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Crítica de Tár de Todd Field

Los meses de enero y febrero están destinados a los estrenos con aspiraciones en los Oscars. Esta semana vi Tár de Todd Field, protagonizada por una increíble Cate Blanchett.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. La notablemente brillante y encantadora hija adoptiva de Tár, Petra, de seis años, tiene un papel clave en la tarea. Y cuando los elementos parecen conspirar contra Lydia, la niña es un apoyo emocional importante para su madre en apuros.

William Todd Field (California, 1964) es un actor y cineasta estadounidense. Ha trabajado como actor, director, productor, compositor y guionista. Empezó su carrera como actor cuando Woody Allen le eligió para participar en Radio Days (1987), trabajando a continuación con directores como Stanley Kubrick o Carl Franklin. Franklin y el también director Victor Núñez animaron a Field a inscribirse como becario de dirección en el AFI (American Film Institute), lo que hizo en 1992. Como director sólo ha dirigido dos películas antes de Tár, ambas aclamadas por la crítica: In the Bedroom (2001) y Little Children (2006). En total, sus tres películas han sido nominadas a un total de catorce premios Oscars y Field ha recibido personalmente seis de esas nominaciones, dos a la mejor película, dos al mejor guion adaptado, una al mejor director y una al mejor guion original. Tár ha sido producida, escrita y dirigida por Field, y ha recibido seis nominaciones a los Oscars 2023: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Original para Field, Mejor Actriz para Blanchett, así como Mejor Fotografía y Mejor Montaje.

Cate Blanchett interpreta a Lydia Tár, una compositora y directora de orquesta de fama mundial. Field comenta que escribió el personaje pensando en Blanchett, y sin ella no hubiera hecho la película. Ella es el centro de todo y ofrece una interpretación llena de matices y personalidad, convirtiéndose en una firma candidata a ganar el Oscar a Mejor Actriz, tras haber conseguido ya los premios en el Festival de Cine de Venecia, en los Globos de Oro o en los Critic´s Choice Awards.

El resto del reparto está formado por Nina Hoss como Sharon Goodnow, concertino y esposa de Lydia, Noémie Merlant como Francesca Lentini, asistente de Lydia, Sophie Kauer como Olga Metkina, una joven violonchelista rusa recién llegada a la Orquesta de Berlín que dirige Tár, Julian Glover como Andris Davis, predecesor de Lydia y Mark Strong como Eliot Kaplan, banquero de inversiones, director de orquesta aficionado y gestor del programa de becas de Lydia.

Tár cuenta con fotografía de Florian Hoffmeister, montaje de Monika Willi y música de Hildur Guðnadóttir. La mayoría de la música se grabó en directo en el plató en los mismos planos que se ven en pantalla, incluido los temas interpretados a piano por Blanchett, el violonchelo de Kauer (Kauer es una violonchelista clásica británico-alemán que estudió en la Royal Academy of Music), así como los temas interpretados por la Filarmónica de Dresde. La película de 158 minutos ha contado con un presupuesto de 35 millones, recaudando de momento tan sólo 10 en todo el mundo.

Es complicado hablar de Tár. Por un lado, la construcción del personaje de Lydia Tár me ha volado la cabeza. Es tan complejo y verosímil que estuve más de medio visionado pensando que la película era un biopic de una directora de orquesta real, cosa que no es el caso, al tratarse de una historia totalmente original (e inventada) de Field. El éxito de la película recae totalmente en Blanchett, y se entiende tras ver la película que para Field solo había una opción capaz de hacer esta película con la fuerza que tiene ella. Por cierto, me sabe mal tener que admitir que vi la película en versión doblada dado que no se ha estrenado en V.O. en mi ciudad, lo cual me parece una pena. Si en castellano Blanchett es hipnótica, creo que en versión inglesa / alemana / francesa la cosa hubiera podido estar aún mejor.

Cinematográficamente me ha volado la cabeza toda la primera parte de la película realizada con larguísimas escenas planteadas casi como planos secuencia. La complejidad de la personalidad de Tár y su vasto conocimiento musical hace que sea complicado seguir algunos momentos sin perderte, al hablar de la historia de compositores clásicos o de tempos de partituras y otras estructuras musicales. Pero a pesar de esto y de que la película empiece en mitad de todo en la vida de la protagonista, la verdad es que se entiende bien.

