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Crítica de Severance temporada 1 (Apple TV)

Mi mujer me comentó si nos suscribiamos un mes a Apple TV porque había un par de series que le apetecía ver. Y me ha venido genial, porque he aprovechado la suscripción para ver la serie de la temporada, Severance, una historia absorbente a caballo entre la ciencia ficción y la crítica social, todo ello decorado con elementos filosóficos que te volarán la cabeza.

PUNTUACIÓN: 8,5/10

Mark Scout (Adam Scott) dirige un equipo en Lumon Industries, cuyos empleados se han sometido a un procedimiento quirúrgico que separa sus recuerdos entre su ámbito laboral y su vida personal. Este atrevido experimento de «equilibrio entre el trabajo y la vida personal» se pone en tela de juicio cuando Mark se encuentra en el centro de un misterio que lo obligará a confrontar la verdadera naturaleza de su trabajo… y de sí mismo. (FILMAFFINITY)

Severance ha sido creada por Dan Erickson, en el que es su primer gran trabajo profesional. Erickson escribió el piloto de la serie, y lo movió durante cierto tiempo entre varias productoras, llegando a temer que pasara a formar parte de la Blood List televisiva, el equivalente en ciencia-ficción y terror de la Black List, aquellos guiones que gustan a todo el mundo pero nunca llegan a ser producidos. La suerte cambió cuando Erickson lo presentó a Red Hour Productions, la productora de Ben Stiller, que lo leyó y apostó por el extraño concepto de Erickson.

Y aunque el nombre de Ben Stiller está asociado al género de la comedia, sobre todo en su faceta de actor, como director la cosa cambia, mostrando a un creativo ecléctico que aparte de crear películas para destacar su vena cómica, también busca probar cosas diferentes. En cine ha dirigido las comedias The Cable Guy (1996), Zoolander 1 y 2 (2001 y 2008) y Tropic Thunder (2008), pero también la historia romántica Reality bites (1994) y, sobre todo, La vida secreta de Walter Mitty (2013), mientras que en televisión dirigió el drama carcelario Escape at Dannemora (2018).

Stiller dirige 6 de los nueve episodios además de realizar funciones de productor ejecutivo. Los otros tres episodios han sido dirigidos por Aoife McArdle. El creador Dan Erickson escribe los guiones de los dos primeros episodios y del último, mientras que los otros seis episodios han estado escritos por Andrew Colville, Kari Drake, Anna Ouyang Moench , Amanda Overton, Helen Leigh y Chris Black. Es interesante leer entrevistas a Erickson y comprobar cómo aunque muchos elementos, y sobre todo la base de la serie, los tenía claros desde que escribió el piloto de la serie, otros muchos elementos han evolucionado o se han creado directamente a partir de las conversaciones en la sala de escritores, empezando por algunas de las principales sorpresas que conoceremos al final de la temporada.en relación a las historias de los compañeros de Mark en el mundo real fuera de Lumon.

Severance tiene su foco en el departamento de Refinado de Datos (Macrodata Refinement) de Industrias Lumon, en el que trabajan cuatro personas: Adam Scott interpreta a Mark Scout, un trabajador que entró en el programa como forma de lidiar con el duelo por la muerte de su esposa Gemma. Al comenzar la serie, descubre que ha sido ascendido al puesto de responsable por la baja del Petey, el anterior responsable. Britt Lower es Helly Riggs, una nueva empleada que entra a formar parte del departamento para cubrir la vacante creada y que no se toma bien el concepto de Severance, intentando saber por qué está ahí, qué trabajo desempeñan y el significado del mismo. Zach Cherry es Dylan George, compañero de trabajo de Mark obsesionado con las promesas de premios e incentivos que la empresa ofrece a los mejores trabajadores, mientras que John Turturro es Irving Bailiff, compañero de Mark y Dylan y un firme defensor de la política de la empresa.

Dentro de Lumon conoceremos a Seth Milchick (Tramell Tillman), el supervisor de la planta de Lumon donde se encuentra Refinado de Datos. Patricia Arquette interprteta a Harmony Cobel, la dura jefa de Mark y de todo el departamento, mientras que Dichen Lachman es la Sra. Casey, la consejera de bienestar de la empresa. Además, Christopher Walken interpreta a Burt Goodman, el jefe de la división de Óptica y Diseño de Lumon, que busca entablar amistad con Refinado de Datos aunque la empresa incentiva la separación de los distintos departamentos.

Fuera de Lumon tenemos a Jen Tullock interpretando a Devon Hale, la hermana embarazada de Mark, mientras que Michael Chernus chace de Ricken Hale, el marido de Devon que es autor de un libro de autoayuda que acaba de publicar. La sorpresa la encontramos con Yul Vázquez, que interpreta a Peter «Petey» Kilmer, el ex trabajador de Lumon y mejor amigo de Mark que fue despedido (o abandonó la empresa) en circunstancias misteriosas.

