Lo mejor de ir a ver una película con cero expectativas es que de vez en cuanto te sorprende para muy bien. Es justo lo que me ha pasado con Tron: Ares, la tercera película de la franquicia de Tron que ha dirigido Joachim Rønning (Kon.Tiki, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar) que he visto esta semana en 3D.
PUNTUACIÓN: 8/10
Tercera entrega de la saga «TRON». Cuenta la historia de Ares, un programa altamente sofisticado que es enviado desde el mundo digital al mundo real en una misión peligrosa, marcando el primer encuentro de la humanidad con seres de inteligencia artificial.
Joachim Rønning (1972) es un directora noruego conocido por la película Kon-Tiki, nominada a los premios Óscar y Globo de Oro, y por las películas de Disney Piratas del Caribe: La venganza de Salazar, protagonizada por Johnny Depp, y Maléfica: Maestra del mal, protagonizada por Angelina Jolie. En 2024 estrenó Young woman and the sea, su última película antes de Tron: Ares.
Tron: Ares es la tercera película de la franquicia TRON (Steven Lisberger, 1982) y Tron: Legacy (Joseph Kosinski, 2010). La película cuenta con un guion de Jesse Wigutow, basado en una historia de David Digilio y Wigutow. La película de 119 minutos de duración cuenta con un presupuesto de 180 millones de dólares, y tiene música de Nine Inch Nails, fotografía de Jeff Cronenweth y montaje de Tyler Nelson.
En el reparto tenemos a Jared Leto como Ares, un programa superinteligente creado por Julian Dillinger. Greta Lee como Eve Kim, la actual directora ejecutiva (CEO) de ENCOM, que está buscando el Código Permanente de Kevin Flynn. Evan Peters como Julian Dillinger, director ejecutivo de Dillinger Systems y nieto de Ed Dillinger. Jodie Turner-Smith como Athena, un programa que es el segundo al mando de Ares. Hasan Minhaj como Ajay Singh, socio comercial de Eve y director de tecnología de ENCOM. Arturo Castro como Seth Flores, un colega y amigo de Eve, Gillian Anderson como Elisabeth Dillinger, madre de Julian e hija de Ed Dillinger, Jeff Bridges como Kevin Flynn, el antiguo director ejecutivo de ENCOM que anteriormente se sacrificó en la Red.
El concepto de TRON es uno de los más guapos jamás imaginado: ¿Y si una persona normal entrara en un videojuego? La premisa a partir de la que se creó la película de 1982 dirigida por Steven Lisberger se amplió al mundo digital para la secuela de 2010, Tron: Legacy, dirigida por Joseph Kosinski. Y sobre estas películas tengo que decir que nunca fueron tan buenas como el concepto en si.
Volví a ver ambas películas a modo de previa de Tron: Ares. Tron ha envejecido terriblemente mal. Es curioso como lo que fue revolucionario en su momento 40 años después es como pedir a un jugador de Play5 que pruebe un Commodore 64. La mayoría no entenderá la referencia. Sobre Tron Legacy, sigo enamorado de la música de Daft Punk y de Quora, y el diseño de producción es flipante. Pero el carisma del chaval Garrett Hedlund como el protagonista Sam Flynn es nulo y la historia era flojita. Resumiendo mucho, aunque al guion le faltó punch por todas partes, visualmente me parece una película notable que 15 años se sigue disfrutando igual.
Llegamos a Tron: Ares. Las críticas han machacado a la película de Disney. Y de vez en cuando notas que hay mucha gente que le tiene ganas a Disney y aprovecha para ir a hacer daño cuando siente que tiene una víctima propiciatoria que resulta fácil destruir. A esto se ha juntado las denuncias de comportamiento inapropiado por parte de Jared Leto hacia chicas que eran menores de edad cuando supuestamente contactó con ellas para iniciar relaciones. Lo que ha provocado un apagón de relaciones públicas por parte de Disney, que ha ocultado al protagonista en la promoción de la película.
A todo esto hay que sumar la indiferencia del público general hacia el mundo de TRON. Algo que en realidad ya pasó con las dos anteriores películas. Pensar que Tron es una franquicia popular de la que millones de espectadores se morían de ganas de ver en cine una nueva película era un claro error de base que se ha hecho patente al ver la recaudación de la película en su estreno. Sobre todo cuando los espectadores sabemos que en 3/4 meses la podremos ver «gratis» en Disney+.
Por todo lo anterior, fui a ver a ver Tron: Ares esperando ver una película con un guion «malillo» pero con un buen elemento visual. Mientras fuera entretenidilla, ya me valía. Lo que no esperaba era encontrarme un peliculón que me ha flipado al verla en 3D. Y no, este no es un caso de «es tan mala que es buena» o «Es mala, pero me lo he pasado genial». NO, amigos. Hablamos de que Tron: Ares me ha parecido fantástica. Y creo que la película va a ganar con su estreno en Disney+ y con el tiempo puede ser considerada de culto de la ciencia ficción. De hecho, no tengo duda que dentro de 4/5 meses cuando lleve unas semanas estrenada en Disney+ empezaremos a ver montones de comentarios de «¿por qué no vi esta película cuando se estrenó?
