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Crítica de Malos tiempos en El Royale, de Drew Goddard

Malos tiempos en El Royale de Drew Goddard es un peliculón que ejemplifica lo que para mi es buen cine, y entra sin duda en mi Top-5 de mejores películas de 2018. Un tour-de-force narrativo y visual que lamento comprobar que está pasando inadvertida en la cartelera española.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Siete desconocidos, cada uno con un secreto, se reúnen en el hotel El Royale, en el lago Tahoe, frontera entre California y Nevada, un sitio ruinoso con un oscuro pasado. En el transcurso de una fatídica noche, todos tendrán una última oportunidad de redención… antes de que todo se vaya al infierno.

Drew Goddard (Houston, 1975) es un guionista sobre todo conocido por series de televisión como Buffy y su spin-off Angel de Josh Whedon, así como Alias y Perdidos con J.J. Abrams. Además, fue el creador de la serie Daredevil para Netflix, aunque tuvo que abandonar la producción para dirigir la película Los 6 Siniestros de Sony, que no llegó a filmarse debido a la debacle tras Amazing Spiderman 2. En el mundo cinematográfico, fue el escritor de las interesantes Cloverfield (Matt Reeves, 2008), World War Z (Marc Forster, 2013) y The Martian (Ridley Scott, 2015).

Como director, sorprendió con su excelente opera prima The cabin in the woods (2011). Escrita en colaboración de Josh Whedon, la película subvertía muchos de los tópicos de las películas de terror del subgénero slasher, incorporando con acierto altas dosis de humor negro y mala leche. La crítica alabó precisamente la forma en que incorporaba nuevos elementos a un género estancado en fórmulas repetitivas, a la vez que criticaba precisamente esos clichés. Sin embargo, la taquilla no funcionó como se merecía, algo que se puede explicar debido a que esta mezcla de elementos a separa del cine “convencional” y hacen que sea complicado venderla al público generalista.

En este sentido, debo decir que aunque Malos tiempos en El Royale es temáticamente completamente diferente a The cabin in the woods, sí se pueden apreciar muchos de los rasgos distintivos que Goddard ya transmitió en su primera película. Entre otros aspectos, estamos ante guión complejo que funciona como un puzzle cuyas piezas son mostradas de forma fragmentada. Además, aunque El Royale formalmente es un thriller, tiene momentos de humor salpicados con drama, y numerosas sorpresas y shocks durante todo el visionado.

Voy a intentar hacer esta crítica libre de spoilers, ya que considero que la película se disfruta muchísimo más cuanto menos cosas se conozcan. Lo mejor de la película es ir descubriendo los secretos de cada uno de los personajes, de forma en que nuestra percepción sobre ellos va cambiando a medida que avanzamos durante el visionado. Pero no solo los personajes tienen secretos, ya que el propio hotel es contiene un misterio que debe ser resuelto.

Debo decir que todo es reparto está brillante. Chris Hemsworth se sale en los pocos momentos en que está en pantalla, mostrando un carisma y una sexualidad arrolladora que se contagia desde el minuto uno. Además, Jeff Bridges hace un recital interpretativo con un personaje, el padre Flynn, que une dureza con fragilidad, y que como todos tiene algo que ocultar. Dakota Johnson y Jon Hamm también transmiten muchos sentimientos a sus personajes, igual que los jóvenes Cailee Spaeny y Lewis Pullman, que interpreta al conserje del hotel. Otro de los descubrimientos de la película es la actriz y cantante Cynthia Erivo, que realiza un despliegue vocal alucinante al cantar varias canciones “a capela”durante la película.

Malos tiempos en El Royale es una película de personajes complejos, pero además técnica y narrativamente es arrolladora. La película cuenta con una planificación extraordinaria que permite que una historia compleja acabe siendo un triunfo. Como buen puzzle, Goddard plantea varios saltos temporales que arojan luz sobre los personajes, y asistimos a varios hechos narrados desde el punto de vista de diferentes personajes. Corría el peligro de transformar el visionado en un desastre incoherente, pero sin embargo el resultado final es sobresaliente.

