Archivo de la etiqueta: Carlos Pacheco

Crítica de Arrowsmith vol. 2 de Kurt Busiek y Carlos Pacheco (Dolmen Editorial)

Es una alegría tremenda poder disfrutar de uno de los últimos comics dibujados por Carlos Pacheco. Arrowsmith vol. 2 Tras las líneas enemigas, junto al guionista Kurt Busiek, el entintador Rafael Fonteriz y el colorista José Villarrubia nos devuelve a este mundo en la Primera Guerra Mundial en el que existe la magia.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El joven Fletcher Arrowsmith, teniente del Cuerpo Aéreo de Ultramar, es enviado a una misión secreta y peligrosa dentro de territorio prusiano. Su objetivo es rescatar a una princesa de las garras del enemigo y detener un plan letal que podría destruir toda Europa. Por el camino, Fletcher viajará a reinos mágicos, se encontrará con monstruos y trolls, y descubrirá los secretos ancestrales de la magia que utiliza para volar… y que se encuentra detrás de la propia guerra.

El equipo creativo formado por Kurt Busiek (Marvels, Vengadores, Superman) y Carlos Pacheco (X-Men, Los Cuatro Fantásticos, Siempre Vengadores) nos sumerge de nuevo en el fantástico mundo de Arrowsmith. El paso de los meses, las despedidas siempre inesperadas a efímeros amigos, la adrenalina del combate y la crudeza de esta Primera Guerra Mundial han hecho mella en sus protagonistas, pero la esperanza, el valor y el optimismo del joven Fletcher siguen intactos, soñando con que la paz llegue algún día al Viejo Continente.

Este volumen d 192 páginas contiene Arrowsmith: Behind Enemy Lines #1-6, la última obra de Carlos Pacheco, así como cincuenta páginas de extras que incluyen bocetos, diseños y lápices del dibujante gaditano, una entrevista con Kurt Busiek y portadas alternativas de algunos de los mayores talentos de la industria del cómic norteamericano.

Kurt Busiek (Boston 1960), es uno de los grandes guionistas de Marvel Comics. MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic, no solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.

Thunderbolts (1997) con Mark Bagley y su icónico giro al final del primer número o el relanzamiento de Los Vengadores (1998) con George Pérez tras el Heroes Reborn son clásicos absolutos de Marvel. Como por supuesto lo es también el mítico JLA / Vengadores de 2003. Tras abandonar Marvel, Busiek trabajó en DC comics como Superman: Secret Identity con Stuart Immonem, JLA o Superman con Carlos Pacheco.

El gusto por el clasicismo pudo verse también en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995 y que ha tenido recientemente un relanzamiento en Image. En 2004 escribió una maravillosa etapa de Conan en Dark Horse junto al artista Cary Nord, y más recientemente, también en Image destaca su comic The Autumnlands junto al dibujante Benjamin Dewey.

Carlos Pacheco (1961-2022) es uno de los mejores dibujantes españoles que trabajaron en el mercado mainstream USA. Colaborador de Comics Forum desde finales de los 80 realizando portadas para numerosos comics de la editorial, en 1993 dio el salto a Marvel U.K. con una historia corte de Motormuth y Killpower primero y la miniserie Dark Guard, que supuso el primer trabajo completo de Pacheco para ellos. El primer trabajo para USA llegó en 1994 para DC en la serie de The Flash con guión de Mark Waid. Tras este comic, Pacheco ficha por Marvel en 1994, empezando a trabajar en comics como Bishop, Starjammers, Universe-X o Excalibur. En 1998-99 colabora con Kurt Busiek en Siempre Vengadores, uno de sus trabajos más redondos, trabajo al que siguió en 2000 una interesante etapa en los 4 Fantásticos en la que guionizaba el comc junto a Rafael Marín).

Tras 10 años en Marvel, Pacheco decidió cambiar de aires y en 2005 fichó por DC Comics, trabajando en Superman / Batman con Jeph Loeb, el relanzamiento de Green Lantern con Geoff Johns, o una interesante etapa en Superman junto a Kurt Busiek entre 2006-07. En 2009 Pacheco retornó a Marvel, donde ha trabajado en numerosos comics de la línea Ultimate o de la franquicia mutante, además de en Capitán América de Rick Remender. En los últimos años se ha visto relegado (o quizá él lo prefiriera así) a realizar portadas y pequeñas etapas o números sueltos en multitud de series, siendo quizá su último gran trabajo completo la miniserie The Life of Captain Marvel con la guionista Margaret Stohl (2018-19) y esta segunda serie de Arrowsmith. Su muerte en noviembre de 2022 fue un mazazo, pero su obra estará siempre en el corazón de los aficionados.

El principal interés de Arrowsmith es disfrutar de uno de los últimos trabajos de Carlos Pacheco, y en ese sentido la compra está más que justificada sólo por el dibujo de Pacheco. El entintado de Rafael Fonteriz y el color de José Villarrubia son el complemento perfecto para los lápices de Carlos, que da una master-class de fluidez narrativa. La historia del viaje de Fletcher por detrás de las líneas enemigas en una misión que tiene el destino del mundo en sus manos si fracasa está perfectamente narrada en imágenes, y además descubrirá el origen de la magia de este mundo a partir de la Paz de Carlomagno. Aparte de su fluidez y de su perfecto lápiz, Pacheco plantea además una distribución de página muy atractiva, jugando por ejemplo con las splash-pages como elemento para contar el origen del mundo.

Dentro de los elementos positivos tengo que destacar también la estupenda edición en tapa dura de Dolmen Editorial, un volumen que queda perfecto junto al primero y que además del comic incluye un montón de extras, portadas alternativas y lápices de Pacheco, además de una entrevista a Busiek. En ella es escritor comenta que una de las últimas voluntades de Carlos fue que Busiek continuara para poder darle un final a la historia, algo que me llena de alegría.

Esto me lleva al principal problema de Arrowsmith, y es que me he encontrado con la sorpresa negativa de una miniserie de 6 números que NO termina, dejando colgada completamente la historia. Y esto me parece un problema tremendo. Recordar que la primera miniserie se publicó hace casi 20 años en Estados Unidos, en 2003-04, y durante muchos años parecía imposible que tuviera continuación. Conseguir publicar esta segunda miniserie fue un pequeño milagro, pero al mismo tiempo si tenían planes más ambiciosos, lo mínimo era plantear al menos la sensación de cerrar un capítulo de una historia mayor, cosa que no sucede. Esta manía de no cerrar las historias me parece uno de los grandes males del entretenimiento mainstream actual. Y está claro que la muerte de Pacheco fue un hecho doloroso e inesperado, pero a la vez este comic debería haber planeado un final, empezando porque tardaron 19 años en continuar la historia, y no tengo claro que supieran si este comic podría tener una rápida continuación o no.

