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Crítica de El Libro de Boba Fett episodio 6 (Disney+)

Jon Favreau y Dave Filloni nos están haciendo vivir la magia de Star Wars que los fans soñamos durante años con disfrutar. ¡Menuda bendita locura ha sido este sexto episodio de El Libro de Boba Fett! Ha sido tan grande que es imposible analizar el episodio sin entrar en SPOILERS.

PUNTUACIÓN: 9/10

SPOILERS A CONTINUACIÓN

Episodio 6: Del desierto llega un extraño.

Se exploran algunos misterios y Boba Fett descubre nueva información.

Dave Filloni dirige este sexto capítulo y también colabora con Jon Favreau para escribir el guión de un episodio brillante en la forma en que conecta lore de Star Wars de todas las épocas. Al igual que pasó la semana pasada, y en contraste con los 4 primeros episodios de Boba Fett, es alucinante la cantidad de cosas que pasan y el montón de personajes que hacen su aparición en los apenas 42 minutos del episodio (47 contando los títulos de crédito).

Cob Vanth. Mando. R2D2. LUKE SKYWALKER. Grogu. Ahsoka Tano. Cad Bane.

¡VIRGEN SANTÍSIMA!!! ¡Es que van a tope y no se guardan nunca nada!

Cada vez parece más claro que Favreau y Filloni nos han engañado desde el principio y este El Libro de Boba Fett realmente se trataba de un The Mandalorian 2.5 encubierto y nunca estuvo en sus planes hacer una historia autónoma del Universo Star Wars con el que conecta, y yo no puedo estar más contento por ello. El planteamiento de «marvelizar» el universo de Star Wars reforzando la interconectividad de todos los personajes de épocas y formatos diferentes no puede ser más sorprendente y emocionante. De hecho, si antes del estreno de Boba Fett había fans entre los que me encuentro que dentro que nos alegrábamos de poder ver una serie de Boba Fett considerábamos que estar 2 años sin disfrutar de las aventuras de Din Djarin era demasido tiempo, no cabe duda que ¡Jon Favreau pensaba exactamente lo mismo! Porque en cine es un plazo normal entre películas, pero en televisión dos años son una barbaridad. Tiene todo el sentido del mundo que Favreau y Filloni optaran por NO dejar el arco de Mando para Mandalorian T3 sino que no se hayan guardado nada y lo hayan añadido ahora en la serie de Boba Fett.

Este sexto episodio incluye algunos de los mejores momentos de Star Wars de toda la saga, empezando por todo el entrenamiento de Luke a Grogu, un sueño hecho realidad. Ya lo pensé en su momento tras ver The Mandalorian, pero lo cierto es que Favreau y Filloni están dejando en un malísimo lugar a la terrible última trilogía cinematográfica. Pero si el Episodio IX acabó con mi ilusión por Star Wars, The Mandalorian volvió a prender una llama en mi interior que no pensé que pudiera brillar de nuevo, que este Libro de Boba Fett está asentando.

Sin embargo, también confirma algo que ya comentaba al final del cuarto episodio y sobre todo la semana pasada, y es que a pesar de los intentos de humanizar a Boba Fett y convertirle en un personaje tridimensional que fuera mucho más que una armadura molona, cosa que por otro lado consiguen, queda claro que el protagonista de la serie hasta el cuarto episodio se queda muy corto en lo referido a carisma y en capacidad de aguantar por si sólo una serie, cosa que sí consiguió Din Djarin. A todo esto, entrando en territorio de suposiciones, diría que es imposible que la guerra contra el Sindicato Pike pueda resolverse en el último episodio de la semana que viene, aunque quizá si consigan resolver la lucha por el control de Tatooine, de forma que nos van a dejar con un final abierto con la guerra por el control del elemento criminal de la galaxia para The Mandalorian temporada 3, prevista para navidades de este mismo año.

Ver de nuevo a Luke Skywalker y alucinar con la perfección de los planos me ha volado la cabeza, porque apenas ha pasado un año desde el final de The Mandalorian y el salto tecnológico es acojonante. Los planos de Luke ahora sí son perfectos, e incluso sabiendo el truco no consigo notarlo y me sentí como si estuviéramos de nuevo en 1983 tras acabar de ver El Retorno del Jedi por primera vez, con un Mark Hamill que en ese momento tenía 32 años. Las posibilidades que abre la tecnología puede cambiar el negocio del entretenimiento, y veo cada vez más claro que Lucasfilm va a seguir explotando el mundo de Star Wars de este momento temporal post-Retorno del Jedi mientras deja aparcada en un cajón la fallida tercera trilogía ambientada veintitantos años después, porque es aquí y ahora donde está la esencia de Star Wars que los fans llevábamos demandando porque es la parte realmente potente donde se concentran los mejores personajes, cosa que Favreau y Filloni (y Lucasfilm) saben.

Pero no es sólo tecnología fría o fan-service vacío (sigo sin verle la connotación negativa que se le da al término). La historia aporta una emoción a todos los personajes que me vuela la cabeza, conectándola además con todo el lore de Star Wars de la República, la trilogía original, las series de animación como The Clone Wars, Star Wars Rebels o The Bad Batch y el universo ampliado por The Mandalorian. Favreau y Filloni son unos maestros a la hora de crear historias que se sienten Star Wars de principio a fin, con los personajes en el centro de atención.

Buen momento para quitarse el sombrero y hacerle un monumento a Pedro Pascal y su minimalista interpretación de Mando, que consigue transmitir toda la emoción ante el dilema que siente en relación a su «hijo» Grogu sin que se le vea nunca la cara. Sus matices y comunicación no verbal en este episodio están a años luz a cualquier cosa que nos han mostrado hasta la fecha Temuera Morrison o Ming-Na Wen, los protagonistas absolutos hasta el episodio 4, destacando la enorme diferencia actoral existente entre Pascal y el resto. Rosario Dawson como Ahsoka Tano resultó super inesperada en el episodio y comparte unos momentazos con Mando primero y con Luke después que son magia pura. Y, de nuevo, es que todo el episodio es emoción.

Y qué decir de Timothy Olyphant como Cobb Vanth, su parte en el episodio tiene un feel al western más puro que me parece brillante, con un potentísimo duelo contra Cad Bane (Corey Burton), el cazarrecompensas duroniano que tuvo una gran importancia en The Clone War y que más recientemente salió en The Bad Batch, que ha supuesto la guinda a un pastel casi perfecto. A todo esto, incluso sin haber visto las series de animación, la presentación que hace Filloni de Bane es un prodigio de narrativa y deja claro que es un enemigo peligroso y que un Sheriff curtido como Vanth es normal que esté preocupado por su llegada. No hace falta conocer todo el lore para saber que la amenaza es muy real.

Como digo, todo en este episodio es increíble hasta que recuerdo que la serie se llama «El Libro de Boba Fett» y por segundo episodio consecutivo Fett tiene una importancia mínima y nunca le echamos de menos. Queda claro que la serie ha contado con dos narrativas diferentes que han estado separadas a hachazos una respecto la otra. Temuera Morrison ha hecho lo que ha podido como Boba Fett, aunque cada vez queda más claro que preferimos a Mando y el lore de personajes que vienen con él. Dicho esto, como Favreau es un gran narrador que sabe qué necesita la historia en cada momento, sigo confiando que nos va a dar en el último episodio los momentazos de puto amo que llevamos esperando ver de Boba desde que comenzó la serie y que aún no tuvimos. ¿Fett contra Cad Bane? ¿Donde hay que firmar? ¡Lo quiero ya!

