Crítica de Star Trek Picard temporada 3 (Prime Video)

La tercera temporada de Star Trek Picard sirve de cierre del viaje de Patrick Stewart como el Admirante Jean Luc Picard, en una entretenida temporada que ha traÍdo de vuelta a los miembros de la tripulación original de Star Trek La Nueva Generación.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

La tercera y última temporada de la serie estadounidense Star Trek: Picard sigue al personaje Jean-Luc Picard en el siglo XXV. Se encontrará con la antigua tripulación del USS Enterprise, atormentada por un nuevo enemigo misterioso, Vadic.

Esta tercera y última temporada de Star Trek Picard de la CBS cuenta con Terry Matalas como showrunner, un veterano guionista, director y productor conocido por haber co-creado y dirigido la serie 12 Monos, y ser el showrunner de MacGyver y de la segunda y tercera temporada de Star Trek: Picard. La temporada de 10 episodios ha sido dirigida por cinco directores: Doug Aarniokoski. Jonathan Frakes (el Capitán William Riker en la serie), Dan Liu, Deborah Kampmeier y el propio Matalas en los dos últimos episodios. Un Matalas que también ecribe los guiones junto a un equipo formado por Christopher Monfette, Sean Tretta, Jane Maggs , Cindy Appel, Chris Derrick, Matt Okumura y Kiley Rossetter

Patrick Stewart interpreta a Jean-Luc Picard, el gran protagonista de la serie. En esta temporada vuelven varios secundarios de temporadas anteriores como Jeri Ryan (Seven of Nine) y Michelle Hurd (Raffi Musiker), además de presentar a Ed Speleers como Jack Crusher, un joven con una inesperada conexión con Picard.

El principal interés de esta temporada es ver la presentación del reparto de la serie original Star Trek: The New Generation, incluyendo a Jonathan Frakes (Riker), Gates McFadden (Crusher), LeVar Burton (La Forge), Michael Dorn (Worf), Marina Sirtis (Troi) y Brent Spiner (Data). Varios personajes de diferentes series como la Comandante Ro Laren (Michelle Forbes), Profesor Moriarty (Daniel Davis) o el capitán Tuvok (Tim Russ) también tienen una aparición en la serie.

Tengo que reconocer que NO vi la segunda temporada de Picard. En cuanto vi que se iban por una trama de viajes temporales dejé de verla en el convencimiento que no era para mi. Por este motivo, cuando Prime Video estrenó esta nueva temporada dudé sobre si verla o no. Otro elemento a tener en cuenta es que nunca vi la serie original Star Trek The New Generation. Conozco a Picard, Data o Riker porque forman parte del imaginario colectivo del mundo friki, pero no tengo ninguna conexión emocional con ellos. La llamada a la nostalgia ampliada que proponía esta tercera temporada no me llamaba especialmente la atención. Sin embargo, los comentarios super elogiosos y el hype de mucha gente me animó finalmente a verla.

La primera temporada de Picard con sus nuevas aventuras con una nueva tripulación me gustó bastante cuando la vi en su día. Sin embargo, tras ver esta tercera temporada queda claro que volver a reunir a Patrick Stewart con su antigua tripulación era la historia que se tenía que haber contado desde el principio. Que coincide además con lo que los espectadores querían ver. El hecho que la serie mantenga al showrunner asegura que la historia continúa de forma lógica, a lo que hay que añadir el buen detalle de introducir a los diferentes personajes clásicos de forma paulatina durante la temporada. Esto permite que cada uno tenga la oportunidad de brillar en el reencuentro con Picard y el resto de su tripulación.

El guion hace un buen uso de la continuidad conectando un montón de elementos de la historia de Star Trek y haciendo que cobren relevancia en el misterio al que tienen que enfrentarse en el presente. Incluso sin conocer el lore de la franquicia he notado que además de una historia accesible que puede ser disfrutada por ejemplo por mi que no vi la serie clásica, hay un montón de momentos que son café para los muy cafeteros. Cosa que para nada creo que sea malo si se hace bien. Cosa que creo es el caso de Picard. La serie construye muy bien la tensión narrativa a medida que avanzan los episodios, de forma que cuando por fin llegamos al U.S.S. Enterprise al final del noveno episodio y Picard dice «ENGAGE», me imagino que muchos trekkies se levantarían de sus asientos para aplaudir el momentazo.

Star Trek Picard es una serie pensada para su visionado semanal. Los episodios tienen una duración de entre 55-60 minutos en los que están pasando un montón de cosas todo el rato, además de al menos un momento de acción y alguna que otra sorpresa interesante. Como ejemplo de narrativa episódica cumple de sobra con su obligación de dejar a los espectadores con ganas de más al final de cada episodio.

