Ya sabía que Jim Butcher es un buen escritor. Pero que la decimocuarta novela de la saga de Las Crónicas de Dresden que acabo de terminar sea una de las mejores de toda la saga, dice mucho y bueno de su habilidad de construir grandes historias que enganchen al lector. Y Cold Days lo consigue desde la primera página.
PUNTUACIÓN: 8.5/10
Harry Dresden ya no es sólo el mago profesional de Chicago. Ahora es el Caballero de Invierno de Mab, la Reina del Aire y la Oscuridad. Su palabra es Ley, y su primera orden es una tarea casi imposible: Matar a un Inmortal. Y aún peor, ha surgido una creciente amenaza a partir de una fuente insondable de magia que podría significar la muerte de millones.
Tras doce libros, Ghost Story fue en parte un punto y seguido en las aventuras del mago Harry Dresden. Tras la escalada de amenazas que culminó en la guerra abierta contra los Vampiros, descubrir el mundo fantasmal que nos rodea fue casi un entretenido descanso. Y es que los descubrimientos de Harry en esta novela van a lanzar la serie a una nueva dimensión que nos llevará hasta el final de la historia, prevista aproximadamente en la 20ª novela, si los planes de Jim Butcher se mantienen.
Lo que más me asombró de esta novela es su capacidad de sorprender y presentar nuevos elementos que son lógicos con lo visto hasta el momento pero a la vez me dejaron un montón de veces con la boca abierta. Me quito el sombrero ante Jim Butcher, que nos ha regalado una excelente novela que nos deja con muchísimas ganas de más.
Lo único malo de esta novela es que me ha dejado a las puertas de Skin Game, la decimoquinta y última novela publicada hasta el momento, en 2014. Y aunque la siguiente novela ya tiene título «Peace Talks», aún no tiene fecha y seguro no la veremos publicada como pronto hasta 2019. Se me va a hacer la espera muy larga.
El final del Imperio Secreto de Marvel ha culminado la entretenida historia de Nick Spencer surgida a partir de Mayo de 2016, cuando se conoció que Steve Rogers era un infiltrado de Hydra.
PUNTUACIÓN: 7/10
Tras meses de maquinaciones en la sombra, Steve Rogers traicionó a sus compañeros y tomó el control de los Estados Unidos. Este fue el punto de partida de este evento, en el que veremos por un lado las decisiones que tiene que tomar Steve Rogers para consolidar el dominio de Hydra, y por otro lado, como los héroes tienen que reagruparse y rearmarse para iniciar el contra-ataque. Un rearme que tiene que ser más moral que físico, tras sufrir los Vengadores una de las traiciones más dolorosas de su historia.
El plan de Steve Rogers parece imbatible. Gracias a una perfecta planificación, ha aislado a un numeroso grupo de héroes en Nueva York, rodeados por una dimensión oscura. En este grupo encontramos al Doctor Extraño y a varios héroes urbanos como Daredevil, Luke Cage e Iron Fist, Capa y Puñal o Jessica Jones entre otros.
Por otro lado, los héroes cósmicos están bloqueados por un escudo planetario, y se ven abocados a la aniquilación por el ataque de varias olas de Chitauri. Entre estos héroes encontramos a Capitán Marvel, Nova, Quasar, los Ultimates o los Guardianes de la Galaxia.
El descubrimiento que Kobik, un Cubo Cósmico que ha adquirido consciencia con la forma de una niña podría ser responsable del cambio de Steve Rogers, pondrá en marcha una carrera contra el reloj para encontrar los diversos trozos diseminados por todo el planeta. Este será el punto de inflexión que marcará el antes y el después de este evento.
En lo positivo, decir que esta serie de 10 episodios, a los que hay que sumar el especial del Día del Comic Gratis y un número 0, se leen como una historia completa en si misma que sirve de conclusión satisfactoria a la larga etapa de Nick Spencer en la que Steve Rogers y Sam Wilson compartieron el título de Capitán América. En ella vimos como Rogers conspiraba contra un Sam Wilson cada vez más sobrepasado frente a una extrema derecha que puso a una parte de la sociedad americana en su contra.
Imperio Secreto se puede disfrutar sin necesidad de leer los numerosos tebeos relacionados con el evento, con la excepción de los números de los Capitanes América Rogers y Wilson, escritos también por Spencer. Cada número es muy entretenido y pasan muchas cosas, y consigue dejarnos con cliffhangers que nos dejan con los dientes largos.
El retorno del Steve Rogers «bueno» marcará la vuelta al status-quo previo y la confirmación de que, al final, los buenos siempre triunfan en los comics Marvel. Y aunque en parte Imperio Secreto es la típica historia en la que el bien al final gana al mal y todo vuelve a la normalidad, también sirve de metáfora frente al avance de ideologías cada vez más extremistas en nuestra sociedad, y que se nutre de la enorme polarización de nuestra sociedad, en la que ya no se debaten ideas sino que todo se mide en el «o estas conmigo o contra mi».
