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Crítica de Fuera de las sombras de Timo Tjahjanto (Netflix)

Llevaba unos meses huérfano de buen cine de acción / artes marciales, así que el anuncio en Netflix del estreno de la nueva película de Timo Tjahjanto (The night comes for us, Que el diablo te lleve) Fuera de las sombras (The shadow strays) la convirtió en visionado obligado. Y menuda salvajada.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Una joven asesina experta en el arte de matar se enfrenta a su mentora para salvar a un niño de una despiadada banda criminal… y destruirá a cualquiera que se cruce en su camino.

Timo Tjahjanto (indonesia, 1980) es un director, productor y guionista de cine indonesio conocido por películas de acción y terror como The night comes for us. Además de dirigir, producir y escribir la historia de sus propias películas, Tjahjanto también es conocido por ser la mitad de The Mo Brothers, junto con su amigo y colega cineasta Kimo Stamboel. El dúo recibió una nominación al Premio Citra al Mejor Director en 2016 por Headshot, mientras que el propio Tjahjanto ganó el Premio Maya al Mejor Director en 2019 por Que el diablo te lleve. La asociación de Tjahjanto con Netflix ya se larga durante bastantes años, dado que también estrenó allí la comedia de acción The Big 4.

Fuera de las sombras (The shadow strays) está escrita, producida y dirigida por Tjahjanto. La película se rodó en Indonesia y cuenta con una duración de 143 minutos, con fotografía de Batara Goempar, montaje de Dinda Amanda y música de Fajar Yuskemal.

En lo relativo al reparto tenemos a un grupo de jóvenes actores desconocidos para mi, entre los que encontramos a Aurora Ribero como 13 / Nomi, Hana Malasan como Umbra, Taskya Namya como Soriah, Agra Piliang como Haga, Andri Mashadi como Ariel, Chew Kin Wah como Handler, Naomi Hitanayri Christy como Geisha, Mawar Eva de Jongh como 14.

¡Qué salvajada ha sido The shadow strays (Fuera de las sombras)!! Timo Tjahjanto ha planteado una película alucinante con una protagonista femenina joven que me ha volado la cabeza. Y es que la protagonista Aurora Ribero apenas tiene 20 años y luce acojonantemente dura a lo largo de la película. Otro detalle fascinante es que vi un video promocional de la película de Netflix con un making-of, y si no lo entendí mal, Timo Tjahjanto comenta que tanto ella como la otra protagonista, la actriz Hana Malasan que interpreta a Umbra, la instructora de la agente nº 13, NO sabían artes marciales al comienzo de la producción, aunque llevaron a cabo un duro entrenamiento de 3 meses que las convirtió en unas máquinas de matar (cinematográficamente hablando). El casting de estas dos actrices me parece espectacular.

La película tiene un argumento sencillo que sin embargo consiguió sorprendente con el giro del último acto. Número 13 es una implacable asesina de la organización Sombra. Tras fallar en una misión en Japón al mostrar un momento de debilidad, es trasladada a Jakarta para que se recupere de sus heridas y mientras los Sombra deciden qué hacer con ella. En su casa (o al menos, en la ubicación en la que Sombra la ha ordenado que se quede), conocerá a un niño que cuida de su madre drogadicta. 13 se hace su amiga tras morir su madre, y empezará un camino regado de sangre al desaparecer el niño e intentar encontrarle antes que sea también asesinado. Su arco no puede ser más sencillo, y la gente con la que se encuentra (y masacra) no pueden entender cómo se implica de esa manera con un niño al que en realidad acaba de conocer y se supone que no debería significar nada para ella. Esto en realidad es un elemento muy chulo de la historia, dado que en realidad ella tampoco lo entiende, simplemente actúa.

En realidad el argumento me daba igual mientras asegurara un buen baño de sangre. Y ¡oh, boy!! Hubo sangre hasta decir basta, ¡qué barbaridad! En lo referido a las escenas de acción, el cine asiático tiene un salvajismo y una visceralidad que el cine americano no puede ni soñar. En Fuera de las sombras me he encontrado algunos movimientos de cámara super locos que me han flipado. Además, en la película veremos un juguete salvaje que es una barbaridad: una granada de mano que incorpora CLAVOS como metralla. Un elemento que planea un nivel de matanza brutal.

Cuando vi que la película duraba 140 minutos me sorprendí bastante, al no tener claro si no sería demasiada duración y al final la película pudiera repetirse a si misma. Nada más lejos de la realidad. La película ofrece unos sets de acción que plantean cosas diferentes entre si, construyendo una espectacularidad que va en aumento. La película empieza con una primer set de acción ambientado en Japón que marca el tono brutal de la película. Luego tenemos la escena en la discoteca, en la casa del pringado que usa para infiltrarse en la discoteca de los criminales y el que se supone que es el climax con el combate cruzado entre las dos bandas rivales con armas automáticas y lanzagranadas.

Mientras veía la película estaba pensando que estando todo muy bien, en realidad no habían demasiadas escenas de acción. Eso hizo que no estuviera preparado para el giro sorprendente que provoca el verdadero climax de la película, que nos lanza a un combate super sangriento y super brutal que igual no llega al nivel de The Raid, pero casi puede mirarle de tu a tu. Recuerdo que a partir de SAW se inauguró un término para un subgénero dentro del terror, el «torture-porn«. Lo que acabo de ver en Fuera de las sombras no se si se le debería llamar «violence-porn«, porque desde luego lo merecería.

La sinfonía que salvajismo de los últimos 20 minutos de película me han volado la cabeza. Y me flipa que todo lo que veamos en ese climax lo realizan actrices. En ese sentido, Tjahjanto comenta que hay gente que piensa que las mujeres NO son buenas ni «realistas» para el cine de artes marciales, algo que el director se empeñó en rebatir en esta película. Como pasa en todo, la clave no son los prejuicios que tienen que sobrepasar las actrices, sino tener (o no) creativos que sepan mostrarlas de forma brutal. En ese sentido Tjahjanto y sus coreógrafos han realizado un trabajo magistral. Tras ver esta película, nadie volverá a pensar jamás que una mujer no pueda dar caña en una película. Lo que acabo de ver me ha parecido muy bestia.