Empezando al revés de lo que suelo hacer al escribir mis reseñas, el principal problema de Severance es lo extraño de su premisa y lo pausado de su desarrollo, que puede volar la cabeza a espectadores no aficionados a la ciencia ficción, al empezar en mitad de la acción con poco o ningún contexto de lo que sucede dentro de Lumon. El ritmo pausado de la serie en el que la información y sobre todo la falta de ella nos llega en dosis muy pequeñas puede provocar que más de un espectador abandone la serie . Y al ejemplo de mi mujer me remito. Esto me indica que Severance NO es una serie para todos los espectadores, lo cual no implica una connotación negativa ni para la serie ni por supuesto para los espectadores a lo que este tipo de serie no les llame. Porque realmente, tiene que haber contenidos de todo tipo porque igual de variados son los espectadores.

Pero si aguantas los dos primeros episodios y permites que la serie te introduzca por la madriguera de conejo para conocer el mundo laboral de Lumon al mismo tiempo que los protagonistas, la experiencia va a ser bestial. Empezando por un mundo laboral tan distinto y, a la vez, tan similar a lo que existe en el mundo real, con empresas como Starbucks afirmando «Do we make coffee? Or do we make a better world?», o unos manuales de empresas que supuestamente tratan a sus empleados como “familia” cuando lo que en realidad buscan son drones sin pensamiento crítico que quieren que hagan lo que se les pida y que acaban siendo individuos más cercanos a una secta.

En la premisa de Severance pueden encontrarse reminiscencias a Brazil (Terry Gillian) o a Being John Malkovich (Spike Jonze). Incluso la idea central de Matrix (Hermanas Wachowski) de una humanidad atrapada en una realidad virtual en la que las máquinas explotan a la raza humana puede entenderse que comparte una clara conexión con la idea de una empresa que divide la mente de sus empleados para que las 8 horas de su jornada laboral sean más productivos, al centrarse al 100% en el desempeño profesional olvidándose de los problemas o relaciones del mundo real.

Dan Erickson comenta además que se considera hijo de la ciencia ficción especulativa de los últimos años que se cuestiona la realidad actual, citando además de las obras ya mencionadas El Show de Truman, Dark City o Black Mirror. Incluso clásicos como American Beauty con su idea de estar atrapados en un mundo que impone normas y convenciones sociales de la que el protagonista busca escapar, o la serie Office Space, que aunque no tiene un elemento de ciencia ficción si trata de estar atrapado en un sistema grotesco del que, de nuevo, los protagonistas quieren escapar, son citadas por Erickson como influencia clara en su trabajo. Y junto a todo lo anterior, encontramos conceptos filosóficos de Platón, Descartes o Kant, obras de teatro como Esperando a Godot, de Samuel Beckett o Cat´s Craddle de Kurt Vonnegut. Como véis, mucha tela que cortar hay aquí.

Todos los que trabajamos sabemos que no somos la misma persona cuando estamos en casa con la familia o con amigos, y cuando trabajamos. Cada empresa tiene unas normas que exigen a los empleados comportarse de una determinada manera, empezando por la ropa que se puede llevar al trabajo. Es por esto que la premisa central de personas que separan ambas facetas de sus vidas hasta el punto de convertirse en dos entidades autónomas (compartiendo eso si cuerpo) es algo que entiendo que todos igual hemos pensado alguna vez. Otro elemento interesante es conocer los motivos que llevan a alguien «normal» a querer que le hagan una operación quirúrgica para permitirlo. En Severance, en esta temporada seguimos los pasos de Mark y es al único que conoceremos en ambas facetas de su vida. Y aunque el duelo por la muerte de su mujer explica esta decisión, tenemos a tres personas más que son un papel en blanco sobre los que no conocemos nada aparte de su desempeño dentro de Lumon. Tres personas que obviamente son tres misterios que habrá que desentrañar a lo largo de esta serie, entiendo que en las próximas temporadas.

La parte filosófica de la Caverna de Platón está muy clara en Severance, ya que los «innies», término como se conoce a los trabajadores de Lumon frente a los «outies» que viven fuera, sólo conocen el mundo por lo que saben de su trabajo, que obviamente no es el mundo real en su totalidad. La fidelidad de Irving a las normas establecidas con una fe rayando la secta es buena prueba de los problemas de aceptar una parte pequeña del mundo como si fuera la totalidad, con todo lo que supone de cosas que uno se está perdiendo sin ni siquiera saberlo. Algo que vemos en muchos aspectos de la sociedad, sobre todo americana pero no sólo, con grupos amplios de gente que no quieren escuchar nada que ponga en cuestión aspectos de sus creencias o valores aunque sean fácticamente falsas.

