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Crítica de Estado eléctrico de los Hermanos Russo (Netflix)

Tenía cierta curiosidad por ver la nueva película de los Hermanos Russo, Estado eléctrico, protagonizada por Millie Bobby Brown y Chris Pratt, que Netflix ha estrenado esta semana.

PUNTUACIÓN: 5/10

En un futuro distópico donde los avances tecnológicos y la IA han alcanzado niveles desbordantes, Michelle, una joven huérfana, se embarca en un viaje a través de una América devastada junto a su inseparable robot y a un vagabundo excéntrico, buscando a su hermano menor desaparecido.

Los hermanos Joe y Anthony Russo empezaron a ser conocidos gracias a series de televisión como Arrested development y Community. Tras ser contratados por Marvel Studios, hicieron historia tras dirigir Capitán América: Soldado de Invierno (2014), Capitán América: Civil War (2026), Vengadores: Infinty War (2017) y Vengadores: Endgame (2018). Tras el éxito con Marvel Studios, los Russo crearon su productora AGBO en la que han realizado la pelicula El agente invisible (Netflix, 2022) y la serie Citadel (2023, Prime Video). También produjeron la ganadora del Oscar Todo a la vez en todas partes.

Estado eléctrico está producida y dirigida por Anthony y Joe Russo. El guión de Christopher Markus y Stephen McFeely, guionistas de las míticas películas de los Russo en el MCU, está basado en la novela ilustrada de 2028 de Simon Stålenhag, creador visual de Tales from the loop (Prime Video, 2020). Las crónicas indican que Netflix ha invertido más de 300 millones de dólares en la producción de esta película de 128 minutos de duración, que tiene una fotografía de Stephen F. Windon, el montaje de Jeffrey Ford y la música de Alan Silvestri, otro habitual de las películas de los Russo.

La película está protagonizada por Millie Bobby Brown como Michelle Greene y Chris Pratt como John D. Keats. Otros actores de la película son Ke Huy Quan como el Dr. Clark Amherst / la voz de P.C., Stanley Tucci como Ethan Skate, Giancarlo Esposito como Marshall Bradbury y Woody Norman como Christopher «Chris» Greene, el hermano pequeño de Michelle. Además, en las voces de los robots de la versión original encontramos a Woody Harrelson, Anthony Mackie, Brian Cox , Jenny Slate, Alan Tudyk, Hank Azaria y Colman Domingo.

Tener a los Russo y a Markus y McFeely en un blockbuster familiar parecía una apuesta segura. Sin embargo, tengo que reconocer que Estado eléctrico me ha parecido aburridísima. La premisa de ciencia ficción retro futurista es curiosa: Un mundo pasado de 1990 en el que los robots se levantaron demandando derechos, lo que acabó provocando una guerra. En medio del caos, los humanos acabaron ganando la guerra gracias al CEO de Sentre, Ethan Skate, que desarrolló la tecnología Neurocaster, que permite a los humanos cargar sus mentes en robots drones. Tras la guerra, los robots supervivientes fueron desterrados a una zona de exclusión. El mundo resultante es uno en el que los humanos pasan más tiempo pilotando drones que viviendo sus vidas.

En este mundo, Michelle (Millie Bobby Brown), una huérfana tras perder a su familia en un accidente de tráfico, iniciará un viaje tras encontrarse con un robot que parece contener la mente de su hermano Chris, al que creía muerto. Michelle conocerá a John (Chris Pratt), un soldado al que la guerra traumatizó y que vive junto a un amigo robótico Herman, que le acompañará en su viaje. Un viaje buscando respuestas que cambiará para siempre este mundo.

Y quizá el problema principal es que este mundo pudo servir al artista Simon Stålenhag para crear un libro con ilustraciones impactantes, pero en realidad la ciencia ficción resultante no acaba de ser demasiado interesante. Hasta el punto que ni siquiera Markus y McFeely consiguen plantear una premisa que valga la pena. La idea de una tecnología de drones que dependa de la mente de un niño o todo el concepto de américa perdiendo grandes partes de su territorio para albergar robots que deberían haber sido destruidos, son elementos muy locos que no dan para una película que realmente llegue nunca a funcionar.

