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Crítica de Creed III de Michael B. Jordan

Michael B. Jordan debuta en la dirección con la tercera parte de Creed, el spin-of de Rocky que toma una nueva dirección ya alejado del mítico personaje creado e interpretado por Sylvester Stallone.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Después de dominar el mundo del boxeo, Adonis Creed ha progresado tanto en su carrera como en su vida familiar. Cuando Damian (Jonathan Majors), un amigo de la infancia y antiguo prodigio del boxeo, reaparece después de cumplir una larga condena en prisión, Adonis Creed quiere demostrar que merece una oportunidad en el ring. El enfrentamiento entre estos antiguos amigos es algo más que una simple pelea. Para ajustar cuentas, Adonis debe arriesgar su futuro para enfrentarse a Damian, un boxeador que no tiene nada que perder. Tercera entrega de la revitalizada franquicia ‘Rocky’ para MGM, en la que Jordan retoma su papel de «Adonis Creed». (FILMAFFINITY)

Creed 3 es la continuación de Creed (2016) y Creed II (2019), la tercera de la serie Creed y la novena en total de la serie de películas de Rocky. Es la primera película de la serie en la que Sylvester Stallone no repite su papel de Rocky Balboa, aunque aparece como productor junto a Ryan Coogler. Michael B. Jordan hace su debut en la dirección con esta película, y me llama muchísimo la atención su declaración que se ha inspirado en el anime para la creación de las escenas de acción.

El guion de la película ha sido escrito por Keenan Coogler y Zach Baylin. a partir de una historia de ambos con Ryan Coogler, basados en personajes creados de Sylvester Stallone. La película de 116 minutos de duración cuenta con fotografía de Kramer Morgenthau, montaje de Tyler Nelson y Jessica Baclesse, y música de Joseph Shirley.

En el reparto tenemos a Michael B. Jordan como Adonis «Donnie» Creed, campeón mundial de los pesos pesados, hijo de Apollo Creed y alumno de Rocky Balboa. Tessa Thompson interpreta a la mujer de Adonis, Bianca, mientras que Phylicia Rashad retoma al personaje de Mary Anne Creed, la madre adoptiva de Adonis y viuda de Apollo Creed. Me alegra ver que Florian Munteanu vuelve también a interpretar al personaje de Viktor Drago.

El antagonista de Adonis en esta película es Damian «Dame» Anderson, interpretado por Jonathan Majors, un antiguo amigo de Adonis de su infancia y adolescencia que ahora busca venganza personal contra él por haberlo abandonado tiempo atrás.

Reconozco que tenía algunos reparos antes de ver la película por el hecho que NO hayan contado con Sylvester Stallone para hacer esta película. Y tras ir a verla al cine, creo que estamos en una circunstancia en la que ambos actores tenía razón. Stallone ha hecho bien en no querer participar en ella para tener un cameo sin importancia, dado que en la historia tal y como está planteada no había sitio para él. Y a la vez, Michael B. Jordan tenía que poder llevar a su personaje por su propio camino, tras dos películas a la sombra de Rocky. Por otro lado, entiendo que el problema de Stallone es con los productores que poseen los derechos de los personajes creados por él y no tanto con Jordan. Dicho esto, no creo que Sly sea demasiado amigo con Ryan Coogler, director de la primera película y productor y escritor de esta tercera.

Cuando comenté hace años Creed II expresé mi decepción ante una película que había perdido la brillantez visual de la primera parte y tenía una historia super trillada en la que todo se veía venir desde el minuto uno sin ninguna posibilidad de sorprender al espectador. Me alegra que Creed 3 supere en todo a esa película. Por el lado de la historia, como fan de la saga, me parece una pasada ver crecer a estos personajes y ver donde les ha situado la vida varios años después. Empezando por Amara, la hija de Adonis y Bianca, que ya se ha convertido en una niña de armas tomar y que no dejará que su sordera la detenga.

