Una de las pocas novedades comiqueras durante el confinamiento de la primavera pasada fue el estreno de Friday, el comic de Ed Brubaker, Marcos Martín y Muntsa Vicente publicado en la web Panel Syndicate en la modalidad de “paga lo que quieras”. Después de un excelente primer número, el segundo número se ha hecho de rogar pero merece también mucho la pena. Hoy comento mis impresiones del segundo número.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
¡FRIDAY #2 ya esta aquí!
¿Qué quieres decir con “ya era hora”?
Nah, es sólo que este maldito confinamiento y la pandemia han afectado nuestra percepción del tiempo. Seguro que no han sido seis meses desde que se publicó el primer número, no puede ser… ¿A quién le puede llevar tanto tiempo realizar un comic de 48 páginas?
En cualquier caso, Ed Brubaker, Marcos Martín y Muntsa Vicente han vuelto con nuestro héroes “Post Young-Adults” y el misterio adquiere un giro oscuro al salir a la luz la historia de la pareja de jóvenes detectives formada por Friday y Lance.
Oh, boy! Tener que esperar desde ABRIL para leer el segundo número de Friday ha sido un pasote exageradísimo. Si esta va a ser la norma es totalmente imposible seguir esta serie de forma periódica. Dicho esto, ¡qué pasada de comic!! En este segundo número hacemos un viaje al pasado para conocer la historia de la relación de Friday y Lance como investigadores juveniles, antes de marcharse Friday a la Universidad.
Se nota que Brubaker ha preparado una historia con múltiples variables que irán desarrollándose a medida que avance la serie, pero es el apartado artístico de Marcos Martín al dibujo y Muntsa Vicente en el color lo que realmente eleva este comic a otro nivel. Martín y Vicente forman una pareja artística envidiable, y sus páginas transmiten el optimismo juvenil que recordamos de tantas y tantas obras de nuestra juventud, a la vez que transmiten en muchos momentos que hay algo oscuro acechando a la espera de atacar.
Comentaba en Twitter hace unos días que la gran dificultad a la hora de dibujar un comic no es el dibujo en si, cosa que por otra parte también lleva su tiempo, sino el proceso creativo de decidir cómo contar la historia. ¿Cuantas viñetas por página? ¿Desde qué punto de vista encuadro la viñeta? Pienso en Marcos Martín imaginando, probando en el proceso de abocetado diferentes posibilidades hasta encontrar la mejor opción. Y eso, para cada una de las páginas. Solemos dar por supuesta una facilidad para dar vida la historia que está en un guión que no tiene nada de fácil. O al menos yo probablemente no sabría ni por donde empezar. Y ver un comic con este nivel espectacular de dibujo, a pesar del tiempo que han tardado los autores en terminarlo, hace que me dé cuenta que la calidad cuesta, y que cuando dentro de 10 años sigamos disfrutando del comic nos dará igual el tiempo que pasó entre un número y otro, sólo lo buenos qué son.
Otra de las ventajas de estar ante un comic de creación propia publicado en la web Panel Syndicate bajo la fórmula de “paga lo que quieras” es que si los autores consideran que este número tiene que tener más páginas de las habituales, no hay nadie que les impids publicar un comic de 40 páginas, aunque sea el segundo número de la serie. De esta forma, este capítulo respira y está contado con la amplitud y el ritmo que la historia de Brubaker merecía.
Sinceramente no se si voy a comprar el siguiente número o si voy a esperarme a que salga el tomo, sea cuando sea que eso suceda. Pero sí puedo decir que estas páginas me tienen hipnotizado. La historia de Brubaker pinta super interesante, pero hay que reconocer que con sólo dos números es aún pronto para saber hacia donde se dirige el comic, aunque el concepto de “jóvenes detectives meets Lovecraft” me tiene ganado desde el principio.
Comparto las primeras páginas de este segundo número que Ed brubaker publicó en su newsletter a modo de preview:
Friday es un comic maravilloso de unos autores en la cúspide de su creatividad. Qué gustazo da disfrutar de su lectura, aunque sea en gotas pequeñas y tan espaciadas. Sinceramente, si tras estas líneas no he conseguido llamar tu atención para que al menos pruebes a leer el primer número, creo que nada lo hará.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
Y vosotros, ¿llegásteis a leer el primer número, qué os pareció? Espero vuestros comentarios sobre . Y si te gustó este artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales, y que te suscribas al blog para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.
Justo a tiempo para la campaña electoral de Estados Unidos, Sacha Baron Cohen ha preparado un nuevo viaje de Borat desde Kazajistán para reirse de la parte republicana de la sociedad americana, que ha sido estrenado de forma online por Prime Video.
PUNTUACIÓN: 5.5/10
Catorce años después de su primera aventura, el cuarto mejor periodista de Kazajistán vuelve a Estados Unidos, pero esta vez viaja con su hija, para ofrecerla a Mike Pence como regalo del pais.
La película, cuyo largo título original es “Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bribe to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan” está dirigida por Jason Woliner, que cuenta con Luke Geissbuhler como director de fotografía, montaje de Craig Alpert y música de Erran Baron Cohen, que entiendo es el hermano de Sacha.
Viendo lo títulos de crédito aluciné al descubrir que esta película mezcla de falso documental tiene ¡8 guionistas! El propio Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Dan Swimer, Peter Baynham, Erica Rivinoja, Dan Mazer, Jena Friedman, Lee Kern. ¿En serio han necesitado a 8 personas para escribir esta película de apenas 90 minutos, si quitamos los títulos de créditos finales.