La historia es el principal elemento de queja en este película. algo que a su vez condiciona y perjudica al ritmo de la película. Me parece curioso comentar que me aburrí tanto que pegué una cabezada justo cuando Michelle y John encuentran al doctor interpretado por Ke Huy Quan. al día siguiente, comentando mis impresiones con mi hermano Fernando, resultó que él se quedó dormido en el mismo momento que yo, viéndola en su casa en otro momento diferente a cuando la vi yo. Este elemento no me parece aleatorio.

Millie Bobby Brown y Chris Pratt hacen lo que pueden con sus papeles. La Millie está super a gusto con estos papeles con toques dramáticos que la hacen estar al borde del llanto todo el rato. Pratt no consigue sacar el humor de situaciones que no tienen gracias. Ke Huy Quan, Stanley Tucci y Giancarlo Esposito cuentan como «nombres de prestigio» con unos papeles que no tienen demasiada chicha.

No todo es malo en Estado eléctrico. El diseño de producción me parece excelente. Los diferentes robots son una chulada, con un desgaste por el paso del tiempo que luce genial. El diseño del robot sonriente ocupado por la mente de Chris o la idea de Herman, un robot con diferentes tamaños, me parece una idea genial. Por esa parte, creo que la película es genial. También me gusta la música de Alan Silvestri, que tiene un feeling familiar.

El otro elemento destacado de la película son los efectos especiales y la integración de imagen real y CGI. La cantidad, complejidad y espectacularidad de las escenas de acción con múltiples robots es otro de los elementos más destacados de la película, aunque reconozco que el hecho de tener a unos humanos conduciendo drones contra unos robots hace que la acción se sienta un poco intrascendente y sin intensidad dramática.

Se ha formado cierta polémica con el presupuesto de 300 millones de la película. Y es cierto que es una cantidad loquísima pensando que se trata de una película que se ha estrenado en streaming. Pero en realidad lo que debería contar es si la película gusta o no. Si Netlix está contenta de esta inversión, es su problema. Entiendo que la idea de Netflix es crear un blockbuster palomitero que sea la película más vista del canal durante la semana de su estreno. Y eso creo que lo han conseguido. Así que es posible que la película cumpla los objetivos que Netflix planteaba cuando la produjo.

Ya he comentado que la película no me ha convencido. Pero luego he hablado con mi hijo y resulta que a él le ha encantado. Y eso me hizo recordar cuando en los 80 cuando éramos niños veíamos películas que nos encantaban a los chavales que mis padres no podían ni ver. Eso me recuerda que no es necesario hacer obras maestras cuando el entretenimiento debería ser simplemente eso. En este mundo de panfletos ideológicos, resulta refrescante tener una película «blanca» que pueda ser vista sin problemas por familias de toda condición con niños pequeños. La idea que la guerra es mala, que hay que dejar vivir como quieran a los que son diferentes a mi, y que hay que vivir la vida en el mundo real y no estar viciado por el mundo virtual, creo que son ideas que merecen ser destacadas. Para todos, pero especialmente para los niños pequeños.

Comparto el trailer de la película:

Tengo claro que no soy el público objetivo de esta película.

PUNTUACIÓN: 5/10

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Crítica de Enola Holmes 2 de Harry Bradbeer (Netflix)

Netflix ha estrenado la segunda pélicula de Enola Holmes con el mismo equipo de la primera, con la dirección de Harry Bradbeer y protagonizada por Millie Bobby Brown y Henry Cavill.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Después del éxito de su primer caso, Enola Holmes (Millie Bobby Brown) sigue los pasos de su popular hermano, Sherlock (Henry Cavill), abriendo su propia agencia, descubriendo que la vida como mujer detective a sueldo no es tan fácil como parece. Resignada a aceptar la realidad como adulta. A punto de cerrar el negocio cuando una joven cerillera sin dinero le ofrece a Enola su primer trabajo oficial: encontrar a su hermana desaparecida Sin embargo, este caso resulta ser mucho más desconcertante de lo esperado, que hace que Enola se vea inmersa en un nuevo y peligroso mundo: desde las siniestras fábricas de Londres y los coloridos salones de música, hasta los más altos niveles de la sociedad y el propio 221B de Baker Street. A medida que las chispas de una conspiración mortal se encienden, Enola debe recurrir a la ayuda de sus amigos -y del propio Sherlock- para desentrañar su misterio. ¡El juego comienza de nuevo!

