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Locke and Key, de Joe Hill y Gabriel Rodríguez

El estreno en Netflix de la decepcionante adaptación televisiva de Locke and Key ha servido para recordarnos lo maravilloso que es el comic de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, que personalmente está dentro de mis 5 comics favoritos de este siglo XXI.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO, NO TE LO PUEDES PERDER

(Artículo sin spoilers)

El aclamado autor de El traje del muerto, la novela de terror que ha sorprendido a todos los amantes del género, salta al cómic con una obra que te sobrecogerá. En Nueva Inglaterra hay una vieja mansión cuyas fabulosas puertas transforman a todo el que se atreve a cruzarlas. El pasado de la familia Locke vuelve para atormentar a sus actuales miembros, en un escalofriante cómic en el que Hill demuestra una capacidad narrativa equiparable a la de su padre, Stephen King. Guión de Joe Hill. Dibujo de Gabriel Rodríguez.

Conocí a Joe Hill gracias a Locke & Key, y gracias al comic descubrí su faceta de escritor y sus estupendas novelas El traje del muerto, Horns o Fuego. Hill es el segundo hijo de Stephen King y decidió usar una abreviatura de su nombre completo, Joseph Hillstrom King, para intentar triunfar por sus propios méritos y no por ser el hijo de. Hill tiene 47 años y no hay duda que ha recibido los genes de su padre, ya que escribe historias de fantasía y terror que saben apelar a nuestros miedos más profundos y las cosas que más queremos, como la familia.

Gabriel Rodríguez es un artista chileno nacido en 1974 que estudió arquitectura e incluso llegó a trabajar como tal durante varios años hasta que pudo cimentar su carrera como dibujante de comics y obtener la suficiente independencia económica. Locke and Key es su trabajo más celebrado, pero obtuvo también una nominación a los Eisner por su comic «Little Nemo: Return to Slumberland». Más recientemente, ha escrito y dibujado La espada de las eras, un comic de fantasía que busca reinventar las leyendas artúricas y que tengo muchas ganas de comprar y leer en cuanto tenga ocasión.

Locke And Key fue publicada en Estados Unidos por la editorial IDW entre febrero de 2008 y diciembre de 2013. El formato elegido para su publicación fueron seis miniseries, que aqui en España Panini publicó entre 2009 y 2014. Las seis miniseries fueron Bienvenidos a Lovecraft (febrero-julio 2008) y Juegos mentales (enero-junio 2009), que formarían el primer acto, mientras que Corona de Sombras (noviembre 2009 – abril 2010) y Las llaves del reino (agosto 2010 – marzo 2011) formarían el segundo acto. El tercer arco con el climax final llegó con  Mecanismos de relojería (junio 2011 – abril 2012) y Alfa y Omega (noviembre 2012 – diciembre 2013). Todas las miniseries tuvieron una duración de seis números excepto Alfa y Omega que tuvo siete, algo necesario e imprescindible para cerrar todo de forma satisfactoria. De esta forma, podría decirse que Locke and Key se publicó con una periodicidad de un volumen anual.

El formato de miniseries sucesivas permitió a los autores a realizar el mejor trabajo posible sin la presión añadida de tener que cumplir con un plazo de entrega mensual como pasa por ejemplo en los comics de Marvel o DC. Y la diferencia se nota, consiguiendo Gabriel Rodríguez, junto al colorista Jay Fotos, realizar un despliegue artístico maravilloso.

Locke & Key es la historia de la familia Locke. Tras la muerte de su padre, Tyler, Kinsey y Bode Locke se mudan con su madre a la finca de la familia, Keyhouse, situada en Lovecraft, Massachusetts. Allí, los niños descubrirán que la casa es un nexo de energías sobrenaturales que oculta unas llaves que les otorgarán habilidades que les servirán para descubrir la historia oculta de su familia y del mundo que les rodea.

El primer elemento a destacar de Locke and Key es que se trata de una historia de fantasía oscura que utiliza muchos elementos de las historias de terror. En el comic existe una sensación de aventura mientras los niños van descubriendo las llaves y sus habilidades, pero el tema general es ver cómo los Locke asumen la pérdida de su padre y esposo, algo que cada miembro de la familia interioriza de una forma diferente. En este sentido, la muerte y otros temas escabrosos como las relaciones tóxicas o el abuso juegan un papel fundamental y explican los traumas de varios personajes, notándose en este aspecto la influencia que las historias de Stephen King han tenido en su hijo.

Además, Joe Hill crea un puzzle maravilloso en la que todo, incluido el detalle más nimio y a priori insignificante, tiene su razón de ser y juega una función en la historia, haciendo que el final fuera perfecto y super satisfactorio, en el que todo encaja pero que además consigue ser super emocionante.

Hay números como «Febrero» en el cuarto volumen «Las llaves del reino» que transmiten un maravilloso sense-of-wonder mientras vemos las habilidades que los niños adquieren con las llaves mientras luchan contra el malvado Lucas «Bode» Caravaggio, que busca la llave para abrir la Puerta Negra. Además, en otros números, como «Gorrión» Hill y Rodríguez cambian de estilo imitando lo que sería una tira de Calvin & Hobbes para contar la historia desde el punto de vista de Bode, un niño de 8 años. Otros números super chulos son por ejemplo los contados desde el punto de vista de Rufus, un chaval retrasado mental amigo de Bode, que adquieren forma de comic-book de hazañas bélicas.