El «pienso luego existo» de Descartes en el siglo XXI parece haberse transformado en un «consumo, luego existo» debido a la obsesión consumista de la sociedad occidental. Y en el mundo laboral, podría decirse que para las empresas y sobre todo las grandes corporaciones, la clave se traslada a «trabajo, luego existo», intentando con métodos más o menos sutiles o directamente dictatoriales que los empleados no trabajen para vivir, sino que vivan para trabajar y empleen cada vez más parte de su vida sirviendo las necesidades de las Corporaciones. Y no al revés como se supondría en una sociedad utópica. Que una serie de entretenimiento plantee estas cuestiones de forma tan interesante me vuela la cabeza, la verdad.

La serie triunfa por la construcción de los personajes, empezando por la perfecta y minimalista interpretación de Adam Scott como Mark S., el protagonista al que debajo de la seriedad y frialdad no evita que se note la tristeza que existe en si interior. También está muy bien Britt Lower como la nueva incorporación Helly R., que simboliza la parte rebelde que todos llevamos dentro y que no aceptamos la cosas como nos dicen que son sin una buena explicación que en la serie no acaba de recibir nunca. Estos personajes tienen un complemento perfecto con sus compañeros Dylan y Irving, que representan dos facetas del trabajador tipo actual, el competitivo y el crédulo seguidor. Las interacciones entre este grupo son geniales y aunque en muchos momentos parece que no está pasando nada, si analizas lo que se está diciendo ves que todas las situaciones tienen una mayor complejidad de lo esperado, y darían para un tratado más largo de lo que puedo escribir en esta reseña.

En general, las interpretaciones me parecen todas estupendas, y me parece una pasada es tener a John Turturro, Christopher Walken o Patricia Arquette juntos en esta serie, aunque sólo Turturro y Walken compartan escenas. Porque todos los personajes dentro o fuera de Lumon aportan una faceta interesante a este crisol de personas con comportamientos muy diferentes.

Junto a la historia y las interpretaciones, hay que destacar además un brillante diseño de producción sobre todo dentro de Lumon, que destaca la frialdad y deshumanización de los centros de trabajo, con escenarios con numerosos planos simétricos con una composición perfecta. Además, las largas escenas en la que los personajes caminan por interminables pasillos con paredes blancas neutras resaltan el laberinto deshumanizador en que se ha convertido el trabajo y como los innies son unos conejillos de indias sujetos a un experimento del que no conocemos ni la metodología ni el objetivo que buscan obtener. Además, la fotografía de Jessica Lee plantea una iluminación con tonos fríos dentro de Lumon mientras que en el mundo real, vemos a Marc en su casa y su mafilia en múltiples escenarios mostrados con tonos cálidos. La música de Theodore Shapiro resalta también el elemento extraño y perturbador que subyace en toda esta situación.

No es mi intención contar más de la cuenta porque las sorpresas que se irán conociendo sobre todo a partir de la segunda mitad de la temporada son increíbles y me gustaría que llegarais a descubrirlas a vuestro ritmo. Lo interesante es que aunque el misterio sobre las intenciones de Lumon está siempre presente, realmente Severance triunfa gracias a la conexión que hacemos con los protagonistas, que consiguen ser importantes para nosotros. En todo caso, sí destacar que el noveno episodio que cierra esta primera temporada hace un ejercicio antológico de la tensión, las revelaciones y in cliffhnager de los seguiremos hablando durante mucho tiempo. Dado que Apple TV ha confirmado la segunda temporada, espero que se pongan pronto y podemos conocer cómo continúa la historia al comienzo de 2023.

Tengo que reconocer que los dos primeros episodios fueron un WTF? total debido al concepto general de la serie y la lentitud del desarrollo. Pero una vez me cogí cada episodio fue a más y el final me ha volado la cabeza. Pero incluso mejor que todo esto son todas las ideas que esta serie me ha provocado y como aún hoy sigo dándole vueltas a los diferentes elementos que la serie ha planteado de forma sutil y elegante. Aparte del aspecto de entretenimiento que es lo mínimo que le pido a un producto de ocio, me parece una pasada lo inteligente que es todo. Y aunque no me da la vida, se que si volviera a verla, captaría un montón de cosas que me pasaron desapercibidas debido a la falta de contexto y que ahora añadirían una nueva capa que mejoraría aún más la experiencia de Severance.

Comparto el trailer de Severance:

Queda todavía mucho año y espero disfrutar de muchas series que me encanten en los 7 meses y medio restantes. Pero todo apunta a que Severance va a acabar siendo una de las series más importantes de 2022. Te la recomiendo.