Pero este NO final no es el único problema de la historia de Busiek. El comic vuelve a pecar de un exceso de sobre exposición con una voz en off de Fletcher usando el recurso de la carta que le escribe a alguien contándole lo que está viviendo. Y esta narración frena la historia en todo momento. De hecho, en momentos en que Pacheco cuenta perfectamente una historia que NO necesita esta voz en off, los bocadillos se multiplican y hacen aburrida la historia. Un problema de no tener un final es que el comic tiene un planteamiento y todo lo demás es nudo con el desarrollo, privándonos de un climax que el comic claramente necesitaba. De alguna manera, Busiek y Pacheco nos han dejado con la miel en los labios con una miniserie que es la presentación de la gran historia que tendremos en la siguiente miniserie, un comic que por motivos obvios ya veremos cuando llegaremos a leer.

Reconozco que me ha fastidiado este aspecto de la historia porque odio que me vendan la mitad de una historia. Sin embargo, en lo bueno la verdad es que Pacheco era/es/siempre será muy bueno. Ver Arrowsmith hace que me de cuenta que el gran problema de Pacheco como artista de comics es que no hemos llegado a tener la GRAN obra de Pacheco. No, no creo que Siempre Vengadores sea un comicazo que recomendar debido a su estructura de comic hablando de comics. En ese sentido, más satisfactoria fue la lectura de  JLA/JSA: Virtud y Vicio escrita por David Goyer y Geoff Johns, pero siendo muy buena lectura se me queda muy lejos de lo que espero de un «comic canónico».

A eso hay que sumar una gran producción en Marvel y en menor medida en DC bastante inconexa, de forma que sólo dibujaba unos pocos números saltando luego a otras colecciones o a hacer portadas. Sus Los 4 Fantásticos hubiera podido quedar como una etapa más que maja si no fuera porque Marvel la cortó demasiado pronto. Hubiera sido genial poder tener un arco de 8/12 números en alguna colección que quedara para el recuerdo, pero aparte de su dibujo, sus etapas en X-Men tuvieron unos guiones que no estuvieron a la altura. Por cierto, por si no lo leísteis en su día, enlazo aquí mi artículo homenaje a Pacheco que publiqué cuando se conoció la triste noticia del fallecimiento del artista gaditano.

En todo caso, Carlos Pacheco ya es historia del mundo del comic americano. Y gracias a este Arrowsmith este fin de semana tuve a alegría de poder disfrutar de la que prácticamente es su última obra completa. Sólo por eso, como digo merece la pena la compra de este volumen de Dolmen.

Comparto algunas páginas del comic:

Arrowsmith es una delicia en la parte gráfica gracias al estupendo trabajo de Carlos Pacheco, Fonteriz y Villarrubia, pero sufre un poco por la parte del guion de un Busiek que deja claro que sus mejores trabajos quedaron atrás.

PUNTUACIÓN: 7/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones. Y si quieres, puedes invitarme a un café.

¡Saludos a todos!

Recordando a Carlos Pacheco

Carlos Pacheco nos ha dejado, pero su recuerdo y su obra convierten su figura en eterna. Hoy quiero rendir homenaje al que para mi es el artista de comics español más importante del mundo americano mainstream superheroico, cuya influencia se extiende mucho más allá de la página impresa.

Carlos Pacheco nació en San Roque (Cádiz) en 1961. Yo le conocí cuando empezó a trabajar en Comics Forum realizando portadas e ilustraciones en diferentes publicaciones de la editorial. En ese momento saber que un chaval español podía dibujar con esa calidad me pareció una pasada, aunque la idea que pudiera triunfar en Estados Unidos era en ese momento impensable. Dicho esto, reconozco que en ese momento y recordando algunos engendros portadas de las ediciones antiguas de Vértice, a veces me fastidiaba un poco ver su trabajo por ejemplo en la portada del especial de Patrulla X 100, ya que en ese momento me parecía que Forum dejaba de publicar la portada original de comic, en ese momento era de Jim lee, que por definición al ser la original para mi era «mejor». O al menos la que debería aparecer. Pero incluso en esos momentos iniciales, se notaba que estábamos delante de un dibujante con un estilo y un dinamismo que resultaba perfecto para el género superheróico. Para Forum creó American Soldier junto a Antonio Moreno en 1991, justo antes de dar el salto a Marvel U.K., y en esos años además creó junto a Rafael Marín las series Iberia Inc. y Tríada Vértice para Forum.

Tras publicar en una historia corta para el comic de Marvel U.K. Motormouth and Killpower, en 1993 Pacheco publicó el que fue su primer trabajo completo como profesional, la miniserie de 4 números Dark Guard con guion de Dan Abnett y tintas de Oscar Jiménez. Esto hizo que los editores de cómics estadounidenses le ofrecieran trabajo, lo que le llevó a la serie limitada de cuatro números Bishop de Marvel Comics USA en 1994, en la que trabajó con el guionista John Ostrander y el entintador Cam Smith. Ese mismo año, Pacheco realizó su primer trabajo para DC Comics en Flash 93-94 y 99-100, con el escritor Mark Waid y el entintador José Marzán Jr.

En 1995 Pacheco vuelve a Marvel firmando ya un contrato en exclusiva con ellos, publicando la serie limitada de dos partes del Universo X perteneciente a la «Era de Apocalipsis». A finales de 1995 y principios de 1996, Pacheco y Smith colaboraron con el escritor Warren Ellis en la serie limitada de Starjammers de 4 números, a lo que siguió una colaboración en Excalibur ese mismo año. En 1997 Pacheco ya era una super estrella de Marvel. Verle cada número de la revista Wizard dentro de sus listados de «Mejor Dibujante» suponía una satisfacción enorme para un españolito como yo que compraba material USA. Y ese status en seguida se empezó a notar con los encargos que recibía, ya que ese mismo año se convirtió en el dibujante oficial de X-Men junto al guionista Joe Kelly o Scott Lobdell. Aunque las historias de esos años (y las alineaciones del grupo) eran un poco raras, Pacheco dotaba a las páginas de una frescura y un dinamismo al alcance de muy pocos dibujantes, convirtiéndose en uno de esos pocos artistas que merecen la pena comprar cualquier cosa que hagan.

