La segunda temporada de La Casa del Dragón ya es historia en Max, por lo que ya puedo compartir mis impresiones de esta serie spin-of / precuela de Juego de Tronos.
PUNTUACIÓN: 7/10
La serie transcurre 200 años antes de los eventos ocurridos en Juego de Tronos y cuenta la épica historia de la casa Targaryen.
George R.R. Martin estuvo super implicado en la creación de esta serie, que ha sido creada por él, el guionista Ryan Condal y el director Miguel Sapochnik, director de alguno de los mejores episodios de Juego de Tronos. Condal es el showrunner de esta segunda temporada de ocho episodios, y ha escrito el primero y el cuarto episodio de esta temporada. Otros guionistas son Sara Hess, David Hancock, Ti Mikkel y Eileen Shim. En la dirección Alan Taylor, director super asociado al mundo de Juego de Tronos ha realizado el primer y el cuarto episodio de esta temporada. Clare Kilner, Geeta Vasant Patel, Andrij Parekh y Loni Peristere son los otros directores de la serie. El músico Ramin Djawadi vuelve también con la icónica melodía original.
Dentro del reparto encontramos a Emma D’Arcy como la Reina Rhaenyra Targaryen: Hija y heredera del Rey Viserys I Targaryen, primogénita y única superviviente de Viserys y su primera esposa, la Reina Aemma Arryn. Tras la muerte de su padre es coronada reina por sus partidarios, los «Negros», después de que su hermanastro usurpara el trono. Es una jinete de dragones que monta al dragón Syrax. Olivia Cooke interpreta a la Reina viuda Alicent Hightower: Compañera de infancia y mejor amiga de la princesa Rhaenyra Targaryen, y más tarde segunda esposa y reina consorte del rey Viserys I Targaryen. Alicent promueve el ascenso al trono de su hijo el Príncipe / Rey Aegon II Targaryen (Tom Glynn-Carney), lo que provoca la guerra abierta entre ambas facciones.
Matt Smith es el Príncipe Daemon Targaryen, el hermano menor del Rey Viserys I Targaryen y tío / marido de la Princesa Rhaenyra Targaryen. Daemon es un guerrero feroz y empuña la espada de acero valyrio Hermana Oscura. Es un experimentado jinete de dragones que monta al dragón Caraxes, también conocido como el «Wyrm de Sangre». Rhys Ifans es Sir Otto Hightower: El padre de la Reina Alicent Hightower y la Mano del Rey del pequeño consejo del Rey Viserys I Targaryen y continúa manteniendo su posición bajo el Rey Aegon II Targaryen. Cuando su hija se convirtió en reina, comenzó a conspirar para poner a su hijo mayor Aegon en el Trono de Hierro, en lugar de Rhaenyra, cosa que consiguió. Steve Toussaint es Lord Corlys Velaryon: El Señor de Driftmark y jefe de la Casa Velaryon, una de las familias más ricas y poderosas de los Siete Reinos. Conocido como «la Serpiente Marina», es el marino más famoso de la historia de Poniente. Eve Best como la Princesa Rhaenys Targaryen: Prima mayor de Viserys y Daemon y esposa de Lord Corlys Velaryon. Rhaenys es la única hija del Príncipe Aemon Targaryen, el difunto heredero e hijo mayor del Rey Jaehaerys I Targaryen, y de Jocelyn Baratheon, hermanastra de Jaehaerys.