La película, producida por Four by Two Films y Oak Springs Productions, fue rodada prácticamente en su totalidad en 2020. Aunque en Wikipedia aparece que la película tuvo un presupuesto de 20 millones de dólares, leí también que Amazon Studios pagó 70 millones por los derechos de distribución a nivel mundial a través de su plataforma Prime Video, lo cual significaría que Sacha Baron Cohen ha hecho un negocio redondo.
El gran descubrimiento de la película es la actriz de origen búlgaro Maria Bakalova, que interpreta a la hija de Borat, Tutar Sagdiyev, en algunos momentos haciéndose pasar por una niña de 15 años a pesar de tener 24 en la vida real, que ofrece momentos divertidos y uno en concreto premeditadamente asqueroso, que sin embargo, acaba siendo la escena más divertida de la película.
Entrando ya en materia, tengo que reconocer que no me gustó la primera Borat. El principal gancho de dicha película que han intentado replicar era que bajo la excusa de rodar un documental sobre las costumbres americanas para la televisión de Kazajistán, Sacha Baron Cohen se comportaba de forma grosera, machista y racista ante un grupo de personas que en muchos casos no se escandalizaba y en ocasiones hasta se mostraban de acuerdo con sus comportamientos. Esto permitía a Cohen realizar una mordaz crítica de la sociedad americana de 2006.
En 2020, Cohen ha utilizado esta técnica para atacar muy claramente al segmento de la sociedad americana que vota a Trump, el republicano “redneck”. Reconozco que la película tiene varios momentos brillantes como el baile de debutantes o el mitin en un parque en el que Borat canta una canción racista que es coreada por el público asistente, y creo hay que ser valiente para montar una broma así ante un público armado al que igual la broma no les hace gracia. Pero globalmente termino el visionado sintiendo que me he tragado un panfleto político de la peor calaña.
Hay bromas que en 2006 al menos llamaban la atención por lo políticamente incorrectas que eran, por ejemplo todo lo relativo al antisemitismo de Borat, su machismo o mostrar Kazajistán como un pais casi medieval. Sin embargo, globalmente en Borat 2 al menos a mi no me funcionan quizá porque se trata de bromas repetitivas y de un tipo de humor que tras el estreno de la primera película se ha visto imitado hasta la saciedad.
Otra cosa que le llamó la atención de esta corta película es precisamente que es una película con una historia, no un falso documental que es como recuerdo la primera. Si la memoria no me engaña, en la primera película Borat simplemente iba de un sitio a otro entrevistando a gente y aparte de un pequeño argumento con un compañero de viaje (o algo así), no había más hilo conductor que el mostrar diferentes tipos de americanos para hacer una radiografía de la sociedad americana.
En Borat 2 hay una narrativa clara del viaje de Borat y Tutar mientras la niña aprende las costumbres americanas y evoluciona hasta convertirse en una persona adulta que quiere ser libre y no tener que aguantar el machismo de Borat y su pais. Este viaje está adornado con los momentos de falso documental como los que mencionaba antes (buenísimos, esos si), pero sinceramente la sensación que me deja es que el 80% del metraje es película con guión y sólo el 20% es falso documental con gente que no saben que son víctimas de una parodia. Por ejemplo, todo lo relativo a la cuidadora afroamericana que enseña a Tutar a pensar por si misma y no creer las mentiras de su padre es demasiado perfecto y conveniente para que la historia avance, es imposible que eso sea un falso documental. Si realmente el porcentaje fuera mayor del 20%, tendría que quitarme el sombrero, pero no es esa la sensación con la que me quedo, que si tuve viendo la primera película.
Y luego está lo del exalcalde de Nueva York Giuliani. Me parece fuertísimo que un personaje público como él caiga en la trampa de Cohen bajo la excusa de hacer una entrevista con un medio extranjero, y sinceramente pienso que lo que vemos de Giuliani no es un hecho aislado sino que muchos políticos no perderán ocasión en tener sexo con alguien que se lo proponga. Dicho esto, no se si Giuliani está casado, soltero, viudo o separado, y me da completamente igual. Tampoco se si es un defensor de la familia tradicional y esta escena muestra su hipocresía cuando no pierde ocasión de “echar una canita al aire” en cuanto le surge la oportunidad, cosa que tampoco descarto. No es extraño ver a defensores de la moral que no se aplican el cuento a ellos mismos en su vida privada, y en hipocresía creo que a los americanos no hay quien les gane.
Sin embargo, la escena realmente muestra a una mujer mayor de edad tirándole los trastos a un anciano, y Giuliani acepta el ofrecimiento. Cohen en la película corta el momento escabroso apareciendo en la habitación con una broma diciendo algo así como “ten sexo conmigo, que mi hija tiene 15 años y es una niña”, pero en la realidad la actriz Maria Bakalova tiene 24 años y se ha presentado como una periodista vestida como una profesional mayor de edad, por lo que el mensaje que es menor de edad no se corresponde con la realidad de lo que estaba pasando en la habitación. Al menos, hasta donde han mostrado en la película. De forma que si una mujer adulta se ofrece de forma consentida sin dinero de por medio a tener sexo con un anciano, no acabo de ver dónde está el problema.
