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Crítica de Dejar el mundo atrás de Sam Esmail (Netflix)

Cuando me esteré que Netflix había producido la nueva película de Sam Esmail, el creador de Mr. Robot, con un reparto top, su visionado era obligado. Dejar el mundo atrás tiene mucho que comentar.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

Las vacaciones de una familia dan un giro escalofriante cuando dos desconocidos se presentan en plena noche buscando refugio frente a un ciberataque que se va volviendo más y más aterrador. En esta situación, todos deberán asumir su papel en un mundo que se desmorona. (FILMAFFINITY)

Sam Esmail (Nueva Jersey, 1977) es un productor de cine y televisión, director y guionista estadounidense que dirige la productora Esmail Corp. Es conocido sobre todo por ser el creador, guionista y director de la galardonada serie de televisión Mr. Robot. Esmail escribe, dirigie y produce Dejar el mundo atrás, un thriller apocalíptico basado en la novela homónima de 2020 de Rumaan Alam. La película de 141 minutos de duración cuenta con fotografía de Tod Campbell, montaje de Lisa Lassek y música de Mac Quayle.

El reparto de la película es uno de sus principales reclamos. Julia Roberts es Amanda Sandford, Mahershala Ali interpreta a G.H. Scott, Ethan Hawke es Clay Sandford, marido de Amanda, mientras que Myha’la es Ruth Scott, la hija de G.H. Farrah Mackenzie y Charlie Evans son los hijos de Amada y Clay, Rose y Archie. Por último, Kevin Bacon interpreta a Danny, un vecino acaparador de comida y herramientas en caso de la llegada del fin del mundo.

La mejor escena de la película tiene lugar en los últimos 30 segundos de la película. Aunque el mundo parece que se va al garete, Rose, la hija pequeña de los Sandford, ha encontrado la última temporada de Friends en DVD y podrá ver como termina su serie favorita de todo el mundo mundial. Esta crítica del mundo actual en el que a la gente le da igual ver el mundo arder (o que su vecino se muera de hambre enfrente suyo) mientras tenga su entretenimiento disponible, me parece brillante. Además, el elemento metatextual de ver que esta crítica a la sociedad de consumo occidental se hace desde Netflix, una plataforma de streaming que literalmente inunda de contenidos (muchos de ellos basura) al espectador cada semana me parece bestial. Sólo por esto me ha resultado interesante ver la película.

Dejar el mundo atrás es un enorme ejercicio de estilo por parte de Sam Esmail, que plantea un thriller en el que están pasando cosas extrañas a los protagonistas y hasta casi el final no sabes el origen de todo. O al menos, lo que los protagonistas creen que ha causado la situación. La sensación que nuestro ordenado mundo actual está a dos malos pasos de colapsar, es otra de las ideas importantes de la película. Dejar el mundo atrás no es una película de terror y no hay jump-scares, pero si hay una tensión importante en cada una de las situaciones, acrecentada por el ritmo pausado, aunque interesante, con que Esmail va moviendo la cámara en las diferentes localizaciones.

Aunque hay varias situaciones impactantes y perturbadoras, como ver encallar al petrolero en la playa donde se encuentra la familia Sandford o la llegada de decenas de ciervos al jardín de la residencia de G.H. Scott, en realidad Esmail parece plantear un análisis y crítica de la sociedad americana actual a partir de las dos familias protagonistas. Y lo que nos muestra es desolador.

Una de esas frases hechas que siempre se dicen es «los niños son el futuro». Viendo lo que Esmail opina de la juventud de la película, no hay duda que la sociedad occidental se dirige hacia su extinción. En realidad los tres jóvenes más que personajes tridimensionales parecen arquetipos que personalizan la crítica que Esmail quiere hacer de nuestra sociedad. Rose es la niña pequeña de los Sandford y no tiene ningún interés en nada de la vida real, al estar enganchada a Friends, una ficción que no representa la realidad pero para ella sea lo más importante. Pero también es verdad que sobre sus padres la ignoran totalmente y su hermano mayor Archie la putea en lugar de intentar ayudarla o entenderla en una situación en la que es normal tener miedo. Archie es el típico adolescente gilipollas que sólo piensa en si mismo y no tiene ninguna empatía por nadie.