A poco que hayas visto algún trailer o visto alguna imagen, ya sabrás que la premisa de Tron: Ares cambiaba completamente el concepto original, al ser el programa digital ARES el que sale al mundo real. Esto significaba una novedad absoluta respecto a la secuela Tron: Legacy, que en cierto sentido se limitó a repetir el argumento de la primera película en una especie de remake encubierto, concepto que estuvo bastante de moda durante algunos años. Y si no, que se lo pregunten a Star Wars Episodio VII o Jurassic World. Y me gusta que se planteen cosas nuevas que amplíen las posibilidades de la historia. Y por tanto, de la franquicia cinematográfica.
Tron: Ares es la película que por fin hace justicia a la premisa original. Además de la novedad de que los programas digitales entren en el mundo real, Ares por fin explota todo el potencial de ver el interior del mundo digital, por ejemplo viendo un hackeo desde el punto de vista del programa de seguridad (Ares) que lo está realizando. A esto hay que sumar que hay también entradas desde el mundo real al digital, lo que para mi fue una sorpresa absoluta, planteando un giro super chulo. Tengo un pequeño reparo a la historia referido al climax final, luego entraré a ello en la parte de las cosas menos buenas, pero globalmente la historia en todo lo referido a los conceptos de ciencia ficción, me parece modélica.
Tron: Ares se sale con su impresionante apartado visual. El diseño de producción es increíble, desde los trajes de Ares o Athena, como la construcción de los vehículos digitales que se hacen reales. Las motos, el tanque o las naves son increíbles. Y me dieron la misma sensación que los Transformers de Michael Bay, que a pesar de ser películas terribles los autobots parecía que realmente eran una obra de ingeniería en la que cada tuerca y cada tornillo tenía una función y conseguía que te creyeras que un robot de existir realmente sería así de detallado y complejo.
El apartado visual, tanto en el mundo digital como en el real, unido a la increíble música de Nine Inch Nails, provoca momentos apabullantes que me volaron la cabeza. Igual la música de NIN no es tán icónica como la de Daft Punk, pero me ha parecido magistral. El contraste de ver en el mundo real a los programas y naves digitales con sus colores brillantes provoca un montón de imágenes memorables que en breve empezaremos a ver en las cuentas de «A perfect shot» en redes sociales. La primera persecución en el mundo real con las motos digitales o el combate entre cazas de combate y las naves digitales en el climax me perecen momentazos increíbles de Tron: Ares.
Se ha comentado como una crítica hacia Tron: Ares que NO tenga ninguna conexión con Tron: Legacy aparte de unos recortes de periódico al comienzo de la película. Obviamente, Garrett Hedlund y Olivia Wilde no aparecen en esta película. En el mundo de las franquicias cinematográficas actuales hay quien piensa que todo lo que no potencia la interconectividad entre películas es un error. Pero en mi opinión, es positivo que Disney haya planteado una película autoconclusiva y contenida que busca contar una historia única con principio y final que en realidad no necesita ni hace obligatorio tener que ver las película previas para disfrutarla. Dicho esto, me sorprendió para bien la conexión que se plantea con la primera película de Tron, jugando visualmente con el aspecto visual para resaltar donde se encuentra Ares. Esa escena me parece una chulada.
La película plantea la lucha empresarial entre empresas tecnológicas. ENCOM, la empresa de Kevin Flynn (Jeff Bridges), en 2025 ya no está dirigida por Sam Flynn (el hijo de Kevin al que conocimos en Tron: Legacy) sino por Eve Kim (Greta Lee), una genio de la informática que cree que la tecnología debe ayudar a los menos favorecidos. Por contra, Dilliger Systems, empresa dirigida por Julian Dillinger (Evan Peters), nieto de Ed Dillinger, el villano de la primera Tron, busca destruir a ENCOM para convertir las innovaciones tecnológicas en armas que pueda vender al complejo industrial-militar. Y así hacerse más rico y poderoso de lo que ya es.
Ambas empresas están en una carrera contra el reloj para llevar las construcciones digitales al mundo real. Como una impresora 3D pero con láseres generadores de luz sólida, ENCOM y Dillinger han tenido éxito en la construcción de la tecnología para conseguirlo, pero solo durante 29 minutos. Y es que las construcciones no pueden mantenerse en el mundo físico más allá de ese tiempo, debido al gasto de energía y a un problema en el código. El mcguffin de la película es el «código de permanencia», el secreto que permitirá romper la barrera de los 29 minutos y convertir las creaciones digitales en permanentes en el mundo físico.