Después de X-Men, Pacheco publicó entre 1998/99 el que es para mi su mejor trabajo para Marvel, Avengers Forever junto a Kurt Busiek y Roger Stern, con el entintador Jesús Merino. Esta epopeya a través del tiempo con numerosos Vengadores de distintas épocas fue un ejemplo de amor por estos personajes, con un elemento gráfico inmejorable.

En el año 2000 Pachecho dió al salto a la escritura, al coescribir con Rafael Marín la miniserie Inhumans, que tuvo lápices de José Ladrönn y Jorge Lucas. Pacheco pasó a hacerse cargo de los Cuatro Fantásticos, dibujando la serie y escribiendo los guiones junto a Rafael Marín. La etapa no estuvo exenta de polémicas, al forzar Marvel que Jeph Loeb acabara coescribiendo los guiones bajo la excusa que los diálogos de Pacheco y Marín no sonaban naturales en inglés. Al final, una etapa que prometía estar al nivel de la John Byrne se quedó en apenas 20 números más un annual. Los lectores asistimos encantados a la confirmación que uno de los mejores dibujantes del medio, español para más señas, además era capaz de escribir con Marín mejores comics de superhéroes que muchos MUCHOS guionistas de la época. Un comic el de los 4 Fantásticos que se sentía actual pero también atemporal, demostrando el respeto que los españoles tenían por los autores y etapas previas de la colección.

En 2002 Pacheco dio el salto a DC y lo hizo por la puerta grande, al dibujar la novela gráfica JLA/JSA: Virtud y Vicio escrita por David Goyer y Geoff Johns. Ver su versión de la Liga de la Justicia y de la JSA fue un sueño hecho realidad, y aunque podría decirse que Pacheco era «un hombre de Marvel», realmente parecía que Pacheco hacía nacido para dibujar a Superman, y su pasión por la Golden y la Silver Age se transmitía en su representación de la JSA, que me parece brillante. Dentro que es una obra muy disfrutable, me queda la pequeña desazón que la historia de Goyer y Johns al final es demasiado formulaica y no acaba de estar a la altura del dibujo de Pacheco y Merino.

En 2003, Pacheco se volvió a reunir con Kurt Busiek para realizar la primera miniserie de Arrowsmith, comic de creación propia publicado por el sello Cliffhanger de WildStorm, que en ese momento ya era propiedad de DC Comics. El arco «Absolute Power» en Superman/Batman 14-18 (2005) con Jeph Loeb, los primeros números de la nueva serie Green Lantern escrita por Geoff Johns (2005) y una nueva colaboración con Kurt Busiek en Supeman (2006-2007) serían algunos de los trabajos más destacados de Pacheco durante estos años, además de realizar las portadas de Trinity en 2008-09 y algunos números de Final Crisis con Geoff Johns.

En 2009 Pacheco volvió a Marvel firmando un nuevo contrato en exclusiva. Su primer trabajo fue la miniserie Ultimate Comics: Avengers con Mark Millar, a los que siguieron Ultimate Comics: Thor con Jonathan Hickman, Uncanny X-Men con Kieron Gillen, Capitán América con Rick Remender, en el que realizó el rediseño del traje de Sam Wilson como nuevo Capitán América o algunos números de Age of Ultron con Brian Michael Bendis. En 2015 como parte de las Secret Wars dibujo la miniserie Sinister Squadron con el guionista Marc Guggenheim, y a partir de ahí ha ido alternando trabajos puntuales como portadista o dibujando números concretos de diferentes colecciones y/o especiales, siendo la miniserie The life of Captain Marvel de 2018 con Margaret Stohl, Marguerite Sauvage y Rafa Fontériz su último trabajo destacable en Marvel.

Esta segunda estancia en Marvel me provoca sentimientos encontrados. Por un lado entiendo que para Marvel, Pacheco era una super estrella y le utilizaba de reclamo para promocionar la serie de turno que más les interesaba en ese momento, haciéndole saltar de un comic a otro sin llegar a tener estabilidad en ninguna serie, con la excepción quizá de su etapa en Uncanny X-Men con Gillen. Y probablemente Pacheco ya no podía mantener el ritmo de publicación mensual de sus grapas, en un momento en el que a partir del Marvel Now!, Marvel empezó a publicar 18 grapas al año en muchas colecciones. O simplemente a Pacheco no le interesaba sufrir el stress de los plazos de entrega y prefería dibujar etapas cortas y portadas. Pero ya sea por una cosa o por otra, me quedo con la sensación que Pacheco en esta segunda etapa en Marvel se quedó sin hacer el GRAN COMIC que podía haber dibujado si los astros hubieran confluido y se hubiera reunido con un guionista de su confianza para hacer 8/10 números del personaje que fuera.

Este 2022 nos llegó además la continuación de Arrowsmith junto a Kurt Busiek dentro de Image Comics. Arrowsmith: Behind enemy lines fue una miniserie de 6 números que puede ser considerado el último gran comic del artista gaditano.

Más allá de su modélica carrera profesional de casi 30 años trabajando para Marvel o DC, y de su enorme calidad humana, algo que todos los que le han conocido en persona atestiguan, el mayor impacto que para mi Pacheco ha significado para el mundo del comic en España fue la confirmación que era posible que un dibujante español que además era lector y fan del medio triunfara en el exigente mundo del mainstream americano. Pacheco obviamente no fue el primer dibujante español que trabajó en Estados Unidos, pero recordando casos como los de los geniales José Luis García López o Sergio Aragonés, se trataba de artistas nacidos en España que emigraron a México y acabaron estableciéndose familiar y profesionalmente en Estados Unidos. Pacheco nos mostró que no solo era posible crearse una carrera exitosa dentro del mundo del comic trabajando desde España, sino que era posible que un español ganara a los americanos jugando en su terreno. Junto a Pacheco, otros artistas como Salvador Larroca, Pascual Ferry y Oscar Jiménez, entre otros, también dieron el salto y trabajaron con las principales editoriales americanas, pero de entre ellos diría que Pacheco es de largo la mayor figura de esos años. Luego hay otras figuras cómo Carlos Ezquerra que también triunfaron en su momento trabajando en comics como Judge Dredd, pero reconozco que yo le conocí años después, y su impacto emocional para mi es mucho menor, sin restarle obviamente importancia.

