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Crítica de Star Trek Discovery temporada 3 (Netflix)

Tras algunas dudas, al final me he animado a ver la tercera temporada de Star Trek: Discovery, que ha sido emitida en Netflix. Y el resultado ha sido tan entretenido como olvidable, cayendo en los mismos problemas que aquejaron a la temporada anterior.

PUNTUACIÓN: 6,5/10

La tercera temporada de la serie de televisión estadounidense Star Trek: Discovery sigue a la tripulación del USS Discovery en su viaje hacia el futuro, más de 900 años después de los eventos de la serie original de Star Trek. Una galaxia en la que tras un misterioso suceso, «The Burn», la mayor parte del dilitio explotó, destruyendo la mayor parte del combustible y muchas naves estelares, incluida la mayor parte de la Flota Estelar. Ahora la galaxia está desconectada y ya no está gobernada por la Federación de Planetas.

La temporada está siendo producida por CBS Television Studios en asociación con Secret Hideout y Roddenberry Entertainment, con Alex Kurtzman (responsable de la segunda temporada) y Michelle Paradise como showrunners y con Netflix con los derechos de distribución a nivel mundial.

Para escribir los 13 episodios de esta tercera temporada, a los showrunners Alex Kurtzman y Michelle Paradise se les unen en el writer´s room Jenny Lumet, Bo Yeon Kim, Erika Lippoldt, Alan McElroy, Chris Silvestri, Anthony Maranville, James Duff, Sean Cochran, Cofell Saunders, Kirsten Beyer, Kenneth Lin, Brandon Schultz. Estos episodios han sido dirigidos por Olatunde Osunsanmi (3 episodios), Jonathan Frakes (3), Hanelle M. Culpepper, Maja Vrvilo, Douglas Aarniokoski, Jon Dudkowski, Omar Madha, Chloe Domont y Norma Bailey.

Sonequa Martin-Green interpreta a Michael Burnham, comandante humana criada en Vulcan por la familia de Spock. Doug Jones repite como Saru, Anthony Rapp es el doctor Paul Stamets, Mary Wiseman es la especialista Sylvia Tilly, amiga y compañera de cuarto de Burnham. También repite Michelle Yeoh en el papel de la Capitana Philippa Georgiou, la antigua capitana y mentora de Burnham asesinada que ha vuelto como su contrapartida terrana proveniente de otra dimensión.

Las nuevas incorporaciones de esta tercera temporada incluyen a David Ajala como Cleveland «Book» Booker, un transportista de mercancía robada que conocerá por accidente Michael Burnham, Oded Fehr como Charles Vance, el Comandante en Jefe de lo que queda de la Flota Estelar en el año 3188. Por último, Discovery ha creado específicamente para esta temporada a los primeros personajes explícitamente no binarios y transgénero dentro de la franquicia de Star Trek, interpretados respectivamente por Blu del Barrio e Ian Alexander, mostrando el compromiso de la franquicia y de su casa madre CBS por la diversidad.

La decisión de los creadores de Star Trek: Discovery de lanzar a su tripulación al futuro fue una buena idea destinada a romper definitivamente las conexiones con las series y películas previas, que sobre todo en las dos primeras temporadas hicieron que pareciera que estaban más interesados en la continuidad (o por ser más correcto, en no romperla), que en crear historias y antagonistas interesantes.

Además de conocer cómo será el futuro de Star Trek y qué razas y peligros acechan en este futuro, la serie plantea un misterio a priori interesante: “The Burn” (La Quema), el evento de dimensiones cósmicas que partió en pedazos a la galaxia y provocó que los viajes estelares fueran casi imposibles. ¿Qué sucedió realmente? ¿Fue un evento natural o provocado por algo o alguien?

En lo positivo, esta temporada gira completamente sobre la idea clave de que hay que tender puentes que nos vuelvan a conectar, incluso entre personas y planetas que podrían no tener demasiado en común. Dado el estado social en que se encuentran los Estados Unidos, que una obra de ficción plantee este escenario es siempre deseable y de agradecer.

La serie cuenta con unos estupendos valores de producción que hacen que todo luzca de maravilla de principio a fin. Además, la música de Jeff Russo incluye su estupendo título principal que evoca a la historia de la franquicia mientras nos lanza (literalmente) a un nuevo universo. Globalmente, creo que la serie es entretenida y gustará a los fans de la ciencia ficción espacial, cumpliendo sin problemas su función y hacer que nos evadamos del mundo real durante unas horas.