La contrucción de los deferentes personajes me ha parecido maravillosa. Tyler es un adolescente claramente traumatizado que se culpa a si mismo de la muerte de su padre debido a las discursiones que tuvo con él antes de su muerte. Su personalidad y acciones muestran claramente que tiene un trauma que le impide ser feliz, al igual que su hermana Kinsey, cuyo mecanismo de defensa para intentar sobrevivir tras quedar paralizada cuando mataron a su padre es quitarse el miedo y las lágrimas de la cabeza (literalmente), algo que la ofrece cierta felicidad en el corto plazo hasta que descubra que hay que aprender a vivir con tus miedos.

El hermano pequeño Bode también me parece una pasada. Hill y Rodríguez nos cuentan de maravilla lo que significa ser un niño que ve y experimenta cosas increíbles y la frustración inicial cuando nadie le cree o no le dejan intentar ayudar. Además, su joven mente funciona de forma sencilla y no puede evitar ser engañado y utilizado durante la historia. Por último, la madre ha caído en la bebida como forma de evitar enfrentarse a la muerte de su marido, una salida muy poco ejemplar a sus problemas, pero muy real.

Como pasa en las mejores historias de terror, Locke and Key es cruel con los personajes. Al igual que pasa en la vida real los buenos no siempre ganan ni sobreviven aunque hagan lo correcto. Hay en ese sentido algunos momentos muy duros emocionalmente ante el destino de varios personajes, y sobre todo en el clímax final hay una verdadera sensación de amenaza y de que cualquiera puede morir.

Dodge, el villano de la historia, es un ser amoral verdaderamente peligroso, pero es su inteligencia la cualidad más destacable. De hecho, la realidad es que a pesar de algunos retrasos provocados por los niños, es refrescante ver cómo sus planes van teniendo éxito mientras engaña a todo el mundo y les manipula para obtener lo que desea.

Esto, unido a ver a unos adolescentes que sufren, se equivocan, cometen errores y aprenden de ellos son elementos que hicieron de la lectura algo muy especial. Porque es cierto que el elemento fantástico y terrorífico funciona, pero lo hace porque  Hill y Rodríguez han creado a una familia que se siente muy real, con personalidad, virtudes y defectos con la que es muy fácil empatizar y preocuparnos por ellos. Y esa personalidad se forja también por la forma en que afrontan sus problemas y sus errores.

Comentaba al comienzo que el apartado artístico me parecía maravilloso. Y es que Gabriel Rodríguez con la ayuda de Jay Fotos en los colores ha creado un comic espectacular, de una narrativa limpia en la que siempre cuenta todo de la forma más clara posible. Su lápiz construye de maravilla la personalidad de todos los personajes y consigue en los pequeños detalles la magia de que todos parezcan reales. Además, consigue que el paso del tiempo se note en sus caras, algo muy difícil también de conseguir.

Además de una sobresaliente caracterización, Rodríguez consigue que toda la historia tenga el tono perfecto en todo momento, transmitiendo el sentido de maravilla cuando los niños usan sus llaves, pero también el terror ante los abusos y los momentos dramáticos que sufren varios personajes, creando situaciones super perturbadoras. No sólo eso, hay algunas muertes que son super gores e impactan muchísimo, y sus seres de sombra transmiten un feeling realmente terrorífico. La vida y la muerte parecen elementos «baratos» en otras historias, aquí el peso de cada vida cuenta, y nos duele cada una que se pierde. Y se pierden muchas.

La guinda del pastel es además la habilidad de Rodríguez en la creación de espacios que se sienten reales. En este aspecto se notan sus estudios de arquitectura, porque la mansión Keyhouse, cuyo plano se incluye en uno de los cómics,  y toda la orografía de la finca con las cuevas en el acantilado se convierten en elementos fundamentales en la historia, y están perfectamente reflejadas en la historia. De esta manera, cuando un personaje se mueve por la casa sus movimientos siempre están claros y sabemos dónde están y hacia donde se dirigen. Esto es otro plus importante, acostumbrado como estoy a otros comics casi sin fondos en los que los personajes se mueven por espacios genéricos sin personalidad.

No quiero terminar sin destacar otro elemento fundamental de Locke and Key y es su propia condición de cómic, que permite una narrativa única difícilmente trasladable a otros medios y que hacen que este cómic sea algo muy especial.

Empezando por las elipsis que se producen entre viñetas donde somos los lectores los que rellenamos los huecos. Por ejemplo, cuando vemos a Kinsey sufrir ante la perspectiva de empezar las clases en Lovecraft y lo absurdo de hacer amigos que puede acabar perdiendo, en una única página con tres viñetas Hill y Rodríguez condensan toda la ansiedad del momento, una página super chula que funciona porque está muy bien contada y porque los lectores rellenamos los huecos con nuestras propias experiencias, de forma que no tenemos que ver cada clase a la que asiste para sentir que está sufriendo.

De igual modo, en el ya comentado cómic «Febrero», los hermanos viven maravillosas aventuras mientras experimentan con diferentes llaves, pero esas aventuras quedan condensadas en muchos casos a una única viñeta con el momento más potente de la aventura, de forma que, como comento, seamos los lectores los que imaginemos los detalles no mostrados. Un recurso maravilloso.

Además, las páginas del cómic marcan un ritmo de lectura y generan una sorpresa cada vez que pasas la página. El ritmo puede acelerarse o frenarse en función de lo que pasa y se van creando cliffhangers estupendos a medida que avanza la historia, y en todos estos aspectos Hill y Rodríguez muestran su gran habilidad como storytellers, como contadores de historias.