Más interesante es el personaje de Ruth, la hija universitaria de G.H., una joven afroamericana que crítica todo lo que le viene en gana sin ningún rubor ni educación, y que todo el rato proyecta sus propios defectos al que tiene delante, personalizados en los Sandford, a los que tilda de racistas, clasistas y otros calificativos similares. Un momento muy representativo de esto es cuando pregunta a Clay, que es profesor de Universidad, si se ha acostado con alguna estudiante, cosa que él niega tajantemente. Sin embargo, más adelante no duda de señalarle ante su padre como un acosador en potencia simplemente por sus prejuicios, dado que nada de lo que dicho o hecho apoya esta opinión. Ruth representa lo peor de la juventud actual, que no trabaja ni aparentemente estudia mientras «aclara qué quiere hacer con su vida» gracias a que sus padres son ricos y la mantienen, pero quiere hacer creer a los que están a su alrededor que sabe más de la vida que ellos, cuando es una niñata privilegiada. Oh, boy, si el futuro es este, sin duda estamos condenados.

Otro tema que me ha parecido super interesante de la película es que las dos mujeres son las desconfiadas, bordes y desagradables en medio de esta situación de tensión, mientras que los dos hombres adultos, Mahershala Ali como G.H. Scott y Ethan Hawke como Clay Sandford, son los que actúan de manera generosa intentando suavizar la tensión de la situación, confiando en los desconocidos que tienen delante. Julia Roberts interpretando a Amanda Sandford tiene un papel interesante, al ser una mujer borde, paranoica y que juega con el alcoholismo, y la aleja de los papeles de mujer fuerte y con cualidades positivas con los que se convirtió en una estrella de Hollywood. Los choques verbales de ella y la joven Ruth están muy bien, la ser dos mujeres alfa luchando por ser la líder del rebaño, por decirlo de alguna manera. Teniendo en cuenta el empuje de lo políticamente correcto y del feminismo militante en el entretenimiento mainstream americano, me ha resultado muy valiente por parte de Esmail al atreverse a hacer este retrato nada positivo ni favorecedor a las mujeres protagonistas de la historia. En un momento Amanda dice que odia a la gente, pero parece que en realidad se odia a si misma por ser una profesional de éxito pero haciendo un trabajo que no la gusta, y luego proyecta ese odio a los que tiene a su alrededor. Como digo, el repaso que hace a la sociedad americana s demoledor.

A pesar de los rasgos positivos que comentaba antes, Clay (Ethan Hawke) es un cobarde que no ayuda a una mujer hispana que está en la carretera. Un momento en el que más que machismo diría que busca transmitir cierto racismo, al no ayudar a esa mujer al hablar en castellano y no entenderla, mostrando de alguna manera el ¿miedo al diferente? Aunque de carácter amable, Clay se muestra como alguien poco resolutivo, aunque será gracias a él que el momento más tenso de la película entre G.H. y su vecino Danny (Kevin Bacon) no llegará a mayores.

G.H., el personaje interpretado por Mahershala Ali, personaliza muy bien el principal problema de la película. Y es que aunque Roberts, Hawke y Ali están super bien y cumplen lo que Esmail pedía a sus personajes. en realidad estos son arquetipos que ayudan a la crítica que está haciendo de la sociedad americana. En el caso de G.H., es el único personaje positivo puro que no actúa mal a lo largo de la película. Pero en realidad su función es la de ser el «chorro expositivo» que nos explica la realidad del mundo desde el punto de vista de las grandes fortunas y la gente poderosa.

Ante la posibilidad (o no) de estar a las puertas del fin del mundo, Esmail utiliza una anécdota de El Ala Oeaste de la Casa Blanca para explicar el negacionismo actual frente a todo. De nuevo, usando un elemento del entretenimiento mainstream para explicar aspectos del mundo real, como es el uso que hacer de Friends en la película. La anécdota es super chula, y podría aplicarse a casi cualquier cosa empezando con el cambio climático, y sería la forma culta de decir que el vaso está lleno y está empezando a desbordarse aplicado al destrozo que estamos realizando en la Naturaleza y en el medio natural. De igual manera, que se especule con un ataque de algún país a los Estados Unidos y no sepamos cual exactamente «porque hay un montón que querría ver a los Estados Unidos destruido» es también otra crítica a la política internacional de los USA de las últimas décadas, que casi les hace merecedor de lo que les va a pasar.