Hablaba del salvajismo y la visceralidad del cine de artes marciales asiático, que está a años luz de cualquier cosa que pueda plantearse en el mainstream americano o europeo. Pero en Fuera de las sombras además me he encontrado con varios momentos que me resultaron super crueles y provocaron que todo fuera aún más impactante. El gore que vemos seguro desagradará a muchos espectadores, pero en mi caso ayudó a que el disfrute fuera aún más satisfactorio.

Por comentar algún elemento que me gustó menos, creo que Tjahjanto usa demasiado el plano cenital por encima de las cabezas de los luchadores. Un recurso que mola verlo puntualmente, pero cuando se excede provoca que la coreografía no se vea tan guay como con los planos con la cámara al nivel de los actores. Por supuesto, esto no es un gran problema, en realidad es sólo el elemento menos bueno de unas coreografías de acción increíbles. En positivo, no lo había comentado antes, pero el diseño de las armaduras de las Sombras me parece una pasada, como también todo el diseño de producción y los efectos especiales prácticos y de CGI que utilizan para plantear la ultraviolencia de la película.

Fuera de las sombras plantea una historia con principio y final super over-the-top y super satisfactorio. Dicho esto, la forma en que plantea la posibilidad de una continuación de la historia me parece espectacular. En especial, con el sorprendente cameo final. Pensar que podamos tener a ESE ACTOR DE THE RAID compartiendo escenas de acción con la agente nº 13 es otro elemento que me vuela la cabeza. Ojalá Fuera de las sombras sea un gran éxito de audiencia en Netflix, porque necesito que haya una continuación.

Fuera de las sombras es cine de acción asiático en toda su salvaje gloria que ningún fan de las artes marciales debería perderse. Si queremos que Netflix produzca más películas de esta temática, las que se estrenen tienen que ser exitosas.

Comparto el trailer de la película:

Fuera de las sombras ha sido una salvajada. Y me alegro que Netflix la haya estrenado. Espero que sea un gran éxito de audiencia que provoque que tengamos una continuación.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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Crítica de Warrior temporada 3 (HBO Max)

Tenía unas ganas locas de ver la tercera temporada de Warrior en HBO Max, y el visionado de esta historia de artes marciales en el San Francisco de finales del siglo XIX no ha decepcionado.

PUNTUACIÓN: 8/10

Ambientada durante las Guerras Tong en el San Francisco de finales de 1870, la serie sigue a Ah Sahm, un prodigio de las artes marciales que emigra de China en busca de su hermana, sólo para ser vendido a uno de los tongs más poderosos de Chinatown. Tras los disturbios raciales que sacudieron Chinatown en la segunda temporada, Mai Ling utiliza sus contactos en el gobierno para consolidar su poder, mientras Ah Sahm y los Hop Wei deben encontrar nuevas formas de sobrevivir.

Jonathan Trooper, creador de la mítica Banshee es el creador y showrunner de esta serie inspirada en un concepto creado por Bruce Lee. Justin Lin, director de películas como Fast & Furious y Star Trek – Más allá, y Shannon Lee, hija del gran Bruce Lee, son productores ejecutivos de esta serie. Esta tercera temporada emitida recientemente ha contado con 10 episodios dirigidos por Dustin Nguyen (2 episodios), Dinh Thai (2), Dennie Gordon (2), Loni Peristere (2), Brett Chan y Nima Nourizadeh. Trooper escribe los guiones del primer y el último episodio de esta temporada, teniendo como guionistas del resto de episodios a Brad Kane, Evan Endicott & Josh Stoddard, Francisca X. Hu, Lillian Yu, Glenise Mullins, Danielle DiPaolo y al actor Hoon Lee, que escribe el octavo episodio.

Andrew Koji es Ah Sahm, el gran protagonista de la serie. Mitad chino mitad americano, es un experto en artes marciales y viaja a San Francisco para encontrar a su hermana desaparecida y termina formando parte de los Hop Wei. Dianne Doan es Mai Ling, la hermana de Ah Sahm que se ha convertido en líder de los Long Zii enemigos de los Hop Wei, hasta el punto de intentar matar a su hermano en la primera temporada. Olivia Cheng es Ah Toy, una Madame bisexual a cargo del burdel de Hop Wei. Jason Tobin es Young Jun, hijo del padre Jun, jefe de los Hop Wei y el mejor amigo de Ah Sahm.

Kieran Bew es el oficial de policía Bill O’Hara, un irlandés ascendido para liderar el escuadrón de Chinatown. Como “buen” irlandés, es racista con los chinos y sus problemas con el alcohol y el juego le han puesto en manos del tong. Dean Jagger es Dylan Leary, un veterano de la Guerra Civil estadounidense, líder sindical y señor del crimen de la mafia irlandesa. Odia a los chinos, a quienes culpa de quitarle los trabajos destinados a los irlandeses, y utilizará cualquier medio para asegurarse de que se cumplan sus objetivos. Tom Weston-Jones es Richard Lee, un nuevo oficial de policía de Savannah, Georgia. A pesar de ser del sur, Lee cree que todas las razas deben recibir el mismo trato. Langley Kirkwood es Walter Franklin Buckley, candidato a alcalde de San Francisco y un político corrupto hasta la médula. El antagonista de esta tercera temporada será Adam Rayner como Douglas Strickland, barón del ferrocarril que recibe un contrato del gobierno estadounidense para construirlo a costa de lo que sea.

Hoon Lee es Wang Chao, un traficante de armas del Mercado Negro que trabaja con Hop Wei y Long Zii, junto con la Policía de San Francisco. Gracias a sus conexiones, es libre de viajar a todo el territorio de Tongs e incluso sirve como intermediario entre ellos. Joe Taslim interpreta a Li Yong, un experto artista marcial de los Long Zii. Es el principal rival de Ah Sahm y el amante de Mai Ling. Mark Dacascos es Kong Pak, antiguo líder de los Jiang Yao que se han rendido ante los Long Zii, y viejo amigo de Li Yong. Por último, Chelsea Muirhead interpreta a Yan Mi, hija del propietario de una imprenta, que intenta saldar la deuda de su padre con los Hop Wei ayudando a Ah Sahm.