Enola Holmes 2 ha sido dirigida por el director británico Harry Bradbeer, conocido principalmente por su trabajo en series como Killing Eve o Fleabag y director de la primera película. El personaje de Enola Holmes adapta al personaje creado en la novela de Nancy Springer, pero en esta segunda película no adapta ninguna novela de Springer, sino que el guionista Jack Thorne y el propio Bradbeer se inspira en la historia real de Sarah Chapman, una trabajadora de una fábrica de cerillas que en 1888 lideró la conocida como huelga de las cerilleras, la primera realizada por mujeres en Reino Unido. La película de 123 minutos de duración cuenta con fotografía de Giles Nuttgens, montaje de Adam Bosman y música de Daniel Pemberton.

En el reparto de la película volvemos a encontrarnos a Millie Bobby Brown como Enola Holmes, Henry Cavill como Sherlock Holmes y a Helena Bonham Carter como Eudoria Holmes, madre de Enola y Sherlock. David Thewlis como el inspector jefe Grail, Adeel Akhtar como el inspector Lestrade, Louis Partridge como Tewkesbury, Hannah Dodd como Sarah Chapma, Susie Wokoma como Edith y Sharon Duncan-Brewster como Mira Troy completarían este casting de actores étnicamente diversos.

Enola Holmes fue una película bastante entretenida con una protagonista que rebosaba frescura. En esta segunda película se mantienen las señas de identidad de la anterior, teniendo claro que no hay que cambiar lo que funciona. De esta forma, tenemos una investigación que genera una aventura que no da ni un minuto de respiro al espectador y que ahonda además en la relación de Enola con su hermano mayor Sherlock.

Me parece curioso y una opinión totalmente personal, pero diría que Millie Bobby Brown y Henry Cavill no acaban de tener una buena química en pantalla. La altura y potencia física de Cavill no deja en buen lugar a Brown, recordándonos todo el rato lo menuda que es la actriz. Además, las interacciones entre ambos no acaban de ser ni especialmente divertidas ni lo excéntricas que se esperarían para un personaje como Sherlock Holmes, que en este caso además debe tener un papel secundario en relación a su hermana.

En lo referido a la historia, ha sido interesante poder descubrir la historia real de las cerilleras, aunque realmente la película se invente toda la peripecia previa que justifica la investigación de Enola Holmes. Vista en perspectiva, la historia acaba siendo super endeble y casi lo peor de la película, más empeñada en presentar acción non-stop y resaltar las ideas feministas de la sororidad y de trabajar juntas para conseguir sus metas que en hacer que la investigación sea interesante. De hecho, vista toda la película en perspectiva, la desaparición que pone todo en marcha resulta un mcguffin bastante tonto y absurdo.

Dentro que es una película entretenida, quizá la película tiene el mismo problema que la primera parte, y es su intrascendencia y falta de elementos realmente interesantes. Tan pronto como terminé de verla empezó a borrarse de mi mente porque nada había sido especialmente reseñable. De hecho, los decorados o las coreografías de acción me parecen bastante mediocres, por no decir algo más fuerte. La sensación que los productores lo han confiado todo en el carisma de Brown y Cavill, unido quizá a la excentricidad de Helena Bonham Carter, estuvo siempre presente durante el visionado.

Por cierto, teniendo en cuenta la actual ola de corrección política, no me extrañó el cambio que han planteado en el personaje de Moriarty. Pero sí me parece risible cómo han convertido al gran villano de Sherlock Holmes y mente maestra del mal en una víctima de la sociedad machista que no reconoce su trabajo y la obliga a lanzarse a una vida de crimen. ¿Si digo que me parece patético me llamaréis machista?

Hay otro elemento que me parece curioso y muestra el actual estado mental que parece transmitir el actual activismo woke. Y me refiero que Sarah Chapman, la trabajadora de la fábrica de cerillas que lideró junto a más personas la huelga de cerilleras era una mujer de origen humilde que trabajó toda su vida en trabajos humildes pero respetables y llegó a fundar el primer sindicato de mujeres trabajadoras. Sin embargo, la película cambia su origen para convertir a Sarah Chapman en una noble llamada Cicely que se disfraza de pobre para denunciar y luchar contra las condiciones laborales que sufrían las mujeres y que podían ser consideradas criminales. En cierto sentido, esto me recuerda a los influencers y ricos hijos de papá universitarios que dominan el activismo del siglo XXI, que están intentando explicar a la gente normal cómo tienen que sentir, opinar o votar para ser buenos ciudadanos, cuando ellos no saben cuales son los problemas reales a los que se enfrenta la gente normal todos los días y jamás han vivido las desigualdades de las que se consideran víctimas. Que cambien este elemento clave de la figura histórica de Chapman para que no sea una mujer humilde sino una rica con consciencia social me indica que se busca (aunque sea de forma inconsciente) transmitir la idea que la gente debe confiar en los activistas actuales que saben lo que conviene al pueblo mejor que ellos.

