Casi dos años y medio después del estreno de Dune Parte 1, Denis Villeneuve nos trae esta segunda parte que cierra la nueva adaptación de la mítica novela de ciencia ficción de Frank Herbert.
PUNTUACIÓN: 5/10
Paul Atreides se une a la tribu de los Fremen y comienza un viaje espiritual y marcial para convertirse en mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que ha presenciado: una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido. Secuela de ‘Dune’ (2021). (FILMAFFINITY)
Denis Villeneuve (Gentilly, Canadá, 1967) es uno de los directores más interesantes de la actualidad. Prisoners, Enemy, Sicario y La llegada son películas notables de un autor que muestra un gran interés por el drama y la ciencia ficción, con un gusto estético sobresaliente. Y para mi, Blade Runner 2049 es una obra maestra absoluta. Sin embargo, dentro de sus muchas cosas positivas, la primera parte de Dune me decepcionó como adaptación y mucho más si pensamos en tener una película sin final que hemos tenido que esperar dos años y medio para ver su conclusión.
Dune es uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción. La novela de 1965 de Frank Herbert durante muchos años estuvo considerada la novela de sci-fi más vendida de la historia, y tras las 6 novelas escritas por Herbert, su hijo Brian junto al genial escritor Kevin J. Anderson han ampliado este universo con una nueva franquicia de novelas (que no me han interesado). La novela original de Herbert era increíblemente compleja, ya que además de crear un universo de casas casi feudales enfrentadas y seres con diferentes habilidades sobre humanas, trataba temas de ecología, mesianismo, selección genética o los problemas que el colonialismo salvaje provocaba en los pueblos autóctonos. Por este motivo, durante muchos años la novela se consideró imposible de adaptar al cine. A pesar incluso de la reivindicable película de David Lynch de 1984, que me parece un gran intento lastrado por la imposición de los productores de una duración inferior a las dos horas y media.
Para esta segunda parte, Villeneuve escribe el guion junto a Jon Spaihts, que ya participó en la primera parte. Otros que también repiten son el director de fotografía Greg Fraser, Hans Zimmer en la música y Joe Walker en el montaje de esta película de 168 minutos de duración. El presupuesto de esta segunda parte se incrementa respecto a la primera, pasando de los 165 millones iniciales a los 195. El ganador del Oscar por Mad Max Fury Road Mark Mangini se encarga de la edición de sonido, que es uno de los grandes valores de Dune, mientras que el diseño de producción corre a cargo de Patrice Vermette.
Dune Parte Uno puede ser considerada una película de «prestigio», y juntó a uno de los repartos más espectaculares de los últimos años. Empezando con Timothée Chalamet como Paul Atreides, el heredero de la Casa Atreides y posible elegido Kwisatch Haderach. Rebecca Ferguson es Lady Jessica, la madre de Paul y miembro de las Bene Gesserit, una hermandad femenina dedicada al cruce genético de las diferentes familias del Landsraad con la esperanza de crear al elegido que llevará a la galaxia a su futuro soñado. Jessica es además la concubina del duque Leto, interpretado por Oscar Isaac (asesinado en la primera película), el señor de la Casa Atreides, una familia que pone el honor como su ideal máximo, y a la que el Emperador ha otorgado la extracción de la especia melange del planeta Arrakis, la sustancia más poderosa de la galaxia.
Charlotte Rampling es la Reverenda Madre Bene Gesserit Gaius Helen Mohiam, Decidora de Verdad del Emperador. Josh Brolin es Gurney Halleck, maestro de armas de la Casa Atreides y mentor de Paul. Zendaya es Chani, una joven fremen que se convertirá en interés romántico de Paul, mientras que Javier Bardem es Stilgar, líder de la tribu fremen en Sietch Tabr. En el bando de los villanos, tenemos a los estupendos Stellan Skarsgård como el barón Vladimir Harkonnen, enemigo acérrimo de los Atreides y a Dave Bautista como su sobrino Rabban, al que el barón ordena que exprima todos los recursos de Arrakis.