Si lo comparo con Jonathan Nolan, que también presenta historias complejas tipo puzzle, el principal problema de Nolam es que se centra tanto en la perfección del puzzle que se olvida de los personajes, transformando a personajes en engranajes dela maquinaria. Goddard sin embargo transmite todo eso pero además hace que cada personaje sea importante y quieras conocer más de él, lo que supone su mayor éxito desde un punto de vista narrativo de cara al espectador.

Otra comparación posible que se estoy leyendo sobre El Royale la compara con la obra de Tarantino debido a los afilados diálogos y el sangriento final. Sin embargo, mientras Tarantino en muchas ocasiones alarga diálogos en exceso para asombrar a su público y engordar su ego, son escenas que realmente no aportan nada vital a la historia principal. Goddard presenta unas escenas necesarias para conocer a los personajes, nada es gratuito. En este sentido, me ha parecido que ha realizado un guión muy equilibrado.

Además, la fotografía de Seamus McGarvey me ha parecido brutal, transmitiendo la personalidad que la historia de Goddard necesitaba, en contraste con otras películas que son visualmente muy bellas pero vacías de contenido o sentido.

Goddard plantea un ritmo pausado mientras va presentando a los diferentes personajes y sus habitaciones, tomándose su tiempo en desplegar los diferentes arcos. De esta forma, nos pilla completamente desprevenidos cuando nos golpea con los shocks que ha preparado para ir rompiendo los diferentes status-quo de la historia. En mi caso, hizo que en dos ocasiones pegara un salto de sorpresa en mi asiento.

No puedo hablar más sin caer en los spoilers, aunque debo decir que hay un montón de subtextos muy interesantes en todos los personajes, en el periodo histórico en el que sitúa la acción, en el hotel, e incluso en la propia experiencia del espectador que nos convertimos en voyeurs que espiamos las vidas de otras personas. Además, el guión juega a destrozar nuestras expectativas siempre de la mejor forma posible.

Si tengo que ponerle un pero, diría que es su duración de 140 minutos. En mi caso, me lo pasé genial durante todo el visionado, pero entiendo que hubiera podido contarse lo mismo con, quizá, 10 minutos menos. Aún entendiendo que no es tan sencillo quitar tanto sin alterar el ritmo narrativo. En todo caso, Goddard platea una película exigente al espectador, al que obliga a entrar en su “flow” para disfrutarla. Creo que un espectador que no haga esa conexión al principio de la película puede salir decepcionado, en especial por su lento arranque.

Comparto el trailer de la película:

Malos tiempos en El Royale es un películón que sin embargo no está encajando con los gustos del público mainstream, lo cual es una pena ya que se están perdiendo una de las mejores películas del año. Con personajes interesantes, una historia que engancha y tiene sentido, y contada con carisma y personalidad, reúne todas las cualidades de que yo busco en el buen cine.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Reseñas Express: Southern Bastards vol. 4, Letter 44 vol. 6 y Weavers

Este verano he aprovechado para disfrutar de un montón de lecturas. Como se me están acumulando voy a aprovechar el formato de reseñas express para hablar de tres interesantes series independientes americanas.

SOUTHERN BASTARDS Vol. 6, de Jason Aaron, Jason Latour y Chris Brunner

¿De qué va? Si Coach Boss controla Craw County es por una razón: Hace que el equipo de football del instituto gane partidos. Pero tras la peor derrota de su carrera, el entrenador debe poner toda la carne en el asador para seguir por delante de sus enemigos. Enemigos como Roberta Tubb, que ha venido a la ciudad con una ametralladora y algunas preguntas sobre cómo murió su padre. Este volumen recopila los números 15-20 de la serie regular.

Valoración: Los dos primeros tomos de Southern bastards son algunos de los mejores tebeos que he leído en mucho tiempo. Noir del bueno, duro, cruel y sin piedad. Sin embargo, el retraso en la publicación de las grapas que aparecen en tercer tomo, que buscaba ampliar el mundo de Crawl County mediante episodios centrados en diferentes personajes, hizo que perdiera un poco el hilo de la historia. De hecho, tuve que volver a leerme toda la serie antes de empezar este cuarto tomo para tener todas las piezas en su sitio.

