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Crítica de Vengadores: Infinity War sin spoiler

No estaba preparado para la experiencia que viví durante el pre-estreno de Vengadores: Infinity War. La nueva película de los estudios Marvel dirigida por los hermanos Russo consigue romper todas las expectativas de la mejor forma posible y nos ofrece la que sin duda va a ser considerada la película de super-héroes más épica jamás filmada.

PUNTUACIÓN: 10/10

Tras su presentación sorpresa al final de Vengadores (2012), Thanos (Josh Brolin) por fin llega a la Tierra para hacerse con el control de las Gemas del Infinito, lo que le proporcionará un poder inigualable con el podrá destruir a la mitad de los seres de la galaxia. Los Vengadores, que se encuentran divididos tras Civil War, van a tener la ayuda de Los Guardianes de la Galaxia, Spider-Man, Doctor Strange y Black Panther, en la que será la mayor reunión de héroes jamás ensamblada:

Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Hulk (Mark Ruffalo), Viuda Negra (Scarlett Johansson), Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), Spider-Man (Tom Holland), Black Panther (Chadwick Boseman), Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), Vision (Paul Bettany), Starlord (Chris Pratt), Máquina de Guerra (Don Cheadle), Halcón (Anthony Mackie), Winter Soldier (Sebastian Stan), Gamora (Zoe Saldana), Rocket (Bradley Cooper), Drax (Dave Bautista), Groot (Vin Diesel), Mantis (Pom Klementieff), Nebula (Karen Gillan),…

Lo primero que debo decir es que a pesar de que esta es una crítica sin spoilers, te aconsejo que no leas nada absolutamente sobre la película y vayas corriendo a verla. Por que Marvel ha vuelto a hacer una campaña de Marketing modélica en la que no nos ha contado nada, e incluso la edición de los trailers sirven claramente para desinformar a los espectadores, de forma que las sorpresas que vamos conociendo desde el minuto uno sean impresionantes. Creerme si os digo que si viste los trailers no has visto ni la punta del iceberg.

Entrando ya en materia, hay que quitarse el sombrero ante los hermanos Joe y Anthony Russo, unidos a los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeeley, que han creado una experiencia excepcional basada en las 17 películas que la preceden. Estamos ante una nueva película Marvel que tiene el espíritu de los comics Marvel, y claramente se inspira en la obra de Jim Starlin, pero no es una traslación literal de esas viñetas a la gran pantalla.

Es alucinante como la unión de todos los personajes está resuelta de forma tan brillante. Gracias a la ayuda de James Gunn, Taika Waititi, Ryan Coogler o Scott Derrickson, se consigue que no haya salto en las personalidades ni en su forma de expresarse, de forma que la transición entre las películas previas e Infinity War es perfecta. Esto para mi es un valor fundamental de la película, aunque significa que si no has visto las películas previas, vas a estar perdido, ya que no hay los típicos diálogos expositivos de presentación de los personajes. Si eres un true.believer, lo cierto es que no los necesitas porque ya les conoces a todos. En todo caso, ver juntos en pantalla por primera vez a Tony Stark, Star-Lord, Thor, Rocket, Groot, Spider-Man, Doctor Extraño, Capitán América y todos los demás es alucinante.

Además, la película tiene un elevado componente de tensión ante la imparable amenaza de Thanos, que es compensada perfectamente por numerosos momentos super divertidos fruto de la interacción de los diferentes personajes. Infinity War es ante todo una película Marvel, y el humor está en su ADN, y aquí funciona en todo momento, consiguiendo momentos hilarantes en los que Thor se convierte en el MVP.

El equilibrio de todos los elementos es fundamental, y si Infinity War triunfa es sin duda porque Thanos es un gran villano. De hecho, más que una película de Vengadores, si tenemos en cuenta los minutos en pantalla estaríamos casi ante la «Búsqueda de Thanos», la clásica historia de Jim Starlin previa a Infinity Gaunlet en la que Thanos viaja por toda la galaxia buscando una a una todas las Joyas del Infinito. Thanos no es un típico villano de opereta que busca destruirlo todo porque eso es lo que hacen los malos, la interpretación de Josh Brolin añade sorprendentes matices a sus motivaciones, y la tecnología de captura de movimientos utilizada es brutal, llegando a verse casi hasta los poros de su piel. Thanos es sin duda una fuerza de la naturaleza y transmite en cada escena en la que aparece que nadie está a salvo y que cualquier héroe puede morir en cualquier momento.