Las nuevas incorporaciones de esta película son Austin Butler como Feyd-Rautha Harkonnen, el sobrino más joven del Barón Vladimir Harkonnen y heredero de la Casa Harkonnen, Christopher Walken como Shaddam IV, el Emperador Padishah del Universo Conocido y jefe de la Casa Corrino, Florence Pugh como la Princesa Irulan, hija del Emperador, y Léa Seydoux como Lady Margot Fenring, una Bene Gesserit.
A pesar que no conecté con muchos aspectos de la primera parte de Dune, llegué a esta segunda parte deseando que esta película me gustara y que ofreciera un buen cierre a la historia. Sabiendo eso si lo que me esperaba, porque la historia de Frank Herbert no es un blockbuster de combates y batallas, sino una historia profunda en la que el worldbuilding y los aspectos filosóficos son lo importante y las batallas suceden fuera de plano.
Y empezando por lo positivo, Dune Parte Dos de nuevo justifica el pagar por verla en el cine gracias a un elemento técnico espectacular. El diseño de producción de nuevo es increíble, en este caso con la creación de la sociedad Fremen oculta en el desierto de Arrakis, a lo que hay que sumar el interesante mundo de Giedi Prime de los Harkonnen, rodado en un potentísimo blanco y negro, resaltado la oscuridad y villanía de estos asesinos galácticos. La fotografía me parece que cumple con lo que Villeneuve necesitaba, y aunque luego le pondré un pero, en realidad creo que Greg Fraser es un profesional como la copa de un pino. Me parece curioso que el sonido de Mark Mangini y la música de Hans Zimmer parece que se hayan bajado algo, pensando en lo atronador que resultó en la primera película. No se si esto es debido a alguna críticas recibidas, pero aquí he encontrado un cambio sustancial respecto a la primera película. Mis reparos son en su mayoría con la historia de Villeneuve, pero eso no impide que me parezca que estamos ante una super producción de primer nivel con un worldbuilding sobresaliente que merece verse en pantalla grande.
El casting es otro de los grandes reclamos de Dune. Comentaba lo que la «película de prestigio» y cómo todo el mundo se moría por trabajar en ella. Y como en la primera película, los actores y actrices protagonistas demuestran que su carisma es muy superior que el personaje que interpretan. Villeneuve ha comentado que tiene el mejor reparto de actores jóvenes que confía apelen al público joven para ver la película: Timothée Chalamet, Zendaya, Florence Pugh y Austin Butler… Y la verdad es que cualquier otro director se moriría de tener a este grupo en su película que le ayudaran a vender la película.
Timothée Chalamet creo que hace un buen papel de un joven Paul afligido que no quiere asumir su papel de Líder mesiánico que llevará a los Fremen a la victoria y a la Jihad contra sus enemigos. Austin Butler como un asesino sádico y despiadado lo borda y ofrece el villano a la altura de Paul Muab´dib. Florense Pugh está bien, aunque su presencia en pantalla es muy limitada. Y luego tenemos a Javier Bardem, Rebecca Ferguson, Josh Brolin, Charlotte Rampling o Christopher Walken aportando su presencia y su fuerza actoral, aunque con impactos muy desiguales debido a los pocos minutos en pantalla de la mayoría de ellos.
Me da pena el papel de Dave Bautista como Rabban Harkonnen, sabiendo lo limitado que era. Mas que nada porque Bautista comentó lo contento que estaba con Villeneuve y cómo le había permitido experimentar y sentirse más seguro con su trabajo, pero su resultado en pantalla es todo menos complejo, siendo un personaje, un villano puro sin matices, mucho más flojo que el interesante personaje que interpretó en Blade Runner 2049. Y a años luz de la complejidad de Drax, por supuesto. Sobre Zendaya prefiero detenerme más adelante.