PUNTUACIÓN: 8/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de Beyond the hallowed sky, de Ken MacLeod

Warren Ellis recomendó en su newsletter Beyond the hallowed sky, la última novela de Ken MacLeod, escritor de ciencia ficción escocés, así que me dije a mi mismo: ¿Por qué no probarlo? Gracias al buen precio del libro en el kindle, me he animado a leerla y me he encontrado una estupenda novela de ciencia ficción ambientada en un posible futuro cercano en el que la humanidad está empezando a dar sus primeros pasos fuera del sistema solar.

PUNTUACIÓN: 8/10

La leyenda de la ciencia ficción Ken MacLeod comienza una nueva trilogía de space opera imaginando a la humanidad en el precipicio del descubrimiento: la invención del viaje más rápido que la luz abre un universo de nuevas posibilidades, y nuevos peligros.

Cuando una brillante científica recibe una carta sobre los viajes más rápidos que la luz, no sabe qué creer. Las ecuaciones funcionan, pero su artículo es desacreditado, y pronto las críticas son más que científicas. Exiliada por el establishment, recibe una oferta para construir su nave estelar de una fuente insólita. Pero en las alturas de Venus y en un planeta de otra estrella, ya se está descubriendo un secreto que sacudirá a la humanidad hasta sus cimientos.

Descubra esta nueva e innovadora space opera del multipremiado autor Ken MacLeod.

Ken MacLeod nació en la isla de Lewis y ahora vive en Gourock, Escocia. Tiene un posgrado en biomecánica y trabajó durante algunos años en el sector de la informática. Desde 1997 es escritor a tiempo completo. Es autor de diecisiete novelas, desde The Star Fraction (1995) hasta The Corporation Wars (2018), y de numerosos artículos y relatos. Ha ganado tres premios BSFA y tres premios Prometheus, y ha sido preseleccionado para los premios Clarke y Hugo.

Ha sido escritor residente en el Foro de Política e Investigación Genómica del ESRC en la Universidad de Edimburgo, y escritor residente en el curso de escritura creativa de la Universidad Napier de Edimburgo. El blog de Ken MacLeod es The Early Days of a Better Nation.

Beyond the hallowed sky es una estupenda historia de ciencia ficción espacial centrada en la expansión de la raza humana por la galaxia gracias al descubrimiento de la forma de viajar más rápido que la luz. Como decía en mi introducción no conocía de nada a Ken MacLeod hasta que leí la recomendación de Warren Ellis.

Me he encontrado con una historia muy interesante con cuatro protagonistas que llevan a cabo tres líneas argumentales diferentes a lo largo de las 356 páginas de la novela. Por un lado tenemos a Lakshmi Novak, una científica recibe una carta sobre como viajar más rápido que la luz aparentemente escrita por ella misma. Tras ser contactada por el experto en la construcción de buques John Grant, pondrán en marcha la construcción en secreto de un prototipo que puede cambiar el equilibrio de poder entre los diferentes poderes mundiales. Por su parte, Emma Hazeldene explora un planeta lejano donde las rocas no se comportan como tales, mientras que Marcus Owen, un agregado cultural del British Council en la colonia humana de Venus, llega con un encargo muy concreto y las órdenes de no detenerse ante nada para conseguirlo.

Como en toda buena narrativa, me ha gustado mucho que las tres historias aparentemente inconexas acaben conectadas de forma sorprendente en el climax de la novela. Y junto a elementos de ciencia ficción pura como es la Paradoja de Fermi (si existieran aliens con capacidad de viajar por el espacio ya deberiamos haberlos encontrado -o realmente, ellos nos habrían encontrado a nosotros-), la novela toca elementos de geopolítica de rabiosa actualidad como son los problemas derivados del separatismo, la lucha por la hegemonía de las superpotencias de formas a menudo ocultas, así como los resultados de catástrofes ecológicas que crean olas de refugiados que buscan un futuro mejor.

Como hice con Empire of Silence de Christopher Rucchio, he leído esta novela en inglés, y reconozco que algunos conceptos de ciencia ficción y de la construcción del vehículo se me han hecho un poco áridos, aparte que algunos protagonistas son escoceses (no hace falta decir nada). En este sentido, la narración en primera persona de Rucchio de los sentimientos de su protagonista me resultó mucho más fácil de leer, pero la verdad es que la historia de MacLeod me ha resultado interesantísima y ha compensado la complejidad de su historia.