Field plantea una historia original y compleja planteada con múltiples matices en la que habla del poder y del mal uso de los que lo ostentan, pero también incluye críticas hacia la cultura del wokismo actual que se niega a escuchar música clásica porque está escrita por «hombres blancos heterosexuales opresores». Dejando claro lo absurdo y ridículo de estas actuaciones, sobre todo dentro del colectivo de músicos que se suponen tienen que conocer las principales obras del medio al que se van a dedicar. (Inciso, esto me recuerda a la enorme cantidad de gente que dice querer dedicarse al cine mientras demuestra una terrible incultura cinematográfica, afirmando sin pudor que no conocen las obras maestras clásicas o actuales, o que no van a las salas comerciales a ver cine). También hacia la cultura de la cancelación que incluso pudiendo tener razón en la denuncia construye «pruebas» claramente falsas, como es el video editado con frases inconexas sacadas de contexto que se muestra burdamente como prueba contra Tár, y que sin embargo los poderosos no se atreven a cuestionar y sirven para cavar la tumba del condenado.

Ambos elementos pueden estar presentes a la vez que conocemos que Tár es una maestra en la música pero una mala persona movida por deseos egoístas, que es lo que por ejemplo provoca que cambie las normas de la Orquesta de Berlín para beneficiar a la que espera sea su próxima conquista. La forma en que de alguna manera se muestra la necesidad de separar al artista de la persona, o más concretamente que una mala persona puede ser la creadora de grandes trabajos artísticos, es algo interesante que está también presente pero sobre lo que no ofrece respuestas mágicas. Además, Tár se construyó una fachada para alcanzar y mantenerse en la cima que no tiene nada que ver con cómo era ella de niña, algo que crea otro de los momentos más potentes de la película. Como en la vida real, las personas no somos blancas o negras, todos nos movemos en los matices del gris y somos capaces de grandes cosas pero también de fallar espectacularmente y cometer actos egoístas que hacen daño a otras personas. Tár es también un reflejo de ello, y gracias a la brillante interpretación de Blanchett su personaje tiene unos matices y una fuerza tremenda.

Otro elemento a destacar es que además de un drama, a medida que avanza la película casi parece que evolucione hacia un thriller, al haber numerosos elementos cuestionables de su vida que no conocemos hasta casi el final que cambian el sentido de lo que hemos visto y nuestra valoración de la protagonista. Por cierto, en este sentido, resaltar que NO estamos (exageradamente hablando) en un whodunnit, porque muchas de estas revelaciones quedan también bastante ambiguas en pantalla y por tanto, a que sean interpretadas por el espectador.

A continuación entro a esto, pero aviso del SPOILER.

Y es que la parte clave de la historia, la relación de Tár con Krista Taylor, la músico que se suicida y que acaba provocando su cancelación, está contada de forma super ambigua, permitiendo lecturas diferentes. En mi caso, parece claro que la directora entró en un triángulo amoroso / sexual con Krista y su ayudante Francesca Lentini. También parece que Krista realmente estaba obsesionada con Tár tras la ruptura, por los múltiples email que envía, hasta el punto de quedar desequilibrada, algo puede no ser necesariamente culpa de Tár. O si, puede ser una depredadora sexual que tira a sus víctimas tras usarlas, pero esto directamente no se muestra, luego una interpretación es tan correcta como la contraria. En lo que si es muy culpable Tár es en el envío de mútliples emails recomendando a otras orquestas que NO contraten a Krista como respuesta a la persecución que sufre por su parte. Aunque dicho esto, si alguien te acosa y te envía decenas de emails e intenta provocar encuentros en persona tras haber finalizado tú la relación, ¿cómo va a recomendarla a nadie? En cierto sentido, la actuación de Tár podría ser considerada correcta, dadas las circunstáncias.

Aquí hay que hacer otro inciso para valorar la actuación de Francesca, la ayudante de Tár. Ella formó parte del trío sexual y se siente culpable por la muerte de Krista al no responder a sus emails en los que pedía ayuda. Sin embargo, esta culpa es inicialmente aceptable, como también que Tár la use a su conveniencia, porque aspira a convertirse en la directora asociada de la Orquesta de Berlín. No es hasta que Tár la informa (de nuevo, actuando egoístamente) que le va a dar el puesto a otra persona, cuando Francesca estalla y decide tirar de la manta enseñando los emails que tiene guardados. Francesca es tan egoísta como Tár, y sus actos son movidos por despecho hacia su jefa para hacerla daño, no por un deseo de reparar el daño que ella también causó. Francesca no es en absoluto un personaje positivo de esta historia, se mueve por los territorios del gris.

Como también Sharon, la esposa de Tár, que no tiene problema en las aventuras de su mujer mientras no afecten su posición en la orquesta. Y cuya respuesta ante el escándalo no es indignarse porque una persona muriera, sino que no la avisara y que tuviera que sufrir los cuchicheos de los miembros de la orquesta a sus espaldas. Podría decirse que el único personaje puro de la película es la hija de Sharon, una niña a la que Tár lleva a la escuela y que significa un remanso de paz para ella. Por cierto, me ha sorprendido leer la sinopsis de Filmaffinity, dado que da a la niña una importancia que no tiene en realidad en la película.