Me gusta la historia de amor de Paul y Chani en la primera mitad de la película y como Paul realmente intenta combinar la devoción que siente hacia Chani con la inevitabilidad de un destino que le va a llevar por otro camino. Puede decirse que la negativa de Paul de aceptar este destino proviene de su amor hacia ella, dando una explicación a situaciones posteriores que se me hicieron largas. Pero al menos en lo referido a elementos positivos, voy a añadir este amor inicial.
Me gustaría decir en la parte positiva que las casi tres horas de duración no se me hicieron largas, pero no estaría diciendo la verdad. El debate sobre la duración desmedida de las películas actuales daría para un artículo separado, prefiero no entrar a ello en este post más allá de señalar este hecho. Y con esto toca entrar en las cosas que no me han gustado, a pesar de que creo que merece verse en pantalla grande.
Antes de empezar con los aspectos negativos, toca hacer el disclaimer de turno. Si, se que no es posible hacer una copia literal de la novela de Herbert, son medios diferentes y por tanto tienen que haber cambios y es normal que los haya. Por otra parte, dentro de la libertad creativa que tiene cualquier director (una vez los productores le dan luz verde), hay que aceptar que Villeneuve haga los cambios que más le interesen por un motivo u otro. Eso lo tengo claro. Pero lo único que quiero como espectador (ni siquiera como fan de la novela de Herbert) es que los cambios que realice Villeneuve por un motivo u otro MEJOREN la historia, hagan que el ritmo nos atrape y tenga a los espectadores atrapados durante toda la duración gracias a unos personajes merorables. Y nada de eso sucede en Dune Parte Dos.
Estoy super decepcionado con Dune Parte Dos. Pero pensando en aspectos puramente cinematográficos, en realidad Denis Villeneuve repite los problemas que tuvo la primera película y añade otros que resultan aún más graves. Empezando por una narración a trompicones con un ritmo nefasto que no consigue enlazar una escena con la siguiente de ninguna manera, desde luego no emocionalmente que es esencial para enganchar a los espectadores. Por ejemplo, Paul no quiere saber nada de ser un elegido y sólo busca ayudar a su tribu fremen en su guerra de guerrillas. Y justo a continuación hay una elipsis y Chani y él lideran un asalto fremen a una cosechadora Harkonnen. La película se ha detenido varias veces en que Paul aprenda a andar por el desierto, pero el combate llega de improviso y Paul es el segundo puto amo. Porque obviamende Zendaya es la M.V.P. (Luego vuelvo a eso). Por cierto, aunque voy a poner algún ejemplo concreto, no quiero hacer esta reseña un desglose escena a escena de cada cosa que no me ha funcionado de la película, aunque hay un porrón de situación que me invitan a hacerlo.
Dune Parte Dos vuelve a fallar a la hora de conseguir que las escenas transmitan emoción y nos hagan conectar con los protagonistas. La primera vez que Paul monta y domina a un gusano es una escena muy bien fotografiada y supongo que los profesionales pensarán que les ha quedado muy realista. Pero en realidad Paul se ve envuelto en una nube de arena de las dunas, de forma que NO vemos lo que está haciendo ni como lo domina. Uno de los momentos claves de la historia se queda en una escena descafeinada. (Aparte, no hay nada «realista» en montar un gusano de Arrakis que no existe, pensar en este concepto siquiera me parece realmente tonto para empezar. No mostrar a Paul en modo DIOS montando el gusano es una decisión personal de Villeneuve, como todo en la película). Y como esta, pasa igual con todas. La escena en la que Jessica toma el agua de vida, las visiones de Paul, la ridiculez que el Emperador sienta pena por la muerte del duque Leto cuando fue él quien la ordenó. Todos momentos intrascendentes. Quizá el único momento de alegría y emoción sincera fue la reunión de Paul con Gurney Halleck, su antiguo maestro Atreides.