Durante estos seis tonos hay un montón de giros inesperados y sorpresas impactantes mientras vamos conociendo toda la historia y como se crearon las llaves, pero en todo momento mantenemos la sensación de reloj perfectamente ensamblado que nos lleva en volandas hasta el emocionante final.

Por tanto, es la propia naturaleza de cómic lo que ayuda a que esta historia sea tan maravillosa y especial, y como vimos en la desastrosa serie de televisión, hay cosas que se pierden en la adaptación que solo son posibles en los cómics.

Joe Hill y Gabriel Rodríguez crearon una historia muy especial que merece todas las alabanzas del mundo. Si no la has leído todavía no lo dudes, Locke  and Key es una maravilla, un clásico que ningún fan de la literatura fantástica y el terror debería perderse.

PUNTUACIÓN: CLÁSICO, NO TE LO PUEDES PERDER

 

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¡Saludos a todos!

Scalped de Jason Aaron y R.M. Guéra, el último gran comic de Vertigo

Es un buen momento para hablar de la última obra maestra que nos ofreció el mítico sello Vertigo de DC Comics: Scalped de Jason Aaron y R.M. Guéra, para mí el mejor cómic del siglo XXI.

PUNTUACIÓN: OBRA MAESTRA, NO TE LA PUEDES PERDER

Scalped es una nueva historia policíaca creada por Jason Aaron y dibujada por R. M. Guéra, que mezcla el crimen organizado con la cultura de los americanos nativos. Hace quince años, Dashiell «Dash» Caballo Terco huyó de una vida de pobreza y desesperación en la reserva india que le vio nacer. Ahora ha vuelto a casa con un secreto oscuro, solo para descubrir que nada ha cambiado… si no fuese porque la reserva se ha convertido ahora en un casino, y el orgulloso pueblo de los indios ha caído en manos de las drogas y el crimen organizado.

Scalped combina magistralmente el drama  y la denuncia social en una historia de género negro que fue publicada en Estados Unidos en 60 números entre 2007 y 2012. En España la serie se publicó originalmente en 10 volúmenes de tapa blanda, los 8 primeros publicados por Planeta y los 2 últimos por ECC ediciones. Más recientemente, ECC ha publicado la serie completa en una edición Deluxe Hardcover de 5 tomos.

(Este análisis  está libre de spoilers)

Jason Aaron es ahora uno de los grandes nombres del comic mainstream americano, habiendo escrito etapas super ventas en Thor o Star Wars, por citar tan solo a un par de trabajos suyos. Pero este «Arquitecto» de Marvel Comics era un recién llegado al mundo del comic en 2007 cuando empezó a publicarse Scalped. Tras ganar un concurso de talentos de Marvel en 2001, publicó una historia corta de Wolverine en 2002, no volviendo a publicar nada hasta 2006, año en el que DC / Vértigo le publicó «The Other Side» miniserie de 5 números ambientada en la guerra de Vietnam realizada junto a Cameron Stewart y con colores de Dave McCaig, que contaba la contienda desde el punto de vista de dos soldados, uno americano y otro del Vietcong. The Other Side significó un éxito de crítica y fue nominada al Premio Eisner a mejor miniserie, lo que le hizo que los editores de pidieran que desarrollara nuevos conceptos, a partir de lo cual nació Scalped.

Es interesante comprobar que al igual que Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons y su inspiración en los personajes de la Charlton, Scalped nació originalmente como un intento de revitalizar a un personaje clásico de la editorial, Scalphunter, un blanco criado entre indios creado en el cómic Weird Western Tales en los años 70. Vértigo se había especializado en dar una nueva vida a personajes clásicos dándoles un tono adulto acorde con los tiempos actuales, como Soldado Desconocido, con una estupenda miniserie de Garth  Ennis y Killian Plunkett, o Blanco Humano, gracias a Peter Milligan, Edvin Biukovic y Javier Pulido entre otros artistas.

Sin embargo, Aaron pronto se dió cuenta que está historia debía ser un drama protagonizado por indios que sirviera para poner de relevancia el drama y el olvido que viven estas comunidades viven actualmente en los Estados Unidos, y decidió abandonar la idea inicial de Scalphunter y ambientarla en el presente en la ficticia reserva india de Praerie Rose en Dakota del Sur, un lugar donde la anteriormente orgullosa nación india se enfrenta a la extinción acosada por el analfabetismo, la pobreza, el alcoholismo y el consumo de drogas.

Will Dennis, el editor de la serie en Vértigo, contrató para esta serie al artista serbio afincado en Barcelona R.M. Guéra, cuyos lápices sucios eran perfectos para trasladar el drama y la crudeza del guión de Aaron a la página impresa. Guéra quizá no tenga un estilo fácil para un lector no acostumbrado, pero realiza un extraordinario estudio de cada personaje y traslada el feeling del western y del mejor noir a esta serie, en colaboración con los coloristas Lee Loughridge, que tan solo trabajó en el primer arco, y Giulia Brusco, que coloreó el resto del cómic.

El marcado tono realista y la descarnada crítica social que Aaron realiza en Scalped bajo el paraguas del género negro no tiene un referente claro dentro del mundo del comic. El sello Vértigo para adultos de DC Comics tiene en su catálogo éxitos principalmente adscritos al género fantástico (Sandman o Fábulas), sobrenatural (Preacher), el terror (Swamp Thing) o la ciencia ficción (Transmetropolitan, Y The last Man). Cierto es que el éxito de 100 Balas de Brian Azzarello y Eduardo Risso años antes pudo abrir la puerta a otros comics de género negro, pero Aaron y Guéra sobrepasaron en todos los aspectos a las andanzas del agente Graves con su maletín de balas irrastreables, que se limitaba a ser un noir más tradicional.