Sin embargo, una vez vista la serie y analizándola en su conjunto, puede decirse que Star Trek Picard sufre un poco por la parte de los villanos. Recuperar la raza de los Changelings (cambiantes) como villanos permite ahorrar en efectos especiales y ha servido para aumentar la sensación de paranoia y no saber en quien confiar, cosa positiva. Sin embargo, la villana Vadic, interpretada por Amanda Plummer, no puede resultar más intrascendente y falta de carisma.

Sumado a esto, hay un giro final en el que descubrimos que en realidad hay otros villanos clásicos de Star Trek involucrados. Aunque como momentazo sorprendente creo que está bien, resulta una locura que los Changelings se aliaran con esa otra raza. Y sobre todo, que prácticamente desaparezcan los dos últimos últimos episodios cuando abían sido los grandes villanos hasta ese momento. Que el climax final sirva para darle un cierre satisfactorio a Picard y su tripulación frente a estos enemigos resulta chulo desde el punto de vista de ser el final del camino, pero la ejecución creo que es netamente mejorable.

Hecha esta apreciación, la verdad es que Picard me ha resultado super entretenida viendo la serie a razón de ver un capítulo al día. Me alegro de haber visto este final feliz para los personajes clásicos, mientras abre la puerta a que los nuevos personajes tomen el control de la narrativa a partir de ahora.

Dicho esto, Picard por supuesto es una serie con ADN Star Trek. Y entiendo que de alguna manera esto puede significar una barrera de entrada para algunos espectadores que no sepan por donde empezar a ver esta franquicia televisiva. A mi me gusta y no tengo problema en reconocerlo, pero ciertamente esta tercera temporada de Picard no es el lugar para empezar a disfrutar de Star Trek. Ahora bien, un trekkie de pro creo que habrá disfrutado Picard como si se juntaran el mismo día el cumpleaños, la Navidad, Acción de Gracias y cualquier otra fiesta de guardar. Para todos ellos Picard ha sido un regalo.

Comparto el trailer de esta temporada:

Star Trek Picard ha sido una serie super entretenida que ha saciado mi sed de ciencia ficción espacial.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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Crítica de Thor 29-30 de Torunn Grønbekk y Nic Klein (Marvel Comics – Panini)

Repaso el último arco de Thor que ha contado con guion de Torunn Grønbekk, dibujo de Nic Klein y color de Matt Wilson, y que Panini ha publicado estos meses de Abril y mayo.

PUNTUACIÓN: 6/10

Empieza el arco “El legado de Thanos”. Nic Klein regresa, con Torunn Grønbekk como guionista invitada. Después de que la hermana de Thor sea secuestrada, éste debe recurrir a la única aliada que ha llegado hasta el último confín: La Valquiria Rúna. Pero ¿qué oscuro secreto del pasado sangriento de Asgard yace bajo las aguas heladas?

Estas grapas de Panini son también los números 29 y 30 USA.

Tras el desastre artístico que supusieron en las dos grapas anteriores con dibujo de Salvador Larroca, es una alegría poder disfrutar del retorno de Nic Klein al dibujo de esta colección, junto al colorista Matt Wilson. El arco anterior significó la salida definitiva de Donny Cates de la serie en unos números que sólo tenían argumento suyo, siendo el autor del guion completo Al Ewing. Para este arco, Marvel ha contado con la escritora noruega Torunn Grønbekk, que se inició de alguna manera como ayudante de Jason Aaron dentro del mundo de Thor, y que tras encargarse de las últimas miniseries de Valquiria, guionizó la miniserie Jane Foster y El Poderoso Thor.

Lo mejor que tienen estas grapas son el apartado artístico. Me chifla la forma en que Nic Klein dibuja a Thor, incluso cuando la historia planteada por Cates convertía al Dios del Trueno en un rey desagradable y chungo con el que era imposible empatizar. Klein con el color de Matt Wilson nos ofrecen un comic que saca el máximo partido a la historia de Grønbekk y a los diferentes elementos de la mitología nórdica. Me costó un par de números hacerme con el estilo de Klein, pero ahora que ya conecté, disfruto con el dibujo y me vende una historia que lamentablemente no pasa de muy normalita.

