Crítica de The Batman de Matt Reeves (Sin Spoilers)

Muy contento con The Batman de Matt Reeves, tiene mucho mérito mostrarnos con éxito una nueva visión del personaje que se siente fresca y original y a la vez es fiel al espíritu de los comics. Hay mucha tela que cortar, pero voy a intentar transmitir mis impresiones de la película SIN spoilers.

PUNTUACIÓN: 8/10

En el segundo año de su lucha contra el crimen, Batman investiga la corrupción que recorre Gotham City y cómo conduce hasta su propia familia, mientras se enfrenta a un asesino conocido como Enigma.

Matthew George «Matt» Reeves (Nueva York, 1966) es un director, guionista y productor de cine estadounidense. Comenzó a hacer películas con tan solo ocho años, dirigiendo a sus amigos con una cámara doméstica. A los trece años, se hizo amigo de J. J. Abrams, con quien filmó varios cortos. Asistió a la Universidad del Sur de California y allí produjo el film estudiantil Mr. Petrified Forest, por el que consiguió un agente, además de colaborar con el guion de lo que finalmente fue Alerta máxima 2. Tras graduarse, coescribió The Pallbearer, que acabaría por convertirse en su debut como director. Junto con Abrams creó la serie televisiva Felicity, de la que dirigió numerosos episodios, incluido el piloto. Reeves ha participado ocasionalmente en episodios de otras series, entre ellas Homicide: Life n the Street y Relativity. En 2008 dirigió la película de monstruos Cloverfield, producida por Abrams. También escribió y dirigió Let Me In (2010), remake de la película sueca. Tras esto dirigió las dos exitosas películas de la última trilogía de El Planeta de los Simios, El amanecer del planeta de los simios (2014) y La guerra del planeta de los simios (2017), en la que además de dirigir escribió también el guión. Tras la devacle de BvS y Justice League, y al comprobar que Ben Affleck no conseguía levantar su película de Batman, fue llamado para tomar el control de esta nueva versión del Hombre Murciélago en un mundo propio sin conexiones con otros héroes de DC Comics.

Reeves escribe el guión de The Batman junto a Peter Craig. Uno de los grandes hallazgos de la historia es que se siente 100% respetuosa con la versión comiquera del personaje, con numerosas fuentes directas de inspiración como The Long Halloween de Loeb y Sale, Batman: Ego de Darwyn Cooke, las etapas de Grant Morrison, Scott Snyder y Greg Capullo, Tom King, e incluso el Batman Tierra Uno de Geoff Johns y Gary Frank, etc… pero a la vez consigue formar su propio mundo con su propia sensibilidad.

Para esta larga película de casi tres horas, Reeves colabora con el gran Michael Giacchino, que entrega una banda sonora que ya forma parte de la historia del personaje. Craig Fraser es el director de fotografía y ya había trabajado con Reeves en Let me in. William Hoy y Tyler Nelson se encargan del montaje. La película cuenta con un presupuesto de 200 millones de dólares y fue rodada en Reino Unido y Chicago. El parón provocado por el COVID probablemente le vino bien a Reeves, ya que aunque no cambió el guión, sí le permitió centrarse en aspectos de tono que necesitaba la historia. A destacar además que Reeves ha utilizado The Dome de The Mandalorian para rodar en él varias de las escenas claves de la película.

The Batman cuenta con un potentísimo reparto en el que destaca sobre todos un excelente Robert Pattinson como Bruce Wayne / Batman, que sobre todo su voz en la versión original me ha impresionado y me ha cerrado la boca ante mis críticas a priori al no verle como Bruce Wayne. Junto a Pattison encontramos en los papeles principales a Zoë Kravitz como Selina Kyle / Catwoman, Paul Dano como Edward Nashton / Riddler, Jeffrey Wright como James Gordon, John Turturro como Carmine Falcone, Andy Serkis como Alfred Pennyworth y Colin Farrell como Oswald «Oz» Cobblepot / Pingüino.

Empezando a valorar The Batman, lo primero y principal es que me ha gustado mucho, empezando por lo fiel que se siente al espíritu de una parte de los comics de Batman que se centran en su faceta de detective, algo que hasta ahora no habiamos visto bien realizado en las diferentes versiones cinematográficas del personaje. Tiene mucho mérito por parte de Reeves que siendo la décima película en imagen real en la que Batman aparece, se sienta nueva y fresca, con cosas interesantes que contar ampliando la mitología del Caballero Oscuro de forma que resulte original.