En todo caso, no hay duda que esta escena le ha proporcionado un montón de publicidad gratuita a Cohen, que ha conseguido un gran éxito de audiencia con este Borat 2. Aunque Prime no da datos de audiencia, oficialmente así ha calificado la audiencia de su primer fin de semana, “un gran éxito”. Además, colocar su estreno en medio de la campaña electoral también a servido para conseguir un mayor empuje mediático y publicitario a la película, de forma que hay que felicitar a los responsables de marketing por el buen ojo comercial que han mostrado con el momento de su estreno.
En todo caso, más allá de hacer que un público convencido se ría a costa de los del otro lado, nunca he entendido como tanta gente supuestamente inteligente piensa que la forma de convencer a millones de personas que votaron a Trump en 2016 de que cambien su voto es insultarles y reirte de ellos en su cara. No le acabo de ver la lógica, la verdad, aunque también tengo claro que no creo que ningún republicano vaya a ver la película de forma voluntaria.
Comparto el trailer de la película:
Borat, siguiente película documental es una sátira para los ya convencidos, que ha perdido toda la fuerza y el impacto que causó con su primera película. Habrá gente que desde la superioridad moral europea la verá para confirmar cómo “nosotros” somos más listos que “ellos”, pero yo al menos hubiera preferido que Cohen hubiera disparado a ambos lados para hacerla más interesante como retrato demográfico. Está claro que ese no era el objeto de esta película.
PUNTUACIÓN: 5.5/10
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Batman: Three Jokers de Geoff Johns y Jason Fabok es uno de los comics de DC más anticipados de los últimos años, y una vez pude leer el tercer y último número, me quedo con sentimientos encontrados, que voy a intentar explicar en esta CRÍTICA SIN SPOILERS.
PUNTUACIÓN: 8/10
Treinta años después de que Batman: The Killing Joke cambiara los cómics para siempre, Three Jokers reexamina el mito de quién o qué es The Joker y cual es la clave de su eterna batalla con Batman. El exitoso escritor del New York Times Geoff Johns y Jason Fabok, el equipo creativo que libró la “Guerra Darkseid” en las páginas de La Liga de la Justicia, se reúnen para contar la historia definitiva de Batman y El Joker.
Después de años de anticipación comenzando en DC Universe: Rebirth # 1, la miniserie épica que estabas esperando está aquí: descubre por qué hay tres Jokers y qué significa eso para el Caballero Oscuro y el Payaso Príncipe del Crimen. ¡Es un misterio diferente a todos los que Batman se ha enfrentado jamás!
Tras el éxito monumental de El Reloj del Juicio Final y lo que este comic significa para Superman, tenía muchas ganas de leer a Geoff Johns enfrentándose a los mitos de Batman, y en concreto a su relación / enfrentamiento con Joker. Resulta curioso que dentro de la larga historia de Johns como guionista de DC Comics nunca se haya encargado de ninguna colección del Hombre Murciélago, centrado como ha estado con Green Lantern, Flash, la JSA y Superman entre otras series.
La génesis de este Three Jokers se remonta a mayo de 2016, cuando dentro del especial DC Comics Special: Rebirth que significó un cambio de rumbo editorial, además de anunciar la llegada de los personajes de Watchmen al universo DC, Johns presentó a Batman investigando la posible existencia de varios Jokers, rompiendo la idea que el Joker siempre había sido la misma persona.
En el fondo, estamos ante una idea genial de Johns inspirada en la larga historia editorial del personaje. Desde su nacimiento en 1939, Batman fue adaptándose a las modas de las diferentes décadas, ofreciendo diferentes versiones, por ejemplo la versión «camp» de los años 50 y 60, hasta que Dennys O’Neil y Neal Adams y Marshall Rogers redefinieron al personaje en los años 70, creando una versión que prácticamente llegó hasta nuestros días. El concepto de Johns plantea ¿y si estas diferentes versiones del Joker que vimos a lo largo de los años no fueron fruto del paso del tiempo y las modas de cada momento, sino que eran personas diferentes? Esto plantea 3 versiones diferentes de Joker: El Criminal, el villano de la primera época de Batman, más interesado en su objetivo y menos en juegos teatrales; el Comediante, que dejó paralítica a Bárbara y que esconde una versión más sádica; y el Payaso, que casi mató a Jason Todd y que sólo encuentra diversión en el sufrimiento de otros.
Lamentablemente, el complejo planning editorial de DC y los diferentes encargos de Geoff Johns dentro de Warner, donde se encarga del área de las películas y series basadas en los personajes de DC, han provocado que la salida de esta serie Three Jokers se retrasara hasta este 2020. Y cuatro años han acabado siendo demasiado tiempo. De hecho, este retraso ha provocado que finalmente este comic haya salido dentro del sello Black Label de DC Comics fuera de continuidad, dado que el Joker que sale en estas páginas difiere demasiado respecto a las versiones que se han visto en los últimos años dentro de las series de Batman.