En palabras del propio Aaron, su influencia vino más de los clásicos del género negro en novela y cine, además de westerns crepusculares despojados de todo elemento blanqueador. En mi opinión, Scalped tiene más en común con The Wire que con cualquier otro cómic publicado por DC en los últimos años.

Entrando en materia, el primer giro importante llega en el primer número cuando conocemos que Dash Caballo Terco es realmente un agente encubierto del FBI con la misión de infiltrarse en la reserva para detener a Lincoln Cuervo Rojo, líder de la comunidad que controla el crimen local y que va a abrir un casino en la reserva. En este primer arco, Nación India, conoceremos  a los principales personajes de esta serie: El agente del FBI Baylis Earl Nitz, que persigue a Cuervo Rojo desde hace décadas acusándole del asesinato de dos agentes del FBI en la reserva. También conoceremos a Gina Caballo Terco, madre de Dash, que formó parte en los 70 de un grupo radical indio del que también formaba parte Cuervo Rojo junto a  Lawrence Belcourt, activista que lleva años en la cárcel pagando por el asesinato de los agentes del FBI (que no cometió), y Arthur J. Pendergrass «Catcher», estudiante modelo que vive en la actualidad aislado y alcoholizado creyendo que escucha las voces de los antiguos dioses. En la actualidad, Gina se opone a Cuervo Rojo y sigue aferrada a sus raíces indias.

El otro gran personaje de Scalped junto a Dash y Cuervo Rojo es Carol Cuervo Rojo Ellroy, hija del señor del crimen y amiga de la infancia de Dash que vive en un camino de autodestrucción al que se unirá Dash cuando comiencen una relación. Otros personajes importantes son Shunka, la mano derecha de Cuervo Rojo que es un brutal asesino y no confía en Dash, el agente Franklin Caído, el único policía honesto de la Reserva, Dino Oso Pobre, un chaval que intenta salir adelante en la reserva en medio de la pobreza y el crimen, Diesel un aspirante blanco a guerrero indio que amenaza el liderazgo de Cuervo Rojo sobre el crimen local,  o el Sheriff Wooster Karnow de la vecina localidad de White Haven (Nebraska), que lleva años acomodado con la delincuencia que crece a su alrededor.

Comenta Ed Brubaker en su introducción del cuarto volumen «la grava en tus tripas» que el buen género negro se caracteriza por ser inevitable, «aunque desearías que el protagonista no durmiera con esa mujer o vendiera droga a esos polis, sabes que lo harán y lo sorprendente es que te preocupes por alguien que se acaba de meter de cabeza en el infierno. Las mejores historias negras hacen que te olvides del argumento al ofrecerte personajes tan bien construidos que no puedes dejar de mirarles mientras caen…» Esta es una gran descripción de lo que veremos en Scalped, unos personajes rotos que deberán decidir si quieren salir del infierno en el que ellos mismos se metieron, incluso aunque parezca que el mundo no deja de golpearles y no les da un segundo de respiro.

Scalped además es una historia de huérfanos, de personas que crecieron sin padres reales y que en muchos casos han visto pisoteada su lengua, cultura, su orientación sexual e incluso su propia nación. Y que sufren y tienen que enfrentarse a los traumas que esta orfandad les ha producido, luchando para evitar que este círculo vicioso se repita. Y ya veremos que no necesariamente esta lucha  acabará con éxito.

Además de ser una gran historia de género negro, Scalped tiene una elevada carga de crítica social al destacar el sufrimiento de los nativos americanos a los largo de la historia, siendo masacrados, despojados de sus tierras y enviados a unas tierras baldías para que murieran olvidados. En este terreno hostil, siguen subsistiendo e intentan mantener vivas su cultura y sus tradiciones. Jason Aaron realiza una dura radiografía de la terrible situación que se vive en las reservas en la actualidad, consiguiendo un retrato crudo que transmite verdad y realismo por los cuatro costados.

Para crear este tapiz, narra numerosos números desde el punto de vista de varios personajes, de forma que consigue construir personajes maravillosos llenos de defectos que luchan por salir adelante y que, si bien no aportan nada a la trama principal policiaca, si ayudan a crear la sensación de que Praerie Rose es un universo vivo en el que vive gente a la que afectan las acciones de los protagonistas.

En este sentido, merece la pena comentar que para vender la serie al editor Will Dennis, Aaron escribió una «biblia» que definía a los personajes y abarcaba más o menos 30 episodios, la mitad de la serie. Y que aunque sabía desde casi el principio como iba a terminar la historia para cada personaje y tenía muy clara cual sería la última página, fue añadiendo elementos y ampliando líneas argumentales sobre la marcha, en función de lo que sentía que le demandaba la historia, hasta el punto de que «No deseados» para mí uno de los puntos álgidos de este cómic, no estaba incluido en el esquema inicial de la serie. Esto es algo que creo que solo se da (o al menos principalmente) en el mundo del comic, fruto de la narración periódica de las historias durante meses, que provoca una evolución y aprendizaje por parte de los autores para llevar la historia por caminos que nunca hubieran imaginado en un principio.