No quiero terminar sin quitarme el sombrero también ante Dave Filloni, aparte de por su conocimiento enciclopédico del lore de Star Wars, porque se sale en este episodio como director, creando imágenes bellísimas y momentos super potentes de tensión y emoción. Si en la temporada 2 de Mandalorian se inspiró en Kurosawa y el cine japonés para el episodio de Ahsoka, todo lo relacionado con Cob Vanth es puro western y me encanta. A todo esto, confío que Vanth no esté muerto y haya sobrevivido al disparo.

No acabo de creerme que quede apenas un episodio para conocer el final de este Libro de Boba Fett. Y no tengo duda que Favreau junto a Robert Rodriguez pueden conseguir que el final nos deje en lo más alto.

Comparto el teaser trailer del episodio:

El Libro del Mandalor…., perdón, de Boba Fett no deja de crecer y de ir a más. Qué ganas que se haga la semana que viene para conocer el final de la historia.

PUNTUACIÓN: 9/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de El Libro de Boba Fett episodio 5 (Disney+)

El quinto episodio de El Libro de Boba Fett ha estado dirigido por Bryce Dallas Howard con historia de Jon Favreau y ha sido el mejor hasta la fecha de largo. Es imposible hablar de él sin entrar en spoilers, así que te recomiendo que lo veas antes de leer este post, me lo agradecerás.

PUNTUACIÓN: 8/10

¡SPOILERS A CONTINUACIÓN!!!

Episodio 5. El retorno del Mandaloriano.

Aparece un aliado inesperado.

Bryce Dallas Howard dirigió dos episodios de The Mandalorian, y su llegada a El Libro de Boba Fett ha supuesto un salto de calidad tremenda respecto a los episodios dirigidos por Robert Rodriguez. Jon Favreau se mantiene como creador y guionista y demuestra una vez más sus dotes narrativas, al presentar justo ahora esta historia… ¡PROTAGONIZADA POR DIN DJARIN!!!

Porque si, menudo subidón ha sido volver a tener desde el primer segundo del episodio a Pedro Pascal como Mando, el alucinante protagonista de The Mandalorian. La gran e inesperada virtud de este largo episodio de 51 minutos (47 sin lo títulos de crédito) es tener una aventura completa de Mando que nos muestra qué ha estado haciendo tras el final de la segunda temporada de su serie y porque es un personaje tan espectacular. Y el episodio es alucinante.

La primera sorpresa es que Mando sigue empuñando el Darksaber, aparentemente Bo Katan no se atrevió a desafiarle y desde luego no aceptó el regalo que Din Djarin le propuso. Además, volver a ver a la Armera mandaloriana (interpretada por Emily Swallow) añade un montón de lore al universo televisivo de Star Wars conectándolo con The Clone Wars que me ha flipado. Me gusta mucho que conocer que no basta con la fuerza bruta para empuñar el Darksaber, hace falta la confianza mental de creerse digno de él.

Mando es un personaje espectacular, saber que incluso ahora sigue preocupado por Grogu hizo que mi corazón se deshiciera, mostrando que a pesar de su dura armadura tiene poderosos sentimientos. Algo que vimos también cuando no acepta el dinero de Fennec Shand (Ming Na-Wen) para ayudar a Boba Fett (Temuera Morrison), el protagonista de la serie ausente en este episodio.

Tras la destrucción del Razor Crest en la segunda temporada de The Mandalorian, otro acierto del episodio es darle a Mando una nueva nave construida en Tatooine por Peli Motto (Amy Sedaris), la mecánica que ya salió en varios episodios de su serie. La nave, un modelo N1 de la antigua república visto en el Episodio I (¿la nave fue un regalo de Amidala a Anakin como se sugiere? Sería una pasada, la verdad), nos invita al optimismo más absoluto de cara al futuro, con la velocidad y potencia que ha mostrado en el primer vuelo de prueba.

Frente al elemento «cutre» de algunos momentos dirigidos por Robert Rodriguez, Bryce Dallas Howard se sale en la dirección del episodio. Frente al western en el desierto de Tatooine, Howard usa el máximo partido del Domo digital para la creación de un mundo espectacular. Y el episodio tiene dos escenas de combate super potentes con verdadera sensación de peligro para Mando, superando por mucho todo lo visto en escenas de acción hasta la fecha en este Libro de Boba Fett. A todo esto, el momento que Mando empuña por primera vez el Darksaber en el episodio fue uno de los muchos momentazos que nos regalaron en estos 47 minutos casi perfectos.

Como episodio unitario que amplía el lore de Star Wars y de The Mandalorian me ha parecido una pasada alucinante. ¡Jon Favreau, qué bueno eres! Estaba claro que a pesar de algún elemento menos bueno alrededor de la figura de Boba Fett, Favreau no se había olvidado de escribir de repente. No tengo más que buenas palabras para el episodio, Pedro Pascal y la dirección de Bryce Dallas Howard.

Ahora bien, que este episodio sea el mejor de largo de la serie de BOBA FETT también resalta el problema que está teniendo la serie, con un Boba al que han construido bien para ser un protagonista tridimensional que sea mucho más que una armadura molona. En estos 47 minutos le han pasado más cosas interesantes a Mando que a Boba hasta la fecha en cuatro, y la serie aún no nos han dado los momentos que esperamos en los que Boba brillará y demostrará porqué fue considerado el cazarrecompensas más peligroso de la galaxia. Restan dos episodios para terminar la serie, confío y estoy seguro que en estos episodios vamos a ver a Boba Fett a máxima potencia, lo que nos faltó por ver, y el final nos va a dejar satisfechos. Favreau, la pelota está en tu tejado, ahora no nos falles.

Comparto el teaser trailer, más teaser que nunca:

El Libro de Boba Fett nos ha sorprendido en este quinto episodio incorporando a un protagonista que va a dar mucho juego de cara al final de temporada. Y lo mejor es que confío que el próximo episodio pueda ser aún mejor.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Wonder Woman 1984 de Patty Jenkins

Wonder Woman 1984 de Patty Jenkins comete el peor pecado que se le puede achacar a una película comercial mainstream, resultar aburrida y sin gracia ni inspiración. Voy a comentar todo acerca a la última producción de Warner del personaje de DC Comics, tanto de la película en si como de algunas curiosidades generadas a su alrededor.

PUNTUACIÓN: 3.5/10

En 1984, en plena Guerra Fría, Diana Prince, conocida como Wonder Woman, se enfrenta al empresario Maxwell Lord y a su antigua amiga Barbara Minerva / Cheetah, una villana que posee fuerza y agilidad sobrehumanas. (Filmaffinity).

Voy a empezar este artículo con un disclaimer previo y un aviso. En primer lugar, mi opinión aquí desarrollada no significa que piense que los que no opinéis igual no sabéis de lo que habláis. Tampoco me mueve escribir este post ninguna intención de «fastidiar» nada a nadie o arruinar la afición al personaje de nadie, tan solo desarrollar mi punto de vista sobre la película. Confío que los lectores seáis lo bastante maduros para entender esto, aunque luego desarrollaré por qué digo esto y en todo caso me alegro por los que os haya gustado la película. Bien por vosotros. En segundo lugar, dado que hace más de 15 días desde su estreno, para poder comentar los numerosos elementos que no me han cuadrado, este crítica va a ser CON SPOILERS

¿Estáis preparados? ¡Vamos allá!!

Patty Jenkins regresa al dirección de la secuela de su exitosa Wonder Woman (2017), película que significó uno de los pocos éxitos de taquilla para Warner dentro de su última etapa de películas basadas en los personajes basados en los comics de DC Comics. Debo reconocer que yo fui uno de los pocos a los que esta primera película no le gustó, ya que entendí que, entre otras cosas, la película traicionaba unos valores que decía defender pero no mostraba jamás en pantalla. Si te interesa leer mi crítica de esa película, puedes leerla aquí.