Sin embargo, independientemente de si está o no en continuidad, las expectativas del fandom estaban por todo lo alto, hasta el punto que DC anunció que las ventas del número 1 habían superado los 300,000 ejemplares. Three Jokers es un éxito monumental de ventas y muy probablemente será el comic más vendido del año en USA. Sabedor del hype que se había creado, DC sacó este comic con un montón de portadas alternativas destinadas a destacar la presencia de varios Jokers diferentes con el paso de los años. Estas portadas también destacan a los 3 héroes cuyas vidas se han visto más afectadas por el Joker y que se enfrentarán a él en esta serie: Batman, Batgirl / Barbara Gordon, a la que el Joker dejó paralítica en La Broma Asesina de 1988; y Jason Todd, el 2º Robin que fue torturado y casi asesinado en Una Muerte en la Familia también de 1988, y que retornaría décadas después convertido en Red Hood (Capucha Roja).
Entrando ya en materia, Three Jokers probablemente haya sido víctima de su propio hype. Me ha parecido un gran comic de Batman y Joker, muy superior por ejemplo a otros comics más o menos recientes como La muerte de la familia de Scott Snyder y Greg Capullo o el actual arco Joker´s War que se está publicando en USA, pero que se queda muy lejos de ser el comic que marque un antes y un después y que vaya a tener la misma repercusión que en su día tuvo La Broma Asesina de Alan Moore y Dave Gibbons. En este sentido, la propia publicidad de DC vendiendo este comic como “la historia definitiva de Batman y El Joker” me parece totalmente desproporcionada y posible generador de más de una frustración.
Empezando en lo positivo, que lo hay y mucho, me encanta que en Three Jokers Barbara Gordon y Jason Todd le roben en muchos momentos el protagonismo a Batman. De hecho, Red Hood es un personaje al que le tengo bastante tirria desde que fue introducido en el universo DC, y creo que Johns ha clavado la caracterización de un joven que siente (con razón) que en el momento clave de su vida todo el mundo le falló y no tuvo a nadie que le ayudara. La humanidad que transmiten Jason y Barbara, héroes a los que el Joker llevó más allá de su punto de ruptura, me ha emocionado. Y creo que son los mejores retratos de los personajes desde ni me acuerdo, marcando eso sí las diferencias entre ambos: Mientras Jason abrazó la oscuridad tras ser casi asesinado por Joker, Barbara luchó lo indecible por volver a andar y no ha renunciado a sus fuertes convicciones morales.
Otra cosa que me ha gustado mucho de este comic ha sido confirmar lo bien que conoce y comprende Geoff Johns a Batman y todo su mundo, construyendo una historia atemporal que conecta con todos los mitos del personaje sin necesidad de adscribirse a una época determinada. Esto creo que puede ser un gran valor del comic en el futuro, y es que muchas veces la compleja continuidad comiquera puede hacer que algunos arcos tengan en parte fecha de caducidad al estar adscritos al momento editorial en el que se enmarcan, como le pasa por ejemplo al arco de Snyder y Capullo que mencionaba antes. Esta cualidad atemporal puede hacer que dentro de 5 o 10 años este volumen siga vendiéndose y se coloque en las estanterías al lado del Batman Año Uno, La Broma Asesina, The Long Halloween y tantos otros comics históricos del personaje.
Otro importante valor a destacar de Batman: Three Jokers es el maravilloso apartado artístico formado por Jason Fabok al dibujo y Brad Anderson al color. Fabok es un dibujante de estilo clásico, con una perfecta composición y unas anatomías que muestran a hombres y mujeres en plenitud física. El comic está maravillosamente dibujado hasta el punto que no es necesario leer los bocadillos para seguir la acción y entender lo que está pasando. Además, el encargo se complicaba al tener que mostrar a los tres Jokers protagonistas siendo fieles a su esencia y a la vez diferentes entre si. Y me alegra comprobar que Fabok resuelve el problema con nota.
En lo referido a la composición de página, veo a Johns muy deudor de Alan Moore y Dave Gibbons. Al igual que ya vimos en El Reloj del Juicio Final , Three Jokers se construye a partir de una narrativa de página con una rejilla de 9 viñetas. Hay muchas viñetas con planos medios de los protagonistas que miran a cámara como si nos estuvieran mirando a nosotros los lectores que me crea una sensación extraña, algo que entiendo está buscado por Johns.
Three Jokers es una miniserie de 3 comics de 48 páginas. Esto ha permitido a Johns plantear la historia con un ritmo más pausado que el de los comi-books tradicionales, pudiendo alargar más las escenas y consiguiendo un mayor impacto emocional. Además, las sorpresas están bien dosificadas y los cliffhangers al final de cada número me han parecido estupendos. Creo que la historia y el arte brillan a gran altura y merecen que paguemos el precio de portada para tener estos comics en casa.
Como véis, todo está muy bien y no le pongo un pero a nada. Y sin embargo… el final no acaba de estar a la altura.A la altura no de ESTE comic, sino de las expectativas de una historia destinada a mirarle de tu a tu a La Broma Asesina. Ahí, la historia se queda bastante por debajo. Además, veo a Johns realizando una labor revisionista sobre lo que los comics de Moore significaron para DC. Si en El Reloj del Juicio Final Johns hace una enmienda contra el “grim-n-gritty” surgido a partir de Watchmen, algo de lo que realmente Moore no es responsable más allá de crear un comic maravilloso que mucha gente malinterpretó, para Johns la idea clave de este Three Joker es que no importa quien es/fue el Joker antes de convertirse en el avatar del Caos de Gotham City, lo importante es que es el gran rival de Batman y siempre que haya un Batman existirá un Joker opuesto a él. Si Joker creía en La Broma Asesina que cualquiera podía convertirse en Joker si tenía un mal día, para Johns eso es lo de menos, ya que Joker es tan eterno como Batman y existirá siempre, tragándose cualquier atisbo de personalidad que tuviera antes.