Aaron realiza un tour-de-force narrativo en estos 60 números. No sólo juega con el narrador de muchos de sus cómics, sino que en numerosos arcos juega con la línea temporal, creando saltos atrás y adelante que aumentan la tensión mientras conocemos lo que va pasando y dejándonos super enganchados con la lectura y consiguiendo un mayor impacto emocional ante los giros que se suceden.

Y vaya si hay impacto emocional. Algunas de las páginas más duras que he leído en un comic se encuentran en «No deseados», historia recogida en el séptimo volumen que trata el drama del aborto, algo totalmente inesperado en una serie a priori de corte criminal. Al igual que el dolor ante la incomunicación de personas que deberían estar juntas si hubiera justicia en el mundo, pero a los que la vida ha golpeado tanto y tan fuerte que no saben cómo arriesgarse para pedir ayuda, algo que vemos en «La grava en tus tripas», el cuarto volumen.

Dash Caballo Terco me parece un personaje maravilloso que luchará durante toda la serie contra sus demonios internos para intentar estar en paz consigo mismo. Pero incluso mejor es Lincoln Cuervo Rojo, el «villano» de la función que es una persona compleja que aunque sabe que no es bueno, no tiene miedo de tomar las decisiones difíciles y matar a quien sea necesario con tal de salvar a su pueblo frente a las agresiones constantes del hombre blanco. Un buen personaje es aquel con el que empatizas y entiendes sus acciones, y en este sentido Cuervo Rojo es un triunfo total que cree en todo momento que hace lo que hay que hacer. Pero esta complejidad la vemos en todos, incluso en secundarios como Dino Oso Pobre o el Sheriff Karnow, consiguiendo Aaron que todo transmita humanidad y verosimilitud.

Artísticamente, R.M. Guéra con colores de Giulia Brusco es una maravilla. No se concibe que nadie hubiera podido transmitir la crudeza de este mundo mejor que él. Sus lápices son oscuros y consiguen transmitir perfectamente el dolor con el que viven los personajes, además de contar de manera seca y cortante las escenas de acción, sin esconderse a la hora de mostrar escenas de gran violencia. Gracias a él, las páginas transmiten que estamos ante una historia oscura pero honesta que nos pone delante de los defectos de la sociedad americana.

Debido al ritmo de publicación mensual del cómic americano, Guéra no pudo dibujar el total de páginas, pero Aaron planteó la historia de forma muy hábil, empleando a dibujantes de apoyo para narrar números sueltos centrados en diferentes personajes de la reserva, de forma que tuvo siempre el descanso que necesitaba. De estos dibujantes de apoyo destaca Davide Furnò, que dibujó 7 números,  y además encontramos a John Paul Leon, Francesco Francavilla, Daniel Zezelj y Jason Latour.

Gracias a estos descansos, Guéra SI dibujó todos los números de los arcos con la trama principal, además de los 11 primeros números y los 10 últimos de forma ininterrumpida, ya que el número 50 que fue especial contó con 4 páginas (maravillosas) de Igor Kordey, además de varias ilustraciones modo de pin-ups de autores como Tim Truman, Jordi Bernet o Steve Dillon.

Además del arte interior, merece la pena destacar las potentes portadas de Jock, algunas de las cuales acompañan este artículo, que dotaron al cómic de aún más fuerza y personalidad.

Comentaba antes que Aaron tenía el final pensado desde casi el principio y que para Brubaker el buen noir se caracteriza por su inevitabilidad. Que el final fuera casi el único posible no quita que sea perfecto,  con un clímax bestial digno del mejor clásico cinematográfico y con un montón de emociones ante el viaje que estos maravillosos personajes han recorrido durante estos números.

Podría seguir hablando durante horas de esta maravilla que es Scalped, pero si a estas alturas aún no te he convencido para que leas esta obra que para mí es el mejor cómic publicado en el siglo XXI, creo que he realizado muy mal mi trabajo… En serio, hazte un favor a ti mismo y compra Scalped, estoy seguro que me lo agradecerás.

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Crítica de Lazarus volumen 6 de Greg Rucka, Michael Lark, Tyler Boss y Santi Arcas

Tenía muchas ganas de volver a este futuro distópico ideado por Greg Rucka y Michael Lark en el que el mundo está dividido por familias que controlan todas las riquezas y se disputan el control. Y aunque se hizo esperar, este sexto volumen «Fracture» no decepciona.

PUNTUACIÓN: 8/10

Han pasado dos años desde que Forever, la actual Lazarus de la familia Carlyle, fue traicionada en el campo de batalla y ahora la Familia Carlyle se encuentra rodeada por todos lados. Con el tiempo agotándose, Johanna recluta a Forever para que inicie el contraataque. Y mientras los Lazarus de varias familias se enfrentan, «Eight», la siguiente Forever Carlyle de 14 años actualmente en entrenamiento, se encuentra en una situación de vida o muerte completamente diferente. Este sexto volumen recopila los números 1 a 3 de la serie Lazarus: Risen.

En mayo de 2017 la serie Lazarus se interrumpió. Michael Lark estaba quemado creativamente y necesitaba un descanso para recargar sus energías. Y aunque a mitad de 2018 se publicó Lazarus X+66 con 6 números unitarios realizados por varios autores centrados en secundarios de diferentes familias que servían para ampliar este mundo distópico, tenía ganas de leer el retorno de Lark y de Forever su protagonista a este cómic. Y este retorno año y medio después no decepciona y sirve para recordarnos porqué nos enganchamos a este cómic y a Forever por primera vez.

