Desde El gran Hotel Budapest no veía una película de Wes Anderson en el cine. La crónica francesa ha sido como siempre una experiencia estética inclasificable única en su género.
PUNTUACIÓN: 7/10
La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun) es una carta de amor al mundo del periodismo, ambientada en la redacción de un periódico estadounidense en una ciudad francesa ficticia del siglo XX, con tres historias interconectadas entre sí. (FILMAFFINITY)
Si hablamos de cine de autor que muestra una visión única de la vida, Wes Anderson (Texas, 1969) es uno de los nombres que automáticamente vienen a la cabeza. Director, guionista, productor y actor estadounidense, es conocido por sus películas Ladrón que roba a un ladrón (1996), Academia Rushmore (1998), The Royal Tenenbaums (2001), Vida acuática (2004), Viaje a Darjeeling (2007), Fantástico Sr. Fox (2009), Moonrise Kingdom (2012), El Gran Hotel Budapest (2014) e Isla de Perros (2018).
Fue nominado al Premio Oscar en las categorías de mejor guion original por The Royal Tenenbaums, Moonrise Kingdom y The Grand Budapest Hotel. Además, tanto Fantastic Mr. Fox como Isle of Dogs fueron nominadas en la categoría de Mejor película animada. Durante su carrera ha ganados un Globo de Oro, el Oso de Plata de la Berlinale o un Premio Bafta a Mejor guión original.
La crónica francesa es de nuevo una película coral con un reparto alucinante de grandes actores entre los que encontramos a Benicio del Toro, Frances McDormand, Jeffrey Wright, Adrien Brody, Tilda Swinton, Timothée Chalamet, Léa Seydoux, Owen Wilson, Mathieu Amalric, Lyna Khoudri, Steve Park, Bill Murray, Saoirse Ronan y Willem Dafoe. Muchos de estos son ya habituales en el cine de Anderson, y nos les importa aparecer en apenas una escena.
Anderson escribió el guión a partir de una historia original escrita por Roman Coppola, Hugo Guinness, Jason Schwartzman y él mismo. La película plantea como en otras películas previas una narrativa fragmentada con cuatro historias diferentes mientras el despacho de noticias francés de un ficticio periódico de la ciudad de Kansas prepara su última edición, siendo cada historia una de los artículos que serán publicados, más un obituario final.
Alexandre Desplat vuele a colaborar con Anderson con la música de la película, que tiene fotografía de Robert D. Yeoman y montaje de Andrew Weisblum. La película de 108 minutos de duración contó con un presupuesto de 25 millones de dólares y se rodó en localizaciones de Angoulême (Francia) entre finales de 2018 y principios de 2019, aunque como con tantas otras, su estreno fue retrasado a causa del COVID.
La película ha sido descrita como «una carta de amor a los periodistas», y está inspirada en el amor de Anderson por The New Yorker, con algunos personajes y eventos de la película basados en equivalentes de la vida real de la revista. Plantear la película como si el espectador estuviera leyendo los diferentes artículos que un lector encontraría en la revista es un planteamiento que se ajusta como anillo al dedo al gusto de Anderson por las antologías y las historias fragmentadas, algo que sin ir más lejos ya vimos en El Gran Hotel Budapest.
Las historias que encontramos en la película son El Reportero ciclista por Herbsaint Sazerac (Owen Wilson), La obra maestra del hormigón por J.K.L. Berensen (Tilda Swinton), Revisiones de un Manifiesto por Lucinda Krementz (Frances McDormand), El comedor privado del comisionado de policía por Roebuck Wright (Jeffrey Wright) y un obituario final en el que se reúnen todos los miembros de la redacción, entre los que además de los ya mencionados encontramos a Jason Schwartzman y Elisabeth Moss.
Las películas de Anderson casi se han convertido en un género propio, y en La crónica francesa vuelve a mostrar muchos de los elementos comunes que le caracterizan, no solo en lo estético, sino también en la temática, con historias inclasificables que no son ni drama ni comedia con personajes que se salen de lo común, en medio de situaciones “extrañas” que se suceden a una enorme velocidad.
En lo estético, cada plano parece un cuadro y debe tener su propia belleza y perfección, como si fuera un elemento único e irrepetible. Un uso de una gama cromática muy concreta, una cuidada selección de los elementos y un elegante gusto por la geometría y la composición marcan cada una de las escenas. Además, la ambientación en un momento indeterminado del pasado, jugando además con narración en color o en blanco y negro en algunos momentos, le añade un toque de melancolía y nostalgia al recordar el narrador un tiempo pasado ¿mejor? Con el añadido en esta Crónica Francesa de ambientarla en Francia con un extenso uso de personajes hablando en francés que añade un toque intelectual cool.