No, no estoy siendo malpensado ni el cambio es por casualidad. Si nada en lo referido a la representación de las diferentes etnias que aparecen en la película es casual y todo transmite que está medido y calculado, este cambio clave tampoco lo es. Se ha hecho con una motivación y el conectarlo con el actual activismo es tan obvio que sonroja un poco de lo burdo que resulta. Porque claro, la idea que la gente normal se asocie y luche por sus derechos sin necesitar a una figura paterna en forma de activista (que es lo que pasó en la vida real, ojo), obviamente no encaja con los planes de ciertos colectivos y movimientos actuales que tienen muy poco de «sociales».

En fin. Si, Enola Holmes 2 es entretenida y sirve seguro si buscas un entretenimiento que no te haga pensar. Pero la forma en que nos cuelan ideología en cada una de los productos de entretenimiento me parece bestial. Desde luego, cada vez menos sutil.

Comparto el trailer de la película:

Enola Holmes 2 es tan divertida como intrascendente, y se olvida casi tan rápido como la ves.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Enola Homes de Harry Bradbeer (Netflix)

Netflix acaba de estrenar Enola Holmes, dirigida por el director británico Harry Bradbeer y que cuenta como principal atractivo el carisma de sus protagonistas Millie Bobby Brown y Henry Cavill. Una película fresca y entretenida aunque inocua y rápidamente olvidable.

PUNTUACIÓN: 6/10

Cuando Enola, la hermana adolescente de Sherlock Holmes, descubre que su madre ha desaparecido, no duda en emprender su búsqueda. Tendrá que emplear todas sus dotes detectivescas para que su famoso hermano no dé con ella y para desentrañar la conspiración en torno a un misterioso y joven lord.

Enola Holmes ha sido dirigida por el director británico Harry Bradbeer, conocido principalmente por su trabajo en series como Killing Eve o Fleabag. El guión es de Jack Thorne adaptando la novela de Nancy Springer. La película cuenta con fotografía de Giles Nuttgens, montaje de Adam Bosman y música Daniel Pemberton.

La película cuenta con el gran reclamo de su pareja protagonista. Millie Bobby Brown, que alcanzó la fama con Stranger things, interpreta a la joven de 16 años Enola Holmes, mientras que el potente (en el sentido más ámplio del término) Henry Cavill hace de su hermano Sherlock Holmes. Del resto del reparto destacaría a Sam Clafin como Mycroft Holmes, Helena Bonham Carter como Eudoria, la madre de todos y una mujer adelantada a su tiempo y alejada de los convencionalismos de la época, y Louis Partridge como el joven Vizconde Tewkesbury, que intenta escapar de su familia.

Empezando por los elementos positivos de la película, hay que reconocer que Enola Homes es entretenida y aunque dura 125 minutos no se hace larga. Enola Holmes se apoya completamente en el carisma y la frescura de Millie Bobby Brown, que además de ser la narradora de la historia rompe repetidamente la cuarta pared para hablarnos directamente a nosotros, los espectadores. Esto claramente busca crear una complicidad, como si viéramos a una joven amiga, y la verdad es que funciona.

La película está ambientada en la Inglaterra victoriana, una época en la que los convencionalismos sociales encorsetaban en todos los sentidos a la mujer, cuyo único objetivo en la vida era casarse y tener niños. En este ambiente opresivo, Enola Holmes ofrece un mensaje feminista alejado de algunos panfletos infumables que hemos sufrido últimamente en la televisión, resaltando la importancia de que cada uno tenemos que buscar nuestro propio camino sin tener en cuenta lo que la sociedad espera de nosotros. En este sentido, ver a Enola hacerlo transmite un mensaje positivo para los más jóvenes.