Otro hecho sorprendente y positivo para mi es que Infinity War no es una historia de tres actos clásica, sino que estamos ante una historia episódica en la que los diferentes personajes de juntan y se separar y tienen sus propias misiones para detener a Thanos, que se entrecruzan durante toda la película hasta llegar al brutal e impactante climax final. Pero frente a otras películas actuales que optaban por realizar montajes paralelos que sólo conseguían romper el ritmo, Infinity War permite que cada acto se desarrolle con la duración necesaria para hacer avanzar la historia y dejarnos intrigados con lo que va a suceder a continuación. Esto es un gran guión, un gran montaje, y tener las ideas muy claras de lo que necesitaba la historia. No quiero olvidarme tampoco de mencionar la excelente banda sonora de Alan Silvestri, oscura y épica, que es otro home-run a todos los que dicen que Marvel no tiene buenas bandas sonoras.

Y por si fuera poco, el climax, la escala galáctica y la amenaza de Thanos hace que el concepto de ÉPICA alcance un nuevo nivel, como no se ha visto desde hace años. El Señor de los Anillos es la más evidente, y única, comparación posible, pero el nivel de shocks y sorpresas brutales y mortales de Infinity War sin duda la colocan muy por encima de la trilogía de Peter Jackson.

Perfecto, inesperado, brutal, impactante… Todo esto es el final de la película. Y a la vez totalmente lógico y casi el único final posible. Pero hay que tenerlos bien puestos para atreverse a hacerlo. Y Marvel no se ha achantado, consiguiendo un éxito creativo que es ya historia del cine. Pero yo reconozco que no estaba preparado emocionalmente para este final.

Otro elemento fundamental de Infinity War es la experiencia que vivimos en el pre-estreno del jueves noche. Un día después de haberla visto, sigo exhausto y en shock. He vivido una experiencia increíble en el cine, mis expectativas han saltado por los aires en todos los sentidos y siempre a mejor. Ha sido como la magia de la primera Vengadores, que no se puede explicar si no la viviste, pero multiplicada por 100. Sigo on-fire pensando en todo el cine, TODO EL CINE,  aplaudiendo a la vez de forma espontánea varios momentazos durante la película. Igual de impresionante como el final de la película, en el que toda la audiencia de Kinépolis en Valencia nos quedamos en silencio absoluto mientras pasaban los títulos de créditos, intentando asimilar el torbellino de emociones que acabábamos de experimentar. Jamás viví nada parecido en una sala de cine en toda mi vida.

Siendo justos, debo reconocer que  Vengadores Infinity War no es perfecta, pero nada lo es. Pero sin duda consigue como pocas algo para lo que el arte del cine fue creado… ¡Sorprendernos y emocionarnos! Estamos ante un momento histórico en el cine comercial de entretenimiento americano, y me alegro de haber podido experimentarlo sin que nadie me lo chafara con spoilers.

Ahora mismo, sólo puedo pensar en cuando volveré a verla, y en poder compartir esta experiencia con mi mujer y mi hijo.

Estoy tan impactado con Vengadores Infinity War, que además de esta crítica sin spoilers, he decidido hacer una segunda entrega CON SPOILERS para comentar todo lo bueno de esta película, que es mucho, así como las posibilidades que se abren de cara a las próximas películas, entre las que se encuentras Capitán Marvel y  Vengadores 4 en 2019. De hecho, lo único malo que se me ocurre ahora mismo es que nos queda un año de espera hasta poder ver Vengadores 4. ¡Qué largo se nos va a hacer! Marvel Studios sin duda está marcando un standard de calidad que veo muy difícil que pueda llegar a ser igualado.

PUNTUACIÓN: 10/10

Crítica de Kingsman: El círculo dorado de Matthew Vaughn

Mi comentario sobre Kingsman: El círculo dorado de Matthew Vaughn va a ser muy sencillo y rápido. ¿Te gustó Kingsman: Servicio Secreto? Entonces disfrutarás un montón esta continuación. Por el contrario, si la adaptación del comic de Mark Millar y Dave Gibbons te pareció soez y over-the-top, entonces mejor que te ahorres esta nueva película. Por suerte, yo me encuentro dentro del primer grupo, así que para mi han sido 140 minutos de diversión políticamente incorrecta protagonizada por personajes carismáticos y con unas escenas de acción espectaculares e imaginativas.

PUNTUACIÓN: 8/10

Kingsman: El círculo dorado es una historia completamente original que no adapta ningún comic de Mark Millar. Está escrita por Matthew Vaugh en colaboración con Jane Goldman, colaboradora habitual del director y productor inglés.