Y luego hay un par de sorpresas finales que entran 100% en territorio spoiler que plantean una serie de dudas sobre la continuidad y me hacen pensar si no fueron estos elementos de las 10 últimas páginas los que hicieron que al final DC optara por colocar esta historia fuera de continuidad dentro del sello Black Label. Hay una idea sorprendente aunque no del todo descabellada dada la relación histórica de los personajes, y un giro final que recuerda de alguna forma al final de The Long Halloween que no le acabo de ver el sentido ni creo que vaya a tener más recorrido más allá de este comic. Sobre todo este último elemento hace que quizá el comic no sea todo lo satisfactorio que la brillantez de los dos primeros números planteaba.
De hecho, es curioso que a pesar de estar ante un comic editado por el sello Black Label, Johns al final de la historia se muestra como un buen guionista de la casa deja sus juguetes prácticamente igual que como los encontró, para que el siguiente guionista pueda plantear su historia sin excesivos sobresaltos. Teniendo en cuenta que nos vendían el comic como «la historia definitiva de Batman y El Joker», esto no llega a cumplirse para Batman o el Joker, pero tampoco para Batgirl y Red Hood, que no han evolucionado ni han aprendido nada que modifique su status-quo de forma sustancial.
En todo caso, creo que estamos ante uno de los comics más importantes del año de Batman y una obra notable que va a gustar a todo tipo de público, sobre todo los fans de toda la vida que no están al tanto de la actualidad de DC ni le preocupa la continuidad, sólo que la lectura en si sea interesante. Cosa que creo que Three Jokers cumple de sobra.
Comparto para abrir boca las páginas iniciales de este comic, donde disfrutaréis el estupendo dibujo de Jason Fabok:
Three Jokers ha sido un comic estupendo que se queda sin embargo por debajo de su propio hype. En todo caso, creo que hará las delicias de todos los aficionados de Batman y su mundo.
PUNTUACIÓN: 8/10
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Estoy super entusiasmado con The Mandalorian. No suelo escribir sobre episodios individuales de una serie porque prefiero valorar las temporadas completas, pero el arranque de la segunda temporada de la serie creada por Jon Favreau para Lucasfilm ha vuelto para recordarnos por qué esta serie puede marcar un antes y un después en la ciencia ficción televisiva.
Crítica SIN SPOILERS de este primer episodio.
El Marshall es el título de este primer episodio. En él, el Mandaloriano se dirige al borde exterior en busca de otros como él que le ayuden a encontrar la raza de Baby Yoda, tal y como vimos al final de la temporada anterior.
Jon Favreau es el director y guionista de este episodio. Es curioso, porque este es su primer episodio como director de la serie, cosa que no pudo realizar en la primera temporada. Y en este episodio vuelve a mostrar las señas de identidad que han hecho que los fans de Star Wars de todo el mundo volvamos a tener fe en las posibilidades de la franquicia galáctica.
Pedro Pascal vuelve a interpretar al Mandaloriano protagonista en un episodio en el que tiene un protagonismo casi total junto a Baby Yoda. En el casting de este episodio destaca John Legizamo como la voz de Gor Koresh, Amy Sedaris como la mecánica de Tatooine Pali Motto a la que conocimos en la primera temporada, y el estreno de Timothy Olyphant como el Marshall Cobb Vanth, que me ha parecido un personaje muy interesante que puede dar juego en próximos episodios. Y además, el final del episodio trae de regreso a un personaje sorpresa que me ha volado la cabeza.
Para empezar, hay una aparente falta de ambición de Jon Favreau a la hora de plantear este episodio, que no busca inventar la rueda, solo contar una historia ambientada en el mundo de Star Wars de la mejor manera posible, añadiendo capas de profundidad a varias razas que hasta ahora no la tenían. Pero que algo parezca sencillo o luzca simple no significa que lo sea, o que no haya un increíble trabajo de producción para la creación de este episodio.
En los 54 minutos que dura este episodio Favreau vuelve a dar una master-class narrativa. En un prólogo que enlaza con el género negro y el mundo criminal de la galaxia, nos recuerdan cual va a ser el hilo conductor de esta segunda temporada para Mando. Debe encontrar a otros Mandalorianos que le ayuden a encontrar a otros miembros de la raza de Baby Yoda para dejarle con ellos. Y esa misión le vuelva a dirigir a Tatooine.
Y la nueva aventura en el desierto de Tatooine es modélica en todos los aspectos, empezando por su clara inspiración en el western, género con el que Star Wars encaja a las mil maravillas. El forastero que llega a un pueblo acosado, la presencia de un sheriff misterioso, y el mensaje de que razas enfrentadas deben aprender a trabajar juntas si quieren sobrevivir me parecen elementos super interesantes de este episodio. Más si cabe teniendo en cuenta la polarización existente en la actualidad en la sociedad americana.
Además, me alucina la narrativa de The Mandalorian casi sin diálogos, haciendo que la acción cuente la historia, con unos grandes paisajes desolados y una música increíble de Ludwig Göransson, que hacen que este episodio luzca muchísimo mejor que el 99% de películas de este año. Disney sabe que The Mandalorian es la serie estrella de Disney+ y se nota que no han escatimado recursos para hacer que la serie sea única y deje en mal lugar al 99% de las series actuales de televisión.