La escala arquitectónica de Dune fue uno de los grandes valores de la primera película. Sin embargo, eso se pierde durante el 90% del metraje de esta segunda parte, al estar los personajes en medio de desiertos impersonales más bien grises. El hogar de los fremen si muestra la arquitectura enorme que nos acostumbró la primera parte, pero son momentos aislados super puntuales, como cuando Stilgar le muestra a Jessica el pozo de agua de los fremen. Por su parte, más allá de la sorpresa del blanco y negro de Giedi Prime, lo cierto es que el coliseo es un espacio de CGI que no diré que canta, porque creo que está bien , pero rompe la sensación táctil y casi sensorial de muchos de los decorados de la primera película. Esto no es un gran pero, pero si creo que quita del visionado una de sus principales virtudes previas. Algo que es otra chinita en el camino.
Otro detalle clave es que no tengo la escaleta de la película, pero pasan seguro más de dos horas con temas más o menos intrascendentes (luego entro con ello) y cuando se supone que llegamos al climax de la película y el ataque final de los fremen a los Harkonnen y los sardaukar del Emperador, esto resulta ser un anticlimax que es resuelto en apenas ¿cinco minutos? Aparte de lo decepcionante que es (de nuevo) la forma en que Villeneuve nos muestra a Paul tomando el agua de vida y convirtiéndose en el líder predestinado de los fremen, el libertador frente a las garras de los imperios galácticos que les han esclavizado durante siglos. O que este combate entre fremen y sardaukar apenas se vea nada porque la arena lo tapa casi todo. Tener una película de casi tres horas y ver que no se toma su tiempo para las cosas que de verdad son importantes es una de las cosas que más perplejo me dejan de esta adaptación de Dune. Curiosamente, en este momento sí se detienen en mostrar a Chani puto-ama-destruye-enemigos, cosa que nunca hacen con Paul. (En serio, llegará pronto a la parte de Chani, es importante).
Uno de los problemas que tuve con la primera película de Dune es que en muchos aspectos parecía un trailer de los muchos temas complejos de la novela, muchos de los cuales desaparecían de la adaptación de Villeneuve. El complot del Emperador y en general los complejos equilibrios entre las grandes casas del Landsraad, la búsqueda del traidor entre los Atreides de Arrakis o la compleja sociedad fremen. Elementos que desaparecieron o se convirtieron en una versión resumidísima que no le hacía justicia al original. Sin embargo, dicho esto, lo cierto es que a grandes rasgos la historia de la primera película era fiel a la novela de Herbert. Lo que me ha matado es tener una segunda película de Villeneuve cambiando y desnaturalizando a los protagonistas convirtiéndoles en cosas que nunca fueron en la novela. Cambios que por supuesto no mejoran el original.
Recordemos que en la novela, las Bene Gesserit llevan siglos cruzando líneas genéticas buscando al Kwisatch Haderach, el ser supremo que podrá mirar donde a ellas les está vetado y que llevará a la galaxia a una paz que durará siglos. Pero sus planes se ven interrumpidos porque Jessica da a luz un hijo para su amante el duque Leto Atreides, en lugar de una hija. Las Bene Gesserit quieren un elegido que ellas puedan controlar, pero Paul se convierte en alguien más poderoso de lo que jamás soñaron y se hace con el control de la galaxia. Unido a esto, Paul no sólo libera a los fremen de la esclavitud de siglos, sino que consigue su venganza frente a un Emperador que conspiró para destruir a toda la casa Atreides matando a su padre. Y sobre todo, contra el brazo ejecutor del Emperador que fueron los Harkonnen, una casa cruel, sádica y asesina que sin duda merece la muerte. La galaxia está mucho mejor sin ellos porque sus actos durante la novela así lo han dejado claro. Esto unido a tener la figura de Paul convertido en el kwisatch haderatch predestinado a traer la paz en la galaxia, nos dejó con un final feliz puro al final de la novela. Es cierto que las siguientes novelas añadieron el matiz y la alerta contra los extremismos religiosos y los líderes mesiánicos encarnados no tanto en Paul, que también, sino sobre todo en sus herederos. Pero el final de la primera novela de Dune era un final positivo para Paul, Jessica, ALIA y los fremen.