Hacía casi tres años desde que vi la segunda temporada de Warrior. En ese tiempo Cinemax anunció que no produciría nuevos contenidos, con lo que la cancelación era inevitable. SIn embargo, Warner Bros tomó nota del interés del público y decidió producir esta tercera temporada recién estrenada. Debido a la huelga de guionistas y otros condicionantes, en el momento en que escribo estas líneas no se sabe si la serie se ha cancelado, cosa que sería una pena teniendo en cuenta el final abierto con el que ha finalizado. Esperemos que la huelga se solucione en pocas semanas y Warner a través de HBO Max retome la producción de nuevos contenidos originales entre los que se encuentre esta serie.

Entrando en materia, disfruto muchísimo con Warrior, como antes lo hice con Banshee. Jonathan Trooper ha creado la serie perfecta que combina la acción, sobre todo artes marciales pero no sólo, el entretenimiento adulto y un toque de crítica social por el racismo sobre el que se construyeron los Estados Unidos, personalizado en el trato de los protestantes a los ciudadanos chinos. Warrior nos trae unas escenas de acción alucinantes, con unas coreografías maravillosas que sacan el máximo partido a los protagonistas. Andrew Koji está increíble como siempre como un héroe atribulado que no sabe como ayudar a los chinos sin causar más problemas de los que ya hay. Verle coger los nunchakus en el climax del último episodio me vuela la cabeza, y sus coreografía son una maravilla.

Al lujo que es tener a Joe Taslim en la serie se une el fichaje de Mark Dacascos, que se convierte en un secundario de lujo con unas escenas geniales con Taslim. Pero no son sólo ellos, porque todos los personajes tienen su momento para lucirse, también los irlandeses Bill O’Hara y Dylan Leary en combates de boxeo, y Ah Toy con una pelea con espada super guapa. Si tengo que ponerle un pero a unos combates excelentes es que la serie asegura al menos un combate por episodio, pero sobre todo en la parte central de la temporada se me quedaron un poco cortos. Dicho esto, como digo los combates han sido muy muy variados a lo largo de la temporada, destacando por ejemplo la larga escena de acción de Ah Sahm, Young Jun y padre Jun contra unos esclavistas alemanes.

Aparte de las artes marciales, la temporada incorpora un elemento muy interesante al conseguir los Long Zii unas planchas para poder imprimir dinero falso, lo que puede afectar al equilibrio de poder en Chinatown. Toda esta parte me ha gustado, como la llegada del agente del Servicio Secreto del gobierno de los EE.UU. que busca detener a los falsificadores. Además, el paraíso para las mujeres chinas que supone el viñedo de Nellie se dará un terrible baño de realidad cuando el magnate del ferrocarril quiera hacerse con esas tierras para ganar aún más con la construcción del tren. También la ambigüedad de Chao siempre en medio de todos los tongs sin pertenecer a ningún grupo, a lo que hay que sumar el acoso policial, me parece de lo más interesante de la temporada.

Sin embargo, también tengo que reconocer que otras subtramas como la de las elecciones a alcalde de San Francisco o los problemas de Dylan Leary mientras descubre los entresijos de la política municipal en su nuevo cargo como concejal del ayuntamiento, me han resultado bastante más chorras. No diré que son minutos de la basura dado que una serie coral de este tipo exige minutos para todos los protagonistas, pero sin duda si han tenido mucho menos interés una vez terminé de ver la serie y puedo valorar el conjunto.

Sobre todo en la primera temporada de Warrior, Jonathan Trooper siguió la estela de Banshee, aunque bastante suavizada, y adornaba los episodios además de con artes marciales con escenas de cama con muchas chicas ligeras de ropa. En estos momentos post- #MeToo esto se ha suavizado hasta casi desaparecer en esta tercera temporada, siendo curiosamente reemplazadas por dos relaciones homosexuales, lo que significa que la serie claramente busca ampliar el target de la serie y que se la considere más inclusiva y variada, y menos sexista. Esto no es que me parezca mal, pero si me parece relevante el comentarlo.

Globalmente el nivel de entretenimiento que me ha dado Warrior ha sido máximo. Aparte de la propia acción el guion me gusta al amplificar el drama de personajes como Ah Sahm y Young Jun, y como a pesar de ser amigos y estar dispuestos a dar la vida por el otro, el destino les va a situar en situaciones opuestas y en rumbo de colisión.

Destacaría también el estupendo diseño de producción que convierte esta serie en una máquina del tiempo que nos traslada a finales del siglo XIX. No conozco el presupuesto de Warrior, pero la sensación es que han tenido todo lo que han necesitado para hacer que la serie luzca siempre increíble.

De momento no sabemos si Warrior está cancelada o renovada, pero como HBO Max la cancele me voy a llevar un chasco muy importante. Sobre todo si pensamos en que ha terminado con unos cliffhangers monumentales para todos los protagonistas, al dejar abiertas la mayoría de principales tramas de la serie. Espero que no nos vayan a dejar así, pero incluso si la cancelaran hay que aplaudir que se hayan hecho 3 temporadas de una serie de artes marciales histórica como es Warrior, que no deja de ser un género super de nicho dentro del entretenimiento mainstream.

Comparto el trailer de esta temporada:

Warrior es una serie alucinante, imprescindible para los fans de las artes marciales entre los que me incluyo. Por favoc HBO Max, dame una alegría y produce la cuarta temporada.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Cobra Kai temporada 4 (Netflix)

Lamentablemente, Cobra Kai mostró síntomas claros de agotamiento en la cuarta temporada recién estrenada en Netflix. Dentro que sigue siendo muy disfrutable con muchos momentazos, empieza a ser necesario que empiecen a pensar en el final de la historia.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Cobra Kai está ambientada 34 años después de la película original de Karate Kid, reexaminando la narrativa desde el punto de vista de Johnny Lawrence (William Zabka), y su decisión de reabrir el dojo de karate Cobra Kai que lleva a reavivar su antigua rivalidad con Daniel LaRusso (Ralph Macchio)

Tras el final de la tercera temporada, Johnny Lawrence y Daniel LaRusso combinan sus dojos para derrotar al Senei Kreese en el inminente Torneo de Karate de Hill Valley. ¡El Ganador se lo queda todo! Por desgracia para ellos, Kreese también se guarda un as en la manga…

La serie, creada por Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg, basándose en los personajes de las películas clásicas de Karate Kid de los años 80 creados por Robert Mark Kamen, fue producida por Youtube Red, el fracasado canal con contenidos propios de pago que intentó lanzar Youtube entre 2018 y 2019. La espectacular primera temporada fue estrenada en mayo de 2018 mientras que la segunda lo hizo en abril de 2019. Tras la compra de la serie por parte de Netflix, estrenó su exitosa tercera temporada justo hace un año. Esta cuarta temporada ha contado con 10 episodios de entre 28 y 45 minutos cada uno.