Leyendo el impacto que la muerte de Pacheco ha tenido en tanta gente me doy cuenta que si Pepe Larraz, Iban Coello, Mikel Janin, Jorge Jiménez, Álvaro Martínez-Bueno y tantos y tantos artistas españoles triunfan desde hace años en el mainstream comiquero fue gracias a que gente como Pacheco rompieron moldes y mostraron que era posible que un fan lector de comics español consiguiera triunfar, siempre que tuviera ilusión, mucho trabajo duro y ganas de hacerlo bien. Además de un poco de suerte y de poder mostrar su trabajo a la persona justa en el momento idóneo, claro.

Además, durante los peores excesos de los 90, Pacheco significaba un remanso de paz y de trabajo de primer nivel que se mostraba respetuoso con los comics más clásicos, mostrando que no era necesario cambiar tu estilo para amoldarte a las modas de la época y parecer hot. En muchos sentidos Pacheco conecta con la mejor tradición de George Pérez, otro grande que se nos fue este año, mostrando a los personajes en su versión más icónica y reconocible. Y recordando a George Pérez, en estos momentos de dolor, entiendo que el mayor consuelo que le va a quedar a la familia y amigos íntimos de Pacheco es saber que Carlos es historia viva del mundo del comic, y su trabajo seguirá siendo disfrutado por lectores de todo el mundo ahora y siempre.

D.E.P. Carlos Pacheco. Uno de los más grandes. Gracias a su obra, nunca se irá del todo.

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Crítica de Arrowsmith: Tan guapos de uniforme de Kurt Busiek y Carlos Pacheco

Aprovechando la publicación en Estados Unidos la segunda serie de Arrowsmith de Kurt Busiek y Carlos Pacheco, me he animado a revisar la miniserie original de 2003-04 con maravilloso entintado de Jesús Merino y color de Alex Sinclair. Arrowsmith: Tan guapos de uniforme, el volumen de Norma de 2008, es un estupendo comic ambientado en la 1ª Guerra Mundial que merece mucho la pena.

PUNTUACIÓN: 8/10

Capítulo prólogo, bocetos y extras inéditos en España.

Kurt Busiek (Astro city, JLA/Vengadores) y Carlos Pacheco (Siempre vengadores, Superman) nos presentan cómo hubiera sido la I Guerra Mundial en un mundo de fantasía donde la magia funciona como la tecnología más moderna.

1914, la I Guerra Mundial acaba de estallar y está arrasando toda europa. Tropas de humanos, ogros, no muertos y demás seres se enfrentan en una de las más sangrientas guerras que ha visto el mundo. Mientras tanto, en los Estados Unidos de Columbia, el joven Arrowsmith conoce al cuerpo de los voladores y el valor de la libertad.

Tomo de 168 páginas editado por Norma Editorial en 2008,

Kurt Busiek (Boston 1960), es uno de los grandes guionistas de Marvel Comics. MARVELS en 1993 junto a Alex Ross revolucionó el mundo del comic, no solo por las páginas pintadas de Ross mediante la técnica del fotorealismo, sino porque el concepto de mirar a los superhéroes desde el punto de vista del hombre corriente de la calle nos devolvió un «sense-of-wonder» perdido durante años por la moda del «grim-n-gritty» que triunfaba en esa década.

Thunderbolts (1997) con Mark Bagley y su icónico giro al final del primer número o el relanzamiento de Los Vengadores (1998) con George Pérez tras el Heroes Reborn son clásicos absolutos de Marvel. Como por supuesto lo es también el mítico JLA / Vengadores de 2003. Tras abandonar Marvel, Busiek trabajó en DC comics como Superman: Secret Identity con Stuart Immonem, JLA o Superman con Carlos Pacheco.

El gusto por el clasicismo pudo verse también en su icónico Astro City junto al dibujante Brent Anderson, comic que empezó a publicarse en 1995 y que ha tenido recientemente un relanzamiento en Image. En 2004 escribió una maravillosa etapa de Conan en Dark Horse junto al artista Cary Nord, y más recientemente, también en Image destaca su comic The Autumnlands junto al dibujante Benjamin Dewey.

Carlos Pacheco (San Roque, Cádiz, 1962) lleva casi 30 años siendo uno de los mejores dibujantes españoles trabajando en el mercado mainstream USA. Colaborador de Comics Forum desde finales de los 80 realizando portadas para numeros comics de la editorial, en 1993 dio el salto a Marvel U.K. con una historia corte de Motormuth y Killpower primero y la miniserie Dark Guard, que supuso el primer trabajo completo de Pacheco para ellos. El primer trabajo para USA llegó en 1994 para DC en la serie de The Flash con guión de Mark Waid. Tras este comic, Pacheco ficha por Marvel en 1994, empezando a trabajar en comics como Bishop, Starjammers, Universe-X o Excalibur. En 1998-99 colabora con Kurt Busiek en Siempre Vengadores, uno de sus trabajos más redondos, trabajo al que siguió en 2000 una interesante etapa en los 4 Fantásticos en la que guionizaba el comc junto a Rafael Marín).

Tras 10 años en Marvel, Pacheco decidió cambiar de aires y en 2005 fichó por DC Comics, trabajando en Superman / Batman con Jeph Loeb, el relanzamiento de Green Lantern con Geoff Johns, o una interesante etapa en Superman junto a Kurt Busiek entre 2006-07. En 2009 Pacheco retornó a Marvel, donde ha trabajado en numerosos comics de la línea Ultimate o de la franquicia mutante, además de en Capitán América de Rick Remender. En los últimos años se ha visto relegado (o quizá él lo prefiera así) a realizar portadas y pequeñas etapas o números sueltos en multitud de series, siendo quizá su último gran trabajo completo la miniserie The Life of Captain Marvel con la guionista Margaret Stohl (2018-19).

Tras colaborar en Siempre Vengadores (Avengers Forever) entre 1998-99, Kurt Busiek y Carlos Pacheco consideraron su próxima colaboración, y tras múltiples conversaciones, optaron por publicar un comic un tanto contra corriente, al tratarse de una historia alejada de los superhéroes ambientada en una Primera Guerra Mundial de un mundo alternativo en el que la magia y los seres sobrenaturales existen.

Arrowsmith fue una miniserie de 6 número publicada entre 2003 y 2004 en el sello Cliffhanger de Wilstorm, donde Busiek publicaba Astro City. Aunque Pacheco y Busiek quedaron muy contentos de su colaboración y expresaban siempre que podían su intención de publicar nuevas historias de creación propia, algo que ha tardado 18 años en suceder en Image Comics, diría que en su momento el comic no debió ser demasiado rentable para ellos, ya que su siguiente colaboración fue para DC Comics en Superman.

