Crítica de Warrior temporada 2 (HBO)

La segunda temporada de Warrior recién terminada en HBO convierte a la serie creada por Jonathan Trooper (Banshee) basado en una historia de Bruce Lee en la mejor serie de acción de la televisión. Ahora a esperar que una vez HBO ha absorbido los contenidos de Cinemax, podamos disfrutar de una tercera temporada.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Ambientada durante las Guerras Tong a fines de la década de 1870 en San Francisco, California, la serie sigue a Ah Sahm (Andrew Koji), un prodigio de las artes marciales que emigra a San Francisco desde China en busca de su hermana (Dianne Doan), para acabar vendido a una de las bandas (Tong) más poderosas de Chinatown y muestra la lucha de poder en Chinatown y el racismo sufrido por la comunidad china que buscaba un futuro mejor en los Estados Unidos y se encontraron con odio y explotación.

Jonathan Trooper creó esta serie para el canal Cinemas, tras ser contratado por los productores ejecutivos Justin Lin (Fast & Furious, Star Trek – Más allá) y Shannon Lee, hija del gran Bruce Lee. Esta segunda temporada recién finalizada ha contado con 10 episodios, de los cuales Trooper ha dirigido el primero y guionizado el primero, el sexto y los dos últimos episodios. El resto de episodios han sido dirigidos por David Petrarce (2 episodios), Loni Peristere (2), el actor Dustin Nguyen (1), Omar Madha (2) y Donnie Gordon (2). Los guionistas de la serie junto a Trooper han sido Brad Kane, Evan Endicott, Josh Stoddard y Kenneth Lin.

Warrior es una serie coral siguiendo el standard marcado por Juego de Tronos, en el que vamos a conocer los distintos bandos que coexistían en la San Francisco de finales del siglo XIX, cada uno de los cuales tiene diferentes intereses y no siempre son buenos o malos puros, sino que todo está revestidos de diferentes matices de grises.

Andrew Koji es Ah Sahm, el gran protagonista de la serie. Mitad chino mitad americano, es un experto en artes marciales y viaja a San Francisco para encontrar a su hermana desaparecida y termina formando parte de los Hop Wei. Tras su derrota en el torneo de artes marciales, empieza la temporada buscando mejorar sus maestría de las artes marciales.

Dianne Doan es Mai Ling, la hermana de Ah Sahm que se ha convertido en líder de los Long Zii enemigos de los Hop Wei, hasta el punto de intentar matar a su hermano en la primera temporada. Olivia Cheng es Ah Toy, una Madame bisexual a cargo del burdel de Hop Wei. Ella se interesa por Ah Sahm debido a sus conexiones con Mai Ling. Jason Tobin es Young Jun, hijo del padre Jun y heredero del Hop Wei que es el mejor amigo de Ah Sahm.

Kieran Bew es el oficial de policía Bill O’Hara, un irlandés ascendido para liderar el escuadrón de Chinatown. Como “buen” irlandés, es racista con los chinos y sus problemas con el alcohol y el juego le han puesto en manos del tong. Dean Jagger es Dylan Leary, un veterano de la Guerra Civil estadounidense, líder sindical y señor del crimen de la mafia irlandesa. Odia a los chinos, a quienes culpa de quitarle los trabajos destinados a los irlandeses, y utilizará cualquier medio para asegurarse de que se cumplan sus objetivos. Joanna Vanderham es Penelope Blake, la esposa del alcalde Samuel Blake y que dueña de la industria Mercer al morir su padre. Al emplear mano de obra china, se ganó el odio de los irlandeses.

Tom Weston-Jones es Richard Lee, un nuevo oficial de policía de Savannah, Georgia. A pesar de ser del sur, Lee cree que todas las razas deben recibir el mismo trato. Sus colegas irlandeses no le agradan, que son veteranos de la Unión, debido a que su familia ha luchado con la Confederación. Hoon Lee es Wang Chao, un traficante de armas del Mercado Negro que trabaja con Hop Wei y Long Zii, junto con la Policía de San Francisco. Gracias a sus conexiones, es libre de viajar a todo el territorio de Tongs e incluso sirve como intermediario entre ellos. Langley Kirkwood es Walter Franklin Buckley, el teniente de alcalde de San Francisco que trabaja en secreto con Mai Ling para iniciar una guerra entre Hop Wei y Long Zii, y que es el gra poder en la sombra de San Francisco.

Los nuevos personajes de esta segunda temporada son Dustin Nguyen es Zing, el nuevo líder de Fung Hai Tong y aliado de Mai Ling. Céline Buckens es Sophie Mercer, la imprudente hermana menor de Penelope, que busca llamar la atención de Leary. Miranda Raison es Nellie Davenport, una viuda rica que ofrece asilo a inmigrantes chinos, incluidas las prostitutas, entrando así en contacto con Ah Toy. Chen Tang es Hong, un abrasivo, joven, nuevo recluta traído de China como refuerzo para Hop Wei, quien rápidamente se hace amigo de Young Jun y Ah Sahm. Por último, Maria Elena Laas hace de Rosalita Vega, una mujer mexicana que dirige torneos de lucha ilegales en la Costa, donde Ah Sahm participa con frecuencia.