La película se construye a partir de la relación de Adonis con su amigo de la infancia Damian, que pasó 18 en la cárcel tras un altercado en el que Donny estuvo involucrado. Y el triunfo es total gracias a la calidad actoral de Michael B. Jordan y Jonathan Majors. Un Majors que hace doblete tras haberse convertido en Kang en Ant-Man y la Avispa: Quantumanía y que me vuela la cabeza con su interpretación de alguien dolido por haber sido abandonado y que tomará lo que cree que es suyo cueste lo que cueste. Me flipa que ambos actores lo den todo emocionalmente pero también cuando toca dar ostias como panes.

Tessa Thompson también está genial como Bianca. Me parece genial ver una película en la que los protagonistas tienen un carisma que se sale de la pantalla. Y frente a la mentalidad happy-flower de resolver los problemas con amor y comprensión, me flipa que en la película sea ella la que le de el empujón necesario a Adonis para que haga lo que tenga que hacer para resolver sus problemas, incluso si eso signifique darse una manta de palos contra alguien que parece ser más duro y más fuerte que su marido. Tras tres películas, estos personajes son casi de la familia y no me importaría seguir disfrutando de ellos en nuevas entregas, sobre todo con estos actorazos.

Michael B. Jordan me parece un actor estupendo, y en Creed 3 tiene una nueva oportunidad de demostrarlo. Majors y Thompson son geniales, y los cameos que tenemos en esta película los he disfrutado mucho, pero es Adonis el centro de todo. Y Jordan se sale. Pero aparte de su estupenda interpretación, que es algo que se daba por sentado, su debut en la dirección sobre todo en las escenas de boxeo me ha volado la cabeza. Y reconozco que la declaración de la inspirarse en el anime de Jordan me generó mucha curiosidad, pero también mucho temor ante la posibilidad de encontrarme con un engendro que no cuadrara con el espíritu del cine de boxeo. Porque el anime en muchos aspectos no busca ser «realista» para representar sus historias y sus escenas de acción, por lo que mal utilizado, podría arruinar el tono. Nada más lejos de la realidad. Creed 3 tiene las escenas más brillantes que recuerdo en un ring de boxeo. En concreto, la primera pelea y la forma en que Adonis analiza la forma de ganar el combate y su ejecución, la brutalidad de Damian en el segundo y el mega-combo del climax final son una locura maravillosa que me han dado algo nunca antes visto en esta franquicia. ¿No es algo maravilloso, si pensamos que esta es la novena película ambientada en el universo de Rocky? ¡Qué locura! El principal valor de la primera Creed aparte de la caracterización fue la brillantez de Coogler a la hora de rodar las escenas de acción, y creo que Jordan le supera ampliamente en esta tercera película. Y encima, la exageración del anime sirve también como vehículo expresivo para mostrar el drama de los personajes y la lucha psicológica que también tiene lugar en el ring además del combate en si, algo que también está representado de forma brillante.

Es cierto es que Creed 3 es más de lo mismo, pero los personajes son tan potentes y los combates me han volado la cabeza, así que estaré encantado de ver una futura Creed IV que Jordan ya ha expresado que quiere hacer. No se le puede pedir más al género de boxeo. Con este nivel, que cuenten conmigo para lo que sea.

Comparto el trailer de la película:

Creed 3 es una buena película super entretenida que lleva a su personaje en una nueva dirección sin el personaje que le dio la fama. Super recomendable.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Westworld temporada 2 (HBO)

Westworld , la serie de la HBO creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy a partir de la película de Michael Crichton de 1973,  fue una de las mejores series de 2016. Tenía muchísimas ganas volver a disfrutar de esta serie, pero lamento decir que esta segunda temporada no ha estado al mismo nivel.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

La web de HBO España describe Westworld como una ambiciosa serie de ficción repleta de imaginación que eleva el concepto de las aventuras y las emociones fuertes a un nuevo nivel de peligrosidad. En el futurista parque temático conocido como Westworld, un grupo de androides-servidores se desvían de las secuencias programadas meticulosamente por los informáticos y adoptan un comportamiento anormal. Con un reparto espectacular encabezado por Anthony Hopkins, Ed Harris, Evan Rachel Wood, James Marsden, Thandie Newton y Jeffrey Wright, Westworld está basada en la película de 1973 escrita y dirigida por Michael Crichton (Parque jurásico), y ha sido creada para la televisión por los productores ejecutivos Jonathan Nolan (Interstellar, El caballero oscuro) y Lisa Joy (Criando malvas, Último aviso).