En España, Planeta publicó inicialmente Arrowsmith en grapa en 2004, mientras que Norma Editorial se hizo con los derechos y publicó el primer tomo recopilatorio en 2008. Más recientemente ECC también ha publicado una nueva edición en 2015, y con la publicación de la nueva miniserie Arrowsmith: Behind enemy lines en Estados Unidos, es probable que en poco tiempo salga en España una nueva edición aprovechando la publicación del segundo volumen.

Entrando a valorar el comic en si, ¡Qué maravilla de dibujo!! Arrowsmith puede ser uno de los mejores trabajos de Carlos Pacheco, dentro de una carrera modélica. Pacheco da una master-class narrativa en Arrowsmith, lo cual en si mismo no es noticia, consiguiendo que la historia se entienda sin necesidad de leer los bocadillos, disfrutando enormemente el dibujo. Pero además realiza un extraordinario trabajo de creación de un mundo «realista» de 1915 con elementos arquitectónicos reconocibles junto a trajes, vehículos y un ambientación histórica perfecta, a la que añade elementos fantásticos como dragones, zombies, hombres lobo y vampiros, además de los propios magos. Puestos a crear mundos propios, hay artistas que van a lo fácil con una mínima ambientación o colores resultones que maquillan la falta de fondos (¿he oído Saga?), pero ese no es el caso de Pacheco, más bien al contrario. Se nota en las páginas que ha realizado un extenso y sobresaliente trabajo de documentación, y el resultado luce en cada página, con muchos momentos que son visualmente una locura.

El entintado de Jesús Merino y el color de Alex Sinclair son el perfecto complemento a los lápices de Pacheco. Pocos entintadores han entendido el trazo de Pacheco igual que Merino, que realza el lápiz sin taparlo en ningún momento, consiguiendo que la lectura del tomo sea un placer. También me ha parecido estupendo el color de Sinclair, con una paleta cromática con verdes y colores brillantes para resaltar el elemento mágico, y una gama que resalta el elemento histórico en las partes más calmadas. Hacía bastante años que no leía Arrowsmith, y la nueva lectura confirma que sólo por el apartado artístico de Pacheco, Merino y Sinclair merece la pena tener este comic.

En lo referido a la historia, lamentablemente la valoración no es igual de positiva. En lo positivo, Busiek pidió ayuda al historiador Lawrence Watt-Evans para la creación de la historia de este mundo fantástico que tuvo su punto de ruptura respecto al nuestro en el siglo IX, a partir de la denominada «Paz de Carlomagno». En este sentido, se nota que hay mucha reflexión a la hora de crear este mundo, con un worldbuilding muy interesante y complejo, que transmite que esta primera historia sólo ha rascado en la superficie del iceberg que hundió el Titanic.

La Primera Guerra Mundial fue la primera gran guerra en la que desapareció la imagen heroica y honorable de la guerra, con miles de jóvenes muertos en las trincheras al usarse por primera vez elementos de guerra bacteriológica o en general ametralladoras que barrían a los enemigos. Arrowsmith transmite perfectamente la idea que la guerra es un infierno en el que cualquiera puede morir en el momento menos pensado. Además, una vez empieza el combate ya no existen buenos y malos, solo personas que harán lo que sea necesario para sobrevivir. Pensando en los elementos de worldbuilding y de mostrar el horror de la guerra, el comic es un acierto total.

Sin embargo, en el guión de Arrowsmith hay varios elementos y decisiones creativas de Busiek que no acaban de funcionar, empezando por la decisión de contar la historia como si fuera una novela epistolar, mediante las cartas que el protagonista escribe a sus padres y allegados. Y se que el género epistolar estuvo muy de moda a final del siglo XIX y principio del XX, con Drácula de Bram Stocker como uno de sus máximos exponentes. En este sentido, no tengo claro si Busiek lo plantea a modo de homenaje a este género literario para que conectara con el elemento fantástico de su historia, pero lo cierto es que estas cartas no funcionan en ningún momento. Aparte de ser un engorro de leer, paran la acción y no aportan demasiado a la historia, hasta el punto que casi diría que la lectura mejoraría sin ellas, excepto en momentos puntuales como cuando Fletcher Arrowsmith está escribiendo una carta y tacha cosas porque no sabe como contar lo que tiene que expresar. Pero estos pequeños aciertos no ocultan que a nivel global esta narración no funciona.

Aparte de esto, el principal problema del comic es doble. Por un lado, comentaba que el worldbuilding a nivel general está bien, empezando por la premisa de un mundo en guerra en 1914 en el que existe la magia y lo sobrenatural. Sin embargo, una vez acabamos de leer la historia, me queda la sensación que lo que nos han contado en concreto dentro de este mundo no ha sido demasiado interesante, con muchos clichés andantes empezando por un protagonista que empieza siendo un chaval optimista y bonachón que recibirá unos golpes de realidad brutales cuando entre en combate, y los compañeros de escuadrón con los que compartirá la vida.

Hay otro elemento problemático dentro de esta sensación de historia poco interesante, y es que este volumen se siente como la introducción a la historia buena que de momento aún no nos han contado. Este comic está planteado para contar el origen del héroe, pero incluso en 2003 cuando se editó por primera vez el comic el mercado de las librerías especializadas obligaba a contar siempre lo mejor para enganchar al lector y hacer que la compra de la siguiente grapa fuera obligada. Este comic me hizo recordar al Robert Kirkman primerizo que planteaba el giro inicial de Invencible para el número 25 y le convencieron a adelantarlo y crear un golpe de efecto que impactara al lector lo antes posible, ya que si el comic no se vendía desde el comienzo habían muchas posibilidades que la serie no pasara del primer año. Algo que no veo en este primer volumen de Arrowsmith.

Entiendo que hay que construir la ambientación para enganchar luego con la historia y los personajes, pero en este caso tras leer el primer arco realmente no sabemos nada del enemigo, apenas se intuye el problema en el frente aliado con unos magos que parecen (son) igual de malos que sus oponentes (resaltando eso si el elemento que mientras los poderosos se benefician los jóvenes pagan el precio), y en general Arrowsmith ha sido un personaje secundario en su comic, viviendo situaciones sobre las que no puede influir. Es normal que no consiguiera empatizar con el comic mientras lo leía.