Me alucina también que a pesar de que sabemos que la serie ha sido rodada en el domo digital del estudio de Disney en California, con la tecnología digital creada para la primera temporada, la serie nos mete en Tatooine y nos transmite en todo momento que estamos en el desierto desolado. Nunca hay una sensación de «cartón-piedra» o que algo no es real. Y esto me vuela la cabeza.
Con este nivel técnico y de producción, no me extraña que Disney tenga las películas de Star Wars en stand-by hasta aclarar cual va a ser el concepto clave de la siguiente trilogía. De hecho, gracias a The Mandalorian, no echamos de menos ver nuevos productos de Star Wars.
Otro tema genial de esta segunda temporada es que este episodio expande la serie sin necesidad de que aparezcan los secundarios principales de la temporada uno como Greef Karga (Carl Weathers), Cara Dune (Gina Carano) o el Moff Gideon (Giancarlo Esposito), que parecía (y aún puede que sea) el villano principal de la serie. Tanto hablar de Ahsoka Tano (Rosario Dawson) en la previa a su estreno, y ha resultado que ¡el Mandaloriano no la necesitaba!! Al menos de momento.
No se si es sorpresa que este primer episodio me haya gustado tanto. Lo mejor es que hay tantas opciones disponibles para Jon Favreau, Dave Filloni y el resto del equipo de Lucasfilm, que nada impide que los siguientes episodios sean al menos igual de buenos. Y quien sabe si mejores. Lo cual me llena de alegría y expectación de cara a los próximos episodios.
Comparto el trailer de esta segunda temporada:
The Mandalorian ha empezado de la mejor forma posible en esta segunda temporada. Nos lo vamos a pasar genial en las próximas siete semanas, vuelve a ser un gran momento para ser fan de Star Wars.
THIS IS THE WAY!
¿Habéis visto ya el episodio?¿Compartís mi entusiasmo? Espero vuestro comentarios. Y si os gustó el artículo, os agradezco los me gustas y que lo compartáis en redes sociales.
En mi repaso de los comics míticos de la editorial Dark Horse basados en licencias cinematográficas, hoy por fin toca dirigir la mirada hacia una galaxia lejana, muy lejana… gracias a STAR WARS: Dark Empire, el primer comic de la franquicia galáctica de Dark Horse creado por Tom Veitch y Cam Kennedy.
PUNTUACIÓN: CLÁSICO
Seis años después de la caída del Imperio en El Retorno del Jedi, la batalla por la libertad de la galaxia continúa. El Imperio ha renacido misteriosamente bajo un líder desconocido, empuñando una nueva arma de gran poder. La princesa Leia y Han Solo luchan por mantener unida a la Nueva República mientras el salvador de la galaxia, Luke Skywalker, libra una batalla interna mientras se siente atraído por el lado oscuro, al igual que su padre …
Los años 90 fueron unos años maravillosos para los fans de Star Wars. A falta de películas, El Retorno del Jedi se estrenó en 1983, Lucasfilm relanzó la franquicia galáctica en 1991 con el lanzamiento de una línea de novelas que continuaban la historia de Star Wars, con Heredero del Impero de Timothy Zahn como la primera parte de la exitosa trilogía de Thrawn. Ese mismo año, Dark Horse publicó el primer número de esta miniserie de 6 ejemplares, publicado con periodicidad bimensual entre diciembre de 1991 y octubre de 1992.
El equipo creativo formado por el escritor Tom Veitch y el artista Cam Kennedy ya habían propuesto una historia similar a Marvel Comics, que durante los años 80 aún conservaban la licencia de publicación de los comics de Star Wars. Al cambiar la licencia de manos en los 90 y ya en poder de Dark Horse, volvieron a proponerles este proyecto, que fue aceptado rápidamente.
El éxito de Dark Empire dió luz verde a dos continuaciones: Star Wars: Dark Empire II, nueva miniserie de 6 números también realizada por Veitch y Kennedy publicada en 1993-94, y Star Wars: Empire´s End, serie de 2 números publicada en 1995 con dibujo de Veitch y dibujo de Jim Baikie.
Tom Veitch es un escritor americano famoso en el ámbito independiente, publicando desde los años 70. Nacido en 1941, ha escrito numerosos títulos de Star Wars, incluida la historia completa Dark Empire I, II y Empire´s End. Además, fue el creador del comic Tales of the Jedi que empezó a contar historia ambientadas en la antigua República, siendo las primeras obras de Star Wars ambientadas en ese periodo.
En mi caso, yo le conocí gracias al comic The Light and Darkness War publicado en el Epic de marvel, realizado ya en colaboración con Cam Kennedy. Además, de trabajar con Marvel y Dark Horse, publicó en DC Comics las obras de creación propia The Nazz con el artista Bryan Talbot, Clash con el Adam Kubert y My Name Is Chaos con John Ridgway. Y a modo de anécdota, acabo de descubrir que Tom es el hermano de Rick Veitch (Swamp Thing y Miracleman junto a Alan Moore, TMNT, Bratpack, The Maximortal, etc…), o quizá es que todos estos años los he confundido y pensaba que eran la misma persona.