La historia de este tomo sigue bien contada y se nota que hay un plan a largo plazo con los diferentes personajes. Y tampoco nada que decir del apartado artístico con Jason Aaron y Chris Brunner en el número de descanso de Latour.

El problema es que el final de este tomo pone las cartas sobre la mesa de lo que va realmente Southern Bastards. Esto no va de vencer a un mafioso de un pueblucho de mala muerte, sino de vencer al cáncer que consume el Sur. O al menos mostrarlo para que los lectores le reconozcamos. Y para ello Aaron comete una locura de guión imposible que rompe todo atisbo de «realismo» que la serie tenía hasta ese momento. Scalped rozó en varios momento la suspensión de credulidad con sus diferentes giros, pero siempre se movió en los terrenos de lo realista igual que series como The Shield o The Wire. Southern Bastards destroza esa barrera y se mete en terrenos imposibles e irreales, que van a provocar que aunque el tebeo pueda seguir estando muy bien, creo que no llegará a los niveles de Scalped. Y es una pena, porque Scalped es NOIR con mayúsculas, mientras que Southern Bastards ahora es solo un comic noir, no se si me explico.

De igual forma, la generadora de ese giro, Roberta Tubb no tiene una motivación lo suficientemente clara que justifique sus acciones, o al menos eso me pareció, provocando que el giro pase porque si. A no ser que Aaron tenga planeado hacerle un «Cuervo Rojo» al Entrenador Boss para compensar,  no entiendo el giro. E incluso siendo así, creo que este giro está mal ejecutado y podría haberse hecho de otra forma mejor para evitar la locura.

En todo caso, seguiré leyendo esta serie a ver a donde nos llevan Aaron y Latour.

Puntuación:  6.5/10

 

LETTER 44 Vol. 6, de Charles Soule y Alberto Alburquerque

¿De qué va? La tierra será destruida. Stephen Blades, 45° Presidente de los Estados Unidos, lo sabe y sabe que no habrá forma de detenerlo. Él sabe que la tripulación del Clarke probablemente murió y las 666 personas que se suponía que iban a salvarse ahora no tienen ninguna posibilidad. El hombre más poderoso del planeta no puede protegerlo de su destino. Pero él no se dará por vencido. En esta emocionante conclusión de la serie premiada y aclamada por la crítica, el planeta está condenado. Pero, ¿acabará también con la humanidad?

Valoración: El último tomo de Letter 44 me ha parecido un final perfecto a la historia, sacando el optimismo que se vivió al comienzo de la era espacial incluso ante un apocalipsis que parece inevitable. E incluso Soule se «atreve» a regalarnos uno de los mejores comics de los últimos años reflexionando sobre la función del escritor como creador de historias que busca convertirse en inmortal a través de su obra. Un gran tebeo que fue totalmente inesperado, lo que hizo que su lectura fuera aún mejor.

En el apartado artístico, Alberto Alburquerque ha sido un correcto narrador de esta historia espacial. Su aportación a la obra no me ha enamorado, aunque al final lo asumes como artista. Sin embargo, no se si por el cansancio o los plazos de entrega, algunos números de este tomo me pareció que tienen un dibujo aún más apresurado y embarullado de lo habitual.

En todo caso, Letter 44 es una de las series más redondas de los últimos años, imprescindible para todos los amantes de la ciencia ficción espacial.

Puntuación:  7.5/10

 

Weavers, de Simon Spurrier y Dylan Burnett

¿De qué va? Tras un ataque a una cafetería relacionado con una guerra de bandas, Sid Thyme se convierte en la nueva  incorporación de los Weavers, la brutal familia criminal que domina la costa este. Los miembros de este sindicato están obligados a ser leales al kingpin local debido al contacto con unas arañas sobrenaturales que otorgan poderosas y grotescas habilidades pero que controlan su consciencia. Una vez que se da cuenta de lo que es capaz de hacer, Sid busca descubrir la verdad detrás del misterioso ataque al bar. Pero no tiene mucho tiempo: cuanto más tiempo tenga la araña dentro de él, más leal se hará Sid con los tejedores y más difícil será escapar de su red de violencia y crimen.

