Los Increíbles 2 es la película del verano, una película super entretenida para los más pequeños que toca temas sociales muy interesantes para los padres y que sirve para que reflexionemos sobre como es nuestra sociedad. Por esto, el podcast de Twist Comics ha necesitado dos podcasts a hablar sobre la película desde todos los puntos de vista posibles.
A continuación comparto el link al primer audio en el que Fernando Verniere de Twist Comics y yo hablamos largo y tendido sobre la película:
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Los Increíbles 2 demuestra que Pixar sigue en plena forma, y nos deja con ganas de disfrutar de nuevas aventuras de la familia Parr. Esperemos que no tengamos que esperar otros 14 años para verla.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido la película? No lo dudes y danos tu opinión en la sección de comentarios.
Los Increibles 2 es el nuevo triunfo de Disney / Pixar. La película dirigida por Brad Bird nos llega 14 años después del estreno de la primera parte y es una delicia que encantará a los más pequeños mientras presenta temas complejos que dan que pensar a los mayores.
Puntuación: 8.5/10
Los increíbles 2 comienzan justo donde lo dejó la primera parte. En esta continuación, Helen tiene que liderar una campaña para que los superhéroes dejen de ser ilegales ayudado por el filántropo Winston Deavor y su hermana Evelyn, mientras Bob vive su vida «normal» cuidando a Violeta, Dash y el bebé Jack-Jack —cuyos superpoderes descubriremos—. Su misión se va verá amenazada cuando aparece un nuevo villano con un brillante plan que lo amenaza todo, el Rapta-pantallas. Pero los Parr no se amedrentarán y menos teniendo a Frozone de su parte.
Brad Bird ha tardado 14 años en volver al mundo retro-futurista de los Increíbles porque buscaba tener la historia correcta que contar. Y la verdad es que la espera ha merecido la pena, ofreciéndonos un espectáculo visual de primer orden que a la vez toca temas sociales de rabiosa actualidad, como es el machismo y el liberarse de clichés pre-establecidos, entendiendo que todas las labores son importantes para que la familia, y en general la sociedad, funcionen.
Ante todo, los Increíbles 2 es una película excelente con una animación alucinante y un humor descacharrante que hizo que todo el cine, niños y mayores, nos partiéramos de risa en numerosas ocasiones.
La parte superheroica deja en mal lugar al 90% de las películas de superhéroes de imagen real. La acción protagonizada por Elasti-Girl y el resto de la familia incluye usos alucinantes de los poderes de Helen, con una fluidez narrativa y una potencia en las imágenes alucinante. Pero no es sólo ella, ya que los diferentes héroes usan sus poderes con una imaginación que deja en mal lugar a directores como Brian Singer, Zack Snyder o David Ayer, por poner algunos ejemplos que me vienen a la cabeza. No es un tema de presupuesto, es de imaginación y de querer mostrar cosas diferentes. Bird se nota que lo intenta y triunfa, otros se conforman con ofrecer más de lo mismo y así les fue. O así nos fue a los espectadores.
Los 14 años transcurridos entre películas se notan en la mejora de la animación. No son sólo los personajes y como se mueven, los fondos son alucinantes, al igual que la iluminación de las diferentes escenas. Hay una en concreto en la que Elasti-Girl realiza una misión nocturna de infiltración, en la que hay una tensión impropia de una película para todos los públicos, y en la pelea posterior realmente sufres por los golpes que recibe y llegas a temer que pueda ser herida. Todo esto se consigue si eres un buen narrador, y sin duda Brad Bird lo es.
Pero además, la película es una comedia excelente. Bob / Mr. Increíble tiene que quedarse en casa cuidando a los niños mientras Helen se va de aventuras, lo que provoca situaciones hilarantes. Mediante la exageración, nos reímos mientras vemos como Bob se ve superado por las exigencias de la familia, descubriendo que no solo es importante salir a trabajar fuera, sino que quedarse en casa a cuidar de la familia también es importante. Con el añadido de que el descubrimiento de los poderes de Jack Jack crea momentos antológicos, en especial con la lucha del bebé contra un mapache que escarba en el cubo de la basura.
Los increibles 2 une acción y comedia de forma excelente, y solo esto ya la convierte en un perfecto entretenimiento para toda la familia. Pero es que si a esto le unimos el subtexto y los temas adultos que trata, estamos ante una película mucho mejor que la gran mayoría de estrenos.
Siempre he dicho que una película para todos los públicos no tiene por qué ser tonta o «simple», y puede tratar temas adultos con elegancia y buen gusto mucho mejor que otras película «cultas / serias», que en muchas ocasiones tocan estos mismos temas mediante panfletos infumables de moralina impresentable. Los Increíbles 2 ofrece mensajes positivos para nuestra sociedad que considero que son muy importantes, y más estrenándose en el momento en el que lo ha hecho.
A partir de aquí voy a comentar temas relacionados al argumento y los temas que se tratan en la película que SON SPOILERS. Te recomiendo que dejes de leer ahora mismo y vayas a verla película en la pantalla más grande posible, y vuelvas luego a terminar de leer esta reseña.