Visualmente la película es de 10, y nos deja momentos y fotogramas que ya quedan para la historia del personaje. Me resulta curioso que dentro de la aproximación «realista» que Reeves supuestamente ha empleado para la historia, la iluminación super saturada de color en algunos momentos que me encanta, pero es todo menos realista, dando un feeling super estilizado y alejado de las versiones previas del personaje. La aparición de Batman de entre las sombras me alucina todas las veces, al igual que la presentación del Batmóvil, que tiene un montaje de sonido alucinante. También me gusta esta versión de Gotham nocturna siempre lloviendo con un toque decadente y corrupto que mancha todo lo que toca.

Robert Pattison ya he comentado que me ha cerrado la boca con su estupendo trabajo. Reconozco que le sigo viendo un poco raro como un joven Bruce Wayne, pero la verdad es que no puedo más que quitarme el sombrero por su interpretación. Tiene la presencia y la sensación de amenaza, y además su voz es alucinante, mucho mejor que el grito gutural ininteligible en algunos momentos de Christian Bale. Pattison tenía un encargo muy complicado porque las comparaciones son inevitables, y diría que sale con nota de la película. Aprovecho para comentar que el traje de Batman lo veo una mejora dentro de las diferentes versiones armadura, sobre todo comparado con el de la trilogía de Nolan, pero no mejora la versión de Snyder, con un cuello y una máscara que no me acaban de funcionar.

También me gusta mucho el Gordon de Jeffrey Wright y sobre todo, poder verle tantos minutos en pantalla y la química que comparte con Batman. En cierto sentido, que trabajen juntos de la forma que lo hacen me recordó, dentro de las diferencias, al Batman Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli, entre otros motivos por el novedoso uso de la voz en off de Batman, un recurso narrativo en desuso que demuestra ser super efectivo en la película. Y aunque casi no tiene minutos, me gusta Andy Serkis como Alfred, destacando que tiene una importancia capital en la historia y en la evolución emocional que sufrirá Bruce.

Por el lado de los villanos, Paul Dano está genial como Enigma, dentro que no es rival físicamente para Batman, su voz tiene también un registro alucinante que aporta verdadera sensación de amenaza y frikismo (en el mal sentido que debe tener un villano de Batman), que me ha encantado. Solo puedo calificar de alucinante el cambio físico de Colin Farrell para interpretar a Pingüino, dentro que tiene una importancia más secundaria, tengo claro que el personaje puede dar mucho juego en próximas películas y va a crecer en importancia. Junto a ellos, John Turturro está perfecto como Carmine Falcone. En el lado de los villanos, Reeves y Peter Craig han armado un universo complejo con posibilidades inmensas que estoy deseando que sigan desarrollando.

Otro elemento fundamental de este Año Dos de Batman como el Caballero Oscuro de Gotham es que las cosas empiecen ya en marcha. Agradezco un montón que no se detengan en mostrarnos como fue la muerte de los padres de Bruce o su entrenamiento. Que los criminales se refieran a él como VENGANZA en la película, de hecho es la primera frase de diálogo de Pattison en la película «I´m vengeance», un prodigio de narrativa que establece el marco en el que nos movemos, es otro acierto que transmite que en el año que lleva luchando contra el crimen la gente, todo el mundo, le teme. Y eso a Bruce le vale, ya que piensa siempre lo peor de todo el mundo y se ha contagiado de la visión nihilista y desesperanzada de Gotham. Aunque Riddler si dirije sus cartas con los acertijos a Batman, que no se le llame por su nombre hasta muy adelante en la película, prácticamente en el climax final, también me parece narrativamente muy interesante.

The Batman juega la baza de la amenaza intelectual más que física, además de sacar a la luz el cáncer oculto que es la corrupción que lleva asolando Gotham durante décadas. En este sentido, me gusta que Reeves use el esqueleto de The Long Halloween en lo referido a unos asesinatos con unas pistas que hay que resolver pero de alguna manera use la idea central de El Tribunal de los Buhos, todo ello mezclado y formando una historia única para la película. El viaje de Bruce Wayne en la película y lo que aprende y el cambio que ejerce en él me gusta mucho y creo que es de largo lo mejor de la película. Algo que, de nuevo, veo un elemento totalmente comiquero que Reeves ha hecho suyo y lo ha llevado a su terreno.

Para ser casi tres horas de película y teniendo en cuenta todo lo que nos cuenta, la verdad es que el visionado lo disfruté un montón. Reconozco que hay un momento tras la revelación de los secretos del pasado de los Wayne en que empecé a pensar que la película tenía que empezar a despegar, pero globalmente estoy muy satisfecho de la película. Estoy leyendo muchas quejan es internet por la excesiva duración, y siendo larga para mi no es motivo de queja.