El problema es que más allá de la parte inicial en la que conocemos el estado de la galaxia en 3188, la serie de nuevo fracasa a la hora de crear una antagonista interesante (Osyraa, interpretada por Janet Kidder), o la más mínima sensación de amenaza. Para empeorar las cosas, la resolución del misterio de The Burn roza la vergüenza ajena de lo ridículo que es todo. En este sentido, Discovery es una serie que plantea elementos mejor que los resuelve, lo que siendo justos ya no debería ser sorpresa.

Además, por motivos que a mi se me escapan, hay quien piensa que el personaje de la Capitana Philippa Georgiou (interpretado por Michelle Yeoh) es lo suficientemente interesante como para darle una serie propia. Y digo que se me escapa porque la realidad Terrana de la que proviene en la que la Flota Estelar son unos violentos guerreros sedientos de sangre y ansia de conquista, es una buena idea para episodios sueltos, que ya vimos en la primera temporada, pero que no da más de si. A pesar de ello, 2 de estos 13 episodios están planteados como preparación del personaje para su inminente serie, de forma que en parte la historia principal se para casi de golpe, rompiendo la serie en dos.

Por otro lado, todo lo interesante que me parecía el personaje de Michael Burnham, en esta temporada me carga lo dramático que es todo a su alrededor y cómo vive la vida siempre bordeando el llanto de intenso que es todo para ella. Esto hace que la sensación que se me queda con ella es bastante irreal y forzado.

Tras ver la segunda temporada y un final que no me gustó nada, dudaba en si vería una eventual tercera temporada. Al final he acabo viéndola y la sensación ha sido la misma. Me gustaría decir que con tanto ocio a nuestra disposición no volveré a tropezar en esta piedra, pero reconozco que me gusta demasiado la ciencia ficción espacial, así que no prometo nada.

Comparto el trailer de esta temporada:

Star Trek: Discovery entra en la categoría de “entretenido sin más”, únicamente pensada para los espectadores muy fans de la ciencia ficción espacial.

PUNTUACIÓN: 6,5/10

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Crítica de Sentient de Jeff Lemire y Gabriel Hernández Walta (TKO – Panini)

Había mucha expectación por leer Sentient, el comic de ciencia ficción creado por Jeff Lemire y Gabriel Hernández Walta que Panini ha publicado recientemente. Comparto mis impresiones de este volumen.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Un cómic a cargo de los ganadores del Premio Eisner Jeff Lemire (Black Hammer) y Gabriel Hernández-Walta (La Visión). Bienvenidos al SS Montgomery. Después de que un ataque aniquile a cada adulto a bordo de esta colonia espacial, Valerie, la inteligencia artificial a cargo de la nave, debe proteger a los niños supervivientes. Mientras son perseguidos por peligrosas fuerzas, ¿superará Valerie su programación y se convertirá en una salvadora para los niños?

Sentient es el segundo comic de la editorial americana TKO publicado en España por Panini tras el espectacular lanzamiento de Sara de Garth Ennis y Steve Epting el mes pasado. Este tomo recoge los 6 números americanos de esta historia de ciencia ficción espacial, con una premisa interesante que hace que el comic se venda solo. ¿Qué pasaría si un grupo de niños se quedaran solos en una nave espacial con la única ayuda de la inteligencia artificial de la nave?

Hay que reconocer que el gran atractivo de este comic es el espectacular apartado artístico de Gabriel Hernández Walta, que en esta obra hace funciones de autor completo encargándose de lápices, tintas y colores. Y la verdad es que el resultado no puede ser mejor. Hernández Walta crea un ecosistema dentro de la nave que luce totalmente realista y que me hizo creer que este tipo de naves podrían existir en un futuro. Los niños y los adultos se sienten también personas reales con diferentes complexiones y figuras, lo que hace que todo el drama posterior consiga impactar. Además, opta por una paleta de tonos apagados de marrones y grises que me transmitió el sentimiento depresivo y dramático que estoy seguro que los autores buscaban, con una historia que además se desarrolla con un ritmo pausado, sólo interrumpido con varios destellos de intensidad y dramatismo. Globalmente, Hernández brilla a gran altura confirma una vez más lo buen narrador que es y cómo es un artista todo terreno.