Tener que explicar este quien es quien del reparto ya nos muestra la complejidad de la historia y de todos los bandos que vamos a encontrar en una historia que a priori podría parecer una serie de acción a secas. Y es que tenemos por un lado en el lado chino las bandas de los Long Zii y los Hop Wei, tenemos al conseguidor Wang Chao y a la dueña del burdel Ah Toy, todos con sus propios intereses y maquinaciones. Pero en el lado irlandés, tenemos a los mafiosos de Dylan Leary cometiendo actos de sabotaje contra las empresas que contratan chinos, tenemos a Penelope Blake intentando sacar adelante la empresa de su padre, tenemos a los corruptos miembros de la policía y además las intrigas políticas del alcalde Blake y su subalterno Buckey, que realmente controla la alcaldía.

Aparte del racismo, un tema importante de esta segunda temporada es la lucha contra el machismo de la sociedad americana de la época de todas las mujeres de la serie, que ofrece momentos memorables, como una conversación entre Mai Ling y Ah Toy en la que ambas dicen que son enemigas porque han sido víctimas y van a hacer lo que haga falta para no volver a serlo, caiga quien caiga.

Warrior ofrece una visión desmitificadora del western que también me parece estupenda. Frente a la versión idílica de los pioneros exploradores, la realidad de los Estados Unidos sel siglo XIX era la de un país cruel en el que primaba la ley del más fuerte y a menudo los “buenos” eran destrozados y expoilados por los poderosos, que en muchas ocasiones se salían con la suya y hacían fortuna gracias a los cadáveres que dejaban a su paso. Hay un diálogo muy bueno también en el que un personaje dice que “esto es el infierno”, a lo que otro responde que no, no es el infierno, es la realidad del mundo en el que viven. Y no le fata razón.

Conectado a lo anterior, otro de los elementos que más me gusta de Warrior es que todos los personajes, excepto quizá Buckey y Blake que son villanos sin matices, se mueven en los grises en todo momento, hacen cosas buenas y justo a continuación algo cruel. Esta cualidad me parece excepcional, dado que se han molestado en construir unos personajes complejos con mucho que decir que me han enganchado muchísimo durante el visionado.

En ese sentido, el personaje de Nellie Davenport es quizá el peor personaje de la serie porque es 100% bueno y me rompió el realismo que respiran el resto de personajes, al ejemplificar la sororidad del feminismo tan popular en nuestros días, que indica que las mujeres unidas y viendo separadas de los hombres pueden ser felices y realizarse como personas, lo cual es en parte un panfleto poco sutil.

Quitando este pequeño pero que realmente no molesta porque es un argumento secundario de la serie, tengo que alabar el guión de la serie y como construyen una tensión que alcanza su punto culminante en un histórico episodio 9 titulado “Enter the Dragon” que es lo mejor que vamos a ver en acción en el presente año televisivo, con el episodio 6 en segundo lugar.

Y es que no, no me he olvidado de la acción. Tenemos unas artes marciales alucinantes a un nivel que hacía tiempo que no habíamos visto y que hará las delicias a los fans del género. En todo caso, también debo decir que comparado con la primera temporada, hay menos acción al centrarse más en la trama y los arcos de los personajes. Pero justo por eso, cuando llega la acción, está muy bien hilada y consigue impactar más, como en el episodio 6 en el que de nuevo veremos una aventura autoconclusiva de Ah Sang, Young Jun y Hong en el oeste que es casi completamente acción.

La narrativa de esta temporada planteada con una tensión creciente hizo que quizá los dos primeros episodios, en los que nos recuerdan donde se encuentra cada personaje, me resultaran los más flojos de todos, pero una vez has sobrepasado el tercero, las sorpresas y los giros harán sin duda que te quedes enganchado hasta el final.

Este temporada de Warrior fue el último contenido original de la cadena Cinemax, que ha sido absorbida por HBO. Digo esto porque lo único malo que encuentro de esta temporada es que han dejado un final completamente abierto y HBO de momento aún no ha confirmado la luz verde a una tercera temporada que debería ser obligatoria, porque odiaría que quedara colgada.

Comparto el trailer de esta segunda temporada:

Warrior es LA serie de acción de 2020 que ofrece mucho más que sólo acción gracias a unos complejos y estupendos personajes. Si te gusta el género no te la puedes perder.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

¿Has visto Warrior? Si tienes HBO en casa no te la puedes perder. Espero tus comentarios sobre la serie. Y como siempre, si os gustó el artículo, os agradezco los me gustas y que lo compartáis en redes sociales.

¡Saludos a todos!

Crítica de A propósito de nada de Woody Allen

Woody Allen ha escrito su propia biografía en el que hace un repaso a su vida personal y artística con el humor y la elegante prosa que le hizo famoso, enfrentándose a doloroso pasaje de su vida provocado por la venganza de Mia Farrow. A propósito de nada es un libro divertidísimo que ofrece una nueva luz sobre el director neoyorquino y que ningún fan de su obra se debe perder.

PUNTUACIÓN: 8/10

A PROPÓSITO DE NADA. LA AUTOBIOGRAFÍA DE WOODY ALLEN. 5ª EDICIÓN YA DISPONIBLE.