La película es además fiel a los comics en el sentido que Batman no se adelanta a nada, sólo puede actuar / reaccionar después del delito y enfrentarse a las consecuencias de los actos de un villano. Esto también me recuerda a Se7en de Fincher, con la que comparte un elemento de desesperanza y desolación ya que los policías realmente no llegan nunca a detener los planes del villano interpretado por Kevin Spacey, cosa que tiene una correlación en la película de Reeves. Pero frente a la película de Fincher, me gusta el final en el que Batman entiende que tiene que ser más y nos deja con la promesa de algo mejor. Ya digo que narrativa y emocionalmente la película me ha enganchado, incluso aunque en algunos momentos no haya conectado con la ejecución de algunos elementos.

Dentro que la película me ha gustado, también hay elementos cinematográficos en los que creo que The Batman no acierta tanto. Empezando porque aunque visualmente la película es increíble, me fallan las escenas de acción. Entiendo la aproximación del Batman brutal que puede acabar la pelea en un golpe pero da tres para acojonar al resto de criminales, pero no me gusta que a pesar de llevar armadura acepte recibir disparos de la forma en que lo hace durante toda la película, cosa que marca las coreografías o la falta de ellas durante la película. Esto es todo menos «realista», porque incluso con kevlar sientes la coz del disparo en tu pecho, y dejar que te hieran a sabiendas es de tontos, la verdad, lo que no me cuadra con la inteligencia que le supongo a Bruce Wayne. La parte de detective está muy bien, la de «luchador contra el crimen», no tanto. O reconozco que no respecto a la imagen que tengo yo del personaje.

La película rompe completamente la estructura de tres actos cinematográficos y abraza, entiendo que debido a la duración y la complejidad de la historia, una estructura de comic o novela con capítulos diferenciados, mientras Batman investiga los diferentes asesinatos y asimila los conocimientos que va consiguiendo sobre el funcionamiento de Gotham y quien manda realmente en ella. Esto en si mismo no es un problema, de hecho lo encuentro una refrescante novedad que parece demostrar que los tres actos cada vez están más en desuso en el mundo de los grandes blockbusters palomiteros. Sin embargo, lo que esta decisión creativa provoca es que la película falle a la hora de plantear y trasmitir tensión, presentando una historia plana que estando bien o muy bien en todo, no construye una tensión creciente que nos lleve a un brillante climax final.

Por este tipo de narración en capítulos, Reeves parece que se ve obligado a colocar escenas de acción de vez en cuando como si fuera una obligación para que el público no nos aburramos. Por ejemplo, la persecución en coche vista en el trailer mola un montón pero narrativamente rompe en dos la historia hasta ese momento. Y ya digo que la película me ha gustado mucho, pero el ritmo a trompicones provocó como comentaba antes que hubieran dos momentos en los que no miré el reloj pero si pensé que la historia necesitaba un push porque parecía que se estaba estancando. En cuanto a ritmo, no en cuanto a historia, que creo que está muy bien hilada en todo.

Unido a lo anterior, me gusta mucho el viaje de Batman y lo que aprende en esta película, pero el climax final de la película me falla completamente en lo referido a la parte de la acción y la última amenaza a la que tiene que enfrentarse, que es algo super gratuito que no aporta la amenaza ni la tensión que debería estando en el momento clave de la película. En este sentido, también creo que el final tiene un exceso de epílogos, incluido un cameo que no esperaba ver tan pronto, que alargan una película ya de por si larga. Dentro que como digo la película me ha gustado, diría que cinematográficamente The Dark Knight es muy muy superior, aunque este The Batman nos muestre una versión más fiel del personaje en una película en la que él se siente el protagonista y no queda eclipsado por los villanos.

Por cierto, comentaba antes que el reparto me ha gustado mucho, y quizá te habrás dado cuenta que he valorado a todo el mundo en positivo o muy positivo, con una excepción. Y es que no me ha gustado nada Zoë Kravitz como Selina Kyle. Y me resulta curioso que a priori Pattison no me encajara y luego él lo hizo genial mientras que la hija de Lenny ha decepcionado. Parto que es una mujer guapísima y como su padre, la cámara la adora. Sin embargo, su interpretación es muy floja, parece una instagramer más pendiente de salir cool en pantalla que de interpretar, y no me creo su relación con Batman porque ella no me transmite nada. Además, su baja estatura no ayuda a que haya química entre los dos, teniendo que emplear dobles en unas escenas de acción muy pobres en las que hay además elementos digitales no muy bien resueltos para algunas de las acrobacias imposibles. En mi opinión toda la parte de Selina me parece lo más flojo de largo de la película.

