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Crítica de Nemesis de Mark Millar y Steve McNiven (Millarworld)

Mark Millar está publicando en Image Comics Nemesis: Reloaded junto al artista super estrella español Jorge Jiménez. Es por esto que me he animado a recuperar la primera miniserie del personaje con dibujo de Steve McNiven (co-creador del comic) y color de Dave McCaig, y que fue publicada originalmente dentro del sello Icon de Marvel Comics en 2010-11.

PUNTUACIÓN: 6/10

¿CIVIL WAR? Nada. ¿KICK-ASS? Un calentamiento. ¿Qué pasaría si el hombre más inteligente y duro del mundo fuera totalmente malvado? Conoce a Nemesis. Ha estado destruyendo sistemáticamente las vidas de todos los jefes de policía de Asia, y ahora ha puesto sus ojos en Washington, DC. Entre tú y yo, la policía no tiene ninguna posibilidad. No te pierdas el libro del que TODO el mundo hablará.

Nemesis fue una miniserie de 4 números publicada en 2010-11 en el sello Icon de Marvel Comics. Icon fue creado en 2004 por Marvel para ofrecer a sus principales arquitectos de la época un espacio donde pudieran publicar comics de creación propia conservando los derechos, de forma que no tuvieran necesidad de irse a otra editorial a hacerlo. Powers de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming y Kabuki de David Mack cambiaron Image por Icon, y en este sello se publicaron también comics de J. Michael Straczynski como Dream Police y The book of lost souls, o el ahora mítico Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips. Dentro de la comodidad para los autores de publicar «en casa», lo cierto es que Icon era un espacio un tanto tacaño, dado que Marvel no invertía nada en publicidad para estos comics, siendo algo que tenían que hacer y pagar los autores de su bolsillo, al igual que los gastos de imprenta. Además, en su momento se dijo, antes de la explosión de la venta de tomos, que estas grapas sólo se imprimirían una vez aunque se agotaran y fueran un gran éxito. La idea que subyace era que Icon era un caramelo de Marvel para sus autores estrella, pero no invertían ni un céntimo más de lo necesario.

Desde que entramos en el siglo XXI Mark Millar ha sido uno de los escritores mainstream más popular y super ventas. Pero además, siempre ha tenido un gran ojo para captar las necesidades y oportunidades del sector, demostrándose un hábil profesional pensando desde una perspectiva de negocio. Tras el pelotazo de la primera serie The Ultimates, que fue publicada entre 2002 a 2004, Millar creó su sello Millarworld en 2004 para publicar comics de creación propia de los que conservaba los derechos, algo que se ha demostrado la decisión más inteligente que pudo tomar en esos años. En esos años iniciales decidió no cerrarse ninguna puerta y optó por publicar con diferentes editoriales. De esta forma, Wanted (que tuvo adaptación cinematográfica) con J.G. Jones se publicó en Image a través de Top Cow, Chosen con Peter Gross en Dark Horse y The Unfunnies con Anthony Williams en Avatar. En 2008, un Millar super asentado en Marvel tras el pelotazo de Civil War publica su primera colección creator-owned en Icon, Kick-Ass, con dibujo del super estrella John Romita Jr., comic superventas que también tuvo adaptación cinematográfica.

Steven McNiven es un dibujante de cómics canadiense. Se dio a conocer en la editorial CrossGen con Meridian antes de pasar a Marvel Comics para trabajar en cómics como Ultimate Secret, Marvel Knights 4 y New Avengers, firmando un contrato en exclusiva con la editorial. Entre 2006-07 McNiven fue el dibujante de la miniserie de Marvel Civil War junto a Millar, comic que Millar no deja de comentar que es el tomo más vendido de Marvel del siglo XXI. A continuación, Millar y McNiven volvieron a colaborar en la megapopular la historia de Lobezno Old Man Logan entre 2008 y 2009.

Tras estos dos pelotazos en Marvel y estando considerado McNiven el mejor dibujante de Marvel, o al menos el más mediático, Millar consiguió convencer a McNiven para que su siguiente trabajo juntos no fuera otra serie de Marvel, sino NEMESIS, un comic que se vendió con la premisa de ver qué pasaría si Batman fuera un psicópata como Joker. Algo que se dice provocó una llamada de DC para limar asperezas y asegurar que no sería necesaria una denuncia por uso indebido de su personaje estrella. El comic fue una miniserie de apenas 4 números y 96 páginas en total y salió con una periodicidad trimestral en mayo, agosto y noviembre de 2010 y febrero de 2011, entiendo que para que su publicación no afectara los posibles comics o portadas que Marvel encargara a McNiven en esas misma fechas.

Entrando a valorar el comic en si, Nemesis es uno de los comics que menos me gustan de Millar, y mi relectura no ha hecho más que recordarme los motivos. En comics previos como The Authority Millar ya se había ganado la fama de crear historias que son una macarrada super punki capaz de todo para provocar un shock al lector. Nemesis lleva esta valoración a un nivel superior. En Authority la punkarrada tenía un sentido, por ejemplo al realizar una parodia super over-the-top de los Vengadores en uno de sus arcos. Pero en Nemesis Millar se lía a un frenesí mega gore sin más intención narrativa que mostrar que lo hace porque puede, y que sus comics incluyen escenas en lo referido a ultra-violencia y gore que ningún otro escritor / editor se atrevería a publicar en un comic mainstream. Como elemento publicitario, estoy seguro que consiguió su objetivo, pero no es algo que yo como lector disfrute especialmente.

A la hora de plantear la muerte del jefe de policía de Tokio en la escena inicial, Millar no se limita a hacer que Nemesis le mate para dejar claro que este personaje es un villano, sino que muestra un sadismo extremo destruyendo un edificio lleno de gente como adelanto de que un tren bala aplaste al policía. Y la punkarrada no se detiene ahí, hay más. El comic sugiere un trauma infantil como el de Batman/Bruce Wayne como motivación de Nemesis, algo que se demuestra más adelante como una pista falsa, una punkarrada más. Que una de las sorpresas detrás de este asesino de masas es que su motivación para hacer lo que hace sea que «se aburre» es uno de los argumentos más macarras, nihilistas y, por qué no decirlo, tontos, que se pueden leen en un comic. Aunque es cierto sentido, eso es precisamente la motivación de Joker. Pero hay un montón de elementos super over-the-top en cada grapa, como el ataque al Air Force One cuando Nemesis no puede volar, o que deje embarazada a la hija del Jefe de Policía de Washington Blake Morrow, su siguiente víctima, con los espermatozoides de su hermano (el otro hijo de Morrow), colocando un explosivo que hace imposible que aborte. Whaaaaat?!!!!