Valoración: Simon Spurrier me parece uno de los mejores escritores británicos del panorama comiquero. Sabe siempre contar historias con un toque familiar a las que siempre añade un toque que aporta personalidad y que hace que sus comics no parezcan copias de otras historias. Weavers es un noir sobrenatural que recuerda a Infiltrados de Scorsese o la los típicas historias de investigación  detectivesca que buscan resolver un misterio. Todo ello con toques de terror y giros impredecibles marca de la casa M. Night Shamyalan. Y sin embargo, tocando tantos palos diferentes, Spurrier consigue que su historia funcione.

Lo menos bueno de esta historia es el apartado artístico a cargo de Dylan Burnett. Estamos ante un artista de estilo feista cuya calidad es la esperable en un comic de Boom, es decir, por debajo de lo que estamos acostumbrados en Marvel, DC o Image. Burnett hace un trabajo solo correcto que mejora a medida que tu ojo se acostumbra a su estilo. Esto es una pena, porque alucino pensando los comics que hubieran podido salir en caso que Spurrier pudiera colaborar con los artistas super-estrella con los que trabaja, por ejemplo, Mark Millar.

En todo caso, Weaver globalmente es una buena lectura que puede agradar a los fans del noir y de las historias sobrenaturales.

Puntuación:  7/10

Crítica de Banshee Temporada 2 (HBO)

La segunda temporada de Banshee, serie de Miramax disponible en HBO España, no ha sido tan buena como la primera pero nos ha dejado un montón de momentazos con nuestros carismáticos y rotos protagonistas.

PUNTUACIÓN: 7/10

Banshee es una drama criminal que sigue los pasos de un ex convicto que asume la identidad de Sheriff Lucas Hood (Antony Starr) en la pequeña y apartada ciudad de Banshee, en Pensilvania. La segunda temporada comienza con la llegada de un agente especial del FBI (Zeljko Ivanek) que abre una investigación sobre el tiroteo entre Hood y el zar de la mafia de Nueva York Rabbit (Ben Cross), a quien Hood traicionó y por lo que cumplió 15 años de cárcel, y que vimos al final de la primera temporada.

La ex compañera de crimen de Hood, Carrie (Ivana Milicevic), trata de arreglar las cosas con su esposo Gordon (Rus Blackwell), que es el fiscal del distrito de la localidad, y con su hija, Deva (Ryann Shane).

Y mientras todo esto sucede, un horrible asesinato desencadena problemas entre la comunidad Amish y la tribu Kinaho, y durante la investigación, Lucas y sus ayudantes se enfrentarán a una banda rebelde de motociclistas Kinaho. Este hecho, unido a la guerra abierta entre el jefe del crimen local, Kai Proctor (Ulrich Thomsen) y el nuevo jefe de los Kinaho, Alex Longshadow (Anthony Ruivivar), crea un polvorín que amenaza con estallar.

Banshee ha sido desarrollada por el creador de True Blood Alan Ball siendo creación de Jonathan Tropper y David Schickler. Ball, Tropper y Schickler también son productores ejecutivos junto con Peter Macdissi y Greg Yaitanes.

Si voy directo al grano, esta segunda temporada me ha gustado un poco menos que la primera, aunque considero que estamos ante un fenomenal entretenimiento que sabe a lo que juega. Banshee triunfa gracias a sus carismáticos protagonistas, el sheriff Lucas Hood, su ex-amante Carrie o el jefe del crimen local Kai Proctor, que son personajes rotos a los que la vida ha golpeado fuerte y que no se dejan doblegar. Me encanta la complejidad de todos ellos y como pueden realizar actos heroicos y criminales casi a la vez. No siendo personaje «buenos», sí que tienen su propio sentido de lo que es correcto y lo que no, y lo defienden hasta las últimas consecuencias.

Pero no son solo los protagonistas, todo el reparto es importante y cuenta con matices chulos durante esta temporada. En el lado policial, los agentes de Banshee Siobhan Kelly (Trieste Kelly Dunn) es una dura agente que sufrió malos tratos por parte de su antiguo novio, Emmett Yawners (Demetrius Grosse) un agente afroamericano que aguanta estoicamente el racismo del condado, o el agente Brock Lotus, (Matthew Joseph Servitto ), agente que quiere ser Sheriff a toda costa aunque tenga reconocer que a veces Hood consigue resultados que no serían posibles por métodos convencionales.