Y luego hay detalles ciertamente menores como que todos los corruptos de Gotham sean hombres blancos, al igual que los esbirros de los diferentes villanos como el hombre que al final le dice a Batman que «my name is vengeance», mientras que las personas que tienen que limpiar la ciudad del crimen, la nueva alcaldesa y James Gordon, sean afroamericanos (y una mujer), que están puestos ahí con una intencionalidad política muy clara conectando con las últimas teorías woke. Que no molesta, pero que se nota que no es casual.

A pesar de las últimas líneas, realmente The Batman me ha gustado mucho. Se nota que Reeves ha pensado mucho en cómo hacer su película de Batman, y nos obsequia con momentos de gran cine que son 100% comiqueros y a la vez transmiten una sensibilidad neo-noir muy marcada que funciona a las mil maravillas. Todo en The Batman está milimétricamente planificado y tiene su razón de ser, y me gusta que el director confíe en su audiencia y sepa que vamos a aceptar a este Batman más investigador que aventurero.

Estaré encantado de que Reeves pueda desarrollar su propia trilogía, porque este Batman de Robert Pattison promete que puede darnos muchas alegrías con una versión del Caballero Oscuro que se va a recordar.

Comparto el trailer de la película:

The Batman es una notable película que da nueva vida al personaje y que invita al optimismo de cara a los próximos años.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Las Tortugas Ninja: El Último Ronin 4 de Eastman, Laird, Waltz, Escorza, Bishop y Delgado (ECC Ediciones)

Llegamos al penúltimo número de Las Tortugas Ninja, el comic publicado por ECC Ediciones con historia y guión de Kevin Eastman, Peter Laird y Tom Waltz, con dibujos de Eastman, Easu e Isac Escorza y Ben Bishop, con color de Luis Antonio Delgado y asistencia de Samuel Plata.

PUNTUACIÓN: 7,5/10

¡El Ronin y algunos aliados clave se infiltran en la isla de Baxter Stockman? ¿Cuál es el origen de esta historia de venganza? ¡Descúbrelo en esta penúltima entrega, repleta de acción! Periodicidad bimestral.

Como los comics anteriores, este cuarto número es un comic de 48 páginas que avanza el la resolución de la historia con el ataque a la base del genio científico Baxter Stockman, y a la vez conoceremos la última batalla del maestro Splinter y la última de las tortugas que cayó en el pasado. El formato de 48 páginas me gusta mucho porque permite a los autores construir su historia a un ritmo diferente al de las grapas USA normales de 20/22 páginas, permitiendo unas escenas de acción ampliadas que me gusta cómo están contadas.

Narrativamente, tras estos cuatro números compruebo que no se han roto la cabeza en ningún momento al llevar la historia por caminos esperables, por un lado en el presente presentando la situación del mundo futuro primero y planeando el contraataque contra el clan del Pie después, mientras en cada número conociamos mediante flashbacks el destino de una de las Tortugas y en este caso, del Maestro Splinter. En todo caso, que todo sea esperable no me genera ningún problema siempre que lo que cuenten lo hagan bien, como es el caso de este comic.

En este sentido, el descubrimiento de Casey, la hija de April O´Neill, y su relación con el Último Ronin protagonista son de largo los elementos más interesantes de la historia, a falta de las sorpresas que sin duda nos tienen preparadas para el climax final dentro de 2 meses. Cada número de este comic crepuscular de las Tortugas Ninjas me ha proporcionado un estupendo entretenimiento que no sabía ni que necesitara, y siempre me deja con ganas de más, no se puede pedir más a una obra de entretenimiento como este.

Si tengo que ponerle un pero, en este episodio (y probablemente en toda la serie pero ahora es cuando más me ha cantado), tenemos unas páginas de flashback ambientadas en el pasado que no consiguen transmitir la épica y la espectacularidad del último combate de Splinter y su hijo en Japón. Hasta ahora el baile de dibujantes se había planteado de tal forma que no me había supuesto demasiado problema, pero realmente en esta escena el dibujo no está al nivel en ninguno de los niveles posibles, ni en narrativa, ni en espectacularidad o dramatismo. Lo cierto es que eran unas páginas para lucirse y que quedaran en nuestra retina, y no lo consiguen, quedándose muy lejos del mínimo exigible.

Este es un pero importante que hay que aceptar porque no queda más remedio, pero que muestra el gran problema del comic mainstream americano actual, que pone la puntualidad en la publicación por encima de la calidad del comic. Si llevo años quejándome amargamente de algunas pirulas muy chungas de Marvel, no se porqué iba a ser diferente IDW.

Dicho este elemento menos bueno, la verdad es que estoy disfrutando mucho este comic no siendo un super fan de las Tortugas Ninjas, y tengo muchas ganas de saber cómo van a terminar esta historia, con el pálpito que no todos los héroes van a vivir para contarlo.

