Esta semana acabo mi serie de artículos sobre la colaboración de John Carpenter y Kurt Russell, hablando de su tercer largometraje: Golpe en la pequeña China. La película más divertida y positiva de la filmografía del director, es una joya para los aficionados al género de aventuras, con un toque fantástico que unía las películas de artes marciales con las de acción y efectos especiales.
Para entender uno de los motivos de mi especial predilección por esta obra, hay que entenderla en el contexto en que se realizó la película. Estamos en la mitad de los 80, y el Heroe de Acción se impone en las carteleras. Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone o Chuck Norris se encuentran en la cima de su popularidad, estrenando en esas fechas Terminator (1984) y Comando (1985), Rambo (1985) y Cobra (1986) o Desaparecido en Combate (1984) y Delta Force (1986), respectivamente. Tipos duros, seguros de si mismos, son los mejores en lo que hacen, y lo que hacen implica matar a todo el que se mueva… sin el menor atisbo de sentido del humor o ironía. La filosofía del Reaganismo en acción!!
Además, Harrison Ford encarnó por segunda vez a Indiana Jones en Indiana Jones y el Templo Maldito en 1984 con gran éxito, por lo que, en principio, el público seguía demandando obras de temática aventurera… ¿o no?
Golpe en la pequeña china (1986)
“-Como dice Jack Burton…
-Quién?
-Jack Burton…. Yo!”
Con esta película el director pudo cumplir otro de sus sueños, como era realizar una película de aventuras inspirada en el género de las artes marciales que tuvieron su apogeo en la década de los 70. La película fue una comedia, con toques de folklore chino ambientada en el Chinatown de San Francisco. El título español perdía gran parte de punch del original “Big trouble in little China” que ya dejaba intuir el planteamiento humorístico con el que el director se aproximó a esta obra.
Jack Burton (Russell) es un camionero bocazas que llega a San Francisco justo a tiempo para acompañar a su amigo Wang Chi (Dennis Dun) al aeropuesto, ya que tiene que recoger a su prometida Miao Yin (Suzee Pai), que llega desde China. Al llegar al barrio chino, la banda de Los Señores de la Muerte secuestran a Miao Yin, lo que provoca una persecución que lleva a Jack y a Wang al mundo secreto que existe en el subsuelo de San Francisco. Allí descubren que Lo Pan (James Hong) un poderoso mago de épocas antiguas quiere casarse con Miao Yin, para así acabar con una antigua maldición que pesa sobre él y le impide recobrar su forma física mortal.
Miao Yin tiene ojos verdes, un rasgo muy poco común en un chino, y es la cualidad necesaria para romper la maldición. Lo Pan cuenta con la ayuda de los “Tres Tormentas”, Trueno, Lluvia y Relámpago, unos seres superpoderosos, así como el de las bandas criminales de Chinatown.
Con la ayuda de Egg Shen (Victor Wong) un mago blanco que se opone a Lo Pan y Gracie Law (Kim Cattrall), una abogada de ojos verdes que trabaja en el barrio, preparan el rescate de Miao Yin, lo que provoca una explosión de humor, grandes coreografías de artes marciales con unos geniales efectos especiales con algún toque freak, y en resumen, una de las películas “palomiteras” más disfrutables de ésta década.
Kurt Russel no quería participar inicialmente en esta película, hasta que entendió que podía dar un enfoque diferente, que no sería un heroe de acción tradicional. Para él, Jack Burton era un pringado que se cree Indiana Jones, pero se ve envuelto en situaciones para los que no está preparado y que claramente le sobrepasan. En su actuación ironiza y se rie en muchas ocasiones de la figura del “Heroe Invencible” que dominaban la cartelera de la época. Jack es gracioso y sobrado, tiene mucho menos sex appeal de lo que él se cree, falla, incluso se desmaya en un momento del rescate, no despertándose hasta que la acción prácticamente ha concluido… Como el propio actor indicó, es como si el compañero de un superhéroe pensara que él es protagonista de la acción, cuando todo el peso lo lleva el otro, en este caso el personaje de Wang.
Además, interesante es también su profesión, camionero, un trabajo que desde el inicio le coloca como persona del montón, no como otras profesiones de «prestigio» como policía, soldado o arqueólogo… que se veían habitualmente en las películas de género de acción.
Todo ello contado desde un punto de vista irónico y gracioso, y que tuvimos que esperar 2 años más para volver a ver, al estrenarse Jungla de Cristal (Die Hard – 1988), que inauguró un nuevo tipo de película de acción, más irónica, y con un protagonista falible, que se equivoca a menudo… Personajes y géneros que en parte son deudoras de ésta obra.
Actualmente, estamos muy acostumbrados a la mezcla de acción y efectos especiales, sobre todo desde Matrix (1999) o Tigre y Dragón (2000). Pero en los 80, las películas eran «monotemáticas», por decirlo de alguna forma. Las artes marciales aún estaban de moda, pero sobre todo en obras de bajos presupuestos, muy lineales y previsibles… En 1986, nadie había realizado una unión de estos géneros a este nivel: aventuras, comedia, artes marciales y cuento de terror chino… Y tardamos un década en volverlo a ver en películas de gran presupuesto.
Lamentablemente, quizá por esta mezcla de géneros o por el toque de comedia, la película no encajó con el gran público, y solo recaudó 12 millones a partir de un presupuesto de 25. Ésto, unido a los numerosos problemas en la producción y rodaje de la película provocaron una gran desilusión en Carpenter, que decidió nunca más trabajar con un gran estudio de Hollywood, en este caso la 20th Century Fox. Y es que Carpenter está muy orgulloso de esta película, de la que no cambiaría ni una coma, pero culpa al estudio de muchos de los problemas a los que se enfrentaron.
Y es que la Fox solo encargó está película a Carpenter por su fama de director rápido y que podía trabajar con presupuestos ajustados, ya que querían competir con la comedia del por entonces super-estrella Eddie Murphy, el “Chico de Oro”, que se estrenó ese mismo año, y que tenía una temática similar, al tratar aspectos de la cultura Tibetana. Pero claro, “Golpe…” tenía que estrenarse antes, lo que provocó una pre-producción veloz y un rodaje de infarto en 15 semanas, además de un estreno en competencia directa con la que fué uno de los títulos más importantes de ese año “Aliens”, de James Cameron, lo que claramente perjudicó su carrera comercial.
En lo que respecta a la producción de la película, el guión original estaba ambientado a finales de siglo XIX, y fue totalmente reescrito por W.D. Richter, amigo de Carpenter, para situarlo en la época actual. Sin embargo un conflicto de la 20th con los guionistas originales, resultó en que el trabajo de Richter no fuera reconocido en el film, provocando un gran enfado al director.
Además, Carpenter tampoco quedó satisfecho ni con el presupuesto con el que contaba (25 millones) ni con los efectos especiales realizados por la empresa Boss Film Studios, que solo tuvieron 2 millones para trabajar, motivo por el que varias escenas de acción del guión original tuvieron que ser eliminadas, no llegando siquiera a rodarse.
Pese a todo lo anterior, esta obra es altamente disfrutable por si misma incluso en la actualidad. Sin embargo, estos problemas en la producción motivaron que Carpenter abandonara Hollywood, lo que supuso un cambio importante para toda su obra posterior, al verse a partir de ese momento limitado a presupuestos más modestos de serie “B”, y a tener que buscar su propia autofinanciación.
En mi próximo artículo, comentaré la segunda película de la Trilogía del Apocalipsis,»El Señor de las Tinieblas« (1987), en la que Carpenter vuelve a ponerse serio ante la llegada del Anti-Cristo…
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