Sólo con Anderson me pasa que la historia que me cuenta me da igual porque las imágenes me cautivan y me tienen hipnotozado. Y menos mal, porque realmente son chorras no, lo siguiente. De hecho, la única historia que realmente me he gustado y me ha parecido interesante ha sido La obra maestra del hormigón con Benicio del Toro, Léa Seydoux, Adrien Brody y Tilda Swinton como narradora, en la que se habla del proceso creativo, la salud mental y las razones que algo adquiera la categoría de “obra de arte”. En resto, empezando por el paseo en bicicleta de Owen Wilson, me han parecido más bien ligeras e intrascendentes.
En todo caso, como digo no vienes a ver una película de Anderson por la historia, y en mi caso La Crónica francesa me ha dado lo que esperaba de ella. Me gusta tener una experiencia así cada dos / tres años, de hecho, me viene bien salirme de mi zona de confort mainstream.
Comparto el trailer de la película:
La crónica francesa es Wes Anderson en estado puro. En función de si te gusta o no el director variará la opinión que esta afirmación tenga para ti. En mi caso, me alegra haberla visto en el cine y no me importará volver a quedar con él para su próxima película.
PUNTUACIÓN: 7/10
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Sicario de Denis Villeneuve fue una de las mejores películas de 2015. Tenía por tanto muchas ganas de ver la continuación, Sicario: El día del Soldado, dirigida por Stefano Sollima a partir de un guión de Taylor Sheridan, y me alegra poder decir que es un peliculón que me ha flipado.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
La guerra contra los cárteles de la droga se ha intensificado en la frontera entre EE.UU. y México a medida que han comenzado a traficar con terroristas. Para hacer frente a esta guerra, el agente federal Matt Graver (Josh Brolin) vuelve a hacer equipo con el volátil Alejandro Gillick (Benicio del Toro).
Stefano Sollima es un director italiano conocido principalmente por la serie de televisión Gomorra, basada en la novela de Roberto Saviano sobre la Camorra, y la película Suburra (2015), también de temática criminal. Aunque desconocido para mi, creo que era una buena opción para sustituir el increíble Denis Villeneuve.
Sicario: El día del Soldado está escrita por Taylor Sheridan, autor del guión de la primera película, que consigue ofrecer un guión sólido, duro y sin misericordia. Sheridan (Hell or High Water, Wind River) es un maestro es construir historias de frontera que tienen un interesante subtexto que igual no es del agrado de todo el mundo, y que me perece mucho más potente incluso que el de la primera película.
Sicario estaba narrada a través de los ojos de Emily Blunt, una más que capaz agente del FBI que sin embargo estaba sobrepasada por el brutal conflicto contra el cartel. El mensaje de esta película era que sólo se puede combatir al fuego con fuego, y que las leyes que construyen una democracia son un impedimento para derrotar al cartel. Un mensaje un tanto peligroso, debo decir.
Para esta segunda parte, Sheridan nos muestra quienes son las principales víctimas de esta guerra: los niños. Aunque la película triunfa gracias al carisma de Josh Brolin y Benicio del Toro, omnipresentes en pantalla, también veremos dos caras de este conflicto, el de Isabel Reyes (Isabela Moner), hija de un narco que será secuestrada, y Elijah Rodriguez (Elijah Rodriguez), un joven americano que vive en Texas y que se verá atraído al cártel para salir de la pobreza. Hay una tercera niña que me heló la sangre que sale brevemente al comienzo de la película, una víctima de la guerra abierta en la frontera. Esta es la principal y más importante novedad de esta película respecto al original, que nos muestra las consecuencias de la violencia sin necesidad de darnos discursos políticos sensibleros.
En la primera Sicario, disfrutamos también con la fotografía del maestro Robert Deakins. Era imposible que Sicario 2 pudiera igualar al tándem Villeneuve+Deakins, pero me alegra decir que la fotografía de Dariusz Wolski y la dirección de Sollima se quedan muy cerca.
Destacar además que la película está dedicada a la memoria de Jóhann Jóhannsson, autor de la música de la primera película. Para esta Sicario 2, Hildur Guðnadóttir utiliza el impactante tema principal, y consigue mantenernos en tensión toda la película.
Entrando en materia, Sicario: El día del Soldado es un peliculón. Los protagonistas Brolin y Del Toro sin duda no son buenas personas, pero hacen lo que hay que hacer según sus creencias. Brolin es un agente de la CIA que no duda en hacer lo que sea para conseguir sus objetivos. Y vimos a Del Toro matar a niños en la película anterior, así que no son héroes, ni quieren serlo. Pero el que se encuentren en esa zona gris del que no duda en ensuciarse las manos me parece super interesante. El carisma de ambos actores es brutal, y aunque diría que Del Toro sigue un peldaño por encima, se agradece que Brolin tenga un mayor protagonismo en esta segunda parte respecto a la anterior, que estaba construida a partir del personaje de Emily Blunt.