Cuando el cuartel general de los Kingsman es destruido  por un misterioso cártel de la droga liderado por la sociópata Poppy Adams (Julianne Moore), Eggsy (Taron Egerton) tendrá que viajar junto a Merlin (Mark Strong) a los Estados Unidos para pedir ayuda a sus primos lejanos, los Statesmen. Ambas organizaciones secretas de élite tendrán que unir sus recursos para intentar derrotar a su enemigo común y salvar al mundo…

Kingsman: Servicio Secreto (2015) me pareció una película increíblemente divertida y carismática que mejoraba considerablemente el correcto tebeo de Mark Millar y Dave Gibbons. El éxito de esta película en un año en el que se estrenaron infinidad de películas de espías fue todo una sorpresa y un soplo de aire fresco a un género que parecía que ya no tenía nada interesante que contar tras las películas de Jason Bourne.

Fox dió luz verde a la continuación, pero a la vez ponía el listón muy alto y podía provocar unas expectativas imposibles de superar. En este sentido me alegra comprobar que Kingsman: El circulo dorado «sólo» ofrece más de lo mismo. Hablo,  claro, de acción super espectacular con grandes dosis de inventiva e imaginación, multitud de personajes carismáticos en cada fotograma y situaciones irreverentes, over-the-top y políticamente incorrectas que me sacaban la sonrisa constantemente.

No diría que Kingsman: El círculo dorado es mejor que su antecesora, pero seguro que no es peor. Cumple sobradamente con nuestras expectativas y es una película palomitera en el mejor sentido que ofrece lo que se espera de ella sin reirse del espectador.

Técnicamente, la película se sale. Ya no es una sorpresa comprobar como Matthew Vaughn nos ofrece unas imágenes espectaculares y unos planos perfectos en cada escena. Lo increíble es que Vaughn haya realizado esta película con «sólo» 100 millones de presupuesto, una minucia si lo comparamos con otras películas recientes como Batman v. Superman, X-Men: Apocalypse o Transformers 5.

Ayudado por el director de fotografia George Richmond, que ya trabajó en Kingsman: Servicio Secreto, la acción está siempre clara y nítida. Vaughn mete al espectador en medio del meollo y siempre tenemos clara la situación de cada personaje  en la escena, entendiéndose lo que está pasando. Además, los planos generales son espectaculares y en las escenas de diálogos la cámara está en el sitio justo para enfatizar los sentimientos de los personajes.

Otra cosa a destacar es que cuando vi que la película duraba 140 minutos, temí que se me hiciera demasiado larga. Nada más lejos de la realidad, la película pasa en un suspiro gracias al gran sentido del ritmo de Vauhgn, alternando los momentazos para que en ningún momento sientas que una escena o personaje sobran o están para hacer bulto y rellenar minutos. Al final, fueron casi dos horas y media de pura diversión.

Pero es que además el casting es un acierto brutal y se nota que todo el mundo se lo está pasando en grande. Vaughn consigue que conectemos con todos los personajes, independientemente de sus minutos en pantalla, y nos dejan con ganas de más. Para los que sobrevivan, claro.

Julianne Moore lo borda como una maruja psicópata obsesionada con la estética de los 50 que domina el mayor cartel de la droga a nivel mundial y cuyo plan maléfico es casi tan estúpido como el de Samuel L. Jackson en la primera película. La villana es quizá el eslabón más débil de la cadena, pero es la protagonista de algunos de los gags más bestias de la película y su actitud «happy» contrasta con sus acciones brutales.

En el lado de los americanos, tenemos a Jeff Bridges como Campagne, el director de los Statesmen, con pocos minutos pero bien aprovechados. Channing Tatum es Tequila, el agente más duro del cuerpo, Pedro Pascal es Whiskey, maestro en el uso del látigo y Halle Berry es Ginger, la oficial de inteligencia que solo desea un puesto como agente de campo pero que es rechazada una y otra vez sólo por ser mujer. Y por si fuera poco, tenemos al Presidente de los Estados Unidos interpretado por Bruce Greenwood, que dará un nuevo significado a la expresión «ganar la guerra contra la droga».

Por el lado británico, además de Eggsy (Taron Egerton) y Merlin (Mark Strong), descubriremos cómo pudo sobrevivir Galahad (Colin Firth) al final de la anterior película, y volveremos a ver a Roxy (Sophie Cookson), la Kingsman compañera de Eggsy.

Además, comprobaremos cómo la Princesa heredera Tilde de Suecia (Hanna Alström), protagonista de la criticada broma del final de la primera Kingsman ha encontrado con Eggsy al amor de su vida, lo que demuestra que algo bueno salió después de todo y siempre hay luz al final del túnel. Ya lo se, es una broma de mal gusto, pero no pude evitarla…  y encaja perfectamente con el tono irónico y desmitificador de la película.