Y es que no puedo decir que Grønbekk sea una mala guionista, pero tampoco es excesivamente buena. Tras leer estas grapas, me ha recordado a la miniserie Jane Foster y El Poderoso Thor , en la que teniamos una historia más o menos correcta a nivel general pero que estaba contada de la forma menos interesante posible. Hace unos días alababa la película Air de Ben Affleck en la que los diálogos me parecieron super chulos y ayudaban a contar la historia. Con estas grapas me pasa justo lo contrario, sus interminables textos de apoyo y bocadillos se me hacen eternos y me acaban aburriendo una barbaridad. Además, cuando llega la acción, esta no acaba de funcionar tampoco, y eso que la dibuja Klein. Al menos en eso sí se mejora el decepcionante dibujo de Michael Dowling de la miniserie de Jane Foster y Thor.

A todo esto, el arco se titula «El legado de Thanos», y la verdad es que incluso con la presencia de Corvus Glaive la conexión con el Titán loco resulta también bastante endeble. Sumando todos estos elementos tenemos unos comics que han hecho avanzar la trama dejándola en un momento interesante para Thor Odinson, pero con una narrativa que resulta cada vez menos interesante. Tras unos años en los que Thor era el mejor comic Marvel, parece que nos va a tocar penar por el desierto una temporada, porque estos flecos que aún vienen de Donny Cates no dan mucho más de si.

Comparto las primeras páginas del número 29:

Thor se ha desinflado completamente. Creo que ya sólo queda que terminen cuanto antes esta etapa, para que llegue savia nueva que sepa dar al personaje un empujón de interés y calidad que ahora mismo le hace mucha falta. Una pena.

PUNTUACIÓN: 6/10

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La Reina de la Oscuridad de Margaret Weis y Tracy Hickman (Crónicas de la Dragonlance 3)

Termino mi relectura de la primera trilogía de Crónicas de la Dragonlance de Margaret Weis y Tracy Hickman con La Reina de la Oscuridad, tercera novela de la serie que cierra la primera parte de historias.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO ¿DESCAFEINADO?

La guerra contra los dragones siervos de la Reina de la Oscuridad sigue su curso. Armados con los misteriosos y mágicos Orbes de los Dragones y con la resplandeciente Dragonlance, los compañeros se convierten en la esperanza del mundo.

Por ahora, cuando amanece un nuevo día, los oscuros secretos que han ensombrecido los corazones de este grupo de amigos salen a la luz. La traición, el engaño y la debilidad estarán a punto de destruir todo lo que ya han conseguido. Les queda por librar la más grande de las batallas: cada uno contra sí mismo. Y al final, serán héroes.

Esta compañía de héroes está formada por Tanis Medio Elfo, un medio elfo bastardo y el líder del grupo, dividido entre la mujer humana Kitiara y la princesa elfa Laurana, que le acompaña en sus aventuras;  Goldmoon, hija del jefe de la tribu Que-Shu, portadora del Báculo de Cristal Azul y primera clériga del bien desde el Cataclismo; Riverwind, guardaespaldas e interés romántico de Goldmoon; Caramon Majere, un guerrero enorme, musculoso y a veces lento de mente, con un profundo afecto por su hermano; Raistlin, un mago cínico, sarcástico y físicamente frágil, del que desconfían la mayoría del grupo. El grupo lo completan, Flint Fireforge, un viejo enano rudo y viejo amigo de Tanis, y Tasslehoff Burrfoot, un kender alegre, no tan inocente con las manos más rápidas del mundo para llevarse «sin querer» objetos ajenos, Tika, antigua camarera convertida en aventurera mientras sigue a su amado Caramon, Gilthanas Kanan, príncipe elfo luchador-mago y hermano de Laurana

Margaret Edith Weis (Misuri, 1948) es una escritora estadounidense especializada en la novela fantástica y en la ciencia ficción. Junto a Tracy Hickman, creó el universo literario y de juegos de rol Dragonlance. En 1983, Weis se presentó al puesto de editora de juegos en TSR, Inc. puesto para el que fue rechazada. Sin embargo , consiguió el trabajo de editora de libros, en el que trabajó hasta 1986. Uno de sus primeros trabajos fue ayudar a coordinar, junto a Tracy Hickman, «Project Overlord», que debía incluir una novela y tres módulos para AD&D. Weis y Hickman idearon la trama de la novela y contrataron a un escritor para que escribiera la novela. Como esta idea no funcionó, Hickman y Weiss decidieron escribir ellos mismos la primera novela de la serie. «Project Overlord» pronto pasó a llamarse Dragonlance y se convirtió en una trilogía de novelas, Las crónicas de la Dragonlance, y quince módulos interconectados. Weis y Hickman también escribieron la siguiente trilogía, Leyendas de la Dragonlance, que se publicó en 1986.