La película hace un buen uso de la tensión al no saber qué está pasando en realidad. La fotografía y el diseño de sonido me parece que están super bien. Estoy casi seguro que construyeron para la ocasión la casa donde tiene lugar el 80% de la película, de forma que crearon elementos móviles que permite movimientos de cámara maravillosos. A pesar de los 140 minutos de duración, la incertidumbre ante lo que está pasando consigue que no se haga larga en ningún momento, lo cual entiendo que es acierto de Esmail y su puesta en escena.

Sin embargo, la resolución es un porque sí total, demostrando que lo importante era la metáfora final y no tanto lo que les pase a los personajes o el misterio, aunque la historia sugiere que puedan tener un final feliz dadas las circunstancias. De hecho, la explicación de G.H. resulta anticlimática y bastante decepcionante. Y si pensamos en que nada de lo visto tiene un origen sobrenatural, muchos de los sucesos que hemos visto en realidad no tienen demasiado sentido. En todo caso, dado que la deconstrucción de la sociedad americana me ha resultado interesante y que vi la película en casa, no me sabe mal haberla visto, más bien al contrario.

Comparto el trailer de la película:

Como ejercicio de estilo, me ha gustado Dejar el mundo atrás. Pero su catálogo de lugares comunes me ha dejado bastante frío.

PUNTUACIÓN: 6.5/10

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Crítica de Mr. Robot temporada 4 de Sam Esmail

Llego muy tarde a la fiesta, pero aprovechando que Prime Video y Netflix han estrenado la cuarta temporada de Mr. Robot, la serie de Sam Esmail que lanzó a la fama a Rami Malek, he podido ver el final de la historia de Elliot Alderson, y me alegra poder decir que ha estado a la altura del viaje recorrido.

PUNTUACIÓN: 8/10

Llegó el final. El enfrentamiento final entre Elliot Alderson y Whiterose, la misteriosa líder de E Corp, la Dark Army y el Grupo Deus que ha controlado los principales sucesos del mundo desde la sombra. Pero más importante que salvar el mundo, ¿podrá Elliot salvarse a si mismo?

Sam Esmail (New Jersey, 1977) es un productor, director y guionista de cine y televisión estadounidense que dirige la productora Esmail Corp. Es conocido como el creador, escritor y director de la serie de televisión Mr. Robot (2015-2019), la serie que le lanzó a la fama y con la que ha conseguido numerosos premios durante las 4 temporadas en que estuvo en emisión. También dirigió y produjo el thriller psicológico Homecoming (2018-2020) de Prime Video, protagonizado por Julia Roberts y Janelle Monáe, y la estadounidense Briarpatch (2020). El trabajo de Esmail a menudo se centra en los temas de la alienación, la tecnología y la sociedad estadounidense, y trabaja habitualmente con el director de fotografía Tod Campbell y el productor Chad Hamilton de Anonymous Content.

Esta cuarta temporada de Mr. Robot se emitió en 2019, pero debido al cambio de suscripciones y en la cadena en la que se emitía en España no pude ver el final hasta ahora, cuando por fin pude verla legalmente, gracias a estar disponible en Prime Video y en Netflix.

Rami Malek es ya historia de la televisión gracias a su interpretación de Elliot Alderson, ingeniero senior de ciberseguridad en Allsafe Cybersecurity de día y hacker vigilante de noche. Tiene un trastorno de identidad disociativo y se enfrenta a otras enfermedades mentales como la depresión clínica y la ansiedad severa, que son en parte responsables de su comportamiento antisocial y el uso de drogas.

Carly Chaikin interpreta a Darlene Alderson, la hermana menor de Elliot, una codificadora de malware y uno de los piratas informáticos de fsociety. Christian Slater es Mr. Robot, un anarquista insurreccional que recluta a Elliot en un grupo clandestino de hackers llamado fsociety. Martin Wallström es Tyrell Wellick, el ambicioso vicepresidente senior de tecnología de E Corp, cuyo CEO Phillip Price está interpretado por Michael Cristofer. Grace Gummer el la agente del FBI Dominique «Dom» DiPierro que investiga el hack de E Corp. Finalmente, BD Wong es Whiterose, una mujer trans, ciber-terrorista y jefa del Ejército Oscuro. Whiterose también opera como Zhi Zhang, Ministro de Seguridad del Estado de China.