Sobre el guión de Lemire, el autor canadiense opta en Sentient por contar una historia pequeña dentro de un gran marco de ciencia ficción, en un mundo futurista en el que la Tierra está al borde del colapso y mientras sus habitantes intentan escapar del planeta en las colonias un grupo terrorista separatista está cometiendo atentados contra los colonos. Este argumento hubiera dado para mucho, pero es únicamente empleado como lienzo para situar el viaje de los niños por el espacio. El foco no está en la geopolítica sino en la superviviencia de esta pequeña nave que no es decisiva para nadie excepto para ellos mismos.

Este tono “intimista” por así llamarlo es una de las señas de identidad de Lemire y claramente en Sentient ha creado una historia a su medida. Sin embargo, al final es precisamente esta cualidad la que ha provocado que la historia, una vez leída en su totalidad me haya resultado… ¿intrascendente? A ver, que no se me malinterprete, Sentient es un buen comic, pero no he podido conectar con ninguno de los niños y sin spoilear nada, pero el final es también un poco chof! , de forma que me dejó la sensación de haber leído una historia bastante simple a la que le ha faltado algo para realmente dejar un poso en el lector.

Quizá también es posible que tuviera tantas ganas de leer un nuevo comic de Gabriel Hernández Walta que el hype me haya gastado una mala pasada, pero no puedo evitar haberme quedado con una cierta sensación de decepción a pesar del estupendísimo dibujo de Walta.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de The Midnight Sky de George Clooney (Netflix)

Netflix ha estrenado la última película de George Clooney, The Midnight Sky (Cielo de Medianoche) una historia de ciencia ficción que esconde un drama intimista. Y esta dualidad de la película es quizá su principal problema.

PUNTUACIÓN: 6/10

Augustine (George Clooney) es un solitario científico que se encuentra en el Ártico, y que trata de contactar con una nave espacial que intenta regresar a la Tierra. Augustine quiere impedir que Sully (Felicity Jones) y sus compañeros astronautas regresen a su hogar, donde se ha producido una misteriosa catástrofe global.

George Clooney dirige e interpreta esta película de ciencia ficción distópica ambientada en un futuro cercano en el que la humanidad ha destruido la Tierra. The Midnight sky ha sido escrita por Mark L. Smith adaptando la novela de Lily Brooks-Dalton Good Morning, Midnight.

Alexandre Desplat escribe una emocionante banda sonora, con dirección de fotografía de Martin Ruhe y montaje de Stephen Mirrione.

A Clooney le acompaña un reparto multicultural formado por  Felicity Jones, David Oyelowo, Demian Bichir, Kyle Chandler, Tiffany Boone, y la presentación de la niña Caoilinn Springall como la misteriosa Iris.

Comentaba al comienzo de esta reseña que la película de Clooney está planteada desde la dualidad, ya que nos presenta dos historias aparentemente inconexas entre si que llegan a tener incluso tonos diferentes. Por un lado, la parte de la Tierra es un drama distópico en el que un hombre al borde de la muerte tiene que hacer un viaje para avisar del peligro a la tripulación de la nave que regresa a casa. Esta parte es oscura, deprimente y casi sin diálogos, como si Clooney intentara resaltar la desesperada situación de su personaje.

Por otro lado tenemos la aventura espacial en la que los cinco tripulantes de la nave espacial deben enfrentarse a los diferentes peligros que se van encontrando. En esta parte vemos un estupendo despliegue técnico y de efectos especiales con lluvia de meteoritos y salidas al espacio incluidas, que indican, en contraste con la parte terráquea, que estamos ante una película de gran presupuesto.

El problema de la película es que aunque es interesante desde el punto de vista visual, la historia en ambas partes es demasiado rutinaria y hasta casi aburrida, de forma que no vemos nada realmente original, los peligros que se enfrentan se ven venir y Clooney tampoco consigue que empaticemos con ningún personaje. Felicity Jones rodó la película estando embarazada, motivo por el que Clooney cambió el guión, pero no tiene ocasión real de disputarle el carisma al director ya que su personaje no hace cosas demasiado interesantes.