Tracy Raye Hickman (Utah, 1955) es un autor estadounidense de fantasía y creador de juegos de rol. Escribió las novelas de Dragonlance con Margaret Weis. También escribió material para juegos de rol mientras trabajaba para TSR, además de coescribir novelas con su mujer, Laura Hickman. Es autor o coautor de más de 60 libros. Su mujer Laura le introdujo por primera vez al mundo de Dungeons & Dragons (D&D) poco después de casarse. Juntos, Tracy y Laura escribieron las versiones originales de los módulos de aventura Rahasia y Faraón, publicándolos de forma privada. Cuando Tracy y Laura Hickman viajaban de Utah a Wisconsin para unirse a TSR, empresa que publicó los juegos de Dungeons & Dragons donde llevaron sus juegos, Hickman concibió la idea de una ambientación que volviera a hacer temibles a los dragones. En TSR encontró a otros creadores interesados en su proyecto, que se llamó «Proyecto Overlord».  Cuando TSR anunció su intención de desarrollar la serie de aventuras de rol basadas en dragones de Hickman, esto dio lugar a las Crónicas de la Dragonlance, y al inicio de su asociación con Margaret Weis.

En la reseña de El retorno de los dragones, primera novela de la serie de la Dragonlance, comentaba que le tengo mucho cariño a esta serie de novelas que ayudaron a afianzar mi afición a la lectura de libros. Reconozco que igual es fallo mío, pero hasta hace unos pocos años los libros sólo los leía una vez. Tengo tantas lecturas pendientes que ni me planteaba volver a leer algo que ya leí en su día. Las novelas de DUNE de Frank Herbert fueron la primera serie de novelas que me hicieron cambiar de idea, y ante el estreno de la estupenda película de Dungeons & Dragons me animé a volver al mundo de Krynn.

Un primer tema a comentar sobre esta serie de la Dragonlance es que se trata de libros publicados en Estados Unidos en 1984/85. Hablamos por tanto de historias que están a punto de cumplir 40 años. Y aparte del hecho que los libros de alguna manera nacieron para dar cobertura narrativa a las campañas de rol de Dungeons & Dragons, cosa que yo en su día no conocía, hay que reconocer que se trata de unas novelas hijas de su tiempo y de las modas del momento. Yo leí la Dragonlance ANTES que El Señor de los Anillos, y las inspiraciones evidentes que veo ahora no las sentí en la primera lectura en la que todo me parecía super original y con una personalidad increíble.

Volver a leer estos libros ha sido una experiencia curiosa. Pero lamentablemente no siempre positiva. Comentando mis impresiones de La tumba de Huma, la segunda novela de la serie, ya comenté mi disgusto ante la sorpresa que Weis y Hickman se saltaban elementos fundamentales de la historia resumiéndolo en unas pocas páginas con un poema épico o en esta novela haciendo que el héroe cuente a sus amigos lo que ha sucedido después de realizar la hazaña. No hablamos que entre el final de La Guerra de las Galaxias y el Imperio contraataca los héroes hubieran tenido otras aventuras que no tenían nada que ver con la trama de esa película concreta. Y si te apetecía conocerlas, te comprabas los comics Marvel. Por seguir con el símil de Star Wars, lo que hacen las novelas de la Dragonlance sería como si al principio de El retorno del Jedi Luke y Leia comentaran cómo salvaron a Han en lugar de ver la aventura en el palacio de Jabba. Y cuando resulta que La Reina de la Oscuridad tiene una extensión de 445 páginas igual que La tumba de Huma y super similar a El regreso de los dragones, me empiezo a temer que TSR (los dueños de D&D) o Random House (editores de las novelas) impusieran una duración máxima de los libros y Weis y Hickman tuvieran que acoplar no del todo bien la historia a esta limitación. Igual la edad me hace malpensado, pero pinta que esta imposición se produjo y la lectura de la novela se resiente por ello.

Por no comentar sólo lo malo, me gusta mucho el personaje de Laurana. Ha sido genial ver su evolución de princesa caprichosa que vivía una cómoda vida en la corte de los elfos, a una endurecida líder de los Caballeros de Solamnia que dirige el combate contra las fuerzas de la oscuridad. Dicho esto, en aras de la síntesis la novela se salta toda la guerra, lo cual resulta una pena. También me gusta mucho el kender Tasslehoff, y su moral distraida en lo relativo a la propiedad privada de los demás. Y por supuesto, lo divertido que resulta el despistado mago Fizban. La idea final que todo el caos que provoca Fizban no es tan aleatorio como parecía me parece una muestra de buena planificación por parte de Weis y Hickman, conectando muy bien la historia-río que ha tenido lugar en estas tres novelas.