En esencia, podría decirse que Los Increíbles 2 es la misma película que la primera cambiando los roles, al ser Helen la que sale a vivir aventuras mientras Bob se queda en casa. Esto es cierto, pero al hacerlo Brad Bird muestra el machismo implícito que existe en nuestra sociedad. Y es que Bob, como buen arquetipo de hombre de los 50/60 pero que sería trasladable a la actualidad, no cree que Helen pueda hacer el trabajo tan bien como lo podría hacer él, algo que la película demuestra que es falso, ofreciendo el mensaje positivo de que la mujer es igual de capaz (o más) que el hombre.
En todo caso, el arco de Bob en su inicio es una caricatura exagerada para amplificar los elementos humorísticos de la película, como sus ojeras al no poder dormir, sus enfados al no entender los deberes de Dash, su incapacidad en hablar con Violeta o la forma en afrontar los nuevos poderes de Jack-Jack. Personalmente, veo positivo como evoluciona, apoyando a Helen aunque querría ser él el que viviera las aventuras, y como aprende a cuidar a sus hijos y a sacar adelante la familia, entendiendo que lo que hacía su mujer en casa era igual de importante que vivir aventuras, y que su mujer puede perfectamente desarrollar su función de heroina por méritos propios.
La película telegrafía la identidad del villano, Evelyn Deavor, la hermana de Winston, el mecenas de los super-heroes. Evelyn es la mente creativa en la que se apoya el éxito de su empresa familiar, que es dirigida por su hermano, un carismático «vendedor», y culpa a los héroes de la muerte de sus padres cuando ellos eran niños. Como Rompe-pantallas, utiliza la tecnología para hipnotizar a la gente para que hagan su voluntad.
Es en sus motivos donde hay «chicha» que rascar. Como Rompe-pantallas acusa a los héroes de adormilar a la sociedad, ya que si se espera que venga un héroe a salvarles y a solucionarles los problemas, nunca evolucionarán o buscarán las respuestas por si mismos. Este elemento me gustó y me recordó a nuestra sociedad actual que parece empeñada en alzar a líderes carismáticos populistas que prometen solucionar todos nuestros problemas.
Este elemento me parece interesante como elemento de reflexión, pero no estoy de acuerdo con él, ya que transmite un elemento cínico hacia el heroismo y a hacer lo correcto. Y me gusta mucho que la película ponga en valor la valentía de los héroes que hacen lo correcto sólo porque quieren ayudar a sus semejantes de forma altruista, sin buscar un beneficio económico. Y como las sociedades serían mejores si más gente actuará igual.
Pero además, hay un diálogo clave en la película entre Evelyn y Helen Parr antes que ella la descubra, en la que hablan de qué es más importante, si la mente creativa (aplicado a ella, Evelyn), o el vendedor que solo tiene carisma y convence a la gente de consumir. Evelyn obviamente cree que su papel es el más importante de los dos, pero Helen la rebate ese argumento con otro mejor. TODOS SOMOS IMPORTANTES. Y cada uno debemos desarrollar nuestras propias habilidades, no debemos cambiar porque alguien te diga que algo es más apropiado. Si eres buen vendedor, debes desarrollar tus habilidades de vendedor, igual que si eres creativa. Pero uno sin el otro no funciona, de forma que por muchos inventos que haga Evelyn, si no se muestran a la sociedad, nadie sabría que existen. Y no se debe forzar a un creativo a ser vendedor ni viceversa, sino ayudarles a que alcancen todo su potencial.
De hecho, ante la obsesión actual de normalizar todo y que todos seamos iguales, actuemos igual y realicemos los mismos roles, el mensaje clarísimo de la película es que tan importante es el que sale a trabajar como el que se queda en casa cuidando a los niños, independientemente del género de cada uno. Y que para que las familias y las sociedades avancen, deben realizarse ambas funciones y tienen la misma importancia, y nadie está por encima de nadie por realizar una o la otra.
Habría otro comentario sobre que la villana y la heroína principal de la película sean ambas mujeres con filosofías vitales completamente diferentes que no se si implica una crítica velada hacia algunos extremismo de la sociedad actual. El feminismo por definición es «el principio de lucha por conseguir la igualdad de derechos de hombres y mujeres». Atendiendo a esa definición, creo que todos sin excepción deberiamos ser feministas y promover la igualdad real. Sin embargo, en la actualidad hay movimientos (reducidos pero vociferantes) que ven al hombre como enemigo de la mujer y que creen que las mujeres son mejores, algo muy alejado de los principios del feminismo original.
Y pensando en esto, creo que el personaje de Evelyn, una mujer más inteligente que su hermano pero que vive frustrada en un segundo plano mientras que él disfruta del éxito construido con sus invenciones, entraría dentro de esta categoría. En lugar de vivir y disfrutar la vida, se obsesiona con el pasado e intenta destruir a los super-héroes creyendo que son los causantes de todos sus males. Para algunos, esto puede ser una metáfora de una sociedad que oprime a las mujeres, en la realidad son sus propios traumas lo que impiden su éxito, siendo ella misma su peor enemiga.