Comparto las primeras páginas de este comic:

El último Ronin ya ha recorrido todas las bases esperables de forma modélica. Ahora ya sólo nos falta conocer el final de la historia. Se me van a hacer largos estos dos próximos meses.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Esquirla del Amanecer de Brandon Sanderson (Archivo de las Tormentas 3.5)

Vuelvo al universo del Archivo de las Tormentas de Brandon Sanderson con Esquirla del Amanecer, novela corta que hace de puente entre la tercera y la cuarta novela de la serie y que ha saciado mi sed de Sanderson de la mejor manera posible, al no tener que meterme un tochazo de más de 1000 páginas.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Esquirla del Amanecer es una historia que forma parte de la decalogía El Archivo de las Tormentas y está ambientada entre Juramentada y El Ritmo de la Guerra. Sigue la estela de Danzante del Filo y permite que brillen unos personajes que suelen quedar eclipsados.

Brandon Sanderson es el gran renovador de la fantasía del siglo XXI, con diecinueve millones de lectores en todo el mundo.

Tras el descubrimiento de un barco fantasma, cuya tripulación al parecer murió intentando llegar a la isla de Akinah, rodeada por tormentas, Navani Kholin deberá enviar una expedición para asegurarse de que la isla no haya caído en manos enemigas. Los Caballeros Radiantes que vuelan demasiado cerca de Akinah se encuentran de pronto con su luz tormentosa drenada, por lo que la travesía debe realizarse por mar.

La naviera Rysn Ftori perdió el uso de las piernas, pero ganó la compañía de Chiri-Chiri, una larkin alada que se alimenta de luz tormentosa y pertenece a una especie que se creía extinta. La mascota de Rysn ha enfermado y la única esperanza de que Chiri-Chiri se recupere podría encontrarse en el hogar ancestral de los larkin, Akinah. Con la ayuda de Lopen, el Corredor del Viento que antes era manco, Rysn tendrá que aceptar el encargo de Navani y navegar hacia el interior de la peligrosa tormenta, de la que nadie ha vuelto con vida. Si su tripulación no logra desvelar los secretos de la isla oculta antes de que caiga sobre ellos la ira de sus antiguos guardianes, el destino de Roshar y de todo el Cosmere penderá de un hilo.

BRANDON SANDERSON (Lincoln, Nebraska, 1975) es el gran renovador de la fantasía del siglo XXI, con veintidós millones de lectores en todo el mundo, y el autor más prolífico del mundo. Desde que debutara en 2006 con su novela Elantris, ha deslumbrado a lectores en treinta lenguas con el Cosmere, el fascinante universo de magia que comparten la mayoría de sus obras. Sanderson es autor de la brillante saga Nacidos de la Bruma (Mistborn), formada por El Imperio Final, El Pozo de la Ascensión, El Héroe de las Eras, Aleación de ley, Sombras de identidad y Brazales de Duelo. Tras El aliento de los dioses, una obra de fantasía épica en un único volumen en la línea de Elantris, inició con El camino de los reyes una magna y descomunal decalogía, El Archivo de las Tormentas, que continuó con Palabras radiantes, Juramentada y El Ritmo de la Guerra (además de la novela corta Esquirla del Amanecer). Con un plan de publicación de más de veinte futuras obras (que contempla la interconexión de todas ellas), el Cosmere se convertirá en el universo más extenso e impresionante jamás escrito en fantasía épica.

Sanderson vive en Utah con su esposa e hijos y enseña escritura creativa en la Universidad Brigham Young.

Cada vez que comento una novela de Brandon Sanderson, en especial las pertenecientes a El Archivo de las Tormentas, comento la necesidad estar con el estado mental adecuado para enfrentarme a un tochal de más de 1000 páginas, que tiene un efecto bloqueo siempre que intento empezarlas fuera del periodo vacacional. Eso es justo lo que me pasa con El Ritmo de la Guerra, la cuarta novela que por no haber hecho, ni me he atrevido a comprarla todavía. Leer esta parte 3.5 con tan sólo 253 páginas ha supuesto un reseteo mental importante que ha saciado mi sed de Sanderson hasta que me ponga con El Ritmo de la Guerra probablemente este verano.

Y ya entrando en esta Esquirla del Amanecer, lo primero a destacar es que me la he leído en un día casi de un tirón. ¡Qué bueno eres, Sanderson! La capacidad de generar empatía hacia todos los personajes con tan sólo una línea es uno de sus puntos fuertes, y en este sentido conocer a la protagonista Rysn Ftori significa un interesantísimo añadido en el lore de este universo. Además, para que no sea totalmente nuevo, Sanderson añade a secundarios como Lopen, uno de los porteadores del puente cuatro de Kaladin convertido en un Corredor del Viento en la tercera novela aporta el punto de familiaridad, ligereza y humor que esta aventura requiere.