La casa del dragón ha confirmado en su segunda temporada que es uno de los máximos entretenimientos de la televisión actual, aunque también tiene sus zonas grises que son más cuestionables. Empezando por los aspectos positivos, el marketing de HBO planteando que los espectadores pudieran elegir entre #TeamGreen o #TeamBlack en función de si apoyábamos a Rhaenyra o Alicent sirvió para resaltar uno de los aspectos más positivos de la primera temporada, que es que ambas creían tener razón, lo que alejaba la historia de la típica historia de buenos contra malos. Otro aspecto positivo de La casa del dragón es que los actores ya han hecho suyos a los personajes que interpretan, o los espectadores ya les tenemos cogidos el tranquillo, y los personajes transmiten el carisma que necesitan. Rhaenyra y Alicent siguen siendo unas protagonistas morales que actúan según lo que creen es correcto, con Alicent llevándose un golpe de realidad al descubrir que sus hijos igual no son los adecuados para el trono, mientras que Sir Cole va a quedar traumatizado tras ser testigo del combate de dragones que diezmó a su ejército. Hay muchos personajes y la mayoría tienen un detalle que les convierte en interesantes. Por ejemplo, la escena de Alyn de Hull, en el que se enfrenta a su padre Corlys Velaryon tras años de ignorarle por ser bastardo, me parece un escenón espectacular. Y como ese hay muchísimos momentos, como los de Mysaria, la consejera de Rhaenyra, o Larys Strong, consejero de Aemond.
El gran momento de la serie ha sido el episodio 4 en el que por fin tuvimos el combate de dragones que llevábamos anticipando desde la primera temporada. El combate es brutal y puede ser de lo mejor que se ha visto en toda la serie, y en la televisión de 2024. Una serie que ya nos dejó de forma anticlimática la temporada pasada que anticipó una guerra que no llegó a suceder. Aparte de lo brutal del combate de Aemond Targaryen montando al dragón Vhagar contra la Princesa Rhaenys, que además deja quemado y muy malherido a su hermano el Rey Aegon II, el combate tiene añade un factor fundamental para la serie: Cuando los dragones luchan, es como si se lanzara una bomba nuclear. Los soldados de Sir Cole mueren calcinados y las muertes se cuentan por centenares si no miles. Que empiece la guerra de dragones sólo anticipa la destrucción mutua asegurada en la que seguro será el pueblo llano el que pagará el precio. Y ese es el gran drama que Rhaenyra sabe e intenta evitar a toda costa, hasta que se queda sin opciones.
El otro elemento que me ha gustado mucho es el uso que la serie guarda para la gente corriente. Por un lado, el pueblo de Desembarco del Rey está a punto de rebelarse contra el regente Aemond al que le da igual si su pueblo se muere de hambre. Y sobre todo, ver a hijos bastardos de los Targaryen dominando a varios dragones controlados por Rhaenyra, rompiendo el factor de que los jinetes de dragones deben ser «nobles», me parece una idea super interesante. Unido a que no tengo claro qué harán estos jinetes cuando de verdad tengan que entrar en combate.
La duración de ocho episodios me parece adecuada con lo visto en esta segunda temporada, y me gusta que haya aumentado el metraje de los dragones en esta segunda temporada. En el apartado técnico, el diseño de producción, las localizaciones (entre ellas el casco histórico de Cáceres), el empleo de extras y los efectos especiales me parece que lucen increíblemente en esta serie. Dentro de las cosas positivas, La casa del dragón ofrece el entretenimiento que promete, y la verdad es que me ha dejado (con matices) con ganas de más. Por cierto, HBO ha confirmado que va a producir las 2 próximas temporadas de La casa del dragón para que la historia pueda contarse con la extensión que George R.R. Martin comentó que necesitaría la serie cuando estaba promocionando el estreno de la primera temporada. Algo por lo que los espectadores sin duda tenemos que alegrarnos.
Dentro que la serie me ha gustado y seguro veré la tercera temporada, hay bastante cosas que comentar que son cuestionables. Empezando por el mismo final de la temporada, planteado como un trailer de lo que está por venir y que vuelve a dejarnos con la sensación que ya tuve en la primera temporada: Excepto el cuarto episodio que es realmente espectacular y dramático, todos los episodios de esta segunda temporada han vuelto a dejarme con la sensación de vendernos la idea de «vuelve la semana que viene, que ese episodio será el bueno». De hecho, todo el final de la temporada es precisamente ese: «No te hemos mostrado las batallas que hemos sugerido, pero vuelve que a la próxima igual si». Y esta sensación de anticlimax en realidad no es buena, porque es la segunda vez que la serie nos hace lo mismo.