Cuando leí la novela la primera vez aluciné con el drama de Tanis, dividido entre el amor a dos mujeres, o de Caramon y su lealtad hacia su hermano el mago Raistlin. Sin embargo, esta segunda lectura me ha parecido todo un folletín super exagerado, me ha costado mucho disfrutar del dramón que viven en estas páginas. Incluso a pesar de descubrir que todo estaba más o menos predestinado, hay de nuevo varios deuses-ex-machina bastante groseros, empezando por el papel que juega Raistlin en el climax final.

Creo que se nota que Weis y Hickman eran unos escritores bastante novatos cuando escribieron la Dragonlance. Por ejemplo con la sensación que más que climax, las últimas 50 páginas son bastante anticlimáticas. Sin embargo, creo que a pesar de todo la novela es muy entretenida y sus 455 páginas se leen en un suspiro. Dicho esto, la lectura de la Dragonlance no ha sido lo chula que esperaba. Si me hubieran encantado estos libros tengo claro que hubiera continuado con los libros de Leyendas de la Dragonlance. Sin embargo, creo que me voy a quedar aquí.

Hablamos mucho de lo bien o mal que ha envejecido una película «clásica» (sea de la época que sea). Estas últimas semana he sentido eso mismo aplicado a unos libros que tampoco es que sean tan antiguos, al hablar de 40 años escasos. Los libros de la Dragonlance tendrán siempre un lugar en mi corazón por lo que supusieron a mi yo adolescente, pero ya no en el pedestal de los mejores libros. Me alegra recuperar a los personajes, pero me apena que no me fliparan como la primera vez.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO ¿DESCAFEINADO?

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Crítica de Patrulla-X 18 y 19 (Marvel Comics – Panini)

Los dos últimas grapas de la Patrulla-X en su edición de Panini incluyen dos historias auto conclusivas que se centran en varios miembros del grupo. Hoy comparto mis impresiones.

PUNTUACIÓN: 6/10

PATRULLA-X 18 de Steve Foxe, Andrea di Vito y Sebastian Cheng

¡La más reciente mujer-X se coloca bajo los focos! En un sorprendente giro de los acontecimientos, Estrella de Fuego, que todavía no acaba de abrazar los planteamientos de La Era de Krakoa, fue elegida como integrante de La Patrulla-X. La relación que mantiene con su naturaleza mutante ha sido tumultuosa, por muchas razones, pero su currículum como superheroína es ejemplar. ¿Podrá luchar con su pasado a tiempo para estar a la altura de las circunstancias que se le presentan?

Este número incluye X-Men Annual 1 USA.

Este annual 1 de 2022 puede ser considerado un fill-in en todos los aspectos, al tratarse de una historia NO escrita por Gerry Duggan. El guionista oficial de la serie se toma un respiro en este número centrado en Firestar (Estrella de Fuego), el personaje creado en la serie de dibujos de Spiderman and his amazing friends de los años 80, que una vez introducida en el universo Marvel comiquero siempre estuvo un tanto apartada de la franquicia mutante. A pesar de ser alumna de Emma Frost cuando era una villana y dirigía la Academia de Massachusetts, su valía e importancia dentro de Marvel no llegó hasta su pertenencia a grupos como Nuevos Guerreros o los Vengadores. Años más tarde, Jason Aaron la recuperó para ser una de las profesora de su Jean Grey School, aunque su papel siempre fue secundario.

Este Annual cuenta con guion de Steve Foxe, un escritor que reconozco que no conocía previamente. Guionista nominado a los premios Eisner y Ringo, ha trabajado en comics como Dark X-Men, X-Men ’92: House of XCII y el especial 2023 Marvel Voice’s: Pride. Junto con el diseñador de personajes Kris Anka, es el cocreador de Web-Weaver, el primer Spider-héroe gay de Marvel. También es cocreador de Razorblades: The Horror Magazine junto a James Tynion IV, y es editor de W0RLDTR33 y de The Department of Truth de Tynion IV en Image Comics.

El guion de Foxe es correcto, no inventa ninguna rueda pero consigue una entretenida aventura que resalta la habilidad de Angelica Jones y por qué merece estar en el grupo. Además, es curioso que muestra, no se de forma no intencionada, el racismo que se esconde debajo de las buenas intenciones de la sociedad de Krakoa, al crear una sociedad segregada que se considera mejor que la humana. Fruto de esto, Firestar es considerada por algunos una mutante de segunda que no merece estar en la Patrulla-X, al haber pertenecido a grupos «humanos» como los Nuevos Guerreros. Vivir su vida de la forma que ella creía adecuada no es suficiente para los que demandan que fuera mutante «de pura cepa». Curiosamente, este detalle que para algunos seguro que es menor en la historia es una muestra del activismo identitario actual, sobre todo en los USA pero que también ha llegado a España, que pone al grupo por encime de la libertad individual de cada persona. Y frente a estos extremismo, Angelica hará lo que tenga que hacer para proteger a todo el mundo, incluso a los que la critican, lo que es para mi un buen mensaje del comic.