Las estrellas de Karate Kid Ralph Macchio y William Zabka repiten sus papeles como Daniel LaRusso y Johnny Lawrence. Cobra Kai también está protagonizada por Courtney Henggeler, Xolo Maridueña, Tanner Buchanan, Mary Mouser, Jacob Bertrand, Gianni DeCenzo, Martin Kove, Peyton List, Vanessa Rubio. La sorpresa de esta cuarta temporada es el retorno de Thomas Ian Griffith como Terry Silver, el villano de Karate Kid 3.

Empezando por las cosas positivas, Cobra Kai son Johnny Lawrence y Daniel LaRusso, y es genial ver en esta temporada cómo tienen que intentar trabajar juntos si quieren derrotar de Kreese. Su química permanece igual que la recordaba y nos ofrece momentos estupendos con sus personalidades opuestas. Además de mucho ochenterismo en la música y otros detalles, la serie sigue aprovechando elementos de las películas clásicas para añadir matices interesantes a los personajes que también están muy, muy bien.

También me gusta mucho todo lo que tiene que ver con los chavales, y cómo TODOS, sin importar el dojo en el que entrenan, cometen errores y meten la pata, haciendo cosas buenas y malas a lo largo de los episodios. Hay una parte de esta temporada que trata de que los chavales tienen que descubrir su propio karate y que no hay que estar anclado en una única versión de la vida cuando con la combinación y la comprensión de los diferentes es cuando llega el verdadero conocimiento. En este sentido, que los chavales se den cuenta que los senseis sólo buscan su propio interés y les utilizan como peones en su lucha contra Kreese (y al revés) es otro detalle chulo que nos ha incorporado esta temporada que añade un matiz extra a unos personajes que me gustan mucho.

El añadido de Terry Silver crea una dinámica muy interesante para la serie, al provocar que Daniel se sienta descolocado al recordar su peor versión en Karate Kid 3, haciendo que cometa aún más errores y Kreesse recupere la confianza en la victoria. La parte de reconocer que lo que hizo Silver en Karate Kid 3, acosar un adulto rico a un chaval adolescente, era algo muy loco es un elemento muy meta que resalta algo que los fans sabemos pero a veces no queremos admitir: que muchas obras míticas de nuestra infancia igual no han envejecido demasiado bien. O no eran tan buenas para empezar.

Esta cuarta temporada incorpora una trama nueva en relación al segundo hijo de Daniel, Anthony (que está super crecido), y que hace bullying a un chaval recién llegado al instituto. Esta trama, aunque secundaria, me parece muy interesante en la parte que los padres muchas veces no nos enteramos de lo que realmente hacen nuestros hijos y que el hecho que alguien sea un héroe no garantiza que sus hijos lo vayan a ser también.

Sin embargo, la serie tiene varios problemas importantes a lo largo de estos 10 episodios. Empezando por la sensación de alargar la trama más de la cuenta con escenas de diálogos redundantes sin fin en lugar de mostrar karate, que es una parte importante de porqué vemos la serie. Mientras veía Cobra Kai me acordaba de Shawn Ryan y cómo en los comentarios de su histórica serie The SHIELD comentaba que cuando empezaban una temporada analizaban el climax final de cada temporada, y veían como conseguir llegar antes a él, mostrándolo a mitad de temporada y teniendo que buscar otro momentazo para el final, de forma que sabías que no se guardaban nada en ningún momento. Esto no pasa en Cobra Kai, más bien al contrario.

Como todo está condicionado al Campeonato de All Valley que sirve de final de temporada, esto provoca que no haya escenas de acción reseñables en toda la temporada. De hecho, cuando llegan son durante el torneo, por lo que son siempre combates uno contra uno, quedando por tanto muy lejos los momentazos de las temporadas dos y tres con los históricos combates multitudinarios en el instituto y en casa de Daniel, unas escenas con coreografías dignas de alabanza que mostraban que los productores buscaban rodar buenas escenas de acción que nos dieran algo diferente. Sin embargo, todo en la cuarta temporada transmite pobreza y cutrez (en lo relativo a las escenas de acción, ojo). Y tengo claro que los adultos son cada vez más mayores, pero esperaba mucho más de los combates de los chavales, y en especial el de Samantha y Tory es muy flojito.

Y como decía antes, la evolución de los chavales y cómo ven que deben ser ellos mismos frente a unos adultos demasiado inmovilistas y anclados en el pasado que les quieren usar como peones en sus luchas está bien. Pero lo cierto es que los entrenamientos sobre todo del lado de Johnny son un tanto ridículos. Y hablando de Johnny, ya en la tercera temporada comenté que utilizarle de alivio cómico a costa de estar anclado en los 80 había dejado de tener gracia, pero lo que hacen los guionistas con él en varios episodios, como cuando empieza a buscar una karateca chica al dividirse la competición en masculina y femenina, empieza a ser ya bochornoso. Esa parte tampoco me ha gustado nada.

Vi esta cuarta temporada en modo maratón en apenas dos días, y diría que esto también provocó que le viera las costuras narrativas, al ser varios episodios 100% diálogos entre los personajes que se mueven por territorios repetitivos. Creo que esta sensación no hubiera sido tan mala si hubiera visto la serie en modo semanal o como hice con The Witcher, un episodio al día. En este caso, diría que el sistema Netflix ha jugado en contra de la serie.

En general Cobra Kai sigue siendo muy entretenida y me siguen interesando los personajes. Pero empieza a mostrar signos clarísimos de agotamiento de la fórmula y me gustaría que la quinta temporada sea la última, porque si no corren el riesgo de perderme como espectador. Confío que sepan darle un final digno a la historia, pero como se les ocurra alargarlo aún más la van a fastidiar. Veremos a ver qué pasará.