Millie Bobby Brown transmite carisma, frescura y empatía en cada fotograma, y su elección como protagonista es un enorme acierto de casting. Si la idea es que las niñas y adolescentes se vean reflejadas en ella, el éxito es total. También veo que los productores han sido muy listos con el resto del reparto, ya que para contentar a ese mismo público femenino tenemos a Henry Cavill por un lado, pura potencia y poderío físico en pantalla, y el joven Louis Partridge como el interés romántico de Enola que sin duda será del agrado de las adolescentes.

Helena Bonham Carter hace de ella misma y ofrece el elemento rebelde y disfuncional que romperá el ordenado mundo de Enola con su desaparición, mientras que Sam Clafin como Mycroft Holmes ejemplifica todos los vicios sociales de la época victoriana, poniendo la reputación, el decoro y el orden social por encima de todo lo demás.

Aunque la película es entretenida, el principal problema es lo inocua que resulta, de forma que se olvida con la misma facilidad que se ve. Enola Holmes se construye a partir de la empatía hacia la protagonista, utilizando para ello el recurso de romper la cuarta pared y que nos hable a los espectadores, pero el problema es que aunque este “artificio” narrativo es llamativo, lo que hace Enola durante estas dos horas resulta muy poco interesante.

La historia se pone en marcha a partir de la desaparición de su madre, lo que provoca que ella salga a buscarla, pero luego el guión vira hacia un misterio alrededor de la figura del también fugado Vizconde Tewkesbury, la excusa para que Enola practique sus dotes detectivescas, pero que resulta ser un bluf. Globalmente, excepto por la frescura que Millie Bobby Brown aporta a su interpretación, a la película le falta punch por todas partes.

Comentaba al principio que el director británico Harry Bradbeer es principalmente conocido por su trabajo en televisión. Y lo cierto es que lamentablemente se nota. De hecho, aunque la producción intenta mostrar un par de momentos de grandes paisajes, los momentos en Londres recuerdan una serie televisiva con uno o dos únicos sets donde rodar todas las escenas. Además, la dirección no tiene nada interesante narrativamente, aparte de caer en detalles videocliperos vacíos como la forma en que muestran las pistas que Enola va siguiendo.

Sobre el guión, hay un elemento que odio en una película, y es cuando repiten cosas ya mostradas como si los espectadores no entendiéramos lo que está pasando o no tuviéramos memoria. Pues esto pasa constantemente en la película, llegando hasta casi el sonrojo con por ejemplo el entrenamiento de Enola en artes marciales, que es repetido cada vez que Enola se ve envuelta en un problema.

Comentaba antes que Henry Cavill es todo POTENCIA en la película, consiguiendo en varios momentos que dudara de mi heterosexualidad. Lo malo es que aparte de posar y aparecer guapísimo en pantalla, realmente su personaje no hace nada de interés en todo el metraje. Eso mismo podría decirse, aplicando en este caso el elemento freak, a las apariciones de Helena Bonham Carter en pantalla, con el añadido que la película sugiere un elemento terrorista que nunca acaba de llevar a ningún lado.

En todo caso, creo que Enola Holmes ofrece un correcto entretenimiento y que el carisma de Millie Bobby Brown hace que la película rompa la racha de películas montoneras con la que Netflix nos ha castigado en las últimas semanas, pero no me atrevería a calificarla de notable. Perfecta para verla un jueves por la noche en casa y poco más. Tan correcta como olvidable.

Comparto el trailer de la película:

Enola Holmes ofrece un correcto entretenimiento para toda la familia, pero no es para tirar cohetes. Dentro de un par de semanas, pensaré en la película y tendré que esforzarme en recordar que si que la vi, aunque no las tendré todas conmigo.

PUNTUACIÓN: 6/10

 

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Crítica de Stranger Things temporada 3 (Netflix)

Strangers Things ha vuelto con las pilas cargadas para la tercera temporada. La serie creada por los hermanos Duffer y recién estrenada en Netflix puede que sea más de lo mismo, pero es tan entretenida y los chavales molan tanto que su visionado se convierte en un suspiro.

PUNTUACIÓN: 7/10

Después de que durante los eventos ocurridos durante Halloween de 1984 en la dimensión alternativa, esta temporada tiene lugar un año después, justo al terminar las clases para las vacaciones de verano. Lejos de terminar la amenaza tras cerrar los portales en la anterior temporada, los seres del Upside Down evolucionan justo cuando el grupo de amigos está más distanciado que nunca.