Además, el guión de Sheridan cuenta un montón de cosas sobre la actual situación en la frontera sin tener que dar un mitin político, como quien es el que más se beneficia del cierre de la frontera y cómo interesa antes una guerra entre bandas, aún sabiendo que provocará muertes inocentes, que descabezar a los carteles.
Pero lo mejor del guión que consigue que nunca sepas qué va a pasar a continuación. Todo es inesperado e impactante, y consigue que estés en tensión durante todo el visionado, viendo situaciones lógicas que sin embargo consiguen no ser evidentes.
Stefano Sollima me ha sorprendido muchísimo como director. Las escenas de acción están ejecutadas con precisión quirúrgica, y están rodadas de forma que se amplifica el impacto en el espectador. En el actual cine comercial, hay una tendencia a la «coreografía» en las escenas de acción, que sirva para potenciar el entretenimiento. NO hay nada de esto en Sicario. La acción es seca, dura, brutal y termina en un segundo, igual que en la vida real. Además, el utilizar los ojos de la niña Isabel Reyes, hace que nos sintamos en todo momento en medio de la acción. La película tiene un excelente ritmo que no da un respiro, y no sabría decantarme por una escena concreta, porque el conjunto es excelente. Todo el arranque es brutal, igual que el secuestro, la emboscada en la carretera, el ataque de los helicópteros… ¡Buff!!
Si tuviera que ponerle un pero a la película, sería quizá un final un poco anticlimático, ya que estás esperando un enfrentamiento que al final no llega a producirse. Pero una vez reposada la película, diría que este final es aún mejor por el elemento realista que transmite. En el cine esperas un gran final en el que el malo pierda y todo vaya a ir bien a partir de ese momento. En la vida real lo importante es poder vivir un día más. No existen las soluciones fáciles y los niños quedan traumatizados para toda su vida. En este aspecto, este final aún con su sensación episódica me parece más honesto que el de la clásica película de Hollywood. Algo que diría que es precisamente la intención de la película.
Sicario: El día del soldado es una excelente película de acción que trata temas adultos de manera perfecta, y que creo que va a estar dentro de mi Top-5 del año. Si te gusta el cine inteligente con resonancias al mundo real en que vivimos, no debes perderte esta película.
Los Últimos Jedis es la octava parte de la saga de Star Wars. Una película escrita y dirigida por Rian Johnson (Brick, Looper), que tenia la obligación de hacer avanzar la historia de la nueva generación, tras la decepción del remake encubierto que J.J. Abrams realizó en El despertar de la Fuerza. Y me temo que aunque las intenciones de Johnson iban en la buena dirección, una mala ejecución de las mismas convierte a la película en una gran decepción.
PUNTUACIÓN: 5/10
El argumento de Los Últimos Jedis según Filmaffinity nos cuenta como la malvada Primera Orden se ha vuelto más poderosa y tiene contra las cuerdas a la Resistencia, liderada por la General Leia Organa (Carrie Fisher). El piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) encabeza una misión para facilitar la retirada rebelde. Mientras tanto, la joven Rey (Daisy Ridley) tendrá que definir su futuro y su vocación, y el viejo jedi Luke Skywalker (Mark Hamill) revaluar el significado de su vida.
Mientras, tras su enfrentamiento con Rey, Kylo Ren (Adam Driver) se debate entre unos sentimientos encontrados, y Finn (John Boyega) y su nueva aliada Rose (Kelly Marie Tran) se dirigen a una misión crucial para conseguir la supervivencia de la Resistencia.
Estoy seguro que todos habeis sentido cuando una película se convierte en un PELICULÓN, ¿verdad? Nada más termina la película y empiezan los títulos de crédito, estás en la butaca del cine con la boca abierta analizando lo que has visto, sentido y disfrutado. Es entonces cuando el concepto de la MAGIA del cine cobra todo su significado. Este año 2017, diría que lo he sentido tras ver películas tan diferentes como La La Land, Blade Runner 2049, Mother! o incluso con Guardianes de la Galaxia Vol. 2.
Lamento decir que esa magia no se produjo tras ver Los Últimos Jedis, más bien al contrario. Sentí una confusión creciente y la triste realidad de que la película, a pesar de un sobresaliente factura técnica, tenía un montón de problemas en su guión y desarrollo que impidieron que la disfrutara como lo hubiera deseado.
Si soy un adicto al cine y a la ciencia ficción en general es gracias a Star Wars. Por ello, cuando empecé este blog hace ya más de cuatro años, el primer post fue para resaltar mi amor por Star Wars. Luke, Han, Leia, Chewbacca, unidos a Indiana Jones, fueron los grandes protagonistas de mi infancia.