Forever Carlyle es una Lazarus, modificada genéticamente para ser el arma perfecta al servicio de la familia Carlyle, llevando a cabo misiones de alto riesgo contra los enemigos de la familia. Y en este nuevo volumen volvemos a tener misiones black-ops, geopolítica mientras Johanna, la actual líder de los Carlyle, pone en marcha sus planes contra sus enemigos, y la sorpresa de Eight mientras descubre que no es una joven normal.

Lo genial de tener libertad creativa es que los autores pueden elegir el formato que mejor se adapte a las necesidades de la historia. Y aunque este primer volumen de Risen recopila los tres primeros cómics USA, estos contienen 44 páginas de historia cada uno más extras, lo que sirve para que el ritmo de la historia sea completamente diferente al no estar limitados por el obligatorio cliffhanger cada 20 páginas.

Rucka plantea tres misiones para Forever, una en cada número, que se desarrollan de forma directa y brutal, mientras en paralelo conocemos más aspectos del resto de la famila Carlyle. Y aunque tenía un poco de miedo de no recordar nada debido al tiempo transcurrido con los tomos anteriores, las páginas de resumen sirvieron para ponerme en  situación sin problemas, además de que el hacho de que Rucka plantea la historia a partir de la acción también ayuda.

En el aspecto artístico, Michael Lark ha vuelto en plena forma. Ayudado en los fondos por Tyler Boss y con colores de Santi Arcas, sus páginas narran con precisión militar las misiones black-ops y transmiten perfectamente la personalidad y sentimientos de los protagonistas. Lark creó visualmente a Forever y no puedo imaginarme a nadie más dibujándola.

Hay un detalle curioso en este volumen y es que Rucka hace que la historia salte 2 años frente al volumen anterior, como si de alguna forma reconociera el tiempo que los lectores hemos estado esperando este cómic. Y aunque desde ese punto de vista como lector me ha parecido chulo, realmente no se si es la mejor decisión narrativamente hablando, ya que dejamos la historia en situación de guerra con la familia Carlyle en desventaja y se hace raro que en dos años las cosas casi no hayan cambiado. En todo caso, este es un elemento secundario que no impide disfrutar de este cómic.

Espero que una vez reiniciada la serie, Rucka y Lark mantengan la periodicidad de segundo volumen de Lazarus. En marzo sale en USA el cuarto número con ritmo bimensual, de forma que confío poder leer en agosto o septiembre el siguiente tomo.

PUNTUACIÓN: 8/10

 

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Crítica de Rey Thor 1 de Jason Aaron, Esad Ribic e Ive Svorcina

Este mes de enero se inicia la última historia de Jason Aaron como guionista de Thor, y ver a Esad Ribic como artista de este comic me llena de alegría.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Comienza la última historia de Jason Aaron en Thor, y para narrarla se ha unido nada menos que al dibujante con el que empezó todo, Esad Ribic. Hace años, juntos establecieron al Thor del futuro. Ahora, se enfrentará a Loki en una última batalla.

Jason Aaron rompió moldes en 2013 cuando empezó su excelente etapa con la saga de El Carnicero de Dioses, utilizando a Thor en tres momentos temporales diferentes que le permitía resaltar la evolución que Thor Odinson había sufrido a lo largo de los siglos.
Por un lado, el joven Thor estaba más pendiente de guerrear y de ir de fiesta con sus súbditos vikingos y aún no era digno de empuñar a Mjolnir. Al final de La Guerra de los Reinos entendió por fin que ser digno no es ser el más guerrero, sino anteponer la seguridad de su pueblo por encima de la suya, y estar dispuesto a sacrificarlo todo para salvarles.
Por otro lado, el Thor de la actualidad sufrió una crisis de fe que le hizo perder a Mjolnir durante la celebrada etapa de Jane Foster como Thor, llegando al final de su arco a comprender que precisamente porque duda constantemente de su valía como héroe y defensor de la Tierra es el motivo por el que es el más digno de los Dioses.
Por último, un anciano Rey Thor se sentaba solo en un trono vacío al final del tiempo, habiéndolo perdido todo y a todos. Tras descubrir que sus tres nietas seguían vivas, inició la reconstrucción de su reino y la defensa de los seres vivos que aún quedaban vivos. Es justo el final de esta historia al final del tiempo lo que nos queda por conocer y a lo que Aaron dedica esta miniserie de cuatro números.
La historia está planteada desde la acción, y en ese sentido volver a ver a Esad Ribic e Ive Svorcina es una pasada. Su dibujo transmite la épica que esta última historia de Thor merece, una última batalla de Thor contra Loki, con algunas sorpresas inesperadas que dejan la acción en lo más alto en la última página.
Este primer número es modélico y cumple con todo lo que se le exige a un comic Marvel, acción a raudales, sorpresas y personajes más grandes que la vida. Rey Thor promete ser un gran final a la historia de Jason Aaron, y este primer número me ha atrapado desde la primera página.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

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Leyendo StormWatch volumen 1 de Warren Ellis y Tom Raney

El año pasado publiqué dos artículos con mi lectura del primer Ómnibus de Conan El Bárbaro con la etapa original en Marvel Comics en los años 70. Me lo pasé genial leyendo esos cómics y comentándolos, así que decidí repetir la jugada este año, en este caso con el cómic que dio pie a la creación de Authority: StormWatch.

En este primer artículo voy a comentar el primer volumen de esta serie, desde el número 37 al 50, realizados por Warren Ellis y en su mayoría por el dibujante Tom Raney entre 1996 y 1997, que ha significado mi primera lectura del año.