Woody Allen que durante las seis décadas que lleva haciendo cine ha escrito y dirigido cincuenta películas, nos relata sus primeros matrimonios: el más precoz con una novia de su adolescencia y luego con la maravillosamente divertida Louise Lasser, a quien es evidente que todavía adora.

También escribe sobre su romance con Diane Keaton, con quien mantiene una prolongada amistad.

Y explica su relación personal y profesional con Mia Farrow, con quien realizó varias películas ahora clásicas, y que terminó con una separación por la que la prensa sensacionalista aún no le ha dado suficientemente las gracias.

Él afirma que fue el primer sorprendido cuando, a sus cincuenta y seis años, inició una relación con Soon-Yi Previn, que entonces tenía veintiuno, y que los condujo a un romance estrepitoso y apasionado y a un matrimonio feliz de más de veintidós años.

En un texto a menudo hilarante, haciendo gala de una franqueza sin límites, lleno de creativas intuiciones y de bastante perplejidad, un icono americano cuenta su historia, aunque nadie se lo haya pedido.

Woody Allen es escritor, director y actor. Ha trabajado como humorista de monólogos y es autor de varios libros. Vive en el Upper East Side de Mahnattan con su esposa, Soon-yi, con quien lleva casado veintidós años, y sus dos hijas, Manzie y Bechet. Es un ferviente apasionado del jazz y un entusiasta aficionado al deporte.

Una de mis citas anuales en el cine que espero con más ilusión es con Woody Allen, un autor con una filmografía amplísima que forma un universo propio de temas, filias y fobias que ha ido desgranando a lo largo de una fructífera carrera de más de 50 años. Leer su biografía ha significado un repaso a una vida que aunque él insiste en calificar de normal y mediocre, me parece apasionante y significa un auténtico “quién es quién” de la escena cinematográfica y del show-business americano.

Me parece apasionante conocer la filosofía de vida de un AUTOR para el que lo fundamental es la experiencia derivada del proceso de creación, primero la escritura y luego el rodaje y montaje, para pasar página y empezar a pensar en lo siguiente. Allen sin duda se sale de la norma al expresar que no tiene ningún interés en revisar, analizar o volver a ver su obra pasada precisamente por ser pasado, además de no aceptar premios que impliquen algún tipo de competición y exijan de su asistencia, con la excepción al premio Príncipe de Asturias que recibió en Oviedo de manos del Rey. Bajo su punto de vista, sus películas son creadas únicamente para contentar su ansia artística y no para hacerle pasar por ser mejor que nadie, lo que motiva su aversión patológica a los premios.

Pero me adelanto, y lo primero es que leer los detalles de su infancia y su familia judía en Nueva York ofrece momentos divertidísimos gracias al humor irónico con el que le hemos conocido en las películas. Y aunque es muy divertido ver su búsqueda del escaqueo hasta que un familiar le dijo que era gracioso y que podría dedicarse profesionalmente al humor, parece que el objetivo principal para Allen es desmitificar su propia leyenda (si es que existe alguna), despojándola de todo glamour.

Sin embargo, su vida es un quien es quien del mundo del humor primero y del espectáculo después, ya que Allen durante estos años conoció literalmente a TODO el mundo. De hecho, me sentí a menudo un poco perdido por el aluvión de cómicos, directores de teatro o escritores famosos (en Estados Unidos) de los que yo sólo conocía una pequeña parte. En parte, esta primera mitad de la biografía me recordó a «La maravillosa Sra. Maisel» que cuenta precisamente esto mismo, como una mujer crece en el mundo del espectáculo en la Nueva York de finales de los 50 y 60. Allen incluso habla sobre Lenny Bruce en alguna ocasión, la diferencia entre Woody Allen y la sra. Maisel es que Allen LO VIVIÓ en primera persona, mientras que Maisel es un amalgama de muchas cosas, algunas reales, otras ficticias.

Me hace gracia ver que Allen se retrata a si mismo como el mismo personaje neurótico e inseguro de sus películas, extrañado de un éxito profesional y con las mujeres que aún hoy no se explica, dado que su opinión de si mismo no es precisamente buena. De hecho, es tan modesto que hasta llego a dudar si realmente él es así o nos ha dado una novelización de su vida con la imagen que los espectadores tenemos de él.

La parte de su vida personal está muy bien, y también he disfrutado con la narración cronológica de su obra en la que explica, en algunas películas más que en otras, su ambición con cada obra y el proceso de creación, con perlas graciosísimas sobre el casting, los rodajes, etc., haciendo una valoración personal de cómo cree él que salieron, opinión que a veces no coincide con la valoración universal sobre cuales son sus mejores películas. De hecho, transmite ser un profesional muy educado que no tiene ni una palabra mala para la gente con la que trabajó y prácticamente elogia a todo el mundo. De hecho, incluso a pesar de ser (supuestamente) una loca psicópata, Allen alaba repetidamente las cualidades interpretativas de Mia Farrow, considerándola una gran actriz.

Lo que nos lleva a su larga exposición del calvario que ha sufrido durante años por la venganza de Mia Farrow ante el romance de Allen (que nunca se casó con Farrow) con Soon-Yi Previn, la hija adoptiva de Farrow (nunca de Allen), que provocó la denuncia falsa de un supuesto abuso sexual contra Dylan, la hija de ambos en ese momento de 7 años, que se demostró falso en dos investigaciones rigurosas en las que Allen fue investigado como si fuera culpable.