No creo que el reparto lo haga mal, sino que no tienen demasiado con lo que trabajar, quedando sus personajes casi como clichés andantes sin oportunidad de transmitir carisma ninguno. Y eso lo veo demérito de un guión rutinario, si, pero también de un Clooney que no sabe sacar el máximo de estos actores, muchos de ellos muy conocidos y con gran experiencia cinematográfica.

Solo el emocionante final que da sentido a la conexión que existía entre ambas partes hace que el conjunto mejore, pero no evita la sensación de haber visto una película «malilla».

Comparto el trailer de la película:

The Midnight Sky me parece una oportunidad perdida, el último ejemplo de estreno montonero de Netflix que se beneficia de poder ser vista por muchísima gente desde la comodidad de nuestros sofás aprovechando estas vacaciones navideñas.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Gideon Falls Vol. 5 de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino

Jeff Lemire, Andrea Sorrentino y Dave Stewart nos regalan otro gran capítulo de Gideon Falls, que en este quinto volumen se encuentra ahora si a las puertas de su final.

PUNTUACIÓN: 8/10

¡Después de la alucinante destrucción del Granero Negro, nuestros héroes se encuentran repartidos por el multiverso que contiene Gideon Falls! Mientras Angie lucha por sobrevivir en una versión de 1984, Clara está sola en una versión del viejo oeste y el padre Fred es un hombre fuera de lugar en el cyberpunk Gideon Falls. Y nadie sabe dónde aterrizó Norton … Y aunque todos estos mundos parecen estar muy separados, ¡el Hombre Laughing está siempre más cerca de lo que piensas!

Este quinto volumen recopila los números 22 a 26 de la serie regular americana, editada por Image Comics.

Comentaba el pasado mes de julio en mi reseña del cuarto volumen que la serie de Jeff Lemire, Andrea Sorrentino y el colorista Dave Stewart se dirigía hacia su final y que muy probablemente este quinto volumen sería el último. La realidad me ha quitado la razón, ya que Gideon Falls no termina en el número 26 americano incluido en este volumen, sino en un número 27 que va a ser un especial de 80 páginas cuya publicación está prevista para este mismo mes de diciembre.

Esta decisión de Lemire y Sorrentino me parece muy extraña y un tanto decepcionante. No tanto por la historia en si, que continúa con los giros y los cambios dimensionales que hacen que la sensación de vértigo sea continua, sino porque la edición de este comic en mi estantería va a quedar con 5 tomos más o menos del mismo tamaño y una grapa para cerrar la historia, algo que como coleccionista me parece incomprensible. ¿Por qué no retrasaron la salida de este quinto volumen a enero y así incluir el número 27, aunque quedara un tomo algo más grande de lo habitual? Si Image publicara este último número en formato tomo, al ser 80 que sería el equivalente a 4 grapas USA, no diría nada, pero en la solicitación de Image habla de un comic especial de 80 páginas, es decir de un comic de grapas, lo que significa que el formato no va a cuadrar. ¡Menudo chasco!

Estaba tan acostumbrado al buen hacer de Robert Kirkman, que piensa en hacer el mejor comic posible y a la vez que resulte satisfactorio para sus lectores de grapa, de softcovers, hardcovers y ediciones Omnibus, que lamento ver que no todo el mundo es tan detallista como él.

Y el caso es que este comic vuelve a ser una pasada con un montón de nuevas sorpresas y giros que demuestran que las cosas no iban a ser tan fáciles como nuestros héroes creyeron en un primer momento. Narrativamente, Lemire demuestra que tenía la historia perfectamente atada desde el primer momento, y vemos como va llegando a su final inevitable, sea el que sea.

En el apartado artístico, hay que quitarse el sombrero una vez más ante el italiano Andrea Sorrentino, y sobre todo, ante Dave Stewart, posiblemente el mejor colorista del medio. Sus colores son los que de verdad aportan el extra de atmósfera malsana y opresiva que atrapa a los personajes y no les deja respirar. Gideon Falls es uno de los comics con mejor acabado artístico y este volumen es buena muestra, ya que Lemire invita a Sorrentino a jugar con el western, la sci-fi cyberpunk y un presente desasosengante de inspiración Orwelliana. Y Sorrentino lo aprovecha para lucirse mientras continúa narrando perfectamente la historia.

