanos,  los Khoury, dedicados al mundo de la restauración y cuyo éxito e intención de expandir sus negocios les pondrán en rumbo de colisión con la mafia de Chicago. En su introducción, el guionista Eliot Rahal comenta que bajo el transfondo del género negro, este comic es una historia sobre su propia familia, y cómo incluso a pesar de las diferencias y la distancia, la familia lo es todo para él.

Dentro del actual panorama comiquero dominado por los superhéroes, es siempre interesante poder leer una historia de género negro a la que no le encuentro referentes claros en el mundo del comic, algo muy importante hoy en día.

Lo primero que merece la pena resaltar es que la portada con el sandwitch con dos dedos cortados dentro sugería que podíamos estar ante una historia con un toque muy macabro y sangriento, cosa que no llega nunca, de forma que en parte creo que no es representativa del comic que vamos a leer, lo que en sí mismo veo que es un problema.

Debo indicar que globalmente creo que he sufrido un caso claro de hype excesivo que probablemente ha jugado en mi contra a la hora de disfrutar este comic. Como digo, leí varias reseñas super positivas pero intenté no enterarme nada de la trama para dejar que me sorprendiera. Y lo malo de esto es cuando la historia no cumple.

En este sentido, reconozco el intento de Eliot Rahal de crear una historia que se sienta personal construida alrededor de la gran familia Khoury, empleando tiempo en presentarnos a Michael, el patriarca de la familia, Jordan,  su hijo y responsable del negocio en el presente, y su hija Dorothy, entre otros miembros de la familia.

La historia, además de combinar el thriller con el drama familiar, cuenta con un poso de tristeza y casi de inevitabilidad ante lo difícil que es escapar del mundo criminal por mucho empeño que le pongas, lo cual es en todo caso algo super positivo.

Leí en Zona Negativa que Sergio Fernández, uno de sus articulistas, definía este comic como «Fargo sin humor negro”. Y creo que esta comparación no le hizo ningún bien al comic. Porque si, este comic entraría en la categoría de «rural-noir» en la que los Coen han triunfado una y otra vez. Y si, Hot Lunch Special no tiene nada de humor. Sin embargo, los Coen ponen especial empeño en construir unos personales carismáticos con los que empatizas instantáneamente, incluso con los paletos inútiles, de forma que te preocupas y te entretiene todo lo que les pasa. Y ese es precisamente el principal problema de este comic.

Rahal presenta a una gran familia, si, pero en ningún momento consigue que los personajes sean interesantes ante los dramas a los que se enfrentan. De hecho, hay un intento creo que muy evidente de crear una historia coral con múltiples personajes y puntos de vista, cambiando el foco de los diferentes miembros de la familia Khoury a la detective Olson de la policía que investiga la aparición de ese dedo en un sandwitch en la primera página, además del mafioso irlandés Jim Moran. Le agradezco que no adorne la historia con giros imposibles y todo se mueva dentro de lo previsible, dicho en el buen sentido, pero lo que cuente debe ser interesante, y en mi opinión, excepto por unos destellos puntuales, a la historia le falta fuerza por todos lados y los personajes me traen todos sin cuidado.

Comentaba antes en positivo que veo un punto de vista original a Eliot Rahal, pero debería aprender de los clásicos como Ed Brubaker, que consiguen que en 20 páginas conectes incluso con el peor de los criminales, algo en lo que vi a Rahal muy verde y que diría que es el principal problema de este comic. Porque sin conexión emocional o personajes carismáticos, la historia pierde la fueza que debería tener.

Eso si, el dibujo del español Jorge Fornés me parece una pasada y entiendo que DC Comics le haya contratado para dibujar Batman, porque en las historias urbanas brilla a un gran nivel. Fornés realiza un sobresaliente trabajo recreando en estas páginas las calles de Sioux Falls (Dakota del Sur), además de realizar un excelente diseño de todos los personajes, haciéndoles super reconocibles en todo momento.

Fornés realiza todo el trabajo artístico, lápiz, tinta y color, además del diseño de las icónicas portadas de esta serie, y ofrece un enorme trabajo narrativo con una páginas super detalladas con abundantes detalles y fondos que hacen que sólo por su dibujo haya merecido la pena comprar este comic. La comparación que leí en Sala de Peligro comparando a Fornés con Mazzucchelli la veo super adecuada y en mi opinión, creo que podemos estar ante uno de los grandes artistas de DC Comics de los próximos años.

Quizá la lectura de Hot Lunch Special no haya sido todo lo buena que me hubiera gustado, pero le reconozco a Rahal su intento de crear algo diferente que se sienta personal, con un dibujo de Fornés que quita el hipo y que explica completamente su actual status de super estrella en DC Comics.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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