Si tengo que decir algo negativo de la película, diría que aunque la película es excelente, globalmente diría que es inferior a la original. La original trataba de la crisis de los 40 de un padre de familia y tenía un arco interesante para todos los miembros de la familia Parr. Aunque esta continuación toca el tema del machismo entre otros, me parece que está cortada en dos, la parte super heroica de ElastiGirl, que es alucinante, y la parte de Mr. Increíble como amo de casa que es 100% comedia con gags buenísimos. Ambas partes están bien equilibradas, pero no evitó que tuviera la sensación de no estar tan bien unidas como lo estaba todo en la primera parte. Además, diría que el personaje de Dash es esta segunda parte no tiene demasiada evolución más allá de los momentos de humor. En todo caso, estamos hablado de matices dentro de una película notable que me ha encantado muchísimo.
Comparto el trailer de la película:
Los increíbles 2 es un gran entretenimiento que debes ver en la pantalla más grande que puedas. Una película con una animación alucinante que trata temas adultos como sólo Pixar podía conseguir. Totalmente recomendada.
Los Últimos Jedis es la octava parte de la saga de Star Wars. Una película escrita y dirigida por Rian Johnson (Brick, Looper), que tenia la obligación de hacer avanzar la historia de la nueva generación, tras la decepción del remake encubierto que J.J. Abrams realizó en El despertar de la Fuerza. Y me temo que aunque las intenciones de Johnson iban en la buena dirección, una mala ejecución de las mismas convierte a la película en una gran decepción.
PUNTUACIÓN: 5/10
El argumento de Los Últimos Jedis según Filmaffinity nos cuenta como la malvada Primera Orden se ha vuelto más poderosa y tiene contra las cuerdas a la Resistencia, liderada por la General Leia Organa (Carrie Fisher). El piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) encabeza una misión para facilitar la retirada rebelde. Mientras tanto, la joven Rey (Daisy Ridley) tendrá que definir su futuro y su vocación, y el viejo jedi Luke Skywalker (Mark Hamill) revaluar el significado de su vida.
Mientras, tras su enfrentamiento con Rey, Kylo Ren (Adam Driver) se debate entre unos sentimientos encontrados, y Finn (John Boyega) y su nueva aliada Rose (Kelly Marie Tran) se dirigen a una misión crucial para conseguir la supervivencia de la Resistencia.
Estoy seguro que todos habeis sentido cuando una película se convierte en un PELICULÓN, ¿verdad? Nada más termina la película y empiezan los títulos de crédito, estás en la butaca del cine con la boca abierta analizando lo que has visto, sentido y disfrutado. Es entonces cuando el concepto de la MAGIA del cine cobra todo su significado. Este año 2017, diría que lo he sentido tras ver películas tan diferentes como La La Land, Blade Runner 2049, Mother! o incluso con Guardianes de la Galaxia Vol. 2.
Lamento decir que esa magia no se produjo tras ver Los Últimos Jedis, más bien al contrario. Sentí una confusión creciente y la triste realidad de que la película, a pesar de un sobresaliente factura técnica, tenía un montón de problemas en su guión y desarrollo que impidieron que la disfrutara como lo hubiera deseado.
Si soy un adicto al cine y a la ciencia ficción en general es gracias a Star Wars. Por ello, cuando empecé este blog hace ya más de cuatro años, el primer post fue para resaltar mi amor por Star Wars. Luke, Han, Leia, Chewbacca, unidos a Indiana Jones, fueron los grandes protagonistas de mi infancia.
Tras el final de la trilogía clásica en 1983, la publicación de una excelente serie de novelas y comics, conocidas posteriormente como el Universo Expandido, ampliaron el universo de Star Wars tras el Retorno del Jedi, y mantuvieron vivo mi amor por este maravilloso universo.
Tras la compra de Lucasfilm por parte de Disney, se decidió que para las nuevas películas no se iba a tener en cuenta la cronología establecida por estas novelas, para dar libertad a los creadores para desarrollar nuevos conceptos que conectaran con las nuevas generaciones. Y lo cierto es que aunque me dolió descubrir que nunca veríamos en imagen real a Mara Jade, o Jacen y Jaina Solo, a priori era una decisión correcta desde un punto de vista cinematográfico. Decisión que vista en perspectiva posiblemente fue el comienzo de algunos problemas que aquejan a esta nueva trilogía, de los que hablaré más adelante.
Empezando por los aspectos positivos de Los Últimos Jedis, tengo que decir que el director Rian Johnson, que también escribió el guión, ha sido muy valiente y ha entendido que la franquicia galáctica necesitaba una (r)evolución que la hiciera avanzar por nuevos caminos. Por un lado, aparte de la necesidad de que los personajes clásicos dieran paso definitivamente a los nuevos personajes, me parece perfecto su intención de ampliar el foco del universo de Star Wars para que deje de ser la historia de la familia Skywalker. En un universo infinito, que llevemos 8 películas centrados en ellos era limitar claramente las historias que se podían contar.
Esto ya se vio el año pasado con la entretenida Rogue One. Pero aunque los personajes eran completamente nuevos, no era un historia 100% original, ya que el guión bebía de la Star Wars original, al contar la historia de cómo los rebeldes se hicieron con los planos de la primera Estrella de la Muerte. El éxito de esta película indicó que el público sí quiere y acepta con naturalidad nuevas historias dentro de este universo.