Dentro de la cualidad de fill-in, al menos el dibujo del veterano dibujante italiano Andrea Di Vito me parece que está bastante bien. Di Vito con color de Sebastian Cheng ofrece un comic estupendo en el apartado gráfico, posiblemente no sea sobresaliente pero tiene una consistencia y una narrativa perfecta que consigue que el comic se lea en un suspiro y deje sensación satisfactoria, cosa que por ejemplo no sentí con la siguiente grapa que comentaré a continuación. Dentro de la cualidad de fill-in que en los últimos años han adquirido los annuales de Marvel, al menos este me ha dado una correcta historia bien dibujada. A veces no se le puede pedir más.

PATRULLA-X 19 de Gerry Duggan, C.F. Villa y Matt Milla

Tras los acontecimientos de los últimos números, Sincro tiene mucho que resolver. Su vida se ha descarrilado, sus poderes han crecido y ha experimentado una pérdida que nadie entiende. El universo se ha cebado con él. Ahora… es su turno.

Esta grapa de Panini incluye X-Men 18 USA

El Annual 1 del mes anterior provocó un parón en la colección en España que no llegó a producirse en USA. Este número es el clásico en el que se reflejan las repercusiones del arco anterior antes de iniciarse el siguiente, en el que a partir del mes que viene el grupo se irá al espacio para enfrentarse con el Nido. La incursión de Forja al mundo de los Hijos de la Forja descubrió un hecho sorprendente, y es que una adulta Laura Kinney había sobrevivido a siglos de detención. Por tanto, esto provoca que a partir de ahora la sociedad de Krakoa tenga a 2 Lobeznas, la adulta (¿anciana?) Laura recién rescatada y una joven Laura que fue creada con las vainas de resurrección al creer los mutantes que Lobezna había muerto.

Entiendo que la portada y la solicitación es una forma de no spoilear la sorpresa de las dos Lobeznas, pero realmente venden una historia con Sincro de protagonista que NO es la que tenemos en el comic, al centrar Duggan esta grapa en el conflicto entre las dos Lobeznas, al tiempo que se coloca a la adulta Laura en una colección satélite del mundo mutante, la recién creada X-Terminators. Y dentro que la historia es correcta en cuanto a aventura ligera, yendo al fondo del asunto refleja una locura más de la franquicia mutante que por algún motivo ningún editor ha encontrado problemática. A la falta de sensación de peligro que hay en toda la línea mutante desde la creación de las resurrecciones mutantes, con mutantes muriendo en una página y resucitando en la siguiente (si, te miro a ti, V.X.E. El día del juicio), ahora hay que sumar que pueden existir dos personajes iguales sin ningún problema en Krakoa. Que no vean que esto es problemático me asombra, y refuerza la idea que la franquicia es un todo vale grosero que hace cada vez más difícil que me enganche a nada de los que nos proponen.

Para poner peor las cosas, esta grapa cuenta con un dibujo de C.F. Villa que me ha parecido terrible. Matt Milla realiza los colores a las páginas de Villa, y a él no le veo ningún problema, su trabajo está bien. Pero leer esta grapa me deja muy, muy preocupado ante el inminente reinicio de Los Vengadores con guion de Jed MacKay y dibujo de Villa. El comic es ante todo narrativa visual, contar una historia con imágenes de forma dinámica, y Villa ni narra bien ni sus páginas resultan dinámicas. Pero además, es que las caras, las expresiones, todo luce super feo, lo contrario a atractivo. Veo a un Villa super flojo que no entiendo el encumbramiento de Marvel en los últimos meses. No dudo que con mucho trabajo Villa pueda mejorar y convertirse en un correcto narrador, pero soy super educado al decir que ahora mismo está terriblemente verde. Por suerte, este número es un fill-in y para el próximo arco con el Nido en el espacio tendremos dibujo de Stefano Caselli, que él si es un seguro de vida.