Eve Kim de ENCOM ha encontrado el «código de permanencia» en el trabajo de Kevin Flynn, y Julian Dillinger de Dillinger Systems quiere robar este invento revolucionario. Para ello, activará a su programa de seguridad ARES (Jared Leto) para que lo consiga en el mundo real. De forma inesperada, Ares aprende más allá de su programación y se negará a seguir las órdenes de su creador. Y hasta ahí puedo leer sin entrar en spoilers.
Hablaba antes que mucha gente le tiene ganas a Disney. Pues eso multiplicado por X es el odio que se le tiene a Jared Leto. Y no es por el escándalo de este verano, hace tiempo que mucha gente le tiene una tirria que no le puede ni ver. Algo en lo que creo que ha ayudado que interpretara a Joker y a Morbius en las fracasadas películas de Warner y Sony. Digo esto porque he leído cuentas alegrándose del fracaso de Tron: Ares y gritando en redes sociales «Fuck, Leto». Y lo cierto es que desde el punto de vista actoral, Jared Leto es lo mejor de la película con muchísima diferencia. Me gusta cómo interpreta Leto a Ares y como muestra como las cosas que va aprendiendo le cambian y le convierten en un ser más empático y no el tío duro de Dillinger capaz de cualquier cosa en el mundo digital que es al principio. Pensando en Tron: Ares en su conjunto, Leto sin duda suma al positivo resultado de la película.
Lo que no suma y es uno de los dos problemas de la película son el resto de actores. Y más concretamente, lo que el guion plantea para ellos. Greta Lee hace lo que puede como la co-protagonista Eve Kim, una rica ejecutiva que en realidad es alguien «del pueblo» que quiere ayudar a la humanidad. Evan Peters como Julian Dillinger plantea un villano muy poquita cosa que no transmite nada, aumentado por una historia que le convierte en secundario de su propia villanía. Jodie Turner-Smith como Athena simplemente tiene que parecer una puta-ama, cosa que consigue gracias al apartado visual más que a verla a ella plantada delante de las cámaras. Especialmente sangrante es ver reducida a Gillian Anderson (la mítica Scully de Expediente X) a la nada más absoluta como Elisabeth Dillinger, la madre de Julian. Y el resto de secundarios, los informáticos amigos de Eve, son totalmente intercambiables y sin ningún interés dramático en la película. Como digo, excepto Leto, el factor humano de Tron Ares me parece más bien justito.
El trabajo del director Joachim Rønning me ha parecido fantástico. Como comentaba antes, hay tantos momentazos visuales increíbles que no tengo espacio para destacarlos todos. Hablando de eso, vi la película en formato Real 3D de Cinesa en mi ciudad. No estoy seguro, pero diría que el 3D de Tron: Ares es de post-producción, dado que había algunos planos en que el 3D se veía muy bien con personas o vehículos en primer plano o por ejemplo en el paso del mundo digital al real y viceversa. Pero luego en otras escenas prácticamente no se apreciaba. El 3D inmersivo de Avatar es tan alucinante que no cabe duda que todo lo que no sea acercarse al resultado que obtiene James Cameron se ve un poco como de segunda división. Pero dicho esto, tengo que decir que en los momentos en que el 3D destaca, ayudó a que la sensación de WOAH estuviera presente en los momentos más espectaculares de la película.
El flojo papel de los actores en Tron: Ares es una evidencia, pero no no me impidió disfrutar de la película. Porque tengo claro que esta es una película de ciencia-ficción de acción, no de personajes. Lo que sí afectó al visionado es que el climax final no acaba de acertar el final. Incluso cuando la forma de vencer a los programas digitales esté en la misma premisa y el guion plantee una progresión argumental totalmente lógica que no necesita caer en chorradas o giros absurdos de guion. Sin embargo, aunque Ares está salvando a Eve, que ellos no sean los que realmente terminan con la amenaza hace que este final quede un poco chof. Siendo como digo lógico. De alguna manera, el clásico meme «lo hizo un mago» ha sido actualizado a los tiempos modernos con «lo hizo un informático».
Y aunque es cierto que el final es un poco chof, quiero resaltar que me gusta porque es lógico con lo planteado por la película, hasta el punto que es casi el único final posible, algo casi inevitable. Y tengo que resaltar esto como positivo, porque estoy tan cansado de película que plantean giros absurdos con los que parece que se están riendo del espectador, que agradezco que una película caiga en ser demasiado lógico y acorde con lo que se suponía que tenía que pasar.
A pesar de este pequeño problema del climax final, Tron: Ares me ha parecido una fantástica película de ciencia-ficción que tengo claro que volveré a ver con mi hijo en cuanto se estrene en Disney+. Y que volveré a ver cada pocos años. Si tenéis oportunidad, no lo dudéis e ir a verla en la pantalla más grande posible y con el sistema de sonido más atronador, porque el subidón de adrenalina que os va a dar la película lo recordaréis.
Comparto el trailer de la película:
Tron: Ares me ha parecido un peliculón. Tal cual. Si podéis, ir a verla al cine.
PUNTUACIÓN: 8/10
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