EPSON MFP image

Como digo, sólo por el dibujo merece la pena comprar este Arrowsmith, y a pesar de lo que acabo de exponer realmente la historia no está mal. Pero me sabe muy mal que el comic no fuera tan bueno como hubiera podido ser, más teniendo en cuenta que este volumen ha quedado como una historia de origen de algo que no ha tenido continuidad hasta muchos años después. Espero que tras estos 18 años de espera (realmente 14 desde que salió el tomo de Norma), la segunda miniserie Behind enemy lines nos ofrezca la gran historia que estoy seguro que este mundo puede ofrecernos.

PUNTUACIÓN: 8/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Crítica de Los Vengadores 31-35 World War Hulka de Jason Aaron, Javier Garrón y vv. aa. (Marvel Comics – Panini)

La etapa de Jason Aaron en los Vengadores cumple 50 números, y hoy quiero analizar el último arco de la serie World War Hulka junto al español Javier Garrón, además de las implicaciones que las revelaciones del último número especial pueden suponer para esta colección

PUNTUACIÓN: 7.5/10

¡World War Hulka! Tras los acontecimientos que nos trajeron de vuelta a la Fuerza Fénix, la Tierra se ha convertido en un planeta más fracturado y volátil que nunca, especialmente para Los Vengadores. Una vez que Hulka sea declarada una amenaza Global, la Fuerza de Invierno rusa se dispone a conducirla ante la justicia. Ahora, Jen Walters se enfrentará a un destino que ni siquiera Hulk podría esperar soportar. La Habitación Roja es donde se han forjado algunos de los mejores asesinos y superasesinos del mundo, y transformará a Jen en algo aterrador. ¡El Hulk de invierno está a punto de ser liberado en el mundo! ¿Y el único que puede detenerla es el Hombre Gorila?

World War Hulka se ha publicado en los números 45-50 USA, publicados en España por Panini en los números 31-35. Además, el número 50 USA (750 de la numeración legado) es un especial de 96 páginas en el que además de la conclusión de «World War Hulka», conoceremos el verdadero propósito de Los Vengadores prehistóricos, el secreto del Inquisidor de Hierro y la llegada del mayor grupo de psicópatas que haya conocido ninguna Tierra. ¡El mañana empieza aquí!

En este especial n.º 50 (750 Legado) están acreditados los siguientes autores: Jason Aaron, con dibujo y tinta de Aaron Kuder, Javier Garrón, Carlos Pacheco, Rafael Fonteriz, Ed McGuinness, y color de Alex Sinclair y David Curiel para la historia principal “Una Tierra distinta a cualquier otra (como todás las demás)». David Badeón dibuja, con color de Israel Silva, la doble página con “La montaña de los Vengadores”. La sorpresa llega con la historia “Los dos dignos”, escrita por el novelista Christopher Ruocchio con Steve McNiven y Frank D´Armata en el apartado artístico.

World War Hulka es el perfecto ejemplo de todo lo que ha convertido a Los Vengadores de Jason Aaron y Javier Garrón en uno de los comics más entretenidos de la Marvel actual. Tengo que reconocer que Llega el Fénix, el arco anterior, es probablemente la historia más floja de Aaron hasta la fecha en la serie, pero tras este bache yo disfruté mucho con Heroes Return, que permitió a Aaron desatarse con las ideas más locas inspiradas en la historia de Marvel Comics aprovechando este mundo en el que el Escuadrón Supremo era su principal defensor. Tras este evento fuera de la serie principal, el retorno de Vengadores es un comic en que Hulka cobra protagonismo y que de nuevo vuelve a trasmitir una escala y sensación de amenaza que ya le gustaría tener a la mayoría de comics de cualquier editorial.

Aaron plantea sus comics como historias para ser leídas mes a mes. Me gusta que en este arco de 5 números cada grapa te cuenta una aventura completa con grandes momentos de acción más grande que la vida con un montón de giros y sorpresas impactantes. El secuestro y posterior conversión de Hulka en una Hulk de Invierno al servicio de Moscú nos plantea un nivel de amenaza inédito para los Héroes más Poderosos de la Tierra, con unos giros en cada grapa que me han gustado mucho.

Otro elemento super importante para mi y clave para captar a nuevos lectores es tener una historia autocontenida en si misma que no te obliga a leer más comics que este (y en su momento el Heroes Reborn que durante varios meses sustituyó a este comic y no se solaparon). Frente a una franquicia mutante cada vez más endogámica y sacacuartos que obliga a múltiples compras (a menudo de comics que no te interesarían a priori) para una mayor comprensión de la historia, los Vengadores te ofrecen todo el entretenimiento en una única grapa que al menos a mi me deja siempre con ganas que querer comprar la siguiente para saber cómo continua la historia.

Otra de las virtudes de Jason Aaron es la forma en que plantea historias en las que nunca sabes qué va a suceder a continuación, algo que como lector veterano agradezco un montón. Esta sensación de “All-New, All-Different” es una pasada y acrecienta el entretenimiento que me proporciona este comic todos los meses. Además, este arco de World War Hulka plantea un cambio en Jennifer Walters con vocación de perdurar en el tiempo, y en general en la geopolítica planteada por Aaron en esta etapa. Si uno de los grandes elementos distintivos de Aaron era plantear una escala global con múltiples amenazas simultáneas contra los Vengadores, en este arco parece que se resuelve la amenaza de Namor como Rey de Atlantis y, en parte, también la amenaza del reino de los Vampiros de Drácula establecido en Chernóbil.

Sin embargo, eso no significa que los Vengadores se estén quedando sin enemigos, ya que el especial n.º 50 nos trae la aparición de los Señores del Mal Multiversales (que fueron presentados en el especial del Día del Comic Gratis junto con el retorno de Deathlok, un fan-favourite para Aaron) y que plantean el nivel de amenaza más-grande-que-la-vida que merecen nuestros héroes. Además, tras el Heroes Reborn, hubo gente (yo no) que pensó que Aaron dejaría descansar una temporada al Escuadrón Supremo, y este número confirma que no es ni mucho menos el caso.

Si hay algo que no me ha cuadrado de esta etapa es la figura de Mefisto, empezando por su papel en la creación de los Vengadores de hace un millón de años. Este descuadre se mantiene en este especial incluso amplificado, porque una cosa es que los Señores del Mal de Muerte puedan viajar en el Tiempo y otra que Mefisto lo haga, algo imposible por muy demonio que sea. De hecho, esta versión de Mefisto del pasado no debería tener los conocimientos de su yo del presente, y es un detalle no menor que me rompe algo la suspensión de credulidad. Incluso teniendo claro que este comic no busca ser una historia sesuda sino un entretenimiento ligero que puedan leerlo sin problemas todo tipo de lectores, incluso nuevos lectores que se acerquen a los comics tras ver las películas.