Comparto el trailer de la temporada 4:

Con lo mucho que me habían gustado las tres primeras temporadas de Cobra Kai, no sabéis lo mal que me sabe que esta cuarta haya resultado en parte decepcionante. En fin, espero que sepan cerrar la historia en la quinta temporada.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Matrix Reloaded (Hermanas Wachowski, 2003)

Tras el disfrute de The Matrix, hoy toca comentar mis impresiones de mi revisionado de Matrix Reloaded, la primera parte de dos películas que junto a Matrix Revolutions (2003) contaron el final de la guerra de los humanos contra las máquinas.

PUNTUACIÓN: 8/10

Neo, Morpheus, Trinity y el resto de la tripulación continúan en la lucha contra las máquinas que han esclavizado a la raza humana. Ahora más humanos han sido despertados e intentan vivir en el mundo real. A medida que aumentan en número, la batalla se acerca a Sión, la última ciudad real en el mundo y centro de la resistencia humana. Y tiene poco tiempo, muy poco tiempo… (FILMAFFINITY)

Matrix fue una película revolucionaria que cambió la forma en que Hollywood planteó sus películas de acción al comienzo del siglo XXI. Aparte que su final abierto obviamente dejaba la puerta abierta para nuevas películas, estaba claro que Warner Bros. iba a exigir una continuación debido a el arrollador éxito comercial y la relevancia cultural que consiguió la película. Y para la continuación, las Wachowski plantearon un ambicioso plan multimedia que complementaría a las dos películas rodadas simultáneamente, Reloaded y Revolutions (estrenadas en mayo y noviembre de 2003). Esto imitaba lo que Peter Jackson hizo con El Señor de los Anillos, también producida por Warner a través de New Line, que en las navidades de 2003 estrenó la histórica El Retorno del Rey.

De este modo, simultáneamente al estreno de Reloaded se estrenó también Enter the Matrix, un videojuego con un argumento escrito por las Wachowski en el que tenían lugar hechos que luego fueron mencionados en la película. Además, fruto del amor de las hermanas por el anime japonés, escribieron y produjeron Animatrix, una antología de nueve cortometrajes de animación que amplían la historia de Matrix, incluyendo la guerra original entre la humanidad y las máquinas que llevó a la creación de este realidad virtual, además de otras historias paralelas que expanden el universo principal. Esto que en los últimos años hemos visto en otras franquicias y resulta más habitual fue otro elemento revolucionario que hasta ese momento parecía que sólo estaba al alcance de Star Wars, que con el estreno de su segunda trilogía entre 1999-2005 además de multitud de libros y muñecos creó la primera serie de animación de Clone Wars de Genndy Tartakovsky.

Las hermanas Lana y Lilly Wachowski volvieron a escribir el guión además de dirigir, y se juntaron con el mismo equipo humano de la primera película, con el director de fotografía Bill Pope, el montaje de Zack Staenberg y la música de Don Davis, que tuvo a su vez la colaboración de Juno Reactor. Frente al control presupuestario de la primera Matrix, que costó tan sólo 65 millones, Warner y sus productoras tiraron la casa por la ventana para el rodaje simultáneo de Matrix Reloaded y Revolutions.

Aunque el grueso del rodaje tuvo lugar entre marzo de 2001 y agosto de 2002 en los estudios de Fox en Australia, la producción construyó una autopista de 1,5 km de longitud en la base aérea de Alameda, California, para poder rodar con total libertad la famosa escena de la autopista, además de la creación de nuevos desarrollos tecnológicos para poder rodar las espectaculares escenas de acción de la película. Y la jugada les salió bien, porque Reloaded recaudó casi 750 millones en todo el mundo a partir de un presupuesto de 150, lo que la convirtió en la película R más taquillera de la historia en ese momento, un record que conservó 13 años hasta el estreno en 2016 de Deadpool.

A los protagonistas de Matrix Keanu Reeves (Neo), Carrie-Ann Moss (Trinity), Laurence Fishburne (Morfeo) y Hugo Weaving (Agente Smith) se les unen un amplio reparto de actores que dieron forma al complejo mundo de Matrix y la sociedad humana de Sión. En el mundo real encontramos a Jada Pinkett Smith (Niobe) y Anthony Wong (Ghost), protagonistas del juego Enter the Matrix que en las películas tuvieron una importancia menor, Harold Perrineau (Link) el nuevo piloto y operador de la la nave Nabucodonosor de Morfeo, Anthony Zerbe (Consejero Hamann, uno de los ancianos que dirige el consejo de Zion), Harry Lennix (Comandante Lock, el jefe de la defensa militar de Zion) y Nona Gaye (Zee, esposa de Link y hermana de Dozer y Tank, los tripulantes de la Nabucodonosor en la primera Matrix). A modo de curiosidad, el director Leigh Whannell (Upgrade y El hombre Invisible) tuvo un pequeño papel en la dos películas.

Dentro de Matrix, Gloria Foster vuelve a interpretar al Oráculo, con Collin Chou (Seraph, su guardaespaldas y protector), Helmut Bakaitis (el Arquitecto, la I.A. Creadora de Matrix) y Randall Duk Kim (Keymaker). La novedad llega con el descubrimiento que dentro de Matrix existen programas piratas que buscan su propio interés, como son Lambert Wilson (Merovingio) y la siempre bella Monica Bellucci (Perséfone), y los hermanos y expertos en artes marciales Neil and Adrian Rayment (los gemelos).

Ya empezando a valorar Matrix Reloaded, nunca el clásico “faster, bigger, more spectacular” que se suele aplicar a las secuelas cinematográficas fue tan claramente visible en un blockbuster palomitero como lo es en esta segunda parte de Matrix. Y la verdad es que es alucinante la forma en que tan sólo 4 años después, todo luce increíblemente mejor en lo referido a las escenas de acción y artes marciales. Las coreografías que creó Yuen Woo-ping sacaron el máximo partido del poderío presupuestario que tuvieron para el rodaje de Reloaded, y frente a la cámara fija en la mayoría de los planos “normales” de artes marciales de Matrix, que como máximo planteaban algún travelling lateral, en Reloaded la cámara se mueve y casi interactúa con los guerreros, como en la escena en el castillo de Merovingio en la que la cámara sigue a los personajes mientras saltan. Visualmente se nota el upgrade en prácticamente todas las escenas de acción gracias a las mejoras tecnológicas que los propios Wachowski provocaron.