Pero Spencer consigue darnos la clave de toda su historia en el epílogo de esta serie, contado en el número Omega, excelentemente dibujado por Andrea Sorrentino y Joe Bennet. El malvado Rogers no realizó un golpe de estado ni usurpó el poder sino que fue el pueblo el que acudió a él para que les protegiera. Y si Steve Rogers es un héroe no es sólo por sus valores morales y por enfrentarse a los villanos, sino porque sabe también los peligros de un líder mesiánico al que el pueblo otorga poderes absolutos, ya que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.
Realizando un excelente análisis de la realidad de la sociedad americana, Imperio Secreto nos cuenta como el mal puede llegar a alcanzar el poder sin que la gente normal nos demos cuenta hasta que sea demasiado tarde. No es imposible que suceda, de hecho hay gente que opina con razón que ese golpe de estado ya se ha producido. Y en el mundo real, no va a aparecer un super-héroe que lo arregle todo con un puñetazo, sólo la unión de toda la sociedad puede vencer sus miedos y a los que intentar dividirla.
Hay sin embargo dos elementos negativos en Imperio Secreto que es necesario comentar.
En primer lugar, el guión de Spencer, aunque entretenido, ocupa una gran parte de la serie en la búsqueda de los trozos del Cubo Cósmico. Demasiada parte, en mi opinión. Una parte imprescindible para lo que luego leeremos, pero que durante su lectura daba la sensación de ser casi unos «minutos de la basura», por utilizar un símil de basket, que alargaba el momento que todos queríamos leer, el enfrentamiento de Steve Rogers con los héroes, y en concreto con Sam Wilson.
En este sentido, el final es lógico en función de todo lo leído durante esta larga etapa de Spencer, iniciada incluso antes del «Hail Hydra» en el evento Punto Muerto en el que conocimos por primera vez a Kobik. Sin embargo, realmente la clave de la historia es un deux-ex-machina de libro, que en función de tu suspensión de credulidad hará que el final te gusté más o menos. Yo disfruté del camino recorrido, pero puedo entender que haya gente que le haya podido parecer un bluff en toda regla.
El segundo elemento negativo es el baile de dibujantes, que hace imposible que la historia se sienta unitaria y compacta. A pesar de contar con dibujantes como Daniel Acuña o Andrea Sorrentino que me encantan, Imperio Secreto no consigue tener una personalidad definida con todos los cambios. Y es que a los dibujantes anteriores hay que sumar a Steve McNiven en el primer y último número, y a Rod Reis en los prólogos al comienzo de cada capítulo.
Este problema está totalmente provocado por la propia Marvel y su política de publicación. Siguiendo su tónica habitual, la editorial publicó estos 10 números en 5 meses, de Mayo a Septiembre, lo que hace imposible que un solo dibujante pueda realizar todo el encargo. A corto plazo les puede interesar para vender más comics y liderar las listas de ventas durante esos meses, pero creo que a la larga provoca que la serie no sea todo lo buena que hubiera podido ser. ¿Por qué recordamos Civil War o las últimas Secret Wars? Por supuesto por las historias de Mark Millar y Jonathan Hickman, pero también por que fueron excelentemente dibujadas por McNiven y Esad Ribic. Y pasados los años estas series se siguen vendiendo en formato tomo por ambos motivos. Una pena que Marvel esté establecida en el cortoplacismo y provoque que eventos bien escritos acaben en cierta forma en una tierra de nadie.
En todo caso, a pesar de estos aspectos menos buenos, la verdad es que la serie es muy entretenida, y si eres un marvelita, es obligatoria su lectura, ya que culmina casi dos años de historias de la Casa de las Ideas.
The Disaster Artist va a ser una de las películas más importantes del año 2018. Dirigida e interpretada por James Franco, esta comedia con toques dramáticos narra la historia real de cómo el excéntrico Tommy Wiseau realizó la que que para muchos es una de las peores películas de la historia en 2003, The Room, que ha alcanzado desde entonces la categoría de película de culto.
PUNTUACIÓN: 9/10
The Disaster Artist es una comedia sobre dos inadaptados en busca de un sueño, Tommy Wiseau (James Franco) y su amigo Greg Sestero (interpretado por Dave Franco, hermano de James). Aspirantes a actores, cuando el mundo los rechaza, deciden hacer su propia película, un film maravillosamente espantoso gracias a sus momentos involuntariamente cómicos, sus tramas dispersas y sus terribles interpretaciones.
El guión es obra de Scott Neustadter yMichael H. Weber a partir del libro de Greg Sestero yTom Bissell «The Disaster Artist: My Life Inside The Room, the Greatest Bad Movie Ever Made». Sestero fue protagonista de todo el rodaje junto a Wiseau, y es parte esencial de la película.
The Disaster Artist ha ganado la Concha de Oro del Festival de San Sebastián y ha cosechado enormes alabanzas por parte de la crítica, alabanzas que comparto completamente.