Tras el final de la trilogía clásica en 1983, la publicación de una excelente serie de novelas y comics, conocidas posteriormente como el Universo Expandido, ampliaron el universo de Star Wars tras el Retorno del Jedi, y mantuvieron vivo mi amor por este maravilloso universo.
Tras la compra de Lucasfilm por parte de Disney, se decidió que para las nuevas películas no se iba a tener en cuenta la cronología establecida por estas novelas, para dar libertad a los creadores para desarrollar nuevos conceptos que conectaran con las nuevas generaciones. Y lo cierto es que aunque me dolió descubrir que nunca veríamos en imagen real a Mara Jade, o Jacen y Jaina Solo, a priori era una decisión correcta desde un punto de vista cinematográfico. Decisión que vista en perspectiva posiblemente fue el comienzo de algunos problemas que aquejan a esta nueva trilogía, de los que hablaré más adelante.
Empezando por los aspectos positivos de Los Últimos Jedis, tengo que decir que el director Rian Johnson, que también escribió el guión, ha sido muy valiente y ha entendido que la franquicia galáctica necesitaba una (r)evolución que la hiciera avanzar por nuevos caminos. Por un lado, aparte de la necesidad de que los personajes clásicos dieran paso definitivamente a los nuevos personajes, me parece perfecto su intención de ampliar el foco del universo de Star Wars para que deje de ser la historia de la familia Skywalker. En un universo infinito, que llevemos 8 películas centrados en ellos era limitar claramente las historias que se podían contar.
Esto ya se vio el año pasado con la entretenida Rogue One. Pero aunque los personajes eran completamente nuevos, no era un historia 100% original, ya que el guión bebía de la Star Wars original, al contar la historia de cómo los rebeldes se hicieron con los planos de la primera Estrella de la Muerte. El éxito de esta película indicó que el público sí quiere y acepta con naturalidad nuevas historias dentro de este universo.
Además, Rian Johnson nos ofrece un guión muy autoconsciente de algunos problemas de la franquicia que mucha gente señaló después del estreno de El despertar de la fuerza. J.J. Abrams nos castigó con un reboot encubierto en el que aunque presentaba a nuevos personajes llenos de carisma, se limitaba a repetir esquemas y situaciones ya vistas en la película original, lo que eliminó cualquier posibilidad de sorpresa y emoción. De hecho, Johnson elimina de un plumazo algunos elementos presentados por Abrams que no tenían demasiado sentido para empezar, lo que además del shock-value durante el visionado es algo que valoro positivamente.
El guión de Johnson está orientado a romper todas las expectativas que el público pudiera tener, al ser ésta la octava película de una gran saga, y la segunda parte de la tercera trilogía. A partir de la estructura básica de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi, Johnson se dedica a darle la vuelta a todas las situaciones de estas dos películas, lo que inicialmente sorprende y abre un montón de posibilidades para el Episodio IX, que se estrenará en 2020. Volveré a este punto más adelante, ya que aunque es algo positivo desde cierto punto de vista, también es el centro de los aspectos negativos sobre los que comentaré más adelante.
Me han gustado también otros elementos del guión como han sido la «democratización» de la Fuerza, en el sentido que si la fuerza está en todos nosotros, no es necesario ser un Jedi para sentir esta energía. Esto elimina la tontería de los Midiclorianos del Episodio I, y abre nuevas posibilidades narrativas. Además, pone de relevancia la incongruencia de los Jedis, empezando por Joda, que se creían el no va más pero no supieron ver la corrupción que nacía en su propio seno y que sirvió para aupar al Emperador Palpatine al poder.
Por otro lado, desde un punto de vista técnico, Los Últimos Jedis es por supuesto una película de una calidad altísima. La fotografía de Steve Yedlin nos brinda varios momentazos desde el punto de vista visual. La música de John Williams como siempre cumple con nota. También excelentes son el diseño de producción con unos sets y localizaciones reales, que dan un plus visual a la película.
A esto hay que añadir unas buenas interpretaciones de todo el reparto. Sobre todos ellos destacan unos sobresalientes Mark Hamill como Luke Skywalker y Adam Driver como Kylo Ren, cuyos matices confirman que estamos antes uno de los grandes personajes de esta trilogía. Kylo no duda en considerarse a si mismo un monstruo, pero está convencido que hace lo correcto para romper con el pasado y construir el futuro. Y que no duda en destruir el pasado si hace falta, toda una metáfora del trabajo de Rian Johnson.