En positivo, hay que decir que el mundo del comic americano debe ser uno de los pocos medios en entretenimiento en que apenas hay contenidos protagonizados por villanos. Millar vio este nicho hace mucho, porque Wanted es una historia de villanos, al igual que este Nemesis o Super Crooks junto a Leinil Francis Yu. Se le puede decir muchas cosas al escritor escocés, pero me gusta que sus high-concept sean siempre potentes y bastante diferentes entre si. También debo reconocer que incluso sin conectar con la historia de Millar, el comic se lee como un tiro y funciona sin duda como una historia de acción super over-the-top con giros constantes. El público que disfruta de películas como Posesión infernal o Destino final, por decir dos series que me vinieron a la cabeza inmediatamente, se lo pasarán genial leyendo este comic. A los que habría que sumar aquellos lectores post-adolescentes que pienses que los superhéroes con cosas «para críos».

A lo largo de los años, además de por sus argumentos hiper molones pensados para una adaptación cinematográfica, Millar se ha ganado fama de «trabajar con plantilla», planteando siempre en sus historias una traición en su número 4 que lo cambia todo y una macarrada o giro final en el climax de sus comics. En Nemesis creo que también tenemos esto, aunque limitado al formato de cuatro números de esta miniserie.

Hay un elemento que me llamó la atención de esta relectura. En 2008 Christopher Nolan hizo historia del cine mainstream con The Dark Knight. La parte del joker dejándose atrapar como parte de su plan fue un giro de guion super influyente que fue copiado en los años siguientes por muchísimos blockbusters palomiteros, desde Star Trek Into Darkness, Skyfall de 007 o incluso Los Vengadores de Joss Whedon. Millar también usa esta idea en Nemesis, y al ser un comic publicado dos años depués no tengo duda que no es casualidad, vio la película de Nolan y aprovechó esta idea que se ajustaba como anillo al dedo en su historia de un sádico asesino super inteligente. Unido a esto, este super criminal que planea sus golpes con años de antelación tiene mucho que ver con el Joker de Heath Leadger, que fue convertido en un avatar del Caos capaz de los planes más complejos y rocambolescos. Millar, eso si, hace un «sujétame el cubata» haciendo que sus planes de alarguen con años de antelación, llegando hasta situaciones tan ridículas como el giro final del comic (que no rebelaré por si alguien no leyó este comic).

El comic tiene el problema que Nemesis es un psicópata y por supuesto es imposible conectar con las masacres que va cometiendo, algo acrecentado por la motivación del aburrimiento. Pero a la vez, Millar tampoco hace demasiado para que empaticemos con el Comisario Blake Morrow, un policía íntegro que se tendrá que enfrentar a Nemesis (más bien sufrirlo) y que pone su trabajo por encima de su familia, hasta el punto que sus hijos le ocultan cosas porque le tienen miedo. Puestos a presentar a un Comisario Gordon en este comic, parece que Millar tampoco busca que sea un protagonista 100% positivo, supongo que porque estimaba que así lucía más cool.

Entrando a valorar el apartado artístico, Steve McNiven mantiene su estilo hiper realista que le encumbró en Civil War y Old Man Logan, pero no estamos ante uno de sus mejores trabajos. Hay un primer elemento que afecta a la lectura y es el propio Nemesis. El comic se vendía con la premisa del «Batman psicópata», y supongo que para transmitir la idea de opuesto al Caballero Oscuro, Millar y McNiven presentan a un villano vestido con un traje de spandex blanco absoluto. Y lo que podría ser una buena idea a nivel conceptual resulta fallida para el lector al ser una figura sin ningún elemento icónico ni nada que haga que merezca la pena recordarle. Por no tener, no tiene un logo o imagen icónica en el pecho. Por cierto, como el comic se plantea desde un punto de vista «malote», Millar no desaprovecha la ocasión para lanzar una pullita sobre lo absurdo que es el origen de Batman en la parte del viaje de un joven Bruce Wayne para entrenarse para ser el mejor en lo que hace.

Unido a esta falta de elementos icónicos, no se si por el hecho de entintarse a si mismo o por el exceso de hiper violencia, pero las páginas de McNiven con color de Dave McCaig lucen «sucias», por calificarlo de alguna manera. Y ojo que la ultraviolencia en las escenas de acción es genial y me encanta, no tengo problema con que un comic incluya elementos gores. Pero la lectura de este comic me deja la sensación que no por intentar ser super realista y dibujar hasta el último músculo del cuerpo tu dibujo es mejor. De hecho, este empeño choca con la tontería y el gore de la historia, por lo que hay cierta disonancia en el conjunto.

A ver, siendo McNiven, no es que el dibujo esté mal. Para nada. Nemesis es un «pasa-páginas» que cuando lo empiezas no puedes dejar de leerlo, y eso es mérito de su dibujo. La acción está super bien narrada y consigue impactar con los numerosos puntazos con que Millar riega la historias. Y los detalles de arquitectura cuando los dibuja están muy guay también. Quizá el problema es que el listón lo había puesto muy muy alto en sus comics previos, de forma que entregar un comic que no es sobresaliente se ve como una pequeña decepción. Creo que los tiros pueden ir por ahí.

Voy a hacer un último comentario sobre el giro final CON SPOILERS, pero lo voy a colocar detrás de esta imagen promocional por si no leísteis este comic y preferís que os chafe la sorpresa:

El high-concept de Nemesis era presentar a un Batman psicópata jokerizado en un frenesí criminal. La historia sugiere una historia de origen similar a la de Batman, al plantear que Matt Anderson era un niño hijo de una pareja de asesinos en serie que jura venganza hacia los policías que detuvieron a sus padres y les llevaron a la cámara de gas. Sin embargo, Millar con su aproximación macarra cambia la narrativa al mostrar en uno de sus giros marca de la casa que realmente Nemesis NO es Anderson, ya que Anderson murió cuando era un joven en un antro en mitad de la nada donde fuera que fuese para entrenarse para su venganza. Asesinado por quien sea que es Nemesis en la actualidad. Este elemento es una ostia en toda la boca del origen del héroe de DC, reforzando que un niño sólo por los lugares más peligrosos del mundo en el mundo real no se convierte en un experto luchador mente maestra, sería asesinado (o algo peor) a las primeras de cambio.