Y destacar también la impresionante aparición de Elton John interpretándose a si mismo, que protagoniza uno de los numerosos momentazos de la película. Viéndole en pantalla no me cabe duda que todo el reparto de lo ha pasado de p#$@ madre rodando esta película.

Vi la película en versión original, y me encantó el exagerado y divertido contraste entre el perfecto acepto British de los Kingsman y el cerrado acento tejano de los Statesmen yankis. Pero es que Eggsy cambia mucho cuando está en misión oficial, compórtandose como un perfecto gentleman, a cuando está con sus colegas del barrio y su acento es el un pandillero más. Habla y se comporta completamente diferente. Estos los pequeños gustazos que solo se disfrutan con la V.O. y que seguro se pierden con la traducción.

Esto me lleva a las escenas de acción. Como en todo en Kingsman: El círculo dorado, la acción no sorprende como lo hizo en la primera película. Pero ya le gustaría al 99% de los directores de acción actuales tener el sentido del ritmo y la continuidad que tiene Vaughn. Las persecuciones son increíbles y las peleas y tiroteos cuentan con unas coreografías fluidas y espectaculares. Aún sin elemento sorpresa, diría que el climax final está a la misma altura que el ya clásico tiroteo en la iglesia protagonizado por Colin Firth en la primera parte.

Si, Kingsman 2 es más de lo mismo. Pero si es un producto de esta calidad, ya pueden empezar a rodar la tercera parte, que yo pagaré encantado por verla en el cine. Como dirían en los USA, «Shut up, bitch, and take my money!» Vaya, Matthew Vaughn me está convirtiendo en un mal hablado…

Esto me lleva al tema de las críticas de los medios «serios». La verdad es que las críticas a Kingsman 2 no están siendo demasiado buenas, y en muchos artículos se comenta como negativo que la película no sorprende porque es igual a la primera. Aunque esto es un hecho objetivo, me sorprende como esto se expresa masivamente con una connotación super negativa que pesa más que todo lo bueno que la película ofrece, que es mucho. ¿Por qué no leí esos mismos comentarios de «más de lo mismo» con Fast 8, cualquier película de James Bond, Jurassic World o Star Wars VII? Pongo estos ejemplos, pero eso mismo podría decirse del 75% del cine comercial americano.

Compruebo además que la broma sexual del final de Kingsman 1 no le gustó nada a algunos críticos. En especial a las de sexo femenino, pero no exclusivamente. Y no han perdido tiempo en recordarlo cuando comprobamos que Kingsman 2 tiene este mismo tipo de gags sexuales. Pero ¿tan difícil es de ver que esas bromas buscan exponer de forma irónica (y un poco burra, por qué no decirlo) el machismo de las películas de James Bond en las que en cada película tiene una nueva novia de la que está enamoradísimo de una forma pura, para luego tirarla a la basura? El final de Kingsman 1 en ese sentido era muy bestia, pero más honesto. «Si salvas el mundo te daré tu premio», dijo la princesa. Y cumplió. No había amor, solo cumplía el acuerdo con Eggsy.

Entiendo que es mucho más machista una película al azar de James Bond que las de Kingsman, que reconociendo el machismo implícito en este tipo de cine, subvierten las reglas tradicionales y crean escenas super divertidas y over-the-top para poner encima de la mesa todos estos clichés y reirse de ellos. No se, a lo mejor el raro soy yo…

Como comentaba, viendo la calidad de Vaughn, ojala hubiera dirigido él películas decepcionantes como Logan o X-Men: Apocalypse, también producidas por Fox. Otro gallo hubiera cantado. Además, lleva tiempo comentándose que Vaughn sería el director perfecto para dirigir una hipotética Man of Steel 2, que devolviera al personaje al tono correcto que Snyder nunca entendió. No puedo estar más de acuerdo, con Vaughn a los mandos, la película sería increible. Dicho lo cual, lamentablemente no creo que lleguemos a ver nunca estrenada esta película. Aunque Vaughn ha trabajado para Fox en X-Men: First Class, tuvo muchísima libertad porque prometió una película barata y rápida de rodar y los ejecutivos no sabían muy bien qué hacer con la franquicia tras X-Men 3. En el caso de Warner, no tengo duda que sus ejecutivos intentarían controlar y cambiar los planes de Vaughn. Aunque ojala me equivoque.

Comparto el primer trailer de la película:

Como ya he comentado, Kingsman: El círculo dorado es una excelente película de entretenimiento que tiene claro que quiere ofrecer a los espectadores y triunfa al cumplir con nuestras expectativas, algo que no puede decirse de la mayoría de películas palomiteras actuales.