Daisy Ridley con Rey, Oscar Isaac como Poe Dameron y la trístemente fallecida Carrie Fisher como Leia Organa realizan también buenas actuaciones. Al que vi más flojo es a John Boyega como Finn, pero no creo que sea culpa suya, sino de un guión que le convierte en relleno cómico y no le da realmente momento para lucirse. Leo también mucho odio en la red hacia el nuevo personaje Rose (interpretada por la actriz americana de origen asiático Kelly Marie Tran). Lo cierto es que está correcta, no veo nada especialmente malo de su interpretación, más allá de una última frase totalmente sonrojante, que ella defiende como puede. Pero el problema es la frase, no su interpretación.
Por tanto, si solo pensamos en el aspecto visual y las interpretaciones, y no tanto en lo que nos están contando, la película merece verse en pantalla grande.
Bueno, aquí se acaban los aspectos positivos, ahora llega el momento de comentar sobre lo menos bueno.
A partir de aquí, voy a entrar en territorio de SPOILERS, estais advertidos.
El problema principal de Los Últimos Jedi es que aunque el guión está repleto de buenas intenciones, la ejecución de las mismas no es demasiado afortunada. Está genial querer romper las expectativas, pero lo que ofrezcas en su lugar debe ser mejor, y en esto creo que Rían Johnson no cumple.
Hay un primer problema grave en la construcción del guión, y es que la historia está partida en tres, por una necesidad mal entendida de que todos los personajes tengan su arco y sus minutos en pantalla. Y lo cierto es que de estas tres tramas, solo una resulta tener un interés real. Cuando hablamos de una película de 150 minutos, estamos ante un grave problema de ritmo y narrativo, y se nota que con diez o quince minutos menos se hubiera podido contar lo mismo, mejor.
Por un lado, tenemos la historia del «no-entrenamiento» de Luke y Rey, durante el cual Rey descubre tener una conexión mental con Kylo Ren. Esta es la mejor parte de las tres, aunque de hecho está plagada de pequeñas inconsistencias. Por otro lado tenemos la fuga rebelde con Leia, Poe Dameron y la vicealmirante Amilyn Holdo, interpretada por Laura Dern. La persecución de las naves rebeldes or el espacio a paso de tortuga por siete u ocho destructores imperiales es una situación ridícula que no se sostiene desde un punto de vista narrativo, aunque es justo reconocer que culmina en el que probablemente sea el momentazo visual de la película, protagonizado inesperadamente por Laura Dern. Y luego acompañamos a Finn y Rose al casino de Canto Bight para localizar a un pirata informático (interpretado por Benicio del Toro), que les permita entrar sin ser detectado en el Super Destructor del Líder Supremo Snoke. Otra escena que no aporta casi nada y que rompe totalmente el ritmo de la película.
Empezando por el final, si hubieran eliminado todo el arco de Finn y Rose en el casino, la historia principal no se hubiera resentido casi nada, cosa que indica su inutilidad. Este subargumento se justifica únicamente por dos elementos: Por un lado, para justificar la bonita escena final, en la que un niño pobre que vive exclavizado en Canto Bight y que posee poderes Jedi mira hacia el espacio con esperanza. Y por otro, y casi más importante, para que Del Toro diga la clave de la película para Rian Johnson que busca redefinir la saga. Para Johnson, Star Wars no debe ir de la lucha del bien contra el mal, como si fuera un concepto anticuado, cuando hay una historia más interesante, que es cómo incluso en una galaxia lejana,muy lejana, los pobres son pobres y los ricos se aprovechan de ellos, justo como en el mundo real.
Johnson, Lucasfilm y Disney parecen decir que la lucha del bien contra el mal pura está anticuada y ahora lo que mola son los grises, algo en lo que por supuesto no estoy nada de acuerdo. Si la ejecución es buena, puedes hacer una película excelente de buenos contra malos, el bien contra el mal, o con todos los matices que quieras poner. El problema no es el concepto, es lo que haces tú con él.
Esto nos lleva a otro de los problemas, y es que para hacer avanzar la saga galáctica no era necesario cargarte todo lo que se había construido hasta ese momento y decir que no sirvió de nada. Y es que otro tema importante de Los últimos Jedi es recalcar que los jóvenes deben abandonar lo viejo y mirar hacia el futuro, creando su propia mitología. Lo ejemplifica perfectamente Kylo, pero también es un tema importante dentro del arco de Rey en esta película. Mark Hammil en el papel de Luke cumple con nota con un papel con el que al comienzo no estaba de acuerdo. El problema no es solo achacable a Rian Johnson, sino a la situación de partida que J.J. Abrams y Disney presentaron en El despertar de la fuerza.