Fuera de las fuerzas del orden, la sobrica de Proctor, Rebecca Bowman (Lili Simmons) que encuentra en su tío la única persona que la ayuda cuando es expulsada de su hogar amish, o Jason Hood (Harrison Thomas) el hijo del verdadero Hood que llega al pueblo, son otros de los personajes que son oro puro desde un punto de vista narrativo.

Narrativamente, la temporada no me ha parecido tan compacta como la primera. Hay una subtrama relativa a Rabbit, el jefe de la mafia rusa de Nueva York, que no aporta casi nada a lo ya visto y que parece ser un añadido que evita que disfrutemos de lo bueno, que son los problemas que existen en Banshee entre el sheriff y Proctor, y entre él y los Kinaho de Alex Longshadow.

Hecha esta matización de lo menos bueno de estos episodios, la verdad es que en el aspecto dramático y de la evolución de los personajes, la serie vuelve a triunfar. El quinto episodio, en el que Hood recoge a Carrie después de un tiempo fuera del pueblo y contraponen lo que ambos querrían hacer, abrazar y besar a su amado/a, con una realidad en la que saben que no pueden estar juntos, me ha parecido un triunfo total.

En ese aspecto, hay un montón de momentazos de todos los personajes, como cuando Hood recuerda lo que fue entrar en prisión o conocemos al ex-novio de la agente Kelly que la maltrataba. El guión sabe construir buenos personajes que están muy alejados del ideal de héroe, pero que mola ver como intentar mejorar enfrentándose a sus problemas.

Banshee no engaña. En todos los episodios tenemos una o varias escenas de acción y al menos una de sexo, los espectadores sabemos a qué atenernos. Sin embargo, la violencia en esta temporada no va in-crescendo como en la primera temporada, sino que tiene unos estallidos brutales que me impactaron. En este sentido, me ha parecido que los guiones de esta temporada ha sido más crueles con varios personajes, de forma en que parece querer mostrar que no se puede ser buena persona en Banshee, al final el mal acaba por encontrarte y te machaca. Hay de hecho dos personajes cuyo final me pareció que tuvieron un final super inmerecidos. Probablemente por eso impacten tanto.

En este aspecto, el que evite dar finales felices tan trillados en la ficción americana, creo que es otro de los aciertos de esta segunda temporada. Por no hablar de que nos deja a las puertas de una guerra de bandas que puede ser un baño de sangre.

Lo mejor de cualquier serie de televisión es que te deje con ganas de más, y en eso Banshee vuelve a ser un triunfo total, no veo el momento de empezar a ver la tercera temporada. Comparto el trailer de esta segunda temporada, que te invito a que veas:

La segunda temporada de Banshee no es tan potente como la primera, pero sigue siendo una excelente entretenimiento para los que buscamos historias complejas protagonizadas por personajes con matices que viven en mundo grises alejados del blanco y el negro.

PUNTUACIÓN: 7/10

Ghost Story – una historia de la crónicas de Dresden, de Jim Butcher.

Ghost Story es la 13ª novela de las Crónicas de Dresden, obra de Jim Butcher, y además de ser una entretenida historia consigue dar una vuelta de tuerca más al mundo sobrenatural de Chicago.

PUNTUACIÓN: 8/10

Alguien ha disparado a Harry Dresden. Pero la muerte no significa que pueda descansar, ya que aún tiene un último trabajo que realizar. Atrapado entre la vida y muerte, descubre que sus amigos corren un grave peligro y solo descubriendo a su asesino podrá salvarles y pasar a la siguiente etapa de su camino.

Jim Butcher consigue rizar el rizo con Ghost Story y ofrecer un nuevo giro para que la historia de Harry Dresden siga siendo sorprendente y los lectores no podamos dejar de leer. No se trata solo de conocer al asesino, sino más importante, una lección sobre las consecuencias de nuestros actos. Harry provocó con sus acciones en Changes, la anterior novela, un verdadero terremoto en el mundo sobrenatural cuyas repercusiones están pagando sus amigos. El viejo dicho de «el camino al infierno está plagado de buenas intenciones» sería perfecto para esta situación.