PUNTUACIÓN: 8/10

Crítica de Spider-Man: Homecoming

Spider-Man: Homecoming es la película que necesitábamos del personaje en estos momentos. Una película que asienta al personaje dentro del Universo Marvel Cinematográfico, a la vez que nos muestra sus años de instituto, una etapa que Sam Raimi decidió no utilizar, consiguiendo una historia fresca, divertida y completamente fiel a la esencia del personaje.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

En Homecoming veremos cómo Peter Parker (Tom Holland) comienza a experimentar su recién descubierta identidad de super-héroe. Después de la experiencia vivida con los Vengadores en Civil War, Peter regresa a casa, donde vive con su tía (Marisa Tomei). Bajo la atenta mirada de su mentor Tony Stark (Robert Downey Jr.), Peter intenta mantener una vida normal como cualquier joven de su edad, pero interrumpe en su rutina diaria el nuevo villano Vulture (Michael Keaton) y, con él, lo más importante de la vida de Peter comenzará a verse amenazado.

Jon Watts es el director de Homecoming y también escribió el guión, en colaboración de un equipo de 5 personas. Watts consiguió cierta fama en el mundillo gracias a Cop Car (2015), película en la que unos niños jugando cogen el coche de un policía que irá a por ellos. La película tenía una interesante mezcla de suspense y comedia negra protagonizada por adolescentes que llamó la atención de Marvel y le hizo la elección perfecta para este trabajo.

Globalmente Homecoming me ha encantado, aunque debo decir que me parece inferior a las películas de Sam Raimi. Raimi no solo clavó al Peter Parker universitario de John Romita, sino que visual y dramáticamente es impresionante. Todo ello con el humor justo y unas escenas de acción brutales que 15 años después de estrenarse siguen estando totalmente vigentes.

En este sentido, Marvel demuestra ser, una vez más, muy lista y tener las ideas muy claras sobre lo que funciona y lo que no funciona con el lanzarredes. ¿Como superas lo insuperable? Fácil, ni siquiera lo intentas, llevas al personaje en otra dirección. Y es que Raimi clavó al personaje en su versión universitaria, pasando de puntillas por el adolescente de 15 años de instituto. Quizá porque no creía que el público aceptara que un niño diera caña a adultos.  O simplemente porque su Spider-Man favorito es el de Romita. Aprovecho para recordar que en 2002 el cine de super-héroes no estaba asentado como ahora y fue Raimi y antes Brian Singer con sus X-Men (2000) los que rompieron muchos tabús y demostraron que las películas de superhéroes pueden ser muy rentables en taquilla.

Jon Watts y Marvel hacen por tanto una decisión creativa que les funciona a la perfección. No solo porque nos muestran al Peter Parker adolescente, impresionantemente interpretado por Tom Holland, que puede llegar a ser EL Peter Parker definitivo. Sino además porque deciden centrar la historia en sus peripericas de instituto junto a sus amigos, evitando elementos ya mostrados por Raimi en sus películas: El tío Ben o en general la picadura y todo lo relativo al origen del personaje, el Daily Bugle y Jonah Jameson, o incluso la propia isla de Manhattan y sus rascacielos. Ya habrá tiempo de mostrar esa parte de la historia de Peter, lo que ahora necesitaba el personaje y nosotros los fans era conocer a Peter Parker. Y en ese aspecto, el éxito es monumental.

Tom Holland lo borda. El humor de Spider-Man funciona, y su Peter es perfecto, con todos sus conflictos de adolescente y la forma que tiene de afrontarlos. Estamos ante un héroe que aún está aprendiendo el oficio y que se equivoca más que acierta. Pero lo importante es que aún fallando, actúa por los motivos correctos. Y hacer lo correcto como Spider-Man meterá a Peter en muchos problemas, pero hace lo que hay que hacer. Además, el final de la película supone un buen final del arco iniciático de nuestro héroe y le prepara para nuevos desafíos. Y es que en 2018 volveremos a verle en Avengers: Infinity War, y en 2019 en Homecoming 2, película que hay que rodar rápido antes que los actores se hagan demasiado mayores.

En el bando de los villanos, Michael Keaton construye mucho con muy poco. Todo el carisma de Vulture / Adrian Toomes es gracias a Keaton, que demuestra ser, de nuevo, un acierto de casting brutal de Marvel. Además, el giro que hace que el conflicto de Peter con Vulture sea personal no lo vi venir, y me dejó flipadísimo en el cine. Otros villanos como Shocker, el Chapucero o Mac Gargan (alter-ego del Escorpión), tienen una presencia meramente testimonial.

Me gustó también que Tony Stark (Robert Downey Jr) tenga un papel muy muy secundario. Sus escenas molan mucho, pero esta es una película de Spider-Man, y no llega a robársela como algunos temían.