El problema principal viene con la sorpresa de las últimas páginas del comic. De forma sorprendente, Morrow mata a Nemesis en el climax final en la Casa Blanca y de alguna manera parece que va a haber un final feliz. Sin embargo, Millar la vuelva a liar al mostrar que el Nemesis muerto no era el verdadero Nemesis, que es un rico empresario que se dedica a dar habilidades mejoradas a personas aburridas para que desaten el caos. Personas se entiende super ricas que pueden pagar el costoso tratamiento. Entiendo que esta fue la forma que Millar entendió mejor para dejar la puerta abierta a nuevas historias en caso que este Nemesis tuviera éxito.

Sin embargo, este último giro es una idea completamente fallida más allá del shock-value, porque si cualquiera puede ser Nemesis, en el fondo no hay nada especial en él. Y a la vez, la idea que un maestro del caos y el crimen puede ser fabricado sin problemas rompe lo que acabamos de ver, que eran acciones excepcionales de alguien muy loco. El detalle final de una mente maestra que 10 años antes sabía que Morrow sobreviviría a Nemesis y estaría un día concreto en un sitio determinado para poder recibir su felicitación es una ridiculez más de un final que no me funciona en absoluto.

En todo caso y a modo resumen, incluso no conectando con la historia de Nemesis, es un comic resultón que tiene claro qué tipo de entretenimiento ofrece y al público que lo dirige. Si entras en el rollo no tengo duda que es un comic super entretenido.

Comparto las primeras páginas del comic:

Volver a leer Nemesis me ha recordado porqué es uno de los comics que menos me gustan de Millar, unido a que tampoco es el mejor trabajo de McNiven. Un Millar hiper macarra y over-the-top que ponía el shock-value por encima de la historia.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Los Vengadores 31-35 World War Hulka de Jason Aaron, Javier Garrón y vv. aa. (Marvel Comics – Panini)

La etapa de Jason Aaron en los Vengadores cumple 50 números, y hoy quiero analizar el último arco de la serie World War Hulka junto al español Javier Garrón, además de las implicaciones que las revelaciones del último número especial pueden suponer para esta colección

PUNTUACIÓN: 7.5/10

¡World War Hulka! Tras los acontecimientos que nos trajeron de vuelta a la Fuerza Fénix, la Tierra se ha convertido en un planeta más fracturado y volátil que nunca, especialmente para Los Vengadores. Una vez que Hulka sea declarada una amenaza Global, la Fuerza de Invierno rusa se dispone a conducirla ante la justicia. Ahora, Jen Walters se enfrentará a un destino que ni siquiera Hulk podría esperar soportar. La Habitación Roja es donde se han forjado algunos de los mejores asesinos y superasesinos del mundo, y transformará a Jen en algo aterrador. ¡El Hulk de invierno está a punto de ser liberado en el mundo! ¿Y el único que puede detenerla es el Hombre Gorila?

World War Hulka se ha publicado en los números 45-50 USA, publicados en España por Panini en los números 31-35. Además, el número 50 USA (750 de la numeración legado) es un especial de 96 páginas en el que además de la conclusión de «World War Hulka», conoceremos el verdadero propósito de Los Vengadores prehistóricos, el secreto del Inquisidor de Hierro y la llegada del mayor grupo de psicópatas que haya conocido ninguna Tierra. ¡El mañana empieza aquí!

En este especial n.º 50 (750 Legado) están acreditados los siguientes autores: Jason Aaron, con dibujo y tinta de Aaron Kuder, Javier Garrón, Carlos Pacheco, Rafael Fonteriz, Ed McGuinness, y color de Alex Sinclair y David Curiel para la historia principal “Una Tierra distinta a cualquier otra (como todás las demás)». David Badeón dibuja, con color de Israel Silva, la doble página con “La montaña de los Vengadores”. La sorpresa llega con la historia “Los dos dignos”, escrita por el novelista Christopher Ruocchio con Steve McNiven y Frank D´Armata en el apartado artístico.

World War Hulka es el perfecto ejemplo de todo lo que ha convertido a Los Vengadores de Jason Aaron y Javier Garrón en uno de los comics más entretenidos de la Marvel actual. Tengo que reconocer que Llega el Fénix, el arco anterior, es probablemente la historia más floja de Aaron hasta la fecha en la serie, pero tras este bache yo disfruté mucho con Heroes Return, que permitió a Aaron desatarse con las ideas más locas inspiradas en la historia de Marvel Comics aprovechando este mundo en el que el Escuadrón Supremo era su principal defensor. Tras este evento fuera de la serie principal, el retorno de Vengadores es un comic en que Hulka cobra protagonismo y que de nuevo vuelve a trasmitir una escala y sensación de amenaza que ya le gustaría tener a la mayoría de comics de cualquier editorial.

Aaron plantea sus comics como historias para ser leídas mes a mes. Me gusta que en este arco de 5 números cada grapa te cuenta una aventura completa con grandes momentos de acción más grande que la vida con un montón de giros y sorpresas impactantes. El secuestro y posterior conversión de Hulka en una Hulk de Invierno al servicio de Moscú nos plantea un nivel de amenaza inédito para los Héroes más Poderosos de la Tierra, con unos giros en cada grapa que me han gustado mucho.

Otro elemento super importante para mi y clave para captar a nuevos lectores es tener una historia autocontenida en si misma que no te obliga a leer más comics que este (y en su momento el Heroes Reborn que durante varios meses sustituyó a este comic y no se solaparon). Frente a una franquicia mutante cada vez más endogámica y sacacuartos que obliga a múltiples compras (a menudo de comics que no te interesarían a priori) para una mayor comprensión de la historia, los Vengadores te ofrecen todo el entretenimiento en una única grapa que al menos a mi me deja siempre con ganas que querer comprar la siguiente para saber cómo continua la historia.

Otra de las virtudes de Jason Aaron es la forma en que plantea historias en las que nunca sabes qué va a suceder a continuación, algo que como lector veterano agradezco un montón. Esta sensación de “All-New, All-Different” es una pasada y acrecienta el entretenimiento que me proporciona este comic todos los meses. Además, este arco de World War Hulka plantea un cambio en Jennifer Walters con vocación de perdurar en el tiempo, y en general en la geopolítica planteada por Aaron en esta etapa. Si uno de los grandes elementos distintivos de Aaron era plantear una escala global con múltiples amenazas simultáneas contra los Vengadores, en este arco parece que se resuelve la amenaza de Namor como Rey de Atlantis y, en parte, también la amenaza del reino de los Vampiros de Drácula establecido en Chernóbil.