Cuando vi el espectacular cuarto episodio tuve claro que esa iba a ser la única batalla que veriamos en toda la temporada. Por supuesto en ese momento podía haberme equivocado, pero las emisiones posteriores han acabado dándome la razón. Ya sea por motivos presupuestarios, que seguro ha sido un factor, o por la propia narrativa a fuego lento que plantean los creadores, el resultado es una serie descompensada que nos ha ofrecido lo mejor en la mitad y ha ido cuesta abajo a partir de ahí. A esto hay que añadir que los medios americanos comentan que el rodaje de la tercera temporada comenzará a primeros de 2025, por lo que entiendo que estamos ante un estreno en 2026. Esto significa que prácticamente van a volver transcurrir los casi dos años que pasaron entre las temporadas 1 y 2. Y esto es muchísimo tiempo pensando en el coitus interruptus que nos está ofreciendo la serie. En este momento me acuerdo que la serie se redujo de 10 episodios a 8, y en condiciones normales esos dos episodios que nos han «robado», de nuevo no se si por tema presupuestario, narrativo o una combinación de los dos, son los que tendrían que habernos dado el climax que la historia precisaba.
El otro gran problema de la temporada ha sido todo el arco de Daemon Targaryen en Harrenhal, el centro de las Riverlands y castillo clave para el desarrollo de la guerra. Daemon se pasa casi la totalidad de su tiempo sufriendo visiones que se convirtieron en los verdaderos «minutos de la basura» de la serie. Que al final todo ello le lleve a ver la visión de lo que se profetiza en La Canción de Hielo y Fuego y le lleve a jurar lealtad a Rhaenyra es un final que puede ser lógico, pero que no oculta lo alargado y sin interés que fue su participación esta temporada. Dicho esto, Rhaenyra obtiene la lealtad de los señores de Riverlands y se ha hecho con tres nuevos jinetes de dragones, por lo que lo que el equilibrio de fuerzas parece que se ha decantado a su favor. El tamaño de Vhagar, sin embargo, hace que no se pueda descartar alguna nueva matanza de Aemond.
Hablaba del acierto de marketing del Team Green / Team Black. Sin embargo, narrativamente, esto no es así. Desde el primer momento los espectadores sabemos que el Rey Viserys quería que su hija Rhaenyra reinara, aunque dio la opción a Alicent de malinterpretar su repetición de la Canción de Hielo y Fuego. Este desequilibro se va agravado por la incompetencia de los hijos de Alicent, que hace que el espectador desee que ganen los Verdes de Rhaenyra. Primero con el incompetente Aegon II y después con la crueldad de Aemond montando a Vhagar. A todo esto, ya no sorprende que la serie plantee que todas las mujeres son personas morales y «buenas», mientras que los hombres son los que muestran todas las cualidades negativas posibles.
En realidad la serie me ha gustado. Pero tengo claro que La casa del dragón NO está al mismo nivel que Juego de Tronos, empezando por la menor complejidad al tener sólo dos tramas (tres si contamos el decepcionante arco de Daemon) frente a las múltiples localizaciones y personajes de Juego de Tronos. Tampoco los personajes son igual de memorables, en especial sus virtuosos y poco complejos personajes femeninos. Sin embargo, yo sabía todo esto y lo acepto sin problemas. Porque en realidad, como he comentado, la serie me entretiene muchísimo, a pesar de la constante sensación de trailer de lo que está por venir y su excesivo ritmo expositivo y anticlimático.
Comparto el trailer de esta temporada:
La segunda temporada de La casa del dragón confirma que es una buena serie de televisión con una narrativa que como mínimo debe ser calificada de cuestionable.
PUNTUACIÓN: 7/10
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