Marisa Tomei como Tía May está bien, pero tiene una presencia muy inferior a la que yo esperaba. Pero globalmente cumple. Igual que Happy Hogan (Jon Favreau, director de Iron Man 1 y 2), que sirve de nexo de conexión entre Peter y Tony y tiene varios momentos muy divertidos.

Lo menos bueno de la película gira en tormo a todas las escenas de acción. Están correctamente ejecutadas, entenderme lo que quiero decir. Pero no tienen las espectacularidad o el dramatismo que Raimi sí conseguía imprimir a cada uno de sus fotogramas. Con todo, dado que estamos ante una presentación de personaje, no tengo duda que en Homecoming 2 el nivel de espectáculo aumentará y mejorará.

Por otro lado, me gustaron bastante las relaciones de Peter en instituto, y los personajes molan.  Sí me genera cierta extrañeza el mejor amigo de Peter Ned Leeds (interpretado por Jacob Batalon), más que nada porque este personaje no tiene nada que ver con su versión comiquera, sino que está claramente inspirado en Ganke, el mejor amigo del Ultimate Spider-Man Miles Morales. Está claro que buscaban trasladar la pandilla original de los comics de Stan Lee y Steve Ditko formada por Ned, Liz y Flash, pero si el personaje que usas en Ganke, ¿por qué no llamarlo por su nombre?

De la misma manera, la elección de Tony Revolori como Flash tampoco encaja del todo. No es por el hecho de ser hindú, sino porque Flash es el típico matón de instituto jugador de futbol que amenaza a Peter físicamente, y ¡este Flash es aún más pequeño que Peter! Los personajes de Liz (Laura Harrier) y Michelle (Zendalla), interpretados por actrices racialmente diversas sí me gustaron, aunque quizá el personaje de Liz no acaba de tener toda la química posible, a lo mejor porque todo el mundo sabemos que no va a ser el gran amor de Peter. Sin embargo, las frikadas de Michelle molan mucho y me hicieron sonreir en todo momento.

Comparto el trailer de la película:

Spider-Man Homecoming es un nuevo triunfo de Marvel, que basa su principal atractivo en ser fiel a la rica historia de Peter Parker. Nada más y nada menos. Algo tan sencillo en apariencia y que sin embargo otros estudios no acaban de realizar satisfactoriamente. Divertida y llena de corazón, es para mi la película del verano.

PUNTUACIÓN: 8.5/10

Crítica de La Guerra del Planeta de los Simios

La Guerra del Planeta de los Simios es el excelente final de la trilogía de películas iniciada en 2011 para contarnos cómo se creó “El planeta de los Simios”, la mítica película de Charlton Heston de 1968 basada en la novela de Pierre Boulle. La película está escrita y dirigida por Matt Reeves, que realiza una obra de gran profundidad dramática que va más allá de lo que se espera de un blockbuster veraniego con altas dosis de efectos especiales.

PUNTUACIÓN: 8/10

Esta serie de películas se inició en 2011 con “El nacimiento del planeta de los simios”, dirigida por Rupert Wyatt. En ella, un joven científico (James Franco) creará a un mono superinteligente llamado César mientras investiga una cura contra el Alzheimer. Lamentablemente, durante esta investigación, los laboratorios crean un mortífero virus que acaban siendo liberado .

En 2014, la franquicia hizo un espectacular salto de calidad con “El amanecer del planeta de los simios”, dirigida por Matt Reeves. Ambientada 10 años después, en ella vemos como el 99% de la población humana ha muerto a consecuencia del “Virus de los simios”. César (Andy Serkis) y su comunidad de monos vive pacíficamente en los bosques hasta la llegada de un científico humano (Jason Clarke) que entrará en contacto con ellos pidiendo su ayuda para conseguir energía para un asentamiento humano en la vecina San Francisco. Aunque César y los científicos piensan en la coexistencia pacífica, esta acabará siendo imposible por la oposición de Koba (Tobby Kebbel), un mono torturado en un laboratorio que odia a los humanos, y de Dreyfus (Gary Oldman), el líder humano de San Francisco. Al final, el conflicto es inevitable, y nos lleva irremediablemente a la “Guerra”.

El argumento de esta tercera película nos cuenta el conflicto de César (de nuevo un sensacional Andy Serkis) y sus monos contra las fuerzas de un Coronel sin nombre interpretado por Woody Harrelson. Tras sufrir múltiples bajas, César tendrá que luchar no solo contra los humanos sino contra sus peores instintos si quiere salvar a su raza.