Durante años Allen ha evitado hacer declaraciones públicas pensando que la verdad evidente de lo que pasó acabaría imponiéndose, cosa que como vemos no ha sucedido. Sin embargo, en la biografía se alarga con gran detalle añadiendo declaraciones literales de sus hijos, las niñeras y las conclusiones de los informes que clara y sin lugar a dudas le exoneraban de cualquier responsabilidad ante unos hechos que nunca tuvieron lugar porque Farrow se los inventó.

Como bien dice Allen, la gente al principio tomaba una actitud de «es la palabra de uno contra la del otro», cuando en realidad era la opinión de Farrow falsa contra la realidad de lo que pasó expresada por Allen y confirmada por dos investigaciones oficiales que le daban la razón a él. La parte de las pruebas y las conclusiones oficiales no se explica aún como son obviadas por tanta gente, incluso hoy en día.

Además, como dice literalmente en otro momento «Todavía hay dementes que piensan que yo me casé con mi hija, que Soon-Yi era hija mía, que Mia era mi esposa, que yo adopté a Soon-Yi, que Obama no era estadounidense. Pero jamás tuvo lugar juicio alguno. Jamás fui acusado formalmente de ningún delito, puesto que quedó claro para los investigadores que no había ocurrido nada.»

El calvario que ha vivido Allen es terrible, al que a pesar de ser inocente le negaron ver a su hija por culpa de un juez negligente, y comprobar como Farrow le ha ido lavando el cerebro durante décadas hasta estar convencida que el abuso sexual tuvo lugar en una habitación inexistente de su casa. Terrorífico. Como lo es pensar que Allen puede ser una abusador de menores por un única denuncia formulada en medio de una disputa por su separación de Farrow con testigos delante, cuando lleva 25 años de feliz relación con Soon-Yi y jamás nadie ha expresado el menor reproche a su vida personal o profesional.

Tras años de silencio en los que sólo uno de sus hijos y Soon-Yi salieron a desmontar las mentiras de Mia Farrow y contar la vida de abuso a la que les sometió, Allen se queda a gusto en estas páginas. Pero lo hace con educación y datos comprobables objetivamente, evitando en la medida calificar unos hechos que se explican solos. De hecho, aunque claramente él es la víctima de toda esta lamentable situación, indica con cierta ironía que se resiste a considerarse a si mismo eso ya que es feliz en lo personal, tiene la vida solucionada en lo económico y a pesar del boycott en USA a sus películas, que nos son distribuidas, y que algunos actores obsesionados por lo políticamente correcto se han negado a trabajar con él, Allen sigue haciendo cine, sus películas se estrenan con éxito en el resto del mundo, continúa tocando el clarinete y haciendo aquello que le gusta en cada momento.

Pero más allá de este elemento polémico, la verdad es que el libro es maravilloso, está super bien escrito y devoraba estas páginas regadas de divertidas anécdotas y detalles de películas míticas que son historia del cine. A sus 85 años, esta novela y sus últimas películas me muestran a un autor que se encuentra en un momento de plenitud intelectual, y espero y confío que como a Clint Eastwood, Dios o quien sea le conserve la salud durante mucho tiempo y podamos seguir disfrutando de la obra de este genio, como sus últimas Día de lluvia en Nueva York o Rifkin´s Festival.

Me lo he pasado genial con la lectura de A propósito de nada y recomiendo este libro a todo el mundo que esté interesado en el mundo del cine, no necesariamente en fans de su obra.

PUNTUACIÓN: 8/10

Gracias por leer este post. Y tu, ¿has leído el libro? Espero tus comentarios. Y si te gustó el artículo, te invito a que lo compartas en redes sociales y que te suscribas para que te lleguen las notificaciones de las próximas publicaciones.

¡Saludos a todos!

Crítica de Mank de David Fincher (Netflix)

Netflix ha estrenado Mank, la nueva película de David Fincher que parece ser la gran apuesta de la cadena online de cara a los extraños Oscars de 2021. La biografía del guionista Herman Mankiewicz es un homenaje no exento de crítica al mundo del cine en los años dorados de Hollywood entre 1930 y 1940.

PUNTUACIÓN: 7/10

Biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de ‘Ciudadano Kane’, que repasa el proceso de rodaje de la obra maestra de Orson Welles, dirigida y estrenada en 1941. La película toma como base un guión escrito por Jack Fincher, padre de David Fincher, antes de morir en 2003. (FILMAFFINITY)

El padre de Fincher, Jack, escribió hace más de 20 años el guion de este drama biográfico sobre el guionista Herman J. Mankiewicz y su creación del guión de Citizen Kane (1941). Y aunque su hijo David tenía la intención de filmarlo, nunca encontró el momento entre sus diferentes proyectos, hasta el pundo que Jack Fincher falleció en 2003 sin que hubieran ni siquiera planes de esto llegara a realizarse. Finalmente, el año pasado se confirmó el acuerdo de Fincher y Netflix para producir esta película, que se rodó entre noviembre de 2019 y febrero de 2020, justo antes de que estallara la crisis del Covid-19.