De lo que no hay duda es que el enorme éxito de crítica y taquilla permitió a Jenkins no solo repetir como directora, sino aumentar su control de la película, dado que además de productora, aparece acreditada como guionista junto a Geoff Johns (con el que comparte la autoría de la historia original), y Dave Callaham en la realización del libreto definitivo. Dado el poder y control que tuvo de esta película, los éxitos y fracasos de la película son suyos y sólo suyos. Bueno, Geoff Johns tampoco sale demasiado bien parado, las cosas como son.

Wonder Woman ha acabado siendo una larguísima película de 151 minutos (146 minutos quitando los títulos de crédito), que ha contado con fotografía de Matthew Jensen, que también trabajó con Jenkins en la primera Wonder Woman, montaje de Richard Pearson, veterano del cine de acción de Warner que ha trabajado en Justice League o Kong: Skull Island, y música de Hans Zimmer (Gladiator, Inception, Man of Steel, Blade Runner 2049 entre otras muchas).

Dado que la primera película de Wonder Woman tuvo lugar durante la primera guerra mundial, la idea clave de 1984 era de servir de puente entre la primera aventura de Diana, la princesa de las Amazonas interpretada por Gal Gadot, y su primera aparición en el mundo actual que tuvo lugar en la fallida Batman v Superman (Zack Snyder, 2016). Además, se notaba un claro y evidente intención de aprovechar la nostalgia ochentera existente en el mundo del entretenimiento, que ha convertido en grandes éxitos en todo el mundo a series como Stranger things o Cobra Kai, como un elemento adicional con el que asegurar el éxito económico y creativo de la película.

Para esta continuación volvemos a tener a Chris Pine como Steve Trevor, el piloto y espía estadounidense de la Primera Guerra Mundial que se convirtió en el gran amor de Diana ¿antes de morir al final de la primera película? Connie Nielsen como Hipólita, la reina de Temiscira y la madre de Diana, y Robin Wright como Antíope, la tía de Diana y hermana de Hipólita, tienen también un pequeño cameo en la escena inicial de la película.

Para esta segunda parte, los antagonistas de Diana / Wonder Woman son Pedro Pascal (Juego de Tronos, Narcos, The Mandalorian) en el papel de Maxwell Lord, un empresario y celebridad televisiva que busca un objeto de gran poder, y Kristen Wiig como Bárbara Minerva / Cheetah, una arqueóloga y geóloga que se hace amiga de Diana a pesar de su nula capacidad social, encarnando el típico villano de origen nerd que llevamos viendo desde Batman Vuelve (Tim Burton, 1992), o más recientemente, en The Amazing Spiderman 2 (Marc Webb, 2014). ¿Es este un primer problema de la película? Mejor no adelantarse.

Empezando por los elementos que más me han gustado de Wonder Woman 1984, creo que los cuatro protagonistas cumplen para lo bueno y para lo malo lo que Patty Jenkins les pidió que mostraran en pantalla. En especial Gal Gadot, que a pesar de seguir siendo una actriz muy limitada, sí transmite la humanidad y amor de Diana hacia una humanidad a la que intenta inspirar para que consigan ser su mejor versión. Además de mostrar el dolor ante lo que perdió una vez y volverá a perder durante la película. El corazón de la película es Gadot y creo que ella ayuda a mantener a flote la película, en la medida de sus posibilidades y de lo que el guión la manda hacer.

También me gusta Chris Pine. Si en la primera película era el hombre del mañana que enseñaba a la inocente Diana el mundo moderno de 1918, y que acababa inspirándola con su sacrificio, en esta segunda parte es él el hombre fuera de su tiempo al que Diana enseña el mundo de 1984 y es utilizado durante la película de alivio cómico. Alivio cómico que NO funciona nunca, pero no por culpa suya, sino del deficiente guión, al que me referiré más adelante. Pine asume con deportividad este elemento cómico sobrevenido a su personaje, y vuelve a ser el faro moral que le dice a Diana (2 veces) lo que debe hacer porque es lo correcto.

Pedro Pascal está super over-the-top y pasado de rosca en su interpretación de Maxwell Lord, pero de nuevo creo que eso es lo que le pidieron que hiciera en pantalla y cumple con profesionalidad y oficio a pesar de interpreta a un personaje vacío con un esbozo de personalidad. Teniendo en cuenta su minimalista interpretación en The Mandalorian, sorprende verle tan loco y exagerado en todas sus expresiones, pero teniendo en cuenta que está poseído (aunque él crea controlarlo) por fuerzas sobre naturales, creo que transmite bien que es una persona que ha tragado más de lo que su cuerpo o su mente puede soportar.

La pobre Kristen Wiig tiene muy poco con lo que trabajar y su personaje es el menos importante de los cuatro, hasta el punto que si lo eliminaran no afectaría de forma sustancial a la trama, pero realiza bien la parte de Barbara Minerva nerd, mal vestida, nula en habilidades sociales (a pesar de ser un estereotipo andante), y también acierta en su interpretación de una Diana oscura que se intoxica de poder y va perdiendo su humanidad. Globalmente, creo que Wonder Woman 1984 andaba sobrado de talento interpretativo, lo malo es que el nefasto guión no parece saber qué hacer con ellos. La película tiene muchos problemas, pero el casting no es uno de ellos.

También me encanta la música de Hans Zimmer, creando una música espectacular que sabe transmitir el sense-of-wonder, la aventura, el amor e incluso la locura que fueron (vistos con ojos de 2020) los años ochenta. Zimmer me parece un seguro de vida en este tipo de producciones y aquí volvemos a tenerle a un gran nivel. La música de la película tiene un pero enorme, pero prefiero comentarlo luego ya que de hecho no es nada achacable a Zimmer sino a Jenkins y su montaje o el editor de la música.

Jenkins comenta que para esta película tuvo como gran referente al Superman de Richard Donner, y creo que hay una parte de aventura inocente ligera y optimista en la segunda escena en el mall que apuntaba maneras, aunque quedan en nada luego, y una parte con Diana intentando inspirar a la humanidad a hacer lo correcto en la parte final que si me gustaron y que creo que transmiten este espíritu de las películas clásicas que intentan transmitir valores positivos. Espíritu que Warner en los últimos años decidió dejar de lado hipnotizados por el grim-n-gritty de Zack Snyder, todo sea de dicho.

Visualmente Wonder Woman 1984 me ha parecido normalita por no hablar de mediocre. Hay dos escenas de acción correctas, la persecución en la carretera en Egipto y la pelea en la Casa Blanca, pero eso, me parecen sólo correctas y muy muy alejadas del momentazo visual que supuso el primer combate de Diana en la zona de nadie entre trincheras de la primera película. El momento de Diana y Steve en el avión invisible entre fuegos artificiales me parece bonito pero vacío.

El MOMENTAZO de la película, este si con todas la letras, es cuando Diana recupera todo su poder y descubre que puede volar, aprovechando el recuerdo de su amor hacia Steve. Un momento magnífico en el que por fin vemos a Diana en toda su gloria.

Lástima que en parte Jenkins me arruinó el momento colocando el Adagio en D Menor en este momento clave de la película, un tema explotado hasta la locura en todo tipo de películas, series y hasta en publicidad. ¿Quién decidió que teniendo a Hans Zimmer era mejor colocar otra música no original diferente a la suya en el momento clave de la película? Emocionalmente me provocó un bajonazo, porque usar una música tan sobada en el momento en que la película más tiene que mostrar el carisma y la personalidad única de Diana me parece uno de los fails musicales más estrepitosos del año. De los últimos años.