Es complicado hablar de esta cuarta temporada de Mr. Robot. Por un lado, hablamos de una serie que fue emitida en 2019, por lo que quien quiso verla en su momento tuvo ocasión para hacerlo. Pero al mismo tiempo, esta cuarta temporada se estrenó hace apenas un par de semanas en Prime, donde estaban disponibles las tres primeras pero faltaba esta última, y en Netflix, donde estrenaron simultáneamente las cuatro temporadas. Por tanto, entiendo que debe haber mucha gente que como yo aún no vio el final, y a ellos me voy a dirigir al escribir este post SIN spoilers. A todo esto, aprovecho para compartir para quien si vio la serie mis reseñas de las temporadas uno, dos y tres.

Mr. Robot ha sido una de las historias más potentes que recuerdo a la hora de mostrar los estragos que causan las enfermedades mentales en una persona. Más si muchos de los problemas vienen provocados o acentuados por un trauma que saldrá por fin a la luz esta temporada. Elliot Alderson es un personaje super complejo y tridimensional, y si algo pone de relieve el final de la historia es que Mr. Robot nunca fue de hackeos o complots económicos internacionales, sino de cómo dejar atrás el pasado e intentar superar los problemas como único camino para poder seguir adelante.

Mr. Robot llegó en 2015 y conectó inmediatamente con los problemas sociales que llevaban años latentes en la sociedad americana a partir de la crisis económica de 2008 y las quiebras bancarias, que provocaron el nacimiento de movimientos sociales como Occupy Wall St. La idea general de la existencia de unos poderes económicos en la sombra que controlan en secreto la sociedad no son nuevos, pero en la historia de Esmail cobraban una fuerza inusitada gracias al extraño protagonista que nos mostraba su punto de vista «a pie de calle». Que en medio de una sociedad cada vez más compleja y rota que no duda en abandonar a su suerte a miles de personas, el protagonista de Mr. Robot fuera alguien con trastorno de personalidad creo que fue algo perfectamente buscado para resaltar la locura de sociedad en la que vivimos y cómo era el momento de volver a recordar los valores que realmente son importantes como la solidaridad.

Pero dentro de ese escenario, lo fundamental siempre fue Elliot y la complejidad de su mundo interior. Eso no quiere decir que acabar con la amenaza de Whiterose no sea un elemento central de esta temporada, pero el climax narrativo y emocional no es ese, sino resolver los enigmas que aún se esconden en la cabeza de Elliot, que nos van a regalar algunos de los mejores momentos televisivos del año como fueron los episodios 7 y el climax final del 13 que cierra la historia. Los giros y las sorpresas que conoceremos en esta última temporada hacen que veamos con nuevos ojos situaciones que conocimos en las anteriores temporadas y que ahora adquieren un nuevo significado, lo que hizo que mi cabeza estallara en mil pedazos.

La historia de Elliot ha resultado ser super satisfactoria, dejándome el mismo gran sabor de boca que Legion, la otra gran serie reciente en el que los problemas mentales eran los protagonistas. Me quito el sombrero ante la habilidad literaria de Esmail y la brillantez de su historia. Pero también ante su ojo visual de director, ya que la serie está llena de recursos visuales brillantes con una puesta en escena sobria pero llena de personalidad. A lo que habría que sumar un estupendo montaje y una música perfecta en su elemento desasosegante.

Me ha gustado mucho esta cuarta temporada. Si tengo que ponerle un pero, quizá la resolución del argumento de Whiterose y el Grupo Deus es un pelín apresurada, pero es que como decía antes realmente la historia no iba de ellos sino de los problemas mentales de Elliot y saber si estos tiene solución. En este sentido, diría que el climax tal y como lo pensó Esmail es más potente que todo lo que tiene que ver con el hackeo.