Luke había desaparecido justo cuando la Primera Orden y Snoke se alzaron contra la República. Johnson responde a las preguntas de donde estuvo y por qué se fue, pero lo hace destruyendo al héroe con el que crecimos. Resulta que Luke sabe, porque así se lo cuenta a Rey, que hay un equilibrio entre el bien y el mal, a una gran luz siempre le sigue una gran oscuridad. Sin embargo, tras ver la oscuridad en su sobrino Ben Solo y ser derrotado por su propio miedo, su respuesta es abandonar a su familia a su suerte frente a esa oscuridad, sabiendo que no tienen nada que hacer contra ella. Por que él sabe que aunque se marche, la oscuridad seguirá existiendo en la galaxia. De un plumazo se han cargado toda su heroicidad, no solo de las tres películas originales, sino de todos los comics y novelas que hemos leído durante años. E incluso obviando los comics y novelas que no son canon, el Luke original es un héroe puro que no duda en sacrificarse por sus amigos y que pone siempre su seguridad por encima de su propia vida. Muy mal, Disney. Y aunque luego Luke tiene durante la película su momento para intentar arreglar esta situación, creo que no le hace justicia en absoluto, y provocan un final nada digno para uno de los principales héroes de la historia del cine.
La intención de Johnson de romper las expectativas provoca unas escenas repletas de giros que mantienen el interés. Pero lo cierto es que inconscientemente notas que algo no cuadra cuando debería. Y es que al final, aunque los giros llevan la historia por situaciones diferentes, la estructura de la película es un reboot a la inversa de El Retorno del Jedi y El Imperio Contraataca. Tras el estreno de la decepcionante El Despertar de la Fuerza, una de las cosas con las que los fans nos consolábamos era pensando que al menos este Episodio VIII sería mejor, ya que sería una historia nueva y no un reboot. Y al final, Los Últimos Jedi coge con muy poco disimulo elementos de las películas originales, aunque sea para retorcer estos conceptos.
La película empieza con una batalla espacial, como la vista sobre Endor al final de El Retorno. Aunque Poe consigue en el corto plazo su objetivo de destruir el destructor, fracasa globalmente debido a las bajas que provoca entre sus efectivos, lo que deja a los Rebeldes casi indefensos.
Rey llega hasta Luke para que la entrene, igual que en El Imperio Contraataca, pero él se niega. Rey siente en el planeta un lugar oscuro como en Hoth, pero cuando lo visita no pasa nada. Asímismo, Luke siente mucha oscuridad en Rey y se asusta, pero al final no se profundiza en nada de esto. Por no hablar que si Luke se había aislado de la fuerza, ¿cómo puede sentir la oscuridad de Rey?
Rey y Kylo están en contacto mental, y Rey se deja atrapar por La Primera Orden como Luke en el Retorno para intentar traer a la luz a Kyle, igual que Luke con Vader. Kylo acaba con Snoke igual que Vader hizo con el Emperador, aunque de forma mucho más anticlimática. Pero finalmente Kylo permanece en el lado oscuro y se pone al mando de la Primera Orden.
Finn encuentra a un criminal con similitudes con Lando Carlrissian en el casino de Canto Bight para que les ayude. Solo que éste acaba traicionándoles de verdad, no como Lando. Por no hablar del bluff de la Capitana Phasma y su inevitable similitud con el final de Baba Fett al comienzo de El Retorno.
La película termina en un planeta blanco que se parece mucho a Hoth y el comienzo de El Imperio Contraataca. Hay un montón de situaciones que intentan ser novedosas pero que no pueden evitar trasladarnos a las películas originales, aunque sea girando la situación, lo que no ayuda precisamente a que el visionado fuera uniforme. Como la ridícula frase de Rose a Finn en medio de una batalla en la que le dice algo así como «no hay destruir lo que odiamos, sino defender lo que amamos» ¿Whaaat?! Todo esto son pequeños elementos que poco a poco van haciendo que no disfrutara la película como yo esperaba.
Dos aspectos más a destacar son los personajes de Rey y Snoke, que simbolizan lo bueno y lo malo de la película. Rey estaba obsesionada con encontrar a sus padres, y durante dos años internet estuvo inundada de teorías sobre su parentesco, señalando muchas de estas ocurrencias a Luke como su padre. Esto lógicamente se ha demostrado que no tenía ningún sentido, al saberse que realmente sus padres no eran nadie importante, ni tenían nada que ver con la familia Skywalker. Esto viene bien para resaltar la intención de Johnson de crear nuevas historias alejadas de la sombra de los Skywalkers, y conecta con la idea de que no solo los jedis están conectados con la Fuerza. Por este lado, muy bien.