A falta del último número de Gideon Falls, el comic de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino es ya una de las historias de mayor personalidad de esta pareja artística. Ya sólo falta desear que el final esté a la altura de lo vivido hasta ahora.

PUNTUACIÓN: 8/10

¿Has leído este comic, la sigues a ritmo español o americano? ¡Espero tus comentarios!!! Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

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Crítica de Battlestar Galactica temporada 4 (Prime Video)

Termino 2020 en lo referido a las series de televisión viendo la cuarta y última temporada de Battlestar Galactica, que nos llevó la historia hasta su polémico aunque casi inevitable final.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

La tercera temporada tuvo un final cataclísmico final al asistir al retorno de Kara «Starbuck» Thrace al mundo de los vivos, afirmando que conocía el camino hasta la Tierra, mientras se reveló la identidad de 4 de los últimos 5 Cylones que seguían ocultos entre los humanos años después del primer ataque.

La última temporada constó de 21 episodios (más el especial Razor), que fueron emitidos divididos en dos mitades, la primera con los 10 primeros entre abril y junio de 2008, y la segunda parte emitida entre enero y marzo de 2009. Ronald D. Moore y David Eick repitieron como productores ejecutivos y escribieron y dirigieron los 3 últimos episodios de la serie que dieron dentido a todo lo vivido hasta ese momento.

A estas alturas de la serie no hay nuevas incorporaciones en el reparto, repitiendo los habituales Edward James Olmos (Comandante Adama), Mary McDonnell (Presidenta Laura Roslin), Katee Sackhoff (Kara “Starbuck” Thrace), Jamie Bamber (Lee “Apollo” Adama), James Callis (Gaius Baltar), Tricia Helfer (Número 6) Grace Park (Número 8, Sharon “Athena” Agathon, Boomer), Michael Hogan (Coronel Saul Tigh), Aaron Douglas (Jefe de Mantenimiento Galen Tyrol), Tahmoh Penikett (Karl “Helo” Agathon, marido de Sharon), Nicki Clyne (Cally Henderson Tyrol, esposa de Galen), Kandyse McClure (Anastasia Dualla, esposa de Apollo), Alessandro Juliani (Felix Gaeta), Donnelly Rhodes (Doctor Sherman Cottle), Callum Keith Rennie (Número 2, Leoben Conoy), Lucy Lawless (Número 3, D’Anna Biers). Dean Stockwell (Número 1, John Cavil), Matthew Bennett (Número 5, Aaron Doral), Rick Worthy (Número 4, Simon), Michael Trucco (Samuel T. Anders, marido de Starbuck), Kate Vernon (Ellen Tigh, al mujer del Coronel Tigh) y Richard Hatch (Tom Zarek).

Battlestar Galactica ha sido una más que notable serie de ciencia ficción más pendiente en resaltar lo que nos hace humanos, todo lo bueno y también lo malo, y cómo a pesar de las diferencias, hay que trabajar juntos para sobrevivir. Aunque esta temporada se estrenó en 2008, la lucha de humanos y cylones que al final tienen que trabajar unidos para sobrevivir es una metáfora muy clara de las diferencias raciales existentes en los Estados Unidos, en mi opinión.

La construcción de los personajes me parece el mayor valor de la serie, ya que vemos que todos son capaces de lo mejor y lo peor, y como cuando se cae en el miedo y la desesperación son capaces de cometer los peores actos imaginables. Esto es algo que ya vimos en las temporadas anteriores y que vamos a ver aún más claramente en esta última temporada.

Frente a una primera parte en la que la esperanza ante la posibilidad de encontrar la Tierra sería la emoción principal, la segunda parte hace caer a los personajes en la desesperación al no ser la Tierra lo que se esperaba, lo que provoca que la supervivencia de la raza humana quede en su momento más incierto. De hecho, hay momentos en los episodios 11 y 12 entre otros en los que el nihilismo y el dolor alcanzan cotas inaguantables que me dolieron en el alma.

En una serie coral como esta es difícil destacar a algún actor en concreto y creo que globalmente todos cumplen con lo que la serie necesitaba, aunque en esta temporada todos se mueven entre la desesperanza y el dolor más absoluto ante una existencia sin objetivo, que les hace caer en la depresión. El tono oscuro y depresivo de la última mitad fue una experiencia muy dura como espectador.