Sin embargo, eso no significa que los Vengadores se estén quedando sin enemigos, ya que el especial n.º 50 nos trae la aparición de los Señores del Mal Multiversales (que fueron presentados en el especial del Día del Comic Gratis junto con el retorno de Deathlok, un fan-favourite para Aaron) y que plantean el nivel de amenaza más-grande-que-la-vida que merecen nuestros héroes. Además, tras el Heroes Reborn, hubo gente (yo no) que pensó que Aaron dejaría descansar una temporada al Escuadrón Supremo, y este número confirma que no es ni mucho menos el caso.

Si hay algo que no me ha cuadrado de esta etapa es la figura de Mefisto, empezando por su papel en la creación de los Vengadores de hace un millón de años. Este descuadre se mantiene en este especial incluso amplificado, porque una cosa es que los Señores del Mal de Muerte puedan viajar en el Tiempo y otra que Mefisto lo haga, algo imposible por muy demonio que sea. De hecho, esta versión de Mefisto del pasado no debería tener los conocimientos de su yo del presente, y es un detalle no menor que me rompe algo la suspensión de credulidad. Incluso teniendo claro que este comic no busca ser una historia sesuda sino un entretenimiento ligero que puedan leerlo sin problemas todo tipo de lectores, incluso nuevos lectores que se acerquen a los comics tras ver las películas.

Se además que muchos lectores veteranos no han encajado con la propuesta de Aaron y opinan que los personajes en muchos casos no parecen ellos mismos. Esto es algo respetable y puedo empatizar con ellos, aunque yo en mi caso no acabo de ver ese problema en unos personajes que cambian y evolucionan en función del escritor que se encarga de escribirles. Sin ir más lejos, Donny Cates ha convertido a Thor en su colección en un gilipollas antipático con el que es imposible empatizar, y jamás diría que Cates “no entiende al personaje” o que “no tiene ni idea de escribir”, cosa que sí estoy escuchando sobre esta etapa. Algo en lo que obviamente no estoy de acuerdo.

Si es cierto que el tema de los viajes en el tiempo es algo peliagulo que puede provocar más de un dolor de cabeza a los fanáticos de la continuidad si no cuadra bien la historia. Pero dentro que como decía no conecto nada con la parte de Mefisto, sigo teniendo toda mi confianza en que Aaron sepa cerrar bien su historia con una acción más-grande-que-la-vida además a lo largo y ancho del multiverso temporal de Marvel. Si Aaron busca contar la mayor historia de los Vengadores que al menos iguale la escala de Jonathan Hickman, y eso que su etapa culminó en las Secret Wars, creo que hay muchas posibilidades de que lo pueda conseguir.

En el apartado artístico, me flipa muchísimo el estilo de Javier Garrón (con color de David Curiel), que se encarga de dibujar todo el arco de World War Hulka, excepto unas pocas páginas del número 49 USA (n.º 34 de Panini) dibujadas por Flaviano. En la Marvel actual de los fill-ins montoneros y los artistas que no aguantan ni tres grapas seguidas en una serie, el artista gaditano se está currando unos comics alucinantes en los que no sólo tiene que a dibujar múltiples personajes con combates de alta tensión, sino que además plantea rediseños de varios personajes en función de la misión que tienen que realizar en ese momento. Si tengo que ponerle un pero es que llena tanto las viñetas, en parte por lo que comentaba del protagonismo coral y la necesidad de mostrar a múltiples personajes en todo momento, que sus páginas producen cierto “agotamiento” tras leerlas por toda la información que contienen, estando todo demasiado apelotonado en algunos momentos. Dicho esto, la calidad, regularidad y personalidad que está mostrando Garrón desde su debut en La Era de Khonshu me parece digna de elogio. De hecho, me encantaría que Garrón se mantenga de dibujante oficial durante el tiempo que le reste a la etapa de Aaron.

En el especial n.º 50 Garrón se encarga de las páginas de conclusión del arco World War Hulka que cierra de momento la participación Hulka en la serie, quedando las restantes para un all-star de artistas de la casa. Me gusta que Aaron Kuder, al que conocí en su estupenda (aunque corta) etapa en Guardianes de la Galaxia junto a Gerry Duggan, se encargue de las páginas que sirven de prólogo de la nueva serie Avengers Forever que él se va a encargar de dibujar. Su estilo de línea fina tiene una personalidad tremenda sobre todo a la hora de dibujar las expresiones faciales, con una narrativa super dinámica que creo que va a aprovechar esta nueva serie de Vengadores para lucirse.

Junto a Garrón y Kuder, en este especial tenemos a Carlos Pacheco, Rafael Fonteriz, Ed McGuinness, David Baldeón y Steve McNiven, encargados cada uno de una faceta de la historia que Aaron plantea en diferentes momentos temporales y con personajes diferentes. Y aunque individualmente me gustan todos los dibujantes, McGuinness igual el que menos, el hecho de tener todas las historias entrelazadas a lo largo del especial provoca que este comic tenga una sensación de “cajón de sastre” que no le sienta demasiado bien a la experiencia lectora.

Se que clamo en el desierto cuando me quejo del excesivo baile de dibujantes en los comics de Marvel, y está claro que era imposible un especial de estas características estuviera dibujado por un único artista. Pero lo cierto es que estos bailes hacen imposible que haya una única personalidad gráfica que acaba yendo en contra de la satisfacción que un entretenimiento periódico tiene la obligación de ofrecer todos los meses.

Hay comics que tras 50 números muestran signos claros de agotamiento. No es ni mucho menos el caso de estos Vengadores. Y Marvel demuestra que sigue super contenta con su trabajo, ya que tras este especial 50/750 desde el mes que viene la colección se desdoblará en dos con el estreno de Avengers Forever de Aaron junto a Aaron Kuder, que ha dibujado uno de los capítulos del especial, y que se encargarán de mostrarnos la parte de la aventura a lo largo del continuo espacio-tiempo, mientas que los Vengadores tradicionales supongo que seguirán dedicados al presente de la tierra 616 como hasta ahora.