Cam Kennedy es un artista escocés que dibujó en Reino Unido numerosas historias de Judge Dredd y Rogue Trooper para 2000 AD. También trabajó con Tom Veitch, no solo en las dos series Star Wars: Dark Empire I y II, sino también en The Light and Darkness War dentro del sello Epic que publicaba obras en las que los autores conservaban la propiedad de sus creaciones. Tras Dark Empire I y II, Kennedy siguió trabajando en otros cómics de Star Wars como fue el especial de Boba Fett con el escritor John Wagner. Para DC Comics ha trabajado en Lobo, Batman, Outcasts y The Specter, mientras que dibujó Punisher, Daredevil y Nick Fury, agente de S.H.I.E.L.D en Marvel.
Antes de Alex Ross, si existía en el mundo del comic un ilustrador super estrella, ese era Dave Dorman. Nacido en Michigan en 1958, comenzó su carrera profesional en 1979 y ha trabajado para Dark Horse, Marvel, DC entre otros. Su gran oportunidad le llegó en 1983 cuando empezó a realizar las portadas para la revista Heavy Metal, además de realizar varias series de trading-cards para Hasbro (G.I. Joe o Ultraverso).
Dorman ha trabajado con personajes como Indiana Jones, Aliens y Batman, pero sin duda donde alcanzó mayor reconocimiento fue con sus portadas e ilustraciones para Star Wars. Su libro “El arte de Star Wars de Dave Dorman” publicado en 1996 por Random House / FPG ha sido un best-seller durante años, y en 1998 ganó una encuesta entre los lectores de The Official Best of Star Wars Magazine como «Mejor artista de Star Wars». Además, Dorman ganó un premio Eisner en 1993 por sus ilustraciones en el libro Aliens: Tribes escrito por Steve Bissette, publicado por Dark Horse en 1992.
Entrando en mi valoración del comic tras volver a leerlo recientemente, quiero analizarlo a dos niveles. En primer lugar, a nivel de fan de Star Wars, para mi fue un regalo poder comprar y disfrutar de este comic en 1991/92 junto a las novelas de Timothy Zahn. El ver de nuevo las maravillosas portadas de Dave Dorman para este comic hace aún hoy que se me ponga la piel de gallina.
El concepto general de las novelas de Zahn, que Dark Horse aprovechó e incorporó a Dark Empire, es que a pesar de la muerte del Emperador en Endor, la Rebelión nunca llegó a controlar totalmente la galaxia, al existir un núcleo de planetas bajo un férreo control imperial, entre ellos los planetas industriales donde se construyen los Destructores Imperiales. De esta forma, la situación seis años después del final del Retorno del Jedi era de guerra civil entre dos bandos en igualdad de condiciones que dominaban cada uno una parte de la galaxia conocida.
Sinceramente, esto me parece mucho más lógico que todo lo que vimos años más tarde en el cine. Y aquí incluyo la versión remasterizada del Retorno del Jedi que Lucasfilm estrenó en 2004, en la que se veían fiestas en muchos planetas y el derribo de una estatua del Emperador en Coruscant, lo cual era una locura teniendo en cuenta que era un planeta bajo la ley marcial y el control militar imperial.
Mientras que Heredero del Imperio planteaba un nuevo enemigo, el frío y calculador Admirante Thrawn, Dark Empire optó por la repetición y por jugar a lo seguro, al traer de vuelta al Emperador y a Boba Fett, además de unos nuevos destructores de mundos. A pesar de que el hecho que un villano muerto resucitara en el mundo del comic de superhéroes era lo más normal del mundo, ya en 1992 me pareció una locura, pero en aquellos años aún estábamos en la época que cualquier cosa que se publicara era bienvenida aún cuando hubieran elementos con lo que no acabara de conectar, dada la escasez de oferta disponible.
El comic de Dark Empire destacaba frente a otros comics normales de la época ya que, además de las nuevas aventuras de Luke, Han y Leia, incluía 4 páginas adicionales de texto con información interesantísima sobre la situación en la galaxia y el contexto de algunos personajes, planetas u objetos que irán apareciendo durante el comic, ofreciendo datos vitales para poder comprender y disfrutar completamente la historia. De hecho, sin estos textos de apoyo, el comic quedaba un poco cojo y con una sensación de acción apresurada que al que le faltaba contexto sobre lo que estaba sucediendo.
En el apartado artístico, Cam Kennedy tenía un estilo muy particular en lo relativo al color que le separaba de los comics de la época. En lo referido a su dibujo, ofrecía sobre todo en los primeros números una alucinante atención al detalle, mostrando de forma increíblemente precisa todas las naves, vestuario y armas de Star Wars, además de dibujar a todos los personajes heciéndoles super reconocibles. Ver por ejemplo, la primera viñeta del comic con una gran splash-page del Halcón Milenario es aún hoy una gozada.
Sin embargo, el principal problema de este comic es la elección del color por parte de Kennedy. Merece la pena recordar que este comic se realizó en 1991-92, justo antes de la explosión del color digital en el mundo del comic. Kennedy utilizaba una gama de colores pastel que ofrecían una paleta monocromática al comic, que en mi opinión hace que el comic luzca raro. Buscando algo positivo, debo decir que cuando lo leí por primera vez, el color ayudaba a transmitir que este comic era algo diferente a todo lo que se estaba publicando en ese momento, porque de hecho era así. En ese momento, diferente significaba “ESPECIAL”, al tratarse de Star Wars.