Quizá el problema del visionado es que no tengo claro si esperaba algo a priori de la película, pero ciertamente Tár no lo ha sido. Aunque intenté leer lo menos posible, fue imposible aislarme de todo, y los comentarios de estar ante la historia de una directora «mala» a lo mejor me hizo pensar en una versión femenina del brillante personaje interpretado por J. K. Simmons en Whiplash, cuando la propuesta de Field no tiene nada que ver con la de Damien Chazelle.

Lo que si tengo claro que en Tár se le va la mano a Field en lo referido a la megalomanía de firmar una película de 158 minutos que no debería haber superado las dos horas. Está genial que un director tenga libertad absoluta para hacer lo que quiera, pero en este caso la película sin llegar a aburrir plantea prácticamente dos horas de presentación de la vida de Tár, dejando para los últimos minutos el desmoronamiento de su calculada y estructurada vida. Y esta genial las largas escenas de ritmo pausado iniciales y cómo a medida que aumenta el desequilibrio el montaje se va haciendo más abrupto y las escenas más cortas, cambiando de alguna manera el tempo de la película. Esto me muestra que Field es un gran artista del cine que conoce a la perfección sus herramientas. Sin embargo, aparte de la hipnótica Blanchett, al final la parte inicial no es tan interesante cuando analizas lo visto en su totalidad.

De hecho, creo que Field tiene igual de claro que no estaba contando cosas realmente interesantes, porque introduce un misterio rayando lo sobrenatural para mantener el interés del espectador en la primera mitad de la película, con algo que realmente no acaba llevando a ningún sitio. ¿Quién puso el libro en casa de Tár o activó el metrónomo por la noche? Da igual, es una «trampa» como digo para activar de forma super forzada la sensación de desequilibrio. Aquí entraría las situaciones mientras hace footing, ¿de verdad escuchó a alguien pidiendo ayuda como si estuviera siendo violada o es de nuevo su creciente sensación de culpa? ¿O simplemente es la imaginación del director forzando las situaciones? Tu opinión es tan buena como la mía. Lo que casi no es opinable es que la escena en que acaba herida ¿por la caída en la escalera? está realmente mal rodada de forma que es imposible saber qué ha pasado realmente.

Otro elemento que quiero comentar es que fruto de mi desconocimiento musical tengo claro que me he perdido matices en la historia y posiblemente metáforas a partir de las similitudes de la vida de Tár con otras situaciones reales del ambiente musical. Dicho esto, el final de la película me ha emocionado y me parece casi perfecto, empezando con el discurso de Leonard Bernstein sobre ¿Qué significa la música? que hace recordar a la protagonista lo que es realmente importante y lo que parece que ha perdido, así como el golpe de realidad cuando Tár entiende el alcance de sus actos en su exilio musical, usando una metáfora visual brillante cuando va a un centro de masajes para que atiendan su espalda convaleciente.

Veo muy probable que Blanchett gane el Oscar a Mejor Actriz y Field el de Mejor Guion Original. Porque ambos aspectos resultan apabullantes. Sin embargo, dentro que la crítica se ha rendido ante la película, me vuela la cabeza que para el activismo feminista imperante, todo lo que no sea mostrar a una mujer como un haz de luz pura resulte «problemático». Sin ir más lejos, en El País Elsa Fernandez-Santos se preguntaba «por qué una película que habla del poder patriarcal no lo hace a través de un hombre sino de una mujer, concretamente una mujer lesbiana«. Hay un matiz importante de esta afirmación que ya muestra su sesgo ideológico importante, y es que Field habla del PODER y su mal uso, algo en lo que cualquiera puede ser culpable, ya sea hombre o mujer. De hecho, que todo lo malo deba tener el calificativo de «patriarcal», y por comparación entiendo que lo bueno será femenino, es una de muchas falacias que se está intentando colar como dogma de ley. Una idea absurda que sin embargo asusta ver cuanta gente compra esta mercancía averiada.

Si Tár fuera una película sobre un hombre acosador sexual, caería en un tópico que haría que la película perdiera interés y novedad, y la acercaría a los dramas de Antena 3 de domingo por la tarde. Field está más cómodo en los espacios que pueden plantear preguntas incómodas, y en este sentido que fuera una mujer la protagonista es la única respuesta correcta. Aparte que siguiendo el razonamiento de El País de tener que ser un hombre el villano, la película no se hubiera realizado, con lo que todos hubiéramos perdido. ¿Dónde queda la libertad creativa para todas estas activistas que hacen de periodistas? Queda claro que sólo puede hablarse de los temas que ellas quieran de la forma en que las hagan sentir bien a ellas, acercándose con cada comentario de este tipo al puritanismo más rancio.

