Cuando me esteré que Netflix había producido la nueva película de Sam Esmail, el creador de Mr. Robot, con un reparto top, su visionado era obligado. Dejar el mundo atrás tiene mucho que comentar.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
Las vacaciones de una familia dan un giro escalofriante cuando dos desconocidos se presentan en plena noche buscando refugio frente a un ciberataque que se va volviendo más y más aterrador. En esta situación, todos deberán asumir su papel en un mundo que se desmorona. (FILMAFFINITY)
Sam Esmail (Nueva Jersey, 1977) es un productor de cine y televisión, director y guionista estadounidense que dirige la productora Esmail Corp. Es conocido sobre todo por ser el creador, guionista y director de la galardonada serie de televisión Mr. Robot. Esmail escribe, dirigie y produce Dejar el mundo atrás, un thriller apocalíptico basado en la novela homónima de 2020 de Rumaan Alam. La película de 141 minutos de duración cuenta con fotografía de Tod Campbell, montaje de Lisa Lassek y música de Mac Quayle.
El reparto de la película es uno de sus principales reclamos. Julia Roberts es Amanda Sandford, Mahershala Ali interpreta a G.H. Scott, Ethan Hawke es Clay Sandford, marido de Amanda, mientras que Myha’la es Ruth Scott, la hija de G.H. Farrah Mackenzie y Charlie Evans son los hijos de Amada y Clay, Rose y Archie. Por último, Kevin Bacon interpreta a Danny, un vecino acaparador de comida y herramientas en caso de la llegada del fin del mundo.
La mejor escena de la película tiene lugar en los últimos 30 segundos de la película. Aunque el mundo parece que se va al garete, Rose, la hija pequeña de los Sandford, ha encontrado la última temporada de Friends en DVD y podrá ver como termina su serie favorita de todo el mundo mundial. Esta crítica del mundo actual en el que a la gente le da igual ver el mundo arder (o que su vecino se muera de hambre enfrente suyo) mientras tenga su entretenimiento disponible, me parece brillante. Además, el elemento metatextual de ver que esta crítica a la sociedad de consumo occidental se hace desde Netflix, una plataforma de streaming que literalmente inunda de contenidos (muchos de ellos basura) al espectador cada semana me parece bestial. Sólo por esto me ha resultado interesante ver la película.
Dejar el mundo atrás es un enorme ejercicio de estilo por parte de Sam Esmail, que plantea un thriller en el que están pasando cosas extrañas a los protagonistas y hasta casi el final no sabes el origen de todo. O al menos, lo que los protagonistas creen que ha causado la situación. La sensación que nuestro ordenado mundo actual está a dos malos pasos de colapsar, es otra de las ideas importantes de la película. Dejar el mundo atrás no es una película de terror y no hay jump-scares, pero si hay una tensión importante en cada una de las situaciones, acrecentada por el ritmo pausado, aunque interesante, con que Esmail va moviendo la cámara en las diferentes localizaciones.
Aunque hay varias situaciones impactantes y perturbadoras, como ver encallar al petrolero en la playa donde se encuentra la familia Sandford o la llegada de decenas de ciervos al jardín de la residencia de G.H. Scott, en realidad Esmail parece plantear un análisis y crítica de la sociedad americana actual a partir de las dos familias protagonistas. Y lo que nos muestra es desolador.
Una de esas frases hechas que siempre se dicen es «los niños son el futuro». Viendo lo que Esmail opina de la juventud de la película, no hay duda que la sociedad occidental se dirige hacia su extinción. En realidad los tres jóvenes más que personajes tridimensionales parecen arquetipos que personalizan la crítica que Esmail quiere hacer de nuestra sociedad. Rose es la niña pequeña de los Sandford y no tiene ningún interés en nada de la vida real, al estar enganchada a Friends, una ficción que no representa la realidad pero para ella sea lo más importante. Pero también es verdad que sobre sus padres la ignoran totalmente y su hermano mayor Archie la putea en lugar de intentar ayudarla o entenderla en una situación en la que es normal tener miedo. Archie es el típico adolescente gilipollas que sólo piensa en si mismo y no tiene ninguna empatía por nadie.
Más interesante es el personaje de Ruth, la hija universitaria de G.H., una joven afroamericana que crítica todo lo que le viene en gana sin ningún rubor ni educación, y que todo el rato proyecta sus propios defectos al que tiene delante, personalizados en los Sandford, a los que tilda de racistas, clasistas y otros calificativos similares. Un momento muy representativo de esto es cuando pregunta a Clay, que es profesor de Universidad, si se ha acostado con alguna estudiante, cosa que él niega tajantemente. Sin embargo, más adelante no duda de señalarle ante su padre como un acosador en potencia simplemente por sus prejuicios, dado que nada de lo que dicho o hecho apoya esta opinión. Ruth representa lo peor de la juventud actual, que no trabaja ni aparentemente estudia mientras «aclara qué quiere hacer con su vida» gracias a que sus padres son ricos y la mantienen, pero quiere hacer creer a los que están a su alrededor que sabe más de la vida que ellos, cuando es una niñata privilegiada. Oh, boy, si el futuro es este, sin duda estamos condenados.