Además, Rian Johnson nos ofrece un guión muy autoconsciente de algunos problemas de la franquicia que mucha gente señaló después del estreno de El despertar de la fuerza. J.J. Abrams nos castigó con un reboot encubierto en el que aunque presentaba a nuevos personajes llenos de carisma, se limitaba a repetir esquemas y situaciones ya vistas en la película original, lo que eliminó cualquier posibilidad de sorpresa y emoción. De hecho, Johnson elimina de un plumazo algunos elementos presentados por Abrams que no tenían demasiado sentido para empezar, lo que además del shock-value durante el visionado es algo que valoro positivamente.
El guión de Johnson está orientado a romper todas las expectativas que el público pudiera tener, al ser ésta la octava película de una gran saga, y la segunda parte de la tercera trilogía. A partir de la estructura básica de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi, Johnson se dedica a darle la vuelta a todas las situaciones de estas dos películas, lo que inicialmente sorprende y abre un montón de posibilidades para el Episodio IX, que se estrenará en 2020. Volveré a este punto más adelante, ya que aunque es algo positivo desde cierto punto de vista, también es el centro de los aspectos negativos sobre los que comentaré más adelante.
Me han gustado también otros elementos del guión como han sido la «democratización» de la Fuerza, en el sentido que si la fuerza está en todos nosotros, no es necesario ser un Jedi para sentir esta energía. Esto elimina la tontería de los Midiclorianos del Episodio I, y abre nuevas posibilidades narrativas. Además, pone de relevancia la incongruencia de los Jedis, empezando por Joda, que se creían el no va más pero no supieron ver la corrupción que nacía en su propio seno y que sirvió para aupar al Emperador Palpatine al poder.
Por otro lado, desde un punto de vista técnico, Los Últimos Jedis es por supuesto una película de una calidad altísima. La fotografía de Steve Yedlin nos brinda varios momentazos desde el punto de vista visual. La música de John Williams como siempre cumple con nota. También excelentes son el diseño de producción con unos sets y localizaciones reales, que dan un plus visual a la película.
A esto hay que añadir unas buenas interpretaciones de todo el reparto. Sobre todos ellos destacan unos sobresalientes Mark Hamill como Luke Skywalker y Adam Driver como Kylo Ren, cuyos matices confirman que estamos antes uno de los grandes personajes de esta trilogía. Kylo no duda en considerarse a si mismo un monstruo, pero está convencido que hace lo correcto para romper con el pasado y construir el futuro. Y que no duda en destruir el pasado si hace falta, toda una metáfora del trabajo de Rian Johnson.
Daisy Ridley con Rey, Oscar Isaac como Poe Dameron y la trístemente fallecida Carrie Fisher como Leia Organa realizan también buenas actuaciones. Al que vi más flojo es a John Boyega como Finn, pero no creo que sea culpa suya, sino de un guión que le convierte en relleno cómico y no le da realmente momento para lucirse. Leo también mucho odio en la red hacia el nuevo personaje Rose (interpretada por la actriz americana de origen asiático Kelly Marie Tran). Lo cierto es que está correcta, no veo nada especialmente malo de su interpretación, más allá de una última frase totalmente sonrojante, que ella defiende como puede. Pero el problema es la frase, no su interpretación.
Por tanto, si solo pensamos en el aspecto visual y las interpretaciones, y no tanto en lo que nos están contando, la película merece verse en pantalla grande.
Bueno, aquí se acaban los aspectos positivos, ahora llega el momento de comentar sobre lo menos bueno.
A partir de aquí, voy a entrar en territorio de SPOILERS, estais advertidos.
El problema principal de Los Últimos Jedi es que aunque el guión está repleto de buenas intenciones, la ejecución de las mismas no es demasiado afortunada. Está genial querer romper las expectativas, pero lo que ofrezcas en su lugar debe ser mejor, y en esto creo que Rían Johnson no cumple.
Hay un primer problema grave en la construcción del guión, y es que la historia está partida en tres, por una necesidad mal entendida de que todos los personajes tengan su arco y sus minutos en pantalla. Y lo cierto es que de estas tres tramas, solo una resulta tener un interés real. Cuando hablamos de una película de 150 minutos, estamos ante un grave problema de ritmo y narrativo, y se nota que con diez o quince minutos menos se hubiera podido contar lo mismo, mejor.
Por un lado, tenemos la historia del «no-entrenamiento» de Luke y Rey, durante el cual Rey descubre tener una conexión mental con Kylo Ren. Esta es la mejor parte de las tres, aunque de hecho está plagada de pequeñas inconsistencias. Por otro lado tenemos la fuga rebelde con Leia, Poe Dameron y la vicealmirante Amilyn Holdo, interpretada por Laura Dern. La persecución de las naves rebeldes or el espacio a paso de tortuga por siete u ocho destructores imperiales es una situación ridícula que no se sostiene desde un punto de vista narrativo, aunque es justo reconocer que culmina en el que probablemente sea el momentazo visual de la película, protagonizado inesperadamente por Laura Dern. Y luego acompañamos a Finn y Rose al casino de Canto Bight para localizar a un pirata informático (interpretado por Benicio del Toro), que les permita entrar sin ser detectado en el Super Destructor del Líder Supremo Snoke. Otra escena que no aporta casi nada y que rompe totalmente el ritmo de la película.