Y con esto empiezo con los elementos negativos de la películas que hacen que mi nota sea suspenso. El principal problema es el gran pecado de hacer una película de Wonder Woman ABURRIDA, algo que debería ser impensable en una película comercial mainstream de más de 200 millones de presupuesto. Los 146 minutos de metraje se convierten en una losa insalvable al tener más de una hora central insufrible en el que sólo vemos locuras y situaciones «por que si» una detrás de otra que encima son aburridas.

Por otro lado, no tenía ningún problema a priori en que Jenkins planteara la película con un feeling más ligero que las películas previas de Warner, pero lo cierto es que hay un intento de humor a costa de reírse de lo que fueron los años 80 en lo referido a vestuario, peinados, etc que no funciona nunca y adquiere niveles sonrojantes en varios momentos, lo que acaba siendo otro de los problemas graves de la película.

El humor y las situaciones que se van sucediendo son cualquier cosa menos interesantes, pero es que encima todos los diálogos son muy flojos también y resulta imposible encontrarle la chispa a ninguna escena, malogrando a los actores que tienen. De hecho, me resulta incomprensible que Geoff johns tenga algo que ver con este desastre de guión a todos los niveles. Tras ver la película me hice un minutaje aproximado de lo que pasa durante los larguísimos 146 minutos, y el esqueleto de una historia que podría haber sido correcta está ahí, pero todo muy mal hilado, con diálogos fallidos, sin conexiones emocionales ni apenas momentos visuales de interés. En mundo al revés de lo que debería ser una película de Wonder Woman.

Sólo Chris Pine consigue aportar carisma y rectitud moral a lo que le hacen decir mejorando el material con el que cuenta. Kristen Wiig es una buena humorista a la que no le dan ninguna posibilidad. Sin embargo, veo a Pedro Pascal entendiendo la broma que la película no había que tomarla en serio y lanzándose sin paracaídas a una explosión de gestos y movimientos imposibles casi como si fuera un villano chungo de una película de la Canon, lo que le ha granjeado más de una crítica, aunque yo le veo como el que más claro tuvo la condición de película de humor involuntario que tiene esta Wonder Woman 1984 y la abrazó sin complejos. Bien por él.

No se a quien se le ocurrió hacer que el villano fuera la «Piedra Filosofal» que concede deseos a su portador como si fuera el genio de Aladdin, pero me parece uno de los fail creativos más grandes en mucho tiempo. Esta «Dream Stone» en la versión original aparece de la nada porque si sin ninguna conexión con Diana, y crea situaciones que van escalando en ridiculez a medida que avanza la película, y desaparece sin el menor rastro al final. Centrar una trama en un Maxwell Lord concediendo deseos absurdos para acumular poder provoca una cascada de situaciones ridículas en lugar de intentar crear personalidad o carisma a Lord o Minerva para que cuando llegue el momento de sus enfrentamientos con Diana tenga cierta potencia dramática. Pero eso nunca pasa y lamentablemente nunca pasan de comparsas y elementos del guión necesarios para que la trama avance de A hasta B luego C.

De hecho, es todo una locura tan grande detrás de otra, que el climax en el que el final en el que Diana conecta con todo el planeta para conseguir que renuncien a su deseo es tan sólo otro elemento loco más que tampoco llega a provocar ninguna conexión dramática o emotiva. ¿Cómo lograrlo, si para ese momento ya hacía tiempo que me habían perdido? Hay gente que hace paralelismos de ese final con el de Superman de Donner, pero a) Donner establece que Superman no es de este mundo y tiene habilidades más allá de los mortales. Incluso creo recordar que Jor El llega a decir en un momento que Kal dominará el tiempo y el espacio, aunque no lo recuerdo con exactitud. b) En todo caso, obviamente echar para atrás la tierra para cambiar el pasado obviamente es una locura absoluta que no podría hacerse hoy en día en una película de Superman. Y no debería intentarse hacer una locura de ese calibre en una de Wonder Woman de 2020, porque los tiempos han cambiado.

Todo esto claramente es un problema de un guión mal escrito y peor trasladado en imágenes, por supuesto, pero también creo que hay un problema más complejo de identificar, desde luego no en el momento de la escritura del guión, y es el tono. La película equivoca el tono en todo momento y parece que no tiene claro el tipo de película que quiere ser o en qué tenemos que centrarnos los espectadores. Este es un elemento complicado, ya que es un intangible que realmente no se puede valorar hasta que la película no está acabada, montada, con música y efectos especiales. Y además, reconozco que también es muy subjetivo, ya que para mi veo clarísimo este problema, pero quien sabe si otro espectador justo este tono loco y ligero es lo que le gustó. Ya se sabe que para gustos…

Este error en el tono presupone que como la historia está ambientada en los 80, no pasa nada si en la película hay elementos cutres o poco trabajados, porque los 80 eran cutres, como bien se ve en la ropa de Steve y los intentos de humor a su costa. Lo cual es una falta enorme de respeto a los creadores de esa época. Porque una cosa es que las limitaciones presupuestarias y de avances tecnológicos han hecho que algunas película de los 80 hayan envejecido mal con los ojos de 2020, y otra es pensar que los creadores hacías las cosas mal a propósito. Si, en los ochenta hubo mucha basura, pero no más que en otras épocas, y sus autores se rompían los cuernos para solucionar sus limitaciones técnicas con imaginación y cariño por su trabajo. De hecho, si ahora recordamos los 80 de nuestra niñez, es gracias aun montón de películas que ahora son historia del cine a pesar de estar hechas con muy pocos recursos. Es por esto que no se qué me molesta más, si ver elementos cutres creados por Patty Jenkins en una película de 2020, o a gente justificándolo diciendo que «es que los 80 eran así». No señor, nada de eso.

Hacer una película es algo muy complejo y no es tan fácil que todos los elementos encajen, y esta Wonder Woman 1984 es un gran ejemplo de esto. A pesar que tan a menudo gente «intelectual / seria» intenta desmerecer el éxito cuando es de películas populares para todos los públicos (en el sentido más amplio del término), como son las películas de Pixar como Soul o de Marvel Studios como Vengadores Endgame. Si fuera tan fácil repetir una fórmula de éxito, ¿por qué tanta gente, tantos estudios, no lo consiguen? Hay muchos ejemplos de buenas películas arruinadas por un mal casting, por un montaje demencial, una mala música o incluso una mala campaña de publicidad. En este caso, por un tono errado y un guión muy muy deficiente. Tengo claro que Jenkins no ha gastado dos años de su vida en hacer una película «mala» ni quería fastidiarme el día ni a mi ni a nadie, y en la medida de sus capacidades, lo ha hecho lo mejor que ha sabido. De hecho, pensándolo bien alejado del «fanboyismo», da pena que el trabajo de tanta gente vaya a ser recordado por ser aburrido y sin gracia cuando claramente ese no era su objetivo.

Lo que ya no es una casualidad y pone de relevancia otro problema más profundo es que Patty Jenkins vuelve a ofrecer una pelea final en el climax realmente mal rodada y con un CGI para la creación de Cheetah penoso que, al igual que pasó en la primera Wonder Woman, muestra que el problema NO es de la película, sino de la directora. Volviendo al elemento «cutre» que comentaba antes, le guste a Jenkins o no, las escenas de acción son consustanciales al género y debes crear escenas que muestren al héroe en toda su gloria. Sin embargo, si realmente no te gustan las escenas de acción o crees que todo vale, las escenas no te van a salir bien. Es imposible, porque tú para empezar no estás buscando que luzcan perfectas.