Ejemplo de esto es la «Burly Brawl», la ya mítica pelea melé de Neo contra decenas de agentes Smith. Tras la revolución que supuso el bullet-time en 1999, que fue copiada hasta la saciedad, esta tecnología se quedó casi obsoleta para las necesidades de las Wachowski, que provocaron un avance en los procesos de digitalización de la imagen y los personajes mediante la técnica de «Universal Capture”, un proceso que toma muestras y almacena los detalles y expresiones faciales en alta resolución. Con esta gran cantidad de datos recopilados y los algoritmos adecuados, finalmente pudieron crear una escena virtual en la que los personajes, las ubicaciones y los combates pueden ser creados digitalmente a través de cámaras virtuales, eliminando las restricciones de las cámaras reales. Esto fue precursor de los motores de la mayoría de juegos actuales que a su vez ayudó a la creación de The Dome para The Mandalorian.

Además de las escenas de artes marciales, a veces da la sensación que todo en Reloaded nace del intento de mostrar más de lo mismo respecto a la primera película, pero mejor. Si había una escena en una discoteca en Matrix, en Reloaded tenemos la casi-orgía en Sión y una fiesta de Merovingio adornada con detalles sadomasoquistas. Si Trinity tuvo un bullet-time, en Reloaded tiene otro contra un enemigo que anda por el techo. Los combates de Neo ya no están constreñidos por la física o la gravedad en Reloaded, realizando saltos increíbles aprovechando completamente el espacio a su alrededor, sumando a la melé contra Smith un combate posterior contra los hombres de Merovingio en el que se utilizan armas como espadas, sais, etc…

Y luego está la monumental escena en la autopista, planteada para dejar en ridículo cualquier otra persecución que hubiéramos visto en una película anterior. El rodar en una carretera creada a propósito para la película permitió a las Wachowski dar rienda suelta a sus ideas más locas, que con la ventaja de las cámaras y añadidos digitales de vehículos alrededor de Trinity, Morfeo y el Keymaker crean una escena increíble que sigue luciendo alucinante caso 20 años después de verla la primera vez.

Además de Matrix, la parte de Sión es un interesante añadido, al descubrir no sólo a las diferentes tripulaciones, sino como hay intereses opuestos entre Morfeo y Lock, que no cree las profecías o que Neo sea el salvador de la humanidad. Esta parte añade una capa de complejidad y una carrera contra el reloj ante la inminente llegada de las máquinas a Sión, que son la verdadera amenaza para la supervivencia de la raza humana.

Volviendo a Matrix, el Oráculo transmite ideas interesantes sobre el destino, y la revelación que ella no está para decirle a Neo qué tiene que hacer, sino para hacerle entender que esa decisión ya la tomó y que ahora tiene que entender las consecuencias de dichos actos. Las Wachowski en esta película parecen inclinarse por el futuro marcado antes que por el libre albedrío, lo que encaja con las figuras religiosas mesiánicas en las que se inspiraron para crear a Neo, un Jesucristo que salvará la humanidad a ostias, si es necesario.

La revelación al final de la película que Neo no es el único salvador de Sión, sino que es el sexto de un sistema creado por las máquinas, en concreto por el Oráculo, para salvar el error sistémico del sistema que había provocado los fallos catastróficos en el pasado, es un giro bestial que en su momento me voló la cabeza y que aún ahora sigue funcionando de maravilla.

Matrix Reloaded realmente me gustó y me sigue pareciendo una buenísima película. Pero por lo expuesto hasta ahora uno pensaría que me parece perfecta, y nada más lejos de la realidad. En primer lugar, hay un problema fundamental en Reloaded que es la falta de sensación de amenaza, algo que resultaba clave en la primera Matrix cada vez que aparecía un agente. Las coreografías de artes marciales son muchísimo más complejas y el apartado visual para llevarlas a la pantalla sin duda mejoran a Matrix, pero como nada de lo que pasa puede dañar a Neo (tras 3 combates in-crescendo lo máximo que ha sufrido Neo es un pequeño corte en una mano), al final no hay tensión ante nada de lo que vemos, quedando más claro de lo que debería la cualidad de baile escenificado de las coreografías. Cosa que es lo que son, pero que NO debería notarse. Incluso la pelea de Morfeo encima del camión sufre de esto y en ningún momento te crees que se encuentra en peligro mortal a pesar de tener que pelear y evitar caerse del camión al mismo tiempo. En este caso, siendo más complejas, las escenas no acaban de ser mejores desde un punto de vista narrativo o cinematográfico.

Unido a esto, parece que la película está planteada a partir de los sets de acción rellenando los intermedios con una cháchara expositiva que acaba resultando cargante y anti-entretenido. Hay elementos de la trama que realmente me muestran que las Wachowski tenían ideas interesantes que son poco habituales en blockbusters palomiteros. Sin embargo, su forma de mostrarlas en pantalla, como por ejemplo la conversación de Neo con el Consejero Hamann en la sala de máquinas de Sión, es un buen ejemplo de escenas expositivas sin fin que acaban provocando que Reloaded tenga un ritmo terrible. En esta apreciación pesa también el darme cuenta que Neo termina tres de los últimos sets de acción, la melé, el salvamento de Morfeo en la autopista y de Trinity en el edificio volando, frente al agente / virus Smith marchándose y dejando la pelea inconclusa y las otras dos llegando al rescate, lo que de nuevo resta toda sensación de amenaza a esos momentos.

A todo esto, la melé ha envejecido fatal, y si ya en su momento se notaba que era una escena digital que no rodaron los actores, sobre todo la parte final con Neo contra decenas de Smiths, vista con ojos de 2021 notas la triste realidad que hay juegos que tienen una mayor definición de imagen y resultan más creíbles de lo que parece la escena. Visualmente me sigue gustando y entiendo y aprecio el desarrollo tecnológico que ayudó a provocar que llevamos disfrutando los últimos años, pero igual que digo una cosa, tengo que reconocer lo otro.

Hay otro elemento menos importante y está en relación con la coordinación de las películas, sobre todo Reloaded, con el juego Enter the Matrix y los cortos de Animatrix, y es que aunque la historia principal se entiende sin problemas, notas durante la película, porque además los diálogos te lo dejan entrever, que te estás perdiendo cosas que no se mostraban, cosa que no me acaba de molar, la verdad. Hablo en concreto en lo relativo a las diferentes misiones de Niobe que veías como aparecía habiéndolas cumplido, por ejemplo la recepción del mensaje para Neo al principio o la destrucción de la central nuclear en el climax, pero que te dejaban con ganas de más. O la figura del Chico en Sión al que Neo parece que salvó y despertó de Matrix en una aventura previa sobre la que no sabemos nada.