Matt Reeves vuelve a realizar un excelente trabajo construyendo una muy buena película a partir del guión, escrito en colaboración con Mark Bomback. La historia es lógica en todo momento y recurre a la construcción de los personajes como forma de ir moldeando la acción, planteando situaciones muy interesantes que son llevadas hasta sus lógicas consecuencias sin necesidad de golpes de efecto o giros absurdos. Además, ofrece una explicación razonable de por qué en las películas clásicas los monos son inteligentes mientras que los humanos habían involucionado y no tenían inteligencia ni podían hablar. No es sólo un gran final de trilogía, sino un perfecto nexo de unión con las originales.

César (Andy Serkis) es el omnipresente protagonista. Aparte de la increíble perfección técnica que supone verle en movimiento, que supone un nuevo hito técnico de Weta Digital (creadores de Golum para el Señor de los anillos), lo fundamental de la película es el conflicto interno que vive, enfrentando sus ansias de venganza con las necesidades de su pueblo. Es muy fácil ser noble cuando todo va bien o las pérdidas de vidas no te afectan directamente, pero el verdadero desafío está en ver cómo sobreponerse cuando el dolor se vuelve personal. El camino de César en muchos momentos me recuerda el viaje de un protagonista de un western crepuscular, irremediablemente atraído hacia su destino.

El Coronel también me ha gustado, y hace una más que correcta réplica a César. Woody Harrelson hace una actuación contenida de un soldado que sabe que tiene que hacer cosas terribles para salvar a la raza humana de la extinción. Al estar contada la película desde el punto de vista de los monos, claramente él es el villano. Pero si nos paramos a pensar en la situación desde el punto de vista humano, no hay duda que sus acciones, aunque crueles y salvajes, están justificadas ante la posibilidad de que los hombres no sobrevivan otra generación. Entiendo que si estuviera en la misma situación, mis acciones serían esas, o unas muy parecidas. De hecho, su destino final me parece super cruel y evidencia que estaba en lo cierto.

Un elemento interesante sobre el que la película nos hace reflexionar es que la caída de la raza humana tiene más que ver con enfrentamientos entre humanos que por la acción de los monos. En un momento en que hay gente que niega que exista el calentamiento global o que pueda afectarnos en el futuro, por poner un ejemplo, plantear un blockbuster veraniego con este tema encima de la mesa sin duda lo agradezco.

Quizá el único pero que se me planteó viendo la película es que en parte no fue lo que yo esperaba. Teniendo en cuenta las imágenes que nos presentaban, como el poster que incluyo a continuación, el trailer y el propio título, yo esperaba un enfrentamiento más épico o un mayor protagonismo de una guerra total que no acabó de llegar. Al final, es más importante el conflicto interno de César que la violencia que se genera a su alrededor.

Esto es un pequeñísimo pero, ya que analizándola a posteriori, probablemente la película sea mucho más redonda tal y como está. Y al final, el destino de los monos y la raza humana si queda definido por esta película.

Pero pensando en la trilogía, «El amanecer del planeta de los simios», la segunda parte, me pareció una película más redonda y compleja que esta película. Aunque estamos hablando en todo caso de notable alto, lo que tampoco está nada mal.

La música de Michael Giacchino también es brutal, mostrando un ámplio registro que transmite perfectamente alegría, tristeza, humor y drama en cada momento. Además, su uso de la percusión nos recuerda también la película original y ayuda a que la conexión entre ambas películas sea aún más evidente.

Y por si fuera poco, visualmente la película es increíble. Apoyado por la fotografía de Michael Seresin y unos efectos visuales  superiores, la película en todo momento transmite un tono crepuscular protagonizado por seres reales, no CGIs generados por ordenador. Estamos ante el fin de una era, y en varios momentos parece que estamos viendo un western crepuscular en el que un héroe viaja camino del matadero dispuesto a enfrentarse a una fuerza superior.

La perfección de la captura de movimientos está llegando a unos niveles de perfección alucinantes. Ya no es solo la intensidad de la mirada o el realismo de los pelos de los monos, en esta película los monos interactuan con lluvia, agua y nieve y no es que parezca real, es que se ve real. Están a otro nivel.

20th Century Fox ha conseguido un enorme éxito creativo con esta trilogía de origen del planeta de los simios. Por tanto, no me extrañaría que continuaran haciendo más películas, dado que aunque el final enlaza perfectamente con las películas clásicas, cronológicamente aún hay mucho margen para contar más historias de este mundo.

Comparto el trailer de la película:

https://www.youtube.com/watch?v=6ddPoByQgRQ

La Guerra del Planeta de los Simios es sin duda una de las películas del verano, y probablemente del año, para los amantes de la ciencia ficción. Te recomiendo que no te la pierdas.