Empezando por el final, si hubieran eliminado todo el arco de Finn y Rose en el casino, la historia principal no se hubiera resentido casi nada, cosa que indica su inutilidad. Este subargumento se justifica únicamente por dos elementos: Por un lado, para justificar la bonita escena final, en la que un niño pobre que vive exclavizado en Canto Bight y que posee poderes Jedi mira hacia el espacio con esperanza. Y por otro, y casi más importante, para que Del Toro diga la clave de la película para Rian Johnson que busca redefinir la saga. Para Johnson, Star Wars no debe ir de la lucha del bien contra el mal, como si fuera un concepto anticuado, cuando hay una historia más interesante, que es cómo incluso en una galaxia lejana,muy lejana, los pobres son pobres y los ricos se aprovechan de ellos, justo como en el mundo real.
Johnson, Lucasfilm y Disney parecen decir que la lucha del bien contra el mal pura está anticuada y ahora lo que mola son los grises, algo en lo que por supuesto no estoy nada de acuerdo. Si la ejecución es buena, puedes hacer una película excelente de buenos contra malos, el bien contra el mal, o con todos los matices que quieras poner. El problema no es el concepto, es lo que haces tú con él.
Esto nos lleva a otro de los problemas, y es que para hacer avanzar la saga galáctica no era necesario cargarte todo lo que se había construido hasta ese momento y decir que no sirvió de nada. Y es que otro tema importante de Los últimos Jedi es recalcar que los jóvenes deben abandonar lo viejo y mirar hacia el futuro, creando su propia mitología. Lo ejemplifica perfectamente Kylo, pero también es un tema importante dentro del arco de Rey en esta película. Mark Hammil en el papel de Luke cumple con nota con un papel con el que al comienzo no estaba de acuerdo. El problema no es solo achacable a Rian Johnson, sino a la situación de partida que J.J. Abrams y Disney presentaron en El despertar de la fuerza.
Luke había desaparecido justo cuando la Primera Orden y Snoke se alzaron contra la República. Johnson responde a las preguntas de donde estuvo y por qué se fue, pero lo hace destruyendo al héroe con el que crecimos. Resulta que Luke sabe, porque así se lo cuenta a Rey, que hay un equilibrio entre el bien y el mal, a una gran luz siempre le sigue una gran oscuridad. Sin embargo, tras ver la oscuridad en su sobrino Ben Solo y ser derrotado por su propio miedo, su respuesta es abandonar a su familia a su suerte frente a esa oscuridad, sabiendo que no tienen nada que hacer contra ella. Por que él sabe que aunque se marche, la oscuridad seguirá existiendo en la galaxia. De un plumazo se han cargado toda su heroicidad, no solo de las tres películas originales, sino de todos los comics y novelas que hemos leído durante años. E incluso obviando los comics y novelas que no son canon, el Luke original es un héroe puro que no duda en sacrificarse por sus amigos y que pone siempre su seguridad por encima de su propia vida. Muy mal, Disney. Y aunque luego Luke tiene durante la película su momento para intentar arreglar esta situación, creo que no le hace justicia en absoluto, y provocan un final nada digno para uno de los principales héroes de la historia del cine.
La intención de Johnson de romper las expectativas provoca unas escenas repletas de giros que mantienen el interés. Pero lo cierto es que inconscientemente notas que algo no cuadra cuando debería. Y es que al final, aunque los giros llevan la historia por situaciones diferentes, la estructura de la película es un reboot a la inversa de El Retorno del Jedi y El Imperio Contraataca. Tras el estreno de la decepcionante El Despertar de la Fuerza, una de las cosas con las que los fans nos consolábamos era pensando que al menos este Episodio VIII sería mejor, ya que sería una historia nueva y no un reboot. Y al final, Los Últimos Jedi coge con muy poco disimulo elementos de las películas originales, aunque sea para retorcer estos conceptos.
La película empieza con una batalla espacial, como la vista sobre Endor al final de El Retorno. Aunque Poe consigue en el corto plazo su objetivo de destruir el destructor, fracasa globalmente debido a las bajas que provoca entre sus efectivos, lo que deja a los Rebeldes casi indefensos.
Rey llega hasta Luke para que la entrene, igual que en El Imperio Contraataca, pero él se niega. Rey siente en el planeta un lugar oscuro como en Hoth, pero cuando lo visita no pasa nada. Asímismo, Luke siente mucha oscuridad en Rey y se asusta, pero al final no se profundiza en nada de esto. Por no hablar que si Luke se había aislado de la fuerza, ¿cómo puede sentir la oscuridad de Rey?
Rey y Kylo están en contacto mental, y Rey se deja atrapar por La Primera Orden como Luke en el Retorno para intentar traer a la luz a Kyle, igual que Luke con Vader. Kylo acaba con Snoke igual que Vader hizo con el Emperador, aunque de forma mucho más anticlimática. Pero finalmente Kylo permanece en el lado oscuro y se pone al mando de la Primera Orden.
Finn encuentra a un criminal con similitudes con Lando Carlrissian en el casino de Canto Bight para que les ayude. Solo que éste acaba traicionándoles de verdad, no como Lando. Por no hablar del bluff de la Capitana Phasma y su inevitable similitud con el final de Baba Fett al comienzo de El Retorno.