Se además que muchos lectores veteranos no han encajado con la propuesta de Aaron y opinan que los personajes en muchos casos no parecen ellos mismos. Esto es algo respetable y puedo empatizar con ellos, aunque yo en mi caso no acabo de ver ese problema en unos personajes que cambian y evolucionan en función del escritor que se encarga de escribirles. Sin ir más lejos, Donny Cates ha convertido a Thor en su colección en un gilipollas antipático con el que es imposible empatizar, y jamás diría que Cates “no entiende al personaje” o que “no tiene ni idea de escribir”, cosa que sí estoy escuchando sobre esta etapa. Algo en lo que obviamente no estoy de acuerdo.

Si es cierto que el tema de los viajes en el tiempo es algo peliagulo que puede provocar más de un dolor de cabeza a los fanáticos de la continuidad si no cuadra bien la historia. Pero dentro que como decía no conecto nada con la parte de Mefisto, sigo teniendo toda mi confianza en que Aaron sepa cerrar bien su historia con una acción más-grande-que-la-vida además a lo largo y ancho del multiverso temporal de Marvel. Si Aaron busca contar la mayor historia de los Vengadores que al menos iguale la escala de Jonathan Hickman, y eso que su etapa culminó en las Secret Wars, creo que hay muchas posibilidades de que lo pueda conseguir.

En el apartado artístico, me flipa muchísimo el estilo de Javier Garrón (con color de David Curiel), que se encarga de dibujar todo el arco de World War Hulka, excepto unas pocas páginas del número 49 USA (n.º 34 de Panini) dibujadas por Flaviano. En la Marvel actual de los fill-ins montoneros y los artistas que no aguantan ni tres grapas seguidas en una serie, el artista gaditano se está currando unos comics alucinantes en los que no sólo tiene que a dibujar múltiples personajes con combates de alta tensión, sino que además plantea rediseños de varios personajes en función de la misión que tienen que realizar en ese momento. Si tengo que ponerle un pero es que llena tanto las viñetas, en parte por lo que comentaba del protagonismo coral y la necesidad de mostrar a múltiples personajes en todo momento, que sus páginas producen cierto “agotamiento” tras leerlas por toda la información que contienen, estando todo demasiado apelotonado en algunos momentos. Dicho esto, la calidad, regularidad y personalidad que está mostrando Garrón desde su debut en La Era de Khonshu me parece digna de elogio. De hecho, me encantaría que Garrón se mantenga de dibujante oficial durante el tiempo que le reste a la etapa de Aaron.

En el especial n.º 50 Garrón se encarga de las páginas de conclusión del arco World War Hulka que cierra de momento la participación Hulka en la serie, quedando las restantes para un all-star de artistas de la casa. Me gusta que Aaron Kuder, al que conocí en su estupenda (aunque corta) etapa en Guardianes de la Galaxia junto a Gerry Duggan, se encargue de las páginas que sirven de prólogo de la nueva serie Avengers Forever que él se va a encargar de dibujar. Su estilo de línea fina tiene una personalidad tremenda sobre todo a la hora de dibujar las expresiones faciales, con una narrativa super dinámica que creo que va a aprovechar esta nueva serie de Vengadores para lucirse.

Junto a Garrón y Kuder, en este especial tenemos a Carlos Pacheco, Rafael Fonteriz, Ed McGuinness, David Baldeón y Steve McNiven, encargados cada uno de una faceta de la historia que Aaron plantea en diferentes momentos temporales y con personajes diferentes. Y aunque individualmente me gustan todos los dibujantes, McGuinness igual el que menos, el hecho de tener todas las historias entrelazadas a lo largo del especial provoca que este comic tenga una sensación de “cajón de sastre” que no le sienta demasiado bien a la experiencia lectora.

Se que clamo en el desierto cuando me quejo del excesivo baile de dibujantes en los comics de Marvel, y está claro que era imposible un especial de estas características estuviera dibujado por un único artista. Pero lo cierto es que estos bailes hacen imposible que haya una única personalidad gráfica que acaba yendo en contra de la satisfacción que un entretenimiento periódico tiene la obligación de ofrecer todos los meses.

Hay comics que tras 50 números muestran signos claros de agotamiento. No es ni mucho menos el caso de estos Vengadores. Y Marvel demuestra que sigue super contenta con su trabajo, ya que tras este especial 50/750 desde el mes que viene la colección se desdoblará en dos con el estreno de Avengers Forever de Aaron junto a Aaron Kuder, que ha dibujado uno de los capítulos del especial, y que se encargarán de mostrarnos la parte de la aventura a lo largo del continuo espacio-tiempo, mientas que los Vengadores tradicionales supongo que seguirán dedicados al presente de la tierra 616 como hasta ahora.

Leyendo la newsletter de Aaron queda claro que este encargo de Marvel no sólo es uno de los trabajos que más está disfrutando como creador, sino que le está planteando uno de los mayores desafíos narrativos como escritor desde que empezó a trabajar en la Casa de las Ideas, incluso superando a su maravillosa etapa en Thor, teniendo en cuenta que en el comic del Dios del Trueno sólo habían 2 protagonistas -Odinson y Jane Foster- frente el gran reparto coral de los Vengadores. Es por esto que me molesta bastante leer a Julián Clemente en el Spot-On de este mismo comic opinar que Aaron “escribe con desgana” a Los Vengadores, lo cual no sólo es objetivamente incorrecto, sino que transmite un sesgo tremendo por parte de Clemente. Por supuesto no pasa nada si dice que algo no le gusta, y ya se sabe que para gustos colores y todas las opiniones son respetables en ese sentido. Pero no es tan aceptable que incorpore un una página oficial de información de Marvel / Panini unas apreciaciones personales sin más fundamento que a él no le gusta lo que Aaron nos está contando y busca lo que sea para justificar su punto de vista. De hecho, la complejidad de historia de Aaron es algo tan evidente, no hay más que leer el comic, que puede ser muchas cosas y puede gustar o no gustar, pero seguro no transmite “falta de gana, deseo o interés por algo”.

Me produce bastante gracia leer a Clemente lamentarse porque le gustaría que la etapa de Aaron se termine lo antes posible pero tiene que enfrentarse a la realidad que Marvel no parece estar por la labor, y que a Aaron le queda cuerda para rato. De hecho, la sensación es que vamos a tener a Aaron durante todo 2022, y yo no puedo estar más contento por ello.