Tras la revuelta de los androides al final de la primera temporada, en esta segunda el Caos toma el control. Dolores (Evan Rachel Wood) prosigue su revolución contra los humanos, mientras Maeve (Thandie Newton) intenta recuperar a su hija de una vida anterior. Mientras, William (Ed Harris) el único humano dentro del parque que parece saber lo que el parque es en realidad, intentará desentrañar los secretos del doctor Robert Ford (Anthony Hopkins), el diseñador de Westworld.

Y en medio de todo este conflico, ¿qué le pasa a Bernard (Jeffrey Wright )? ¿Porqué parece estar viviendo dos vidas diferentes a la vez? Tal vez es que su mente está sufriendo un deterioro y no puede controlarla. O quizá es que sucesos ocultos hasta ahora estén luchando por salir a la luz.

Si no viste la primera temporada de Westworld, te recomiendo que dejes de leer ahora mismo, ya que aunque voy a intentar no spoilear nada importante, es inevitable hablar de lo sucedido al final de la temporada anterior. ¡Estáis advertidos!!

Empezando con lo que me ha gustado de esta temporada, Westworld vuelve a destacar en todo lo relativo a los aspectos técnicos: la fotografía, el diseño de producción y los efectos especiales tienen una calidad cinematográfica. Además, el casting al completo está entre los más acertados del panorama televisivo, así como la música. Y diría que la temporada va de más a menos, siendo los últimos tres o cuatro episodios los mejores de esta tanda.

Sin embargo, Westworld ha perdido en esta segunda temporada el equilibrio entre historia y estilo, apostándolo todo a atraparnos con su elegante estética y lo intrincado de su puesta en escena. Y lamento decir que en mi caso solo han conseguido provocar confusión e incluso aburrimiento mientras visionaba la parte central de la serie. Cuando te quedas dormido viendo un capítulo, es que no ha conseguido captar tu atención adecuadamente. Un día puede ser que sea culpa mía. Si pasa dos días seguidos, el problema probablemente sea que la serie no ha conseguido hacer click.

La narración fragmentada de la primera temporada para mí estuvo muy bien y fue parte de lo positivo y sorprendente de la serie. Además de conocer paso a paso cómo Dolores y Maeve consiguen despertar y adquieren consciencia, descubrimos el papel de los personajes humanos en la historia, en especial el Doctor Ford, su ayudante Bernard y el Hombre de Negro. Globalmente, la complejidad de la narración creaba un puzzle que deseabas que se completara. Y aunque no tenías todos los detalles, fue genial la sorpresa de conocer que William Delos (Jimmi Simpson) y El hombre de negro (Ed Harris) son la misma persona, sí estaba claro que estábamos viendo sucesos que ocurrían en el parque en dos momentos temporales diferentes. Con el añadido que la violencia y sexo explícitos eran un puñetazo al espectador para que  se entendiera la tortura que los humanos causaban a los robots y como su levantamiento estaba más que justificado.

Sin embargo, en la segunda temporada la complejidad narrativa y la fragmentación temporal no consiguen enganchar, más bien al contrario, causa confusión y desconexión. Por un lado, en esta segunda temporada seguimos desde el principio a Bernard en dos momentos temporales: Justo a continuación del final de la primera temporada en la que la muerte del Doctor Ford a manos de Dolores inicia la revolución, y en otro momento posterior en que despierta en una playa a la que llegan las fuerzas de seguridad de Westworld para intentar acabar con la rebelión de los robots. La gran duda es ¿cuánto tiempo ha pasado entre una acción y la otra? ¿Estamos hablando de horas, días o meses?

Una de las principales sorpresas de la primera temporada fue que además del despertar de Dolores y Maeve, descubrimos como Bernard era también un robot creado a partir de los recuerdos del Doctor Arnold Weber, socio del Doctor Ford, que pensaba que era humano y que era tan complejo que nadie le había detectado.

La sorpresa de esta segunda temporada, que voy a evitar spoilear, queda sepultada en medio de un montón de idas y venidas de todos los personajes por Westworld y por los laboratorios humanos, sumado todo ello a la propia narración fragmentada hacen que no entiendas por qué un personaje ha pasado de un sitio a otro, y más importante, sin hacer que la trama avance.