StormWatch fue un comic del sello Wildstorm de Jim Lee dentro de Image Cómics, cuyo primer número se publicó en marzo de 1993, en plena explosión de Image. El cómic creado por Lee, Brandon Choi y Scott Clark cuenta las aventuras de una fuerza superhumana creada por la  ONU que se enfrenta a villanos superpoderosos por todo el mundo. Desde el satélite SkyWatch, Henry Bendix, el Wheatheman, controla el planeta preparado para enviar sus fuerzas en caso de una crisis en cualquier lugar del mundo. El grupo los formaban héroes de todo el mundo, y en su primera alineación entramos a un americano (Battalion), un ruso (Winter), un japonés (Fuji), un inglés (Hellstrike) y una italiana (Diva), y sus primeras aventuras tuvieron un corte muy paramilitar, algo muy de moda en la primera Image.

Tras 3 años de poses molonas y aventuras sin nada especial, los editores de Wildstom decidieron dar un cambio de rumbo aprovechando el final del evento «Fire from Heaven» Warren Ellis fue el escogido para revolucionar la serie y darle un interés que en el fondo nunca tuvo.

Ellis ahora es uno de los nombres más conocidos del panomara comiquero con un montón de clásicos como Planetary, Authority o transmetropolitan. Pero en los 90 era solo un escritor inglés casi desconocido que buscaba hacerse un nombre en el medio. Tras trabajar en Marvel en series geniales y rompedoras como Hellstorm o Doctor Doom 2099 (entre otras), fue fichado por Wildstorm para guionizar DV8, una versión oscura de Gen 13, la serie de héroes juveniles que era el gran éxito de la editorial de la época. Ellis tenía un humor negro y cínico típicamente inglés y un gusto por subvertir los clichés del género, lo que le convirtió en el hombre perfecto para esta nueva etapa.

Junto a él Tom Raney dibujó toda esta etapa excepto dos números. Raney, alumno de la escuela de Joe Kubert, su primer comic como profesional fue Forgotten Realms en DC Comics, para dibujar posteriormente algunos comics en Marvel como Warlock and The Infinity Watch. Tras su paso a Wildstorm, dibujó allí numerosas series como Deathblow, Wetworks o DV8, donde coincidió con Ellis. Con gran experiencia y profesionalidad, es uno de esos artistas correctos que puede dibujar cualquier cosa con fluidez narrativa que todas las editoriales quieren tener dentro de sus staffs, no sólo por cumplir fechas sino por poder ayudar en caso de retrasos de otros compañeros.

Ya desde su primer número en la serie, el 37, marcó muchas claves de toda su etapa posterior en Wildstorm. En este número Ellis presenta a Jenny Sparks, ser eléctrico que es la personificación del Siglo XX, y Jack Hawksmoor, humano modificaco genéticamente por aliens que solo puede viver en ciudades, que son personajes ya icónicos gracias a Authority. Junto a ellos, conocimos a Rose Tattoo, una asesina sanguinaria sin ninguna moralidad.

Además de quitarse de en medio la morralla de la etapa previa, Ellis crea 3 equipos con tres funciones diferenciadas controladas por Henry Bendix, el Weatherman al cargo de StormWatch:

StormWatch Prime, que tratará con problemas superhumanos en situaciones de guerra abierta, formado por Winter (absorción y redirección de energía), Hellstrike (ser de energía gaseosa que puede proyectar plasma) y Fuji (ser gaseoso superfuerte dentro de una armadura gigante).

StormWatch Red para operaciones encubiertas y guerrilla humana, formado por Fahrenheit (piroquinética), Clint (fuerza y resistencia al daño) y Rose Tattoo (asesina).

Por último, StormWatch Black con los miembros de mayor capacidad destructiva para acciones de disuasión y represalia, con Jenny Sparks (ser eléctrico), Jack Hawksmoor (defensor de las ciudades) y Swift (super humano alado), en lo que fue un adelanto de Authority.

Ellis apartó a los miembros fundadores Jackson King (Battalion, anterior jefe de campo) y Christine Trelane (Sinergy, activadora de habilidades superhumanos) a labores de entrenamiento y reclutamiento.

En los 4 primeros números Ellis establece las dinámicas de los diferentes grupos mientras se enfrentan a un superhumanos psicótico en Alemania, a Black-ops del gobierno americano, superhumanos racistas en los USA y al renacido Kaizen Gamorra.

La principal característica de esta etapa es que Ellis plantea cómics con historias autoconclusivas, plantando semillas de elementos que veremos más adelante. A partir de aquí tenemos 6 números centrados en los diferentes miembros del grupo: el 41 Christine Trelane (Sinergy).

Siguiendo los pasos de un posible meta-humano, Christine descubrirá que existe otra activadora de genes con su propia agenda, lo cual supone una posible amenaza para el futuro. Este número fue dibujado por Michael Ryan, el único junto al 47 que no fue dibujado por Raney.

Fuji cobra protagonismo en el número 42 ya con Raney de vuelta al dibujo, en el que el grupo se enfrenta a una secta suicida en Japón que quiere llevarse el país con ellos.

Jack Hawksmoor investiga un asesinato en Nueva York en el número 43, unos crímenes que el gobierno quiere mantener en secreto.

El número 44 es uno de los cómics más importantes de esta etapa en el que Ellis y Raney nos cuentan una primera parte de la historia secreta de Jenny Sparks durante el siglo XX.