Dentro que Esquirla del Amanecer es una aventura ligera que como digo se lee de una sentada, Sanderson ni mucho menos la plantea como un relleno sin importancia, al añadir nuevos seres, quien sabe si amenazas, que no tengo duda van a jugar un papel importante en el futuro de la saga. No tengo claro hasta que punto es esta novela «fundamental», ya que también creo que Sanderson seguro resumirá estos sucesos en los tochales cuando llegue el momento, pero su lectura ha sido un placer super adictivo que no pude dejar de leer cuando empecé a leerlo.

Esquirla del Amanecer muestra también que Sanderson puede ser un maestro en el world-building de tramas corales complejas, pero cuando quiere triunfa también en la novela corta con una historia lineal unitaria. y sé que puedo ponerme cuando quiera con otras novelas más «normales» de Sanderson como la serie de Escuadrón (dentro de la vertiente de ciencia-ficción), pero el mundo de Roshar me tiene super maravillado.

Si ya tenía claro que tengo que comprar El Ritmo de la Guerra, esta novela ha acentuado aún más esa necesidad.

Esquirla del amanecer me ha parecido una novela estupenda con una aventura marina que nos recuerda que Sanderson también puede ser un gran escritor de novela corta. Imprescindible para los fans de la fantasía en general y del Archivo de las Tormentas en particular.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Echolands vol. 1 de J.H. Williams III, W. Haden Blackman y Dave Stewart (Image Comics)

Acaba de publicarse el primer volumen de Echolands de J.H. Williams III, W. Haden Blackman y Dave Stewart, con los seis primeros números de la serie regular publicada por Image Comics. Buen momento para volver a recomendar el que probablemente sea uno de los comics con mejor dibujo de la actualidad.

PUNTUACIÓN: 8/10

La historia de la última guerra de la Tierra comienza con un pequeño robo.

El multipremiado equipo de Batwoman formado por J. H. WILLIAMS III (Promethea, The Sandman: Overture, Batman) y W. HADEN BLACKMAN (Star Wars, Elektra) se reúne de nuevo. Les acompañan de nuevo el colorista supremo DAVE STEWART y el maestro de las letras TODD KLEIN.

En un extraño mundo futuro que ha olvidado su historia, la imprudente ladrona Hope Redhood tiene la clave para excavar su oscuro y extraño pasado, si ella y su tripulación pueden escapar de un tirano mago y su imparable hija. Pero el destino los enviará a todos por un camino que conduce a una guerra entre mundos.

ECHOLANDS es una epopeya de ficción mítica en formato horizontal donde todo es posible; una trepidante aventura mezcla de géneros que combina todo, desde vampiros de películas de terror hasta mafiosos clásicos y elfos cyborg, semidioses romanos y cohetes retro. ¡Va a ser un viaje increíble!

Cuando hace unos meses aluciné con el primer número de esta serie ya comentaba como la serie transmitía la idea que J.H. Williams había planteado junto a su colaborador habitual W. Haden Blackman una historia ambientada en un mundo fantástico que le permitiera dibujar literalmente cualquier cosa que le gustara. Tras leer este primer volumen con los seis primeros números, no hay duda que el éxito es monumental. Cada página está abarrotada de detalles y personajes que recuerdan elementos clave del entretenimiento de todas las épocas, convirtiéndose en un auténtico “¿donde está Wally?” mientras intentas identificar a cada personaje, cada referencia. Como fan de la fantasía y la ciencia ficción, las páginas de Echolands son un regalo maravilloso repleto de easter-eggs.

Otro de los grandes éxitos de Echolands viene a partir del formato horizontal del comic, que permite a Williams realizar un nuevo despliegue narrativo a la hora de distribuir las imágenes en la página, algo en lo que Williams es un autentico maestro. La doble página horizontal permite un flow super diferente al que estamos acostumbrando con los comics verticales, que suponen el 99,99% de los que se publican, con un diseño original que permite grandes sets en los que se mueven los personajes, y una acción que fluye en la página a su propio ritmo.

Aparte de la propia calidad de Williams, verle colaborar de nuevo con el colorista Dave Stewart nos regala unas páginas alucinantes. Stewart se une al despliegue artístico con páginas en las que todo es posible, explosiones de color junto a personajes dibujados en blanco y negro ¡en la misma viñeta! La exuberancia creativa es claramente una de las señas de identidad de este comic, y me encanta.