Tár me ha gustado. Sin embargo, dada su duración, la temática y las pequeñas trampas narrativas que comentaba, no me veo viendo de nuevo la película en casa cuando se estrene en Prime o Disney+ o donde sea. Sin embargo, me ha flipado la calidad y atención al detalle que Todd Field ha transmitido en esta historia. Por ello, tengo claro que veré en pantalla grande la próxima película de Field, espero que no pasen otra vez 17 años para que la veamos.

Comparto el trailer de la película:

Por su temática y duración, no creo que vuelva a ver Tár, pero me ha parecido una película compleja y realmente interesante, con una Cate Blanchett alucinante cuya interpretación justifica de sobra el precio de la entrada.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de El callejón de las almas perdidas de Guillermo del Toro

La nueva película de Guillermo del Toro, El callejón de las almas perdidas, es un estupendo ejercicio del género negro más clásico con un reparto espectacular.

PUNTUACIÓN: 8/10

Un buscavidas (Bradley Cooper) se compincha con una pitonisa (Cate Blanchett) para estafar a millonarios… Remake del film «El callejón de las almas perdidas» (Nightmare Alley) de 1947.

El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley en inglés) es un remake de la película de 1947 del mismo nombre dirigida por Edmund Goulding e interpretada por Tyrone Power, Joan Blondell y Coleen Gray, que a su vez adaptaba la novela escrita por William Lindsay Gresham y publicada en 1946, que realizaba un interesante estudio de las profundidades del mundo del espectáculo y sus sórdidos personajes.

Guillermo del Toro es un director, guionista, productor y novelista mexicano que siempre ha estado asociado al fantástico y al terror gracias a Cronos, Mimic, El espinazo del diablo, Hellboy 1 y2 , El laberinto del fauno, Pacific Rim y Crimson peak. Obtuvo la aclamación mundial gracias a su Oscar en por La forma del agua (2017), y hemos estado casi cinco años sin una película suya mientras intentaba llevar a buen puerto su adaptación de En las montañas de la locura de Lovecraft. Con este su último proyecto ha elegido realizar este remake como instrumento para hacer SU gran película noir, al conectar esta historia de género negro con el mundo onírico y del circo que enlazan con su gusto de historias de fantasía oscura.

Del Toro escribe el guión de esta adaptación junto a su mujer, la guionista Kim Morgan, a quien yo conocí hace un montón de años gracias a sus excelentes análisis de películas clásicas noir que Ed Brubaker incluía de complemento en sus comics de Sleeper. La película cuenta además con fotografía de Dan Laustsen, montaje de Cam McLauchlin y música de Alexandre Desplat, que ya trabajó con Del Toro en La forma del agua. La película de 150 minutos contó con un presupuesto de 60 millones de dólares y de momento ha fracasado en la taquilla americana, recaudando tan sólo 10 millones desde su estreno el 17 de diciembre, lo que no puede darme más pena, la verdad

Nightmare alley (me gusta más el título original y es más corto), cuenta con un reparto de lujo con Bradley Cooper, Cate Blanchett, Rooney Mara, Toni Collette, Willen Dafoe, David Strathairn, Richard Jenkins y el habitual Ron Perlman.

Me ha gustado Nightmare Alley. Del Toro hace un alucinante ejercicio de género negro con un protagonista con un final que parece marcado de antemano, algo que me recuerda precisamente a algo que Ed Brubaker establecía como uno de las características de un buen noir.

Situar la historia en los años 40 en la que la vida de la gente en la América rural valía muy poco es perfecta para una historia de género negro de este tipo. Si a esto le sumamos la ambientación de un circo de variedades rural que permite a Del Toro desplegar sus obsesiones con seres freak y situaciones con un toque onírico y sobrenatural en una situación en la que sabes, porque los personajes lo dicen explícitamente, que no es real y todo es un gran truco.

Me gusta mucho la parte en la que explican como los mediums realmente se dedican a leer y entender la psicología de la gente como forma de aprovecharse de ellos a la hora de hacer las predicciones ante el público, lo que conecta con el trabajo de la psicología, una ciencia «seria» que sin embargo hace más o menos lo mismo que estos buscavidas.

El diseño de producción y la fotografía me parecen extraordinarios, con algunos momentos que parecen casi en blanco y negro, buscando Del Toro claramente recrear imágenes icónicas de las películas noir clásicas. Los momentos con Bradley Cooper en sombra encendiéndose el cigarrillo, la seducción de Cate Blanchett, todas las escenas nocturnas lloviendo o nevando o las imágenes de pesadilla en el circo son momentos que podrían haber estado rodadas en los años 40 y me han volado la cabeza. No tengo duda que en los próximos años vamos a ver multitud de planos de la película en los típicos artículos de «perfect shots», porque visualmente la película me encanta.