Sin embargo, Villeneuve se muestra como un prisionero de la dictadura de las modas de lo políticamente correcto y destroza a unos personajes maravillosos, lo cual me parece el gran ERROR de la película. En el mundo woke actual no es de recibo que un hombre blanco sea el salvador de un pueblo indígena, y por eso Villeneuve no deja de poner en duda la faceta del líder mesiánico. A pesar que Paul sea precisamente eso en la novela y para la cultura fremen. Dejarte atrapar por idioteces del mundo real cuando estás adaptando una historia de ciencia-ficción es absurdo, pero es es justo lo que hace Villeneuve. Me resulta perplejo como Villeneuve emplea su tiempo en intentar demostrar que no existe el elegido de los fremen al ser todo una maquinación de las bene gesserit para controlar a los fremen y con ellos, a la especia. A pesar que Paul lo sea y cumpla todos los caminos marcados en las profecías fremen, empezando porque sobrevive al agua de vida, una tradición fremen que las bene gesserit no saben que existe. La negativa de Chani a que un blanco (hombre de fuera) les salve entra sin dudas dentro de las teorías actuales de los identitarios raciales y culturales. Y aunque seguro tendrá sus seguidores, es una decisión contra natura de la historia que contó Herbert. Porque claro que Paul es el líder profetizado por los fremen.
Timothée Chalamet realiza un buen trabajo como Paul Atreides y estoy seguro que acierta con lo que Villeneuve le pedía, pero la forma en que Paul Atreides niega ser el elegido porque patata, a pesar que las visiones le dicen que es inevitable y es una rémora pensando en el ritmo que antes comentaba. La parte del amor que siente hacia Chani solo llega hasta cierto punto, luego la película se para y evita llevarnos donde la historia necesita ir. Y como la figura del salvador blanco tiene connotaciones negativas, por eso la escena de Paul bebiendo el agua de vida y convirtiéndose en uno está rodada de forma tan descafeinada. Y sobre todo, convirtiendo a Chani en la protagonista de esa escena al salvar a Paul. Y llegamos a Chani.
Chani es para mi lo peor de la película. Zendaya no me ha gustado, pero en realidad diría que ella ha hecho lo que Villeneuve la ha pedido, que es aparecer el 90% del tiempo con el ceño fruncido de estar enfadada casi de forma apabullante. Pero el problema no es Zendaya, sino que Villeneuve convierte a Chani en una mujer feminista empoderada que se opone a la cultura de su pueblo y, sobre todo, a la posibilidad de que un hombre blanco pueda liderar a su pueblo. Aunque sea su amado. Es tan fuerte que para forzar este elemento de empoderamiento, no sólo femenino sino también racial, Villeneuve se inventa que entre los fremen existe una facción es religiosa y otra se opone al misticismo. Aunque el misticismo claramente existe en este mundo de gusanos de arena que crean especia que abre la mente y alarga la vida. Paul bebe el agua de vida que ha matado a todos los hombres y posea el conocimiento de todo el pasado y el futuro, eso no parece ser suficiente para esta Chani. En una cultura como es la fremen afilada por siglos de dureza en las condiciones más duras, lo importante es la supervivencia del clan. Cada fremen se sacrificará sin dudarlo un segundo para conseguir que el grupo perviva, porque son una cultura unida sin fracturas. Pero no Chani. Paul libera a los fremen como el salvador que es y ella no puede admitirlo y le rechaza y se va. No se sabe con qué objetivo, más allá de mostrarla como una mujer fuerte que toma el control de su propio destino. Aunque sea un elemento contranatura. En la novela, el sacrificio de Chani aceptando que su amado se casa con la princesa Irulan como precio para que los fremen fueran libres resaltaba el poder de las convicciones de Chani y la fuerza de su amor. Por su amado y por su pueblo. Aparte que mostraba una faceta de un amor poco convencional. Que Zendaya se vaya enfadada en esta película convierte a Chani en una niñata enfadada por haber sido rechazada.