Creada por los Hermanos Duffer, son también productores ejecutivos junto con Shawn Levy, Dan Cohen y Iain Paterson, y dirigen y escriben 4 de los 8 episodios de esta temporada.

Stranger things 3 ha cambiado del Halloween de la segunda temporada a un verano de 1985 que nos devuelve a tantas y tantas películas clásicas y situaciones de nuestra niñez y adolescencia.

Como comento en la presentación, realmente Stranger Things 3 vuelve a repetir la misma fórmula de separar a los personajes en varios grupos que investigan cada uno de ellos un misterio diferente que acaban siendo el mismo caso. Pero reconociendo esto, hay que decir también que las dinámicas de todos los niños son super chulas, que les echábamos de menos y que mola saber qué es de su vida más de un año y medio después de ver la segunda parte.

En este sentido, hay que decir que no me importaría que Netflix hiciera una cuarta y última temporada, sobre todo teniendo en cuenta el final de esta tercera parte. En caso de que se confirmara, los hermanos Duffer deberían darse prisa en rodarla, porque se nota ya que todos actores están creciendo y ya no son adolescentes. De la misma forma que Sony / Marvel están estrenando una película de Spiderman cada 2 años en lugar de los 3 habituales en este tipo de blockbusters, precisamente para acortar los plazos y evitar el excesivo envejecimiento de Peter Parker y los demás chavales, Netflix va a tener que ponerse las pilas si no quiere que se les pase el arroz a su casting de jóvenes estrellas televisivas.

Entrando en materia, los dos primeros episodios en los que se vuelve a situar a cada uno de los personajes se me hicieron un poco pesados por el exceso de canciones ochenteras cuya referencia, si es que la tienen más allá de ser de esa época, se me escapaba. Sin embargo, a medida que la serie nos sumerge en el doble misterio de esta temporada, el visionado fue mejorando hasta llegar a un climax tan loco como en las películas de Arnold Schwarzenegger de la época. Hay de hecho una referencia muy poco sutil al Arnold de Terminator en la figura del asesino ruso que persigue a los adultos, el Sheriff Hopper (David Harbour) y a Joyce Byers (Winona Rider), la madre de Will y Jonathan.

El guión combina como siempre elementos de películas de terror y de aventuras juveniles ochenteras tipo Goonies con sus investigaciones y misterios, sumando en esta tercera parte el “homenaje” a las películas de acción y espionaje que utilizaban al enemigo ruso como villano recurrente, así como toques de crítica al machismo de la sociedad americana. Incluso tenemos una salida del armario de uno de los nuevos personajes, reforzando su medido aspecto social.

Hablando del Sheriff Hopper, la interpretación de David Harbour como un bebedor e irascible padre no me ha acabado de gustar por lo exagerado, y creo que es lo más flojo de toda la temporada en cuanto a un casting que creo realiza un buen papel. En todo caso, tampoco dudo que Harbour hizo la interpretación exagerada que los hermanos Duffer le pidieron, y se redime en un último episodio lleno de emoción.

Como comento, todos los chavales lo hacen genial, pero creo que Dustin (Gaten Matarazzo) vuelve a robar la serie en las pocas escenas en que está en pantalla, con una mención especial a su increíble escena en el último episodio que marca el preludio del climax final. Y aunque Eleven (Millie Bobby Brown) vuelve a ser la gran protagonista como en temporadas anteriores, creo que exageran el uso de sus habilidades mentales, llegando a convertirse en una muleta en la que apoyan la mayoría de situaciones, perdiendo parte de su encanto y desde luego mucha sensación de peligro o amenaza.

Del resto de chavales, Mike Wheeler (Finn Wolfhard) tiene que enfrentarse a los problemas adolescentes a tener a Eleven de novia, teniendo que evitar a un padre furioso y unos amigos que se sienten desplazados. Will Byers (Noah Schnapp), protagonista por su desaparición al comienzo de todo pierde protagonismo en esta tercera, teniendo que asumir que el tiempo pasa para todos y que ya nunca volverán a ser niños. Y el otro miembro del grupo original que está completamente desaprovechado es Lucas Sinclair (Caleb McLaughlin), hasta el punto que casi no hace gran cosa aparte de estar ahí plantado.