Y está claro que esto también lo hizo El Imperio Contraataca y El retorno del Jedi, mencionando aventuras que no llegamos a conocer nunca (algunas sí, gracias a los comics o novelas), pero en este caso no me acabó de dejar buen feeling, dentro que como digo no me generan realmente un problema y todo se entiende perfectamente. Y obviamente acepto que esto era algo buscado para que los consumidores compráramos el juego (y lo jugáramos), o viéramos posteriormente los cortometrajes, pero como la sensación la tuve, pues la comparto. En ese sentido, a baja escala pero Reloaded / Revolutions nos regaló con un “Caballeros de Ren” a baja escala con Seraph , un personaje que parece el puto amo que va a tener una gran importancia en la trama que no llega a tener nunca.

Y luego está el hecho que la película no acaba, algo que en su día quedó amortiguado con el estreno de Revolutions tan sólo 6 meses después de Reloaded (Mayo – Noviembre 2003), un planning mucho mejor que el año de diferencia entre las películas de El Señor de los Anillos, o los ¿dos años? que van a pasar para poder ver el final de Dune de Villeneuve. El planteamiento de las Wachowski de hacer una historia contada en dos películas está bien, y visto ahora en casa con un día de diferencia entre películas hace que cualquier problema al respecto desaparezca. Sin embargo, vista Reloaded como una película independiente, que el climax de reloaded sea un diálogo expositivo infumable del Arquitecto mientras le explica a Neo su papel en la programación de Matrix, se mire como se mire es un bajón.

En todo caso, esta segunda parte de la reseña es quizá muy negativa y la verdad es que la película me sigue gustando y he disfrutado un montón viendo la película con mi hijo pequeño. Y además, sale Monica Bellucci tan sensual y guapa como siempre, con lo cual mal no puede estar esta Matrix Reloaded, ¿no?

Comparto el trailer de la película:

Matrix Reloaded es una buen continuación de una película mítica. Y aunque no alcanza el nivel de su predecesora, 18 años después sigue siendo un estupendo entretenimiento para todos los fans del cine de ciencia ficción y acción.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos de Destin Daniel Cretton (Marvel Studios)

La vigésimo quinta película de Marvel Studios, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos, está dirigida por Destin Daniel Cretton y es un estupendo entretenimiento que combina con acierto el cine de artes marciales con el espectáculo visual marca de la casa Marvel, que sirve de lanzamiento del estupendo Simu Liu como protagonista.

PUNTUACIÓN: 8/10

Shang-Chi, maestro del Kung Fu sin armas, se ve obligado a enfrentarse a su pasado después de ser atraído a la organización de los Diez Anillos.

Shang-Chi, ​también conocido como el Maestro de Kung Fu, es un superhéroe de Marvel Comics creado por el escritor Steve Englehart y el artista Jim Starlin, debutando en Special Marvel Edition # 15 (diciembre de 1973) dentro de la moda por las artes marciales y en plena revolución de Marvel en los años 70 que les hizo buscar nuevas temáticas y personajes. El personaje consiguió serie propia en la que vivió una autentica edad de oro gracias al guionista Dough Moench y el artista Paul Gulacy, que le aportó su icónica imagen inspirada en el mítico Bruce Lee.

Shang-Chi es la primera película de Marvel Studios protagonizada por un actor de origen asiático. El director americano nacido en Hawai Destin Daniel Cretton fue elegido como director. Conocido principalmente por sus colaboraciones con Brie Larson en las películas Short Term 12 (2013), The Glass Castle (2017) y Just Mercy (2019), es otro ejemplo de la búsqueda activa por parte de Marvel de talento de orígenes diversos. Cretton además de dirigir escribió también el guión junto a David Callahan, que estuvo vinculado al proyecto antes que Cretton.

La película cuenta con un presupuesto de 150 millones de dólares que están perfectamente invertidos y lucen de maravilla en pantalla. Shang-Chi ha contado con dirección de fotografía de Bill Pope, montaje de Nat Sanders y música de Joel P. West. Teniendo en cuenta que la película recaudó 140 millones en todo el mundo en su primer fin de semana de estreno, la sensación, apoyada por las buenas crítica y mejor boca a boca, es que la película va a ser rentable para Marvel, a pesar de los problemas que aún hoy están sufriendo los grandes blockbusters de Hollywood por culpa de los efectos de la pandemia.

Marvel vuelve a dar en la diana con un casting espectacular. Destacan cuatro nombre principales que combinan novedad y veteranía. En primer lugar, el descubrimiento del protagonista Simu Liu, actor nacido en China pero que vive en Canadá. Liu interpreta a Shang-Chi, un hábil artista marcial que fue entrenado a una edad temprana para ser un asesino por su padre Wenwu. Shang-Chi dejó la organización de los Diez Anillos para llevar una vida normal en San Francisco, junto a su amiga Katy, una divertidísima y carismática Awkwafina.

En el lado de la veteranía, tenemos a los siempre excelentes Tony Leung como el villano Wenwu, padre de Shang-Chi, y Michelle Yeoh, que interpreta a Ying Nan, guardiana del mundo mítico de Ta Lo. Completarían el reparto en papeles secundarios Meng’er Zhang como Xu Xialing, hermana separada de Shang-Chi e hija de Wenwu, y Florian Munteanu (Viktor Drago en Creed II) como Razor Fist, un miembro de los Diez Anillos que porta una espada en lugar de la mano derecha. Eso sin hablar de los numerosos y buenísimos cameos que disfrutamos en la película (que prefiero no comentar por los spoilers) y que sirven para asentar el hecho que esta película es claramente parte del MCU.

Empezando a valorar la película, me ha encantado. No sé qué haces que no la has visto todavía, o en su caso, que no la has ido a ver ¡dos veces! Shang-Chi ofrece una chulísima historia de origen de un nuevo personaje de Marvel que aporta toda una autentica mitología que abarca más de 1000 años. Shang-Chi tiene todo lo que se le exige al buen cine comercial para toda la familia. Buenos actores protagonistas que transmiten carisma y empatía, dos secundarios de lujo como Tony Leung y Michelle Yeoh que iluminan la pantalla cada vez que aparecen, una historia de aventuras con estupendas coreografías de artes marciales con unos toques de humor que funcionan siempre y un espectáculo más grande que la vida con el destino de la Tierra en juego. Todo ello en los 135 minutos de metraje, una duración bastante ajustada teniendo en cuenta todo lo que tiene que contar la película.