Leyendo la newsletter de Aaron queda claro que este encargo de Marvel no sólo es uno de los trabajos que más está disfrutando como creador, sino que le está planteando uno de los mayores desafíos narrativos como escritor desde que empezó a trabajar en la Casa de las Ideas, incluso superando a su maravillosa etapa en Thor, teniendo en cuenta que en el comic del Dios del Trueno sólo habían 2 protagonistas -Odinson y Jane Foster- frente el gran reparto coral de los Vengadores. Es por esto que me molesta bastante leer a Julián Clemente en el Spot-On de este mismo comic opinar que Aaron “escribe con desgana” a Los Vengadores, lo cual no sólo es objetivamente incorrecto, sino que transmite un sesgo tremendo por parte de Clemente. Por supuesto no pasa nada si dice que algo no le gusta, y ya se sabe que para gustos colores y todas las opiniones son respetables en ese sentido. Pero no es tan aceptable que incorpore un una página oficial de información de Marvel / Panini unas apreciaciones personales sin más fundamento que a él no le gusta lo que Aaron nos está contando y busca lo que sea para justificar su punto de vista. De hecho, la complejidad de historia de Aaron es algo tan evidente, no hay más que leer el comic, que puede ser muchas cosas y puede gustar o no gustar, pero seguro no transmite “falta de gana, deseo o interés por algo”.

Me produce bastante gracia leer a Clemente lamentarse porque le gustaría que la etapa de Aaron se termine lo antes posible pero tiene que enfrentarse a la realidad que Marvel no parece estar por la labor, y que a Aaron le queda cuerda para rato. De hecho, la sensación es que vamos a tener a Aaron durante todo 2022, y yo no puedo estar más contento por ello.

Los Vengadores siguen siendo uno de los comics más divertidos de la Marvel actual, con una escala y sensación de amenaza que deja en mal lugar al resto del catálogo. Mientras Aaron, Garrón y Kuder (o quien corresponda) mantengan el nivel, yo seguiré comprando encantado este comic.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Lobezno: El viejo Logan de Mark Millar y Steve McNiven (Panini – Marvel Must-Have)

Gracias a la nueva colección Marvel Must-Have de Panini me ha animado a comprar Lobezno: El viejo Logan, sin duda una de las mejores historias de sus autores, el escritor Mark Millar y el dibujante Steve McNiven. Y me he encontrado con una lectura estupenda que continúa plenamente vigente.

PUNTUACIÓN: 8/10

Una epopeya apocalíptica protagonizada por Lobezno en el mejor estilo de Mad Max que nos lleva varias décadas hacia el futuro. Nadie sabe qué ocurrió la noche en que los héroes cayeron: Sólo que todos desaparecieron y el mal ha triunfado desde entonces. En el último medio siglo, nadie ha visto al hombre simplemente conocido como Logan. Pero algo le hará salir de las sombras. Su amigo Ojo de Halcón necesita recorrer miles de kilómetros para poner a su familia a salvo. Lobezno se prepara para el viaje de su vida.

Wolverine: Old Man Logan es una historia de ocho números que fue publicada dentro de la serie regular de Lobezno entre junio de 2008 y septiembre de 2009, en los números 66 al 72, y que terminó en el Wolverine Giant-Size Old Man Logan.

Mark Millar es uno de los escritores mainstream de más éxito del siglo XXI. El escritor escocés empezó a trabajar en DC Comics gracias a la colaboración de Grant Morrison, que le apoyó en esos primeros años. Swamp Thing, Aztek, JLA y The Flash fueron algunos comics que publicó entre 1994 y 1999. Dentro de DC destacaría su estupenda etapa en Superman Adventures (1998-2001), una colección menor al surgir para aprovechar el éxito de la serie de animación, pero que supo capturar en sus páginas de forma brillante el espíritu y el feeling positivo que toda aventura del Hombre de Acero debería tener.

Millar también empezó a publicar en Marvel gracias a Grant Morrison, con el que escribió Skrull Kill Crew en 1995. Su importancia en la editorial fue aumentando y explotó con la publicación de The Ultimates junto a Brian Hitch, el comic que en más de un sentido está considerado el inicio del siglo XXI para Marvel y que sirvió de inspiración para las películas de Marvel Studios. Millar y Hitch colaboraron en los dos volúmenes de Ultimates, publicados entre 2002 y 2007, que siguen siendo a día de hoy algunos de los mejores comics de la Marvel de esa época.

Además de The Ultimates y varias etapas en Ultimate X-Men y Ultimate Fantastic Four (donde creó entre otros conceptos molones los ahora icónicos Marvel Zombies), escribió Lobezno: Enemigo del Estado (2004-05) dibujada por John Romita Jr, creando una historia que también tuvo gran popularidad, aunque ha quedado un tanto eclipsada por este Viejo Logan. Su siguiente pelotazo fue Civil War junto a Steve McNiven (2006 y 2007), en unos años en los que era uno de los Arquitectos de Marvel junto a Brian Michael Bendis, Ed Brubaker o Matt Fraction entre otros.

Millar siempre ha tenido clara la vertiente comercial de sus obras y la necesidad de crear comics sobre los que mantuviera la propiedad de la obra. En Image Comics publicó Wanted (2003-04) con J.G. Jones, que tuvo su adaptación cinematográfica con Angelina Jolie. Gracias a la creación del sello Icon con el que Marvel intentó mantener contentos a sus principales creativos y evitar que se fueran a Image (algo que al final acabó pasando igualmente), Millar creó con ellos Kick-Ass (2008-2010) junto a John Romita Jr., Nemesis (2010-11) con McNiven, Superior (2010-12) y Supercrooks (2012) ambas con Francis Leinil Yu. The Secret Service, posteriormente rebautizado como KINGSMAN, junto a Matthew Vaughn y Dave Gibbons (2012-13) o Empress (2016) junto a Stuart Immonem fueron publicadas a través de Icon a pesar que en esos últimos años Millar ya estaba volcado al 100% en sus comics de creación propia y no escribía nada para el Universo Marvel.

Dentro de Image destacaría Jupiter´s Legacy (2013- ) con Frank Quitely, a punto de estrenarse serie de televisión en Netflix en mayo, Crononautas (2015) con Sean Murphy, Starlight (2014) con Goran Parlov, Renacida (2016-17) con Greg Capullo o The Magic Order (2018-19) con Olivier Coipel.

Wanted, Kick-Ass y Kingsman han tenido exitosas adaptaciones cinematográficas, lo que ayudó que Netflix se fijara en él como un gran creador de contenidos originales, lo que culminó en la compra de su compañía Millarworld por Netflix en 2017. Jupiter´s Legacy es el primer proyecto que verá la luz, aunque se espera que en breve veamos nuevas adaptaciones, empezando por The Magic Order.