En este sentido, me han gustado mucho las interpretaciones de todo el reparto, pero casi diría que me alucina la belleza pura y atemporal de Rooney Mara, que me traslada a un lugar mejor en un mundo poblado de gente mala que busca aprovecharse de los crédulos o los inocentes. Porque Cooper, Blanchett o el mismo Willen Dafoe están geniales y transmiten todo su carisma en pantalla, aunque quizá pecan en parte porque la historia hace a sus personajes demasiado arquetípicos a todos.

De hecho, si algo menos bueno tengo que decir de esta película es que se nota que Del Toro está intentando demasiado fuerte hace un noir super canónico por el que sea recordado, haciendo que todo sea tan lógico dentro de las convenciones del género que acabó resultándome demasiado frío. Siendo como digo todo lógico y casi inevitable.

A pesar de ello, me alegra poder decir que me asusté un poco al saber de su duración de 150 minutos, pero no se me hizo larga en ningún momento, permitiendo que la historia diera muchas vueltas y los giros nos llevaran hasta un final perfecto bastante habitual de ver en el cine de los años 40 y 50 pero no tanto en el siglo XXI.

El callejón de las almas perdidas me parece una gran película, de esas que estoy seguro que volveré a ver muy pronto de nuevo. De hecho, me da pena que la película haya fracasado de forma tan terrible sobre todo en la taquilla USA, algo que diría indica que el tipo de público que apreciamos el cine de Del Toro es probablemente el que menos vaya al cine en la actualidad. Algo que es en si mismo un contrasentido, porque si una película merece verse en pantalla grande y seguro perderá vista en casa, es esta. O eso, o es que realmente Del Toro no tiene una base de seguidores tan amplia como a mi me gustaría.

Comparto el trailer de la película:

El callejón de las almas perdidas me parece una estupenda película de género negro. Guillermo del Toro consigue una película super redonda que sin duda merece verse en pantalla grande. ¡No os la perdáis!

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Mowgli, la leyenda de la selva de Andy Serkis (Netflix)

Netflix ha estrenado una nueva versión de El Libro de la Selva con una sensibilidad más oscura y adulta. Mowgli, la leyenda de la jungla ha sido dirigida por Andy Serkis, el inolvidable Gollum de El Señor de los Anillos, empleando técnicas de captura de movimientos en las que se ha convertido en un gran experto. Sin embargo, aunque entretenida y a ratos brillante visualmente, me ha parecido inferior a la versión Disney de Jon Favreau de hace dos años, lo cual es un gran problema cuando tu película se estrena después.

PUNTUACIÓN: 6/10

Mowgli trata sobre la educación de Mowgli, criado por una manada de lobos en las selvas de India. Mientras aprende las reglas, a menudo complicadas, de la jungla. Bajo la tutela de un oso llamado Baloo y una pantera llamada Bagheera, Mowgli llega a ser aceptado por los animales de la jungla como uno más de ellos. Por todos menos uno: el temible tigre Shere Khan. Pero puede haber peligros mayores acechando en la jungla, cuando Mowgli se enfrenta a sus orígenes humanos.

Dirigida por Andy Serkis a partir de un guión de Callie Seresin que adapta la mítica novela de Rudyard Kipling, con una fotografía de Michael Seresin y música de Nitin Sawhney.

Lo primero que hay que tener claro al ver Mowgli es que esta no es una película para niños. Andy Serkis imprime un tono realista y duro que es mucho más fiel a la novela clásica de lo que fueron las películas de Disney. La jungla es cruel y puedes morir en cualquier momento, y eso queda perfectamente reflejado durante todo el metraje. Es por esto que Mowgli y los animales están llenos de heridas y cicatrices, de forma que provocan que en algunos momentos verles interactuar sea doloroso y casi desagradable. Sin duda, hay escenas super impactantes y crueles que no son para niños pequeños y pueden quedar super impactados.

El tema básico de la película es mostrar como Mowgli es un ser entre dos mundos. Ha vivido entre lobos pero no es uno de ellos, y es humano aunque tampoco se siente como ellos. Este sentimiento de no pertenencia y el sufrimiento que provoca está perfectamente transmitido durante la película, y se consigue gracias a la fenomenal actuación del joven actor Rohan Chand, que interpreta a Mowgli y que es el principal hallazgo de la película.

Además, destacaría que visualmente la película está llena de momentazos de gran belleza. La jungla cobra vida en muchos momentos y la pantalla se llena de colores increíbles que me dajaron con la boca abierta en varios momentos. Globalmente, me ha parecido un buen espectáculo y entretenimiento para disfrutar en casa, a pesar de los elementos que menos me han encajado y de los que voy a hablar a continuación.