Y luego, en contraste, tenemos a directores visionarios como James Cameron o Jon Favreau que creen que no todo vale y todo puede lucir perfecto si todos trabajan al máximo. Y la diferencia es abismal. Recordando los extras de The Mandalorian, Favreau comentaba como muchos directores aún creen que los problemas de rodaje pueden arreglarse en post-producción con los efectos especiales, mientras que él no lo cree, y opina que hay que planificar perfectamente todo antes, lo que hace que luego los efectos luzcan perfectos. Tras dos películas, diría que Jenkins no pertenece al grupo de Favreau, desde luego no en lo relativo a las escenas de acción y los efectos especiales. Las escenas de acción y los efectos especiales son elementos centrales del cine de superhéroes, no puedes hacerlos mal, ni siquiera mediocres, porque el producto final lucirá cutre. Y no es cutre por estar ambientado en los 80, es cutre porque tu trabajo lo ha sido. Ver el CGI de Cheetah en una película de 2020 de gran presupuesto da vergüenza ajena, no se puede calificar de otra manera, como es ambientar esa escena de noche para intentar disimular esos defectos que ellos mismos saben que están ahí y no los corrigen sino que lo estrenan tan cual. Justo estas navidades volví a ver Vengadores Infinity War (Joe y Anthony Russo, 2017) y en ella ves a personajes digitales como Corvus Glaive y te los crees y los ves con unas texturas reales, mientras que Cheetah es un horror imposible sacada del infierno de Cats. No es un tema de presupuesto, sino de falta de pericia o de ganas de hacer las cosas bien. De nuevo, no todo vale.

Volviendo a los problemas del guión de Jenkins, Johns y Callahan, me asombra lo mal conectado que está todo y lo endeble que acaba siendo todo el conjunto. Empezando por una escena inicial en Temiscira en la que una Diana niña compite en una especie de Juegos Olímpicos contra otras amazonas adultas. La escena me dejó frío por un exceso de CGI no sólo en los decorados sino en los momentos atléticos de las amazonas que lucen super irreales. Pero lo peor no es eso, es que Antiope descalifica a Diana cuando ella cree que va a ganar por que hizo trampas al salirse del circuito y dejar sin tocar una baliza. Y mientras la niña llora diciendo que no es justo, Antiope le dice que «la verdad te hará libre, te convertirá en la diosa que estás destinada a ser», cosa que no pinta nada con lo que acabamos de ver (Diana hizo trampa), y queda como una conexión muy floja del mensaje final cuando Diana entiende la verdad de que debe dejar ir a Steve para salvar al mundo y para que ella pueda pasar página en su vida.

Otro detalle de este prólogo es que vemos en el estadio olímpico una estatua de Asteria, la portadora de la armadura dorada que Diana lleva en el climax. (Offtopic, creada visualmente por Alex Ross en Kingdom Come, cuyo trabajo Warner no le agradece en los créditos finales a pesar de que sí cita a Mark Waid, guionista de dicho comic, lo que es un detalle feo de Warner -fin offtopic). De repente, en 1984 descubrimos que Diana ¿tiene esa armadura en su casa? WTF?!! Y aunque luego la usa en el climax, su importancia real en la historia más allá del estético es nulo.

Lo que nos lleva a una escena post-créditos ridícula en la que Lynda Carter, la actriz que interpretó a Wonder Woman en la famosa serie de los 70, aparece como un cameo interpretando a Asteria, que está viva en el presente. Por un lado creo que es un detalle bonito que Jenkins se acuerde de Carter y quiera incluirla aunque sea al final. Sin embargo, la escena no funciona porque está mal planteada de inicio, al hacer que ¿Carter nos mire a los espectadores directamente y nos guiñe el ojo? ¿En serio? Se que estas escenas en muchos casos son puro fan-service para que los fans nos vayamos con una sonrisa, pero esto es un contrato no escrito (porque no hace falta) entre el director y los fans, para que sepamos que estamos en el mismo equipo. Que Carter nos mire rompiendo la cuarta pared es como pegarnos un bofetón en la cara ante la falta de sutileza con lo que acaban de hacer. Aparte de la locura que se plantea con que si está viva y venció el combate, ¿cómo pudo perder la armadura para que siglos más tarde Diana la encontrara? Es otro todo vale de la película que plantea una duda donde no hubiera sido necesario si se hubieran esmerado un poco más en el guión.

Hablaba en mis reseñas de The Mandalorian o Cobra Kay que nos ofrecen un gran entretenimiento de calidad que puede verse como fan-service, pero apariciones como Ahsoka fueron fundamental para construir la historia. Esta escena post-créditos de Wonder Woman 1984 es ejemplo de fan-service del malo, en mi opinión.

Y entre medias de todo esto, tenemos una película de Wonder Woman en la que de nuevo Steve es el héroe de la película que se sacrifica por el mundo y le dice en dos ocasiones a Diana que tiene que dejarle ir, a pesar que eso será su muerte definitiva. Porque es necesario para salvar a la humanidad y Diana debe hacer lo correcto, no lo que sus deseos egoístas le piden. Steve se convierte en el ancla moral de Diana en las dos películas, pero se supone, porque las películas nos lo dicen, que es una amazona que es un ideal de mujer mucho mejor que el humano «normal» que viene a guiarnos moralmente. ¿No es eso en si mismo una contradicción repetida en dos películas consecutivas? Lo que seguro hace es dejar en mejor lugar a Steve que a Diana, lo cual, como en la primera película, me parece incomprensible. Una Diana que exceptuando la pelea inicial en el mall realmente no hace nada importante o clave para acabar con el mal que Maxwell Lord ha lanzado al mundo hasta que Steve no la convence de dejarle ir pasados los 115 minutos de película. En serio, el guión es sin duda el gran enemigo de Diana, no Lord o Minerva.

Y mejor no entro por no extenderme con la locura que Steve renazca pero poseyendo el cuerpo de otra persona, que es «secuestrado» de su vida durante varios días. Que Diana de repente tenga el poder hacer invisible cualquier objeto o de rellenar mágicamente los depósitos de gasolina de un jet robado. O que Maxwell Lord termine sin ser detenido ni pagar por sus delitos, y ha cometido un porrón. Como en toda la película todo vale, nada se explica y o lo aceptas o el bochorno es importante.

Odio los spoilers y siempre busco ver una película «virgen», conociendo lo menos posible. Sin embargo, reconozco que en este caso los avisos de gente conocida que me comentaron que era muy mala, e incluso conocer algún detalle absurdo de la película hizo que la experiencia de ver la película no fuera desastrosa como por ejemplo Escuadrón Suicida. Saber que iba a ver una película mala hubiera podido provocar que con un hype tan bajo, la película hubiera podido entrar en la categoría «no es tan mala como me dijeron». Pero lamentablemente, por todo lo anterior, véis que no es el caso. Suspenso total y absoluto, incluso intentando buscarle elementos positivos, no hay por donde cogerla.

Globalmente, tras ver las dos películas de Wonder Woman, debo concluir que Patty Jenkins ha sido el enésimo error de Warner en la contratación de sus directores. Claramente es una buena directora de dramas como mostró en Monster (2003), pero ha demostrado ser una mala elección como directora de cine de acción y aventuras. Lo cual no me alegra para nada, y me deja temblando pensando que Disney la ha contratado como directora de X-Wing: Rogue Squadron. Por mucho que intentara mostrar una conexión emocional al ser su padre un piloto de combate, mucho tendría que cambiar para crear una buena película de acción, con el problema adicional que la película llegará después de Top Gun Maverick, en la que Tom Cruise ha rodado en cazas de combate de la fuerza aérea norteamericana, con lo que un mal CGI puede ser desastroso para la película.