En la reseña del primer número ya comentaba que el único pero que le veía a Echolands es que estábamos ante un comic para leer en tomo más que en grapa como he hecho yo, dado que la historia en si prácticamente no había avanzado nada. Ahora que tengo en mis manos los seis primeros números, esta opinión no sólo se confirma, sino que me sorprende lo poco que nos han contado Williams y Blackman dentro del viaje en el que se han embarcado los protagonistas les ha llevado por numerosos reinos cada cual más diferente del anterior. Un hecho aparte es que estos seis números son el primer volumen porque así van a ser recopilado, pero en lo relativo a la historia no han alcanzado ningún hito ni estamos ante un momento de giro, de forma que podrían haber cortado aquí como en el número cuatro o cinco (o siete) y la sensación de no ha pasado casi nada seguiría estando ahí.

Es curioso que dentro de que el dibujo me parece una pasada, también me ha provocada cierta saturación sensorial debido a todo lo que Williams añade a cada imagen. En este sentido, me llama la atención que en medio de la polémica del “fan-service” en Spiderman No Way Home o en El libro de Boba Fett, este comic es puro fan-service, con decenas de seres y objetos en segundo plano que nos recuerdan a algo pero no tienen, de momento, ninguna importancia en lo relativo a la trama, más allá de resaltar que estamos ante un mundo en el que todo es posible.

Aunque me sabe un poco mal lo poco que la historia ha avanzado y lo poco que seguimos sabiendo de la protagonista Hope Redhood, en el momento que entendí y asumí que este comic no va de historia sino de permitir que Williams se desate, el disfrute es total. Y no tengo duda que los próximo números van a seguir ofreciendo muchas alegrías con apariciones especiales que me van a volar la cabeza.

Comparto algunas páginas del primer número para que alucinéis:

Solo por tener de vuelta a J.H. Willams III al mundo de la narrativa serializada, Echolands es un gran triunfo, con un dibujo sobresale muy por encima del resto de comics publicados en Estados Unidos. Super recomendable.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Being the Ricardos de Aaron Sorkin (Prime Video)

Aaron Sorkin es uno de los guionista y directores más sólidos del Hollywood actual, y en Being the Ricardos con las super estrellas Nicole Kidman y Javier Bardem plantea un doble desafío narrativo con el que no he acabado de conectar.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Película sobre la actriz, pionera de la televisión, Lucille Ball (1911-1989). La historia se desarrolla durante una semana concreta de la producción de la exitosa serie de la época ‘I Love Lucy’ cuando Lucy y su marido, Desi Arnaz, se enfrentan a una crisis que podría terminar con sus carreras y también con su matrimonio.

Hablar de Aaron Sorkin (Nueva York, 1961), es hablar de uno de los más sólidos guionistas de los últimos años. Entre sus obras más destacadas encontramos las series de televisión The West Wing (1999-2006) y The Newsroom (2012-14), así como los guiones de A Few Good Men (1992), la comedia The American President (1995), y varias biopics como Charlie Wilson’s War (2007), Moneyball (2011) y Steve Jobs (2015). Por escribir La red social (2010), ganó el Oscar al mejor guión adaptado y el Globo de Oro al mejor guión.

Being the Ricardos es la tercera película de Sorkin como director tras Molly´s Game y El juicio de los 7 de Chicago. La cinta, producida por Amazon Studios está a medio camino entre el género documental y el cine dentro del cine para contar la relación de dos de los mayores iconos de la televisión americana clásica, la actriz y comediante Lucille Ball (Nicole Kidman), y su marido, el músico, actor y productor de origen cubano Desi Arnaz (Javier Bardem), aprovechando un momento del rodaje de la serie I Love Lucy.

I Love Lucy fue una de las comedias de más éxito de la televisión estadounidense, emitida por la CBS desde 1951 hasta 1957, con un total de 180 episodios de media hora, que abarcan seis temporadas. La serie estaba protagonizada por Lucille Ball, su marido, Desi Arnaz, junto con Vivian Vance y William Frawley. Tras el final de la serie en 1957, una versión modificada del programa continuó durante tres temporadas más, con 13 especiales de una hora, que se emitieron de 1957 a 1960. Primero se conoció como The Lucille Ball-Desi Arnaz Show, y más tarde, en las reposiciones, como The Lucy-Desi Comedy Hour.

La película de 132 minutos cuenta con fotografía de Joff Cronenweth, montaje de Alan Baumgarten y música de Daniel Pemberton. Junto a los increíble Nicole Kidman y Javier Bardem tenemos en los papeles principales a J.K. Simmons y Nina Arianda como los compañeros de Lucille y Desi en la serie, los actores William Frawley y Vivian Vance. A destacar que Kidman, Bardem y Simmons han conseguido ser nominados para los Oscars de este año en sus respectivas categorías.