Me sabe mal el bajón que Mr. Robot tuvo en la segunda temporada, provocado por un artificio narrativo un tanto tramposo que yo mismo vi en su momento como una tomadura de pelo para el espectador. Visto ahora en perspectiva creo que tuvo mucho valor lo que Esmail intentó en esa segunda temporada y que había que tener muchas narices para atreverse a hacerlo en una serie mainstream que había recibido la aclamación de crítica y público en su primera temporada. Dicho esto, el resultado de esta ocurrencia fue que muchísimos espectadores abandonaran la serie y se perdieran la estupenda 3ª temporada, que para mi mejoró a la anterior. No me atrevería a decir qué temporada fue mejor, pero sí que el final de la historia que Esmail nos ofrece en esta 4ª temporada para mi fue perfecto.

Comparto el trailer de Mr. Robot, aunque si no viste las tres temporadas previas, casi prefiero que evites verlo porque obviamente muestra elementos claves vistos hasta este momento:

Mr. Robot es historia de la televisión y ¡menudo viaje!! Con su final increíblemente emocionante y satisfactorio ha conseguido que Elliot Alderson ya forme parte de mi vida, no creo que pueda olvidarlo.

PUNTUACIÓN: 8/10

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Crítica de Mr. Robot Temporada 3

La tercera temporada de Mr. Robot ha conseguido recuperar el pulso perdido en la anterior temporada y nos ha recordado porqué fue una de las series revelación de 2015.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

Ha llegado el momento para que Elliot Alderson (Ramy Malek) descubra lo que realmente sucedió durante el ataque informático que casi acaba con la sociedad de consumo americana. Y no tendrá tiempo de respiro, ya que Mr. Robot (Christian Slater) sigue conspirando con Tyler Wellick (Martin Wällstrom) para poner en marcha la Fase 2 de su plan maestro. Sin embargo, ¿es todavía SU plan o la Dark Army se ha hecho con el control de la operación?

Mr. Robot asombró hace dos años con una serie sobre hackers que podía ser entendida por el público general, con reminiscencias con otras obras míticas de la ciencia-ficción como Matrix o El club de la lucha. La primera temporada fue una interesante propuesta que supo ser original.

Las expectativas estaban por todo lo alto, y lo cierto es que la segunda temporada fue globalmente una decepción. Más interesada en marear la perdiz y presentar giros mentales que en avanzar la acción, era normal que esta decepción hiciera que mucha gente desconectara con Mr. Robot. Yo mismo he tardado varios meses en conseguir suficiente tranquilidad mental como para empezar a ver esta nueva temporada. Y sinceramente, me alegro de haberlo hecho.

El enfrentamiento entre Elliot y Mr. Robot vuelve a ser interesante, pero en esta ocasión Sam Esmail, creador y guionista de la serie, sabe hacer avanzar la historia consiguiendo que la lucha mental de Elliot haga más interesante el conflicto contra la Dark Army. En esta caso, tenemos unos giros al servicio de la historia que crean una tensión creciente que alcanza su punto culminante en el episodio 6, en el que asistimos al asalto de E Corp. por parte de manifestantes, mientras Elliot intenta hacer fracasar el plan del Dark Army. Todo un despliegue visual que nos recuerda porqué vale la pena ver esta serie.

En el aspecto visual, Mr. Robot sigue brillando en cada escena con unas reminiscencias al cine de David Lynch, pero manteniendo su propia personalidad, a la que ayuda también su excelente banda sonora.

El canal USA Network ha confirmado la grabación de una cuarta y quizá última temporada, que espero consiga dejarnos a los espectadores con un gran sabor de boca. Comparto el trailer de esta temporada:

Mr. Robot ha sabido recoger lo bueno y sorprendente del concepto original y ofrecer por fin las explicaciones que el público nos merecíamos.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

 

Mr. Robot Temporada 2 – Trampas mentales

Me constó empezar a ver la segunda temporada de Mr. Robot, pero una vez me puse casi la vi de un tirón. Y aunque reconozco que me ha gustado bastante y que no hay nada parecido hoy en día en el panorama audiovisual, la serie ha sido una autentica montaña rusa de sorpresas y giros tramposos, vestida eso si en el mejor de los envoltorios.