La película termina en un planeta blanco que se parece mucho a Hoth y el comienzo de El Imperio Contraataca. Hay un montón de situaciones que intentan ser novedosas pero que no pueden evitar trasladarnos a las películas originales, aunque sea girando la situación, lo que no ayuda precisamente a que el visionado fuera uniforme. Como la ridícula frase de Rose a Finn en medio de una batalla en la que le dice algo así como «no hay destruir lo que odiamos, sino defender lo que amamos» ¿Whaaat?! Todo esto son pequeños elementos que poco a poco van haciendo que no disfrutara la película como yo esperaba.
Dos aspectos más a destacar son los personajes de Rey y Snoke, que simbolizan lo bueno y lo malo de la película. Rey estaba obsesionada con encontrar a sus padres, y durante dos años internet estuvo inundada de teorías sobre su parentesco, señalando muchas de estas ocurrencias a Luke como su padre. Esto lógicamente se ha demostrado que no tenía ningún sentido, al saberse que realmente sus padres no eran nadie importante, ni tenían nada que ver con la familia Skywalker. Esto viene bien para resaltar la intención de Johnson de crear nuevas historias alejadas de la sombra de los Skywalkers, y conecta con la idea de que no solo los jedis están conectados con la Fuerza. Por este lado, muy bien.
En el lado negativo está el Líder Supremo Snoke. Realmente estábamos ante una mala copia del Emperador, y ponía de relieve el error de inicio de Disney a la hora de iniciar esta nueva trilogía. Como comentaba antes, el Universo expandido de las novelas contaba que a pesar de la muerte del Emperador, muchos sistemas siguieron bajo el control militar del Imperio. De esta forma, la lucha del Imperio contra unos pocos rebeldes evolucionó hacia una Guerra Civil espacial en que había tiempo para intrigas, misiones encubiertas, conspiraciones políticas, al creación de una Academia Jedi y grandes dosis de acción y emoción.
Disney tiró todo esto por la borda porque creyó que era más interesante volver a hacer películas sobre unos pocos rebeldes que se enfrentan a un poderoso Imperio Galáctico, algo ya visto, antes que ofrecer historias nuevas, inspiradas o no en el Universo Expandido, que dejaran atrás esta premisa e hicieran avanzar la franquicia galáctica por nuevo caminos.
Esto provocó que El Despertar de la Fuerza tuviera varias ridiculeces, como la aparición de La Primera Orden (el imperio pero sin ser el imperio), y que aún existiendo una República, las fuerzas de Leia fueran la Resistencia cuando deberían ser las fuerzas armadas legítimas. Y en medio de este reboot, surgió la figura de Snoke, un Lord Oscuro (no Sith) que aparece de la nada con poderes increíbles. Que Johnson opte por librarse de este clon del Emperador no me parece mal, y demuestra la inconsistencia de esta premisa inicial, pero la ejecución de esta escena también es totalmente anticlimática. De hecho, que se resuelva como lo hace demuestra el poco o ningún respeto que Johnson tenía hacia este personaje creado por Abrams y sus guionistas, empezando por Lawrence Kasdan.
El Universo Expandido se fue y ya no volverá, pero es una pena Disney no haya sabido ofrecer a los fans, de momento, nuevas historias que estén a la altura de la trilogía de Thrawn o incluso los comics de Jason Aaron de Marvel.
Pero incluso si solo pensamos en Los Últimos Jedis desde un punto de vista cinematográfico y la comparamos con las anteriores películas de las saga, entiendo que estamos ante una película mejor planteada que ejecutada.
Comparto el trailer de la película, que reconozco que no había visto hasta ahora:
Los últimos Jedis es una película demasiado larga que intenta abrir nuevos caminos pero que se ve lastrada por una deficiente ejecución. Una película que ha supuesto una gran decepción, pero que entiendo que todos los fans de esta saga galáctica irán a ver. Ya solo nos queda esperar que finalmente Disney y Lucasfilm acierten en el Episodio IX, y consigan un buen final para esta tercera trilogía. Sin embargo, la elección de J.J. Abrams no invita precisamente al optimismo. Aunque esa, es otra historia…
Coco es el nuevo triunfo del estudio Pixar, una película para todas las edades que significa una celebración de la vida, la familia y las cosas por las que merece la pena vivir, además de todo un homenaje a la cultura mexicana.
PUNTUACIÓN: 8/10
El estudio de animación Pixar nos ha mal acostumbrado con películas espectaculares como Toy Story, Los Increíbles, Up, Wall-E o Del revés. Películas que gustan muchísimo a los niños pequeños por su animación y colorido pero con temas adultos que se dirigen a los padres y consiguen atraparnos. En las últimas fechas, sus películas habían decepcionado al ser «solo» películas infantiles que podían entenderse como fuente de contenidos para la maquinaria de merchandising de Disney: Cars 3, Buscando a Dory o El viaje de Arlo son algunos de estos ejemplos.
Coco consigue elevarse de la media de los últimos tiempos con una historia llena de corazón que es un canto a la belleza de la cultura mexicana y la importancia de la familia, y consiguió que me saltaran las lágrimas en varias ocasiones. Si el precio para que Pixar pueda hacer este tipo de películas es que tenga que hacer una secuela de Cars cada año para vender merchandising, es un precio pequeño, muy pequeño a pagar.