No quiero alargarme más sobre la película, pero no quiero dejar de comentar otro elemento que me ha resultado curioso comprobar en los días posteriores al estreno, y es leer a varias personas expresar que NO les había gustado demasiado la película, desde luego no les había entusiasmado, pero que no lo iban a desarrollar aunque lo pensaran para no arruinar la experiencia a sus seguidores. O peor, para no crear negativismo hacia la película, se planteaba de alguna manera no hablar de la película o sólo decir lo positivo, ocultando lo negativo que obviamente leyendo entre líneas esas personas sí habían visto. Hasta el punto que he leído a gente diferente plantarse si sólo deberían hablar de las cosas que le gustan y no hablar de una serie o película si nos les ha gustado. Por un lado, entiendo que toda opinión es respetable, tanto las que se dicen como las que no se dicen, y cada uno es libre de hacer lo que prefiera. Pero por otro, veo que esta ¿auto censura preventiva? (no se ni como llamarlo), es una locura, porque precisamente lo que los espectadores queremos son críticas ponderadas que te digan lo bueno y lo malo, para poder valorar en su justa medida la obra en cuestión antes de tomar una decisión de compra y no llegar con un hype excesivo que sólo aboca a la decepción. A mi caso me remito.

¿Les sabe mal a la gente criticar una película dirigida por una mujer con una protagonista mujer por miedo a ser tachados de alguna manera de machistas, sin importar lo justificadas que estén sus opiniones? Lo encuentro una locura total, aunque por otro lado sería muy ilustrativo de los tiempos en que vivimos. No pretendo ser el poseedor de la verdad absoluta ni quiero convencer a nadie de nada, pero si la he visto a pesar de que la cosa pintaba mal era precisamente para poder crearme mi propia opinión al respecto, que espero haber justificado suficientemente.

Si, es cierto que hay campañas de haters que critican películas antes del estreno para boicotearlas. Pero eso no se debería «combatir» con fanboyismo extremo que también oculta la realidad. La única opción «normal» es ofrecer todos los datos y las opiniones más contrastadas y objetivas dentro del subjetivismo que todos tenemos, para que a su vez los lectores decidan una vez leídos varios puntos de vista diferentes. Pensar que hay gente que llega a esos extremos porque Wonder Woman 1984 (en este caso) es de alguna manera de «mi bando» y por eso no puedo decir nada que sean alabanzas para no dar ¿munición al otro bando? me parece incomprensible. En serio. Aparte que esto es sólo entretenimiento, ¿de qué bando estamos hablando? ¿Nos estamos volviendo locos?

Si estuviéramos en 2000 cuando ver una película basada en los personajes de comic era una rareza, incluso entendería que la gente decidiera apoyar una película mala ante la disyuntiva que era eso o nada, porque no había otra cosa. Pero en 2020 estamos viviendo una edad de oro, jamás tuvimos tanta oferta variada a nuestra disposición. Es por tanto justo en este momento cuando más exigentes debemos ser los fans para que los estudios sepan que solo los buenos productos serán apoyados por el público y que no todo vale. En todo caso, hay que reconocer que el COVID lo ha cambiado todo y que la mala taquilla, a día de hoy lleva recaudado 118 millones sobre un presupuesto de mast de 200, es por culpa de la pandemia y de su estreno simultáneo en HBO Max en USA, no a si la película es buena o mala.

Soy el primero al que cuando algo me entusiama (The Mandalorian, Wonder Woman: Dead Earth de Daniel Warren Johnson) quiero gritarlo a los cuatro vientos y recomendarlo a todo el mundo porque realmente me ha emocionado. En el caso de Wonder Woman 1984, publico esta crítica pero intentaré pasar página lo antes posible, y centrarme en el resto de cosas que me hacen felices. Como Diana aprende al final de la película, «La verdad te hará libre». Pero toda la verdad, no sólo una parte interesada.

Comparto el trailer de la película:

Wonder Woman 84 me ha parecido un suspenso en toda regla, y resalta lo difícil que es hacer una buena película, de forma que incluso algunos detalles menores (y otros mayores) pueden echar por tierra las mejores intenciones.

PUNTUACIÓN: 3.5/10

¿Has visto la película, qué te pareció? Espero tus opiniones en la sección de comentarios. Y si te gustó este artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales, y que te suscribas al blog para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

The Mandalorian hace historia en su segunda temporada en Disney+ (Crítica con spoilers)

Decir que The Mandalorian me ha entusiasmado no empieza a describir lo mucho que el último episodio EL RESCATE me ha volado la cabeza, sirviendo de extraordinario broche de oro para una temporada histórica. THIS IS THE WAY!!!

PUNTUACIÓN: 10/10

(Artículo CON Spoilers)

El Mandaloriano y sus aliados intentan un audaz rescate.

El climax de esta segunda temporada ha sido dirigido por Peyton Reed, que ya dirigió el segundo episodio «El Pasajero» . Este octavo episodio cuenta con guión de Jon Favreau y triunfa como aventura increíble con una tensión creciente que alcanza cotas alucinantes, como final a la historia del viaje de Mando y Grogu, pero también como un episodio que asienta la conexión de The Mandalorian con STAR WARS de una forma increíble que voy a recordar toda la vida.

De hecho, el nivel de disfrute de este episodio y en general de toda la temporada me ha devuelto a 1983, cuando tras ver El Retorno del Jedi me moría por más contenidos de Star Wars y ninguna de las películas de las dos siguientes trilogías estrenadas en estos más de 35 años llegaron a estar nunca a la altura. Jon Favreau y Dave Filloni han conseguido lo que J.J. Abrams, Rian Johnson e incluso el propio George Lucas no supieron conseguir: UNA HISTORIA DE STAR WARS A LA ALTURA DE LA PRIMERA TRILOGÍA.

Gracias Jon Favreau, gracias Dave Filloni, lo que habéis hecho es muy grande.

El Rescate cuenta por supuesto con un maravilloso Pedro Pascal como Din Djarin / Mando, al que acompañarán en su misión de liberar a Grogu (Baby Yoda) Cara Dune (Gina Carano), BOBA FETT (Temuera Morrison), Fennec Shand (Ming-Na Wen), Bo-Katan Kryze (Katee Sackhoff) y su lugarteniente Koska Reeves (Mercedes Varnardo). Pero liberar a Grogu no va a ser fácil, porque el Moff Gideon (Giancarlo Esposito) tiene a su disposición de los poderosos Dark Troopers, la nueva generación de tropas robóticas con armamento y blindajes superiores.

Este episodio tiene una perfecta duración de 46 minutos que va como siempre al grano y no deja de ofrecer momentazo sobre momentazo, con una tensión que adquiere unos niveles apabullantes que muchas películas de gran presupuesto no consiguen trasmitir. La infiltración en la nave del Moff Gideon es genial, igual que el momento en que las 4 poderosas mujeres atraviesan a los imperiales hasta llegar al puente. Pero Mando esta vez si consigue ser el centro de atención tras unos episodios en los que Ahsoka Tano y Boba Fett le habían robado la función en muchos momentos. Esta vez no, o al menos, no serán ellos.