Si tengo que ponerle un pero, Warren Ellis comentaba que aunque esta novela era el comienzo de una serie, se podía leer de forma autónoma. y satisfactoria. Sin embargo, en mi opinión la novela no es autoclusiva, aunque haya una parte de la historia que sí empieza y acaba. Al contrario, la parte principal queda totalmente colgada y desde luego no deja con sensación de lectura satisfactoria al quedar a mitad. En todo caso, hay conceptos de ciencia ficción tan chulos, y las incógnitas abiertas me interesan tanto que no tengo duda que leeré las próximas novelas de MacLeod. Pero en este caso me hubiera gustado leer algo realmente autoconclusivo. Entiendo que esto es problema mío, no de la novela en si, por lo que me obligaré a escoger con más cuidado mis próximas novelas de ciencia ficción.

En todo caso, repetir que me ha gustado mucho Beyond the hallowed sky y que me acabo de convertir en un fan de la obra de MacLeod. De hecho, me estoy planteando continuar con su trilogía The Corporate Wars, que también fue alabada por Ellis.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Empire of Silence (Sun Eater Book 1) de Christopher Rucchio

Mi búsqueda de nuevas lecturas me ha animado a probar Empire of Silence (Sun Eater Book 1) de Christopher Rucchio, inicio de una serie de novelas en las que el escritor de Carolina del Norte combina la ciencia ficción de Dune de Frank Herbert con la narrativa de Patrick Rothfuss.

PUNTUACIÓN: 7/10

Hadrian Marlowe, un hombre venerado como héroe y despreciado como asesino, narra su historia en el debut galáctico de la serie Devorador de Soles, que fusiona lo mejor de la space opera y la fantasía épica.

No era su guerra. En el planeta equivocado, en el momento adecuado, por las mejores razones, Hadrian Marlowe inició un camino que sólo podía acabar en fuego. La galaxia lo recuerda como un héroe: el hombre que quemó hasta el último alienígena Cielcin del cielo. Lo recuerdan como un monstruo: el demonio que destruyó un sol, aniquilando despreocupadamente cuatro mil millones de vidas humanas -incluso el propio Emperador- en contra de las órdenes imperiales. Pero Hadrian no era un héroe. No era un monstruo. Ni siquiera era un soldado.

Huyendo de su padre y de un futuro como torturador, Hadrian se encuentra varado en un mundo extraño y atrasado. Obligado a luchar como gladiador y a navegar por las intrigas de una corte planetaria extranjera, se encontrará luchando en una guerra que no empezó, por un Imperio que no ama, contra un enemigo que nunca entenderá.

No conocía de nada a Christopher Ruocchio hasta que leí Los Vengadores 50 (750 de la numeración legado), en el que escribió una historia corta de Thor ambientada en la Edad Media con dibujo de Steve McNiven. Tras leer el comic me puse a indagar sobre este escritor nacido en Carolina del Norte, ya que si ha captado la atención de Marvel es que algo interesante debe tener, ¿no?

Ruocchio alterna su trabajo de escritor con el editor asistente en Baen Books, y es el autor de la serie de libros Sun Eater (Devorador de Soles), del que se han publicado tres novelas con una cuarta a punto de aparecer: Empire of Silence (2018), Howling Dark (2019), Demon in White (2020) y Kingdoms of Death (abril 2022). Tiene además previsto publicar el quinto libro de esta serie, Ashes of Man, a final de este 2022. Empire of Silencie, su primer libro publicado, ganó el premio Manly Wade Wellman 2019, mientras que Howling Dark, fue nominado al Dragon Award 2020. Su obra ha sido alabada por su combinación de elementos de sci-fi y fantasía.

Me ha gustado Empire of Silence, pero la verdad es que no me ha flipado. Lo mejor de esta novela y de la historia creada por Christopher Ruocchio es la complejidad de una galaxia enorme con una estructura política, social, religiosa y militar compleja que invita a pensar que iremos conociendo a medida que leamos las diferentes novelas de la serie. Una galaxia en medio de una guerra que dura siglos contra un enemigo que no entienden.

Estamos ante una historia de ciencia ficción con viajes espaciales que además coge elementos del género de fantasía. Dentro de la ciencia ficción me gustó la parte del paso del tiempo relativo cuando se viaja entre planeta, que para el que viaja son pocos meses pero han pasado décadas (¿siglos?) en su planeta de origen. Es interesante además conocer como la clase dirigente de esta sociedad vive siglos gracias a la experimentación genética mientras el pueblo vive vidas cortas (normales) en comparación. Junto a la distribución de la sociedad en estratos sociales claros de realeza, inquisición, ejército y pueblo llano más o menos sometido, hay elementos de fantasía como ambientar una parte importante de la novela en un coliseo de gladiadores. Veo muy positivo que Ruocchio no se corte a la hora de utilizar cualquier elemento que pueda serle útil, consiguiendo una sensación de crossover de géneros que le sienta bien a la novela. Toda la parte del worldbuilding me ha gustado mucho y veo que es lo mejor y más interesante de la novela y de la serie Sun Eater que este Empire of Silence inaugura.