Para hablar de lo que no me ha encajado durante el visionado debo empezar reflexionando sobre la propia creación de la película, que llega dos años después de la última versión de Disney creada por Jon Favreau. La comparación es inevitable, al contar la misma historia, y lamento decir que en casi todos los aspectos, la película de Andy Serkis sale siempre perdiendo. Lo malo de llegar segundo es que o lo haces extraordinariamente bien o puedes dar la sensación de repetitiva, por no usar el término “innecesario” que no me gusta nada cuando se aplica a un producto de entretenimiento.

Disney optó por crear una película 100% digital en la que solo un actor real, el personaje de Mowgli, interactuaba con personajes y espacios digitales. Grandes actores como Idris Elba, Christopher Walken, Scarlett Johansson o Bill Murray, entre otros, aportaron su voz a la película de Jon Favreau y la dotaron de carisma en todas sus escenas.

Andy Serkis optó por rodar la película utilizando tecnología de captura de movimientos con los actores que luego eran trasladados a las facciones y a los propios movimientos de los animales. Esto provocó un rodaje y una post-producción mucho más compleja que explica, en parte, el retraso en estrenarse la película.

Y no es que el reparto fuera menos bueno que el de Disney, ya que al propio Serkis como el oso Baloo se le unieron Benedict Cumberbatch como el tigre Shere Khan, Christian Bale como la pantera Bagheera o Cate Blanchett como la serpiente Kaa. El casting es brutal, aunque debo decir que siento que ha quedado muy infrautilizado y que no ha conseguido sacarle todo el partido que hubiera sido deseable.

Estamos ante una supuesta película “seria” y “realista” en la que hay animales que hablan y que tienen rasgos humanos en los ojos y en la forma de sus caras. Esta dualidad imposible provocó en mi una sensación de que algo no encajaba durante el visionado. La película de Disney era CGI y los animales se veían super realistas y encima hablaban. Los espectadores aceptamos, creo, un elemento no realista. Pero aquí hay dos, no solo que los animales hables, sino sus propias facciones humanas, lo que en mi caso me rompió toda sensación de credulidad y no me dejó entrar en el juego que proponía Serkis.

El tono adulto de la película aleja al público infantil pero sigue resultando demasiado fantástica para el público adulto al que pretende dirigirse, que claramente no va a querer ver dos veces la misma película en tan solo dos años. Y es que aunque hay momentos brutales como la pelea de los monos, en todo caso se siente como menos fresca que la versión anterior. Y no hay duda que el estreno en Netflix refleja que los ejecutivos de Warner Bros detectaron también estos problemas, porque prefirieron vender los derechos de exhibición a Netflix antes de arriesgarse a un más que probable fracaso en la taquilla de todo el mundo, evitándose todos los costes de publicidad y distribución de la cinta en todo el mundo.

Además, la película dura 105 minutos y me dió la sensación que muchísimo metraje se quedó en la sala de edición. Hay una primera parte con diferentes episodios de la vida de Mowgli en la selva que se muestran correctamente, pero en cuanto Mowgli llega a la aldea humana, el ritmo se precipita y acelera hasta llegar al climax. En este aspecto, la película casi parece partida en dos. Y en este sentido, hay personajes como los elefantes que aparecen de repente y me dejaron sorprendidísimo, y creo que detrás del personaje del cazador humano John Lockwood (Matthew Rhys) había una historia interesante que no llega ni a sugerirse. Por no hablar de que el climax final me pareció super confuso hasta el punto de no tener claro lo que había pasado.

Debo reconocer que si Mowgli se hubiera estrenado en cine no se si hubiera pagado por verla. Sin embargo, su estreno en Netflix me ha permitido verla en casa y, a pesar de todo lo anterior, creo que en una más que correcta aunque imperfecta película, y no me ha parecido que haya “malgastado” mi tiempo viéndola.

Comparto a continuación el trailer de la película:

Mowgli, la leyenda de la selva, no va a ser recordada como la versión definitiva de la novela de Rudyard Kipling, aunque se puede ver, más al tratarse de un estreno de Netflix.