Los enfrentamientos de Mando contra un único Dark Trooper y contra el Moff Gideon dan autentica sensación de peligro. El Dark Trooper transmitió un feeling a los Terminator de fuerza imparable e hizo que creyera que podía atravesar el casco de Beskar de Mando, ofreciendo un momento increíble. Y el combate contra el Moff Gideon empuñando el Dark Saber que es rápido, directo y de gran intensidad, con unos oponentes que buscan acabar el combate con el primer golpe, y me han parecido algunos de los mejores momentos televisivos del año en lo referido a cine de acción. A pesar de haber dirigido un episodio previo, tenía a Peyton Reed encajonado en la comedia y en las historias ligeras, pero lo que consigue en este episodio es algo muy grande, con unos momentos de acción increíbles que triunfan desde su sencillez precisamente porque están muy bien narrados, y eso es totalmente éxito suyo. Bueno, suyo, del montaje de la serie y de un magistral Ludwig Göransson que crea una música bestial en la que predominan unos sonidos robóticos que transmite una tensión alucinante.

Pero EL MOMENTO en el que el pelotón de Dark Troopers va a entrar en el puente de mando donde se atrincheran nuestros héroes y llega un solitario X-Wing a la nave, hizo que me levantara del sofá a aplaudir ante el momentazo que se nos venía encima. LUKE SKYWALKER, el maestro Jedi en carne y hueso, tiene un momentazo que está al nivel del que Darth Vader tuvo en Rogue One y Boba Fett disfrutó en el episodio 2×06 (La Tragedia), como si Filloni y Favreau hubieran querido darle el momentazo y ¿la despedida? que el personaje merecía y no tuvo en la lamentable última trilogía. Mark Hamill aparece acreditado en este episodio, y aparte de rejuvenecer su rostro (o insertarlo en el cuerpo de otro persona), Favreau ha ecualizado su voz para que suene como la de aquel joven que salvó a la galaxia en la luna de Endor, hace ya casi una vida.

Tras una temporada en la que nos habían presentado a Cobb Vanth, Bo-Katan, Ahsoka Tano y Boba Fett, no creía que fueran a sacar a ningún personaje importante más, desde luego no uno tan importante como Luke. Hasta podría decirse que no era necesario, la serie ya era una pasada. Pero otro detalle super importante de The Mandalorian es que Jon Favreau nunca se ha guardado nada, ha ido a por todas en cada uno de los episodios, incluso a pesar de estar planteado desde la aventura ligera y el entretenimiento. Que se hayan atrevido a sacar a Luke era un riesgo calculado que sin embargo ha significado un éxito descomunal, con un fan-service en el mejor sentido que aún hace que destaque más el desastre que significó El Ascenso de Skywalker hace ahora un año. Las navidades pasadas parecía que Lucasfilm se había cargado Star Wars de forma irremediable (en España no se estrenó la primera temporada de The Mandalorian hasta la primavera), ahora Star Wars está más viva que nunca y gracias a The Mandalorian han conseguido hacer volver a los fans dándonos grandes dosis de aventura y emoción.

Hay quien dice que esto es algo fácil, que no arriesgan al hacer «solo» unas historias de aventuras y no apostar por un mayor análisis psicológico de los personajes, pero realmente no hay nada fácil cuando vemos tantas películas y series que no saben estar a la altura. Cuando alguien es muy bueno en lo suyo, lo difícil parece fácil, pero no acabo de ver a nadie, NADIE, al nivel de The Mandalorian y de Jon Favreau. Desde luego, no J.J. Abrams. Por otro lado, la primera trilogía de Star Wars no era nada compleja, precisamente si nos enamoramos con ella fue por la simplicidad de la lucha del bien frente al mal y el carisma de sus protagonistas.

Y, de nuevo, toda la escena con la llegada de Luke está super bien rodada. Empezando por el detalle de ver sus combates en blanco y negro a través de las pantallas del centro de mando, permaneciendo en sombra, de forma que sabes que es él, pero no acabas de verle bien, como si nos pusieran al lado de los personajes que están viendo a un caballero Jedi en plenitud de facultades. La duda perdiste, ¿podría no ser Luke, a lo mejor es otra persona? La escena culmina en un detalle que podría ser menor, pero transmitió uno de los momentos de mayor alegría que una serie de televisión me ha ofrecido… ¿en toda mi vida?, cuando vemos el SABLE LASER DE COLOR VERDE, que confirma sin lugar a dudas que sí, LUKE SKYWALKER está en The Mandalorian. Ni siquiera mostraron su rostro y ya estaba haciendo la ola. ¡Qué grandes!! Lo más parecido que Star Wars había estado de tener un momento como la llegada de Thor a Wakanda en Infinity War o el Avengers Assemble en Endgame fue el final de Rogue One con la masacre de Vader. Ahora ya lo tiene, y protagonizado como tiene que ser por su mayor héroe. ¡Fua, chaval!!

Si tenemos que resumir de qué va esta segunda temporada, Mando tiene la misión de llevar a Baby Yoda (Grogu) hasta un miembro de su tribu para que cuiden de él. El objetivo de Mando siempre fue encontrarse con un Jedi y cada uno de los capítulos nos acercaba a ese objetivo. Al llegar hasta Ahsoka, pensábamos que el objetivo estaba cumplido, pero al negarse ella a entrenarle siguió la incertidumbre, aunque de hecho, puestos a hacer una lista de Jedis vivos en este momento post Retorno del Jedi, lo cierto era que Luke Skywalker era la primera y más lógica elección de una lista cortísima. Lo único era que realmente no nos creíamos que Favreau se atreviera a hacerlo (o le dejaran). ¡Qué equivocado estaba!! Este momentazo no es un fan-service vacío sacado de la manga, realmente nos lo han telegrafiado desde el minuto uno y su participación es fundamental en la resolución de la historia.

La escena en la que por fin vemos su rostro y se encuentra cara a cara con Mando es otro momentazo y me parece que está super bien resuelta también. Mark Hamill no realiza la escena, dado que he leído que Favreau rodó la escena con un doble de cuerpo, al que le insertaron la cara de un rejuvenecido Hamill. El rejuvenecimiento facial funciona muy bien, aunque reconozco que nuestro subconsciente no puede evitar ver el truco dado que sabemos que Mark Hamill tiene más de 60 años y le vimos como un anciano apenas hace un año. Y esta reunión es rápida y al grano, como todo en esta serie. De hecho, es espectacular que en este mundo de televisivo de tramas alargadas y episodios repletos de minutos de la basura, Jon Favreau ha resuelto la historia de Mando y Grogu de forma increíblemente satisfactoria en tan sólo dos temporadas.

Es el momento de quitarse el sombrero ante lo que nos ha regalado Pedro Pascal. Su interpretación sin poder mostrar su rostro mediante la voz y su expresión corporal me parece alucinante. Y en esta temporada en que volvimos a verle su rostro nos ha ofrecido unos momentos de gran emoción planteados siempre desde el minimalismo. Su despedida de Grogu consiguió que se me llenaron los ojos de lágrimas, pero también de felicidad, porque Mando consiguió cumplir su misión. Aquí va mi voto para que se lleve el premio a mejor actor en los Globos de Oro. De nuevo, ahora parece fácil, pero atreverse a plantear una serie de televisión que debía ser la gran apuesta de un nuevo canal de streaming de uno de los grandes estudios americanos con un protagonista cuyo rostro NO se iba a ver en ningún momento, demuestra que Favreau los tiene bien puestos y tenía una fe ciega en su serie.

Esta segunda temporada de Mandalorian ha sido bestial. Y gran parte de este éxito radica en que Favreau se arriesgó al construir poco a poco a Mando durante sus pequeñas y ligeras aventuras de la primera temporada, de forma que el personaje nos atrapó incluso sin necesidad de ver su rostro y sus problemas se convirtieron en nuestros problemas, convirtiéndose por méritos propios en el héroe de esta historia. La narrativa de estas dos temporadas me parece modélica, de forma que tras plantar las semillas llegó el momento de recoger los frutos y mostrarnos de forma desatada el maravilloso mundo de Star Wars. Y por esto, a pesar de lo increíble que fue ver a Ahsoka o a Boba, el centro emocional siempre siguió estando con Mando y su vínculo paternal con Grogu. Espectáculo sumado a mucha emoción, de nuevo, algo que no es tan fácil como parece, aunque el envoltorio parezca sencillo.