Recomiendo ver Being the Ricardos en versión original. Escuchar las voces originales de todo el reparto me parece una pasada, empezando por una Nicole Kidman está increíble en el papel de Lucille Ball, mimetizando su expresión corporal y una de las voces más conocidas y características de la televisión. Y si Kidman está bien, lo de Javier Bardem es que está a otro nivel. Bardem tiene una fuerza y una presencia alucinante que llena la pantalla y me vuela la cabeza. Su acento es perfecto y te crees que es cubano, no español, además de atreverse a realizar varios números musicales que clava. Y por si fuera poco, si ambos son unos actores enormes, es que además tienen una química estupenda en pantalla y convierten en una realidad llena de emotividad la relación que mantuvieron los actores Lucille y Desi en la vida real, con toda su complejidad.

Además de Kidman y Bardem, la verdad es que todos los actores están estupendos en la película. No sólo J.K. Simmons y Nina Arianda, también el resto de secundarios tienen momentos muy chulos, demostrando que Sorkin es un gran guionista que sabe sacar partido a sus estrellas pero también darles elementos que permitan su lucimiento.

La película además de mostrarnos la relación de los protagonistas está planteada casi a modo de making-of para enseñar las interioridades del programa de televisión I love Lucy, viendo el proceso desde que empezaban las primera lecturas del guión, los ensayos posteriores que obligatoriamente producían cambios sobre el libreto original, y su grabación con público en vivo. Un proceso que tenía lugar de lunes a viernes, aunque el episodio en si se emitía los lunes por la noche.

Si te gusta conocer las interioridades del mundo del cine (en este caso de la televisión), esta película se convierte de visionado obligado, porque la recreación del Hollywood de 1953 en pleno McCarthismo y su caza de brujas contra toda persona que fuera considerado “comunista”, me parece excelente. En la película se recrean escenas de la serie original, y la verdad es que lucen perfectas.

Y sin embargo, Being the Ricardos me ha gustado pero no me ha encantado. Quizá el problema es que Sorkin peca de exceso de ambición, ya que además de todo lo anterior intenta dotar a la película de un tono pseudo-documental. Como parece no tener suficiente con contar la historia de Lucy y Desi y de su serie de televisión, Sorkin inserta numerosas escenas con entrevistas ficticias a miembros de la producción que años más tarde cuentan su punto de vista sobre la complejidad del rodaje y en concreto sobre la relación que tenían Lucy y Desi. Y es algo que no era necesario ya que entorpece el visionado. De hecho, no necesito que estos personajes me cuenten lo mucho que Desi amaba a Lucy a pesar de sus infidelidades, porque Javier Bardem transmite ese amor en todo momento. por poner un ejemplo.

Este elemento de falso documental es también la herramienta que utiliza Sorkin para contarnos cómo se conocieron los protagonistas y el camino que realizaron hasta convertirse en protagonistas de I love Lucy. Y aunque me gusta conocer esta parte de la historia, creo que seguro Sorkin podría haber contado lo mismo sin tener que emplear esta “muletilla” narrativa, que me acaba resultando un tanto tramposa.

No se si los sucesos que cuenta la película sucedieron realmente o Sorkin ha planteado una dramatización condensando en una semana lo que debió ser una larga relación y diferentes problemas a los que tuvieron que enfrentarse a lo largo de los años de emisión de la serie. Pero la verdad es que Sorkin me vende la historia y consigue que me la crea de principio a fin. Y el caso es que Being the Ricardos tiene muchas cosas super buenas que me han encantado, pero curiosamente el conjunto final no es tan potente como la suma de sus partes buenas.

Además, pensando en mi mujer, es posible que alguien que no conozca I Love Lucy no entienda nada o no encuentre elementos en la película que le merezca la pena. Por esa parte, entendería que hubiera gente que no tuviera ninguna intención o ganas de ver la película.

En todo caso, a pesar de estos elementos con los que no he podido conectar, hay que reconocer que estamos ante una película con unas interpretaciones espectaculares con una historia super interesante, por lo que para mi pesar mucho más estos elementos positivos que los pocos peros que le he podido encontrar durante el visionado.

Comparto el trailer de la película:

Being the Ricardos es una muy buena película, y me sabe mal no haber podido conectar con ella como me hubiera gustado. En todo caso, dado que la película está disponible en Prime Video, realmente os invito a que la veáis, sobre todo si os gustan las historias de cine dentro de cine.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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