Fincher se reúne con gran parte de su equipo cinematográfico habitual, incluido el diseñador de producción Donald Graham Burt, el editor Kirk Baxter y los compositores Trent Reznor y Atticus Ross, utilizando solo instrumentos auténticos de la época. Fincher optó por el director de fotografía Erik Messerschmidt, con quien trabajó en su serie de Netflix Mindhunter, al plantear esta película en blanco y negro para recrear el espíritu del cine de la época y la vida en el Hollywood dorado.

Para poder optar a los Oscars, la película se estrenó en cines de forma limitada en noviembre de este año, habiéndose estrenado en todo el mundo a travás de la plataforma de Netflix el pasado 4 de diciembre. Aunque luego me extenderé, Netflix domina los contenidos online siendo la cadena online con mayor cantidad (millones) de suscriptores en todo el mundo, y desde hace unos años, ha tirado la casa por la ventana para intentar ganar legimitidad y prestigio produciendo películas de las consideradas “importantes” sin reparar en gastos, para intentar arrasar en las ceremonias de premios internacionales. Roma de Alfonso Cuarón, The Irishman de Martin Scorsese o Historia de un matrimonio de Noah Baumbach son algunos de los estrenos más destacados de los últimos años, y todo apunta que la intención de Netflix es que Mank sea su gran apuesta para los Oscars de 2021.

Gary Oldman es el grandísimo protagonista de Mank gracias a su interpretación de Herman J. Mankiewicz, un escritor judio desgarbado que no se callaba lo que pensaba y que acabó muriendo por problemas derivados de su adicción al alcohol. Oldman realiza un trabajo bestial y aganta él sólo la película tanto sobrio como borracho. Fincher le ofrece un montón de momentos para su lucimiento que aprovecha para firmar una de las grandes interpretaciones de su carrera. Y ha tenido unos cuantos papeles antológicos.

El resto del casting muestra un reparto coral para contarnos cómo era la vida en el Hollywood dorado de 1930-40. Amanda Seyfried es Marion Davies un actriz estrella conocida de Mank y que acabará fichando por Warner. Arliss Howard es Louis B. Mayer, el presidente de la MGM, Toby Leonard Moore es David O. Selznick, uno de los productores iconos de la Era Dorada de Hollywood. siendo el productor de Lo que el viento se llevó en 1939. Charles Dance interpreta al magnate William Randolph Hearst, magnate de los medios de comunicación amante de Marion Davies, accionista de la MGM y sobre el que se inspira el guión de Ciudadano Kane.

Tom Burke hace de Orson Welles en la película, joven prodigio que contrató a Mank para que escribiera el guión de su vida. Lily Collins es Rita Alexander, una secretaria que ayudará a Mank a escribir el guión de Ciudadano Kane mientras convalece por una pierna rota, mientras que Tuppence Middleton interpreta a Sara, la mujer de Herman.

Además de estos actores que interpretan a personajes históricos, en Mank aparecen a modo de cameos numerosos iconos de la época, como Greta Garbo, Charlie Chaplis, Bette Davis o Clark Gable, entre otros muchos.

Empezando con los elementos positivos de la película, no hay duda que siendo una película de David Fincher Mank técnicamente es espectacular, y va a estar probablemente nominada en la mayoría de cuestiones técnicas. La fotografía es perfecta y transmite el tono crepuscular de las películas en blanco y negro. No soy un experto en cine clásico, pero la planificación de muchas escenas con el punto de cámara tal y como lo decide Fincher, los contraluces, etc… me recuerdan un montón de películas icónicas. O tal vez no a película concretas, sino al feeling que esas película debían transmitir.

La música de Trent Reznor y Atticus Ross también me ha parecido maravillosa y creo que se van también directos al Óscar con su banda sonora. En contraste con los sonidos industriales malsanos de obras previas, en Mank plantean la recreación del espíritu del cine clásico y crean una partitura creada con una orquesta o banda de música que utilizan únicamente instrumentos existentes en esa época.

Pero es que además el diseño de producción es perfecto y nos traslada al Hollywood clásico de forma maravillosa, con un vestuario, un maquillaje y un diseño de sonido que nos mete de lleno en la Meca del Cine.

Además, Fincher está tan obsesionado de recrear el feeling del cine clásico que hace el montaje de Kirk Baxter, que también está espectacular, copie las transiciones entre escenas con ventanillas que se cierran o fundidos en negro típicos de la época, seguidos de planos exteriores generales que nos introducen en la siguiente escena. Hay un elemento que no me ha cuadrado mucho y es que incorporan al metraje final elementos como los puntos negros que marcaban al proyeccionista cuando tenía que cambiar de rollo, lo cual era une necesidad técnica, no algo puesto ahí para agradar. Es por esto que añadir este tipo de datalles puede que recuerde el cline clásico pero para mi no aporta nada y llega a distraer con algo que no debería estar ahí.

Mank es Gary Oldman, y es su estupenda actuación lo que mantiene a flote a la película a pesar de un guión demasiado episódico al que le falta un punch dramático y un foco concreto. Junto a Oldman, el resto de actores están bien, aunque al no conocer a los personajes históricos no puedo decir si realmente han hecho justicia a estas personas o no. En todo caso, no tengo ningún problema con las interpretaciones. Además, dentro de su pequeño papel, Amanda Seyfried está guapísima como la actriz Marion Davies, con toda la belleza que las estrellas de Hollywood transmitían en la pantalla que las acabaron transformando en iconos.