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La serie creada por Sam Esmail sigue los pasos de Elliot Alderson (Rami Malek), un genio informático que es contactado por el misterioso Mr. Robot (Christian Slater), líder del grupo hacker Fsociety, para que le ayude a desestabilizar el sistema financiero internacional y derribar al mayor conglomerado empresarial de los Estados Unidos, la malvada E Corp. La novedad reside en que Elliot es el narrador en primera persona de la historia y sufre problemas psicológicos derivados de la muerte de su padre cuando era niño.

Sam Esmail creó esta historia como un guión cinematográfico, pero rápidamente la idea evolucionó a serie de televisión, que necesitará al menos 4 ó 5 temporadas para ser desarrollada completamente.

A pesar de las críticas que voy a exponer a continuación y de sus claras y evidentes fuentes de inspiración, la serie es completamente recomendable ya que es muy, muy diferente a todo lo visto en televisión. Pero si de verdad quieres verla, deja de leer ahora mismo, ya que voy a entrar en terreno de SPOILERS.

¡Estás advertido!

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¿Aún estais aquí?

¿Eso significa que no os importan los spoilers, no???

Bueno, que no sea que no os avisé!!!

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El gran giro de Mr. Robot en su primera temporada es que Mr. Robot no es una persona real, sino una parte de la fracturada personalidad  de Elliot. Utilizando un claro y poco disimulado homenaje a «El club de la lucha» de Fincher (a su vez basada en la novela de Chuck Palahniuk), asistimos a una narración «tramposa», en la que hay planes dentro de conspiraciones con una narración en primera persona en la que no se puede confiar.

La temporada terminó con un cliffhanger monumental: Elliot, ayudado por Tyrell Wellick ha llevado a cabo su plan CON ÉXITO y ha borrado todos los registros del sistema financiero. Lástima que no recuerde como lo hizo, al tener un agujero en su memoria de tres días, y que Wellick haya desaparecido sin dejar rastro.

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Como espectador entiendo que a veces la narración puede ser exigente y no necesito que me lo den todo mascado. Pero ante un final  así, lo menos que espero es que estas cuestiones en parte se resuelvan antes de plantear nuevos misterios. Y eso es justo lo que NO hace esta temporada de Mr. Robot.

Al inicio de esta temporada, su creador Sam Esmail obvia este cliffhanger y sitúa a Elliot en los suburbios en casa de su madre, donde se ha trasladado para no tener contacto con ningún ordenador ni con internet, con la esperanza de poder «desintoxicarse» de su personalidad de Mr. Robot. Allí en los suburbios pasa el tiempo con su amigo Leon (Joey Badass), manteniendo una monótona rutina día tras día de almuerzo y cena en la cafetería local y visita al playground de basket del barrio, mientras anota sus vivencias del día en su habitación al llegar la noche.

Mientras tanto, Darlene (Carly Chaikin), la hermana de Elliot, continúa con el plan de su hermano, mientras que Angela (Portia Doubleday) prosigue su ascenso en E Corp. para conseguir pruebas de la conspiración que tapó la intervención de la empresa en el vertido que causó la muerte de su madre y el padre de Elliot y Darlene.

Y conoceremos a Dominique Dipierro (Grace Gummer), agente del FBI que forma parte del equipo que investiga el hackeo, y que parece demostrar una inteligencia y sentido común muy superior al de sus compañeros. Dipierro empieza a descubrir que el hackeo puede haber sido un ataque organizado por la Black Army, un poderoso grupo de hackers chino relacionado con los escalones más altos del gobierno del país asiático.

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Sam Esmail demuestra que es un escritor muy listo y un productor que conoce perfectamente el medio televisivo. Esta segunda temporada aumentó de los 10 episodios de la primera temporada a 12, como si tuviera muchas cosas nuevas que contar. Y justo cuando empezamos a pensar que todo el arco de Elliot es paja que no está aportando nada a la historia principal, de nuevo nos suelta a mitad de temporada una bomba a nuestra línea de flotación para que flipemos otra vez y veamos confirmado que han vuelto a jugar con nosotros de nuevo.