Simu Liu y Awkwafina están geniales en sus papeles protagonistas. Comparten una estupenda química en pantalla y el guión consigue que te preocupes por ellos desde el primer fotograma. Las coreografías de acción protagonizadas por Liu son estupendas, pero no es sólo un stunt-man all-action, sino que aporta mucho a la construcción de Shang-Chi, alguien que busca escapar de su padre y que cometió pecados de los que se avergüenza, lo que le aporta una humanidad super necesaria para que el personaje triunfe. En ese sentido, el éxito es total.

Awkwafina tiene también su importancia en la historia y va más allá de ser un alivio cómico, la verdad es que me ha sorprendido par bien. A la que veo más floja es a Meng’er Zhang como la hermana de Shang-Chi Xu Xialing, mostrando buenas aptitudes marciales pero una limitada capacidad actoral, apareciendo todo el rato con un registro monotemático de tía dura enfadada con todos. Michelle Yeoh realmente hace de Michelle Yeoh, pero lo hace tan bien y mola tanto que por mi puede seguir haciendo este tipo de papel de guerrera veterana que es fuente de sabiduría todo el tiempo que ella quiera.

No es sorpresa que Tony Leung esté genial como el villano de la película, el malvado Wenwu. Sin embargo, si me ha sorprendido positivamente que el guión plantee desafíos y complejidad al personaje que evite en que se convierta en un villano de un único matiz, de forma que entiendes su dolor y por qué hace lo que hace durante la película. Wenwu rompe la racha de villanos olvidables de Marvel, de la que Viuda Negra fue el desafortunado último ejemplo.

La gran pregunta que todos los fans nos haciamos antes de ver la película era ¿Conseguirá Marvel hacer buenas coreografías de artes marciales? Y la respuesta a eso es un SI rotundo. Una vez resuelto eso, la siguiente pregunta era qué tipo de marciales veriamos. Y por mucho que nos guste soñar, era absurdo pensar en The Raid como fuente de inspiración, al tratarse de una película PG13. Tras ver el primer trailer y la escena en el autobús, me daba con un canto en los dientes si Marvel hubiera optado por buscar la inspiración en Jackie Chan. Y para mi alegría, eso es justo lo que nos encontramos, ejecutado de forma modélica. En concreto, las dos escenas de acción principales son la antes mencionada escena en el autobús, y una a mitad de película con una pelea en los andamios de un edificio. En ambos casos, tenemos unas escenas super bien rodadas en las que se ve perfectamente lo que está sucediendo y en las que los personajes aprovechan el espacio para moverse y esquivar a los adversarios, justo como los mejores momentos del mítico Jackie Chan. Em el lado de las artes marciales, estamos ante un éxito total.

De hecho, si hay algo menos bueno en Shang-Chi es que no opten por un climax de artes marciales que mejore incluso las escenas previas, ya que la película muta en el último tercio de una historia más o menos esperable de artes marciales con protagonista enfrentado a su pasado a una fantasía épica que es un espectáculo de efectos especiales alucinante. Me flipa que este climax que bebe de los grandes clásicos de la fantasía asiática haya conseguido llegar a las salas sin que fuera spoileado en los trailers o en redes sociales, y la verdad es que pensando en ello, encaja con el espectáculo que se espera de una película Marvel. El despliegue pirotécnico final está chulo, pero a la vez tapa un poco la importancia de Shang-Chi en la resolución del combate final, aunque hay que decir que justo antes, Simu Liu y Tony Leung comparten un estupendo cierre a la historia de padre hijo que funciona como climax emocional. Y para entendernos, esta batalla final de Shang-Chi le da mil patadas al horrendo final de Black Panther, con el que puede decirse que tiene alguna similitud.

Comentaba antes que Shang-Chi dura 135 minutos y que era entendible dado la densa historia que hay que presentar. Dentro que la película me gustó mucho, también debo decir que la preparación justo antes del combate final se me hizo un pelín larga, aunque narrativamente todo lo que muestran sea necesario para la construcción de Shang-Chi. En este sentido, la narración en flashbacks me parece que es un acierto y funciona, aportando interesantes giros y sorpresas que hacen al protagonista un personaje interesante del que te interesa conocer más.

Como digo, la película me ha gustado mucho, y creo que abre una nueva ventana que va a ser un interesante complemento al MCU actual. No es sorpresa si digo que Shang-Chi NO es una adaptación literal de los comics, sino que a partir del concepto básico Marvel Studios crea su propia historia que encaje con el universo cinematográfico del MCU. Puedo imaginar que si hay fans hardcore del comic, puedan sentirse decepcionados por los numerosísimos cambios, pero creo que el 99.99% restante de espectadores entre los que me incluyo se lo habrán pasado genial.

Otro elemento muy chulo es que Shang-Chi plantea una historia autoconclusiva con principio y final satisfactorio, como siempre en el MCU. Sin embargo, aparte de los elementos que quedan abiertos de cara a una posible Shang-Chi 2 que de momento no está confirmada, hay un montón de cameos super chulos que aportan momentos buenísimos a la vez que nos conectan con personajes y situaciones de películas previas del MCU. De hecho, confirmo que hay 2 escenas post-créditos y es necesario quedarse hasta el final de los títulos de crédito que merecen la pena y abren unas posibilidades que pueden dar mucho juego. Como siempre, por otra parte, cuando hablamos de Marvel.

A pesar de los detallitos comentados, globalmente la experiencia de Shang-Chi me ha parecido mucho más redonda y satisfactoria que la sola correcta Viuda Negra, que sufrió entre otros problemas de un tremendo problema de ritmo en la segunda mitad y a una Natasha eclipsada por su hermana Yelena. No es el caso para nada en Shang-Chi, la recomiendo completamente.

Comparto el trailer de la película:

Shang-Chi es el último éxito de Marvel, obligatorio verla en pantalla grande.

PUNTUACIÓN: 8/10

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