PUNTUACIÓN: 6/10

Crítica de Thor: Ragnarok de Taika Waititi

Thor: Ragnarok, dirigida por el neozelandés Taika Waititi, es una comedia de aventuras con superhéroes. La nueva película de Marvel Studios confirma que mientras ofrezcan a los espectadores conceptos frescos y diferentes, el tan manido concepto de «agotamiento» del género no se hará realidad. Incluso aunque no acierten con algunas de las elecciones creativas de esta película.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El argumento, según filmaffinity nos cuenta como Thor está preso al otro lado del universo sin su poderoso martillo Mjolnir y se enfrenta a una carrera contra el tiempo. Su objetivo es volver a Asgard y parar el Ragnarok porque significaría la destrucción de su planeta natal y el fin de la civilización Asgardiana a manos de una todopoderosa y nueva amenaza, la implacable Hela. Pero, primero deberá sobrevivir a una competición letal de gladiadores que lo enfrentará a su aliado y compañero en los Vengadores, ¡el Increíble Hulk!

La película es superdivertida y espectacular. Son 130 minutos que pasan en un suspiro y te mantiene con una sonrisa durante el visionado y al salir del cine. Esa es su mayor virtud y lo que hace que se diferencie de las otras películas de los estudios Marvel que no apuestan tan claramente por la comedia. Pero es también su principal problema, ya que el hecho que la comedia sea el hilo conductor de la tercera película del Dios del Trueno crea sensaciones anticlimáticas que comentaré más adelante.

Thor: Ragnarok está excelentemente interpretado por todo el reparto. Destaca por supuesto un excelente Chris Hemsworth al que la comedia le sienta de maravilla, como ya vimos en el remake de Ghostbusters o sus sketchs en el Saturday Night Life. Junto a él, su química con Loki (Tom Hiddleston) vuelve a funcionar a las mil maravillas. Loki vuelve a ser el Dios del Engaño en su máxima expresión, y esta tercera película de Thor sirve para dar una satisfactoria conclusión a sus desencuentros familiares.

Mark Ruffalo se sale también como Hulk / Bruce Banner, y comparte unos momentos super divertidos con Thor, por no hablar del espectacular combate en la arena de Sakaar cuyo desarrollo consigue sorprender al espectador. Además destacaría a Tessa Thompson como Valquiria, una Asgardiana caída en desgracia que sobrevive como caza-recompensas. La química de estos cuatro personajes es clarísima y se nota desde el primer fotograma que comparten.

Cate Blanchett como Hela, la Diosa de la Muerte, es una de las villanas más carismáticas que hemos visto hasta el momento en una película Marvel, y vuelve a poner de manifiesto como uno de los grandes motivos que explican el éxito de sus películas son unos casting perfectos.

Otros personajes con papeles más pequeños, aunque importantes son Jeff Goldblum como el Grandmaster, el señor de Sakaar donde se realiza el Combate de los Campeones, Odin (Anthony Hopkins), Heimdall (Idris Elba) o Skurge (Karl Urban), servidor de Hela y que rememora en pantalla uno de los grandes momentos del mítico comic de Walter Simonson.

Hablando de los comics, Thor: Ragnarok se inspira en dos comics míticos de Marvel, tres en realidad. Por un lado, la etapa sobresaliente de Simonson que acabo de comentar, en la que Thor y sus aliados deben enfrentarse al Ragnarok, el crepúsculo de los DIoses Nórdicos, que llegará con la llegada de Surtur, Señor del fuego de  Muspelheim.

Por otro lado, tenemos «Planet Hulk», una de las etapas más celebradas del Gigante Esmeralda del siglo XXI, realizada por el guionista Greg Pak y el dibujante Carlo Pagulayan, en la que Hulk es desterrado de la Tierra por sus amigos superhéroes, acabando por accidente en el mundo guerrero de Sakaar, donde deberá luchar en un coliseo de gladiadores para conseguir su libertad.

Estas son las dos grandes influencias de la película, a la que añadiría una tercera menos importante, que es Contest of Champions, la primera miniserie editada por Marvel en 1982 obra de Mark Gruenwald y dibujo de John Romita, Jr. y Bob Layton, en la que Grandmaster reunía a un grupo de heroes para que lucharan en una competición con el destino de la Tierra en la balanza.

Christopher Yost, Craig Kyle y Eric Pearson escriben un más que correcto guión en el que no solo consiguen unir todos estos elementos, sino que cierran el cliffhanger con el que terminó Thor: El Mundo Oscuro, la segunda película del Dios delTrueno. Las situaciones son lógicas y hay un montón de giros y sorpresas, pero todas están justificadas a partir de unos personajes que son reconocibles en todo momento. En mi opinión, el guión es super correcto con un final inesperado que lo cambia el statu-wuo del personaje y su mundo. En este sentido, se nota que Yost escribió , además de muchos comics Marvel con Craig Kyle, el guión de El Mundo Oscuro, y conoce perfectamente a estos personajes.