A nivel general Duggan no me parece mal guionista, y sus grapas ofrecen casi siempre un correcto entretenimiento escapista, que al final es lo que son los comics Marvel. Pero esta Patrulla-X hace unos meses que ha perdido el mojo, quizá desde la segunda Gala Fuego Infernal y su nueva alineación. Reconozco que compro la colección para seguir conectado a la franquicia mutante más que porque el comic me esté flipando, dejándome casi todos los meses con una peligrosa sensación de «bien sin más». No me planteo dejar de comprarla en breve, pero cada vez parece que busco puntos de escape de la franquicia mutante en lugar de puntos de enganche a alguna colección nueva, y esto a la larga tengo claro lo que va a significar.

PUNTUACIÓN: 6/10

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Crítica de Devotion. Una historia de héroes, de J.D. Dillard (Prime Video)

Aprovechando su estreno en Prime Video, hemos visto Devotion. Una historia de héroes, película bélica del director J.D. Dillard cuyo principal reclamo es mostrarnos una historia de aviadores protagonizada por Jonathan Majors (Quantumanía y Creed III) y Glen Powell (Top Gun Maverick).

PUNTUACIÓN: 6/10

En 1950, cuando la Guerra Fría amenaza la paz internacional, dos jóvenes pilotos de diferentes mundos son aceptados en un escuadrón de élite para su entrenamiento: uno es Tom Hudner, un soldado impecable. El otro es Jesse Brown, un piloto ferozmente talentoso, que se convertiría en el primer afroamericano en volar en combate para la Marina de los Estados Unidos. Iniciados juntos en el escuadrón VF-32, Tom y Jesse son llevados al límite para convertirse en los mejores pilotos de combate. Dentro de la estrecha hermandad del escuadrón, Tom y Jesse forman una firme amistad; la cual se pondrá a prueba en el acalorado campo de batalla, cuando uno de ellos sea derribado tras las líneas enemigas.

J.D. Dillard es un director de cine, productor y guionista afroamericano conocido por su trabajo en Sleight (2016), Sweetheart (2019) y Devotion (2022). Su padre fue oficial de vuelo de la Armada y el segundo afroamericano seleccionado para volar en los Ángeles Azules. De ahí surgió su amor por la aviación y las historias de heroísmo.

El guion de Devotion fue escrito por Jake Crane y Jonathan A. Stewart, basado en el libro de 2015 Devotion: An Epic Story of Heroism, Friendship, and Sacrifice de Adam Makos, que relata la camaradería entre los oficiales navales Jesse Brown y Tom Hudner durante la Guerra de Corea. Le película de 139 minutos contó con un presupuesto de 90 millones de dólares y tuvo fotografía de Erik Messerschmidt, montaje Billy Fox y música Chanda Dancy.

Dillard buscaba crear efectos prácticos utilizando aviones reales siempre que fuera posible, utilizando en la película varios F4U Corsair, un AD Skyraider, dos cazas F8F Bearcat, un helicópteros HO5S-1 y un MiG-15. Además, se contrató al coordinador de acrobacias aéreas Kevin LaRosa, que creó algunas de las secuencias de vuelo de Top Gun: Maverick.

El principal reclamo de la película viene de su pareja protagonista. Jonathan Majors como Alférez Jesse Brown y Glen Powell como Teniente Tom Hudner. Se da además la circunstancia que fue Powell quien leyó el libro original y convenció a los productores en hacer la película. El resto del reparto lo completarían Christina Jackson como Daisy Brown, Thomas Sadoski como el Teniente Comandante Dick Cevoli, Daren Kagasoff como Bill Koenig, Joe Jonas como Marty Goode, Spencer Neville como Bo Lavery y Nick Hargrove como Carol Mohring.

Empezando a valorar la película, Devotion nace a partir del hype creado por Top Gun Maverick hacia las historias de aviación. Y aunque la película de Tom Cruise y Devotion se estrenaron ambas en 2022, Top Gun llevaba rodada mucho antes que Devotion, que empezó a rodarse en 2021. Pensando en esto, creo que a los amantes de la aviación que quieren ver aviones clásicos reales en acción en el aire, esta película les va a gustar. Como en Top Gun Maverick, hay un montón de escenas que se nota se han rodado en el aire, y la sensación de ver volar a estos aviones está super chula.

Otro importante reclamo es la pareja protagonista. Powell venía de Top Gun, una de las películas más taquilleras del año. Sin embargo, el verdadero M.V.P. es Jonathan Majors, su interpretación es de las que confirman que estamos ante uno de los mejores actores de los últimos años, añadiendo una potencia dramática y una fuerza a una historia que a pesar de estar inspirada en hechos reales, suena a melodrama ya visto con anterioridad.