Parte del problema que tuve con Empire of Silence es el protagonista Hadrian Marlowe, que me ha parecido un mojigato total con el que me resultó complicado empatizar. Como en El nombre del viento de Rothfuss, la historia está contada en primera persona a modo de libro de memorias que Hadrian está escribiendo, en el que nos cuenta sus éxitos y sobre todo, sus fracasos, errores y equivocaciones. Está super chula la sensación de que Ruocchio tiene clara toda la historia y sabe qué va a pasar con cada personaje y situación, algo que se transmite cada vez que describe a un personaje con expresiones como «Fulanito, amigo en ese momento que acabaría convertido en mi peor enemigo, una amistad truncada de la peor forma posible». Esto está chulo y enlaza con el elemento de worldbuilding que comentaba antes. Sin embargo, tras la lectura de esta novela me ha quedado con la mismo sensación mala que me transmiten los últimos comics de Jonathan Hickman (y en general los de la franquicia mutante del último año), y es que Ruocchio no deja de decirnos que lo que está por venir va a ser increíble, pero se olvida de hacer que ESTO QUE ESTOY LEYENDO AHORA sea memorable.

Esto me lleva a lo menos bueno. Y es que toda la novela parece planteada como una copia de El nombre del viento de Rothfuss con una ambientación de ciencia ficción. Es un elemento tan descarado que estuvo demasiado presente durante toda la lectura. Unido a esto, el comienzo de la novela tiene también un excesivo feeling a Paul Atreides en Caladan al comienzo de Dune, una familiaridad que es este caso no es algo positivo. Y obviamente en seguida la historia de Ruocchio se va por su propio camino, y agradezco la complejidad de esta galaxia, de las relaciones y estratos sociales existentes, además de los propios enemigos, los misteriosos Cielcin, pero no acabó de conseguir quitarse la sensación de obra derivativa no del todo original.

El principal problema que le vi a El nombre del viento cuando leí la novela el año pasado, aparte del hecho que Rothfuss ha dejado inconclusa su historia, fue que Rothfuss terminó la novela de forma super decepcionante e impropia, al no cerrar nada ni dar sensación al menos de acabar de contar un capítulo de la historia. En este sentido, entiendo que Ruocchio al menos si ha aprendido de los elementos mejorables de la obra de Rothfuss y al menos Empire of Silence si cierra un capítulo en la vida de Hadrian Marlowe, abriendo su historia a un viaje por la galaxia. Pero lo hace resultando todo demasiado plano, sin llegar a crear un climax final potente. Todo está bien, pero no hay nada notable.

Teniendo en cuenta que compré Empire of Silence en el kindle tirado de precio gracias a una oferta super buena, no me arrepiento haber leído la novela y la verdad es que a pesar de los elementos menos buenos que acabo de comentar, me ha parecido una buena novela que muestra el comienzo de una saga que puede ser interesante en una galaxia enorme y compleja. Sin embargo, reconozco que con todas las novelas que tengo pendientes que me apetecen más que este Sun Eater, no creo que vaya a leer la siguiente novela a corto o medio plazo. Pensar que voy a tener que leerme 2500 páginas y cuatro novelas para llegar a conocer el final de esta historia ahora mismo es una losa demasiado grande. Si hablamos de Sanderson no me importa la enorme extensión de sus historias, pero Ruocchio se queda a mucha distancia de Sanderson o Abercrombie. Entiendo en todo caso que igual el problema fue mío y debería haberme informado mejor sobre lo que suponía empezar a leer esta primera novela, de cara a elegir una novela de menor extensión o complejidad. Pero creo que está bien conocer el estado de la ciencia ficción actual.

PUNTUACIÓN: 7/10

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Crítica de El Proyecto Adam de Shawn Levy (Netflix)

Tras el éxito de Free Guy, el director Shawn Levy y el actor Ryan Reynolds vuelven a reunirse en El Proyecto Adam, película de ciencia ficción familiar que se ha estrenado en Netflix este pasado fin de semana.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Adam Reed (Reynolds) es un viajero del tiempo del año 2050 que se ha aventurado en una misión de rescate para buscar a Laura (Zoe Saldana), la mujer que ama, que se perdió en el continuo espacio-tiempo en circunstancias misteriosas. Cuando la nave de Adam se estropea, es enviado en espiral al año 2022, y al único lugar que conoce de esta época de su vida: su casa, donde vive su yo cuando tenía 13 años.