Marvel fichó al director Taika Waititi por su capacidad por crear situaciones poco convencionales con un toque humorístico, habiéndose creado un cierto nombre en el circuito independiente con películas como Lo que hacemos en las sombras o Hunt for the Wilderpeople. Precisamente, ese toque personal y carismático era lo que buscaba el estudio para insuflar un soplo de aire fresco a la franquicia de Thor, que no ha disfrutado del éxito de Iron Man o el Capitán América. Las dos películas previas de Thor a mi me gustan bastantes, aunque reconozco que no eran ni mucho menos perfectas.

Con estos antecedentes, el giro hacia la comedia no creo que sorprenda a nadie. El problema llega con el alcance del humor, que en muchos casos creo que nace de improvisaciones durante el rodaje y no tanto del guión escrito. Thor: Ragnarok es ante todo una comedia con toques de acción.

Lo cierto es que la acción es espectacular, colorida y está perfectamente rodada, gracias sin duda al buen trabajo del director de fotografía, el español Javier Aguirresarobe. El diseño de producción se inspira claramente en el arte de Jack Kirby, lo que hace que los fans del «Rey» estemos encantados. Las coreografías de acción están muy bien rodadas y en todo momento entiendes lo que está pasando, evitando el efecto mareante de la cámara al hombro tan de moda. Una acción muy bien rodada aunque dosificada a lo largo del metraje, al tener únicamente cuatro escenas de acción en toda la película.

Y todo este envoltorio viene acompañado con una estupenda banda sonora de Mark Mothersbaugh, en la que destaca el uso de sintetizadores ochenteros y la canción Inmigrant song de Led Zeppelin, que produce un subidón de adrenalina cuando suena.

El problema llega cuando no hay posibilidad de que el drama consiga impactar al espectador, ya que todas las escenas están adornadas con gags sin fin que al final rompen el ritmo dramático. Sobre el humor, tengo que reconocer que en la sala donde vi la película, el 99% de los gags funcionaron y el público se partía de risa. El caso es que yo no me reí tanto, pero entendí que sobre todo al principio era importante marcar el tono de lo que ibamos a ver. Pero este ritmo de gags tan seguidos acabó no siendo un tema puntual sino algo seguido durante todo el metraje. Y globalmente, se me hace raro ver a Thor siendo el hazmerreir en varios momentos, aún cuando hay algunos gags antológicos.

Debido a esto, aunque Thor: Ragnarok me ha gustado bastante, al mismo tiempo me ha decepcionado un poco. Si la comparamos con otras películas Marvel recientes, Ragnarok sale claramente perdiendo. Capitán América: Civil War y Guardianes de la Galaxia Vol. 2 me parecen películas muchísimo mas redondas.

Civil War consigue unir con acierto dos historias de los comics, la propia Civil War y la conclusión del arco de Winter Soldier. En Ragnarok, lamentablemente la parte de Hela / Ragnarok se me queda algo coja en comparación a Planet Hulk, que es la que realmente cobra casi todo el protagonismo. Es una pena que el carisma de Cate Blanchett queda en parte desaprovechado por sus pocos minutos en escena.

Y si la comparamos con Guardianes de la Galaxia Vol. 2, la película de James Gunn tiene también mucho humor, pero combinado con unos momentos de personajes emocionantes que aún después de verla varias veces consigue sacarme alguna lagrimita, gracias a un final perfecto a todos los niveles. Thor Ragnarok consigue divertir, eso es indudable, pero no emocionar. Y creo que esto es así porque falla la ejecución de Waititi, o porque no era lo que estaba buscando para comenzar, que también puede ser.

En todo caso, aunque no acierte en todo, Thor: Ragnarok es una película muy divertida y con personalidad. Y estamos ante la 17ª película de Marvel, un estudio que no solo no muestra síntomas de agotamiento, sino que consigue que pensemos que los super-héroes gozan de muy buena salud en el plano audiovisual. Si alguien nos cuenta hace 10 años que Marvel iba a producir todas estas películas con éxito (para mi solo Iron Man 2 suspendería), hubiera pensado que estaba loco. Y si a esto contamos que que las próximas películas de Marvel tengo claro que van a triunfar también, Black Panther en Febrero de 2018 y Vengadores: Infinity War en Mayo, nos queda cuerda para rato.

Y por si fuera poco,  Marvel evita spoilearnos en sus trailers ninguna de las numerosas sorpresas y giros de la película, ni tampoco su sorprendente final que como suele pasar en las películas Marvel, lo cambia todo. Aquí teneis el trailer, que seguro os hará flipar como a mi cuando lo vi por primera vez:

Thor: Ragnarok es una película super divertida en el buen sentido que creo que va a encantar al espectador «normal», pero cuyo excesivo humor igual no encaja con los fans más veteranos del personaje. Pero que yo recomiendo que veais en pantalla si quereis pasar un buen rato.

PUNTUACIÓN: 7.5/10