Además, me ha resultado super interesante ver Chicago desde el punto de vista del mundo espiritual, de forma que Harry descubre un mundo que no podía ni imaginarse.

Además de Ghost story, he leído en las últimas semanas Side job, libro que recoge varias historias cortas escritas por Jim Butcher, y que habían sido escritas para varias antologías  o que se publicaron online. El principal interés reside en «Aftermath», historia protagonizada por Karrin Murphy que tiene lugar justo al final de Changes y que serviría de prólogo de Ghost Story. El resto de historias sirven para pasar un reto entretenido descubriendo pequeñas aventuras de Harry en diferentes momentos de su vida. De hecho, las historias están colocadas cronológicamente, y te indican antes de empezar entre qué novelas estaría situada cada historia. En todo caso, Side Jobs es una antología destinada claramente a los que ya somos fans de este personaje, entretenida pero menor.

Changes parecía ser LA novela de la saga de Harry Dresden. Ghost Story consigue que no solo sigamos interesados y entretenidos, sino que además parezca que lo mejor aún está por llegar. Jim Butcher se mantiene como uno de los mejores escritores de género fantástico de la actualidad. Y ahora, ¡¡vamos a por Cold Days, la 14ª novela de la serie!!

PUNTUACIÓN: 8/10

Kill or be killed, de Ed Brubaker y Sean Phillips

El final del segundo arco de Kill or be killed me ha parecido el momento perfecto para recomendar esta interesante obra de Ed Brubaker y Sean Phillips, con colores de Elizabeth Breitweiser, editada en los USA por la editorial Image.

PUNTUACIÓN: 8/10

Kill or be killed es la historia de Dylan, un joven estudiante que de la noche a la mañana se ve forzado a asesinar a gente malvada, lo que le llevará a una espiral de violencia mientras se adentra en el mundo criminal de Nueva York. Dylan tendrá que ocultar su doble vida a sus seres queridos mientras intenta escapar de la policía, la mafia rusa y sus propios demonios internos.

A priori, esta sinopsis libre de spoilers no difiere demasiado de muchas historias que hemos visto en cine o en los comics. Pero la historia de Ed Brubaker nos presenta una interesante premisa con un giro totalmente inesperado que hace que esto no sea una mala copia de Punisher.

Brubaker hace una interesante crónica de lo que significaría que un vigilante existiera en la vida real, pero además, al ser el propio Dylan el narrador de su historia a modo de flashback, consigue sorprendernos constantemente. Y es que a medida que leemos nos va asaltando una duda fundamental para entender la profundidad de la historia. ¿Todo lo que nos cuenta Dylan es real, o su mente desequilibrada se lo está inventando?

Lo mejor de este comic es el giro de la historia y la capacidad de Brubaker de sorprendernos número a número. Aunque la voz en off del narrador y la calidad artística del dibujante Sean Phillips y la colorista Elizabeth Breitweiser ya son sobradamente conocidos, la historia engancha porque no parece un refrito de algo leído mil veces antes. Brubaker sale llevarnos por el límite entre lo conocido y lo novedoso con la pericia de un maestro.

Quizá lo único malo que se me ocurre es que tras 10 números publicados, que forman los dos primeros arcos, siguen habiendo más preguntas que respuestas. Aunque por el tipo de narración, estoy tranquilo sabiendo que Brubaker sabrá llevar esta historia a buen puerto, con un final más que satisfactorio. Que probablemente no sea feliz para el protagonista.

Comparto las primeras páginas del primer número, donde podemos disfrutar del excelente duo artístico formado por Sean Phillips y Elizabeth Breitweiser.

Aunque Kill or be killed podría parecer otra historia típica del género noir, Brubaker, Phillips y Breitweiser la están llevando por caminos novedosos que exploran las obsesiones de un vigilante urbano y las líneas que separar realidad y ficción. Una obra super recomendable.

PUNTUACIÓN: 8/10

Fuente previews: CBR