PUNTUACIÓN: 8/10

Crítica de Baby Driver, de Edgar Wright

Baby Driver, la quinta película de Edgar Wright, es una sinfonía en imágenes, un ballet con perfectas coreografías entre la música y unas excelentes escenas de acción.

PUNTUACIÓN: 7.5/10

El director británico Edgar Wright saltó a la fama del mundillo friki con las excelentes películas Shaun of the Dead (2004) y Hot Fuzz (2007) junto a los actores Nick Frost y sobre todo, Simon Pegg, que también escribió los guiones y con el que empezó a colaborar en la serie de televisión Spaced. A partir de un humor muy inglés planteaba situaciones super divertidas y novedosas que daban nueva vida a géneros tan trillados como las películas de zombies o las «buddy-movies» de acción.

Hizo el salto a los USA para rodar Scott Pilgrim vs. el mundo (2010), adaptación del divertidísimo comic de Bryan Lee O´Malley. El resultado fue una película excelente y un gran fracaso de taquilla. En esta película, la música empezó a formar parte indispensable de la historia, y marcaba las principales escenas.

Tras Scott Pilgrim, Wright rodó The World´s End (2013) colaborando de nuevo con Simon Pegg y Nick Frost, en lo que se ha llamado la trilogía del Cornetto. La película mantiene muchas de las señas de identidad que les dió a conocer, pero que quizá no resultó tan redonda como las dos anteriores.

Tras la decepción que supuso abandonar la producción de Ant-Man para Marvel (2015), podemos por fin disfrutar de un Wright en plena forma que firma en solitario en guión de Baby Driver buscando dar rienda suelta a su versión de las películas de acción de los 70 y 80 como Bullit o French Connection, que tanto le marcaron de joven.

Baby (Ansel Engort) es un conductor de coches que trabaja con una banda mafiosa liderada por Doc (Kevin Spacey). Debido a un trauma de su infancia, tiene un problema de oído que le hace escuchar un zumbido intenso que solo se mitiga si escucha música. Aunque Doc siempre cambia los equipos para cada robo, Baby es siempre su conductor y casi su amuleto de buena suerte, ya que su pericia al volante hace imposible a la policía su detención.

Sin embargo, cuando Baby conozca a Debora (Lily James), una camarera de un bar que frecuenta, hará que se replantee su vida. Aunque todos sabemos que cuando se entra en el mundo del crimen, salir nunca es fácil.

La película es un alarde técnico y musical. Las persecuciones están todas rodadas de manera excelente, con una banda sonora que sean aún mejores. Pero no son solo las persecuciones, ya que la vida de Baby con la música es puro flow, ya sea con su padre adoptivo Joseph (C.J. Jones), un anciano mudo y paralítico al que cuida, cuando va a por cafés o habla con Debora.

Junto a Baby, iremos conociendo a diferentes criminales, entre los que destacan Bats (Jamie Foxx, de lo mejor de la película, especialmente en V.O.), Buddy (Jon Hamm) y Darling (Eiza Gonalez), todos con diferentes grados de locura. Tenemos además en papeles más pequeños a John Bernthal (Punisher de Netflix) o Flea de los Red Hot Chili Peppers.

Pero el gran protagonista de Baby Driver no son los actores, sino la brutal B.S.O., repleta de temazos que no solo nos activan en las persecuciones, sino que resaltan los estados de ánimo del protagonista en cada momento. Hay que quitarse el sombrero ante Steven Price, autor de la música, y la elección musical de canciones de Wright.

Quizá lo menos bueno de la película son los personajes y sus historias. No os equivoqueis, la pelicula me ha gustado y me lo pasé muy bien, pero creo que Wright se centra tanto en que todas las escenas estén visual y musicalmente perfectas, que al final los personajes son casi la excusa para llegar a la siguiente persecución.

Los ladrones tienen todos un toque diferente de locura, la chica es buena buenísima y se enamora al instante de Baby, y Baby, aunque no lo hace tampoco mal, simplemente está ahí.

Está claro que no busco en este tipo de película una gran complejidad de los personajes, pero sí me hubiera gustado que alguno hubiera tenido un pequeño salto de calidad en su papel que lo convirtiera en algo más que un estereotipo. Aunque tengo claro que todos los actores se lo han pasado genial rodando esta película, que tiene chispa y trasmite frescura en cada fotograma.

Comparto a continuación el trailer de la película:

Baby Driver es una película que te recomiendo veas en pantalla grande, y si es posible, en versión original. Una película muy diferente a los blockbusters que estamos acostumbrados a ver y que significa en un soplo de aire fresco para este género.

PUNTUACIÓN: 7.5/10