Dentro de este tono general, me creo a Edward James Olmos (Comandante Adama), Mary McDonnell (Presidenta Laura Roslin) y Jamie Bamber (Lee “Apollo” Adama) y su humanidad me parece tremenda. Sin embargo, James Callis como Gaius Baltar me ha parecido un actor y un personajes terribles, aunque con una bonita voz, de hecho lo peor de toda la serie. Mención aparte para Katee Sackhoff y su interpretación de Kara “Starbuck” Thrace. Este papel es EL caramelo que todo actor quiere y necesita para triunfar, dado que permite al actor expresar un rango amplísimo de emociones. Sin embargo, el guión hizo que Kara siempre estuviera con el modo «over-the-top» puesto en bucle, provocando que este personaje siempre al borde del llanto resultara extremadamente cargante. Aunque en este caso, si creo que Katee Sackhoff lo hace genial.

Parece raro que una serie de ciencia ficción espacial triunfe por los retratos psicológicos y la complejidad de sus personajes, en lugar que por sus evanturas y combates y la lucha entre el bien y el mal. De hecho, un elemento clave de la serie es que no existe el bien o el mal puros, y que todos debemos aprender a vivir con nuestra luz y nuestra oscuridad para poder salir adelante. El mensaje de unión de diferentes es un tema importante adelantado a su época, y es lo que hace que esta serie merezca mucho la pena y globalmente me haya gustado mucho, aunque no acabe de conectar con algunas de las decisiones creativas del final de la serie. Un final que en todo caso no tengo claro que era lo que Ronald D. Moore planteó desde el inicio.

Para hablar del final de la serie y algunas cosas que no me acabaron de gustar, voy a abrir una sección CON SPOILERS, sigue leyendo bajo tu responsabilidad:

Me gusta el final que presenta esta historia NO como nuestro futuro, sino como nuestro pasado y cómo la humanidad, los seres humanos, nacieron en nuestro planeta, resaltando el aspecto cíclico de la evolución. Este aspecto de cuento para niños que nos avisa que esto podría volver a suceder si no mejoramos como sociedad está bien y me parece interesante. Sin embargo, NO me ha gustado la forma en que Ronald D. Moore nos hizo llegar hasta allí.

No es sólo que el papel de los «Final 5» Cylons sea un relleno sin una importancia real en el desenlace. Durante casi toda la serie se jugó con la posibilidad de que Kara “Starbuck” Thrace fuera el último Cylon por revelar. Sin embargo, que fuera la Ellen, la mujer del Coronel Saul Tigh es un poco un bajón que provoca un bajón y la primera locura de la serie, cuando conocemos que los Final Five Cylones eran los habitantes de la Tierra Original que fueron aniquilados por un holocausto nuclear tras construir a los cylones robóticos originales. Sus mentes y consciencias no murieron sino que se trasladaron en el tiempo y ayudaron a los Cylones robóticos las primeras 7 versiones humanas que conocimos al principio de la serie. Buff, que loco todo!

Pero volviendo a Kara, al final resulta que sí había muerto en la tercera temporada y quien resucita es… ¿un ángel, el Espíritu Santo? ¿La personificación del Deau-ex-Machina? Todo lo referido a Starbuck ha acabado siendo extremadamente frustrante. Pero no menos que el todo vale que han significado las voces en la cabeza de Gaius Baltar y Caprica 6, que también han resultado ser… ¿qué? ¿la voz de Dios? Ha sido otra locura.

Me gusta la idea que esta serie sea el pasado de la humanidad. Sin embargo, la ejecución haciendo que humanos y cylones abandonen toda tecnología, vacunas etc para ser unos con la naturaleza me parece absurda rayando el ridículo. Sin embargo, esto es lo que Ronald D. Moore y así es como nos lo ha presentado.

En todo caso, aunque no encaje con la ejecución de este final, si me ha gustado el viaje que esta serie nos ha planteado y las ideas presentadas durante estas cuatro temporadas. Battlestar Galactica queda como una de las mejores series de ciencia ficción de la historia, y merece la pena su visionado.

Comparto el trailer de esta última temporada:

Battlestar Galactica ha sido una más que notable serie de ciencia ficción que merece la pena el visionado, planteando un interesante punto de vista centrado en lo que nos hace ser humanos.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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