Una vez comentado el polémico color de Kennedy, también hay que decir que Kennedy fue de más a menos en el dibujo, pasando de unos números iniciales bestiales, con páginas repletas de detalles y fondos chulísimos y unos personajes clavados a los reales, a unos últimos números en los que dió la sensación que los plazos de entrega se le echaron encima y terminó como pudo. En los 2 últimos números encontramos páginas en las que las figuras son casi bocetos y en los que los fondos desaparecieron.
Debo decir que a pesar de la polémica resurrección de Palpatine, el comic resultó super entretenido, con una acción non-stop y un climax en el que Leia tenía una importancia fundamental. De hecho, décadas antes de la explosión del movimiento feminista y de polémicas sobre la forma en que Leia utilizaba la Fuerza en los episodios VII, VIII y IX, este comic nos mostró una poderosa Jedi en total control de sus habilidades y que salva a Luke de caer en el lado oscuro. De hecho, si hay dos claros protagonistas en Dark Empire esos son Luke y Leia, siendo ella la que provoca elgiro que hace finalmente triunfar al bien frente al mal.
El resto de protagonistas tienen una importancia mucho menor, empezando por Han o Chewie, que están siempre presentes en los viajes de Leia, pero en segundo plano. Sin embargo, Veitch introduce bien el lore de Star Wars, haciendo que casi todo el mundo tenga al menos una aparición: Lando, C3PO, R2D2, el admirante Ackbar, Mon Mothma, Wedge… Todos tienen su cameo en estas páginas.
Sin embargo, no todo fueron alegrías con el final de la historia, ya que si a Kennedy le pilló el «toro» de los plazos de entrega, Veitch se quedó sin páginas y no pudo o no supo construir in climax satisfactorio, haciendo que el final fuera super apresurado y anticimático. Aunque narrativamente todo queda suficientemente explicado, en mi opinión debería haber contado con 8/10 páginas más para haber podido contar correctamente el final creando un climax que realmente fuera satisfactorio.
Mi yo de 1992 disfrutó este comic aunque siempre me ha parecido un peldaño por debajo de las novelas de Timothy Zahn que se estaban publicando de forma casi simultánea. Aunque sin duda tienen el feeling perfecto de lo que un comic de Star Wars debería transmitir.
Comentaba al comienzo que mi análisis de este Star Wars: Dark Empire que planteaba este post con dos niveles. El primero recordando mis impresiones de hace 28 años y el segundo nivel de análisis el que me ha producido la relectura de este comic después de haber sufrido el desastroso Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker de J.J. Abrams, y pensando globalmente en la tercera trilogía cinematográfica.
Y me da rabia recordar que Lucasfilm desechó todo el concepto del Universo Expandido en el que se incluye este comic o las novelas de Zahn, para dar total libertad a los directores y guionistas de Disney / Lucasfilm de contar mejores historias sin estar coartados por las decenas de historias previas. Vista la ridiculez de tantas y tantas cosas de las películas, como la Primera Orden que No es el Imperio que al final resulta que sí que lo es porque Palpatine estaba controlándolo todo en la sombra, y el terrible desastre cinematográfico, se confirma que Disney no necesitaba inventar la rueda, sólo buscar de verdad contar las mejores historias evitando los refritos o reboots, algo que sólo transmite falta de creatividad y valentía de los que lo realizan.
Hablando de Palpatine, debo decir que su aparición en Star Wars IX renacido mediante clonación tiene muchísimas similitudes con lo que nos cuenta este comic, pero Veitch se molestó en explicar y justificar todo lo que sucede de forma más que adecuada, creando además un suspense que funciona razonablemente bien en el comic, mientras que Abrams se lanzó a la piscina sin tener ni bañador ni agua, creando uno de los desastres creativos más decepcionantes que he sufrido en mi corazón de fan.
Como fan friki, reconozco que no me importa si Hellboy, Suicide Squad o Terminator Genysis son malas películas, porque son productos de entretenimiento sin más. Pero Star Wars era algo más que ocio, era algo especial. Lamentablemente, gracias a Disney, Star Wars se ha convertido en una franquicia de ocio más al mismo nivel que muchas otras, y últimamente una que no ha sabido ofrecer un buen producto a sus fans.
Leer Star Wars Dark Empire después de ver el Episodio IX ha hecho que aprecie mucho más el trabajo de Veitch y Kennedy. La elección cromática de Kennedy sigue luciendo extraña, eso no voy a negarlo, pero si le aporta una cualidad atemporal al comic que consigue que visualmente no haya envejecido nada mal.
Además, hay un montón de ideas poderosas en este comic y de información relativa a los Jedis, la Fuerza y el Lado Oscuro y en general sobre la galaxia que muestra que hubo una profunda reflexión sobre el mundo de Star Wars, lo que le hacía funcionar y necesitaba. En este mundo actual de «autores» que se creen más listos que los creadores de las obras que adaptan a cine o televisión, veo que Veitch a dejado en muy mal lugar a J.J. Abrams, Chris Terrio y compañía.
Star Wars: Dark Empire no es en ningún caso una obra redonda. Pero llegó en un momento clave de mi vida en que necesitaba leer Star Wars, y ocupó durante mucho tiempo un lugar especial en mi corazón de fan. Algo que muy pocas obras pueden alcanzar hoy en día.
PUNTUACIÓN: CLÁSICO
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Repaso a mi Sci-fi favorito: comics, películas, TV y libros
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