Hay algo en Mank que no me ha cuadrado, y es que todo en ella me transmite que Fincher por primera vez en su carrera ha pensado «me muero de ganas de ganar un Óscar pero no sé cómo hacer que no se note demasiado, porque se supone que un AUTOR como yo no se preocupa por esas cosas mundanas como son los premios». Y la línea más recta era conseguir este reconocimiento con una película sobre el mundo del cine, sus profesionales y su historia, que además pudiera plantear conexiones entre esos hechos y la actualidad de la sociedad americana.

Entiendo que siendo un guión de su padre fallecido, cosa que he descubierto mientras escribía esta reseña, debe haber un indudable componente emocional para Fincher, pero debo decir que la fría y perfecta narrativa del director me impide verla, la verdad.

En todo caso, creo que el primer y principal problema es a partir de un guión que no ha estado a la altura, planteado con constantes saltos temporales desde 1940 en que Mank escribe el guión de Ciudadano Kane desde una cama, hacia 1930 para ir mostrando a modo casi de anécdotas elementos más o menos inconexos destinados a mostrar como era la vida en el Hollywood de los años 30 para los profesionales que trabajaban para los grandes estudios. De esta forma se forman dos narrativas, pero ninguna consigue enganchar durante el visionado porque le falta punch.

No hay emocionantes epifanías mientras escribe Ciudadano Kane, ni Mank mejora como persona, simplemente en una escena faltan 15 días para que venza el plazo y no han escrito ni la mitad, y a la siguiente escena ya está todo el guión escrito como por arte de magia. A esta mitad le falta algo, no se qué exactamente, quizá incluso interés por lo que está pasando teniendo en cuenta la forma en que nos lo cuenta Fincher, o su no-relación con Orson Welles.

Y si el “presente” de 1940 no funciona, tampoco el pasado de Mank durante la década de los 30 lo hace. Empezando porque la narración fragmentada que comentaba antes hace que nada tenga una potencia dramática. Esta parte está planteada para mostrar algunos de los vicios y problemas del sistema de estudios de Hollywood como son la explotación de los trabajadores al reducirles los salarios a sus empleados cuando no eran necesario ante la falta de unos sindicatos potentes, o el germen de lo que años más tarde se convirtió en la caza de brujas del McCarthismo contra los profesionales del cine a los que se les acusó de “comunistas”.

Este pasaje muestra además la conexión del poder económico con los productores de Hollywood, que consiguieron cambiar el sentido del voto de unas elecciones en California en 1934, al boicotear la campaña a Gobernador del demócrata Upton Sinclair, realizando la MGM una película difamatoria que decantó la campaña electoral a favor del republicano Frank Merriam en el poder. Esto provoca la muerte de un amigo de Mank, que tampoco acaba de funcionar como drama porque la escena no está bien construida ni habiamos visto tanto a dicho personaje para que nos preocupáramos por él para empezar.

Este pasaje merece un comentario, porque creo que Fincher quiere que se interprete desde el punto de vista de 2020 como una reflexión sobre que las “fake-news” ya existían hace 80 años y no son algo nuevo. Los poderosos siempre han contado con los medios para hacer que salgan elegidos los candidatos que mejor se adaptan a sus necesidades, que obviamente no se corresponden con las necesidades de la gente normal. Sin embargo, si tenemos en cuenta que Trump ha perdido la presidencia de los Estados Unidos tras la vergonzosa campaña de todos los medios de comunicación “tradicionales” contra él, que abandonaron cualquier duda que pudiera haber sobre su “neutralidad” en campaña electoral, queda la duda sobre ¿quién es el poderoso aquí? ¿A quién querían en el cargo y sobre todo a quién querían desalojar del poder? Y ojo que Trump me parece un personaje terrible, pero lo que ha pasado en las elecciones de los EE.UU. No es ni medio normal. Resaltar en diciembre de 2020 este elemento de 1934 sobre que los medios de comunicación amañan elecciones no creo que vaya a servir para criticar a quien creo que Fincher quería criticar, la verdad.

Por otro lado, comentaba antes que Fincher ofrece momentos de sobra para que Oldman se luzca, entre los que sobresale el gran climax de la película que es un largo monólogo de más de 5 minutos en el que un Mank borracho se enfrenta a William Randolph Hearst y a Louis B. Mayer en una fiesta. Sin embargo, este climax fracasa porque… ¿les cuenta lo que va a ser el guión de Ciudadano Kane? ¿Ese es el climax? Lo siento, pero no funciona en absoluto, y de hecho no tengo claro que aunque Fincher pueda pensar que este despliegue interpretativo va a ser del gusto de los académicos, no tengo claro que sea lo que ellos realmente buscan.

Teniendo en cuenta la película aún siendo históricamente correcta muestra a las mujeres protagonistas prácticamente como floreros sin importancia real en la trama, dudo mucho que esta propuesta vaya a agradar a una gran parte de los académicos, sobre todo las mujeres.