Shawn Adam Levy (Montreal, 1968) es un director de cine, productor y actor canadiense especializado en comedia y cine familiar. Ha dirigido películas como Gordo mentiroso (2002), Recién casados (2003), Cheaper by the dozen (2003), La Pantera Rosa (2006), Date Night (2010), Real Steel (2011), The Internship (2013), la trilogía de películas Night at the Museum (2006, 2009, 2014) y Free Guy (2021), además de producir la serie Stranger Things para Netflix.

El guión ha sido escrito por  Jonathan Tropper (Banshee) a partir de un argumento de Jennifer Flackett, Mark Levin y T.S. Nowlin, con una fotografía de Tobias A. Schliessler, montaje de Dean Zimmerman y Jonathan Corn y música de Rob Simonsen. La película de 105 minutos de duración ha sido producida por Levy, Reynolds, David Ellison, Dana Goldberg y Don Granger a través de Skydance Media (la productora de las películas de Tom Cruise, por ejemplo), para su estreno exclusivo en Netflix.

El reparto de la película es su principal punto fuerte, sobre todo si eres fan del cine de superhéroes. Y es que a Ryan Reynolds (Green Lantern, Deadpool) se le unen Zoe Saldana (Gamora), Jennifer Garner (Elektra) y Mark Ruffalo (Hulk). Junto a ellos, tenemos a Walker Scobell como un joven Adam de 12 años que conocerá a su versión adulta, y a Catherine Keener como la villana Maya Sorian.

Entrando a valorar El Proyecto Adam, ha resultado un buen entretenimiento para ver con mi hijo durante el fin de semana. La película alterna algunos buenos momentos en lo referido a la acción y los efectos especiales, aunque menos de los que me hubiera gustado teniendo en cuenta el trailer, al igual que en lo referido al drama en general y al trauma que los dos Adam tienen debido a la pérdida de su padre. Creo que el casting está muy bien seleccionado, y dentro que todos cumplen con lo que la película necesita, me ha alegrado volver a ver a Jennifer Garner, a la que hacía años que no veía en una película.

La mejor parte de la película me parece que es la primera mitad, y en concreto la forma en que nos muestran el sense-of-wonder del niño Adam cuando conoce a su versión adulta y todos los gadgets que se ha trado del futuro, émpezanod por su nave temporal. Toda esa parte me parece que está muy bien, de hecho creo que la segunda mitad no mantiene el mismo nivel y sobre todo la resolución de la historia dentro que no está mal sí creo que no están tan acertada.

Tras Free Guy, parece que Shawn Levy le ha cogido el gusto a las historias de ciencia ficción para todos los públicos, ofreciendo en este caso a Netflix una película sin demasiada complejidad que diría va a conseguir estar en los tops de visionados durante bastantes semanas. A Levy le salió bien el momento MCU de Free Guy y creo que claramente ha buscado replicarlo en esta película utilizando en este caso un elemento super conocido de Star Wars, aunque diría que en este caso el resultado no es tan potente.

La mecánica del viaje temporal es siempre compleja y hay que reconocer que toda la película está planteada desde un bucle imposible sobre el que mejor no pensar demasiado, siendo mejor dejarse llevar. Hay veces que determinados giros te dejan con cara de WTF?!, y al menos me alegra poder decir que preferí quedarme con el elemento emocional de la película, que ofrece un buen final que resulta super satisfactorio.

Lo malo de la película es que le tengo un poco de tirria (bastante) a Ryan Reynolds y siempre le encuentro mucho menos divertido de lo que él parece creerse. Esto provoca que la mayoría de momentos en el que el Adam adulto insulta a su yo niño en lugar de gracia me parecen momentos patéticos, aunque también debo decir que a mi hijo me pareció que si le hacían gracia, así que es más que probable que yo no sea el público objetivo de este tipo de humor para empezar.

En este sentido, dentro que la película es entretenida, me pasó como con Free Guy, que 5 minutos después de verla ya me había olvidado de ella. Todo es correcto, pero quizá hay un exceso de drama alrededor de la pérdida del padre interpretado por Mark Ruffalo que acaba resultando un tanto impostado y excesivo, en lugar de plantearlo todo desde la acción y los efectos especiales, que acaban quedándose un poco cortos. Ya digo que dentro que todo me parece correcto, tampoco vi nada especialmente chulo una vez ya vimos la parte del sense-of-wonder inicial.

La ventaja de los estrenos caseros de Netflix es que entiendo que no le pides lo mismo que a una película por la que pagas una entrada para verla en el cine, por lo que en este caso ser «correcto» no es un demérito, al ofrecer un entretenimiento adecuado para verlo con los más pequeños.