Hace años que no me reía tanto viendo una película. Solo por eso ya merece la pena ver The Disaster Artist. Pero es que además, James Franco realiza una alucinante transformación para convertirse en Tommy Wiseau, un alucinado personaje que se creía que era el no va más y que era totalmente patético. Franco cambia completamente su voz y sus movimientos en pantalla para fusionarse con el personaje en el que se inspira. Soy muy partidario de ver siempre que se pueda todas las películas en Versión Original, y en este caso más que nunca. Por muy buen doblaje que se haga, es imposible que puedan trasladar al castellano las numerosas inflexiones y locuras idiomáticas de Franco / Wiseau.
La película cuenta como Tommy y Greg se conocen, se hacen amigos y deciden mudarse a Los Angeles para perseguir su sueño de ser actor. Algo para lo que claramente se vió que no valían. Esta primera parte está cargada de momentos a cual más divertidos, pero la cosa adquiere otro nivel cuando asistimos al rodaje de The Room, la película escrita, producida y dirigida por Wiseau, gracias a su fortuna.
Wiseau era tan megalomaníaco que hizo que se grabara casi todo para poder hacer un making-of de la película cuando recibiera las alabanzas del público, cosa que no se produjo. Incluso alquiló un cine de Los Angeles durante dos semanas para que la película estuviera en pantalla el tiempo suficiente para que la Academia de Cine pudiera tenerla en cuenta de cara a los Oscar. Increíble pero cierto. Y solo tras el visionado repetido del público entendió que había creado una película de humor involuntario, cuando quería hacer un drama.
Gracias a las grabaciones durante el rodaje y al propio libro de Sestero, sabemos que el 90% de todo lo que vemos en esta película sucedió realmente, lo que lo hace aún más impresionante.
La película tiene un claro paralelismo con Ed Wood, la genial película de Tim Burton de 1994 sobre la figura del director de Plan 9 from outer space (1959), y que se centró además en la relación de Wood con el mítico Bela Lugosi.
La diferencia es que a pesar de ser un personaje «extraño», Ed Wood fue un amante del cine en una época, los años 50 y principios de los 60, en la que la falta de medios era suplida con imaginación y mucha ilusión. En este momento histórico clave para el cine en general y para los géneros de la ciencia ficción y el terror en particular, Ed Wood realizó numerosas películas, la mayoría de ellas malas.
Tommy Wiseau es un personaje penoso que no sabe nada de cine más allá de pensar que él podía ser un gran actor porque sí. Y que igualmente sin tener ni idea de nada escribió, produjo y dirigió una película penosa pensando que era super dramática y que el público la amaría. Pensado friamente, el nivel de patetismo es brutal.
Sin embargo, aunque The Disaster Artist tiene detalles dramáticos cuando Wiseau empieza a entender que no es tan bueno como él pensaba, en general el tono es de comedia alocada centrada en la relación de dos amigos, uno extremadamente excéntrico y el otro, un chaval normal que se debate entre romper el sueño de su amigo y enfrentarle a la realidad, o dejar que el sueño se haga realidad.
Aunque la película es espectacularmente divertida y recomendable, si tuviera que ponerle un pero sería a la propia figura de Wiseau y como la película contribuye, aunque sea señalando su incompetencia y extravagancia, a fomentar su status de estrella freak de culto.
Porque al final Wiseau es un millonario que no sabemos de donde sacó su fortuna y que financió de su bolsillo la filmación de una película horriblemente mala. Aunque The Disaster Artist nos enseña a dos personas que persiguen su sueño de ser actores, no lo consiguen por su esfuerzo o su trabajo duro, sino por el dinero de papaíto. O de la mafia rusa, vete tú a saber.
Incluso a pesar de haber disfrutado de una película tan divertida, reflexionando sobre ella tras verla, los paralelismos entre Tommy Wiseau y Donald Trump se me hicieron muy evidentes, lo cual me hizo pensar que igual no es tan buena idea glorificar a este tipo de personajes.
Cada diálogo de Wiseau interpretado por Franco es tronchante, pero me queda la duda sobre quién es él realmente. ¿Es una persona que fue indemnizada tras sufrir un accidente de tráfico? ¿El hijo de un millonario, quien sabe si americano o proveniente del extranjero? ¿Puede ser que Wiseau sufra algún tipo de retraso mental que sea lo que provoca su extraño comportamiento y su forma de expresarse? No tengo ni idea de cual es la respuesta, la verdad, pero igual que no me gusta el famoseo de Gran Hermano y celebrities como las Kardashian cuya única actividad es ser famoso, no me gustaría que se glorificara este tipo de personajes o se convirtieran en la inspiración de alguien por algún extraño proceso mental.
Comparto a continuación el primer teaser de la película que es desternillante.
The Disaster Artist es una película sorprendentemente divertida que creo que veré una y otra vez, y que estoy seguro que será considerada una película de culto por sus numerosas cualidades, no como The Room, que lo es muy a su pesar, al ser considerada como la «mejor peor película de la historia».
¡Feliz año 2018! Quiero aprovechar este primer artículo para comentar doce películas que espero con muchas ganas para este nuevo año. Voy a colocarlas en función de su fecha de estreno, no de las ganas que tengo de verlas.
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