Maxine (Sadie Sink) la chica presentada en la segunda temporada que se hacía amiga de Lucas cobra protagonismo por su relación con Eleven y debido a que su hermano Billy (Dacre Montgomery) es uno de los villanos de la temporada.

De los chavales más mayores, Nancy Wheeler (Natalia Dyer) tendrá que enfrentarse al machismo imperante en la redacción del periódico local en la que trabaja de becaria, mientras que su novio fotógrafo Jonathan Byers (Charlie Heaton) hace más bien poco aparte de acompañar a Nancy durante sus pesquisas.

El que vuelve a salirse esta temporada es Steve Harrington (Joe Keery), no solo por su amistad con Dustin, uno de los grandes hallazgos de la segunda temporada, sino por su relación con Robin, un nuevo personaje interpretado por Maya Hawke, hija de Ethan y Uma Thurman a la que espera un brillante futuro, que es la jefa de Steve en su trabajo en la heladería del centro comercial en el que trabajan. A este trío se les unirá la hermana pequeña de Lucas, Erica (Priah Ferguson), que interpreta a la típica niña sabionda y cargante que acompaña a este grupo a descubrir qué esconde el nuevo centro comercial de Hawkins, Starcourt.

Si la segunda temporada nos trajo a Sean Astin como reclamo nostálgico, esta tercera nos ha traído a Cary Elwes y Jake Busey en pequeños papeles del alcalde de Hawkings y un redactor machista del periódico, respectivamente.

El diseño de producción y los efectos especiales están a buen nivel, consiguiendo momentos bastantes chulos utilizando a La Cosa (1982) de John Carpenter como inspiración, creando un monstruo multiforme asqueroso que marcará la principal amenaza para los habitantes de Hawkings.

La verdad es que la serie se ve en un suspiro y es super entretenida sobre todo apoyada en el carisma y la personalidad de todo el reparto. Sin embargo, hay que reconocer que la historia, sobre todo en lo referido a la amenaza rusa es una locura sin sentido. Está claro que lo aceptas porque estamos en el “todo vale” , que es una serie que busca ser un entretenimiento ligero sin más y que lo principal son los personajes por lo encima de la trama, pero la suspensión de credulidad está en el límite en muchos momentos. Además, la amenaza del Azotamentes y su ejército de poseídos al final acaba siendo también un bluff.

La “suerte” de Stranger Things y de los hermanos Duffer es que los personajes tapan estos elementos menos buenos y que la temporada tiene un final super emotivo que nos deja con un buen sabor de boca, aunque la serie no haya sido totalmente redonda.

El pasado martes 9 Netflix publicó que tras estrenarse Stranger Things el 4 de julio, 18 millones de suscriptores, entre los que me encuentro, ya habían visto entera esta tercera temporada, y 40 millones de personas habían visto algún episodio. Estos datos bestiales de audiencia creo que aseguran que a Stranger Things le queda cuerda para rato en el canal online.

Comparto el trailer de este tercera temporada:

https://www.youtube.com/watch?v=HACb2JoeO1w

Stranger things vuelve apoyarse en su carismático reparto para ofrecer un buen entretenimiento con la nostalgia como base que no tiene problemas en repetir esquemas ya utilizados. Con todo, creo que es una buena serie que me ha hecho pasar un gran rato, y que lo hará con todos los espectadores, sobre todo si sois fan del género o viviste los 80 y todo su ocio friki en vuestra niñez o adolescencia.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

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Crítica de Stranger Things Temporada 2

Stranger things fue una de las grandes sorpresas de la pasada temporada televisiva por méritos propios. Y con esta segunda temporada habían unas grandes expectativas, que me alegra poder decir que se han visto superadas.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

El argumento según Filmaffinity nos cuenta como la segunda temporada de ‘Stranger Things’ arranca un año después de la primera, durante Halloween, en Hawkins (Indiana). El joven Will Byers está otra vez con sus amigos tras lo sucedido un año atrás y su abducción por la dimensión paralela, pero en el colegio las cosas no le van del todo bien, y sigue teniendo pesadillas. Por su parte no se sabe nada de Once, aunque Mike intenta contactar con ella por radio todos los días. Extraños fenómenos además indican que algo tenebroso sigue acechando a Hawkins.

Las segundas temporadas suelen ser complicadas y peliagudas. Ya no existe la sorpresa inicial que llamó la atención a los espectadores, ni el misterio de la desaparición de Will y la dimensión oscura. Y el elemento nostálgico ochentero tampoco es especialmente novedoso, ya que lo vemos y sufrimos en innumerables películas y series.