En el lado negativo está el Líder Supremo Snoke. Realmente estábamos ante una mala copia del Emperador, y ponía de relieve el error de inicio de Disney a la hora de iniciar esta nueva trilogía. Como comentaba antes, el Universo expandido de las novelas contaba que a pesar de la muerte del Emperador, muchos sistemas siguieron bajo el control militar del Imperio. De esta forma, la lucha del Imperio contra unos pocos rebeldes evolucionó hacia una Guerra Civil espacial en que había tiempo para intrigas, misiones encubiertas, conspiraciones políticas, al creación de una Academia Jedi y grandes dosis de acción y emoción.
Disney tiró todo esto por la borda porque creyó que era más interesante volver a hacer películas sobre unos pocos rebeldes que se enfrentan a un poderoso Imperio Galáctico, algo ya visto, antes que ofrecer historias nuevas, inspiradas o no en el Universo Expandido, que dejaran atrás esta premisa e hicieran avanzar la franquicia galáctica por nuevo caminos.
Esto provocó que El Despertar de la Fuerza tuviera varias ridiculeces, como la aparición de La Primera Orden (el imperio pero sin ser el imperio), y que aún existiendo una República, las fuerzas de Leia fueran la Resistencia cuando deberían ser las fuerzas armadas legítimas. Y en medio de este reboot, surgió la figura de Snoke, un Lord Oscuro (no Sith) que aparece de la nada con poderes increíbles. Que Johnson opte por librarse de este clon del Emperador no me parece mal, y demuestra la inconsistencia de esta premisa inicial, pero la ejecución de esta escena también es totalmente anticlimática. De hecho, que se resuelva como lo hace demuestra el poco o ningún respeto que Johnson tenía hacia este personaje creado por Abrams y sus guionistas, empezando por Lawrence Kasdan.
El Universo Expandido se fue y ya no volverá, pero es una pena Disney no haya sabido ofrecer a los fans, de momento, nuevas historias que estén a la altura de la trilogía de Thrawn o incluso los comics de Jason Aaron de Marvel.
Pero incluso si solo pensamos en Los Últimos Jedis desde un punto de vista cinematográfico y la comparamos con las anteriores películas de las saga, entiendo que estamos ante una película mejor planteada que ejecutada.
Comparto el trailer de la película, que reconozco que no había visto hasta ahora:
Los últimos Jedis es una película demasiado larga que intenta abrir nuevos caminos pero que se ve lastrada por una deficiente ejecución. Una película que ha supuesto una gran decepción, pero que entiendo que todos los fans de esta saga galáctica irán a ver. Ya solo nos queda esperar que finalmente Disney y Lucasfilm acierten en el Episodio IX, y consigan un buen final para esta tercera trilogía. Sin embargo, la elección de J.J. Abrams no invita precisamente al optimismo. Aunque esa, es otra historia…
Sicario, la nueva película de Denis Villeneuve es una feroz aproximación a la lucha contra los carteles de la droga mexicanos.
Protagonizada por Emily Blunt, Benicio del Toro y Josh Brolin, es un tour-de-force actoral ante una realidad que claramente supera a las personas normales que viven a ambos lados de la valla fronteriza.
Uno de los aciertos de la película es el presentarnos la historia a través de los ojos de la agente del FBI Kate Macer, interpretada con acierto por Emily Blunt. Aunque veterana en la sección antisecuestros del FBI, se verá desbordada al conocer la realidad de la brutalidad que se vive a diario al otro lado de la frontera. Violencia originada por los cárteles pero que en la actualidad de encuentra en una fase de guerra abierta entre ambos frentes.
Benicio del Toro es Alejandro, un enigmático consultor mexicano de oscuro pasado que colabora con el grupo antidroga y que acompañará a Kate, enseñándola la dura realidad de México. Pero ¿es Alejandro realmente uno de los buenos? Difícil de saber.
Josh Brolin interpreta al duro agente Matt Graver, jefe de la fuerza de élite que se enfrenta a los cárteles. Su opinión de acabar con los carteles de la forma que sea posible, legal o no, chocará de plano con la idealista visión de Kate.
Técnicamente, la película se sale. La dirección de Villeneuve es tensa y dramática, acentuada por una genial fotografía de Roger Deakins que nos sitúa perfectamente en terreno fronterizo entre la seguridad de lo conocido y la incertidumbre de lo que hay al otro lado de la valla. La música de Jóhann Jóhannsson es también sobresaliente y ayuda a conseguir una obra más redonda.
Quizá el guión de Taylor Sheridan flojee un poco en la parte final, optando por una resolución «cinematográfica», que se aleja del canon realista visto hasta entonces, a pesar que todas las acciones y decisiones de los protagonistas sí están convenientemente justificadas durante las más de 2 horas de tensa película.
Independientemente de la película como elemento de ficción, hay un mensaje subyacente general que no me acaba de gustar, y que es que la guerra contra la droga no se puede ganar de forma legal o que al fuego se le combate con más fuego.