En 1942, Herman Mankiewicz y Orson Welles ganaron el Oscar de la Academia a Mejor Guión Original. Sin embargo, Ciudadano Kane fue un desastre en la taquilla debido en parte por el boycott provocado por William Randolph Hearst, y marcó el final de las carreras de ambos. Mank no volvió a escribir un guión (indicado al final de la película) y Orson Welles perdió el “final-cut” y sus siguientes películas ya nunca tuvieron el nivel de libertad y creatividad que disfrutó en Ciudadano Kane.

Aunque Ciudadano Kane es historia del cine por muchos motivos y por su indiscutible calidad, el mensaje de la película parece ser que no compensa enfrentarse a los poderosos en vida, aunque tu obra trascienda a tu muerte y se convierta en universal. Otro detalle interesante es que la película se decanta por la idea que Welles a pesar de ganar el Oscar junto a Mank, no tuvo nada que ver en la escritura del guión, algo que ha sido objeto de disputa académica y sobre lo que no me atrevería decir que esta sea la versión correcta de la historia. Tampoco que no lo sea.

Mank ha supuesto una pequeña decepción y se va a quedar muy lejos de mis películas favoritas de Fincher. En todo caso, siendo Fincher, siempre hay elementos que merecen la pena ser descubiertos y considero que no hay excusa para no ver esta película estas navidades, aprovechando el estreno en Netflix.

Comparto el trailer de la película:

Mank va a ser una película que va a generar (ya lo está haciendo) un encendido debate cinematográfico. No va a estar dentro de mi Top-5 del director, pero Fincher sigue siendo un autor que seguiré viendo todo lo que estrene, ya sea en salas de cine o en la pequeña pantalla gracias a mi suscripción a Netflix.

PUNTUACIÓN: 7/10

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¡Saludos a todos!

Crítica de Thor 6 de Donny Cates y Nick Klein (Marvel Comics – Panini)

Donny Cates y Nick Klein culminan su primer arco en el comic de Thor publicado este mes de diciembre por Panini por todo lo alto, al asistir al último combate del Dios del Trueno contra Invierno Negro.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

La muerte del Rey Thor. El Invierno Negro tiene el poder de revelar el fin de cualquiera. Y si la visión es cierta… ¡Asgard va a necesitar que alguien ocupe el trono! Pero Thor no es un rey cualquiera. Incluso la muerte de toda existencia debería temerlo.

Este número incluye el número 6 USA.

Tras la histórica etapa de Jason Aaron, debo reconocer que tenía cierto vértigo ante lo que se le venía encima a Thor teniendo a Donny Cates como guionista. Una vez finalizado «El Rey Devorador», las sensaciones son positivas. Por un lado, Cates nos ofrece el nivel de épica y espectáculo a nivel cósmico que Thor merece. Estos seis primeros números han resultado geniales leídos mes a mes y también leídos de un tirón, cosa que hice para escribir esta reseña.

Hay que reconocer que Cates plantea todo desde el espectáculo y la majestuosidad, y en esa vertiente este Thor está muy bien. Sin embargo, en lo referido a la caracterización no se si acabo de reconocer a este Thor, no hay nada realmente erróneo pero tampoco acabo de ver sus señas de identidad. Aunque parece que la lucha por seguir siendo digno y poder empuñar a Mjolnir va a seguir siendo un elemento importante en esta etapa.

Además, los giros, las sorpresas y los cliffhangers que quitan el hipo en cada números son otras de las señas de identidad de Cates, así como los saltos temporales en la narración para conseguir que la historia sea más impactante. Y en este primer arco parece que no se ha guardado nada, poniendo toda la carne en el asador para que los lectores sigamos comprando Thor. Y hablando de sorpresas, la más gorda se la guardó para este último número, en el que la lucha final contra Invierno Negro acaba no siendo lo que el propio Cates había sugerido que podría ser en el número anterior. De nuevo, Cates rompiendo las expectativas, aunque en este caso, no acabo de tener claro si en este caso para mejor, pensando en las repercusiones a largo plazo para el Universo Marvel.

En el apartado artístico, Nic Klein con los colores de Matt Wilson han ofrecido unas páginas espectaculares en este primer arco, con una épica a rabiar y aprovechando de forma espectacular los numerosos momentos para el lucimiento que Cates les ofrece. En concreto, las dos dobles splash-pages de este número son de las que quitan el hipo y que nos tendrán hablando de ellas durante bastante tiempo.

Dicho esto, reconozco que empiezo a verle un poco las costuras a Cates y a su estilo de hacer que cada arco no acabe de cerrarse ya que de alguna manera sirve de prólogo del arco siguiente. Está claro que en el complejo mundo del comic americano, con comics que siguen publicándose por los pelos ante las ventas menguantes en el canal de las librerías de comics, hay que ofrecer espectáculo en cada número y además dejarte con ganas de querer volver el mes que viene a por más. En este sentido, veo a Cates como un alumno aventajado de Robert Kirkman. Sin embargo, no tengo claro que algo que sale en este último número lleguemos a verlo alguna vez en este comic en continuidad (si es un sueño o una realidad alternativa no cuenta), con muchas posibilidades de que quede en un «shock-value» vacío. Y quedarme con esta sensación ante este último momentazo no mola.