Los Vengadores siguen siendo uno de los comics más divertidos de la Marvel actual, con una escala y sensación de amenaza que deja en mal lugar al resto del catálogo. Mientras Aaron, Garrón y Kuder (o quien corresponda) mantengan el nivel, yo seguiré comprando encantado este comic.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Gracias por leer este post. Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Reseñas Express Marvel: La Guerra de los Reinos 1, Vengadores 8 y La Vida de la Capitana Marvel

En la sección de reseñas express de Marvel de este mes de julio tengo a Jason Aaron por partida doble, así como el nuevo origen que Marvel ha preparado para la Capitana Marvel, dibujado por el genial Carlos Pachecho.

 

UNIVERSO MARVEL: LA GUERRA DE LOS REINOS 1, de Jason Aaron, Russell Dauterman y Matthew Wilson

¿De qué va? ¡El mundo en guerra! Asgard. Alfheim. Heven. Jotunheim. Muspelheim. Niffleheim. Nidavellir. Svartalfheim. Vanaheim. Los Diez Reinos han caído ante Malekith y su ejército. Todos, excepto uno: Midgard. Ahora, le ha llegado su turno, y Thor ni siquiera estará allí para verlo. El infierno se desata en Nueva York cuando Malekith y sus aliados comienzan su invasión.

Opinión: Jason Aaron comienza la última fase de su etapa en Thor y lo hace por todo lo alto con Russell Dauterman y Matthew Wilson, el equipo artístico superstar de la celebrada etapa de Jane Foster / Thor.

Este inicio de evento tiene la virtud de ser totalmente reader-friendy, de forma que incluso sin haber leído la etapa de Jason Aaron en Thor te da toda la información que necesitas para disfrutar de esta historia.

Y aunque se prevee que el evento sea global con batallas a lo largo de los 10 Reinos y tie-ins en la mayoría de series del universo Marvel, mola que la historia se centre en la familia de Thor Odinson, su hermano Loki, sus padres Odin y Freyja y en la anterior Thor Jane Foster.

En el apartado artístico, Russell Dauterman y Matthew Wilson, así como las portadas de Arthur Adams, son bestiales, y nos prometen un montón de momentazos icónicos que vamos a recordar durante años.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

100% MARVEL HC: LA VIDA DE LA CAPITANA MARVEL, de Margaret Stohl, Carlos Pacheco y Marguerite Sauvage

¿De qué va? ¡El origen definitivo de la Capitana Marvel! Carol Danvers no era más que una chica de Boston a la que le gustaba la ciencia y los Red Sox, hasta que un oportuno encuentro con un héroe Kree cambió su vida para siempre. Esa es la historia, pero… ¿y si hubiera más de lo que pensábamos? En esta obra, Carol vuelve a un pasado que creía olvidado.

Opinión: La Vida de la Capitana Marvel de Margaret Stohl, Carlos Pacheco, Marguerite Sauvage, Rafael Fonteriz y Marco Menyz es un correcto cómic con un único objetivo: Ampliar el origen de Carol Danvers para que no sea derivativo de Mar-Vell, el Capitán Marvel original, y poder vender que es un personaje importante por si misma, sobre todo tras la película de Marvel Studios estrenada a principio de año.

El apartado artístico es lo más destacado de este comic. Hay que reconocer que la tinta de Rafa Fonteriz y el color de Marcio Menyz le sientan genial a los lápices de Carlos Pacheco, que ofrece uno de sus trabajos más entonados de los últimos tiempos. Marguerite Sauvage, que realiza las páginas ambientas en el pasado, pierde siempre en la comparación con Pacheco, pero además está muy por debajo de muchísimos autores de la Marvel actual. Sin embargo, para este tomo entiendo que no desentona demasiado y está correcta.

Destacaría además las sobresalientes portadas de Julián Torino Tedesco, que son una barbaridad super icónica y es virtualmente imposible elegir una sola.

Sin embargo, la historia de Margaret Stohl me parece super floja y hasta perezosa, al utilizar elementos totalmente rutinarios vistos en películas del MCU sin venir demasiado a cuento, como que Carol empiece a sufrir ataques de pánico como Tony Stark en Iron Man 3 porque si, sin ofrecer ninguna justificación razonable en el propio tomo. O que para que la acción se ponga en marcha, hagan que Carol, una militar con gran experiencia y una guerrera a nivel galáctico, destruya se forma muy tonta un elemento de tecnología Kree.

Aunque este tomo está ambientado en el universo Marvel comiquero, la verdad es que más parece pensado para posibles nuevos lectores que buscan un comic de la Capitana Marvel tras ver su película o su participación en Vengadores Endgame, con elementos poco sutiles como la participación de Tony Stark en el comic, o que tras años con su icónica imagen con pelo corto, Marvel hace que le crezca el pelo para que se parezca más a Brie Larson.

En resumen, un gran dibujo para una historia bastante floja, que sin embargo creo que Marvel y Panini van a vender como churros ante la importancia que la editorial está dando al personaje y el significar un tomo autoconclusivo de fácil lectura que no implica tener que leer nada previamente.

PUNTUACIÓN: 7/10

 

LOS VENGADORES 8, de Jason Aaron y David Marquez

¿De qué va? ¡“La guerra con los vampiros”, partes 3 y 4. Bienvenido a Los Vengadores, Blade. ¡Ojalá sobrevivas a la experiencia! Una guerra civil desgarra la furia de la comunidad vampírica en todo el mundo. ¿Cuál será el destino de Drácula?

Opinión: Este mes desacto a Jason Aaron por partida doble, pero es que se nota que en Vengadores Aaron está pasándoselo genial, En este número termina la primera fase de la Guerra contra los Vampiros, con una historia con un montón de giros y sorpresa final que ofrece unas posibilidades interesantes para el Universo Marvel.

El dibujo de David Marquez es siempre notable, y tiene el extra de ser uno de sus últimos comics en Marvel antes de su cambio a DC Comics. El dibujo de Marquez hace que incluso en viñetas  super pobladas veas lo que está pasando y lo que hace cada personaje.

Los Vengadores, con permiso de Thor, busca ser EL COMIC de Marvel, con las más grandes y locas aventuras a nivel global. Y hay que reconocer que Jason Aaron lo está consiguiendo.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

Y si te gustó este artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales, y que sigas mi blog para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!