Aunque se que es muy cómodo opinar esto desde la comodidad y la seguridad de mi casa en España, y los valores morales y éticos realmente de defienden y se demuestran en el terreno, donde hay policías y fuerzas del orden honestos que luchan y mueren a diario a ambos lados de la frontera luchando contra estos grupos criminales. Lo que tengo claro es que no es un tema sencillo ni un debate de blancos y negros, sino de matices de grises.
Añado el trailer para que sepais qué esperar de la película, aunque si yo fuera tú, evitaría verlo por los spoilers.
Sicario es una película dura que me ha gustado mucho y que hoy os quiero recomendar. ¡Saludos a todos!
Tras la larga sequía en el desierto cinematográfico que hemos sufrido este verano, por fín se estrena la nueva película de los Estudios Marvel:
GUARDIANES DE LA GALAXIA
La nueva película de Marvel, dirigida por el poco conocido James Gunn, promete que aportar un punto diferente a los típicos Blockbusters veraniegos, al trasladarnos al espacio para mostrarnos la vertiente galáctica del Universo que empezamos a descubrir en Los Vengadores, con la invasión Chitauri a la Tierra, siguiendo los designios de Thanos.
Pero si Los Vengadores nos mostraban super-heroes, lo mejor de lo mejor, estos Guardianes de la Galaxia no son más que un grupo de perdedores busca-broncas, que antes de salvar el Universo tendrán que intentar soportarse. Además, todos los protagonistas sufren traumas ocultos que tendrán que superar, si quieren ser héroes en lugar de villanos.
Como siempre, os paso los posters oficiales de los principales personajes de la película
Star Lord / Peter Quill (Chris Pratt)
El nexo humano, un astronauta perdido en el espacio, que se verá metido en un lío de proporciones cósmicas.
Gamora (Zoe Saldana)
Asesina a sueldo, busca redimirse de sus pasado sangriento.
Drax (Dave Batista)
Guerrero con sed de venganza, al ver morir a su familia.
Rocket ( voz Bradley Cooper)
¿Un mapache con malas pulgas y armado hasta las cejas? Must-see absoluto!!
Groot (voz Vin Diesel)
Ser planta, guardaespaldas de Rocket.
En los comics, Yondu (Michael Rooker) es uno de los Guardianes originales. ¿Qué papel va a jugar en esta película?
La ley en la galaxia la encarnan los Nova Corps liderados por la Nova Prime (Glenn Close)
Corpsman Dey (John C. Reilly)
Comandante de los Nova Corps en el planeta Xandar.
Y en la parte de los villanos
Ronan (Lee Pace)
Miembro de la raza Kree, mortal enemigo de los Xandarianos y su Nova Corps.
Nébula (Karen Gillan)
Korath (Djimon Hounsou)
Y ¿qué papel va a desempeñar el Coleccionista (Benicio del Toro)?
Los Asgardianos le entregaron al final de Thor: El Mundo Oscuro el Teseracto, una de las Joyas del Infinito, ante el temor de que otro ataque a Asgard provocara que 2 de las 5 joyas pudieran caer en malas manos. Pero él no es precisamente un ser benévolo.
Marvel Studios de momento acertó en todas sus películas (exceptuando Iron Man 2, éxito de taquilla pero no muy buena película), sabiendo dar a sus producciones el toque justo de acción, humor, drama y desarrollo de personajes. Espero que esta fórmula siga teniendo éxito ahora, con este grupo de personajes de comic prácticamente desconocidos para el gran público.
Antes de su estreno en los USA, que se produjo hace 2 semanas, existía una gran duda sobre el posible éxito o no en taquilla de la película, precisamente debido a que se trata de personajes poco conocidos, desde luego muy alejados de los Batman, Iron Man, Spider-Man, Lobezno, etc… Yo pensaba que el éxito estaba asegurado, dado que los espectadores ya confían en Marvel como en su día pasó con Pixar, como creadores de buenas películas. Además, desde Los Vengadores, Iron Man 3, Thor 2 y el Capitán América: Soldado de Invierno, nos han dejado un buen sabor de boca a la mayoría de espectadores.
Pues bien, en los USA ya ha recaudado más de 200 millones en solo 17 días. Éxito sin paliativos de recaudación, aunque para mí lo más importante es que la película sea buena, entretenida y emocionante. Es decir, que mis expectativas se vean superadas, y eso que las tengo muy altas!!!
Comparto con vosotros el último trailer oficial de la película, que me provoca unas ganas enormes de verla:
La semana que viene os comento que tal estuvo, ójala la disfrutemos!!
Saludos,
Repaso a mi Sci-fi favorito: comics, películas, TV y libros
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