Utilizando una herramienta que más adelante veremos en Planetary (y en muchas otras obras, claro), Raney cambia su estilo para imitar a autores como Joe Shuster, Will Eisner, Jack Kirby o Dave Gibbons, al situar Ellis la acción en momentos temporales en que sus creaciones eran tendencia. Aunque debido a su naturaleza autoconclusiva, este número en si no es gran cosa, Ellis está plantando semillas de varios argumentos que veremos desarrollados en esta serie y en Authority.

StormWatch 45 es una aventura en solitario de Jackson King (Battalion), que tendrá que detener un ataque terrorista en su localidad Natal, Constitution (Alabama).

Como siempre en estos números autoconclusivos, Ellis va al grano desde la primera página y nos mete de lleno en la acción. Y mola la conclusión geopolítica, ya que a pesar de evitar el atentado y condenarse a los terroristas locales que han reconocido sus acciones, el gobierno americano quiere prohibir que los miembros de la ONU actúen en suelo americano.

Rose Tattoo cobra protagonismo en el número 46. Mientras los miembros de StormWatch se van de copas por todo el mundo, Henry Bendix (Weatherman) planea algo muy chungo y empieza a parecer que no es trigo limpio. Y tras años inactivo, The High ha despertado.

Jim Lee es uno de los creadores de StormWatch pero no había dibujado este cómic hasta el número 47. Esto indica que Wildstorm se daba cuenta que tenían algo bueno entre manos que merecía la pena promocionarlo con el principal valor de la editorial.

Lo malo es que Lee no estaba muy trabajador y Ellis tuvo que plantear un comic compuesto completamente de splash-pages, con páginas chulas marca de la casa, pero otras un poco lamentables. Por lo demás este cómic es una misión que poco o nada tiene que ver con la trama principal.

En el número 47 comienza Change or die, el último arco de este volumen. Ellis siempre ha innovado con sus diseños de portadas y aquí introduce la original idea de que la portada sea la primera viñeta del cómic, cuya historia sigue en la contraportada. En total, este número cuenta con 24 páginas de historia, un par más de lo que es habitual.

Jenny Sparks sobrevive a un ataque de Blind, un miembro de los Changers de John Cumberland (The High), una versión de Superman que realmente quiere cambiar el mundo a mejor y no mantener el status-quo, uno de los temas recurrentes de toda la etapa de Ellis. Frente a los héroes que se enfrentan a ladrones de bancos y similares, lo que serían los síntomas de la enfermedad y no a las razones de la pobreza sistémica, The High quiere transformar en un mundo mejor sin desigualdad y oportunidades para todos.

Junto a él, su grupo de Changers superpoderosos está formado Blind, Wish, Smoke, Eidolon, Rite y una primera versión de The Doctor y The Engineer, que Ellis volverá a utilizar en The Authority.

La duda que queda es: Si las intenciones de The high son tan puras, ¿como es posible the Blind intentara asesinar preventivamente a un miembro de StormWatch?

Al igual que el número 48, el 49 son 24 páginas de historia en el que mientras el plan de los Changers se desarrollan por todo el mundo, The High se enfrenta y derrota a Winter, Fuji y Hellstrike en las Naciones Unidas de Nueva York.

Además, The High descubre al volver a su base que algunos de sus compañeros son bastante chungos, algo que rompe con su creación de u mundo ideal.

Y al localizar Henry Bendix en Paraguay su base de operaciones, pone en marcha una misión de exterminio.

Todo listo para el explosivo final de serie en el próximo número.

StormWatch 50 es un número doble que cierra el primer volumen de esta serie, plantando las semillas para su reinicio. Los Changers buscan cambiar la sociedad y derruir estructuras que parecen inamovibles. Henry Bendix no lo va a permitir.

El giro del cómic es que aunque Blind y Wish ocultaban oscuras intenciones, el resto de los Changers si son héroes que buscan mejorar la vida de la gente. El villano acaba siendo Henry Bendix, que solo quiere el cambio que él pueda controlar.

Así, frente a la esperada batalla final, lo que sería lo normal en el 99% de los comics de superhéroes, los miembros de StormWatch y los Changers intentan resolver sus problemas hablando, excepto la «wild-card» de Rose Tattoo que sí busca matar a todo el que pueda, sea del grupo que sea…

Además, descubrimos que Jenny Spark era amiga de John Cumberbatch desde los años 30 hasta su retirada de la sociedad. Aunque Jenny consigue acabar con Bendix, no puede evitar que mate a todos los Changers mediante el lanzamiento de un misil biológico que destruye todo el trabajo que habían realizado.

La muerte de The High «como un bicho que choca contra un parabrisas» resulta triste e ilustrativo del tema general de este arco de Ellis: No es posible cambiar el Status Quo, y los que lo intentan acaban pagando el precio.

La conclusión de este primer volumen de StormWatch de Warren Ellis y Tom Raney son 14 números que forman un todo compacto, con buenas ideas que quizá fueron desarrolladas de manera un poco apresurada, en especial el giro de Bendix, aunque claramente lo tenía pensado de inicio.

En el lado artístico, Tom Raney es un artista cumplidor sin más, y la serie hubiera brillado con alguien mejor, cosa que ya disfrutaremos en el volumen dos con Óscar Jiménez primero, y Brian Hitch después.

Hasta aquí mi lectura de este primer volumen de StormWatcj. En un próximo artículo comentaré el segundo volumen de este comic que sirvió de puente hacia StormWatch.

 

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