Yo al menos este giro no lo vi venir, aunque era evidente que algo raro pasaba. Pero aunque desde un punto narrativo sí está suficientemente justificado, lo cierto es que es una trampa brutal y una paja mental flipante. Y aunque nos lo quieren vender como una forma de que conozcamos el alcance del desequilibrio mental de Elliot, al final es una excusa burda para estirar el chicle de una historia que probablemente no diera tanto de si.

MR. ROBOT -- Pictured: Portia Doubleday as Angela Moss -- (Photo by: Peter Kramer/USA Network)

Además, visualmente, la segunda temporada muestra varios homenajes muy evidentes, como por ejemplo Terciopelo azul de David Linch o a la estética de las series de televisión de los años 90. Casi parece que utiliza cada episodio para homenajear alguna obra anterior que le ha marcado. A pesar de la amalgama de influencias, la serie estéticamente es brutal, con un poderío visual inmenso y una excelente banda sonora. En este aspecto, la serie continúa siendo de sobresaliente, y merece ser vista simplemente por su diferencia respecto al resto la televisión actual.

MR. ROBOT -- Pictured: (l-r) Rami Malek as Elliot Alderson, Christian Slater as Mr. Robot -- (Photo by: Peter Kramer/USA Network)

Al final de muchas vueltas y de envolver la madeja de un vestido muy bonito, resulta que la temporada termina y la historia sigue el esquema inspirado en Fight Club. El proyecto Mayhem sigue en marcha y todo, incluso la implicación del Black Army chino, forma parte del plan de Mr. Robot aunque Elliot siga sin recordarlo. Y sus colaboradores recibieron instrucciones de no contarle nada. «La primera norma del club de la lucha…» resonó claramente en mis oídos mientras veía el último episodio de la temporada. Resulta sorprendente que Esmail nos esté contando de nuevo lo que tan brillantemente desarrolló Fincher en 2 horas, con la pequeña diferencia que llevamos 20 horas de narración y aún estamos a mitad del camino.

Sam Esmail comentó que Mr. Robot va a ser una serie de 4 ó 5 temporadas. Teniendo en cuenta como ha alargado la historia en esta segunda, no me extraña. Y a este ritmo y si se lo propone, puede hacer que dura 7 u 8 temporadas si quiere.

Comparto el trailer de esta segunda temporada, que sigue con la estética post «Occupy Wall St»:

Mr. Robot ha demostrado ser una serie super tramposa. Pero a pesar de todo, me ha gustado y estoy dispuesto a dejar que me sigan engañando, al menos una temporada más. Aunque por esto mismo puedo entender que pueda haber gente que haya mandado a la porra a la serie con este nuevo giro del episodio 7.

En todo caso, si te gustan las historias en las que el camino es más importante que el destino al que nos dirigimos, te recomiendo que la veas.

PUNTUACIÓN: 7/10

Las mejores series de televisión de 2015

¡FELIZ AÑO!

En esta primera semana del año voy a destacar las que para mi han sido las mejores series de televisión de 2015. ¡Vamos allá!

5- JUEGO DE TRONOS

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Juego de Tronos ha mantenido el nivel en esta quinta temporada, sobre todo con un enorme final que nos dejó con muchísimas ganas de que llegue pronto Abril  y podamos conocer el futuro de Jon Snow o la venganza de Cersei Lannister, entre otros cabos sueltos.

Una de las series de televisión imprescindibles año tras año, más si cabe ahora que George R. R. Martin ha confirmado que no ha terminado aún la sexta novela, y por tanto la serie de T.V. va a adelantar definitivamente a las novelas.

 

4- NARCOS

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La vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar nunca fue tan emocionante y dramática como en Narcos, la serie de la Cadena online Netflix. Una serie que sorprende por su realismo y que te atrapa desde el primer episodio, gracias a la carismática y sorprendente interpretación del actor brasileño Wagner Moura.

Y lo más increíble es que todo sucedió realmente. Espero que podamos ver en 2016 la segunda temporada que cierre la historia.

 

3- MR. ROBOT

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Mr. Robot ha sido la gran sorpresa de 2015. La serie creada por Sam Esmail gusta a los locos de la informática por su realismo y al público general porque dicho realismo no se convierte en una jerga sin sentido gracias a una historia ágil que sorprende con sus giros constantes. Incluso a pesar de que la temporada tiene algunos «homenajes» a argumentos vistos en algunas películas clásicas, no te dan sensación de copia descarada, sino que consigue crear una historia con vida propia.