A pesar de esa sensación de familiaridad, creo que el drama del Alférez afroamericano Jesse Brown se siente como verídico en todo momento, y en general creo que la película se ve con agrado hasta quizá el anticlimax final que de momento no desvelaré por si alguien se anima a ver esta película. Devotion NO es una maravilla, pero creo que es eficaz a la hora de contar la historia que querían contar, que hay que reconocer que NO es la que yo al menos esperaba.

Entrando en los aspectos menos buenos, había leído hace meses algo similar a que esta película era un «Top Gun de Hacendado». Creo que es un comentario dicho con muy mala idea que resulta muy injusto con esta película. Pero a la vez, la realidad es que al estrenarse unos pocos meses después de Top Gun, Devotion sale siempre perdiendo en la comparación. Comparación injusta al ser una película de época basada en unos hechos reales que entiendo no daban para las «flipadas» increíbles que si vimos en la película de Tom Cruise. Igual si Devotion se estrenara ahora en 2023 podría saciar la sed de este tipo de historias entre los espectadores, pero su fecha de estreno hizo que la gente no quisiera ver algo que se percibía como una «copia peor». Por esto, la película fue un terrible fracaso de taquilla.

Otro problema que vi a la película es Glen Powell. En Top Gun Maverick lo clavaba como un papel secundario de un piloto chuleta, pero aquí interpreta a un All-American Hero que es uno de los dos protagonistas, y lamentablemente Powell tiene la expresividad de un ladrillo, quedando siempre fatal comparado con Majors. La falta de registro interpretativo de Powell y del resto del reparto es palmario, y excepto por los propios aviones y las escenas de vuelo que molan mucho, el resto de escenas en tierra dan la sensación de un telefilm de domingo por la tarde.

Entiendo que los aviones y las escenas aéreas se han comido casi todo el presupuesto. Esto provoca que otras escenas como el combate en tierra en Corea del Norte quede muy cutre, siempre rodado con primeros planos y planos medios en los que no se ve nada, con unos pocos planos generales digitales que cantan bastante. También hay que comentar que en algunos planos con multitud de aviones también se nota el elemento digital.

Pero quizá el mayor problema de la película es que todo transcurre por caminos correctos y esperables en este tipo de historias. El entrenamiento, los pilotos que se vuelven como hermanos y un protagonista afroamericano que llegó hasta ahí por méritos propios y a pesar del racismo de la sociedad americana. Sin embargo, la película se nos ha vendido como una historia bélica. Y la verdad es que cuando llegan los combates en Corea, estos son escasos y super decepcionantes. De nuevo, entiendo la parte de «inspirada en hechos reales», pero al final esperas que la película tenga una intensidad dramática que nunca llega. Esto provoca que aparte de la comparación con Top Gun, Devotion no acaba de ofrecer al espectador lo que debería.

A partir de ahora tengo que hablar del giro de la película que me ha vuelto muy loco, así que tengo que entrar a hablar CON SPOILERS.

¡Seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad!!

El giro loquísimo que no vi venir es que el Alférez Jesse Brown interpretado por Jonathan Majors murió en su segunda misión en Corea. Que hayamos visto en la película, claro. Un alférez que es un héroe por el propio hecho de ir a combatir y morir por su país, pero cuya muerte se siente como un jarro de agua fría durante un visionado que no había acabado de explotar en ningún momento por la falta de escenas de combate potentes. De forma que una película que se presumía de héroes en la guerra saliendo victoriosos se convierte de golpe y porrazo en un homenaje a un aviador caído de la forma más anticlimática. Siendo de alguna forma la narración de una derrota.

Entiendo que las escenas finales honrando al héroe fallecido conectará con el público americano al que les encanta el Dios y Patria super patriótico, pero lamentablemente la sensación que se me queda es que recibe una atención que igual no merecía por el hecho de ser afroamericano, dado que hubieron muchísimos pilotos muertos en la guerra de Corea que no recibieron esta atención mediática. Una atención que como digo no se gana por las cosas que hace en pantalla durante la película.

A todo esto, estos momentos finales no llegan a funcionar por la falta de expresividad de un Glen Powell que debería mostrar el dolor y la rabia al no poder salvar a su compañero y amigo, y que quedan como unas escenas apagadas por su culpa. Algo que provoca que la sensación final con la que te quedas no sea lo buena que debería haber sido.

En resumen, no me molestó ver Devotion gracias a unas estupendas escenas aéreas y a que la vi en el sofá de mi casa. Pero si hubiera pagado una entrada para verla en el cine posiblemente me habría decepcionado por su falta de espectacularidad.

Comparto el trailer de la película:

Devotion. Una historia de héroes me ha dejado perplejo con un final que no esperaba para nada y ha resultado super anticlimático.

PUNTUACIÓN: 6/10

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