En el caso de Stranger things, la verdad es que no solo me ha gustado mucho, es que esta segunda temporada creo que consigue superar en muchos sentidos a la temporada inicial. La temporada no se construye desde el misterio, sino sobre los personajes y las consecuencias de los sucesos previos, lo que por supuesto provoca nuevas aventuras.

Will (Noah Schnapp) escapó de la dimensión oscura, pero no salió indemne, sufre pesadillas y siente que algo no va bien. Las pruebas a las que le someten dicen que todo está en su cabeza, pero el cree que hay algo más, y su madre Joyce (Winone Rider) no sabe como ayudarle.

Mike (Finn Wolfhard) quedó destrozado por la desaparición de Eleven (Millie Bobby Brown), y la sigue llamando todos los días con su walkie-talkie. Por supuesto, Eleven está viva y en seguida conoceremos donde ha estado este tiempo. No vamos a renunciar a lo mejor de la temporada pasada. Pero es que, de nuevo, la historia no va del misterio, sino de como los personajes afrontan lo que les va pasando.

Además, el grupo de amigos compuesto por Mike, Will, Dustin (Gaten Matarazzo) y Lucas (Caleb McLaughlin) va a crecer con la incorporación de Max (Sadie Sink), una recién llegada al pueblo que sufre un hemanastro posesivo y violento.

Pero no son solo los niños los que se salen. Los adultos lo hacen genial, y destacaría especialmente a David Harbour, el policía Jim Harbour. Aunque parece enfadado y sufre ataques casi de ira, su mirada dice mucho y en realidad trasmite que todo nace fruto de su preocupación por la otra persona y por intentar protegerla y que no sufra más daño.

Si pensabas que el portal a la dimensión oscura quedó cerrada, obviamente no es el caso, y la tensión va creciendo a medida que avanza la serie, que diría que va de menos a más. Aunque ya en el primer episodio y en el trailer descubrimos a un gigante Demogorgon de clara inspiración Lovecraftiana, que marca que las apuestan van a ser más peligrosas que en la temporada inicial.

Hay quien dice que Stranger things es solo nostalgia y fanservice. Y hay miles de artículos sobre los innumerables homenajes que salpican casi todas las escenas. Yo reconozco que la mayoría no los pillé, porque no estaba pendiente de encontrarlos, sino en ver lo que les pasaba a los personajes. Dicho lo cual, ver a los chicos vestidos de Cazafantasmas o a un chaval disfrazado en una fiesta de los Kobra Kai de Karate Kid por supuesto me sacó una sonrisa.

Otra cosa que me gustó mucho de Stranger things fue su duración, 9 episodios, para mi algo perfecto. No 13 como hemos visto en las series de Marvel, que excepto Daredevil se las nota que han estirado el chicle en exceso, ni 8 de la primera temporada. 9 es la duración perfecta que permite a la historia fluir e irse construyendo al ritmo perfecto. Un ritmo que permite unos excelentes cliffhanger entre episodios y una tensión que te atrapa y no te deja hasta el final.

Si la primera temporada era una mezcla de Stand by me con las películas de Spielberg y En los límites de la realidad, con algunas escenas casi idénticas, en esta segunda temporada hay elementos de El Exorcista, Aliens o incluso los X-Men, lo que amplía el rango de homenajes y hace que la serie sea más interesante y sorprendente.

Me ha sorprendido ver que Andrew Stanton, director de Buscando a Nemo, Wall-e o John Carter, ha dirigido varios episodios, además de los hermanos Duffer. Este hecho es uno más que demuestra que estamos ante una producción de primer orden en los que todos los detalles están cuidados al máximo.

Sobre el final, creo también que es perfecto. De clara influencia de las películas de John Hughes, da un perfecto epílogo a todos los personajes y un merecido final feliz. Aunque por supuesto, hay suficientes elementos que permiten pensar que sus creadores, los hermanos Duffer van a continuarla.

Comparto el trailer de esta temporada:

https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=knLy7MtfHHw

Stranger things no es solo nostalgia de los años 80, es una serie carismática centrada con grandes personajes que se han convertido en parte de la familia. Una serie totalmente recomendable que tenga continuación lo antes posible.

PUNTUACIÓN: 8.5/10