Comparto dos páginas de este último número de «El Rey Devorador»:

Thor está en buenas manos. No se si llegaremos al histórico nivel anterior, pero si tengo claro que Donny Cates y Nick Klein van a darnos una etapa repleta de épica y momentazos super entretenidos.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

¿Habéis leído este comic, qué os ha parecido? Aprovechando la publicación por parte de Panini este mes, ahora no hay excusa. Espero vuestros comentarios. Y como siempre, si os gustó el artículo, os agradezco los me gustas y que lo compartáis en redes sociales.

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Crítica de The Mandalorian 2×06 (Ep. 14 – La Tragedia) Disney+ CON spoilers

Tras el maravilloso episodio de la semana pasada, uno pensaría que The Mandalorian iba a levantar el pie del acelerador esta semana, pero nada más lejos de lo que acabamos de ver, ya que «La Tragedia» dirigido por Robert Rodríguez ha sido brutal en el sentido más literal del término.

ARTÍCULO CON SPOILERS

PUNTUACIÓN: 8.5/10

El Mandaloriano y el niño viajan a un lugar antiguo.

Jon Favreau vuelve a la escritura de este sexto episodio de la segunda temporada, que es continuación directa del anterior, y en el que veremos la llegada de Mando y el niño Grogu al planeta Tython buscando las ruinas de un templo Jedi que les den respuestas que buscan.

El episodio está planteado como una gran escena de acción y Favreau se ha traído a Rober Rodríguez (El Mariachi, Sin City) para que aplique su magia al mundo de The Mandalorian. Y, ¡oh boy, menudo episodio más bestial!

El episodio está lleno de sorpresas y retornos inesperados. En primer lugar, el localizador colocado en el Razor Crest en el episodio 2×04 hace que el Imperio liderado por el Moff Gideon (Giancarlo Esposito) siga sus pasos hasta Tython con sus nuevos Dark Troopers robóticos, que ofrecen un momentazo chulísimo y que apuntan que los próximos episodios pueden ser interesantísimos, al enfrentarse Mando a enemigos con armadura impenetrable como la suya.

Por suerte, Mando va a tener ayuda, ya que Fennec Shand (Interpretada por Ming-Na Wen), vista por primera y última vez en el 1×05 The Gunslinger) y que creíamos muerta, aparecerá también en Tython junto a Bobba Fett !! (Temuera Morrison), que hizo su sorprendente aparición en el primer episodio de esta segunda temporada y que ahora llega con su icónico Slave I (nave que ha estado 30 años en casa de mis padres junto a todos los muñecos).

Mando (Pedro Pascal) lo está teniendo difícil en esta temporada, ya que la semana pasada Ahsoka Tano (Rosario Dawson) robó completamente el episodio, y en este Bobba hace lo mismo, ofreciendo unos momentazos alucinantes mientras destroza a los Stormtroopers.

Favreau y Filloni parecen tener claro que Bobba Fett es un personaje que se convirtió en super popular de forma totalmente inesperada en los años 80, dado que realmente no hizo nada interesante en las películas de la primera trilogía, más allá de aparecer en pantalla. Y en mi opinión, han planteado este episodio para sacarse esa espinita de encima, dándole el momento de gloria que Fett no tuvo en su momento. Y es una gloria brutal, realmente merecida.

The Mandalorian está ofreciendo un espectacular entrenimiento semana tras semana, en el que cada epsodio aporta algo diferente que consigue dejar al espectador puesto en pie aplaudiendo ante lo que acabamos de ver. Hay que destacar la planificación que Favreau y Filloni han hecho de toda la narrativa, ya que eligieron la primera temporada para establecer el mundo en el que Mando iba a vivir sus aventuras, empezando poco a poco y creándolo todo a fuego lento, y diría que en esta segunda se han desatado para disfrutar y hacer disfrutar a los aficionados con todas las conexiones con el mundo de Star Wars que estaban ahí si se atrevían a utilizarlos. Y lo que están consiguiendo es muy grande.

Quedan tan sólo dos episodios para terminar la temporada y por lo visto al final de este episodio, en el próximo veremos a Mando organizando la fuga de prisión de Migs Faifel (Bill Burr, al que vimos en 1×06 – The risoner) para que le ayude a localizar a Moff Gideon de cara al climax de la temporada, que llegará en el episodio 8. Hay tantas opciones a disposición de Favreau que ni me imagino por donde van a ir los tiros. ¿Se va a quedar con las fichas que ya tienen sobre la mesa o aún nos va a presentar a algún otro personaje? ¿Thrawn? ¿Kanan, el Jedi de Star Wars Rebels, que haya sentido la llamada de Grogu en el tempo de Tython? ¿Alguien aún más grande cuyo nombre empieza por L y tiene una U, una K y una E? Soñar ahora mismo no cuesta nada, y resalta el hecho que The Mandalorian nos ha devuelto la ilusión de una forma impresionante.

El disfrute que nos está ofreciendo The Mandalorian es muy muy superior a la última trilogía de películas, y cada vez tengo más claro que es en la televisión y con creadores que aman este universo donde Star Wars puede conseguir el nivel de aventura, sorpresa y espéctaculo que los fans llevamos demandando durante muchos años.

¡Qué gran momento para ser fan de Star Wars!

Comparto el teaser del episodio:

The Mandalorian se dirige hacia el final de esta segunda temporada y seguimos con episodios que nos dejan en lo más alto. ¡Qué bueno es Favreau!!

PUNTUACIÓN: 8.5/10

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