Steve McNiven es un artista canadiende que empezó a publicar en 2000 en la editorial CrossGen, en series como Meridian, Mystic o Sigil. En 2004 es fichado por Marvel, empezando una carrera meteórica en comics como Marvel Knights, Ultimate Secret entre otros que le llevó a su gran obra en Marvel por la que será recordado toda la vida. CIVIL WAR, junto a Mark Millar, publicado entre 2006 y 2007. Tras Civil War y con contrato en exclusiva con Marvel, se convirtió en la mayor estrella artística de la editorial de esos años. Tras dibujar tres números del histórico Brand-New Day en The Amazing Spiderman junto a Dan Slott en 2008, su siguiente elección fue volverse a reunir con Millar para realizar un proyecto a priori extraño, que sin embargo se ha convertido en uno de los mayores éxitos de ventas para Marvel, Old Man Logan, publicado en 2008-09. A pesar de que Civil War es sin duda su comic más reconocido, personalmente creo que El Viejo Logan es realmente su mejor trabajo profesional. De hecho, a partir de aquí su nivel cayó y nunca se recuperó.

A pesar de ser uno de los grandes artistas de Marvel del siglo XXI, realmente no ha llegado a prodigarse en exceso debido a su dificultad en mantener un ritmo mensual, por lo que optó (u optaron los editores) por aprovecharlo en eventos o arcos concretos de diferentes series, unos comics a los que su nombre en portada ayudaba a aumentar sus ventas. De estos años, destacaría más por su importancia editorial que por la calidad del comic en si la miniserie Death of Wolverine (2014) y el primer arco de Uncanny Inhumans (2915) junto a Charles Soule, el primer arco de un relanzamiento de Capitán América junto a Ed Brubaker (2012) o los números 1 y 10 de Secret Empire (Nick Spencer, 2017). Además de todo su trabajo en Marvel, dentro del sello Icon creó Nemesis junto a Mark Millar en 2010-11, aunque ha seguido trabajando para Marvel.

El viejo Logan es un gran comic. Si hay algo que Mark Millar ha dominado siempre, es saber utilizar los conceptos más molones de formas sorprendentes e impactantes. Y en este sentido, este futuro de dentro de 50 años en el que los villanos se unieron y destruyeron a todos los héroes de la tierra y en la que a Logan fue destrozado mentalmente más que físicamente y ha prometido no volver a pelear es un win-win en toda regla.

La historia tiene tantos referentes obvios que podría provocar un pelín de sonrojo. Empezando por Mad Max en la parte del mundo desolado o Sin perdón con el viejo guerrero que tendrá que embarcarse a su pesar en una última aventura. Pero precisamente el gran éxito de Millar es saber situar estos elementos en el Universo Marvel, aunque sea de esta realidad alternativa, y hacerlos funcionar tan bien.

Hay que reconocer que cuando quiere, Millar es un gran escritor que domina como nadie el medio comiquero. Aparte del misterio de lo que le pasó a Logan en el pasado que le rompió por dentro, cada número impacta en al menos un par de ocasiones cuando conocemos a los diferentes habitantes de este mundo. Y en medio de la destrucción, en el fondo lo que más preocupa al lector es Logan. Su construcción y evolución a lo largo de la serie me parece brillante. De alguien que ha jurado no volver a pelear o sacar las garras, su viaje le va a llevar por un camino en el que el climax ultra violento es inevitable, consiguiendo que el momento en que vuelve a sacar las garra sea super bestial.

En este mundo sin esperanza, la familia Hulk es brillante y da unos toques especialmente cínicos y nihilistas. Pero no son solo ellos. Villanos como Kingpin o los moloides de El Topo nos ofrecen momentos tremendos, pero nada comparado con el terrible Cráneo Rojo, cuya aparición victoriosa es tremendamente dolorosa para todos los fans de los comics Marvel.

El comic es molonidad tras momentazo tras splash page increíble, y me gusta como muestran algo en una única viñeta para no volver a salir, pero que consigue que te queden pensando: «fua, esta batalla hubiera sido increíble verla». Lo cual es éxito 100% de Millar y por supuesto de McNiven.

El ritmo del comic también es muy interesante y un ejemplo de buena construcción de una historia para alcanzar un climax final increíble. Empezando por emplear todo un número, el quinto, justo recién pasado el ecuador de la historia, para volver al pasado a contarnos la noche en que Logan lo perdió todo, para justo a continuación darnos un puñetazo en el estómago con el giro del sexto episodio que lo cambia todo, algo por otro lado habitual en los comics de Millar. Y a partir de ahí, llegamos a un final que es todo climax en los dos últimos números, con unos giros no exentos de momentos dramáticos super potentes y una excelente escena final.

El humor negro de Millar hace que un Clint Burton casi ciego sea el único héroe que queda en pie y con ganas de continuar luchando. Él intenta ser el referente moral de este mundo sin esperanza, ¿un tirador ciego, wtf?). Pero Millar también acierta en su caracterización del personaje, al mostrarle como el desastre que siempre fue, un HÉROE con mayúsculas que sin embargo nunca supo planear con antelación y siempre se lanzaba sobre la marcha. La combinación de Logan y Clint es otra de esas mezclas imposibles que sin embargo funcionan y significan otro de los grandes éxitos creativos del comic, y nos ofrecen grandes momentos en cada número. Pero a pesar de su casi ceguera, Millar no se priva de ofrecernos un momento alucinante de molonidad de Burton en su enfrentamiento con los Ghost Riders.

En general, cada una de las apariciones o cameo supone una sorpresa, normalmente negativa y nihilista. Pero en este comic, esto es lo que la historia necesita y casi lo que queremos leer los fans. Hay además una gran anticipación durante el viaje a través de los Estados Unidos ante la posibilidad y el temor de ver el destino de cada uno de los personajes clásicos de Marvel, como los Vengadores, los 4 Fantásticos, Doctor Extraño y todos los demás. Y Millar aprovecha cada página y sorpresa para impactarnos.

Y si Millar está notable, el dibujo de McNiven es para mi el mejor de su carrera. Con una perfecta combinación entre realismo, expresividad y potencia física, McNiven realiza un despliegue artístico bestial que ya no consiguió en sus obras posteriores. Y no es sólo que su narrativa es perfecta, es que McNiven se luce en cada página y consigue que sus splash-pages se conviertan en autenticas obras de arte en las que tus ojos se pierden admirando los innumerables detalles.

Además, creo que Millar le dejó fliparse todo lo que quiso, ya que no hay realmente ningún elemento lo suficientemente loco para este terrible futuro. ¿Quieres dibujar un Tiranosaurio Rex Venomizado? ¡ADELANTE!! ¿Qué tal un Hulk escuchimizado que es la versión más aterradora hasta la fecha? ¡Sin problemas!