Sin embargo, el camino de Coco para llegar a la gran pantalla no ha sido fácil. En 2010 Lee Unkrich, veterano director de la casa que había trabajado también en Monstruos, S.A. y Buscando a Nemo, propuso la idea a Pixar tras haber trabajado en Toy Story 3. Unkrich, estaba deslumbrado por El día de los Muertos de México y su iconografía en la que la muerte representada por esqueletos se combina con colores vivos, siendo una festividad que une a familias enteras. Sin duda, estos conceptos tan alejados del standard terroríco del Halloween americano podían ser perfectos para construir una película diferente y con personalidad que atrapara a las audiencias de todo el mundo.
El equipo estudió la cultura mexicana y trabajó durante años en perfilar la historia original escrita por Unkrich, Molina, Matthew Aldrich y Jason Katzun. Finalmente, Alfred Molina firmó el guión en colaboración con Matthew Aldrich. Molina fue además confirmado como directo junto a Unkrich y en 2016 se anunció el inicio de los trabajos de animación, para su estreno este año.
Miguel es un joven con el sueño de convertirse en leyenda de la música a pesar de la prohibición de su familia. Su pasión le llevará a adentrarse en la «Tierra de los Muertos» para conocer su verdadero legado familiar.
Coco acierta en múltiples niveles. Ante todo, la historia de Miguel se eleva por encima del típico argumento de «niño quiere cumplir sus sueños (en este caso la música), a pesar de la oposición de su familia que le dice que es imposible», que tantas y tantas veces hemos visto en películas de animación. En parte es eso, si, pero es mucho más, añadiendo capas de profundidad que hacen que la película sea mucho más redonda.
Además, Coco hace una importante labor pedagógica para explicarnos a los espectadores de forma sencilla y atractiva el significado de El Día de los Muertos y qué hay detrás de los colores, la fiesta y los altares que las familias mexicanas preparan con sus series queridos. La muerte suele ser un tema tabú para los niños en la cultura occidental, pero Coco consigue que niños y mayores entendamos su significado en la cultura mexicana y por qué es un momento de celebración que no hay que temer. Es normal apenarse por la pérdida de un ser querido, pero mientras le recordemos, siempre permanecerá en nuestros corazones. Y puedo asegurar que varios niños pequeños que vieron la película conmigo lo entendieron perfectamente. Es normal por tanto que historia hable también de la familia y de los vínculos que nos unen y que hacen que podamos ser felices.
Coco es buen cine, no solo una buena película de animación, pero también es música. La música es otro elemento intrínseco de la cultura mexicana, y para que la cinta triunfara, la música y la selección de canciones debía dar en la diana. Por suerte, la elección de Michael Giacchino fue todo un acierto, y las canciones de Germaine Franco, Adrian Molina, Robert Lopez, y Kristen Anderson-Lopez consiguen emocionar y transmitir la alegría de vivir.
Y además, visualmente, Coco es un espectáculo visual de gran magnitud. La animación de Pixar vuelve a marcar un nuevo standard de calidad, consiguiendo niveles de realismo espectacular en el mundo de los vivos, y el mundo de los muertos es colorido y repleto de seres increíbles que me ha alucinado a niveles máximos. Niños y mayores nos hemos quedado con la boca abierta.
Si tuviera que ponerle un pero a Coco, diría que la película sufre un poco por la necesidad del cine comercial americano de crear a un villano al que derrotar. Esto provoca un giro que se ve venir a la legua, que aunque es coherente lleva la historia por sendas demasiado conocidas, sobre todo en una película Disney/Pixar. Por suerte, el corazón de Coco hace que nos olvidemos de este pequeño elemento menos buenos.
Tenía otro pequeño motivo de preocupación antes de ver la película, al enterarme que Coco iba a tener las voces originales mexicanas, siendo la primera película Disney/Pixar que no se doblaba en España. Sin embargo, la historia está tan unida a la cultura mexicana que no se hubiera entendido si se hubiera adaptado al castellano de España, y este doblaje original consigue transmitir la autenticidad que se merecía la historia.
Comparto a continuación el trailer de la película:
Coco supone un gran broche de oro a un buen año cinematográfico, con una película que es todo corazón. Una película que gustará a niños y mayores y que es de obligado visionado estas navidades.
¡FELIZ AÑO NUEVO!! Espero que 2017 haya empezado de la mejor manera posible. Tras mi repaso a lo mejor del año 2016 en lo relativo a comics y series de televisión, hoy toca compartir las películas que más me han gustado en 2016.
Este año mi Top-10 se ha convertido en un TOP-11, porque no he querido reducir este listado y todas creo que todas me han aportado algo diferente. Globalmente diría que aunque 2016 ha traído algunas películas muy, muy malas (Batman v Superman y Escuadrón Suicida me vienen inmediatamente a la cabeza), siempre se pueden destacar un buen puñado de buenas películas.
Ah, por cierto, estas son mis películas favoritas de entre las que pude ver en salas de cine, seguro que hubo otras muchas buenas o muy buenas, pero o bien no se estrenaron en mi ciudad, o no pude verlas.