Otro tema que me ha parecido super interesante de la película es que las dos mujeres son las desconfiadas, bordes y desagradables en medio de esta situación de tensión, mientras que los dos hombres adultos, Mahershala Ali como G.H. Scott y Ethan Hawke como Clay Sandford, son los que actúan de manera generosa intentando suavizar la tensión de la situación, confiando en los desconocidos que tienen delante. Julia Roberts interpretando a Amanda Sandford tiene un papel interesante, al ser una mujer borde, paranoica y que juega con el alcoholismo, y la aleja de los papeles de mujer fuerte y con cualidades positivas con los que se convirtió en una estrella de Hollywood. Los choques verbales de ella y la joven Ruth están muy bien, la ser dos mujeres alfa luchando por ser la líder del rebaño, por decirlo de alguna manera. Teniendo en cuenta el empuje de lo políticamente correcto y del feminismo militante en el entretenimiento mainstream americano, me ha resultado muy valiente por parte de Esmail al atreverse a hacer este retrato nada positivo ni favorecedor a las mujeres protagonistas de la historia. En un momento Amanda dice que odia a la gente, pero parece que en realidad se odia a si misma por ser una profesional de éxito pero haciendo un trabajo que no la gusta, y luego proyecta ese odio a los que tiene a su alrededor. Como digo, el repaso que hace a la sociedad americana s demoledor.
A pesar de los rasgos positivos que comentaba antes, Clay (Ethan Hawke) es un cobarde que no ayuda a una mujer hispana que está en la carretera. Un momento en el que más que machismo diría que busca transmitir cierto racismo, al no ayudar a esa mujer al hablar en castellano y no entenderla, mostrando de alguna manera el ¿miedo al diferente? Aunque de carácter amable, Clay se muestra como alguien poco resolutivo, aunque será gracias a él que el momento más tenso de la película entre G.H. y su vecino Danny (Kevin Bacon) no llegará a mayores.
G.H., el personaje interpretado por Mahershala Ali, personaliza muy bien el principal problema de la película. Y es que aunque Roberts, Hawke y Ali están super bien y cumplen lo que Esmail pedía a sus personajes. en realidad estos son arquetipos que ayudan a la crítica que está haciendo de la sociedad americana. En el caso de G.H., es el único personaje positivo puro que no actúa mal a lo largo de la película. Pero en realidad su función es la de ser el «chorro expositivo» que nos explica la realidad del mundo desde el punto de vista de las grandes fortunas y la gente poderosa.
Ante la posibilidad (o no) de estar a las puertas del fin del mundo, Esmail utiliza una anécdota de El Ala Oeaste de la Casa Blanca para explicar el negacionismo actual frente a todo. De nuevo, usando un elemento del entretenimiento mainstream para explicar aspectos del mundo real, como es el uso que hacer de Friends en la película. La anécdota es super chula, y podría aplicarse a casi cualquier cosa empezando con el cambio climático, y sería la forma culta de decir que el vaso está lleno y está empezando a desbordarse aplicado al destrozo que estamos realizando en la Naturaleza y en el medio natural. De igual manera, que se especule con un ataque de algún país a los Estados Unidos y no sepamos cual exactamente «porque hay un montón que querría ver a los Estados Unidos destruido» es también otra crítica a la política internacional de los USA de las últimas décadas, que casi les hace merecedor de lo que les va a pasar.
La película hace un buen uso de la tensión al no saber qué está pasando en realidad. La fotografía y el diseño de sonido me parece que están super bien. Estoy casi seguro que construyeron para la ocasión la casa donde tiene lugar el 80% de la película, de forma que crearon elementos móviles que permite movimientos de cámara maravillosos. A pesar de los 140 minutos de duración, la incertidumbre ante lo que está pasando consigue que no se haga larga en ningún momento, lo cual entiendo que es acierto de Esmail y su puesta en escena.
Sin embargo, la resolución es un porque sí total, demostrando que lo importante era la metáfora final y no tanto lo que les pase a los personajes o el misterio, aunque la historia sugiere que puedan tener un final feliz dadas las circunstancias. De hecho, la explicación de G.H. resulta anticlimática y bastante decepcionante. Y si pensamos en que nada de lo visto tiene un origen sobrenatural, muchos de los sucesos que hemos visto en realidad no tienen demasiado sentido. En todo caso, dado que la deconstrucción de la sociedad americana me ha resultado interesante y que vi la película en casa, no me sabe mal haberla visto, más bien al contrario.
Comparto el trailer de la película:
Como ejercicio de estilo, me ha gustado Dejar el mundo atrás. Pero su catálogo de lugares comunes me ha dejado bastante frío.
PUNTUACIÓN: 6.5/10
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