Y si este último episodio me ha roto la cabeza, igual de ilusionantes son las múltiples opciones en el horizonte. Hace apenas una semana Disney anunció en su Investor Day sus nueva series y película de Marvel y Star Wars. En ese anuncio se confirmó una serie protagonizada por Ahsoka Tano (Rosario Dawson) y la novedad de Rangers of the New Republic, que compartirían línea temporal con la tercera temporada de The Mandalorian.

Pero la escena post-créditos protagonizada por Boba Fett me ha parecido magistral, y otro ejemplo genial del talento como storyteller de Jon Favreau. Si ya en el sexto episodio «The Tragedy» dirigido por Robert Rodriguez le dieron a Fett los momentos de gloria que no llegamos a ver en las películas clásicas, en los siguientes episodios Favreau optó con buen criterio en mantenerle en un segundo plano para no hacer que Mando fuera el secundario de su propio show. Y tras un episodio en que parecía que ya habíamos visto lo mejor de Fett, se han guardado la guinda final, cuando entra en el palacio de Jabba en Tatooine y mata a Bib Fortuna, haciéndose (aparentemente) con el control de su organización criminal. El anuncio de «The Book of Bobba Fet» para diciembre de 2021 plantea la duda, ¿va a ser ésta la tercera temporada de The Mandalorian o Disney evitó anunciar la serie de Boba Fett para no spoilear este momentazo? Por un lado, el cambio de protagonista haría que la serie volviera a ser novedosa e inesperada, y daría la posibilidad a Din Djarin de recargar las pilas y buscar la mejor historia posible de cara a su seguro regreso un poco más adelante. Pero, por otro lado, aunque Grogu ya se fue, la historia de Din Djarin en posesión del Dark Sable sigue más interesante que nunca, así como una posible liberación de Mandalor junto a Bo-Katan (o ¿enfrentado a ella?),así que no me creo que Disney renuncie a seguir contando esta historia el año que viene.

En todo caso, hay un montón de opciones ahora mismo, y creo que compraría cualquiera, siempre que Favreau y Filloni se mantengan al mando de las operaciones de esta parte de la franquicia de Star Wars.

Comparto los teasers publicados en twitter del episodio y del season-finale:

Y recupero el trailer de la temporada:

NO SE PUEDE HACER MEJOR. THE MANDALORIAN YA ES HISTORIA, a un nivel que jamás pude imaginarme que conseguirían alcanzar cuando comencé a ver la temporada. Gracias Jon Favreau, Gracias Dave Filloni, Gracias Lucasfilm y Disney+. Ya formáis parte de mi vida.

PUNTUACIÓN: 10/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de The Mandalorian 2×07 (Ep. 15 – El Creyente) Disney+ CON spoilers

El séptimo episodio de The Mandalorian ha sido otra estupenda aventura con un inesperado elemento emocional que nos prepara para el que va a ser el gran final de esta segunda temporada dentro de unos días.

PUNTUACIÓN: 8/10

Para actuar contra el Imperio, el Mandaloriano necesita la ayuda de un antiguo enemigo.

Rick Famuyiwa, director del episodio 1×02 El Niño y que escribió y dirigió el 1×06 El Prisionero, vuelve al mundo de The Mandalorian escribiendo y dirigiendo este capítulo. Me parece curioso que Famuyiwa se trae de vuelta a uno de los personajes de El Prisionero, el antiguo tirador Imperial Migs Mayfeld, interpretado por Bill Burr.

Al ser continuación directa del episodio anterior, para salvar a Grogu (Baby Yoda) Mando debe encontrar la localización de la nave del Moff Gideon, para lo que necesitan los conocimientos de Mayfeld. En esta aventura, volvemos a disfrutar de Cara Dune (Gina Carano), Fennec Shand (Ming-Na Wen) y, sobre todo el espectacular Boba Fett (Temuera Morrison), al que veremos con una armadura renovada alucinante.

Narrativamente, se nota lo inteligentes que son en Lucasfilm, ya que después del despliegue del episodio anterior, aparte de lucir armadura, Fett en este episodio tiene un protagonismo menor. De hecho, tras dos episodios en los que Mando parecía el secundario de su propia serie al compartir protagonismo con Ahsoka y Fett respectivamente, en este Mando vuelve a ser el gran protagonista. El hecho de mostrar su cara en el episodio, rompiendo todas las reglas de la secta mandaloriana a la que pertenece, es una demostración del amor y preocupación que Mando siente por Grogu, al que ha llegado a considerar familia y por el que haría lo que fuera para salvarle, y va a marcar un antes y un después en las creencias de Mando, que ha ido conociendo a otros mandalorianos que si muestran su rostro como Bo-Katan primero y el propio Fett ahora.

El final del episodio, en el que Mando amenaza al Moff Gideon con las mismas palabras que él usó previamente en la primera temporada, significa un gran momento que nos promete un climax espectacular.

He comentado en varias reseñas que The Mandalorian bebe claramente del western como una de sus principales fuentes de inspiración. Digo esto porque la primera parte del episodio parece ser la adaptación del típico asalto a la diligencia en el que el cochero y su tirador deben repeler a unos bandidos. Esta escena está estupendamente rodada y transmite un verdadero peligro al no tener Mando el blindaje del Beskar que habitualmente le protege.

Sin embargo, la gran sorpresa la constituye el personaje de Mayfeld, que durante la primera temporada parecía un mercenario ex-militar sin más, y al que Famuyiwa construye un interesante origen que justifica su trauma y su aversión contra los poderes establecidos que para él acaban siendo todos iguales. De hecho, una duda que se me plantea al final del episodio es si Mayfeld se ve sorprendido por la presencia de su antiguo superior Valin Hess en el planeta Morak, o si sabía que estaba allí y precisamente llevó a Mando y su equipo allí para poder tener su venganza, lo que significaría que es mucho más inteligente de lo que parecía. Aunque esta segunda opción es menos probable, lo que está claro es que no creo que esta sea la última vez que veamos a Mayfeld, sobre todo teniendo en cuenta el anuncio de las nuevas series Ahsoka y Rangers of the New Republic, que acompañarán a la tercera temporada de The Mandalorian y sobre las que hablé hace unos días.

El episodio dura 36 minutos que me parece que una vez más van al grano y son la duración perfecta para el episodio, siendo un prodigio de síntesis. Además, vuelve a contar con una chulísima música de Ludwig Göransson con unos detalles estupendos, cosa que no es noticia, todo sea dicho. Buff, que ganas tengo de poder tener la banda sonora de esta segunda temporada al completo.

Teniendo en cuenta que este episodio tenía todos los números para convertirse en el episodio más flojo de la temporada y acabado siendo, de nuevo, una pasada, no quiero ni empezar a pensar en el climax de la semana que viene, que puede ser espectacular y lleno de tensión y emoción. Se sabe que Jon Favreau guionizará el episodio, ¿también lo dirigirá? Teniendo en cuenta todo lo que está en juego, no sería descartable. ¡Qué ganas que llegue el viernes!!

Comparto el teaser de este episodio:

https://twitter.com/themandalorian/status/1337396723610771457?s=20


The Mandalorian no tiene episodios malos, y me empiezo a dar cuenta que la semana que viene habrá terminado el viaje, hasta la siguiente temporada. De momento, el resultado no puede ser mejor.

PUNTUACIÓN: 8/10