Para forzar el elemento de Chani puto-ama, la película obvia un elemento muy importante de la novela como es LETO, ¡el hijo que Chani tiene con Paul! Y se que podrás decir, «pero Ignacio, David Lynch tampoco sacó a Leto en su película». Y claro, eso es verdad. Pero Lynch sólo tuvo 2 horas para contar su película, Villeneuve ha tenido cinco y media, tenía tiempo de sobra para hacerlo. Pero claro, eso pone en riesgo la visión de Chani guerrera que parece que sólo es la que interesa. Es tan clara la intención de Villeneuve de hacer que Chani sea la protagonista al mismo nivel que Paul que lo que hace es boicotearle a él en los momentos que tendrían que ser importantes en la película, como los que estuve comentando a lo largo de esta reseña.
Y hablando de niños no nacidos, ¡Villeneuve NO deja que Jessica de a luz a ALIA! WHAAAAT??!!! La novela transcurría durante varios años, de forma que se justificaba muy bien como Paul con su lucha de guerrillas iba entorpeciendo las operaciones Harkonnen generando una cascada inevitable. En este contexto, Paul se hacía poco a poco con el control de los fremen que le veían como su salvador predestinado con cada victoria. Sin embargo, teniendo en cuenta que Jessica no da a luz a Alia, esto significa que han pasado apenas unos meses. Estos matices se pierden, y por eso toda la historia se siente precipitada y deslavazada. Y volviendo a esto ¿Por qué Villeneuve ha borrado a Alia de la película? ¿Es posible que en un mundo de gusanos gigantes, barones voladores, especia que expande la mente y sectas de mujeres telépatas super inteligentes, una niña de 3 años que se expresa como una adulta le pareció «irreal»? El no nacimiento de Alia no mejora la historia, y volviendo a las comparaciones, la muerte del barón a sus manos en la película de Lynch resultaba más potente y evocadora que lo que plantea Villeneuve aquí.
Pero no es el único cambio que empeora la historia. Stilgar NO es un fanático religioso descerebrado como le pinta Villeneuve («Se cuando tengo delante a un elegido, he servido a muchos» whaaaat?!). Es un líder pragmático, como no serlo en Arrakis, que ve en Paul un recurso valioso que utilizar contra los harkonnen y que en los años que pasan se convierte y cree que él es el elegido. Los cambios de Villeneuve en el personaje le afectan mucho más que la reducción del marco temporal.
Otra que sale mal parada de los cambios de Villeneuve es Lady Jessica, convertida en esta película en una peligrosa y maquiavélica Sacerdotisa de los fremen que conspira para que su hijo tome el control. Como parte de la narrativa anti-mesías, Villeneuve la coloca en una perspectiva negativa en todo momento, pero en la novela e incluso en la película de Lynch, el personaje era mucho más complejo. Porque puede ser una Bene Gesserit (con sus propios planes), pero también es una madre que se preocupa por su hijo y luchara como pueda por evitar su muerte. Y al mismo tiempo, Jessica teme el poder que va a conseguir y en lo que se va a convertir. Pero no puede hacer otra cosa que lo que está destinada a hacer, ya que la alternativa es su muerte y la de sus hijos. Todos los matices y la complejidad de la novela, con sus blancos y sus negros, se han perdido para hacer una película más sencilla y digerible para el gran público.