Comparto el trailer de la película:

El Proyecto Adam es entretenida aunque intrascendente, olvidable tan pronto has acabado de verla. Dicho esto, hay otras cosas mucho peores en Netflix, si tienes hijos pequeños a los que les gusta el MCU, creo que el entretenimiento está asegurado.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Underwater de William Eubank (Disney+)

Gracias a Disney+ he disfrutado de Underwater, estupenda película de William Eubank con Kristen Stewart y Vincent Cassel como principales protogonistas, que me ha parecido modélica y super entretenida.

PUNTUACIÓN: 7,5/10

Una tripulación de seis integrantes quedan atrapados en una instalación submarina que se está inundando a gran velocidad como consecuencia de un seismo devastador. Su única oportunidad para sobrevivir es caminar a través del suelo marino hasta una lejana plataforma petrolífera abandonada. Además de los retos físicos que implica el viaje, descubren rápidamente que están siendo cazados por depredadores marinos míticos y monstruosos, dispuestos a matarlos. (FILMAFFINITY)

William Eubank (1982) es un director de cine, guionista y director de fotografía estadounidense. En su primer largometraje, Love, estrenado en 2011, realizó funciones de director, director de fotografía, y diseño de producción. Su estupendo segundo largometraje, The Signal, se estrenó en 2014. Underwater fue su tercera película.

Underwater es una película de 95 minutos que va al grano desde el primer minuto. La película combina un montón de elementos conocidos gracias a un guión de Brian Duffield y Adam Cozad. La película cuenta con fotografía de Bojan Bazelli, montaje de Todd E. Miller, Brian Berdan y William Hoy, y música de Marco Beltrami y Brandon Roberts. La película contó con un presupuesto de 50 millones de dólares que lucen de maravilla en pantalla. Lamentablemente, la película fracasó en la taquilla USA, recaudando apenas 40 millones.

La película está protagonizada por Kristen Stewart y Vincent Cassel, contando además con T.J. Miller, Jessica Henwick, Mamoudou Athie, John Gallagher Jr., Gunner Wright, Fiona Rene en papeles secundarios, que cumplen con lo que se espera de este tipo de historias.

Entrando en materia y enfrentándome de cara al elefante en la cacharrería, el principal y único problema de Underwater es la sensación de déjà vu, la familiaridad constante al sentir que todo lo que pasa lo has visto antes y mejor en otras películas de género de ciencia ficción y terror. Ya es un clásico tener a un grupo pequeño de personas encerrados en un espacio claustrofóbico del que intentan escapar para no morir, con algo acechándoles y cazándoles uno a uno. Esta sensación es cierto que la sentí en todo momento, pero no quita que la película sea super entretenida y creo que tiene varios hallazgos visuales y narrativos muy chulos, entre ellos un final perfecto.

Dentro que las caracterizaciones son justitas, con una duración de 95 minutos no se pueden pedir milagros, me gusta la interpretación de Kristen Stewart convertida en una Ripley de las profundidades marinas con un trauma del pasado del que aún no ha podido pasar página. Vincent Cassel muestra todo su oficio y cumple de maravilla con el encargo de un papel genérico del jefe de la expedición sin personalidad. Realmente, dentro de las limitaciones, todo el reparto cumple.

Me gusta mucho el diseño de producción y como sacan el máximo partido a un presupuesto super ajustado. La instalación submarina mola, los trajes submarinos son bestiales, las escenas acuáticas están bastante bien resueltas y en general el monstruo con reminiscencias Lovecraftianas me parece una chulada. Hay además una sensación de tensión, claustrofobia y amenaza creciente que va de menos a mas que hace que el climax funcione tan bien y deje una sensación super satisfactoria al visionado.

Es cierto que quizá acaba siendo demasiado serie B, llegando hasta el punto que el contexto de la historia, empezando por que la empresa dueña de la plataforma submarina probablemente sabían que había algo ahí abajo y lo han ocultado (¿he oído Alien?) se cuenta en los títulos de crédito. Poder haber tenido 10 minutos para ampliar el background no hubiera perjudicado a la película, pero al eliminarlo directamente e ir al grano desde el minuto uno la sensación de frenetismo y de cuenta atrás que deben impedir aumentara, lo cual narrativamente a mi me funciona.

Como digo, siendo lo que es y sabiendo lo que iba a ver, Underwater me ha gustado mucho. De hecho, la recomiendo sin dudar a todos los fans de la ciencia ficción y el terror. Entiendo que la excesiva familiaridad de la historia provocó que fracasara en taquilla, yo mismo no la fui a ver al cine. Pero si le dáis una oportunidad, estoy seguro que váis a pasar un rato estupendo con ella.

Comparto el trailer de la película:

Underwater me ha gustado mucho y ha saciado mi sed de película de ciencia ficción “con bicho”. Teniendo en cuenta que está en Disney+, no te la puedes perder.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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