Un ejemplo de esto es el personaje de Maeve. Al final de la primera temporada decide quedarse en Westworld para encontrar a su hija. Pues la resolución a su arco queda totalmente anticlimática y decepcionante, con el añadido que durante varios episodios la vemos en otra parte del parque ambientado en el Japón feudal. Visualmente, esta parte está super chula, pero mientras la veía me quedaba la sensación de que esto es puro relleno que no aporta nada al arco del personaje, más allá de ver que en Japón un robot igual que ella luchaba como ella por mantener a su hija a su lado. Algo muy bonito pero vacío de contenido.

Igual que Dolores, que tras iniciar una revolución en Westworld al final de la primera temporada, en esta segunda sigue buscando venganza contra los humanos con todos los medios a su disposición. Fin. Es cierto que conocemos más detalles de su pasado y su futuro, pero ella como personaje no la vi evolucionar para nada.

La primera temporada buscaba que el espectador empatizara con los robots y aceptara que pueden ser «humano» aunque tus recuerdos no sean reales. La orgía de violencia y sexo inicial estaba justificada para entender la tortura que los humanos infringen día a día a los robots en el parque. Sin embargo, toda la violencia de la segunda temporada es vacía porque no aporta nada a los temas principales de la serie, hasta el punto de convertir en risibles la segunda o tercera vez que los robots invaden los laboratorios matando a personal de seguridad. Y es que esta temporada nos muestra como el parque realmente era un banco de pruebas avanzado oculto para la mayoría de personal. Así, los robots buscan ser humanos, los humanos buscan cómo disfrutar de atributos de los robots como la inmortalidad.

Además, aunque los 4 últimos episodios son los mejores de la temporada, se pasan tres pueblos por el exceso de giros finales en el último episodio, algunos con muy poco sentido más allá del «shock-value» que busca provocar en el espectador. Agradezco la intención de que esta temporada sea un «game-changer» que lo cambie todo de cara a la tercera temporada, pero algunas inconsistencias han hecho que este final abierto me parezca un buen final para la historia del parque Westworld, ya que no me quedaron demasiadas ganas de continuar con esta serie.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

https://www.youtube.com/watch?v=Cd1zsfm_MqM

Globalmente, esta segunda temporada me ha parecido bastante peor que la primera, más confusa y confiando en que los numerosos giros finales dejen a la audiencia con ganas de más. En mi caso creo que han pinchado en hueso, aunque sí creo que este es un buen final para la historia. Recomendable para fans de ciencia-ficción y de obras de narrativa enrevesada.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

 

Crítica de Thor: Ragnarok de Taika Waititi

Thor: Ragnarok, dirigida por el neozelandés Taika Waititi, es una comedia de aventuras con superhéroes. La nueva película de Marvel Studios confirma que mientras ofrezcan a los espectadores conceptos frescos y diferentes, el tan manido concepto de «agotamiento» del género no se hará realidad. Incluso aunque no acierten con algunas de las elecciones creativas de esta película.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El argumento, según filmaffinity nos cuenta como Thor está preso al otro lado del universo sin su poderoso martillo Mjolnir y se enfrenta a una carrera contra el tiempo. Su objetivo es volver a Asgard y parar el Ragnarok porque significaría la destrucción de su planeta natal y el fin de la civilización Asgardiana a manos de una todopoderosa y nueva amenaza, la implacable Hela. Pero, primero deberá sobrevivir a una competición letal de gladiadores que lo enfrentará a su aliado y compañero en los Vengadores, ¡el Increíble Hulk!

La película es superdivertida y espectacular. Son 130 minutos que pasan en un suspiro y te mantiene con una sonrisa durante el visionado y al salir del cine. Esa es su mayor virtud y lo que hace que se diferencie de las otras películas de los estudios Marvel que no apuestan tan claramente por la comedia. Pero es también su principal problema, ya que el hecho que la comedia sea el hilo conductor de la tercera película del Dios del Trueno crea sensaciones anticlimáticas que comentaré más adelante.