Estamos en un momento en el que la industria del cine habla mucho de una supuesta «fatiga» del espectador ante una supuesta saturación de películas de Superhéroes. Deadpool ha significado un soplo de aire fresco y la confirmación de que si las adaptaciones de personajes de comic a la gran pantalla se hacen respetando su esencia, aquello que hace grande y único al personaje, las posibilidades de éxito aumentan.
El éxito de Deadpool creo que ha sorprendido a todo el mundo, empezando por la FOX, la productora de la película, y demuestra que no hay agotamiento ante el cine de superhéroes, hay agotamiento ante las MALAS PELICULAS.
Deadpool ha abierto además la posibilidad de ver nuevas películas con calificación para adultos, y me parece bien siempre que el personaje pida ese enfoque más adulto. Aunque está por ver si los estudios entienden el mensaje del público, que hemos dicho muy claro que queremos películas ORIGINALES que no parezcan refritos de algo ya visto mil veces, y no se queden en la superficie y solo incrementen el nivel de violencia y sexo explícito. El tiempo dirá.
Llevaba una temporada larga desenganchado del cine de terror, pero gracias a la película de James Wan me ha vuelto a picar el gusanillo del género. El caso Enfield no busca reinventar el terror ni nada parecido, solo ofrecernos un buen espectáculo muy bien rodado e interpretado, con un uso magistral del ritmo y los sustos que vemos en pantalla. Una película realmente recomendable para todos los seguidores del terror.
9- HELL OR HIGH WATER
Hell or High Water me ha parecido un gran ejemplo de buen cine, con una acertada crítica social en medio de una «típica» película de ladrones de bancos. Una película que parece una cosa pero que es mucho más compleja de lo que esperaba.
Denis Villeneuve ya estuvo en mi lista de las mejores películas de 2015 con Sicario y repite este año con esta historia de ciencia ficción «seria». Una película notable que se quedó muy cerca del sobresaliente.
Disney tiene claro que ya no es suficiente con hacer películas para niños, hay que hacer películas que nos gusten a los padres para que llevemos a nuestros hijos al cine. Y con Zootrópolis han conseguido un éxito total. Una película de animalitos cuquis y coloridos que esconde una crónica de algunos problemas que aquejan a nuestra sociedad occidental, como el racismo o los prejuicios, todo ello rodado de forma soberbia.
Como ya puse en mi crítica de la película, Rogue One no es ni mucho menos una película perfecta, pero ha conseguido devolver mi fe en Star Wars tras el decepcionante Episodio VII, gracias a un último tercio brutal y a un Darth Vader como nunca antes lo habiamos visto. Por mi, ya puede ser Diciembre para ver el Episodio VIII.
La nostalgia vende. Pero Peter y el Dragón no nos vende nostalgia barata gracias a una canción conocida de los 80, un cameo o un poster en la pared del protagonista. Nos hace volver a sentir otra vez como cuando teniamos 10 años y todo era grande, novedoso, emocionante y mejor. Un momento de nuestra vida en la que no era necesario saber lo que significaba «sense-of-wonder», porque lo viviamos casi cada día. Una película para toda la familia en el mejor sentido del término.
Doctor Strange me ha parecido una flipada en el mejor sentido del término. A partir de la «típica» historia del origen del héroe, el director Scott Derrickson construye un espectáculo visual diferente a todo lo visto hasta la fecha, demostrando que las películas de Marvel mantienen una excelente salud.
Zootrópolis sería la mejor película de animación del año si no fuera porque también se estrenó esta pequeña gran joya de la animación stop-motion que nos regaló el estudio Laika. Es estos tiempos de perfección técnica Kubo nos trajo una película que trasmite poesía en todos los fotogramas. Una película imprescindible para los amantes de la animación y que creo que gusta mucho más a los papas que a los niños.
Quentin Tarantino se ha convertido en un género en si mismo. Su octava película nos devuelve al Tarantino de Reservoir Dogs, colocando a 8 personajes muy diferentes en un espacio cerrado por culpa de una tormenta invernal, cada uno con un plan que implica la muerte de los demás. Un entretenido baño de sangre que también esconde una curiosa critica a la sociedad americana. Imprescindible.
Capitán América: Civil War solo tiene un problema. Ha colocado el listón muy muy alto. Todo lo que veamos a partir de ahora se comparará con esta película, la segunda de los Hermanos Russo en el Universo Marvel Cinematográfico, que consiguió la cuadratura del círculo: Colocar a 13 héroes en pantalla cada uno con un momentazo, presentando con éxito a 2 nuevos héroes del Universo Marvel (Spiderman y Black Panther), con dos de las mejores escenas del cine de acción: la multitudinaria del aeropuerto, con unas coreografías y una planificación sobresalientes, y la impactante pelea final entre Iron Man y el Capitán América (y Bucky), que consigue que te duela ver pelear a Tony y Steve al tener ambos parte de razón.
Y además de ser una gran película de Los Vengadores, es claramente como una película del Capitán América que sirve de sobresaliente cierre de su serie de películas y del arco de Bucky. Para mi, sin duda la mejor película del año.
Bueno, ¿qué os ha parecido mi lista? Espero vuestros comentarios. Y en el próximo post repito con otro clásico de estas fechas: Las películas más esperadas de 2017.
¡Saludos a todos!
Repaso a mi Sci-fi favorito: comics, películas, TV y libros
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