Y comentaba antes que ya se que esto no es una copia literal de la novela. Pero si vas a hacer estos cambios, lo mínimo es que debería sentirse que de alguna manera mejora el original, cosa que no sucede nunca. Desde luego no con Stilgar, Jessica, Chani. Y estos son personajes claves de la película, sin ellos el conjunto no puede funcionar. Es normal que no lo haga. No quiero dejar de comentar que Villeneuve intenta quitar la gran mayoría de elementos de misticismo, no sé si por lo del realismo mal entendido que comentaba antes. Pero es algo que no funciona. No puede funcionar, porque estamos en DUNE. ¿En qué estaba pensando? De nuevo, un cambio que empeora una historia casi perfecta que no necesitaba que alguien viniera a intentar resignificar elementos.
Aparte de ser anticlimático, el final de la película no funciona tampoco porque se plantea para negar la cualidad heroica de Paul de la primera novela como salvador de los fremen y señor de la galaxia que la va a llevar a su mayor periodo de paz y estabilidad. Como hemos comentado, un salvador mesiánico blanco no es bueno ni deseable, por eso Villeneuve añade una escena en la que Paul lanza a los fremen a la yihad, la guerra santa que provocará miles de millones de muertos por toda la galaxia. Paul le dice a Stilgar que «lleve al paraíso» a aquellos que no se rindan a sus exigencias, lo que es un eufemismo de la masacre que se avecina. En la novela y la película de Lynch las casas del Landsraad se rendían ante la posibilidad que Paul destruya el planeta y con el la especia, pero eso no sucede aquí. Aparte que al no haber mostrado antes a estas grandes casas hace que este desafío carezca de fuerza y tampoco funcione. Que la película se cierre con Chani y no con Paul es otra muestra del ninguneo que le somete Villeneuve y cómo quiere que Chani le robe el protagonismo. Que ella le abandone puede parecer una decisión de mujer fuerte empoderada, pero como comentaba antes no funciona porque rompe con toda la cultura fremen y la muestra como un cría despechada porque el novio la ha abandona por otra. Triste final.
Añado a todo lo anterior que algún que otro gafapasta califica a Dune de obra maestra cuando dista mucho se serlo. Y ante eso tampoco tengo nada que decir, porque para gustos, colores. Pero si me parece penoso que Villeneuve decida adaptar una novela mítica de la ciencia ficción que ofrecía un final cerrado satisfactorio haciendo dos película que dejan un final abierto. Por supuesto, este final no llega al desastre del final de la primera película porque aquí Paul si ha vencido a sus enemigos. Pero es una trampa muy sucia por parte de Villeneuve para intentar conseguir que Warner le financie una tercera película adaptando El mesías de Dune, la segunda novela de Herbert. Visto lo visto, y con los cambios que ya ha realizado Villeneuve, no tengo claro que me interese ver esa película, en caso que llegue a suceder. Este final abierto me ha parecido una apelación muy chusca a lo peor del mundo de las franquicias cinematográficas.
Por último, aunque no es nuevo, tengo que reafirmar que la película de Dune de David Lynch me parece no solo una mejor adaptación de la novela de Herbert, sino una mejor película que estas dos películas de Villeneuve. Si, se que Lynch hizo cambios por problemas de tiempo y presupuesto, por ejemplo inventándose lo de las armas Atreides como forma de avanzar la trama. Pero captó perfectamente el espíritu de la novela, cosa que Villeneuve no ha hecho. Y Lynch planteó una película con un montón de momentazos emocionales y visuales que aún se recuerdan, sin ir más lejos la frase final de Alia «¡Porque es el KWISACH HADERACH!», que nos dio un final perfecto a la película. Final que no tiene la de Villeneuve. Es que no hay comparación posible, Lynch gana por goleada en todo lo importante, porque la escala arquitectónica de Villeneuve está muy bien, pero al final eso es lo anecdótico si no aciertas a los personajes.
Comparto el trailer de la película:
Dune parte 2 ha sido una decepción muy grande, sobre todo pensando que quería que me gustara y no ha sido así.
PUNTUACIÓN: 5/10
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