Thor: Ragnarok está excelentemente interpretado por todo el reparto. Destaca por supuesto un excelente Chris Hemsworth al que la comedia le sienta de maravilla, como ya vimos en el remake de Ghostbusters o sus sketchs en el Saturday Night Life. Junto a él, su química con Loki (Tom Hiddleston) vuelve a funcionar a las mil maravillas. Loki vuelve a ser el Dios del Engaño en su máxima expresión, y esta tercera película de Thor sirve para dar una satisfactoria conclusión a sus desencuentros familiares.

Mark Ruffalo se sale también como Hulk / Bruce Banner, y comparte unos momentos super divertidos con Thor, por no hablar del espectacular combate en la arena de Sakaar cuyo desarrollo consigue sorprender al espectador. Además destacaría a Tessa Thompson como Valquiria, una Asgardiana caída en desgracia que sobrevive como caza-recompensas. La química de estos cuatro personajes es clarísima y se nota desde el primer fotograma que comparten.

Cate Blanchett como Hela, la Diosa de la Muerte, es una de las villanas más carismáticas que hemos visto hasta el momento en una película Marvel, y vuelve a poner de manifiesto como uno de los grandes motivos que explican el éxito de sus películas son unos casting perfectos.

Otros personajes con papeles más pequeños, aunque importantes son Jeff Goldblum como el Grandmaster, el señor de Sakaar donde se realiza el Combate de los Campeones, Odin (Anthony Hopkins), Heimdall (Idris Elba) o Skurge (Karl Urban), servidor de Hela y que rememora en pantalla uno de los grandes momentos del mítico comic de Walter Simonson.

Hablando de los comics, Thor: Ragnarok se inspira en dos comics míticos de Marvel, tres en realidad. Por un lado, la etapa sobresaliente de Simonson que acabo de comentar, en la que Thor y sus aliados deben enfrentarse al Ragnarok, el crepúsculo de los DIoses Nórdicos, que llegará con la llegada de Surtur, Señor del fuego de  Muspelheim.

Por otro lado, tenemos «Planet Hulk», una de las etapas más celebradas del Gigante Esmeralda del siglo XXI, realizada por el guionista Greg Pak y el dibujante Carlo Pagulayan, en la que Hulk es desterrado de la Tierra por sus amigos superhéroes, acabando por accidente en el mundo guerrero de Sakaar, donde deberá luchar en un coliseo de gladiadores para conseguir su libertad.

Estas son las dos grandes influencias de la película, a la que añadiría una tercera menos importante, que es Contest of Champions, la primera miniserie editada por Marvel en 1982 obra de Mark Gruenwald y dibujo de John Romita, Jr. y Bob Layton, en la que Grandmaster reunía a un grupo de heroes para que lucharan en una competición con el destino de la Tierra en la balanza.

Christopher Yost, Craig Kyle y Eric Pearson escriben un más que correcto guión en el que no solo consiguen unir todos estos elementos, sino que cierran el cliffhanger con el que terminó Thor: El Mundo Oscuro, la segunda película del Dios delTrueno. Las situaciones son lógicas y hay un montón de giros y sorpresas, pero todas están justificadas a partir de unos personajes que son reconocibles en todo momento. En mi opinión, el guión es super correcto con un final inesperado que lo cambia el statu-wuo del personaje y su mundo. En este sentido, se nota que Yost escribió , además de muchos comics Marvel con Craig Kyle, el guión de El Mundo Oscuro, y conoce perfectamente a estos personajes.

Marvel fichó al director Taika Waititi por su capacidad por crear situaciones poco convencionales con un toque humorístico, habiéndose creado un cierto nombre en el circuito independiente con películas como Lo que hacemos en las sombras o Hunt for the Wilderpeople. Precisamente, ese toque personal y carismático era lo que buscaba el estudio para insuflar un soplo de aire fresco a la franquicia de Thor, que no ha disfrutado del éxito de Iron Man o el Capitán América. Las dos películas previas de Thor a mi me gustan bastantes, aunque reconozco que no eran ni mucho menos perfectas.

Con estos antecedentes, el giro hacia la comedia no creo que sorprenda a nadie. El problema llega con el alcance del humor, que en muchos casos creo que nace de improvisaciones durante el rodaje y no tanto del guión escrito. Thor: Ragnarok es ante todo una comedia con toques de acción.