Y cuando llegamos al número en que Logan nos desvela su pecado original, McNiven es puro salvajismo, a un nivel que jamás se había visto en los comics Marvel hasta la fecha, creando unas páginas que aún hoy impactan, primero por el gore pero después al conocer el giro que rompió a Logan y que fue para él algo peor que la muerte.

El proceso de creación «industrial» de Marvel hizo que McNiven colaborara en El Viejo Logan con Dexter Vines, Mark Morales y Jay Leisten en el entintado, y Morry Hollowell, Christina Strain, Justin Ponsor, Jason Keith, Paul Mounts y Nathan Fairbairn en el color. A pesar de todos estos cambios, el resultado final no se resiente en ningún momento.

El viejo Logan sigue siendo 10 años después una lectura más que notable de dos autores que se encontraban en la cúspide de su creatividad y ofrecieron lo mejor de ellos mismos. Un verdadero comic «Must-Have» que todo marvelita de pro debe tener en su librería.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Imperio Secreto de Marvel

El final del Imperio Secreto de Marvel ha culminado la entretenida historia de Nick Spencer surgida a partir de Mayo de 2016, cuando se conoció que  Steve Rogers era un infiltrado de Hydra.

PUNTUACIÓN: 7/10

Tras meses de maquinaciones en la sombra, Steve Rogers traicionó a sus compañeros y tomó el control de los Estados Unidos. Este fue el punto de partida de este evento, en el que veremos por un lado las decisiones que tiene que tomar Steve Rogers para consolidar el dominio de Hydra, y por otro lado, como los héroes tienen que reagruparse y rearmarse para iniciar el contra-ataque. Un rearme que tiene que ser más moral que físico, tras sufrir los Vengadores una de las traiciones más dolorosas de su historia.

El plan de Steve Rogers parece imbatible. Gracias a una perfecta planificación, ha aislado a un numeroso grupo de héroes en Nueva York, rodeados por una dimensión oscura. En este grupo encontramos al Doctor Extraño y a varios héroes urbanos como Daredevil, Luke Cage e Iron Fist, Capa y Puñal o Jessica Jones entre otros.

Por otro lado, los héroes cósmicos están bloqueados por un escudo planetario, y se ven abocados a la aniquilación por el ataque de varias olas de Chitauri. Entre estos héroes encontramos a Capitán Marvel, Nova, Quasar, los Ultimates o los Guardianes de la Galaxia.

El descubrimiento que Kobik, un Cubo Cósmico que ha adquirido consciencia con la forma de una niña podría ser responsable del cambio de Steve Rogers, pondrá en marcha una carrera contra el reloj para encontrar los diversos trozos diseminados por todo el planeta. Este será el punto de inflexión que marcará el antes y el después de este evento.

En lo positivo, decir que esta serie de 10 episodios, a los que hay que sumar el especial del Día del Comic Gratis y un número 0, se leen como una historia completa en si misma que sirve de conclusión satisfactoria a la larga etapa de Nick Spencer en la que Steve Rogers y Sam Wilson compartieron el título de Capitán América. En ella vimos como Rogers conspiraba contra un Sam Wilson cada vez más sobrepasado frente a una extrema derecha que puso a una parte de la sociedad americana en su contra.

Imperio Secreto se puede disfrutar sin necesidad de leer los numerosos tebeos relacionados con el evento, con la excepción de los números de los Capitanes América Rogers y Wilson, escritos también por Spencer. Cada número es muy entretenido y pasan muchas cosas, y consigue dejarnos con cliffhangers que nos dejan con los dientes largos.

El retorno del Steve Rogers «bueno» marcará la vuelta al status-quo previo y la confirmación de que, al final, los buenos siempre triunfan en los comics Marvel. Y aunque en parte Imperio Secreto es la típica historia en la que el bien al final gana al mal y todo vuelve a la normalidad, también sirve de metáfora frente al avance de ideologías cada vez más extremistas en nuestra sociedad, y que se nutre de la enorme polarización de nuestra sociedad, en la que ya no se debaten ideas sino que todo se mide en el «o estas conmigo o contra mi».

Pero Spencer consigue darnos la clave de toda su historia en el epílogo de esta serie, contado en el número Omega, excelentemente dibujado por Andrea Sorrentino y Joe Bennet. El malvado Rogers no realizó un golpe de estado ni usurpó el poder sino que fue el pueblo el que acudió a él para que les protegiera.  Y si Steve Rogers es un héroe no es sólo por sus valores morales y por enfrentarse a los villanos, sino porque sabe también los peligros de un líder mesiánico al que el pueblo otorga poderes absolutos, ya que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.

Realizando un excelente análisis de la realidad de la sociedad americana, Imperio Secreto nos cuenta como el mal puede llegar a alcanzar el poder sin que la gente normal nos demos cuenta hasta que sea demasiado tarde. No es imposible que suceda, de hecho hay gente que opina con razón que ese golpe de estado ya se ha producido. Y en el mundo real, no va a aparecer un super-héroe que lo arregle todo con un puñetazo, sólo la unión de toda la sociedad puede vencer sus miedos y a los que intentar dividirla.

Hay sin embargo dos elementos negativos en Imperio Secreto que es necesario comentar.

En primer lugar, el guión de Spencer, aunque entretenido, ocupa una gran parte de la serie en la búsqueda de los trozos del Cubo Cósmico. Demasiada parte, en mi opinión. Una parte imprescindible para lo que luego leeremos, pero que durante su lectura daba la sensación de ser casi unos «minutos de la basura», por utilizar un símil de basket, que alargaba el momento que todos queríamos leer, el enfrentamiento de Steve Rogers con los héroes, y en concreto con Sam Wilson.

En este sentido, el final es lógico en función de todo lo leído durante esta larga etapa de Spencer, iniciada incluso antes del «Hail Hydra» en el evento Punto Muerto en el que conocimos por primera vez a Kobik. Sin embargo, realmente la clave de la historia es un deux-ex-machina de libro, que en función de tu suspensión de credulidad hará que el final te gusté más o menos. Yo disfruté del camino recorrido, pero puedo entender que haya gente que le haya podido parecer un bluff en toda regla.