El hacker Elliot Alderson, increiblemente interpretado por Rami Malek, es uno de los personajes más carismáticos del año, y con el gran giro del final de temporada estoy deseando ver hacia donde se dirige su destino.

 

1- DAREDEVIL

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La serie de Daredevil de la cadena online Netflix, basada en el personaje clásico de Marvel Comics, ha sido una revolución que ha roto todos los tópicos que a menudo se le achacan a las películas o series de T.V. basadas en personajes de comic: Historias infantiles solo para un público infantil/juvenil, demasiado humor y falta de atractivo para un público «adulto».

Todos esos clichés saltaron por los aires cuando Netflix estrenó a la vez los 13 episodios de esta increíble primera temporada. Una historia oscura anclada al mundo real (más o menos, claro!), con personajes carismáticos con múltiples facetas que comenten actos terribles y la vez son capaces de amar y ser amados. Charlie Cox como Matt Murdock / Daredevil, Vincent D´Onofrio como Wilson Fisk / Kingpin, Deborah Ann Woll com Karen Page y Elden Henson com «Foggy» Nelson trasmiten un increíble carisma y una verdad interior que ha elevado esta serie de televisión al podium de mejores traslaciones de historias de comic a la pantalla de Marvel Studios, junto a Vengadores 1 y AoU y Capitán América: Soldado de Invierno.

Además, la serie cuenta con unas escenas de acción alucinantes rodadas con un nivel de calidad que no se ve en muchas películas de Hollywood y con un nivel de brutalidad que no se había visto hasta ahora en televisión. Y son peleas con consecuencias reales. Cuando un personaje es herido, no se cura por arte de magia al episodio siguiente, si no que continúa renqueante durante días y semanas. Y muerto significa muerto.

Y todo eso en una serie que, además, ES EXTREMADAMENTE FIEL AL ESPÍRITU DEL COMIC Y SUS PERSONAJES.

Así que SI, sí se puede adaptar un tebeo a la pequeña pantalla sin tener que cambiarlo hasta hacerlo irreconocible. Si el tebeo y sus personajes ya están bien construidos, no es necesario «arreglar» nada, solo creer de verdad en sus posibilidades e ir a por ello. Concepto que el equipo de creadores de esta serie, entre los que se encuentran Drew Goddard como creador, Steven S. DeKnight como Showrunner y Jeph Loeb como productor de Marvel Studios entendieron desde el inicio. Y eso se nota.

Para mi corazón de fan de los comics, Daredevil es la mejor serie del año sin duda.

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Aunque esperad, que aún no he terminado:

 

1- FARGO

 

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Fargo también es para mi la mejor Serie del Año.

¿Qué? ¿Dos mejores series? Pues si, ¡qué pasa!!

Si Daredevil apela a mi yo fan lector de comics, Fargo lo hace a mi versión de espectador de buena televisión. Además, alucinar este año con la increíble primera temporada que incluso mejora la película de los Hermanos Coen, y comprobar como la segunda es aún mejor, no tiene precio.

Otro hecho que hace grande esta serie es contar historias autoconclusivas que aunque complementarias, pueden verse y disfrutarse independientemente. Me encanta Juego de Tronos, pero llevar 5 temporadas y saber que quedan 2 o 3 temporadas más para poder conocer el final de la historia es un poco una locura. Es decir, 2 o 3 años más. Por contra, Fargo cuenta en 10 episodios, unas 9 horas y media, una historia sobresaliente con personajes antológicos.

Fargo es un excelente ejemplo de gran televisión que va al grano y no te hace perder el tiempo. ¿Qué más se puede pedir?

 

¿Qué os han parecido estas series?

 

Han habido otras buenas series este pasado 2015 y algunas de ellas las fui reseñando a lo largo del año pasado, como House of Cards o Penny Dreadful, pero no pasaron el corte de calidad para estar en este artículo de «Lo mejor del año».

Y hay otras series que aún no acabé de ver y que reseñaré en las próximas semanas, pero que por lo visto hasta ahora tampoco mejoran a estas 5 series imprescindibles.

¡Seguimos conectados! Un abrazo para todos.