Lo cierto es que la acción es espectacular, colorida y está perfectamente rodada, gracias sin duda al buen trabajo del director de fotografía, el español Javier Aguirresarobe. El diseño de producción se inspira claramente en el arte de Jack Kirby, lo que hace que los fans del «Rey» estemos encantados. Las coreografías de acción están muy bien rodadas y en todo momento entiendes lo que está pasando, evitando el efecto mareante de la cámara al hombro tan de moda. Una acción muy bien rodada aunque dosificada a lo largo del metraje, al tener únicamente cuatro escenas de acción en toda la película.

Y todo este envoltorio viene acompañado con una estupenda banda sonora de Mark Mothersbaugh, en la que destaca el uso de sintetizadores ochenteros y la canción Inmigrant song de Led Zeppelin, que produce un subidón de adrenalina cuando suena.

El problema llega cuando no hay posibilidad de que el drama consiga impactar al espectador, ya que todas las escenas están adornadas con gags sin fin que al final rompen el ritmo dramático. Sobre el humor, tengo que reconocer que en la sala donde vi la película, el 99% de los gags funcionaron y el público se partía de risa. El caso es que yo no me reí tanto, pero entendí que sobre todo al principio era importante marcar el tono de lo que ibamos a ver. Pero este ritmo de gags tan seguidos acabó no siendo un tema puntual sino algo seguido durante todo el metraje. Y globalmente, se me hace raro ver a Thor siendo el hazmerreir en varios momentos, aún cuando hay algunos gags antológicos.

Debido a esto, aunque Thor: Ragnarok me ha gustado bastante, al mismo tiempo me ha decepcionado un poco. Si la comparamos con otras películas Marvel recientes, Ragnarok sale claramente perdiendo. Capitán América: Civil War y Guardianes de la Galaxia Vol. 2 me parecen películas muchísimo mas redondas.

Civil War consigue unir con acierto dos historias de los comics, la propia Civil War y la conclusión del arco de Winter Soldier. En Ragnarok, lamentablemente la parte de Hela / Ragnarok se me queda algo coja en comparación a Planet Hulk, que es la que realmente cobra casi todo el protagonismo. Es una pena que el carisma de Cate Blanchett queda en parte desaprovechado por sus pocos minutos en escena.

Y si la comparamos con Guardianes de la Galaxia Vol. 2, la película de James Gunn tiene también mucho humor, pero combinado con unos momentos de personajes emocionantes que aún después de verla varias veces consigue sacarme alguna lagrimita, gracias a un final perfecto a todos los niveles. Thor Ragnarok consigue divertir, eso es indudable, pero no emocionar. Y creo que esto es así porque falla la ejecución de Waititi, o porque no era lo que estaba buscando para comenzar, que también puede ser.

En todo caso, aunque no acierte en todo, Thor: Ragnarok es una película muy divertida y con personalidad. Y estamos ante la 17ª película de Marvel, un estudio que no solo no muestra síntomas de agotamiento, sino que consigue que pensemos que los super-héroes gozan de muy buena salud en el plano audiovisual. Si alguien nos cuenta hace 10 años que Marvel iba a producir todas estas películas con éxito (para mi solo Iron Man 2 suspendería), hubiera pensado que estaba loco. Y si a esto contamos que que las próximas películas de Marvel tengo claro que van a triunfar también, Black Panther en Febrero de 2018 y Vengadores: Infinity War en Mayo, nos queda cuerda para rato.

Y por si fuera poco,  Marvel evita spoilearnos en sus trailers ninguna de las numerosas sorpresas y giros de la película, ni tampoco su sorprendente final que como suele pasar en las películas Marvel, lo cambia todo. Aquí teneis el trailer, que seguro os hará flipar como a mi cuando lo vi por primera vez:

Thor: Ragnarok es una película super divertida en el buen sentido que creo que va a encantar al espectador «normal», pero cuyo excesivo humor igual no encaja con los fans más veteranos del personaje. Pero que yo recomiendo que veais en pantalla si quereis pasar un buen rato.

PUNTUACIÓN: 7.5/10