El segundo elemento negativo es el baile de dibujantes, que hace imposible que la historia se sienta unitaria y compacta. A pesar de contar con dibujantes como Daniel Acuña o Andrea Sorrentino que me encantan, Imperio Secreto no consigue tener una personalidad definida con todos los cambios. Y es que a los dibujantes anteriores hay que sumar a Steve McNiven en el primer y último número, y a Rod Reis en los prólogos al comienzo de cada capítulo.

Este problema está totalmente provocado por la propia Marvel y su política de publicación. Siguiendo su tónica habitual, la editorial publicó estos 10 números en 5 meses, de Mayo a Septiembre, lo que hace imposible que un solo dibujante pueda realizar todo el encargo. A corto plazo les puede interesar para vender más comics y liderar las listas de ventas durante esos meses, pero creo que a la larga provoca que la serie no sea todo lo buena que hubiera podido ser. ¿Por qué recordamos Civil War o las últimas Secret Wars? Por supuesto por las historias de Mark Millar y Jonathan Hickman, pero también por que fueron excelentemente dibujadas por McNiven y Esad Ribic. Y pasados los años estas series se siguen vendiendo en formato tomo por ambos motivos. Una pena que Marvel esté establecida en el cortoplacismo y provoque que eventos bien escritos acaben en cierta forma en una tierra de nadie.

En todo caso, a pesar de estos aspectos menos buenos, la verdad es que la serie es muy entretenida, y si eres un marvelita, es obligatoria su lectura, ya que culmina casi dos años de historias de la Casa de las Ideas.

PUNTUACIÓN: 7/10

Comienza Imperio Secreto de Marvel

Esta semana por fin pude leer el arranque de Imperio Secreto, el último evento de Marvel que concluye la historia de Nick Spencer en la que ha convertido a Steve Rogers en un agente de Hydra.

Un envejecido Steve Rogers sin sus habilidades de Super Soldado había pasado el testigo de Capitan América a su compañero, Sam Wilson (El Halcón). Sin embargo, pasado un tiempo, recuperó sus habilidades gracias a un Cubo Cósmico en el crossover «Punto Muerto», que tuvo lugar en la prisión de supervillanos de Pleasant Hill.

Esto inauguró un periodo de un año en el que han convivido dos series en paralelo protagonizadas por dos Capitanes América, Sam Wilson y Steve Rogers. Dado que  ambas series están escritas por Nick Spencer, Panini decidió con buen criterio unificarlas en una única serie.

Sin embargo, la vuelta de Steve Rogers a la primera línea de batalla escondía un oscuro secreto.  Y es que en Mayo de 2016 se descubrió en los USA que Cráneo Rojo había usado el Cubo Cósmico para alterar el pasado y los recuerdos de Steve, de forma que cuando volvió a su plenitud física, se había convertido en ¡UN AGENTE DE HYDRA! El ya mítico «Hail Hydra» provocó una enorme polémica que se ha arrastrado hasta ahora.

Lo primero que agradezco es la valentía de Marvel de permitir que Spencer haya podido contar esta historia durante todo un año. Los lectores veteranos sabemos que las historias en los comics de super-héroes suelen ser cíclicas y al final todo vuelve a su statu-quo previo. Pero había que tener narices para dar luz verde a una historia en la que el mayor héroe del Universo Marvel, su centro moral, se convierte en un villano y ejerce como tal en la sombra. Aunque hay que reconocer que este concepto tampoco es especialmente novedoso, ya que lo vimos hace pocos años en «Superior Spiderman», la historia de Dan Slott en la que la mente del Doctor Octopus se apoderaba del cuerpo de Peter Parker.

En la serie de Capitán América hemos visto por un lado como Sam Wilson se  enfrenta a una América cada vez más radicalizada que no le quiere como Capitán América. Y lo que es más importante, su lucha contra sus propias dudas internas, ya que sabe que él nunca podrá ser tan bueno como lo fue Steve.

Para empeorar la situación, Steve ha actuado en la sombra contra Sam para acabar con él, mientras ponía en marca su plan de dominación global. Y en paralelo, Spencer nos ha mostrando los detalles del nuevo pasado de Steve en 1941, en los que fue reclutado por Hydra antes de recibir el suero del Super Soldado.

Tras Civil War II, Steve se ha convertido en Director de SHIELD y ya tiene todos los medios para poner en marcha su plan, cuyo desarrollo vamos a ver en Imperio Secreto.

Imperio Secreto es una serie de 10 números que cuenta además con un número 0 de presentación, que se acaba de publicar en España. Este número 0 ha sido dibujado por el español Daniel Acuña, con Rod Reis para las escenas de flashback. La verdad es que es un verdadero placer volver a disfrutar de la calidad y personalidad del dibujo de Acuña.

Para la serie principal, que se publicará en España de Septiembre a Enero, Marvel ha optado por utilizar a varios dibujantes que aseguren la salida puntual de los comics. De esta forma, la editorial evita los retrasos que sufrimos con Secret Wars o Civil War II, aunque sea a costa de perder la coherencia narrativa de la serie a nivel visual.

Y es que aunque los artistas elegidos son todos de primer nivel, su elección me extraña muchísimo porque son dibujantes con estilos muy marcados y diferentes entre si que no pegan ni con cola. Steve McNiven va a dibujar el primer y último número, mientras que Andrea Sorrentino dibujará cuatro números, los números 2, 3, 5 y 7, Leinil Francis Yu los números 4, 6 y 9 y Daniel Acuña el 8. A este baile se une además Rod Reis para las escenas de flashbacks, tal y como ya le vimos en este número 0 inicial.

La única coherencia artística la encontraremos en las excelentes portadas realizadas por Mark Brooks, que provocan un gran impacto visual y emocional y que me encantan.

Este baile de dibujantes creo que a la larga no le hace ningún favor a la serie, pero me gusta que Nick Spencer haya podido escribir su historia de inicio a fin, y espero que lo haga de forma satisfactoria. Aunque  supongo que como siempre en Marvel, el final de este Imperio Secreto servirá para abrir la puerta al siguiente arco de la editorial.

Mientras tanto, comparto algunas páginas del excelente arte de Acuña de este número 0, que sirva para abrir boca y mostrar como todo el Universo Marvel se ha a ver afactado por los planes de dominación de Steve Rogers.

Tengo muchas esperanzas que Imperio Secreto sea una historia notable que nos quite el más sabor de boca que nos dejó el anterior evento de Marvel, Civil War II, escrito por Brian Michael Bendis. Espero que sea así. En todo caso, tanto si eres un lector veterano de Marvel como si empiezas ahora con este hobby, creo que es una historia que no te puedes perder.

¡Saludos!